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2 3 4 Salud Mental, Trastornos emocionales comunes, Trastorno de conducta perturbadora…………………………….Pág. #5 Fobia escolar y otros trastornos de ansiedad…Pág. # 6 Depresión infantil, Estrés y resistencia: factores de protección Pág. # 7 Tensiones de la vida moderna, Afrontando el estrés: el infante resistente……………………………………………..Pág. # 8 Ley Infantil de Costa Rica……………………………… 5 Salud mental El termino salud mental es un poco apropiado ya que por lo regular se refiere a la salud emocional. Así como algunos niños tienen anormalidades físicas o mentales, otros no se desarrollan normalmente en la esfera emocional. Es necesario considerar varias perturbaciones emocionales comunes y luego los tipos de tratamiento. Trastornos emocionales comunes Los trastornos de ansiedad o del estado de animo son los mas comunes (sentirse triste, deprimido, no querido, nervioso, temeroso o solitario); y el trastorno de conducta perturbadora (agresión, desafió o conducta antisocial). Algunos problemas parecen estar asociados con una fase particular de la vida del niño y desaparecen gradualmente, pero otros necesitan ser tratados para prevenir problemas futuros. Trastorno de conducta perturbadora Las rabietas y la conducta desafiante, pendenciera, hostil, deliberadamente fastidiosa, común entre los niños de 4 y 5 años, por lo general disminuyen durante la niñez intermedia. Cuando dicho patrón de conducta persiste hasta los 8 años, los niños (por regular varones) pueden ser diagnosticados con el trastorno negativista desafiante (TND), un patrón de desafió, desobediencia y hostilidad hacia las figuras de autoridad adulta. Los niños con trastorno negativista desafiante constantemente pelean, discuten, pierden los estribos, roban cosas, culpan a otros, están enojados y resentidos y, por lo general, prueban los limites de la paciencia de los adultos. Algunos niños alcanzan un patrón repetitivo y persistente de actos agresivos y antisociales como ausentismo escolar, inicio de incendios, mentiras habituales, peleas, vandalismo, violación o prostitucion y uso de armas. Esto se denomina trastorno de conducta (tc). Muchos niños con trastorno de conducta también padecen el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Alguno niños de 11 a 13 años transitan del trastorno de conducta a la violencia criminal, atracos, violaciones y robos, y para los 17 años pueden ser infractores frecuentes y serios. Fobia escolar y otros trastornos de ansiedad Los niños con fobia escolar tienen un temor infundado de ir a la escuela. Algunos niños tienen razones reales para evitar ir a la escuela; un maestro sarcástico, trabajo demasiado exigente o un hostigador en el patio de juegos. 6 La verdadera fobia puede ser un tipo de trastorno de ansiedad por la separación, una condición que involucra ansiedad excesiva, almenos por cuatro semanas, debida a la separación del hogar o de la gente a la que el niño esta apegado. El trastorno de la ansiedad por la separación (que no debe confundirse con la ansiedad por la separación en la infancia) afecta a 4 por ciento de los niños y jóvenes adolescentes y pueden persistir hasta los años universitarios. Estos niños a menudo provienen de familias muy unidas y afectuosas, pueden desarrollar el trastorno después de la muerte de una mascota, una enfermedad, el cambio de una nueva escuela. Muchos de estos niños presentan síntomas de depresión; tristeza, alejamiento, apatía o dificultad para concentrarse. Los niños con fobia escolar tienden a ser estudiantes promedio o buenos. Suelen ser tímidos e inhibidos lejos de casa, pero obstinados, testarudos y exigentes con sus padres. El elemento mas importante en el tratamiento es un regreso temprano y gradual a la escuela, y los niños regresan sin mucho problema una vez que el tratamiento ha comenzado. La fobia escolar también puede ser una forma de fobia social: temor extremo y/o evitación de las situaciones sociales. Los niños con fobia social pueden tener tanto miedo del bochorno que se ruborizan, sudan o tienen palpitaciones cuando se les pide que hablen en clases o cuando se encuentran con un conocido en la calle. La fobia social es mucho mas común de lo que alguna vez se creyó, afecta a cerca de 5 por ciento de los niños y un 8 por ciento de los adultos. La fobia social se presenta en familias, por lo que puede haber un componente genético. A menudo esas fobias son desencadenadas por experiencias traumáticas, como el hecho de que la mente del niño se