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DIPLOMADO FAMILIA Y DESARROLLO PROGRAMA MEDELLIN SOLIDARIA UNIDAD 3. ORGANIZACIONES Y REDES SOCIALES ACTIVIDAD EVALUATIVA Medellín Solidaria tiene como objetivo acompañar los hogares más vulnerables de la ciudad para contribuir a la mejora de sus condiciones de vida, por medio del acceso preferente a los programas de salud, educación, bienestar y desarrollo, promocionando su autonomía y ayudando a mejores formas de convivencia familiar y social. A través del acompañamiento familiar, construcción de planes familiares, suscripción de pactos de corresponsabilidad, acompañamiento y formación grupal, encuentros de cuidado y control social. Estas metodologías son llevadas a cabo en conjunto con los programas Familias en Acción y Juntos, buscando fortalecer la confianza de la población beneficiaria El programa Medellín Solidaria ha priorizado los 45 mil hogares que se encuentran en condiciones de mayor pobreza y vulnerabilidad. Alrededor de estos hogares el Programa articula la oferta de servicios municipales y nacionales que les permitan a estas personas acceder a sus derechos y así, brindarles mayor bienestar colectivo. Por medio de una ruta metodológica los hogares ingresan gradualmente al programa Medellín Solidaria. La “corresponsabilidad” es un elemento fundamental para el avance de las políticas sociales. No sólo permite generar cambios en las comunidades más vulnerables, sino que además hace posible contar con una población “comprometida con la gestión de su desarrollo”. De ahí que promueve la autonomía social y económica de los hogares mediante el desarrollo de acciones de formación para el trabajo y el emprendimiento social, que mejoren las condiciones de empleo y generación de ingresos de la cabeza del hogar y los miembros en edad productiva, no escolar ya que esto es lo que le abrirá puertas para tener buenas ofertas laborales. De manera se promueve el acceso de las mujeres participantes del Programa a intervenciones y proyectos para mejorar el empleo y generar ingresos, con el fin de propender por la autonomía económica de esta población. Para muchos estudiosos es importante la relación familiar como fuente de capital social y consecuentemente de aportación al desarrollo humano, de igual manera, valores morales referenciales de una sociedad dada influyen poderosamente en la generación de un medio social favorable al desarrollo humano. Vale la pena la observación de Jean Philippe Platteau: “Las relaciones de confianza que desarrollanlas personas dependen de las oportunidades y las restricciones que ofrece el contexto histórico-social. Cabe suponer que ellas requieren un ambiente de ‘moral generalizada’ en el sentido de normas de conducta interiorizadas. En la medida en que existen tales normas morales compartidas las personas pueden confiar en que un amplio grupo de anónimos compartan su juicio acerca de lo que son acciones buenas y malas, legítimas e ilícitas. La vigencia de tales normas abstractas predispone a la cooperación social. En cambio, un debilitamiento de la moral en tanto normas socialmente vinculante suele conllevar un debilitamiento de los lazos de confianza y cooperación. En este contexto, la familia adquiere una dimensión social insubstituible, ya que es ella la que aporta los primeros conocimientos y compromisos de sociabilidad y participación a la persona, por lo que las deficiencias y disfuncionalidad en la vida familiar impactan profundamente al desarrollo, pues se traduce en problemas de salud, educación y participación en el trabajo. En fin la familia en el proceso del desarrollo humano plantea la necesidad de impulsar acciones que ayuden a consolidar los procesos de formación y de realización que se verifican en su interior. Muchas familias requieren de apoyo especial para salir adelante y cumplir así su función de formación educativa, de formación en valores y de cuidado de la salud, entre otras. Las políticas de fortalecimiento familiar tendrán entonces un efecto múltiple positivo en cada uno de sus miembros, especialmente en los niños y niñas, así como en los jóvenes, si se presenta por parte de ellos el interés y actitud de cambio para mejorar la calidad de vida. BIBLIOGRAFIA Guzmán, Virginia (1998). "La equidad de género como tema de debate y de políticas públicas". En Eliana Largo (ed.) Género en el Estado. Estado del género. Ediciones de las mujeres 27. Santiago de Chile: Isis Internacional, pp. 55-70. Hare-Mustin, Rachel y Janet Marecek (1994). Marcar la diferencia. Psicología y construcción de los sexos. Barcelona: Herder. Kliksberg, Bernardo (1997). "Repensando el Estado para el desarrollo social: más allá de convencionalismos y dogmas". Revista Paraguaya de Sociología, año 34, Nº 99, mayoagosto, pp. 159-197.