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Lesiones, enfermedades y telemedicina en vela
extrema
MÓDULO 4.7
Problemas oculares
Los problemas de la vista pueden ser variados, los más frecuentes son el ojo rojo por conjuntivitis,
pero hay otros muy invalidantes en la regata como el caso de la úlcera corneal por cuerpo extraño.
La principales amenazas para la visión que se dan en el ámbito de las regatas, son por intrusión de
cuerpo extraño, radiación solar y los causados por efectos del clima en el ojo. La protección ocular
es esencial, como la utilización de gafas adecuadas para el mar o la importancia de evitar el uso de
lentillas en deportes acuáticos para no sufrir infecciones
La aparición de posibles problemas oftalmológicos a bordo en una regata oceánica presentará
características peculiares determinadas principalmente por la situación. Es decir, aunque la posible
patología que pueda presentarse no se diferenciará mucho de la que pueda aparecer en otras
circunstancias más habituales (estando en tierra), el hecho de no poder acudir de forma mas o menos
inmediata a personal médico especializado, así como la ausencia de medios de exploración y tratamiento
adecuados, determinará las posibilidades de actuación. Ello obliga a disponer de unas pautas que puedan
ser interpretadas y ejecutadas por personal no médico y con los limitados medios disponibles en una
situación tan peculiar.
En el caso de un órgano como es el ojo, la consecuencia de muchas patologías, tanto circunstanciales
(conjuntivitis, por ejemplo), como accidentales (traumáticas) supondrá la aparición de una hiperemia del
globo ocular, es decir lo que se denomina ojo rojo. Por tanto una forma práctica de afrontar y
eventualmente tratar una patología ocular deberá basarse en lo que se denomina en Medicina diagnóstico
diferencial de dicho síndrome. Aunque por razones de espacio no se pretende hacer una exposición
exhaustiva, sí mencionaré las causas mas frecuentes y probables y que pueden ser solventadas por
personas sin formación específica.
Al final del texto se incluye un ANEXO con la medicación a la que se hace referencia y que deberá constituir
el botiquín recomendado para llevar a bordo.
Diagnóstico diferencial del ojo rojo
Ante la aparición de uno, o los dos, ojos con enrojecimiento, se deben plantear las siguientes opciones:
1. Sin antecedente de traumatismo ocular
a. Con secreción
Es decir con lo que se llaman vulgarmente legañas. Es el caso característico de las
Conjuntivitis (Imagen 1). El ojo afectado aparecerá con enrojecimiento mas o menos marcado,
con molestias evidentes (escozor, fotofobia -es decir con intolerancia a la luz-, etc.) y con
secreción mas o menos abundante (el ojo aparecerá “pegado” al levantarse por la mañana).
Aunque es frecuente que inicialmente pueda verse sólo un ojo afectado, lo habitual es que al
cabo de pocos días la sintomatología aparezca en ambos. La visión estará afectada en grado
variable, según la intensidad de la conjuntivitis.
Conjuntivitis
Una conjuntivitis es una infección de la superficie del globo ocular (conjuntiva), de origen
generalmente vírico, pero también puede ser bacteriano.
Aunque en un ambiente médico el tratamiento estaría diferenciado, en el caso que nos ocupa
será similar. Se deberá utilizar un colirio antibiótico y de diclofenaco (ver Anexo) 3-4 veces al
día, lavados con suero fisiológico a demanda (SF) (principalmente por la mañana al
despertarse y si es preciso hasta 2-3 veces al día); es aconsejable, dentro de lo posible, utilizar
SF frío (guardado en nevera), ya que ello contribuirá a aliviar la sintomatología; en ningún caso
se deberá ocluir (tapar) el ojo y si los síntomas son muy marcados será útil el empleo de algún
antiinflamatorio por vía oral (como por ejemplo el ibuprofeno), a dosis habituales; obviamente el
uso de gafas de sol ayudará a aliviar la fotofobia.
Aunque la evolución es poco predecible, puede oscilar entre pocos días hasta mas de una
semana. Es preciso tener en cuenta de que estaremos ante un proceso potencialmente
contagioso, por lo que deberán tomarse las precauciones adecuadas: lavarse las manos
después de instilar el colirio o hacer los lavados, en el caso de que lo haga otra persona y
separar los objetos de aseo de uso común, como las toallas.
b.
Sin secreción
En este caso para ayudarnos a diferenciar entre las causas más frecuentes, será muy útil la
presencia o no (y el grado) de sintomatología ocular.
Sin molestias: Con toda probabilidad se tratará de un problema banal, como puede ser una
irritación leve. En el caso de que el enrojecimiento sea muy marcado (rojo sangre), pero sin
síntomas, seguramente se tratará de una hemorragia subconjuntival, es decir de la rotura
(generalmente espontánea) de algún pequeño vaso sanguíneo situado en la conjuntiva; a
pesar del llamativo aspecto, no precisa tratamiento y se resuelve espontáneamente en 8-10
días (Imagen 2)
Hemorragia subconjuntival
Con molestias: Será el caso de la presencia de un cuerpo extraño (CE) en la superficie ocular
(conjuntiva o córnea). Si trata de un cuerpo extraño corneal el dolor puede ser intenso, ya que
la córnea (la parte transparente del ojo tras la cual se sitúan el iris y la pupila) es un tejido muy
inervado y por tanto las molestias (lagrimeo, dolor) pueden ser marcadas a pesar de que se
trate de un CE de muy pequeño tamaño, como cualquier fragmento sólido (de madera, metal,
etc.) que haya podido saltar o que se haya sido arrastrado por el viento (Imagen 3). El
procedimiento a seguir deberá ser intentar su extracción para evitar ulteriores complicaciones
como sobreinfecciones o secuelas.
