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Crisis de la monarquía española desde principios del siglo XIX y sus
repercusiones en las colonias latinoamericanas. Ensayo
Por: Neido Novas E.
Introducción
El inicio del siglo XIX encontró a España debilitada por las continuas guerras que había
emprendido como aliada de Francia contra Gran Bretaña. En particular, la derrota naval de
Trafalgar (1805) dejó a España sin posibilidades de ejercer el monopolio comercial con sus
territorios de ultramar. Por su parte, Gran Bretaña consolidaba su control marítimo y
amenazaba a los territorios americanos españoles. Los proyectos de Napoleón convertían la
península Ibérica en pieza clave para la concreción del “bloqueo continental”, con el cual
pensaba vencer a Inglaterra. Para España, por su parte, la alianza con Napoleón se convertía
en la única posibilidad de derrotar a los ingleses. En octubre de 1807, por el Tratado de
Fontainebleau que contemplaba el reparto de Portugal, España abrió sus fronteras al ingreso
de las tropas francesas que tenían como destino la ocupación de los territorios Una vez en
suelo español las tropas francesas fueron ocupando el territorio, llegando a Madrid en marzo
de 1808.
Se produce la sublevación, el Motín de Aranjuez, que pedía la destitución de Godoy y a la
abdicación de Carlos IV a favor de Fernando VII. El emperador francés Napoleón Bonaparte
aprovechó la situación y obligó al padre e hijo a que abdicaran a la Corona española, la cual
fue cedida por Napoleón a José Bonaparte quien asumió al trono español. La situación
repercutió fuertemente en las colonias americanas, las cuales no recocieron la autoridad del
hermano del emperador francés y levantaron su apoyo a España y a Fernando VII. No
obstante, a pesar de la positiva respuesta de los americanos, el sistema colonial hispano estaba
sumido en una profunda crisis que no encontraría solución. Al
desmembramiento del
régimen político español en Europa y en América, se agregaba el descontento de los criollos
por las férreas estructuras sociales y económicas que aseguraban privilegios para los
ciudadanos peninsulares. En este curso se detallan la formación de Juntas de Gobiernos y
Cortes en España, así como en las colonias y propósitos de cada una. En ellas los criollos
exigen estar representados; las aptitudes asumidas por las autoridades peninsulares y de
cómo fue el proceso de las guerras emancipadoras a lo largo de todo el siglo XIX que en su
mayoría fueron lideradas por criollos; además de las actuaciones de las masas populares. La
valoración de los primeros indicios basados en un nacionalismo incipiente y de la necesidad
de tener autonomía política y libre economía, que van a plasmarse en revoluciones de
carácter independentistas.
También se presenta un resumen donde se analizan los antecedentes y factores que incidieron
en el surgimiento de movimientos separatistas o independentistas que se desarrollaron en la
mayoría de las colonias latinoamericanas. Desde finales del siglo XVIII y a lo largo de todo
el siglo XIX, las colonias fueron lugares donde se escenificaron levantamientos armados
encabezados por criollos contra el dominio colonial. Estos a la vez culminaron con la
separación de sus correspondientes metrópolis y/o proclamación de sus respectivas
independencias. Todo ello obedeció a causas de tipo político, económico, social e ideológica;
con grandes incidencias en el movimiento filosófico de la ilustración; en la estructura interna
de las propias colonias; de las metrópolis; en la Revolución de las trece colonias inglesas de
Norteamérica y en los postulados de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano proclamado en la Revolución burguesa francesa.
1. Antecedentes
Durante los últimos años del siglo XVIII, España modificó varias veces sus alianzas con otros
países europeos. En 1792, junto con otras monarquías de Europa, le declaró la guerra a
Francia, como reacción ante la ejecución del monarca Luis XVI. Sin embargo, pocos años
después, en 1795, España firmó con los franceses la Paz de Basilea. Como consecuencia de
esto, ambos países quedaron aliados y enfrentados con Inglaterra. La rivalidad militar de
España e Inglaterra se combinaba con la económica. Inglaterra estaba en pleno proceso de
revolución industrial y las colonias españolas en América eran un mercado deseado por los
comerciantes ingleses. La guerra con Inglaterra separó a España de sus colonias, ya que dejó
a los españoles sin recursos económicos para protegerlas militarmente y para abastecerlas de
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mercancías. Asimismo, los conflictos bélicos en los que España se vio involucrada
agudizaron la grave crisis económica que este país atravesaba desde mucho tiempo atrás.
En el marco del enfrentamiento con Inglaterra, el emperador francés, Napoleón Bonaparte,
decretó un bloqueo continental: una zona de vigilancia para que los británicos no pudieran
comerciar con otros países del continente europeo. Para aislar totalmente a Inglaterra,
Napoleón necesitaba conquistar Portugal, único apoyo que les quedaba en Europa a los
barcos comerciales ingleses. Para llegar a Portugal, Napoleón solicitó permiso a las
autoridades españolas, sus aliadas, para atravesar el territorio. El permiso fue concedido por
Manuel Godoy, ministro del rey Carlos IV. Godoy era una figura odiada por muchos sectores
de la población española. Consideraban que la lucha contra Inglaterra, que había sido
impulsada por Godoy, había causado la crisis económica y que el ministro estaba preparando,
en realidad, una entrega de España a Francia para lograr beneficios personales. Al difundirse
la noticia de que Godoy había aceptado la propuesta de Napoleón, el ministro apareció ante la
opinión pública como un traidor y comenzó a organizarse un movimiento en su contra,
encabezado por el hijo del rey, Fernando, que era muy querido por el pueblo.
En marzo de 1808, los opositores llevaron a cabo un levantamiento denominado Motín de
Aranjuez. Como consecuencia, Godoy fue destituido y Carlos IV abdicó a favor de su hijo.
Fernando ocupó así el trono de España como Fernando VII. Pocos días después, cuando los
franceses ingresaron en España con destino a Portugal, no aceptaron a Fernando VII. El rey y
la familia real se trasladaron a la ciudad de Bayona -en la frontera entre España y Franciapara reunirse con Napoleón y lograr su reconocimiento. En el encuentro de Bayona, Napoleón
hizo públicos sus objetivos con respecto a España: consideraba a los Borbones como una
dinastía corrupta y quería poner en el trono a un miembro de su propia familia. Sin ofrecer
resistencia, Fernando VII firmó su renuncia incondicional a la Corona española, y su padre,
Carlos IV, la transfirió a Napoleón, quien nombró rey de España a su hermano José. España
quedó así en manos de los franceses.
2-Breve reseña histórica sobre la crisis de la monarquía española desde principios del
siglo XIX
La política exterior y crisis de la monarquía española (1800–1808) se basó en una alianza
hispano-francesa en guerra contra Gran Bretaña. A través del Tratado de Idelfonso en 1796,
firmado entre la Convención Nacional Francés y Carlos IV de España, representado por el
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primer ministro Manuel Godoy, así como el Tratado de Aranjuez de 1801, con el consulado
de Napoleón Bonaparte, restablecieron la alianza tradicional que desde la proclamación de
Felipe V de España había regido las relaciones entre la corona española y la de Francia,
llevándolas durante el siglo XVIII, en la disputa de intereses económicos y coloniales, a una
serie de sucesivos enfrentamientos armados con el imperio Británico.
En mayo de 1802, cuando Napoleón decidió forzar la neutralidad de Portugal que se resistía a
romper como aliado de la corona británica, el ejército español intervino en Portugal
provocando la efímera Guerra de las Naranjas que puso de manifiesto la falta de resolución de
la corte española. Desde 1803, España ayudó económicamente y puso a disposición su
Armada para la guerra naval contra los británicos, que culminaría en octubre de 1805 en la
Batalla de Trafalgar. La gravedad de la derrota en Trafalgar no tuvo las mismas repercusiones
en España y Francia. Napoleón, proclamado ya en 1804 Empereur des Français, hubo de
renunciar entonces a la invasión inmediata por vía marítima a Gran Bretaña, pero pudo
equilibrar su posición con los triunfos militares sucesivos en Austerlitz, el 2 de diciembre de
1805 y de Jena, el 14 de diciembre de 1806, alcanzando acuerdos de paz con austriacos,
rusos y prusianos. Sin embargo, en España, la destrucción de la Armada agravó la crisis
económica al no permitir las comunicaciones con las colonias americanas, en tanto que
aumentaba el recelo hacia la política de alianza.
