Metal amorfo
Un metal amorfo es un material metálico con una estructura desordenada a escala atómica. A diferencia de la mayoría de los metales, que son cristalinos y por lo tanto tienen un arreglo sumamente ordenado de átomos, los aleados amorfos son no cristalinos. Los materiales en los cuales se produce una estructura así de desordenada en forma directa desde el estado líquido durante la solidificación se llaman ""vidrios"", por lo que los metales amorfos son comúnmente referidos como ""vidrios metálicos"" o ""metales vítreos"". Sin embargo, existen varias formas, además de la solidificación extremadamente rápida, para producir metales amorfos, incluyendo deposición física de vapores, reacciones de estado sólido, implantación de iones, melt spinning, y aleación mecánica. Algunos científicos no consideran a los metales amorfos producidos mediante estas técnicas como vidrios. Sin embargo, los especialistas en materiales consideran generalmente a los aleados amorfos como una única clase de materiales, independientemente de cómo fueron obtenidos.Antiguamente se producían pequeños lotes de metales amorfos mediante una variedad de métodos de enfriamiento rápido. Por ejemplo, se han producido alambres de metal amorfo mediante pulverización de metal fundido sobre un disco de metal girando (melt spinning o torneado en estado de fusión). El enfriamiento rápido, que se produce en el orden de millones de grados por segundo, es demasiado rápido para permitir la formación de cristales y el material entonces queda ""atrapado"" en estado vítreo. Más recientemente, se han obtenido una serie de aleaciones con tasa de enfriamiento crítica lo suficientemente baja como para permitir la formación de estructuras amorfas en capas gruesas (más de 1 milímetro). Éstos se conocen como vidrios metálicos masivos (bulk metallic glasses (BMG) por sus siglas en inglés). Liquidmetal vende una serie de BMGs a base de titanio, desarrollados en estudios llevados a cabo originalmente en el Caltech. Se han producido también lotes de aceros amorfos que muestran unas resistencias a la tracción mucho mayores que las de los aceros aleados convencionales.