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El Salvador, Viernes 25 de Enero de 2013 Los economistas de derecha y la realidad venezolana Rigoberto Palma La derecha no suelen atinar cuando ataca a la revolución venezolana. Su último desacierto fue predecir la derrota del presidente Hugo Chávez en las elecciones de octubre de 2012. Ahora le ha dado por decir que si Chávez muere la revolución terminará. Y el primer lugar en desatinos lo ocupan los economistas de derecha, para quienes la economía venezolana no se derrumba porque tiene mucho petróleo. Parece que esos economistas desconocen lo ocurrido en Venezuela antes de la gestión de Chávez. No saben que a pesar de que Venezuela es un país petrolero desde hace 80 años, un paquetazo económico aplicado en 1989 provocó un levantamiento popular que terminó con casi 3,000 personas asesinadas por el gobierno, y que en los años 1989-98 hubo tres programas de ajuste, varias devaluaciones de la moneda y una inflación promedio anual de 52%. Fue tal la cirugía económica de esos años, que cuando Chávez inició su mandato, en 1999, la mitad de la población era pobre. Es posible que muchos economistas de derecha desconozcan aquellos hechos, pero otros prefieren no recordarlos para no tener que explicar por qué un país petrolero y con gobiernos supuestamente democráticos terminó con su economía en el suelo y con millones de personas pobres. Para alguien de izquierda ese no es un misterio, pero para quien solo sabe hablar de PIB, inflación, devaluación y otras variables que parecen tener vidas propias, es engorroso explicar lo sucedido en Venezuela antes de la revolución. Ningún economista de derecha dice que cuando Chávez inició su período el barril de petróleo valía menos de 10 dólares porque Estados Unidos y los países de Europa habían desarticulado a la OPEP, que el 80% de los ingresos petroleros era de las transnacionales y de 20,000 burócratas con salarios mensuales de muchos miles dólares. Ellos no recuerdan que el gobierno de 1 Chávez fue determinante en el rescate de la OPEP y de los precios del petróleo y que una reforma tributaria pasó a manos del Estado casi el 70% de la renta petrolera. Las transnacionales le daban al Estado 1 de cada 100 barriles de petróleos en concepto de regalía y 16.6% en concepto de renta. Chávez subió la regalía a 16 y la renta a 33% y convirtió al Estado en accionista de empresas extranjeras. Al aumentar sus ingresos, el gobierno ha invertido más de 400,000 millones de dólares en las áreas sociales, ha desarrollado como nunca antes la infraestructura, está creando una base productiva sólida y elevó muchísimo la calidad de vida de la población, algo que reconocen la CEPAL y otras instituciones de la ONU. Un prestigioso economista de derecha, que una vez fue director de la ANEP, siempre habla del “ataque” de Chávez a la empresa privada, del despilfarro de recursos, del bajo crecimiento económico y de la elevada inflación en Venezuela. El Estado venezolano, ciertamente, tiene hoy un mayor peso en la economía. Y eso está muy bien, porque es el Estado el encargado de darle salud, educación, vivienda y otros servicios básicos al pueblo. Pero los sectores de altos ingresos de Venezuela, incluidos los empresarios, están menos enojados con el gobierno que el economista salvadoreño. En realidad, viven tan bien que en el año 2012 el crédito interno al sector privado en Venezuela aumentó 51.3%, el mayor porcentaje de América Latina, tal como lo señala la CEPAL en su balance económico de 2012. Sobre el supuesto “despilfarro”, el documento de la CEPAL muestra que la formación bruta de capital pasó de 12.8% del PIB en el año 2003 a 26.9% en el 2012, o sea, se duplicó en 9 años. La formación de capital comprende los recursos utilizados para la creación o adquisición de activos fijos y las variaciones de los inventarios. Los activos fijos son la inversión para mejoramientos de terrenos, adquisiciones de planta, maquinaria y equipo, construcción de carreteras, ferrocarriles, escuelas, hospitales, viviendas, oficinas, edificios comerciales e industriales. Los inventarios son los productos en proceso de elaboración y los que tienen las empresas en existencia para hacerle frente a fluctuaciones temporales de su producción o sus ventas. Cuando aumenta mucho la formación de capital, la economía crea una base productiva importante. Ese es el caso de Venezuela. Y es todo 2 lo contrario al derroche, que consiste en producir bienes y servicios innecesarios. En Venezuela la inversión y el consumo crecen mucho porque millones de personas salieron de la pobreza gracias a la enorme inversión social del gobierno, inversión que nunca hicieron los gobiernos anteriores, que dilapidaron los recursos petroleros. La misión vivienda, por ejemplo, tiene como meta construir 3 millones de viviendas para erradicar el déficit en el año 2017. Ya se construyeron 300,000 en los años 2011-2012. Sobre el PIB, el texto de la CEPAL revela que cayó 7.8% en el año 2003, debido al sabotaje a la empresa petrolera y al paro empresarial que hizo la derecha entre finales de 2002 y principios de 2003, pero que luego creció 10% promedio anual entre 2004 y 2008, la mayor tasa de Latinoamérica. En los años 2009 y 2010 se redujo debido a la crisis mundial que impactó en Venezuela y en casi todo el mundo. En el 2011 volvió a crecer (4.2%) y en 2011 aumentó 5.3%, el cuarto mayor crecimiento de América Latina, cuyo promedio fue de 3.1%. Si a los economistas de derecha no les parece bien un crecimiento como ese, deberían abandonar sus profesiones, pues en El Salvador no se ha registrado un crecimiento de 5% en los últimos 17 años, en 14 de los cuales gobernó el partido ARENA con el apoyo militante de dichos economistas. Sobre el crecimiento de la economía venezolana hay que señalar dos aspectos importantes: En primer lugar, se trata de un crecimiento con distribución, basado en el aumento de los salarios y los ingresos públicos. Los empresarios también ganan pero la mayor tajada del crecimiento va al gobierno y a la mano de obra. Por eso se reduce la pobreza. En segundo lugar, no es un crecimiento basado en la producción de bienes innecesarios, sino de bienes y servicios básicos para vivir. Para eso el gobierno impulsa las misiones económicas y sociales y crea viviendas dignas. Los economistas de derecha suelen hablar de crecimiento del PIB como si ese término fuera sinónimo obligatorio de bienestar, cuando la economía de un país puede crecer si produce muchos ataúdes o muchas armas que generan muertes y amplían los mercados de los ataúdes. No siempre es bueno que aumente el PIB. Depende de lo que se produzca y de cómo se distribuya la producción. 3 En el caso de la inflación, aunque en Venezuela supera los dos dígitos es mucho menor a la que había antes de Chávez y no erosiona el ingreso real de la población, que crece debido a los elevados ajustes salariales y a los subsidios. La principal causa de la inflación es la monetización de la economía, que es normal donde hay una alta inversión pública y una elevada renta petrolera. Además, la inflación disminuyó de 29% en el 2011 a 18.5% en el 2012. Incluso, esa inflación no es real porque solo mide la variación de los precios en el mercado no regulado y un porcentaje amplio de la población compra en el mercado regulado. En la mayoría de países, una inflación de 18.5% pondría a la oposición en el gobierno. En Venezuela eso no ocurre por las razones que señalamos. 4