En 1807, las tropas francesas ocuparon la península ibérica y, en el caso de España, Napoleón
capitalizó en su favor los conflictos políticos internos entre el ministro Manuel Godoy y
Fernando, hijo del rey Carlos IV y heredero al trono, los abusos de poder del ministro habían
creado un clima de descontento entre el pueblo español, disgustado además por la alianza de
su gobierno con Francia y, en consecuencia, en marzo de 1808 se produjo la sublevación, el
Motín de Aranjuez, que pedía la destitución de Godoy y al abdicación de Carlos IV A favor
de Fernando VII. El emperador francés aprovechó la situación y obligó al padre e hijo a que
abdicaran a la Corona española, la cual fue cedida por Napoleón a José Bonaparte,
designando a su cuñado Joaquin Murat como rey de Nápoles en reemplazo de José.
En el contexto político, la dominación napoleónica despertó el sentimiento nacionalista entre
los pueblos sometidos, siendo los ibéricos quienes se subleva primero, el pueblo español se
levantó en armas en Madrid, en mayo de 1808, y en diversas provincias se crearon juntas de
gobierno. Por primera vez, las tropas de Napoleón fueron vencidas a manos de las guerrillas
4
en la batalla de Bailen; más tarde, con ayuda de los británicos comandado por el duque de
Wellington, los españoles y portugueses habría de lograr la independencia. Las formas de
representación llevaron a la creación de la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino,
instancia que proporcionó una solución a la crisis de la monarquía ante la invasión francesa, y
que reconoció los derechos de las provincias españolas y americanas.
No obstante, ante el fracaso político y militar que representó la Junta Suprema Central y
Gubernativa del Reino a principios de 1810, como consecuencia del avance francés sobre
Andalucía, se disolvió y se estableció en su lugar el Consejo de Regencia, instancia que no
fue reconocida por buena parte de las provincias españolas americanas, razón por la cual se
dio paso a su vez, a la conformación de juntas supremas conservadoras de los derechos de
Fernando VII, las cuales asumirían la soberanía interina hasta el regreso del monarca; sin
embargo, meses más tarde estas instituciones radicalizaron sus acciones políticas hasta la
declaración de independencia absoluta de España, dándose inicio así, al largo y complejo
proceso emancipador de los americanos y el comienzo de la construcción de los estados
nacionales.
Dentro del contexto de las colonias latinoamericanas, muchos años antes de 1808 se
reconocen antecedentes al proceso independentista, algunos se produjeron en estas colonias
hispanoamericanas, otras en la metrópoli española, y por último otros, internacionales, son de
influencia mundial reconocida, como la revolución francesa o la independencia de los Estados
Unidos de América. En Hispanoamérica, desde décadas anteriores existieron revoluciones de
las más diversas características y finalidades, pero que no forman parte del movimiento
independentista hispanoamericano, entre las que se destacan la rebelión de Guillén
Lampert en México (1640-1643), Revoluciones de los Comuneros en Paraguay (1721-1735),
la
del canario Juan
Francisco
Guipuzcoana en Venezuela (1748),
de
León contra
el
el
monopolio
de
la
levantamiento maya liderado
Compañía
por Jacinto
Canek en Yucatán (México) en 1761 y el levantamiento quechua-aymara liderado por José
Gabriel Túpac Amaru en el Cuzco (Perú), entre los años 1780 y 1781. La Revolución de los
comuneros en Socorro (actual Santander, Colombia), además de la guerra de Arauco en la
que el pueblo mapuche había detenido el avance español por más de dos siglos.
Las ideas liberales difundidas en América y por todo el mundo gracias a la ilustración; las
enseñanzas impartidas por las universidades; las academias literarias y las sociedades
5
económicas. Difundían los ideales liberales y revolucionarios (propios de la Ilustración)
contrarios a la actuación de España en sus colonias y que tuvieron gran influencia en los
líderes revolucionarios, tales como el principio de soberanía nacional, el contrato social
de Rousseau y los derechos individuales. Los encuentros de los máximos dirigentes
hispanoamericanos de la revolución en el exterior y la participación de algunos de ellos en las
revoluciones liberales europeas, así como sus contactos con los gobiernos exteriores.
3. Causas de las guerras emancipadoras en las colonias Latinoamericanas.
3.1. Causas Internas
A- Desigualdad Social. La organización social creada en América colonial por españoles y
portugueses se caracterizó por una marcada diferenciación social y un trato discriminatorio no
solo hacia indígenas y mestizos, sino incluso hacia los hijos de los ibéricos nacidos en las
colonias, a quienes se clasificó como criollos para distinguirlos de los peninsulares nacidos en
la península ibérica; estos últimos eran los que recibidos encomienda las tierras de la Corona,
junto con los indios para que las trabajaran, y los únicos que tenían accesos a los puestos en el
gobierno y en la iglesia católica, mientras que a los criollos se les negaba la posibilidad de
ocupar puestos públicos altos y se les privaba de los privilegios que tenían las personas
nacidas en España o Portugal. En el orden jerárquico seguían los mestizos y las diferentes
castas producto de las diferentes mezclas raciales, que en realidad no tenían un lugar definido
en la escala social y eran discriminados por una sociedad que ni siquiera los consideraba parte
de ella, por lo que se fueron ubicando con cierta libertad en ciudades y pueblos donde
trabajaban, en el mejor de los casos, como artesanos, o en otros oficios menores.
En el nivel inferior de la escala social estaban los indios, considerados por los europeos casi
como una propiedad adquirida junto con las tierras en encomienda, de manera que tenían
características muy parecida a los siervos feudal en Europa, con la diferencia de que los
indios eran catalogados y tratados como inferiores a los europeos, a pesar de que las leyes
establecidas por las metrópolis respectivas para protegerlos del mal trato. Por último, estaban
los esclavos negros trasladados desde África por traficantes portugueses, holandeses,
ingleses y franceses, cuyo trabajo se utilizaba principalmente en aquellas colonias donde no
se pudo hacer uso extensivo de la mano de obra indígena, como fue el caso de Brasil. Esta
situación de fuertes desigualdades dio origen a movimientos independentistas desde muy
temprano de la época colonial;
6
B- Reformas Administrativas de las Autoridades Coloniales. La población criolla, que
creció económicamente a pesar de las restricciones impuestas por el sistema colonial, se vio
afectada por el aumento de esas restricciones a finales del siglo XVIII, cuando en el marco
del absolutismo ilustrado, se establecieron por disposición de la metrópoli reformas
tendientes a reorganizar la estructura económica y la administración de las colonias, con el
propósito de obtener mayores ingresos de estas basándose en las nuevas ideas de la
fisiocracia;
C- Formación de una Conciencia Criolla Emancipadora. Además del crecimiento
económico, los criollos habían desarrollado una conciencia nacionalista, se habían
considerado ajenos a la metrópoli explotadora y se habían percatado-influidos de las ideas
ilustradas que llegaban de Europa-de necesidad de construir un gobierno independiente, en el
que se pudieran en participar en las tomas de decisiones. La conciencia nacionalista de los
criollos, se reforzaba con nuevas medidas de explotación ejercida por la metrópoli, adquirió
gran impulso antes las reformas administrativas que frenaban su crecimiento económico.
3.2. Causas Externas
A- Decadencia de España y Portugal. Desde fines del siglo XVII había empezado a declinar
el poder hegemónico de los dos países ibéricos, de manera que desde principios del siglo
XIX, tal poder había sido desplazado por otras potencias europeas. A esto se agregaba la
ineficiencia y debilidad de algunos gobernantes incapaces de resolver la crisis internaspolíticas y económicas y que habían provocado un creciente descontento entre la población,
lo cual propicio en el sector medio e intelectual de la sociedad acogiera con gran interés las
ideas de la ilustración, que proponían gobiernos representativos y división de poderes;
B- Las Revoluciones Norteamericana y Burguesa Francesa. Los acontecimientos de lucha
armada desarrollada en las colonias inglesas de Norteamérica, y en Francia, constituyeron el
ejemplo inmediato que sirviera de estimulo a las capas sociales medias en ascenso en las
colonias dominadas por España y Portugal, que solo esperaban la coyuntura propicia para
iniciar una lucha que pusiera fin a la vieja estructura Semi feudal aun imperante y promoviese
cambio hacia una sociedad mejor. Las ideas contenidas en la Declaración de Independencia
de los Estados Unidos y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano emitida
por los franceses, ejercieron gran influencia en los intelectuales criollos;
7
C- Independencia de Haití. La porción occidental de la isla de Santo Domingo era una
productiva colonia francesa habitada en su mayoría por negros y mulatos, con una economía
de plantación dedicada a la exportación de azúcar y café a la metrópoli. Francia tenía allí un
destacamento militar y funcionarios que controlaban la fuerza de trabajo esclava por medio de
la violencia. “La Revolución francesa constituyó una oportunidad de liberación para los
pobladores, que se rebelaron en agosto de 1791 y comenzaron una lucha feroz por la
abolición de la esclavitud y por la independencia. Napoleón intento someter a los rebeldes,
pero fracaso y tuvo que reconocer la independencia. El día primero de enero de 1804 fue
proclamado
el Nuevo Estado republicano de Haití, que se erigía frente a las colonias
iberoamericanas como ejemplo de emancipación”.1
D- Invasión Napoleónica. El avance y triunfo de las tropas francesas enviadas por Napoleón
Bonaparte sobre la península ibérica provocaron la derrota de los monarcas en España y
Portugal, en 1808, y el establecimiento de un gobierno títere controlado por el emperador
francés, el cual no fue reconocido por los pueblos vencidos. La ausencia de un gobierno
legítimo fue aprovechada por los liberales para constituir las Cortes, juntas de gobierno que
funcionarían mientras se lograba la derrota del ejército invasor y se restituían los poderes
auténticos. Esta situación fue ventajosa también para los independentistas latinoamericanos,
que vieron llegada la oportunidad de separarse de la metrópoli en momentos en que esta se
encontraba debilitada y sometida al dominio napoleónico.
