Download ALGO_SOBRE_LAS_PROTEINAS - Colegio Del Salvador
Document related concepts
Transcript
ALGO SOBRE LAS PROTEINAS Extraído del libro del Dr. Osvaldo J. Brusco ¿Qué debemos comer? Para el vulgo, proteínas es sinónimo de carne, y para muchos argentinos carne significa todavía churrasco, bife o tira de asado. Indudablemente, como van las cosas económicas en nuestro país, el “diccionario gastronómico popular” va a cambiar a la fuerza, pero mi intención es que esto ocurra pacíficamente y sin pena. Para ello es necesaria una adecuada información respecto de qué son y para qué sirven las proteínas. La palabra proteína fue utilizada por el químico holandés Mulder en 1840, y deriva del griego “proteios”, significando “ lo que esta primero” o “en primer lugar”. Esto es muy correcto, pues las proteínas constituyen la estructura básica de todas las células y son componentes de las dietas esenciales para la vida. Una proteína puede ser definida como una sustancia orgánica que por descomposición (hidrolisis, o digestión) libera unidades estructurales llamadas aminoácidos. Estos, una vez absorbidos en el intestino reconstituyen a las proteínas de nuestro organismo, es decir, se transforman en músculos, y otros tejidos proteicos. Como el organismo animal no forma o sintetiza determinados aminoácidos que necesita, estos deben ser provistos por las proteínas de la dieta. Esos aminoácidos son tan necesarios para la salud que se denominan esenciales o indispensables y su número alcanza a ocho. Precisamente, en función de su presencia puede juzgarse la calidad nutricional de las proteínas ingeridas: son de primera calidad aquellas que los contienen. Entendido esto, pasemos a considerar ahora cuales son los alimentos ricos o proveedores de proteínas. Es correcto que las carnes lo son, pero es inexacto pensar que carne y proteínas son sinónimos. En primer lugar, carne no indica un origen exclusivamente vacuno. Bajo esa denominación genérica que específicamente incluye todo tejido muscular de un animal comestible, se incluyen las “carnes” de vacuno, aves, pescado, cerdo, cordero, animales de caza y también a las vísceras (hígado, riñón, etc.) a los fiambres y embutidos. En segundo lugar, las carnes no son los únicos alimentos promovedores de proteínas de primera calidad. También los son la leche, el queso y los huevos. A propósito dejo para mencionar aparte otros alimentos de origen vegetal que también contiene proteínas. Debe notarse que la composición proteica de los seres del reino vegetal difiere del a del reino animal; por eso, salvo excepciones, la composición aminoacidica de las proteínas vegetales no es lo completa que necesitamos. Así por ejemplo, los cereales (trigo, maíz, etc.) y sus derivados (pan etc.) son deficiente en dos (isoleucina y lisina) de los ocho aminoácidos esenciales; las legumbres (porotos, garbanzos, etc.) son deficientes en tres (triptófano, metionina y cistina), las hortalizas frescas en dos (metionina y cistina). De esto perecería resultar claro que no se pueda depender de los alimentos vegetales para nuestro aprovisionamiento proteico, y por lo tanto estaría justificado seguir consumiendo carne y más carne. No me cabe duda de que usted quiere que yo le diga que así es, pero, por suerte, la ciencia de la nutrición ha desarrollado en años recientes el concepto de complementación proteica, que entre otras cosas, no hace más que confirmar cuán maleducado alimentario somos los argentinos (consumo de carne vacuna por habitante por año 80,3 kg). El concepto mencionado simplemente expresa la posibilidad de combinar dos proteínas incompletas de origen vegetal, una insuficiente en un aminoácido y otra en otra, de modo que al reunirlas en una comida o preparación alimenticia, el todo resultante contenga los aminoácidos necesarios para el organismo animal. También la complementación puede realizarse cambiando proteínas de origen animal con otras de origen vegetal. Como ejemplos menciono los siguientes señalando entre paréntesis las deficiencias de aminoácidos que son suplidas por el otro constituyente del dúo alimentario: cereales (isoleucina, lisina) con leche, o pan con queso, o fideos con queso, legumbres (triptófano, metionina, cistina) con arroz (isoleucina, lisina), cereales con legumbres, por ejemplo arroz con porotos, etc. Resumiendo todo esto; necesitamos proteínas que contengan aminoácidos y si bien lo más simple es hacerlo consumiendo un buen bife, no hay que olvidar a los otros renglones del rubro carne, ni tampoco a la posibilidad de complementar con inteligencia proteínas aisladamente inadecuadas. LA COMPLEMENTACION PROTEICA El continuo ascenso en el precio de la carne – vacuna, se entiende – sigue siendo noticia y motivo de gran preocupación para gobernantes y gobernados. Pero a mi entender este problema tiene más importancia política y psicología que verdaderamente científico nutricional. Las razones me inducen a pensar así son varias y se las adelanto: 1) nuestro consumo de carne de vacuno es definitivamente excesivo. 