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NO COMENTERÁS ADULTERIO. ESTUDIO DEL SÉPTIMO MANDAMIENTO Se pensamos que el séptimo mandamiento solamente está escrito en Éxodo 20:14, estamos rotundamente equivocados. La Biblia, la palabra de Dios, habla muchas veces y de muchas formas de adulterio. La enseñanza de Jesús sobre este tema habla de la siguiente manera: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Mateo 5:27-28. El hecho de codiciar es la acción del corazón y después hecho mental de querer para uno y para si lo que Dios no le ha dado. El consejo de Proverbios 4: 23 es: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. He escuchado algunos predicadores que dicen lo siguiente: “Un pájaro puede volar sobre la cabeza de uno, pero no debemos permitir que el haga un nido sobre nuestra cabeza”. “Infidelidad” o falta de lealtad entre dos personas que están conectadas por uno con el otro por un compromiso de vida. Por ejemplo en relación matrimonial. En los dos mandamientos anteriores a este, Dios está construyendo bases y normas, o reglas para la vida en familia, esto porque la familia es la célula Mater de la sociedad. En donde no hay respeto, normas y reglas para controlar, guiar y dirigir la familia, la sociedad se destruye por sí misma. Hoy vamos estudiar este tema que es de mucha importancia a través de toda la Biblia que es la palabra de Dios. Adulterio entre dos personas. Dios tiene un interese profundo en la relación familiar. Toda la creación de Dios apunta para la familia y su seguridad. El patrón familiar no solamente es agradable a los ojos de Dios como también es bendecido y aprobado. La tercera persona que puede ser buscada en una relación matrimonial es la persona de Dios. Cuando entra otra persona humana en esta relación, esta, toma el lugar de Dios, y esto es considerado adulterio o infidelidad, primeramente, a la persona de Dios, y destruye el sello que Dios ha puesto y aprobado para esta relación conyugal. “No cometerás adulterio”. Primeramente, vamos definir la palabra “adulterio”. Esta palabra puede ser interpretada como Adulterio religioso. Hay textos bíblicos cuando Dios habla de la infidelidad de su pueblo. Cuando Moisés pasa los 40 días en el monte con Dios y el pueblo derrite el oro y plata que Dios les había dado a través de las manos de los egipcios para idolatria. “Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios”. La infidelidad del pueblo es considerado adulterio. Adulterio es idolatría. Dios demanda de nosotros el primer lugar. “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas”. Deut. 6:5. El pecado de idolatría es algo abominable delante de Dios. El rey Joroboam, rey Israel, en el reino del norte, es mencionado en la Biblia como el rey que pecó y que enseñó el pueblo a pecar. “Por los pecados que Jeroboam había cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel; y por su provocación con que provocó a enojo a Jehová Dios de Israel”. 1 Reyes 15:30. Los adúlteros y su condenación. La Biblia condena toda clase de adultero. “… No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones……. Heredarán el reino de Dios”. 1 Corintios 6:9-10. Todas estas cosas está escritas no para condenación y sin para nuestra amonestación para que no caigamos en las mismas contradicciones en las cuales otros pueblos cayeron y no agradaran a Dios. Nuestro Dios nos ama de tal modo que no nos deja sin luz y guía en estos asuntos que son tan importantes para nuestro vivir. Gracias sean dadas a Dios por todo lo que hace por nosotros. ¡A Dios Sea La Gloria!