4- Movimientos de independencia en las colonias Iberoamericanas
Al conjugarse las circunstancias señaladas anteriormente, aumentó el descontento de los
grandes grupos sociales explotados y discriminados, los cuales iniciaron insurrecciones
encabezadas por líderes criollos como Francisco Miranda, los curas José María Morelos,
Miguel Hidalgo, entre otros. La primera etapa de las revoluciones iberoamericanas se
desarrolló entre 1808 y 1814 y, aunque sus circunstancias fueron muy diversas, se puede
decirse que tienen como rasgo común haberse originado a raíz del vacío de poder que se
produjo en España con la abdicación de Fernando VII, a favor de Napoleón. A partir de 1808,
los criollos desconocieron al gobierno napoleónico usurpador del trono español, y declararon
su adhesión a la Junta Central de gobierno creada en Sevilla en nombre de Fernando VII,
1
Daniel Roselle (1973) Historia de la Humanidad, México, Pág. 38
8
trasladado A Francia después de la abdicación. A esa Junta asistieron representantes de las
colonias americanas, quienes formularon peticiones de carácter liberal; sin embargo, los
criollos se manifestaron inconformes con la Junta Central al considerar que no tenían en ella
la debida representación numérica. La idea de crear juntas gubernativas locales y autónomas,
establecidas a nombre de Fernando VII, se propago por toda América Latina, bajo el
argumento de que, ante la falta de legitimidad de las autoridades locales que dependían de
España, la soberanía queda en mano del pueblo.
Aunque estos gobiernos locales actuaban como independientes y mantenían agentes
diplomáticos en el extranjeros, no declararon su independencia sino hasta fechas tardía; en
excepción de Caracas que la proclamó en 1811, el resto lo hora más tarde; México en 1813 y
Rio de la Plata en 1816. “En general, la independencia era solo una palabra con la que se
demostraba el no reconocimiento de las autoridades españolas más que un pronunciamiento
legal sobre la separación de la patria peninsular”.2
La segunda etapa de la gesta emancipadora se enmarca entre 1816 y 1825. A pesar de la
profunda crisis de las fuerzas emancipadoras la guerra resurgió con todo vigor.
En México el movimiento revolucionario retrocedió en sus perspectivas de transformación
social hasta desembocar por métodos casi pacíficos en una independencia monárquico
conservadora con Iturbide al frente. Algo parecido ocurrió en Centroamérica donde se
produjeron las primeras manifestaciones independentistas: Así podemos apreciar como en el
mes de diciembre 1811 tienen lugar manifestaciones en provincias de Nicaragua como León y
Granada. En 1811 se produce una sublevación criolla en El Salvador y en 1812 se produce
una conspiración criolla en Honduras (Tegucigalpa). Mientras que en julio de 1823 en la
ciudad de Guatemala tiene lugar el congreso que proclamó la independencia centroamericana.
En 1824 se constituyen las Provincias Unidas de Centroamérica y el 24 de abril de 1824: el
joven Estado centroamericano decreta la total abolición de la esclavitud en sus
territorios. Por su parte, para el resto del continente la independencia solo fue posible
mediante una cruenta lucha que culminó con el establecimiento de una serie de repúblicas,
excepto en Cuba y Puerto Rico. “En este proceso al ejército patriota correspondió jugar un
papel decisivo, así vemos como partiendo de sólidas bases logísticas se destacan Simón
2
Antonio Fernández (1994), Historia Universal Contemporánea, España, Pág. 176
9
Bolívar y San Martín, imbuidos de una estrategia de lucha continental; liberaron no solo sus
respectivas patrias, sino también Nueva Granada, Quito, Chile, Perú y el Alto Perú, para
imponer en Ayacucho la capitulación definitiva de España que dio fin a 15 años de guerra”.3
4.1. Proceso de emancipación en la colonia de Nueva España (México)
Los primeros brotes de insurrección comenzaron ese mismo año de 1808. En el mes de
agosto, al recibir la noticia de que la Junta Central de Sevilla exigía a las colonias española el
reconocimiento de su soberanía, el virrey José Iturrigaray se apoyó en el cabildo de la ciudad
de México, predominantemente criollo, para organizar una Junta de Gobierno que, como la de
Sevilla, gobernase a nombre de Fernando VII. Pero la facción peninsular vio esta acción
como un intento de Iturrigaray por separarse de España y, tras aprehenderlo bajo cargo de
traición, lo sustituyeron por Pedro de Garibay, quien prestó juramento de fidelidad a la Junta
Central de España. Pero otras insurrecciones estaban gestándose entre los criollo,
particularmente los de la prospera región del Bajío.
A principios de 1810, el avance napoleónico en España produjo la caída de la Junta de Sevilla
y la ocupación mayor parte del país: estas circunstancias constituyeron el detonante de los
movimientos liberatorios prácticamente en toda la América española. En México, la
conspiración de Querétaro encabezada por el criollo Ignacio Allende fructificó el 15 de
septiembre en el levantamiento dirigido por Miguel Hidalgo, el cura párroco del pueblo de los
Dolores en la intendencia de Guanajuato, quien, después de lanzar vivas a la religión, a la
Virgen de Guadalupe-símbolo religioso del nacionalismo mexicano-y al rey Fernando VII y
pedir la muerte para el mal gobierno, involucra en la guerra a las masas de campesinos
indígenas a favor de quienes decretan la abolición de la esclavitud. Este hecho imprimió a la
lucha mexicana un carácter social que no tuvieron otros movimientos liberatorios, hizo
despertar el resentimiento de los indígenas contra quienes les habían hecho objeto de opresión
durante tres siglos, la lucha se convirtió en una violente guerra de muerte y destrucción contra
los peninsulares. Perseguidos por los “realistas”, los primeros caudillos, Hidalgo, incluso fue
aprehendidos y fusilados en junio de 1811.
El movimiento insurgente se desplazó entonces al sur de México dirigido por un nuevo líder,
el también cura José María Morelos, quien tuvo importantes victorias militares contra los
3
Lucha independentista en Hispanoamérica. segunda etapahttp://www.cubaeduca.cu/index.php?
10
realistas y dio también a la lucha una orientación social dentro del orden legal. En 1813
proclamó la independencia de la América Mexicana y al año siguiente, encabezo la
promulgación de la Constitución de Apatzingan, primer cuerpo de leyes de tendencia liberal.
Ante el
peligro que representaban los triunfos de Morelos, los realistas reforzaron su
persecución y lograron su captura; en diciembre de 1815 fue condenado a muerte y fusilado.
Tras la muerte de Morelos, la insurrección independentista se fue apagando quedando solo un
pequeño foco en el sur bajo la dirección de Vicente Guerrero. Mientras tanto en España, en
marzo de 1814, el rey Fernando VII había regresado a recuperar el trono. La restauración
monárquica estuvo condicionada a que Fernando VII jurara cumplir la Constitución liberal
creada por las Cortes de Cádiz en 1812. En mayo de 1814 fue restablecido el sistema
absolutista, lo que provoco en enero de 1820 un levantamiento liberal que, encabezado por
Rafael del Riego, obligó al rey a jurar la constitución de 1812. Una vez logrado esto, las
Cortes españolas expidieron una serie de decretos anticlericales-supresión del fuero
eclesiástico y de las órdenes monásticas, venta de bienes eclesiásticos, reducción del diezmo a
la mitad y persecución del clérigo pro-absolutistas-que en las colonias causaron gran alarma
entre los peninsulares, y sobre todo entre la alta capa del clero.
