Download Enfermedad de Alzheimer

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Enfermedad de Alzheimer
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a navegación, búsqueda
Enfermedad de Alzheimer
Cerebro con enfermedad de Alzheimer
comparado con uno normal en
imágenes capturadas por RMN.
CIE-10 G30; F00
CIE-O
331.0; 290.1
CIE-9
OMIM [1]
Buscar en Medline (en inglés)
Buscar en Medline Plus
{{{1}}} en MedlinePlus
Demencia senil de tipo
Alzheimer (DSTA).
La enfermedad de Alzheimer [ˈʔalts hai mɐ, no al ˈsai mer como se suele
pronunciar] es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta como
deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma
típica por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades
mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y
diferentes zonas del cerebro se atrofian. La enfermedad suele tener una
duración media aproximada de 10-12 años, aunque ello puede variar mucho
de un paciente a otro.
Los síntomas de la enfermedad como una entidad nosológica diferenciada
fueron identificados por Emil Kraepelin y la neuropatología característica
fue observada por primera vez por Alois Alzheimer en 1906. Así pues, la
enfermedad fue codescubierta por Kraepelin y Alzheimer, que trabajaba en
el laboratorio del primero. Sin embargo, dada la gran importancia que
Kraepelin daba a encontrar la base neuropatológica de desórdenes
psiquiátricos, decidió nombrar la enfermedad en honor a Alzheimer.
Texto en negrita== Epidemiología == La edad avanzada es el principal
factor de riesgo para sufrir la enfermedad de Alzheimer (mayor frecuencia
Sinónimos
a mayor edad), aunque en una minoría de casos se puede presentar en
edades menores a 60 años. Entre el 2% y el 3% de los menores de 65 años
muestran signos de la enfermedad, mientras sube hasta el 25% y el 50% en
los mayores de 85 años.
Tabla de contenidos
[ocultar]







1 Diagnóstico
2 Fases
3 Causas
4 Síntomas
5 Tratamiento
o 5.1 Tratamientos farmacológicos
o 5.2 Tratamientos complementarios al farmacológico
o 5.3 Otros tratamientos que se están investigando
6 Véase también
7 Enlaces externos
[editar] Diagnóstico
El diagnóstico se basa primeramente en la historia y la observación clínica.
Durante una serie de semanas o meses se realizan pruebas de memoria y de
funcionamiento intelectual. También se realizan análisis de sangre y
escáner para descartar diagnósticos alternativos. No existe un test
premortem para diagnosticar concluyentemente el Alzheimer. Se ha
conseguido aproximar la certeza del diagnóstico a un 85%, pero el
diagnóstico definitivo debe hacerse con pruebas sobre tejido cerebral,
generalmente en la autopsia. Las pruebas de imagen cerebral pueden
mostrar (sin seguridad) diferentes signos de que existe una demencia, pero
no de cuál se trata. Por tanto, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer
se basa en la presencia de ciertas características neurológicas y
neuropsicológicas y en la ausencia de un diagnóstico alternativo, y se
apoya en el escáner cerebral para detectar signos de demencia. Actualmente
nexisten en desarrollo nuevas técnicas de diagnóstico basadas en el
procesamiento de señales electroencefalográficas.
[editar] Fases
El Alzheimer pasa por diferentes fases. La enfermedad se puede dividir en
tres etapas:



Inicial, con una sintomatología ligera o leve, el enfermo mantiene su
autonomía y sólo necesita supervisión cuando se trata de tareas
complejas;
Intermedia, con síntomas de gravedad moderada, el enfermo depende
de un cuidador para realizar las tareas cotidianas
Terminal, estado avanzado y terminal de la enfermedad, el enfermo
es completamente dependiente.
[editar] Causas
Las causas de la enfermedad no han sido completamente descubiertas,
aunque se han relacionado con el acúmulo anómalo de las proteínas betaamiloide y tau en el cerebro de los enfermos. En una minoría de enfermos,
la enfermedad de Alzheimer se produce por la aparición de mutaciones en
los genes PSEN1, PSEN2 y APP. En este caso la enfermedad aparece en
épocas tempranas de la vida y se transmite de padres a hijos (por lo que
existe habitualmente historia familiar de enfermedad de Alzheimer en
edades precoces). j
[editar] Síntomas
Los síntomas más comunes de la enfermedad son alteraciones del estado de
ánimo y de la conducta, pérdida de memoria, dificultades de orientación,
problemas del lenguaje y alteraciones cognitivas.
La pérdida de memoria llega hasta el no reconocimiento de familiares o el
olvido de habilidades normales para el individuo. Otros síntomas son
cambios en el comportamiento como arrebatos de violencia en gente que no
tiene un historial de estas características. En las fases finales se deteriora la
musculatura y la movilidad, pudiendo presentarse incontinencia de
esfínteres (incontinencia urinaria y/o incontinencia fecal)
Desde el enfoque de la Neuropsicología, las alteraciones neuropsicológicas
en la enfermedad de Alzheimer son:
- Memoria: deterioro en la memoria reciente, remota, inmediata, verbal,
visual, episódica y semántica.
- Afasia: deterioro en funciones de comprensión, denominación, fluencia y
lecto-escritura.
- Apraxia: tipo constructiva, apraxia del vestirse, apraxia ideomotora e
ideacional.
- Agnosia: agnosia perceptiva y espacial.
Este perfil neuropsicológico recibe el nombre de Triple A o Triada afasiaapraxia-agnosia. No todos los síntomas se dan desde el principio sino que
van apareciendo conforme avanza la enfermedad.
[editar] Tratamiento
En la actualidad no existe cura para la enfermedad, pero sí tratamientos que
intentan reducir el grado de progresión de la enfermedad y sus síntomas.
[editar] Tratamientos farmacológicos
Se ha probado la eficacia de fármacos anticolinesterásicos que tienen una
acción inhibidora de la colinesterasa, la enzima encargada de descomponer
la acetilcolina, el neurotransmisor que falta en el Alzheimer y que incide
sustancialmente en la memoria y otras funciones cognitivas. Con todo esto
se ha mejorado el comportamiento del enfermo en cuanto a la apatía, la
iniciativa y la capacidad funcional y las alucinaciones, mejorando su
calidad de vida. Sin embargo, es preciso remarcar que en la actualidad
(2007) la mejoría obtenida con dichos fármacos es discreta, es decir, no se
ha conseguido alterar el curso de la demencia subyacente.
El primer fármaco anticolinesterásico comercializado fue la tacrina, hoy no
empleada por su hepatotoxicidad. En 2006, en España existen 3 fármacos
disponibles: donepezilo (comercializado como Aricept), rivastigmina
(comercializado como Exelon) y galantamina (comercializado como
Reminyl). Los tres presentan un perfil de eficacia similar con parecidos
efectos secundarios. Estos últimos suelen ser alteraciones
gastrointestinales, anorexia y trastornos del ritmo cardiaco.
La memantina es un fármaco con un mecanismo de acción supuestamente
diferente, que tiene su indicación en estadios moderados y severos de la
enfermedad de Alzheimer. Su teórico mecanismo de acción se basa en
antagonizar los receptores NMDA glutaminérgicos. Al parecer, un exceso
de estimulación glutaminérgica podría producir o inducir una serie de
reacciones intraneuronales de carácter tóxico. Los ensayos clínicos han
demostrado una eficacia moderada en estos pacientes y un perfil de efectos
secundarios aceptables. En 2005 se aprobó también la indicación en
estadios moderados de la enfermedad.
[editar] Tratamientos complementarios al farmacológico
Existen ciertas evidencias sobre que la estimulación cognitiva ayuda a
ralentizar la pérdida de funciones cognitivas. Esta estimulación deberá
trabajar aquellas áreas que aun conserva el paciente de forma que este
entrenamiento permita compensar las pérdidas que el paciente está
sufriendo.
[editar] Otros tratamientos que se están investigando
Se están realizando experimentos con vacunas. Están basados en la idea de
que si el sistema inmune puede ser entrenado para reconocer y atacar la
placa beta-amiloide, podría revertirse la deposición de amiloide y parar la
enfermedad. Los resultados iniciales en animales fueron prometedores. Sin
embargo, cuando las primeras vacunas se probaron en seres humanos, se
produjo inflamación cerebral en una pequeña proporción de los
participantes en el estudio, por lo que se detuvieron las pruebas. Se
continuó estudiando a los participantes en el estudio y se observó mejora en
lo que respecta a la lentitud de progreso de la enfermedad. Estudios
recientes en ratones parecen progresar en el problema de la inflamación
cerebral. Se espera que en el futuro esta vía de investigación dé mejores
resultados y que una vacuna pueda ser aplicada en familias con historial de
enfermedad de Alzheimer.
Otra de las áreas de investigación es la medicina regenerativa. Se trata de
inyectar en el cerebro del paciente células madre embrionarias o adultas
para intentar detener el deterioro cognitivo. Ya se han hecho experimentos
en humanos con resultados positivos.
[editar] Véase también
Demencia de cuerpos de LewyEl alzheimer es una demencia progresiva
que tiene el déficit de memoria como uno de sus síntomas más tempranos y
pronunciados. Por lo general, el paciente empeora progresivamente,
mostrando problemas perceptivos, del lenguaje y emocionales a medida
que la enfermedad va avanzando.
A nivel neuronal, la enfermedad está asociada con el desarrollo de placas y
ovillos de fibras que van recubriendo el cerebro.
El 50% de los mayores de 65 años demenciados sufren de alzheimer.
Se diagnostica definitivamente durante la autopsia.
ETAPAS DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER




Estadio 0: Caracterizado por independencia en el trabajo, compras,
finanzas y actividad social.
Estadio 1: Aparición de negligencia moderada y dificultades para
encontrar palabras además de: pérdida de objetos, olvido de nombres
de familiares, frecuencia del fenómeno "tenerlo en la punta de la
lengua" y pérdida de la percepción espacial expresada en no saber
volver a casa.
Estadio 2: Frecuentes y severas quejas de pérdida de memoria y
lenguaje, incapacidad de funcionar independientemente fuera del
hogar. Comienzan a requerir asistencia para higiene, vestirse y
alimentación.
Estadio 3: Dejan de reconocer a su pareja, hijos e incluso su propio
reflejo en el espejo. Comienzan a sufrir de mutismo o balbuceo
incoherente. Presentan alucinaciones, delirios y conductas
excéntricas tales como almacenar de todo. También comienzan a
darse convulsiones, incontinencia y reflejos infantiles.
MEMORIA IMPLÍCITA O INCONSCIENTE RELATIVAMENTE
PRESERVADA
La llamada memoria implícita o inconsciente parece sufrir un proceso de
degeneración mucho más lento. Se refiere a cosas profundamente
interiorizadas como cantar una canción de misa en el caso de un católico
practicante, cortar un tomate, hacer una cama ...
¿ EXISTEN ESPERANZAS DE CURACIÓN ?
Por desgracia, la respuesta es no, de momento. Sin embargo, con la mejora
de la atención médica, la edad media crece continuamente en las
sociedades occidentales. La frecuencia de la demencia senil es considerable
y tiene grandes costes para la sociedad en cuidados de enfermería, médicos,
y por supuesto, en sufrimiento humano. Por esta razón hay un considerable
interés en la posibilidad de aliviar los efectos de la demencia. De hecho, se
han obtenido resultados muy positivos a la hora de aplicar técnicas de
ejercitación de la memoria con el fin de retrasar los síntomas.
¿ PUEDE PREDECIRSE ?
Existen evidencias de personas con un riesgo mayor de sufrir alzheimer
según sus rasgos de personalidad y hábitos de vida. Estas personas se
caracterizan por tener vidas rutinarias poco interés por la cultura, escaso
hábito de lectura, escasas aficiones, ausencia de curiosidad ...
También existen técnicas de detección tempranas tan simples como el
"recuerdo libre" que consiste en leer una lista de palabras para después
evocarlas en voz alta. Problemas severos en la realización de esta prueba
denotan de forma muy fiable la aparición de la demencia.




Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
Memoria humana
Deterioro Cognitivo Leve
Demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA); Mal de Alzheimer
Definición Volver al comienzo
La enfermedad de Alzheimer, una forma de demencia, es una afección
cerebral progresiva y degenerativa que afecta la memoria, el pensamiento y
la conducta.
La alteración de la memoria es una característica necesaria para el
diagnóstico de ésta o de cualquier otro tipo de demencia. También se debe
presentar cambio en una de las siguientes áreas: lenguaje, capacidad de
toma de decisiones, juicio, atención y otras áreas de la función mental y la
personalidad.
La velocidad de progresión es diferente para cada persona. Si la
enfermedad de Alzheimer se desarrolla rápidamente, es probable que
continúe progresando de la misma manera, pero si ha sido de desarrollo
lento, probablemente seguirá un curso lento.
Causas, incidencia y factores de riesgo
Volver al comienzo
Más de 4 millones de estadounidenses sufren actualmente de la enfermedad
de Alzheimer. Cuanto mayor es la persona, mayor es el riesgo de
desarrollar esta enfermedad, aunque no es parte del envejecimiento normal.
Otro factor de riesgo común es el hecho de tener antecedentes familiares de
la enfermedad.
Además de la edad y los antecedentes familiares, los factores de riesgo para
esta enfermedad pueden ser, entre otros:




Presión arterial alta por mucho tiempo
Antecedentes de traumatismo craneal
Niveles altos de homocisteína (un químico corporal que contribuye a
enfermedades crónicas como la cardiopatía, la depresión y
posiblemente la enfermedad de Alzheimer)
Pertenecer al género femenino; debido a que las mujeres
generalmente viven más que los hombres, tienen mayor probabilidad
de desarrollar esta enfermedad
Existen dos tipos de enfermedad de Alzheimer: de inicio temprano y de
inicio tardío. En la primera, los síntomas aparecen primero antes de los 60
años, es mucho menos común y es responsable de solamente el 5 al 10% de
los casos. Sin embargo, tiende a progresar rápidamente.
La causa de la enfermedad de Alzheimer no se conoce por completo, pero
se cree que abarca tanto factores genéticos como ambientales. El
diagnóstico de esta enfermedad se hace sobre la base de síntomas
característicos y excluyendo otras causas de demencia.
Se han descartado las teorías anteriores sobre la acumulación de aluminio,
plomo, mercurio y otras sustancias en el cerebro que se creía llevaban a que
se presentara esta enfermedad. La única forma de saber con certeza que
alguien sufrió la enfermedad de Alzheimer es por medio de estudios
microscópicos de una muestra de tejido cerebral después de la muerte.
El tejido cerebral muestra "nudos neurofibrilares" (fragmentos enrollados
de proteína dentro de las neuronas que las obstruyen), "placas neuríticas"
(aglomeraciones anormales de células nerviosas muertas y que están
muriendo, otras células cerebrales y proteína) y "placas seniles" (áreas
donde se han acumulado productos de neuronas muertas alrededor de
proteínas). Aunque estos cambios ocurren en cierto grado en todos los
cerebros con la edad, se presentan mucho más en los cerebros de las
personas con enfermedad de Alzheimer.
La destrucción de las células nerviosas (neuronas) lleva a una disminución
de los neurotransmisores (sustancias secretadas por una neurona para
enviar los mensajes a otra neurona), cuyo equilibrio correcto es crítico para
el cerebro.
Al causar cambios tanto estructurales como químicos en el cerebro, la
enfermedad de Alzheimer parece desconectar áreas del cerebro que
normalmente trabajan juntas.
Alrededor del 10% de las personas mayores de 70 años tiene problemas
significativos de memoria y cerca de la mitad de éstos se deben a la
enfermedad de Alzheimer. El número de personas con esta enfermedad se
duplica cada década después de los 70 años y el hecho de tener un pariente
de sangre cercano que ha desarrollado la enfermedad aumenta el riesgo.
La enfermedad de Alzheimer de inicio temprano se puede presentar en
familias e involucra mutaciones hereditarias autosómicas dominantes que
pueden ser la causa de la enfermedad. Hasta ahora, se han identificado tres
genes de aparición temprana.
La enfermedad de Alzheimer de inicio tardío, que es el tipo más común, se
desarrolla en personas de 60 años o más y se cree que es menos probable
que sea hereditaria. La enfermedad de Alzheimer de inicio tardío puede
presentarse en algunas familias, pero el papel de los genes es menos directo
y definitivo. Es posible que estos genes no provoquen el problema en sí,
sino que aumenten la probabilidad de formación de placas y nudos u otras
patologías relacionadas con la enfermedad de Alzheimer en el cerebro.
Síntomas Volver al comienzo
En las etapas tempranas, los síntomas pueden ser muy sutiles y pueden
parecerse a signos que muchas personas erróneamente le atribuyen al
"envejecimiento normal". Entre los síntomas se encuentran uno o más de
los siguientes:






Repetición frecuente de enunciados
Ubicación equivocada de cosas
Dificultad para recordar el nombre de objetos conocidos
Perderse en rutas conocidas
Cambios de personalidad
Perder interés por las cosas que antes se disfrutaba

Dificultad para realizar tareas que requieren algo de elaboración
mental, pero que solían ser fáciles, como llevar el control de uso de
la chequera, jugar juegos complejos (como bridge) y aprender rutinas
o informaciones nuevas
En una etapa más avanzada, los síntomas son más obvios y pueden abarcar:






Olvidar detalles acerca de eventos corrientes
Olvidar eventos en la vida personal, perdiendo conciencia de quién
se es
Problemas para escoger la ropa apropiada
Alucinaciones, discusiones, repartir golpes y conducta violenta
Delirio, depresión y agitación
Dificultad para realizar tareas básicas como preparar alimentos y
conducir
En las etapas finales de la enfermedad, la persona ya no puede vivir sin
ayuda. La mayoría de las personas en esta etapa:



Ya no reconocen el lenguaje
Ya no reconocen a los miembros de la familia
Ya no son capaces de desempeñar las actividades básicas de la vida
diaria como comer, vestirse y bañarse
Signos y exámenes Volver al comienzo
El primer paso para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer es establecer
la presencia de demencia y, en segundo lugar, se debe aclarar el tipo de la
demencia. El médico realiza la historia clínica, hace el examen físico
(incluyendo un examen neurológico) y evalúa el estado mental del
paciente.
Es posible que se ordenen exámenes para determinar si existe una
condición tratable que pueda estar provocando la demencia o
contribuyendo a empeorar la enfermedad de Alzheimer. Entre estas
condiciones se pueden mencionar la enfermedad tiroidea, la deficiencia de
vitaminas, los tumores cerebrales, la intoxicación por drogas o
medicamentos, las infecciones crónicas, la anemia y la depresión severa.
Por lo general, la enfermedad de Alzheimer tiene un patrón característico
de síntomas y los médicos experimentados pueden diagnosticarla teniendo
en cuenta los antecedentes y el examen físico. Entre los exámenes que se
hacen con frecuencia para evaluar o descartar otras causas de demencia
están la tomografía computarizada (TC), la imagen por resonancia
magnética (IRM) y exámenes de sangre.
En las etapas tempranas de la demencia, la imagen cerebral en las
gammagrafías puede ser normal; mientras que en etapas posteriores, una
IRM puede mostrar una disminución en el tamaño de la corteza cerebral o
del área del cerebro responsable de la memoria (el hipocampo). Aunque
estos exámenes no confirman el diagnóstico, sí excluyen otras causas de
demencia como los accidentes cerebrovasculares y los tumores.
Tratamiento Volver al comienzo
Infortunadamente, no existe cura para la enfermedad de Alzheimer. Los
objetivos del tratamiento son:




Disminuir el progreso de la enfermedad
Manejar los problemas de comportamiento, confusión y agitación
Modificar el ambiente del hogar
Apoyar a los miembros de la familia y otras personas que brindan
cuidados
Los tratamientos más prometedores abarcan cambios en el estilo de vida,
medicamentos y suplementos antioxidantes como ginkgo biloba y vitamina
E.
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA:
Las siguientes medidas pueden ayudar a las personas con enfermedad de
Alzheimer:






Participar en un programa de caminatas supervisadas con un tutor u
otra compañía confiable. Esto puede ayudar a mejorar las habilidades
de comunicación y disminuir el riesgo de andar deambulando.
Utilizar la terapia de luz brillante para ayudar a reducir el insomnio y
el deseo de deambular.
Escuchar música relajante que puede reducir los intentos por
deambular y la inquietud, incrementar los químicos cerebrales,
mitigar la ansiedad, aumentar el sueño y mejorar la conducta.
Conseguir un perro como mascota.
Practicar técnicas de relajación
Recibir masajes regulares que son relajantes y suministran
interacción social
TRATAMIENTO CON MEDICAMENTOS:
Existen varios medicamentos disponibles para retardar el progreso de la
enfermedad y, posiblemente, mejorar las capacidades mentales de la
persona. La memantina (Namenda) actualmente es la única droga aprobada
para el tratamiento de la enfermedad o mal de Alzheimer que va de
moderada a severa.
Otros medicamentos abarcan: donepezil (Aricept), rivastigmina (Exelon) y
galantamina (Razadyne, antiguamente llamado Reminyl) y tacrina
(Cognex). Estos medicamentos afectan el nivel de un neurotransmisor en el
cerebro llamado acetilcolina y pueden también causar náuseas y vómitos.
La tacrina también produce una elevación de las enzimas hepáticas y debe
tomarse cuatro veces al día, pero actualmente casi no se utiliza.
El Aricept se toma una vez al día y puede estabilizar o incluso mejorar las
habilidades mentales de la persona; además, generalmente se tolera bien. El
Exelon parece funcionar de manera similar y se toma dos veces al día.
Se pueden requerir otros medicamentos para controlar comportamientos
agresivos, agitados o peligrosos, los cuales usualmente se administran en
dosis muy bajas.
Puede ser necesario suspender medicamentos que empeoran la confusión,
como analgésicos, cimetidina, depresores del sistema nervioso,
antihistamínicos, pastillas para dormir y otros. Sin embargo, los
medicamentos nunca se deben cambiar o suspender sin hablar con el
médico.
SUPLEMENTOS:
El folato (vitamina B9) es esencial para la salud del sistema nervioso. Junto
con algunas otras vitaminas B, el folato también es responsable de eliminar
la homocisteína (un químico corporal que contribuye a la enfermedad
crónica) de la sangre. En las personas con enfermedad de Alzheimer, se
han encontrado altos niveles de homocisteína y bajos niveles tanto de folato
como de vitamina B12 y, aunque el beneficio de tomar estas vitaminas B
para la enfermedad de Alzheimer no está completamente claro, vale la pena
considerarlo, particularmente si los niveles de homocisteína en el paciente
están elevados.
Los suplementos antioxidantes, como ginkgo biloba y vitamina E, eliminan
los radicales libres, productos del metabolismo altamente reactivos que
pueden causar daño celular en todo el cuerpo.
La vitamina E se disuelve en la grasa, rápidamente entra en el cerebro y
puede retardar el daño celular. En al menos un estudio bien diseñado de
personas con enfermedad de Alzheimer, a quienes se les hizo un
seguimiento durante 2 años, aquellas que tomaron suplementos de vitamina
E tuvieron un mejoramiento en los síntomas comparadas con aquellas que
tomaron pastillas placebo. Los pacientes que toman anticoagulantes, como
warfarina (Coumadin), deben hablar con el médico antes de tomar vitamina
E.
La ginkgo biloba es una hierba ampliamente utilizada en Europa para tratar
la demencia, la cual mejora el flujo sanguíneo al cerebro y contiene
flavonoides (sustancias de la planta) que actúan como antioxidantes.
Aunque muchos de los estudios hasta la fecha han sido algo imperfectos, la
idea de que el ginkgo pueda mejorar el pensamiento, el aprendizaje y la
memoria en las personas con la enfermedad de Alzheimer ha sido
prometedora. El ginkgo NO se debe utilizar si la persona toma
medicamentos anticoagulantes como warfarina (Coumadin) o un tipo de
antidepresivos llamados inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).
Si se está pensando en tomar cualquiera de estas sustancias, primero se le
TIENE que comentar al médico; y es importante saber que las hierbas y
suplementos disponibles sin prescripción médica NO están regulados por la
FDA.
APOYO EN EL HOGAR:
La persona afectada con la enfermedad de Alzheimer necesita apoyo en el
hogar a medida que la enfermedad empeora. Los familiares u otras
personas encargadas del cuidado pueden ayudar comprendiendo cómo
percibe su mundo la persona con esta enfermedad. Deben simplificarse los
alrededores del paciente y se le deben proporcionar recordatorios
frecuentes, notas, listas de tareas de rutina o instrucciones para las
actividades diarias. A la persona con enfermedad de Alzheimer se le debe
dar la posibilidad de hablar sobre sus desafíos y de participar en su propio
cuidado.
OTRAS MEDIDAS PRÁCTICAS:
La persona con la enfermedad de Alzheimer debe hacerse revisar los ojos y
los oídos y, de encontrarse problemas, se pueden necesitar audífonos, gafas
y cirugía de cataratas.
Las personas con esta enfermedad pueden tener requerimientos particulares
en la dieta, tales como:


Calorías adicionales debido al aumento de la actividad física por la
inquietud y el hecho de deambular.
Comidas supervisadas y ayuda en el momento de alimentarse, ya que
las personas con esta enfermedad a menudo olvidan comer y beber y,
como resultado de esto, se deshidratan.
El Programa de Retorno Seguro (Safe Return Program), implementado por
la Asociación para el Alzheimer (Alzheimer's Association), exige que una
persona con enfermedad de Alzheimer lleve puesto un brazalete de
identificación. En caso de que el paciente salga a deambular, la persona
encargada de su cuidado puede ponerse en contacto con la policía y con la
oficina nacional del programa Safe Return, donde se almacena la
información acerca de la persona y se comparte en toda la nación.
Con el tiempo, puede que el monitoreo y la asistencia durante las 24 horas
del día sean necesarios para brindar un ambiente seguro, controlar las
conductas agresivas o agitadas y satisfacer las necesidades fisiológicas.
Esto puede incluir cuidado en el hogar, ancianatos y guarderías para
adultos.
Grupos de apoyo Volver al comienzo
Ver grupos de apoyo para la enfermedad de Alzheimer con el fin de
encontrar recursos e información adicional para personas con enfermedad
de Alzheimer y para las personas que cuidan de ellos.
Expectativas (pronóstico) Volver al comienzo
El resultado probable es desalentador. El trastorno generalmente progresa
en forma permanente. Es común que se presente incapacidad total y la
muerte normalmente sucede en un lapso de 15 años, por lo general, a causa
de una infección o una insuficiencia de otros sistemas corporales.
Complicaciones Volver al comienzo










Pérdida de la capacidad para desempeñarse o cuidar de sí mismo
Úlceras de decúbito, contracturas musculares (pérdida de la
capacidad para mover articulaciones debido a la pérdida de la
función muscular), infección (particularmente infecciones urinarias y
neumonía) y otras complicaciones relacionadas con la inmovilidad
durante las etapas finales de la enfermedad
Caídas y fracturas
Pérdida de la capacidad para interactuar
Desnutrición y deshidratación
Insuficiencia en los sistemas corporales
Disminución del período de vida
Comportamiento dañino o violento hacia sí mismo o hacia los otros
Maltrato por parte de un cuidador demasiado estresado
Efectos secundarios de los medicamentos
Situaciones que requieren asistencia médica Volver al comienzo
Se debe buscar asistencia médica si alguien cercano a la persona
experimenta síntomas de demencia senil tipo Alzheimer. Asimismo, si una
persona con este trastorno experimenta un repentino cambio en su estado
mental (un cambio rápido puede indicar que existe otra enfermedad).
Si se está cuidando a una persona con este trastorno y su condición se
deteriora a tal punto que ya no se la puede cuidar en casa, se debe hablar
sobre la situación con el médico.
Prevención Volver al comienzo
Aunque no existe una forma comprobada de prevenir la enfermedad de
Alzheimer, existen algunas prácticas que se pueden incorporar en la rutina
diaria, particularmente si existen antecedentes familiares de demencia. Se
debe hablar con el médico acerca de cualquiera de estas propuestas,
especialmente aquellas que implican tomar medicamentos o suplementos.



Consumir una dieta baja en grasa
Consumir pescado de agua fría (como atún, salmón y caballa) rico en
ácidos grasos omega-3, al menos dos a tres veces a la semana
Reducir la ingesta de ácido linoleico que se encuentra en las
margarinas, la mantequilla y los productos lácteos