2) hay otros alimentos animales que proveen proteínas de igual o mejor calidad (valor biológico) que las carnes vacunas, a la cual por lo tanto, podrían sustituir en parte, pero cuyo consumo por habitante es muy bajo, comparado con el de esta. es el caso de lácteos (leche, yogur, quesos), huevos y otros productos cárneos que los argentinos parecemos olvidar (pescado, ave, cerdo, cordero, vísceras, chacinados, etc.) 3) sumando todos los alimentos de origen animal que ingerimos diariamente y calculando su contenido proteico, resulta que el argentino promedio cubre con holgura – y en muchos casos con exceso innecesario y perjudicial- sus requerimientos proteicos. 4) utilizando el recurso de complementación proteica – motivo central de este articulo – podrían consumirse con indudables beneficios para la salud colectiva más alimentos de origen vegetal y menos – particularmente carne vacuna- de origen animal. En síntesis los argentinos debemos entender alguna vez que no hace ninguna falta consumir tantas proteínas - ¡en su mayor parte de origen carneo- vacuno!Pasemos ahora a lo de la “complementación proteica” comenzando con una idea básica. Nuestro organismo animal necesita consumir diariamente una determinada cantidad de proteínas que contengan los 8 aminoácidos esenciales, llamados así porque nuestro cuerpo no los puede sintetizar. Estos ocho aminoácidos son – fenilamina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, treonina, triptófano y valina – se encuentran todos en la proteína de origen animal provistas por las carnes no (¡no solo las de vacuno!) y productos derivados – relacionados., los huevos y lácteos. Por esa razón las proteínas animales son consideradas como de primera calidad o de alto valor biológico. (Atención el más alto lo tiene la ovoalbúmina, proteína de la clara del huevo y no la carne vacuna). Los alimento vegetales, en cambio, proveen proteínas cuya cantidad puede ser satisfactoria, pero no ocurre lo mismo con su calidad. Ello se debe a que en el reino vegetal suelen ser escasos varios de los mencionados aminoácidos esenciales principalmente isoleucina, lisina, metionina y triptófano. Una primera conclusión parcial de lo dicho hasta ahora podría ser la siguiente: podemos vivir de los alimentos animales y no de los vegetales. Vivir exclusivamente de los alimentos vegetales, sin afectar en el largo plazo, nuestra salud es difícil, pero no imposible. ¡Pero yo no estoy proponiendo que los argentinos se transformen en vegetarianos estrictos! Solo trato de hacerles entender que se pueden combinarse proteínas animales y vegetales – menos de lo habitual de las primeras y más de las segundas – y también proteínas vegetales entre sí, logrando combinaciones optimas desde el punto de vista nutricional, todo por medio de la complementación proteica.se Esto consiste en combinar en nuestras comidas alimentos cuyas proteínas tienen algunos aminoácidos esenciales escaso o ausentes, pero haciéndolo de tal manera que esas proteínas se complementes proveyendo unas los aminoácidos que les faltan a las otras. El resultado es una mezcla proteica de valor bilógico satisfactorio, aun cuando el punto de partida fueron proteínas de valor biológico insuficiente. El todo es así mejor que las “partes” aisladas. Los 3 ejemplos generales más comunes de complementación proteica con los siguientes 1) combinación de granos (cereales) – insuficientes en aminoácidos isoleucina y lisina – con legumbres – buena fuente de ambos aminoácidos aun cuando pobres en metionina y treonina (ambos aminoácidos a su vez, son provistos por los granos)2) combinación de granos con productos lácteos (ricos en todos los aminoácidos, esenciales), 3) combinación de semillas (sésamo, girasol) escasas en isoleucina y lisinacon legumbres. A estas alturas del articulo usted estará argumentando, amigo lector (¿es resistente al cambio?), que las combinaciones mencionadas –perfectos ejemplos de “complementación proteico” –son ajenas a nuestra tradición, herencia cultural-gastronómica, etc. creo que esos son argumentos de alto contenido emocional. De hecho, usted muchas veces practica, quizás sin saberlo, los principios científicos en que se basa la “complementación proteica” ¿acaso nunca comió pan con queso, arroz con leche, empanadas de carne, guiso de arroz con legumbres y carnes, etc.?