En México, estas circunstancias ocasionaron que la independencia se consumara de forma
distinta como se había iniciado. La situación a los funcionarios peninsulares ante la
posibilidad de un movimiento encabezado el clero y respaldado por la alta sociedad. Después
de desconocer la Constitución española, llevaron a cabo juntas clandestinas con los objetivos
de proclamar la Independencia y restablecer el anterior estado de cosas. El primer paso para
este propósito era suprimir por completo el movimiento d insurgente, para lo cual fue
escogido Agustín Iturbide, oficial criollo del ejército realista quien precisamente combatía
contra Guerrero Iturbide logro convencer al jefe de los insurgente para aceptar el Plan de
Iguala, febrero de 1821, en el cual se proclama la Independencia y se establecía una
monarquía constitucional, invitando a ocupar el trono al propio Fernando VII o, en caso que
no aceptara, a algún príncipe de la casa reinante española. Tras once años de lucha, El Acta
de Independencia del Imperio Mexicano fue firmada el 27 de Septiembre de 1821.
4.2. Proceso de emancipación de las colonias Centroamericanas
Los conflictos que surgieron en el Imperio español entre 1808 y 1814, también repercutieron
en la Capitanía General de Guatemala, integradas por las provincias de Guatemala, Chiapas,
11
El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, región que tenía una estructura social similar
a la de México y también había sido afectada por las reformas borbónicas implantadas por la
metrópoli. La elite criolla participo en la Junta Central de Sevilla. Y busco establecer leyes
liberales que le permitieran continuar su crecimiento económico. Aunque en Centroamérica
no existieron levantamientos en masa, las noticias del levantamiento de Hidalgo en México,
alentaron cuatro rebeliones, aunque de poca dimensión y todas reprimidas por el gobierno
colonial. La primera insurrección se produjo en noviembre de 1811. En la ciudad de San
Salvador; la segunda en Granada en diciembre de ese mismo año; la tercera y la más
importante ocurrió en la ciudad de Guatemala en diciembre de 1813 y estuvo organizada en
torno de la orden religiosa de los betlemitas, pero fue descubierta antes de que llegara a
estallar. Por último, el cuarto movimiento rebelde ocurrió en San Salvador, en enero de 1814.
Cuando en 1820, el rey de España fue obligado a jurar la Constitución liberal de Cádiz, al
igual que en México, las elites centroamericanas rechazaron las medidas anticlericales y la
discriminación evidente de las Cortes españolas hacia los americanos. Las diversas
intendencias de Guatemala proclamaron la Independencia entre los meses de septiembre y
noviembre de 1821. Después de muchas discusiones, el 9 de enero del siguiente año todas la
América Central anunciaba su decisión de unirse al recién Imperio mexicano
4.3. Proceso de emancipación en las colonias de América del Sur
4.3.1. Proceso de emancipación en el Rio de la Plata y Chile
A principios del siglo XIX, la próspera provincia de Buenos Aires, situada en el enclave
comercial del Rio de la Plata, reunía las condiciones más favorables para la emancipación. La
oligarquía comercial criolla de la ciudad anhelaba el libre comercio para la emancipación. Y
el final del monopolio español. Además, había demostrado recientemente su capacidad de
combate y la ineficiencia de las autoridades españolas. En 1806, Buenos Aires fue atacada
por una flota británica ate la cual el virrey no opuso resistencia; los invasores ocuparon la
ciudad, pero fueron expulsados al año siguiente por una milicia del pueblo de buenos aires.
Esta acción preparo a esta colonia española para enfrentar al dominio virreinal.
Tras la abdicación del monarca español, el pueblo de Buenos Aires, se negó de reconocer a
José Bonaparte y, el 15 de mayo de 1810, obligaron al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros a
renunciar y establecieron la primera junta de gobierno a nombre de Fernando VII, de la cual
siete miembros eran criollos y dos españoles. Casi de inmediato, la mayoría criolla de la junta
12
expulso a todos los funcionarios españoles y mostro tendencias separatistas al establecerse
como provincias unidas. Esto provoco que las autoridades de la Banda Oriental (Uruguay),
de Córdoba y Asunción (Paraguay), se negaran a aceptar el centralismo de la Junta de Buenos
Aires y se mantuviera, por el momento fieles a las Cortes de Cádiz. Surgió entonces una seria
rivalidad entre las diferentes provincias que mezclo la lucha libertaria con una guerra interna
que puso en peligro el proceso independentista.
A pesar de esos contratiempos, el movimiento emancipador, no se pudo detener; las
campañas del general Manuel Belgrano en el norte y a las del general José de San Martin,
que liberaron a Argentina, Chile y Perú, se procedió a la declaración formal de la
independencia del 9 de julio de 1916., acordada en el Congreso de Tucumán, donde los
delegados proclamaron la independencia de España y declararon la constitución de las
Provincias Unidas de América del Sur, mas tarde provincias unidas del Rio de la Plata. En un
intento fundamental por lograr la organización nacional, se estableció un gobierno central
denominado Directorio, con Juan Martin Pueyrredón como Primer Director de la Argentina
Independiente. Sin Embargo, pronto surgieron dificultades: cada región, esto es Argentina, el
interior y Lateral, defendían sus intereses particulares e hicieron fracasar los sucesivos
intentos de Buenos Aires por imponer un gobierno central. Respeto a Paraguay, en 1811
había proclamado su doble independencia de Buenos Aires y de España, y nombrado una
junta gubernativa que luego fue reemplazada por José Gaspar Rodríguez de Francia,
designado Dictador Supremo de la Republica. En cambio, Uruguay vivió expulso un proceso
distinto; en 1814, José Gervasio de Artigas libero la ciudad de Montevideo y expulsó al
gobernador español, pero dos años después los portugueses de Brasil invadieron el territorio,
presuntamente restablecer el orden al percibir que Uruguay se había debilitado tras su lucha
contra España; en 1821, el territorio fue anexado por Brasil.
4.4.2. Proceso de emancipación en Venezuela, Nueva Granada y Quito.
En Caracas, las primeras peticiones de la oligarquía criolla para formar una junta se dieron en
1808, pero fue hasta abril de 1810 cuando, destituido el capitán general, se nombro una junta
que, reconoce los derechos de Fernando VII, mostraba propósitos independentistas al negarse
reconocer la autoridad de las Cortes españolas y al enviar a Simón Bolívar a Gran Bretaña y a
Estados Unidos en búsqueda de apoyo. Aunque estuvieron escasos resultados esos viajes
facilitaron a Bolívar entrar en contacto con Francisco Miranda, un viejo revolucionario que ya
había protagonizado algunas insurrecciones años atrás. En unión de este y de Antonio Nariño,
13
Bolívar emprendió campañas militares en defensas de la independencia de la Confederación
Americana de Venezuela que, proclamada el 5 der julio de 1811, sería la primera de la
declaración de independencia en América española.
En 1814 la contraofensiva realista
recuperó el control del territorio y obligó a Bolívar a abandonar a Venezuela embarcándose
hacia Jamaica, ahí, escribió la “Carta de Jamaica”, en la cual atribuía a la desunión de los
criollos las derrotas sufridas por la causa independentista, En 1816, Bolívar emprendió de
nuevo su lucha, no solo en defensa de Venezuela, sino también de Nueva Granada.
En el virreinato de Nueva Granada, los independentistas dirigidos por Antonio Nariño y
Francisco de Paula Santander lograron algunos triunfos sobre las fuerzas realistas durante el
año de 1810; sin embargo, la lucha revolucionaria se prolongo durante toda la década. El 7 de
agosto de 1819, Simón Bolívar alcanzo una vitoria decisiva sobre las fuerzas leales al
gobierno de España en la batalla del rio Boyacá, que dio como resultado la liberación de
Nueva Granada. El 17 de de diciembre del mismo año se llevo a cabo el Congreso de
Angostura, en el que se proclamo la creación de la Republica de la Gran Colombia formada
por la audiencia de Nueva Granada, el actual Panamá, Venezuela y Ecuador. El 30 de agosto
de 1821fue aprobada una constitución para la Gran Colombia, en la que se establecía una
forma republicana de gobierno y se elegía a Simón Bolívar como su primer presidente.
4.5.3. Proceso de emancipación en el virreinato del Perú.
Desde finales del siglo XVIII se habían producido en Perú brotes de insurrección contra el
gobierno español. “En 1780 hubo una sublevación de 60,000 indígenas acaudillada por José
Gabriel Condorcanqui, quien había adoptado el nombre de un caudillo inca, Tupa Amaru.
