Acumulación del capital
La acumulación del capital es un término referido a la creación y aumento paulatino de capital dentro de la teoría económica. El término capital no solo envuelve a los bienes de capital propiamente dichos (maquinarias, plantas, etc.) sino también al capital financiero y al capital humano (educación, capacitación, desarrollo profesional, experiencia, etc.). Desde el punto de vista conceptual, un aumento del capital sustentado en ahorro real, e invertido empresarialmente de forma correcta, produce un enriquecimiento paulatino de toda la sociedad. En concreto, el trabajador se vuelve más productivo por la incorporación de mejores y más bienes de capital, por lo que aumenta su salario real; y el empresario obtiene también mayores beneficios pues el aumento de productividad le permite tanto reducir costes como aumentar su producción (a la vez que se reducen los precios). Así, mientras mayor ahorro real exista, y más libre sea el mercado para que los empresarios puedan utilizar los recursos escasos que tienen a disposición en virtud de invertir empresarialmente ese ahorro real, mayor será la demanda de trabajo, mejores serán los bienes de capital y menores serán los precios de los bienes producidos, todas variables que aumentan los salarios reales de la sociedad, y todas consecuencias naturales del proceso capitalista que conducen al crecimiento económico sostenido y al aumento del nivel general de vida de toda la población.Dentro del análisis económico, es probable que los modelos más conocidos en donde la formación y acumulación de capital juegan un papel preponderande dentro del crecimiento económico sostenible, estén dentro del marco neoclásico (por ejemplo, el modelo de Solow), dentro de los análisis de la Escuela Austríaca y también de la escuela de Chicago.Quizá la mayor crítica al concepto de acumulación de capital provenga del pensador socialista, Karl Marx, cuyas críticas, a pesar de estar fundamentadas en teorías que han sido criticadas por una amplia gama de economistas y filósofos, entre los que se nombran a modo de ejemplo Karl Popper o Eugen von Böhm-Bawerk, siguen siendo aún hoy tenidas en cuenta, especialmente por los movimientos políticos de izquierda.