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2. EL INSTANTE – PERCEPCIÓN INTERNA Análisis de las crónicas individuales elaboradas, desde la percepción sensorial El ver El oler El tocar El oír El degustar En la cultura occidental se ha considerado que la vista es el sentido más importante. Desde los griegos, pasando por el Renacimiento y hasta Santo Tomás, han considerado que los cinco sentidos tienen un orden jerárquico, desde el sentido más elevado de la vista hasta el más bajo del tacto. Así lo expresa Juhani Pallasmaa en su obra “Los ojos de la piel”. Sin embargo este autor en su estudio demuestra que es exactamente a la inversa: todos los sentidos, incluida la vista, son prolongaciones del sentido del tacto; los sentidos son especializaciones del sentido cutáneo y todas las experiencias sensoriales son modos de tocar. (Pallasmaa, 2005). Debido precisamente a la hegemonía que ha tenido la visión en la historia de la arquitectura, este sentido, la vista, ha influido en la forma de pensar, enseñar y hacer crítica de la arquitectura, despreciando las posibilidades sensoriales que tiene el cuerpo. Hemos despreciado la importancia del tacto en nuestra experiencia perceptiva del espacio; la modalidad sensorial del tacto ha estado reprimida en la percepción de nuestro entorno. Con la piel de nuestro cuerpo se puede ver, se puede oler, se puede oír, se puede degustar. Todos los sentidos, incluida la vista, son prolongaciones del sentido del tacto; los sentidos son especializaciones del sentido cutáneo y todas las experiencias sensoriales son modos de tocar, dice Pallasmaa. La piel es capaz de distinguir una serie de colores, es más, vemos a través de la piel. El tacto es el padre de nuestros ojos, orejas, narices y boca. En este sentido resulta interesante observar cómo en la crónica sobre el viaje a la Sierra Nevada del Cocuy, escrita por los alumnos de la materia Territorio y Medio Ambiente, expresaron sus impresiones especialmente por lo observado con los ojos, el ver. La descripción en la crónica sobre sus sensaciones del viaje se centró en la descripción de paisajes visualizados, el impacto de la belleza de la naturaleza en sus sentimientos que quedó guardado en su memoria. Con menor intensidad se expresaron sobre el gusto, el sabor de las cosas, el olor y sobre los sonidos y sus significados. El sentir, el tocar, se expresa básicamente por el contacto de la piel de sus manos con objetos, con superficies, texturas; pero no expresan ningún otro tipo de contacto con otra parte de la piel de sus cuerpos. Sólo cuando se les preguntó específicamente cuáles fueron sus sensaciones concretamente en el ver, el oír, el sentir, el oler y el gustar, todos recordaron momentos propios para cada uno de ellos. Ninguno dijo no recordar nada en alguno de esos aspectos. Todos tenían recuerdos que, además, según sus descripciones, fueron muy importantes, inolvidables, impactantes. No es comprensible, por tanto, por qué no lo expresaron así en sus crónicas. La explicación a esto puede estar precisamente en la teoría de Pallasmaa: en nuestra cultura solo hemos aprendido a ver por nuestros ojos. Los otros sentidos los tenemos atrofiados, no sentimos por ellos. Estamos limitados en nuestras capacidades. Para alguien que en su profesión pretenda interpretar los sentimientos de las personas, como es la arquitectura, resulta fundamental desarrollar toda la potencialidad de nuestros sentidos para poder captar toda la información que contiene el medio en el cual vamos a desempeñarnos como diseñadores para satisfacer las necesidades de la persona o personas para quien o quienes debemos dar una respuesta espacial y estética. Todos nuestros sentidos deberían estar al servicio de la causa. Debemos ejercitarnos en ello; conocer y potenciar todas las posibilidades que ofrecen nuestros sentidos y, según Pallasmaa, potenciar especialmente el tacto, la piel; nuestro cuerpo puede ser un excelente receptor de información. Con el cuerpo podemos ver, oír, oler y gustar. Somos insensibles. Debemos volver nuestro cuerpo sensible. La importancia del sentido del tacto en nuestra experiencia perceptiva del espacio y en nuestra comprensión del mundo.