Aunque en un principio el movimiento alcanzo algunas victorias fue aplastado en 1781 y líder
ejecutado. Entre 1811 y 1820, las fuerzas realistas destacadas en las ciudades de Lima y
Cuzco consiguieron sofocar todos los brotes independentistas. Sin embargo, la presencia de
José de San Martin, en el sur (Chile) y Bolívar en el norte (Venezuela) conformo una
amenaza para el virreinato del Perú. Además, tal amenaza coincidió con el pronunciamiento
de Rafael del Riego en España, que puso de nuevo en vigor la constitución de Cádiz.”4
4
.Delgado de Cantú, Gloria
M. Historia Universal. “De la Era de la Revoluciones al Mundo Globalizado”, pág. 88
14
Con esas circunstancias a su favor, San Martin puso en marcha su ofensiva para liberar al
Perú. A bordo de naves adquiridas en Estados Unidos yen Gran Bretaña, sus naves tomaron el
puerto de Valdivia y el 28 de junio de 1821 entraron triunfante a Lima. En premio a sus
hazañas, San Martin fue nombrado protector del Perú. Mientras tanto, Bolívar continúo su
avance hacia el sur y Antonio José de Sucre, su lugar teniente, libero la ciudad de Quito en
1822; de otra manera, entre Bolívar y San Martin tan solo mediaba una porción del virreinato
peruano y pronto se encontrarían. Los distintos propósitos de ambos con respecto al futuro de
América condujeron a la necesidad de una entrevista que se realizo en Guayaquil en junio de
1822 y en la que San Martin cedió la culminación de la conquistas del virreinato a Bolívar. La
fase final de la emancipación sudamericana se inicio con la batalla de Junín, que se libró el 4
de agosto de 1824, y se sello definitivamente con la derrota de las fuerzas españolas en la
batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre del mismo año.
4.6.4. Proceso de emancipación en la colonia portuguesa de Brasil.
La colonia Portuguesa en América siguió un proceso de emancipación distinto al de las
posiciones españolas. La economía de Brasil, esencialmente exportadora de productos
agrícolas y oro, estaba prácticamente en manos de los ingleses que desde 1703 participaban
de lleno en las actividades productivas. Esta circunstancia impidió la formación de una
oligarquía brasileña similar a la formada por los criollos en las colonias españolas.
La invasión de la Península ibérica por las fuerzas napoleónicas resultaba especialmente
amenazadora para la corona portuguesa, aliada a Gran Bretaña. El regente don Juan, que
gobernaba a nombre de su madre, la reina Maria, decidió trasladarse a Brasil a donde llegó a
comienzos de 1808 con su familia, los miembros del gobierno y de la corte, un amplio sector
de dirigentes, el tesoro y hasta la biblioteca real. De esta manera, Brasil se coinvertía en una
15
metrópoli y se ponía fin al monopolio colonial al abrir sus puertos al comercio, a la vez se
derogaban las medidas que habían prohibido hasta entonces el establecimiento de industrias.
Después de la derrota de Napoleón resultaba difícil volver a trasladarse a la corte de Lisboa, e
imposible de restaurar la situación colonial anterior. Don Juan decidió permanecer en Brasil y
elevo el país a la condición de reino, en situación igual con Portugal cuyo gobierno se
confiaba a un consejo de regencia. Pero la revolución liberal portuguesa de 1820 exigió que
don Juan convertido en rey a la muerte de su madre con el nombre de Juan VI- regresara a
Lisboa. Antes el riesgo de perder sus dominios en Europa, el monarca acepto el retorno y dejo
en Rio de Janeiro a su hijo Pedro como regente.
Sin embargo, “las Cortes portuguesas pretendieron de nuevo reducir a Brasil a condición de
colonia y esto condujo a los brasileños a organizar movimientos independentistas; el regente
decidió dar paso decisivo y proclamo la independencia, Grito de Ipiranga, el 7 de septiembre
de 1822 estableciendo un imperio constitucional. El 12 de octubre del mismo año fue
coronado en Rio de Janeiro como Pedro I, emperador constitucional y defensor perpetuo de
Brasil”5
5. Las guerras de independencias en las colonias de las Antillas (Santo Domingo, Cuba y
Puerto Rico)
5.1. Colonia de Saint Domingue (República de Haití)
En la colonia de Saint-Domingue (parte occidental de la isla de Santo Domingo), los colonos
extranjeros, sobretodo franceses, poseían grandes patrimonios debido a los sembrados de
azúcar, producto altamente solicitado por la Europa del siglo XVIII. Los sistemas de riego
desarrollado en Francia para las siembras de caña de azúcar en la década de los 30 hicieron de
Saint-Domingue, junto con Jamaica, lo convierte en los dos más grandes productores de
azúcar, obligando al incremento de la mano de obra esclava.
Los esclavos cimarrones se refugiaron en los bosques y las montañas, empezando una serie de
ataques a los dueños de las plantaciones de azúcar y café, los cuales empezaron a tener éxito
en ciertas ocasiones. Esto sirvió como base para crear grupos de hasta miles de personas para
5
Josep Fontana (1994). “La Época de las Revoluciones”, Historia Universal, Planeta, Vol. 10, Barcelona, España, pág. 286
16
revueltas en contra del sistema establecido. Sin embargo estos grupos solían carecer de
líderes que pudieran llevar a cabo una revolución exitosa. No es sino en la década de los
cincuenta que el cimarrón François Mackandal emprende una primera revolución de corte
efectivo. Su reconocimiento como sacerdote vudú ayudó a que múltiples personas se
añadieran a la rebelión, creando redes de inteligencia en las plantaciones para asestar los
ataques. En 1758, Mackandal fue capturado por el ejército francés, y quemado en la hoguera.
A pesar de esto, las rebeliones continuaron, si bien no con la misma fuerza.
La riqueza acumulada por los dueños de las plantaciones era una motivación para las
revueltas de los esclavos; también el injusto y desproporcionado sistema de explotación a que
estaba sometida la masa esclava. Además en los antecedentes de la Independencia de las 13
colonias Inglesas de Norteamérica en el 1776 y el estallido de la Revolución Francesa de
1789, a través del principio que constituye la Declaración Universal de Derechos del
Hombre y del Ciudadano, de que todos los hombres nacen y permanecen libres e iguales en
derechos.
Valentina Peguero y Danilo de Los Santos, (1980) en su libro Visión General de la Historia
Dominicana, págs.128 a 130, clasifican a la revolución haitiana en tres etapas. La primera
etapa que va desde el año1789 al 1891. Surge a raíz de la reunión de la Asamblea
Constituyente (Estados Generales), convocada en Paris por Luis XVI. Al tomar esta asamblea
las riendas políticas de Francia, los colonos blancos de Saint Domingue buscan estar
representados en Paris, aspirando al logro de una autonomía que incluyera la elección del
gobernador de la colonia. En este sentido, formaron una asamblea general que chocó con el
poder real representado por el gobernador Reynier, quien mediante las armas logró sofocar
las aspiraciones. Pero al mismo tiempo los mulatos, amparado en los Derechos del Hombre,
reclamaron la igualdad política y social que no poseían. Dirigido por Vicente Oge, se
levantaron en armas, pero fueron derrotados por las fuerzas reales. Su líder fue hecho preso y
luego ejecutado;
La segunda etapa comprende desde 1891 al 1802.Se efectúan encuentros simultáneos de
fuerzas de los distintos grupos sociales y raciales.: por otro lado, permanece la rivalidad entre
blancos y mulatos; entran en conflictos en Saint Domingue intereses ajenos a los de Francia.
Pero lo que más define a esta etapa es la participación de la masa negra que hasta 1791 había
permanecido
casi pasiva e inamovible ante su condición de esclavos y frente a los
17
acontecimientos que estaban ocurriendo.Un capataz de plantaciones llamado Boukman quien
dirigió el primer levantamiento. Se cuenta que organizó una conspiración cuyos detalles eran
transmitidos a través de los sonidos de tambores y mediante la combinación del creole con los
ritos del vudú. Boukman dirigió a miles de esclavos en la zona de Cabo Francés, azotaron y
destrozaron plantaciones, ingenios, residencias y familias blancas. Los mulatos, en vista de
que sus propiedades también eran afectadas, buscaron unirse a los blancos, quienes los
rechazaron. Un nuevo levantamiento se sumo al de Boukman. Este fue organizado y dirigido
por Jean François y su teniente Biassou, quienes se convirtieron en líderes revolucionarios
hasta que apareció Toussaint Louverture y sus seguidores: Henri Christophe, Jean Jacques
Dessalines y Alexander Petion.