quede en blanco cuando se le llama en la clase. Los niños también desarrollan fobias sociales al observar como responden sus padres a las situaciones sociales. Algunos niños tienen un trastorno de ansiedad generalizada, el cual se centra en una parte específica de su vida, como la escuela o las relaciones sociales. Esos niños se preocupan por todo: las calificaciones escolares, estar a tiempo, las guerras o los terremotos. Su preocupación parece ser independiente de su desempeño o de cómo son considerados por los otros. Tienden a ser perfeccionistas, conformistas y a dudar de si mismos. Buscan aprobación y necesitan ser tranquilizados constantemente. El trastorno obsesivocompulsivo es mucho menos común; quienes los sufren están obsesionados por pensamientos, imágenes o impulsos repetitivos e intrusitos y a menudo presentan conductas compulsivas, como el lado de manos constante en un intento por librarse de esas obsesiones. Los trastornos de ansiedad son dos veces más comunes en las niñas que entre los niños. La mayor vulnerabilidad femenina a la ansiedad comienza a los 6 años. Las mujeres también son mas susceptibles a la depresión, la cual en cierta forma es similar a la ansiedad y a menudo va de la mano con ella. Una tendencia a la ansiedad y la depresión surge de experiencias tempranas ante las cuales los niños sienten una falta de control sobre lo que sucede a su alrededor. 7 Depresión infantil “Nadie me quiere” no es una queja inusual entre los niños de edad escolar, quienes tienden a ser conscientes de la popularidad; pero una sensación prolongada de soledad puede ser un signo de depresión infantil, un trastorno de estado de ánimo que va más allá de la tristeza temporal normal. En cualquier momento dado, entre 10y 15 por ciento de los niños y adolescentes presentan síntomas de depresión, como incapacidad para divertirse o centrarse, fatiga, actividad o apatía extrema, llanto, problemas de sueño, sentimientos de minusvalía, cambio de peso, malestares físicos o pensamientos frecuentes acerca de la muerte o el suicidio. La presenciada de cinco de estos síntomas con una duración de al menos dos semanas, puede señalar depresión. Si los síntomas persisten, el niño debe recibir ayuda psicológica. La depresión puede conducir a un intento de suicidio y a menudo señala el inicio de un problema recurrente que, si esta presente durante la adolescencia es probable que persista en la edad adulta. Se desconocen las causas exactas de la depresión infantil. Los estudios hechos a gemelos han encontrado que el carácter hereditario de la depresión infantil no es significativo, aunque de 20 a 50 por ciento de los niños y adolescentes deprimidos tienen una historia familiar en la que aparece. Los niños deprimidos provienen de familias con altos niveles de depresión, ansiedad, abuso de drogas o conducta antisocial de los padres; y la atmósfera en dichas familias incrementan el riesgo que corren los niños de sufrir depresión. Las interacciones tempranas con los cuidadores pueden establecer las bases para la depresión infantil. Niños de incluso 5 o 6 años pueden reportar con precisión estados de ánimo y sentimientos depresivos que pronostican problemas posteriores, desde académicos a la depresión mayor e ideas de suicidio. A menudo la depresión surge cuando el infante avanza de la primaria a la secundaria; puede estar relacionada a presiones académicas severas. La transición a la secundaria parece especialmente estresante y depresiva en jóvenes que no tienen creencias sólidas de auto eficacia y que tienen poca inversión personal en el éxito académico. Estrés y resistencia: factores de protección El estrés es una respuesta a las exigencias físicas o psicológicas que da una persona. Los eventos estresantes, o estresores, forman parte de la infancia y la mayoría de los jóvenes aprenden a afrontarlos. Sin embargo, el estrés que se vuelve abrumador puede dar lugar a problema psicológicos. Estresares severos como el secuestro o el abuso sexual, o actos sumamente destructivos como los tiroteos escolares. 