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SALUD
Nutrientes
Funcionales
y el
Cerebro
Alimentos Neuroprotectores Prevenienen la Aparición de Enfermedades Cognitivas
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INDUALIMENTOS • agosto 2014
SALUD
C
omo en todos los
demás órganos, la
capacidad funcional del cerebro humano se deteriora
con el tiempo y
en países como el
nuestro donde se ha visto aumentada
la esperanza de vida y por lo tanto una
mayor población de adultos mayores,
esto conllevará un aumento de personas con deterioro cognitivo.
paz de hacer frente a los radicales libres producidos.
Se espera que las personas mayores
de 60 años aumenten de 605 millones a 2.000 millones en el mundo
entre el 2000 y el 2050, por lo que
el deterioro cognitivo adquiere una
importancia cada vez mayor. Las
investigaciones realizadas han demostrado que lo que comemos
o dejamos de comer puede
tener un impacto importante
en el rendimiento mental y
puede afectar el deterioro
cognitivo, incluyendo la
demencia. Hoy 35,6 millones de personas viven con
demencia en todo el mundo y
se espera que esta cifra se duplique en 20 años. En 2010, el Alzheimer y la demencia ya cuestan a la
economía mundial $604 mil millones
y debido a que no existen actualmente tratamientos efectivos, identificar
los componentes de los alimentos
neuroprotectores es una estrategia
para facilitar el envejecimiento saludable del cerebro y prevenir la aparición de estas enfermedades.
En una revisión reciente se concluyó
que antioxidantes como vitamina C,
vitamina E, carotenos y selenio, probablemente contribuyen a prevenir el de-
Antioxidantes
El mecanismo más probable por el cual
ocurre este deterioro cognitivo relacionado con la edad es el estrés oxidativo,
que se produce cuando la capacidad
antioxidante del organismo no es ca-
El cerebro es un tejido bastante sensible a la oxidación debido a su alto
contenido de ácidos grasos poliinsaturados, metales que pueden producir
radicales libres y su alto consumo de
oxígeno. Se cree que esto está contribuyendo a desórdenes neuronales
como enfermedad de Parkinson, Alzheimer, entre otras.
terioro cognitivo sin embargo aún hay
bastante variabilidad en los estudios.
Llama la atención que la protección
observada con el consumo de vitamina C como alimento es mayor a la que
se observa cuando es consumida como
suplemento.
des antinflamatorias y según estudios
actuarían previniendo la aparición de
péptido β-amiloide (responsable de la
enfermedad de Alzheimer) y contribuiría
a prevenir la demencia senil.
Omega 3
Los ácidos grasos del tipo omega 3 y
6 son esenciales para el organismo,
ya que éstos no pueden ser sintetizados. Los ácidos grasos de cadena larga,
principalmente el ácido araquidónico
(AA) de los omega 6 y el ácido docosahexaenoico (DHA) de los omega
3 son especialmente abundantes en el
cerebro y necesarios para el desarrollo
neurológico.
Estos ácidos grasos forman parte de
la membrana celular de las neuronas, las que participan en
diversos procesos celulares
incluida la transducción de
señales y aunque ambos son
importantes, actualmente se
consume mucho más omega
6 (presente en la mayoría de
los aceite vegetal) en desmedro
del omega 3 (principalmente en
pescados grasos y menor cantidad en
aceites como linaza o canola). El consumo de estos ácidos grasos, principalmente omega 3, se asocia al desarrollo de las neuronas, contribuye a la
fluidez de la membrana celular lo que
permite una mejor función de la misma, mejor acción de neurotransmiso-
Los flavonoides son sustancias derivadas de las plantas, los cuales tienen
actividad antioxidante. A pesar de que
la biodisponibilidad de los flavonoides
es cuestionada, pueden pasar la barrera hematoencefálica para actuar en el
sistema nervioso central. Los flavonoides actúan como antioxidantes, protegiendo al cerebro, tienen propieda-
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res, tiene propiedades antiinflamatorias y vasodilatadoras; todo lo cual
contribuye a proteger al cerebro de las
enfermedades neurodegenerativas. Se
ha demostrado que la suplementación
con DHA en animales y en seres humanos puede mejorar la función cognitiva, y puede prevenir el deterioro
cognitivo en personas con deterioro
cognitivo leve. Sin embargo, los estudios muestran alta variabilidad en
respuesta al omega 3 y no en todos los
casos se observa este efecto.
Vitaminas del complejo B
Las vitaminas B6, B12 y ácido fólico o folato (B9) son especialmente
importantes para mantener la función cognitiva. Estas son vitaminas
hidrosolubles y deben ser consumidas a través de los alimentos (como
verduras de hoja verde, legumbres,
semillas). Estas vitaminas cumplen
importantes roles en el metabolismo
energético, del DNA, entre otros, y
su déficit produce un aumento de la
homocisteína, que es neurotóxica y
que se relaciona con enfermedad cardiovascular. Si hay un aumento de la
homocisteína puede afectar al cerebro por la vía vascular, es decir, daño
en las arterias que lo irrigan. Por otro
lado, estas vitaminas son necesarias
para la síntesis de neurotransmisores
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como la serotonina. Si existe un aumento de la homocisteína por déficit
de estas vitaminas, habrá una menor
síntesis de neurotransmisores. Todo
esto afecta la función cognitiva, favorece el deterioro cognitivo y la
aparición de demencia y otras enfermedades.
El déficit de vitamina B12 se ha vinculado a un enlentecimiento en el procesamiento de la información y a una
mala función de la memoria. También
el aumento de la homocisteína por déficit de folato se ha asociado a demencia y Alzheimer.
Sin embargo, los estudios respecto a
este tema presentan resultados muy
diversos. Estas diferencias pueden deberse a que la deficiencia de estas vitaminas es rara debido a la fortificación
de alimentos y consumo de suplementos y a los marcadores del estado de vitaminas utilizados, entre otras dificultades. Al parecer el consumo excesivo
de folatos podría ser incluso contraproducente para algunos individuos.
Conclusiones
Si bien aún falta claridad en algunos
puntos, un grupo de más de 80 expertos mundiales se reunió el 3 y 4
de julio del presente año en Milán,
Italia, para analizar la evidencia actual respecto a la nutrición para el
envejecimiento cerebral en un Simposio organizado por ILSI Europa.
De esta reunión de expertos, las recomendaciones claves son evitar la
obesidad, la anemia, la diabetes y
la enfermedad cardiovascular en la
adultez ya que contribuyen a acelerar
el envejecimiento cerebral y aumenta
el riesgo de demencia. En cuanto a
las recomendaciones nutricionales,
la ingesta de una combinación de nutrientes como ácidos grasos omega 3,
vitaminas del complejo B y antioxidantes en lugar de nutrientes de forma aislada, sería la mejor manera de
prevenir el deterioro cognitivo. Numerosos estudios epidemiológicos
indican que el consumo a largo plazo
de una dieta mediterránea (con énfasis en frutas, verduras, legumbres y
aceite de oliva) se correlaciona con
una mejor función cognitiva de las
poblaciones envejecidas. Los datos
empíricos muestran también cómo el
ejercicio físico aumenta el efecto de
los micronutrientes en la promoción
de mejores funciones de la memoria
y, por lo tanto, reduce el riesgo de demencia de aparición temprana.
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Ilsi.org [citado el 29 de julio de 2014; actualizado el 4 de julio
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Laura Iriarte Kamp
Nutricionista
ILSI Sur Andino
[email protected]