La confusión y los contrastes fueron los campos, en especial cuando la revolución adquirió un
carácter internacional al estar Inglaterra y España en contra de Francia. Fue esta unida al
fortalecimiento de los colonos blancos, lo que obligó al comisionado Santhonax a ofrecerle la
liberación de los esclavos negros a cambio de que lucharan a favor de Francia. La
Convención Nacional de Paris
ratificó la medida en 1794 y de repente los negros
comandados por Toussaint, y aliados de las fuerza francesas lucharon contra los blancos de
Saint Domingue, contra los ingleses y los españoles de Santo Domingo. Convertidos los
esclavos negros en hombres libres y agrupados casi la totalidad alrededor de Toussaint,
fueron originando consecuencias que tuvieron que ver con el curso de los acontecimientos en
Europa. En 1797, la monarquía española de Carlos IV firmó con Francia la Paz de Basilea, la
cual tuvo un acontecimiento trágico para Santo Domingo, (España cede la parte oriental de la
isla a Francia). En 1797 Toussaint es nombrado General en Jefe de los ejércitos franceses de
la isla. En 1798 los ingleses capitularon
ante el nuevo jefe. En 1799 se produce una
sangrienta guerra civil en la que se enfrentan mulatos y negros. Los primeros dirigidos por
Andrés Rigaud, pero fueron aplastado por las tropas de Toussaint. En 1801, sin el
consentimiento de Francia
Toussaint Louverture lleva a cabo la unificación de la isla,
proclamando la integración administrativa de Santo Domingo con Saint Domingue y
promulgó la abolición de la esclavitud, entre otras medidas;
La Tercera Etapa, abarca desde 1802 a 1804. El nuevo periodo de luchas en Saint
Domingue tiene como punto de partida la llegada de una escuadra de 21,900 soldado
franceses al mando de Víctor Manuel Leclerc, cuñado de Napoleón. Toda la resistencia se
concentró básicamente en la zona de Saint Domingue, ya que la parte española había sido
18
dominada con facilidad. El objetivo fundamental de la invasión era sofocar la revolución
haitiana y el restableciendo de la esclavitud. Las mejores tropas de Toussaint fueron
derrotadas, la cual obligó pactar con Leclerc, creyendo que los franceses mantendrían la
libertad de los negros. Toussaint fue sorprendido, arrestado y enviado a Francia donde murió
prisionero en 1803. Los negros rebeldes entonces pasaron a ser dirigido por Jean Jacques
Dessalines quien proclamó el primero de enero de 1804 la independencia de la colonia de
Saint Domingue con el nombre de República de Haití; este se convirtió en el segundo
territorio independiente de América y la primera Republica negra del mundo en lograr su
independencia.
5.2. Colonia de Santo Domingo (República Dominicana)
República Dominicana ocupa la parte oriental de la isla de Santo Domingo. En 1801,
Toussaint Louverture invadió a esta parte de la isla para unificarla y proclamó la abolición de
la esclavitud en nombre de Francia. Poco después, Napoleón envió un ejército que sometió
toda la isla. Mulatos y negros de nuevo se levantaron en contra de los invasores franceses
(octubre de 1802). Después de la derrota de los haitianos en esta parte de la isla, una pequeña
guarnición francesa se mantuvo en Santo Domingo, originando la Era de Francia en Santo
Domingo (1802-1808).Aquí la esclavitud fue restablecida y muchos de los colonos
emigrantes decidieron regresar. En 1805, tras coronarse emperador, Jean-Jacques Dessalines
invadió a Santo Domingo. Ante la presencia de un escuadrón naval francés se retiran a
través del Cibao, a su paso las tropas haitianas saquearon e incendiaron las ciudades de
Santiago y Moca, matando a la mayoría de sus residentes y ayudando a sentar las bases de
dos siglos de animosidad entre los dos países.
Los franceses se mantuvieron en la parte oriental de la isla, hasta que fueron derrotados en la
guerra de la Reconquista encabezada por el criollo Juan Sánchez, poniéndole fin a su dominio
colonial en la Batalla de Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808 y la capitulación definitiva
del asediado Santo Domingo el 9 de julio de 1809, con la ayuda de la Marina Real Británica.
Las autoridades españolas mostraron poco interés en su colonia restaurada, y el período
siguiente se recuerda como la España Boba. Las grandes familias ganaderas como la del
futuro terrateniente y primer presidente dominicano Pedro Santana llegaron a ser los líderes
en el sureste, la ley del "machete" gobernó por un tiempo. El ex gobernador y teniente José
Núñez de Cáceres declaró la independencia de la colonia como el estado del Haití Español el
19
1 de diciembre de 1821, solicitando la admisión a la República de la Gran Colombia, pero las
fuerzas de Haití dirigida por Jean-Pierre Boyer ocuparon el país tan sólo nueve semanas más
tarde.
Boyer tomó posesión de la parte Este de la isla, el 9 de febrero de 1822. Dispuso una serie de
medidas, con el propósito de asegurar su unificación. Una de las medidas fue la abolición de
la esclavitud, que benefició alrededor de 8 mil esclavos. Pero aunque logró liberarlos, los
obligó a permanecer en las parcelas de tierra, para que trabajaran las tierras de los esclavistas,
tratando así de conciliar sus intereses económicos, políticos y sociales. Internacionalizó los
mecanismos jurídicos y políticos, dividiéndolos notablemente en diversas unidades, también
impuso la medida de representatividad de las poblaciones por electores en diversos niveles y
la puesta en vigencia del Código Civil Francés en toda la isla. Impuso el servicio militar
obligatorio, restringió el uso de la lengua española, y eliminó las costumbres tradicionales,
como las peleas de gallos. Reforzó la percepción de sí mismos de los dominicanos en que
eran diferentes a los haitianos en "idioma, raza, religión y costumbres nacionales." También
desarrolló en gran plenitud el nuevo modo de producción agrícola, el cual se hizo dominante
en toda la isla como la principal actividad comercial y económica.
Aplicó la constitución de haitiana que prohibía a los blancos ser propietarios de tierras,
familias terratenientes importantes fueron privadas a la fuerza de sus propiedades. La mayoría
emigró a las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico, o para la independiente Gran
Colombia, por lo general con el apoyo de funcionarios haitianos, quienes adquirieron sus
tierras. Los haitianos, quienes asociaban a la Iglesia Católica con los amos franceses que los
habían explotado antes de la independencia, confiscaron todos los bienes de la iglesia, todos
los clérigos extranjeros deportados, y se cortaron los lazos con la clerecía restante en el
Vaticano. La Universidad de Santo Domingo, la más antigua en el Hemisferio Occidental,
careciendo de estudiantes, profesores y recursos, cerró. Para recibir el reconocimiento
diplomático de Francia, Haití se vio obligado a pagar una indemnización de 150 millones de
francos a los antiguos colonos franceses, que se redujo posteriormente a 60 millones de
francos, y debido a esto, Haití impuso pesados impuestos sobre la parte oriental de la isla.
Dado que Haití no pudo suplir provisiones adecuadas para su ejército, las fuerzas de
ocupación sobrevivieron en gran medida apoderándose o confiscando alimentos y suministros
a punta de pistola.
20
Juan Pablo Duarte, era joven educado en Europa y un auténtico nacionalista que junto con
varios liberales dominicanos fundó una sociedad secreta en 1838 llamada La Trinitaria. Fue
nombrada así porque sus nueve miembros originales se habían organizado en grupos de tres.
Cada grupo iba reclutando adeptos, mantenimiento estricto secreto, con poco o nada de
contacto directo entre sí, con el fin de minimizar la posibilidad de ser detectados por las
autoridades haitianas. El propósito de su fundación era terminar con la dominación haitiana y
proclamar la independencia nacional.
En 1843, la revolución tuvo un gran progreso: los trinitarios se unieron al partido liberal
haitiano que derrocó al presidente Jean Pierre Boyer. Sin embargo, los Trinitarios que
participaron en el derrocamiento llamaron la atención del sustituto de Boyer, Charles RiviereHérard. Hérard encarceló algunos Trinitarios y obligó a Duarte a abandonar la isla. Mientras
estuvo exiliado, Duarte buscó apoyo en Colombia y Venezuela, pero no tuvo éxito. En
diciembre de 1843, los rebeldes le pidieron a Duarte que regresara, ya que tenían que actuar
con rapidez porque temían que los haitianos se dieran cuenta de sus planes de insurrección.
Al mismo tiempo, Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado en la
Asamblea Nacional de Haití, estaba negociando con el Consulado General de Francia para el
establecimiento de un protectorado francés. En una oportuna insurrección para adelantarse a
Báez. En febrero de 1844, como Duarte no había podido regresar, los rebeldes decidieron
tomar medidas de todos modos con el liderazgo de Francisco del Rosario Sánchez, Matías
Ramón Mella, y Pedro Santana, un rico ganadero, que comandaba un ejército privado de
peones que trabajaban en sus tierras.