8 Tensiones de la vida moderna El psicólogo infantil David Elkind ha llamado al infante actual el “niño apresurado”. Advierte que las presiones de la vida moderna están obligando a los niños a crecer demasiado rápido y están haciendo que su niñez esta llena de tensiones. Se espera que los niños de hoy tengan éxito en la escuela, compitan en deportes y satisfagan las necesidades emocionales de los padres. Los niños están expuestos a muchos problemas de adultos en la televisión y la vida real antes de que hayan resuelto los problemas de la niñez. Saben acerca del sexo y la violencia y a menudo deben cargar con responsabilidades correspondientes a adultos. Muchos niños se mudan con frecuencia y tienen que cambiar de escuela y dejar a los viejos amigos. El ritmo de vida estrechamente programado también puede generar presiones. Pero los niños no son adultos pequeños. Sienten y piensan como niños, y necesitan los años de la niñez para tener un desarrollo saludable. Dada la cantidad de estrés a la que están expuestos los infantes, no debería sorprender que se preocupen mucho. La ansiedad en la infancia ha incrementado notablemente. Los temores al peligro y la muerte son los temores más constantes de los niños de todas las edades. Los niño que crecen rodeados por la violencia a menudo tiene problemas para concentrarse y dormir. Pueden tener temor de que sus madres los abandonen. Alguno se vuelven agresivos y otros llegan a acostumbrarse a la brutalidad. Muchos no se permiten apegarse a otras personas por temor a ser lastimados y sufrir mas perdidas. Los niños que enfrentan riesgos múltiples, viven en comunidades violentas, son pobres y reciben una crianza, educación y atención de la salud inadecuadas, tienen la mayor probabilidad de sufrir un daño permanente en su desarrollo. Afrontando el estrés: el infante resistente Los infantes resistentes son quienes resisten las circunstancias que pueden destruir a otros, mantienen la serenidad y competencia ante los desafíos o amenazas, o se recuperan de eventos traumáticos. Esos infantes no poseen cualidades extraordinarias. Simplemente han logrado aferrarse, a pesar de las circunstancias adversas, a los sistemas y recursos básicos que promueven el desarrollo positivo en los niños normales. Los dos factores protectores más importantes, que parecen ayudar a infantes y adolescentes a superar el estrés y que contribuyen a la resistencia, son las relaciones familiares saludables y el buen funcionamiento cognoscitivo. Es probable que los infantes resistentes tengan buena relaciones y vínculos sólidos al menos con un padre o cuidador que les brinde apoyo. De no ser así, es que el infante esta cercano al menos a otro adulto competente y afectuoso. Los infantes resistentes suelen tener un CI elevado y son buenos para resolver problemas. Sus habilidades superiores para el procesamiento de la información les ayudan a afrontar la adversidad, protegerse, regular su conducta y aprender de la experiencia. Pueden atraer el interés de los maestros, quienes actúan como guías, confidentes o mentores. 9 Otros factores protectores con frecuencia incluyen: Características de los niños y adolescentes resistentes Fuentes Característica Individuo Buen funcionamiento intelectual Atractivo, sociable, de trato fácil Auto eficacia, confianza en si mismo, alta autoestima Talentos Fe Familia Relación estrecha con una figura paterna amorosa Crianza con autoridad, calidez, estructura, expectativas elevadas Ventajas socioeconómicas Conexiones con redes familiares de apoyo extendidas Contexto extrafamiliar Vínculos con adultos pro sociales fuera de la familia Conexiones con organizaciones fuera de la familia Conexiones con organizaciones pro sociales Asistencia a escuelas eficaces La personalidad del niño: Los niños resistentes son adaptables, amistosos, agradables, independientes y sensibles a los demás. Son competentes y tienen alta autoestima. Son creativos, ingeniosos, independientes, autorregulados y auto motivados. Riesgo reducido: Los niños que han sido expuestos solo a uno de varios factores fuertemente relacionados con el trastorno psiquiátrico (como la discordia entre los padres, la baja posición socioeconómica, una madre perturbada, un padre delincuente y experiencia en hogares transitorios o en una institución) a menudo son mas capaces de superar el estrés que los niños expuestos a mas de un factor de riesgo. Experiencias compensatorias: Un ambiente escolar que brinde apoyo o experiencias de éxito en los estudios, los deportes, la música o con otros niños o adultos ayuda a compensar una vida familiar destructiva. En la edad adulta, un buen matrimonio compensa las malas relaciones vividas al inicio de la vida. Lo alentador acerca de los hallazgos es que las experiencias negativas en la niñez no necesariamente determinan el resultado en la vida de una persona y que muchos niños tienen la fuerza para superar las circunstancias más difíciles. 10 Ley Infantil de Costa Rica 11 12