Aunque es un procedimiento que en la práctica clínica diaria se realiza con instrumentos que
aumenten la imagen, puede realizarse a simple vista si el cuerpo extraño está enclavado de
forma superficial, lo que suele ser lo habitual. Para ello será preciso instilar previamente un
colirio anestésico y tras esperar unos pocos minutos intentar la extracción del CE con una
pequeñas esponjas triangulares que se utilizan en oftalmología llamadas hemostetas.
Tras la extracción se deberá aplicar una pomada oftálmica antibiótica y se ocluirá el ojo hasta
el cierre del defecto epitelial residual. Ello puede tardar unos días, en cuyo caso se deberá
reaplicar la pomada cada 24 horas, repitiendo la oclusión. Podrá ser necesario el uso de
analgésicos orales (de nuevo puede servir el ibuprofeno) al objeto de aliviar el dolor.
En algunas ocasiones el CE puede estar situado en lo que se denomina conjuntiva tarsal, es
decir en la parte interna de los párpados; en estos casos puede ser preciso realizar la maniobra
de eversión del párpado superior para localizarlo.
Cuerpo extraño corneal
Otras causas posibles de ojo rojo sintomático incluyen patologías como queratitis y uveítis
(procesos inflamatorios de la córnea y del interior del ojo, respectivamente), que por su
complejidad y mucha menor frecuencia se hallan fuera del objetivo de este texto.
2. Tras un traumatismo ocular
Podrá tratarse obviamente de traumatismos de intensidad muy variable, desde un pequeño roce a
una contusión intensa, lo que podrá originar lesiones de muy diferentes características, aunque aquí
de nuevo lo más frecuente serán los traumatismos leves que producirán una lesión ocular
característica que es la Erosión corneal.
Consiste en una desepitelización (o abrasión de la capa mas superficial de la córnea); por las
razones mencionadas anteriormente, puede resultar muy dolorosa, aunque ello dependerá del
tamaño de la erosión. Si es muy pequeña las molestias pueden consistir solamente en sensación de
pinchazos y lagrimeo.
Puede ser muy útil para el diagnóstico la utilización de fluoresceína, que es un colorante amarillo
que delimita y marca a la zona desepitelizada (Imagen 4); se aplica en tiras de papel que se colocan
bajo el párpado durante unos segundos.
Erosión corneal teñida con fluoresceína
El tratamiento será el mismo que el indicado tras la extracción de CE, es decir, la aplicación de una
buena cantidad de pomada antibiótica y posteriormente la oclusión que deberá renovarse cada 24
horas hasta el cierre de la erosión, lo que suele ocurrir en 1-2 días si la erosión no es muy amplia.
Nuevamente el empleo de analgésicos será a demanda.
El traumatismo también puede ocasionar lesiones en la piel de los párpados (que deberán tratarse
de igual forma que en cualquier otra parte del cuerpo, teniendo sumo cuidado de que cualquier
producto empleado, como pueda ser los de desinfección cutánea, no entren en el ojo), o bien en al
conjuntiva (lo que rodea la córnea) que en principio solo requerirá tratamiento con un colirio
antibiótico.
Un traumatismo más intenso, como una contusión (golpe) puede naturalmente provocar lesiones
oculares internas graves que precisarán una atención especializada.
Otro tipo de lesiones que pueden incluirse en este apartado, y que resultan relativamente frecuentes
son el contacto del ojo con sustancias, generalmente líquidos, irritantes. El abanico de sustancias
posibles es muy amplio y va desde a productos químicos como disolventes, o alcohol, a los
utilizados para cocinar alimentos, como el aceite caliente. En estos casos la actuación fundamental
es realizar un lavado abundante del ojo con agua o, preferiblemente, suero fisiológico, seguido de
instilación del colirio anestésico (si el dolor es severo) y un tratamiento con un colirio antibiótico solo
o mezclado con corticoide durante 4 o 5 días.
ANEXO - MEDICACIÓN OFTALMOLÓGICA RECOMENDADA
Para tratar de forma básica las patologías que hemos descrito, es aconsejable disponer en el botiquín de los
siguientes elementos:
•
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Gasas estériles
Esparadrapo de papel
Ampollas de suero fisiológico (de 10 ml)
Hemostetas estériles
Tiras de fluoresceína
Colirio anestésico doble (PRECAUCION: aunque resulta muy eficaz para eliminar temporalmente un
dolor ocular severo, su uso indiscriminado puede dar problemas como retrasos en la cicatrización,
etc., por lo que se deberá ser muy prudente en su uso)
Colirio antibiótico (Exocín)
Colirio antibiótico-corticoide (Tobradex: tobramicina y dexametasona)
Colirio de diclofenaco
Pomada antibiótica (Tobrex)
Los fármacos siguientes son aconsejables llevarlos a bordo pero su uso quedará restringido a cuando se
indiquen expresamente por personal médico:
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Pomada antibiótica-corticoide (de Icol: cloranfenicol y dexametasona)
Colirio ciclopléjico
Colirio hipotensor betabloqueante (timolol 0,50%)