El 24 de febrero de 1844, los principales miembros de La Trinitaria, se reunieron esa noche
clandestinamente en casa de Francisco del Rosario Sánchez, para acordar definitivamente los
planes y poner fecha inmediata a la independencia. El 25 de febrero, ya todos los planes
estaban listos para ser ejecutados, por lo que de inmediato fueron despachados los
correspondientes emisarios hacia las diversas regiones del país, con el claro propósito de dar a
conocer las decisiones tomadas por el grupo que se reunió clandestinamente en casa de
Sánchez.
El 27 de febrero de 1844, los rebeldes, liderados por Sánchez tras la ausencia de Duarte quien
había pedido a su hermano Vicente Celestino dar apoyo en su lugar, tomaron la Fortaleza
Ozama en la capital Santo Domingo. La guarnición de Haití, tomada por sorpresa y
21
aparentemente traicionada por uno de sus centinelas, se retiró. Otro grupo de insurgentes,
liderados por Matías Ramón Mella llegaron hasta la Puerta de la Misericordia donde Mella
disparó el legendario Trabucazo de la Independencia, que al ser escuchado por Sánchez, éste
inmediatamente izó la nueva bandera dominicana gritando todos al unísono el lema ¡Dios,
Patria y Libertad!. La independencia ya no se podía negar y después de muchas luchas, la
República Dominicana había nacido. Se había establecido una forma de gobierno
republicano, en un pueblo libre que rechazara cualquier imposición extranjera, y que, a través
del proceso de votación, pudiera dar lugar a una democracia donde todos los ciudadanos, en
teoría, eran iguales y libres
5.3. Colonia española de Cuba.
Hasta finales del XIX, Cuba al igual que Puerto Rico fueron las dos últimas colonias que
mantenía lo que había sido el poderoso imperio español en el continente americano. El 10 de
octubre de 1868 (Grito de Yara) en el Ingenio "La Damajagua", que le pertenecía al
hacendado Carlos Manuel de Céspedes, en la Región de Manzanillo, libera a sus esclavos y
sin imponerles nada los invita a iniciar la lucha contra el colonialismo español en Cuba. Se
iniciaba el periodo revolucionario de las luchas por la independencia de Cuba En este
levantamiento, Céspedes traza un programa de lucha, donde expresa las causas y los objetivos
del inicio de la Guerra. Esta tomó el nombre de La Guerra de los Diez Años (1868-1878);
pero coexistían con otras tendencias del ideario político emancipador aunque con unos límites
entre ellos no siempre bien definidos. Junto a quienes mantenían la opción separatista (José
Martí) se hallaban los autonomistas (Rafael Montoro) y reformistas (José Antonio Saco). Las
condiciones no permitieron el éxito de ninguno de estos primeros levantamientos contra el
gobierno colonial.
El escritor y patriota José Martí, llamado el “Apóstol”, unió ideológicamente con su fervorosa
prédica a los distintos grupos que conspiraban contra la dominación hispánica y
conjuntamente con él Antonio Maceo y el dominicano Máximo Gómez, comenzaron
definitivamente la guerra de independencia (1895). Martí cayó en uno de los primeros
combates, Maceo pereció
también después de sublevar distintas provincias y Gómez
continuo la lucha contra las crecientes tropas españolas que la metrópoli enviaba. Al fin,
España se decidió concederle autonomía a la isla, pero los patriotas sublevados no las
22
aceptaron. En abril de 1898, el gobierno de los Estados Unidos de América intervino a favor
de los revolucionarios cubanos, dando inicio a la guerra hispano-estadounidense, trayendo
como consecuencia que España perdiera su última colonia en América. Cuba proclama su
independencia el 20 de mayo del 1902, pero quedó bajo el tutelaje o dominio de los Estados
Unidos ejerciendo fuerte presión, en cuanto a lo económico y político hasta cierto tiempo.
5.4. Colonia española de Puerto Rico
Durante siglos, España y el Reino Unido lucharon por la posesión de la isla. A finales del
siglo XIX hubo un movimiento para hacer de Puerto Rico una república independiente. El
movimiento, llamado el Grito de Lares, fue una revolución armada ocurrida el 23 de
septiembre de 1868, sin embargo, fue controlada por los españoles quienes mantuvieron la
isla para beneficio de la corona española. Así, la última mitad del siglo XIX estuvo marcada
por la lucha política entre sectores que deseaban la autonomía de Puerto Rico y otro que
deseaba la independencia de la Isla. Los boricuas buscaron la independencia de Puerto Rico a
través de una revolución armada que fue denominada como El Grito de Lares. En realidad,
hay documentos históricos que demuestran que la revuelta estaba programada para el 29 de
septiembre cuando los puertorriqueños contarían con la ayuda de tropas aliadas de República
Dominicana y Cuba. Sin embargo, las autoridades españolas supieron de los planes de los
revolucionarios e interceptaron a los insurrectos el 23 de septiembre; obligándolos a adelantar
la revolución sin contar con las tropas, ni las armas necesarias. El levantamiento estuvo
dirigido en su mayoría por el doctor Ramón Emeterio Betances, Si bien el levantamiento fue
muy significativo, debido al gran control militar español en Puerto Rico, la revuelta fue
rápidamente controlada por las autoridades españolas quienes mandaron al exilio a muchos de
los dirigentes de la revolución, como fue el caso del intelectual y patriota Eugenio María de
Hostos
El proceso de independencia de Puerto Rico tiene una historia análoga a la de Cuba y de
la independencia de Haití ya que aquí era donde se exiliaban los rebeldes de la isla cuando la
suerte les era adversa. Conoce una sociedad esclavista a la manera de Cuba, y el desarrollo
del ciclo del azúcar. Las aspiraciones independentistas en Puerto Rico comienzan a
manifestarse en 1821, pero no generan revolución ni enfrentamientos. No obstante, la
situación se irá enconando y en 23 de septiembre con España no volverán a ser iguales. En
Cuba la guerra se prologan durante 10 años, pero no en Puerto Rico que a partir de 1869 elige
sus propios diputados a las Cortes españolas. No tienen autonomía política, aunque esta es
23
una aspiración que se negocia con España intensamente. La autonomía política llegará
en 1897, cuando la presión de Estados Unidos sobre la región contra España.
En 1898 estalla la guerra entre Estados Unidos y España por los territorios de Cuba, Puerto
Rico y Filipinas. España es derrotada. Tras la guerra Hispanoamericana, en 1898, Estados
Unidos invadió a Puerto Rico. La guerra terminó con un armisticio, el Tratado de París, en el
que España otorgaba a Puerto Rico a los Estados Unidos. Existía un compromiso de EE UU
de no ocupar a Cuba, pero nada se dijo ni de Filipinas ni de Puerto Rico. En esa fecha la isla
de Puerto Rico pasa a ser administrada por EE UU, pero no es un Estado con todos los
derechos. No es, pues, la independencia, aunque sí la separación de España. A partir de
entonces, Puerto Rico se convirtió en territorio estadounidense. Hubo un gobierno militar que
duró dos años, tras el cual se instituyó un gobierno civil. En 1947 EE UU concede por
primera vez el autogobierno a Puerto Rico. En teoría se termina la administración, pero
muchas de las funciones del Estado, como la defensa y la representación exterior dependen de
los EE UU. En 1952 se cambia el status jurídico y Puerto Rico se convierte en Estado libre
asociado. Y esa es la situación en la que están en la actualidad.
6. Consecuencias de las guerras de independencias:
6.1. Hispanoamericanas
La lucha por la independencia tuvo serias implicaciones en los recién independizados
territorios: estas no aseguró el fin de las guerras civiles, y los conflictos regionales se
agudizaron. Las tensiones sociales y raciales prevalecientes durante la guerra polarizaron las
sociedades de los nuevos países. El poder político de las naciones independizadas fue débil, y
promovió el desarrollo del caudillismo. Aunque la guerra terminó con el monopolio español,
las naciones latinoamericanas quedaron a merced de la influencia económica de Estados
Unidos e Inglaterra, que dominaban el mercado atlántico. Esto representó un problema
adicional, pues el fuerte desarrollo económico de los norteamericanos resultaba demasiado
competitivo para los países recién independizados. Además, en ellos, prevalecía un clima de
confusión, desorganización e inestabilidad. El Congreso de Panamá no contó con el apoyo de
todos los países Latinoamericanos. Luego de la independencia, las naciones latinoamericanas
atravesaron serias dificultades de tipo político y económico que más bien generaron la
digresión de los estados. Además, las potencias extranjeras -como Estados Unidos veían con
gran recelo la unidad latinoamericana, pues podía poner en peligro sus intereses sobre la
región. Estas razones explican, en gran medida, por qué el Congreso de Panamá (de 1826), no
24
logró su cometido, y el sueño bolivariano de la confederación de los nuevos estados
americanos quedó inconcluso.
