Traición occidental
La traición occidental, también denominada traición de Yalta, fue la política externa aplicada por varios países occidentales entre 1919 y 1968 concerniente a Europa del Este y Central. Estas políticas violaron los pactos y acuerdos de los Aliados llevados a cabo durante el período que se extiende desde la firma del Tratado de Versalles y la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra Fría.La percepción de ""traición"" surge porque los Aliados occidentales promovían la democracia y el derecho a la autodeterminación mediante la firma de pactos y la formación de alianzas militares antes y durante la Segunda Guerra Mundial, pero más tarde abandonaron aparentemente estos pactos, ya que, por ejemplo, aceptaron que la Alemania Nazi se anexase sectores de Checoslovaquia (Acuerdos de Múnich) y abandonaron a sus aliados polacos durante la Invasión de Polonia de 1939 y durante el Alzamiento de Varsovia en 1944. Las potencias occidentales, además, firmaron el acuerdo de Yalta y después de la Segunda Guerra Mundial hicieron nada o muy poco para evitar que estos estados cayeran bajo la influencia y el control del comunismo soviético. Además, cuando estalló la Revolución húngara de 1956, Hungría no recibió apoyo moral ni militar de las potencias occidentales durante el alzamiento, el cual finalmente fue reprimido por el Ejército Rojo.En 1968 se repitió el mismo escenario, cuando el ejército del Pacto de Varsovia liderado por la Unión Soviética invadió la República Socialista de Checoslovaquia para reprimir los cambios introducidos durante la Primavera de Praga en el sistema gobernante comunista.Con respecto a la Conferencia de Yalta y sus consecuencias, algunos historiadores discuten el concepto de ""traición occidental"", bajo el argumento de que el Primer Ministro Británico Winston Churchill y el Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt no tenían más opción que aceptar las demandas que su aliado, el gobernante soviético Iósif Stalin, pronunció en la Conferencia de Teherán y más tarde en Yalta. Sin embargo, existieron algunos juicios erróneos concernientes el poder de la Unión Soviética sobre las potencias occidentales, de manera muy similar al caso de la Alemania nazi una década antes. Los defensores de Yalta suelen apoyar la idea de que Yalta fue realmente una traición por parte de los países de Europa Central y del Este sin considerar la suerte de Polonia. Las fuerzas polacas habían combatido contra los alemanes durante más tiempo que cualquier otro país desde el principio de la guerra. Pelearon junto a las tropas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética en la mayoría de las campañas importantes en Europa, incluyendo la Batalla de Berlín. En la etapa final de la guerra, las tropas polacas de todos los frentes europeos, excluyendo el Armia Krajowa, sumaban más de seiscientos mil soldados (entre infantería, tropas armadas, fuerza aérea y marina). Estas cifras convirtieron a las Fuerzas Armadas Polacas en la cuarta más numerosa, después de la Unión Soviética, los Estados Unidos y Gran Bretaña. El gobierno de Polonia en el exilio fue un aliado oficial de los Estados Unidos y de Gran Bretaña. Pese a todo esto, Roosevelt no evitó la instalación de un gobierno comunista en Polonia.Otros historiadores sugieren que Churchill urgió a Roosevelt para que continuase con la acción militar en Europa, pero en contra de la Unión Soviética, para evitar que la URSS extendiese su control más allá de sus fronteras. Roosevelt aparentemente confiaba en la seguridad de Stalin y se negó a hacer caso de la sugerencia de Churchill para asegurar la libertad de toda la Europa no soviética. Sin el apoyo de los Estados Unidos, el Reino Unido, cuya fortaleza estaba muy desgastada tras seis años de guerra, fue incapaz de hacer algo en apoyo de las repúblicas de Europa Oriental. Incluso sin el apoyo norteamericano, la ejecución de las acciones en contra de la Unión Soviética habrían sido altamente inciertas.