Después de la independencia, Guatemala buscó apoyo en México como aliado para poder
mantener la oligarquía en el poder. Gabino Gaínza declaró su anexión a México e
inmediatamente, Iturbide envió un ejército al mando del general Vicente Filísola, que fue
muy bien recibido en la capital del reino. Pero se produjo una disensión: El Salvador se
sublevó contra los mexicanos, y el ejército de Filísola se dirigió hacia aquella provincia, a la
cual pudo someter. A la caída de Iturbide, Filísola volvió a Guatemala, donde la situación
había cambiado, y se encontró muchos más partidarios de la separación de México y de una
independencia total. Propuso convocar un congreso para decidir lo que había de hacerse. El
congreso, reunido el 24 de junio de 1823 en Guatemala, declaró la independencia total. El
reino de Guatemala pasó a llamarse Provincias Unidas de Centroamérica, y se nombró un
gobierno provisional de tres miembros, encabezado por el doctor Pedro Molina, con la misión
de redactar una constitución.
Cuando se redactó la constitución, de influencia norteamericana, en noviembre de 1824, el
país pasó a llamarse República Federal Centroamericana. Esta estaba formada por cinco
estados, que tenían, a su vez, poderes ejecutivos, legislativos y judiciales completamente
autónomos dentro de sus límites territoriales. Las luchas de las oligarquías provinciales para
mantenerse en el poder, y la de todos contra el intento centralizador de Guatemala, donde
residía el gobierno nacional, llevaron a la disolución de la federación. El presidente, Manuel
Arce, y el gobernador de cada provincia (en Costa Rica, Juan Mora Fernández; en Nicaragua,
Manuel Antonio de la Cerda; en Honduras, Dionisio Herrera; en El Salvador, Juan Vicente
Villacorta; en Guatemala, Juan Barrundia), todos ellos pertenecientes a la oligarquía
terrateniente, organizaron gobiernos provinciales fuertes y poco a poco fueron separándose
del gobierno central. Nicaragua, Honduras y Costa Rica se declararon independientes en
1838, Guatemala, en 1839, y El Salvador se independizó en 1841.
También son consecuencias de estas guerras, la creación de repúblicas independientes no
solucionaron sus problemas, el sueño de Bolívar de crear una América unida, “Los Estados
Unidos de América del Sur” fue imposible. El poder de los “caudillos militares”, el peso del
ejército en la vida política y el constante recurso a las armas se enquistaron en la sociedad
hispanoamericana. Los criollos consiguieron la independencia política, el régimen
25
republicano y la libertad de comercio, pero se olvidaron de los intereses de la población india,
negra o pobre, dando lugar a grandes convulsiones sociales. El dominio español fue sustituido
por el de Gran Bretaña en el comercio y de Estados Unidos, haciendo efectiva la doctrina
Monroe: “América para los americanos”.
6.2. La Metrópoli España.
En la península ibérica el sector más humilde de la nación española (que estaba formada por
los sectores de menores recursos del pueblo español) se mostró un tanto indiferente a la
independencia americana y en todo momento lo consideró un problema en cierto modo ajeno
a ella, porque América estaba desligada para la inmensa mayoría de los sectores
desfavorecidos entre los españoles peninsulares, campesinos, trabajadores o comerciantes de
clases medias o altas, no existía relación alguna con sus vidas, y no les reportaba ningún
beneficio. Sin embargo, para los comerciantes de Cádiz, la administración gubernamental
española, los nobles y naturalmente, para la familia real (que era poseedora directa de las
colonias) desapareció una fuente esencial de ingresos - los caudales de Indias.
La expedición de Barradas en 1829 será el último esfuerzo militar de España en suelo
continental contra la independencia hispanoamericana.
Con la Revolución de 1830 cae
definitivamente el absolutismo en Francia y el principal apoyo de Fernando VII en la Santa
Alianza, pero todos los proyectos militares del gobierno español para la reconquista de
Hispanoamérica tuvieron su final en el año 1833, con el fallecimiento del monarca Fernando
VII, cumpliéndose la respuesta negativa que dio el ministro español Francisco Zea Bermúdez,
frente al anuncio del gobierno británico hecho en 1825 por George Canning de
reconocimiento de los nuevos países, cuando afirmó que "El Rey no consentirá jamás en
reconocer los nuevos estados de la América española y no dejará de emplear la fuerza de las
armas contra sus súbditos rebeldes de aquella parte del Mundo"6 Al morir Fernando VII el
Reino de España continuó su propio proceso político, inmerso de guerras civiles (Primera
Guerra Carlista), quedando como una potencia de segundo orden entre los estados europeos.
6
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerras_de_independencia_hispanoamericanas
26
Conclusión
Como resultado de la investigación realizada en el presente curso, he llegado a las siguientes
aseveraciones:
1. Un factor clave que contribuyó a la crisis de la monarquía española a principios del
siglo XIX, se fundamenta en la guerra que tuvieron Francia y España contra Inglaterra,
motivada por su rivalidad imperial. Esta
confrontación dejó a España en quiebra
económica, del cual no podía tener el control marítimo de sus colonias, ya que para
financiar la guerra tuvo que utilizar sus fondos de amortización y deja a Inglaterra con
control supremo de los mares.
2. La desintegración de la monarquía española a raíz de la invasión napoleónica en España
(1808), tiene como efecto las abdicaciones de las realeza, donde Napoleón Bonaparte
obliga a Carlos IV y a su hijo Fernando a abdicar en su favor, y este a su vez le concede a
su hermano José Bonaparte el reinado de España.
3. El ascenso al trono español de José Bonaparte, muchas ciudades españolas se lanzaron a
protestar contra el encarcelamiento del rey Fernando VII y también contra el dominio
napoleónico, dando inicio a una larga guerra contra la dominación francesa en España.
4. Desde 1808 al 1814 que fue el tiempo de la dominación francesa en España, se crearon
juntas revolucionarias en las principales ciudades españolas bajo la dirección de una
Junta Central Gubernativa establecida en Sevilla; todas ellas en apoyo al monarca
Fernando VII, que Napoleón Bonaparte tenía en calidad de cautivo en Francia.
5. Ante la ausencia de una autoridad legítima en España, como resultado del apresamiento
del rey Fernando VII, en los pueblos hispanoamericanos, muchas veces bajo la dirección
de criollos, comenzaron una serie de insurrecciones desconociendo a las autoridades
coloniales. Estas adquieren alcance continental con el objetivo de establecer estados
independientes.
6. La difusión de los ideales liberales y revolucionarios propios de la Ilustración, de la
revolución de de las trece colonias inglesas de Norteamérica; además, de los principios
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de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, enarbolados
en la revolución burguesa francesa (1789) tuvieron fuertes incidencias en las guerras
independentistas que se desarrollaron en todas las colonias latinoamericanas.
7. Los criollos habían desarrollado una conciencia nacionalista, por los que se habían
considerado ajenos a la metrópoli explotadora y discriminadora; además de percatarse
o influido de las ideas de progreso que llegaban desde Europa; veían la necesidad de
construir un gobierno independiente donde pudieran participar en las tomas de
decisiones, en virtud de que los altos puestos públicos de las colonias estaban reservados
para las autoridades metropolitanas; pero se olvidaron de los intereses y necesidades de
la población india, negra o pobre, dando lugar a grandes convulsiones sociales.
8. La Guerra de Independencia de los pueblos hispanoamericanos fue cruenta, encarnizada,
y puso de manifiesto las luchas internas de poder entre la élite criolla (grupo dominante);
se fraccionó en distintos grupos de poder: realistas, centralistas, federalistas, moderados,
liberales, conservadores, entre otros, que en muchos casos debilitaron el proceso o
desarrollo de los movimientos independentistas y permitieron a las autoridades realistas
retener el control de las colonias, incluso por décadas, a pesar del creciente fermento
independentista que hizo proliferar las conspiraciones en todo la masa continental y
hasta en las Antillas españolas.
9. Los líderes independentistas, de las naciones hispanoamericanas, vale citar a Simón
Bolívar; José de San Martin, Antonio José de Sucre y Alcalá, entre otros, dentro del
contexto político no tenían entonces ideas muy claras hacia dónde deseaban encauzar a
sus países, pues las élites que dirigieron la separación de España se debatían entonces
entre, organizar repúblicas o constituir monarquías, instituir regímenes centralistas o
federalistas.
10. La proclamación de la independencia de los nuevos estados formados a lo largo del todo
el siglo XIX; aunque culminó con el colonialismo europeo que se habían gestado en
nuestro continente desde finales del siglo XV, se caracterizaron por una debilidad
institucional, surgimiento del caudillismo, militarismo y una oligarquía a merced de la
influencia económica y política de Estados Unidos de América e Inglaterra.
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