Incrementar el consumo de antioxidantes, como los carotenoides, la
vitamina E y la vitamina C, consumiendo muchas frutas y verduras
de color oscuro
Mantener la presión arterial normal
Permanecer activo mental y socialmente durante toda la vida
Pensar en tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroides
(AINES), como ibuprofeno (Advil, Motrin), sulindaco (Clinoril) o
indometacina (Indocin). Las drogas estatinas, un tipo de
medicamento normalmente usado para el colesterol alto, pueden
ayudar a disminuir el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Sin
embargo, se debe hablar con el médico acerca de los pros y contras
de la utilización de estos medicamentos para la prevención.
Además, se están haciendo las primeras pruebas de una vacuna contra la
enfermedad de Alzheimer.
Las Etapas y el Tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer
La Enfermedad de Alzheimer es un tipo de degeneración progresiva de la
estructura y el funcionamiento del cerebro. En la etapa "preclínica," una
persona puede funcionar bien en su casa o en el ambiente de su empleo, y
las anormalidades cognitivas puede que solo se noten en evaluaciones
neuropsicológicas. Eventualmente, se podrán notar las deficiencias
cognitivas.
Una persona con la Enfermedad de Alzheimer al principio tiene dificultad
con la memoria reciente o inmediata, organizando citas complicadas o un
calendario social, organizando un viaje para las vacaciones, o coordinando
una fiesta con una cena de varios platos diferentes. Más adelante en la
evolución de la enfermedad, puede haber problemas con la memoria a largo
plazo, con el humor, la apatía, inquietud, y la ejecución anormal de
movimientos (ej. caminar de un lado a otro). Las personas afectadas tienen
problemas usando los electrodomésticos - primero, los complicados como
el coche o el lavaplatos; luego, el teléfono; y eventualmente hasta los
utensilios de la mesa.
No todos los problemas de memoria llegan a ser demencia, ni todas las
causas de demencia son la Enfermedad de Alzheimer. Demencia significa
que hay una pérdida de la memoria además de pérdida de por lo menos otro
aspecto de cognición, como el pensamiento abstracto, personalidad,
habilidad ejecutiva (de organización), y que esta perdida interfiere con el
funcionamiento. No se puede diagnosticar la demencia cuando alguien está
enfermo, como por ejemplo con fiebre, infección, perturbación metabólica,
etc.
La Enfermedad de Alzheimer es la causa más común de la demencia. Sin
embargo, hay otras condiciones médicas que también pueden causar
demencia como el infarto cerebral, el alcohol, la Enfermedad de Parkinson,
u otras condiciones médicas.
La Enfermedad de Alzheimer tiene componentes genéticos y ambientales.
El componente genético es muy fuerte en las personas diagnosticadas con
la Enfermedad de Alzheimer entre la edad de 40 y 50 y pico años. Sin
embargo, estas personas son una minoría pequeña de toda la población de
gente que padece la Enfermedad de Alzheimer. La mayoría de la gente con
la Enfermedad de Alzheimer lo desarrollan entre los 70 y 80 años; y el
componente genético a este edad es mucho menos fuerte. Solo un 50 por
ciento de los gemelos idénticos cuyos padres padecían Alzheimer, contraen
la enfermedad.
La salud y factores ambientales, como por ejemplo actividad física y
mental, y el tratamiento de condiciones médicas como la hipertensión y la
diabetes, influyen mucho en la postergación de los síntomas de Alzheimer.
Generalmente no se recomienda hacerse pruebas genéticas para detectar la
Enfermedad de Alzheimer después de los 60 años.
Etapas de la Enfermedad de Alzheimer
Muy leve: Normalmente no se diagnostica esta etapa porque todavía la
gente está trabajando a un nivel bastante alto. A veces pueden contar que
están teniendo más problemas de lo normal con la memoria a corto plazo, o
abordándose de los nombres o de dónde han dejado sus pertenencias. Sin
embargo, todavía pueden hacer los cálculos de sus finanzas, acordarse de
citas, y seguir conduciendo.
Estas personas suelen compensar dándose más tiempo para adaptarse a las
situaciones y a veces escriben notas para recordarse de las cosas. Algunos
sufren de ansiedad por sus fallos de memoria. No existe ningún tratamiento
especifico aparte de un cambio en la forma de vida.
Leve: En esta etapa, se empiezan a notar las deficiencias cognitivas en
algunas situaciones difíciles. La clave para diagnosticar la demencia leve es
que el funcionamiento en casa o en el trabajo se ve afectado, auque sea
levemente. Estas personas empiezan a necesitar ayuda en sus tareas
complicadas como planear una fiesta o hacer sus finanzas. Pueden tener
problemas para recordar algunos eventos de sus vidas (hospitalizaciones,
condiciones médicas, momentos clave de su educación o del trabajo), tener
dificultades para concentrarse, tener problemas viajando particularmente a
los sitios no conocidos.
La mayoría de la gente en la etapa leve no tiene dificultades para reconocer
caras conocidas, no están desorientados con respeto al tiempo, y
normalmente pueden viajar a los sitios conocidos. Sin embargo, la gente
con Alzheimer tiende a evitar las situaciones difíciles o desafiantes. Su
humor puede ser un poco "plano." La mayoría no tiene idea de la medida
de sus deficiencias. Igual dicen que tienen los mismos problemas que
tienen todos los de su edad, pero realmente no aprecian la medida de su
pérdida.
Moderada: Las personas en la etapa moderada de Alzheimer no pueden
hacer nada sin ayuda. Necesitan ayuda para escoger el conjunto de ropa
apropiada y pueden necesitar pistas para vestirse en el orden apropiado. La
seguridad en la cocina (ej. un fuego de un sartén dejado en la estufa) puede
ser un problema y a veces puede ser necesario desenchufar algunos
electrodomésticos como la estufa. Si todavía están conduciendo, alguien les
debería convencer para dejarlo. También pueden tener problemas llevando
sus finanzas o sus medicamentos con seguridad.
Aunque hay algún grado de desorientación con el tiempo, como por
ejemplo recordando que la Guerra Fría fue después de la Segunda Guerra
Mundial, las personas con demencia moderada todavía pueden acordarse de
información importante sobre sí mismos, sobre sus familias, y sobre otros.
Puede haber comportamiento delirante, depresión, apatía, o ansiedad a
medida que la enfermedad evoluciona.
Moderadamente severa: Con la progresión de la pérdida de la memoria,
una persona puede no acordarse de sus hijos o su esposo(a)
constantemente, o les pueden confundir con otros miembros de su familia.
Funcionalmente, la persona pierde la capacidad para vestirse, bañarse, y
más tarde de ir al servicio. Se produce la incontinencia urinaria y, luego,
incontinencia fecal. Muchas veces también hay trastornos del sueño.
Severa: La capacidad para hablar se limita a más o menos media docena de
palabras, y eventualmente, el vocabulario comprensible disminuye a una
sola palabra. El o ella ha perdido o va a perder la capacidad para caminar,
sentarse, sonreír, y eventualmente para sujetar la cabeza. Ahora parece que
el cerebro es incapaz de comunicar al cuerpo lo que debe hacer. La persona
puede sentarse en el servicio, pero haber olvidado como evacuar, o puede
tener incontinencia antes de llegar al baño.
Las personas con demencia severa pueden quedarse con la comida en la
boca, habiendo olvidado como tragar. Pueden perder peso, aspirar líquidos
a los pulmones, o contraer úlceras de decúbito (escaras/llagas por estar en
la cama). Durante esta etapa puede ser necesario recurrir al cuidado para
los enfermos desahuciados para asegurar su comodidad y paliación.
Tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer
Estilo de vida: Estas recomendaciones son apropiadas para todas las etapas
de la enfermedad, pero hace falta adaptarlas a las preferencias y habilidades
de cada individuo. En general, los cambios de estilo de vida sanos que
protegen el cuerpo de los infartos cerebrales y de los ataques de corazón
también pueden proteger el cerebro de la disminución de cognición. Los
adultos mayores que hagan ejercicios, mantengan su peso del cuerpo
normal, eviten traumas a la cabeza, que no tomen más que una bebida
alcohólica al día, y que queden ocupados con sus vidas sociales, son los
que mejor mantienen sus habilidades cognitivas.
Los adultos que están en las etapas tempranas de la enfermedad pueden
tomar clases en las universidades publicas de la comunidad, tomar clases
en un centro de ancianos, o participar en clubes de libros de la biblioteca.
Los que padecen de la enfermedad en su etapa moderada o severa pueden
beneficiarse de actividades organizadas en una guardería para ancianos. La
Oficina de los Ancianos,(en Ingles Office of Aging) y la Asociación del
Alzheimer de tu comunidad pueden darte información sobre donde se
encuentran estas oficinas en tu localidad. Además, el tratamiento de la
hipertensión es importante para proteger el cerebro de la disminución
cognitiva, así como la prevención y tratamiento de la diabetes con
ejercicios y medicamentos.
La vitamina E: La vitamina E es un antioxidante. Un estudio demostró los
beneficios de la vitamina E en grandes dosis (1,000 unidades dos veces al
día) en las personas con demencia moderada. El uso de la vitamina E
retrasó el tiempo de la muerte, el institucionalismo, la perdición de la
habilidad de realizar las actividades cotidianas, y el desarrollo de la
demencia severa.
Inhibidores de la Acetilcolinesterasa: Estos medicamentos están
aprobados por la FDA para tratar los síntomas de la Enfermedad de
Alzheimer leve o moderada. Los inhibidores de la acetilcolinesterasa
incluyen:




Tacrina (también llamado Cognex, que todavía se vende pero se
receta poco por los efectos secundarios al hígado)
Donepezilo (Aricept)
Galantamina (Razadyne)
Rivastigmina (Exelon)
Los inhibidores de la acetilcolinesterasa bloquean la acción de la
acetilcolinesterasa, la enzima responsable para la destrucción de la
acetilcolina. La acetilcolina es un neurotransmisor del cerebro (elementos
químicos que usan las neuronas para comunicarse entre ellos).
Se cree que algunos de los síntomas de la Enfermedad de Alzheimer se dan
por niveles reducidos de acetilcolina. Bloquear la enzima que destruye la
acetilcolina causa un aumento en las concentraciones de acetilcolina en el
cerebro. Se cree que este aumento es responsable de la mejoría de la
memoria y de la cognición que se ve con estos medicamentos.
La mejoría es modesta y dura entre seis y 12 meses. Después de ese
tiempo, regresa la disminución de la memoria. Sin embargo, los
investigadores creen que las personas que están usando inhibidores de la
acetilcolinesterasa pueden seguir teniendo mejoras en su funcionamiento y
comportamiento mientras sigan tomando estos medicamentos durante un
periodo prolongado.
Estas mejoras pueden ayudar a reducir las cargas para los cuidadores,
retrasar la necesidad para meterles en una residencia para ancianos, y
mejorar problemas neuropsiquiátricos (como la apatía y la agitación).
Memantina (Namenda): La Memantina está aprobada por el FDA para el
tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer moderada a severa. Bloquea el
neurotransmisor glutamato para que no active los receptores NMDA en las
neuronas, para que se queden mas sanas. Este mecanismo es diferente que
el de los inhibidores de colinesterasa.
Los pacientes con Alzheimer moderada a severa que han recibido
tratamiento con memantina tuvieron mejores resultados en las escalas que
miden las actividades cotidianas como comer, andar, asearse, bañarse,
vestirse etc. comparados con los pacientes que tomaron placebo. Los
pacientes que siguen con su funcionamiento pueden obtener el máximo
beneficio.
Parece que la Memantina es segura y efectiva cuando se toma sola o
cuando se combina con un inhibidor de colinesterasa. Sin embargo, como
los inhibidores de colinesterasas, el efecto para la cognición y las
habilidades es modesto y disminuye después de aproximadamente seis
meses. Se están realizando investigaciones para determinar los beneficios a
largo plazo.
Otros:





La evidencia a favor de un beneficio para el producto herbal gingko
biloba es débil.
La Selegilina puede tener un beneficio equivalente a la Vitamina E,
pero tiene más efectos secundarios.
El estrógeno no ayuda a la cognición cuando una mujer con la
Enfermedad de Alzheimer lo toma.
Los estudios que se han realizado sobre los medicamentos antiinflamatorios que no contienen esteroides todavía no han demostrado
ningún beneficio claro para tratar la demencia, y estos medicamentos
tienen efectos secundarios significantes en los adultos mayores.
Hoy en día se están realizando estudios con los medicamentos que
bajan el colesterol, ciertos medicamentos para la diabetes, y
suplementos de ácido fólico.
Se tuvo que parar un estudio con vacunas por causar casos de inflamación
del cerebro, pero continúan las investigaciones para encontrar una vacuna
para la Enfermedad de Alzheimer, no solo para prevenirla sino también
para tratar esta enfermedad tan común. ¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE
ALZHEIMER?
Es la demencia más común. Pero ¿qué es una demencia?
Demencia es la pérdida irreversible de las capacidades
intelectuales, incluyendo la memoria, la capacidad de
expresarse y comunicarse adecuadamente, de organizar la vida
cotidiana y de llevar una vida familiar, laboral y social
autónoma. Conduce a un estado de dependencia total y
finalmente, a la muerte.
¿Qué distingue a la enfermedad de Alzheimer de las otras demencias?
-Es una enfermedad de las edades avanzadas de la vida, y es
tanto más frecuente cuanto mayores son las personas, pero hay
formas precoces que comienzan a los 50 o 60 años y aunque
muy raramente, incluso antes.
-Comienza e incluye siempre trastornos de la memoria que
son ya desde fases muy incipientes, importantes desde el punto
de vista funcional, es decir, que interfieren con las actividades.
Todos tenemos trastornos de memoria, sobre todo en relación
con el paso del tiempo y con el estrés, pero lo habitual es que
desarrollemos estrategias para compensarlos, como por
ejemplo, apuntar las cosas que hay que comprar, llevar una
agenda, etc. Aunque los fallos de memoria puedan, en alguna
ocasión, jugarnos alguna mala pasada, no ocurre así en general
y podemos seguir trabajando, disfrutando de actividades de
ocio, ocupándonos de nuestras familias y de nosotros mismos
por mucho que vayamos diciendo "¡cada vez tengo peor
memoria!". Al paciente con enfermedad de Alzheimer los
fallos de memoria le van limitando, de manera progresiva, sus
actividades. Al principio, la pérdida se refiere, sobre todo, a
hechos recientes. En esa fase llama la atención que el paciente
recuerde, e incluso le guste evocar una y otra vez, con todo
detalle, hechos referentes a su infancia y juventud, lo que
puede mantenerse incluso ya cuando no es capaz de recordar
el nombre de sus nietos o cuándo es Navidad. Poco a poco,
deja de recordar todo cuanto se refiere a sí mismo, su edad,
dónde vive; confunde a sus hijos o piensa que su esposo es su
padre. Hay que destacar, no obstante que, aunque a veces es ya
incapaz de recordar el nombre de su marido o sus hijos, su
presencia suele resultarle agradable y tranquilizadora. El buen
contacto afectivo, las emociones, el trato afectuoso que se le
dispense acostumbra a ser aceptado y agradecido. En las fases
finales se pierde, incluso, este aspecto tan primario de la
relación.
A ello se asocian:
-trastornos del lenguaje, la llamada afasia. El pacientre
"olvida" el nombre de las cosas, "no le sale" el nombre, no ya
de las personas o los lugares, sino de los objetos más
corrientes. Al cabo de un tiempo, no entienden bien lo que se
les dice o se les pregunta. El lenguaje pasa a ser cada vez más
pobre, contiene menos información, las frases dejan de tener
sentido y, al final, se pierde la capacidad de hablar, quedando
el paciente totalmente ausente, incomunicado.
-apraxia, o dificultades para realizar los gestos que
llamaríamos útiles. Al comienzo se manifiesta en acciones
complicadas, como dibujar, manejar instrumentos de trabajo o
utensilios domésticos o conducir, pero luego se pierden hasta
los más simples como manejar los cubiertos, vestirse o hacer
un saludo.
-Agnosia o dificultad para reconocer o comprender el
significado de cuanto se ve, se toca, etc.
A todo ello se une una actitud de indiferencia o ignorancia
del problema o, al menos, un subvaloración. Aunque al
comienzo pueda haber una cierta depresión o ansiedad ante los
fallos, pronto llama la atención la tranquilidad con que el
paciente reacciona ante sus enormes despistes o errores. Es
típico que los niegue, lo que a veces puede exasperar a su
familia, o que intente justificarlos de una forma ingenua,
infantil o, a veces, por el contrario, con explicaciones muy
rebuscadas o extravagantes. ("¿Qué día es?" "No sé, yo nunca
me he preocupado de estas cosas" "¿Cuántos hijos tiene?"
"Dos o tres" y sonríen apaciblemente, como si no tuviera la
menor importancia no recordar algo así. A diferencia de la
persona deprimida o ansiosa con trastornos de memoria, el
paciente no parece sufrir mucho por sus dificultades. Puede
enfadarse un poco, pero pronto olvida que no ha sido capaz de
contestar al teléfono o que ha confundido a su hijo con su
nieto.
Como, por otra parte, el paciente conserva durante mucho
tiempo los automatismos sociales, tiene buen aspecto y
aparentemente, lo hace "todo"(entra, sale, ve TV, hojea el
periódico, trastea en la cocina, etc.) es fácil que el problema
pase desapercibido a vecinos, conocidos o incluso, a familiares
que no conviven con él. Así, es muy corriente que el cónyuge
haya sufrido, sin acabar de entender qué estaba sucediendo, el
inicio de una enfermedad de Alzheimer en su pareja y que, tras
su fallecimiento, los hijos queden sorprendidos ante el grave
deterioro mental que sufre el paciente. También son constantes
los trastornos de personalidad y conducta. Al principio
puede haber ansiedad, depresión, irritabilidad. Personas muy
activas se vuelven apáticas, inactivas y, al revés, personas muy
tranquilas, comienzan a estar inquietas, nerviosas y a moverse
continuamente sin objetivos claros. Es frecuente que el
paciente se vuelva desconfiado, receloso, que esconda las
cosas, que piense que quieren robarle o hacerle daño. Más
adelante puede haber, aunque no siempre, agresividad,
hostilidad hacia sus familiares y sobre todo, hacia su pareja. El
insomnio o cambio de ritmo de sueño es un grave problema,
pudiendo el paciente pasar las noches levantado y con gran
resistencia a los medicamentos que se le puedan dar para
dormir.
También es típica la desorientación espacial, es decir,
perderse fácilmente, no saber encontrar el camino de vuelta a
casa y, en fases avanzadas, perderse incluso en la propia casa,
no siendo capaz de encontrar la cocina, el baño, etc.
Lo normal en la enfermedad es que no haya problemas físicos
ni de movimiento y que, hasta fases ya previas al final, en los
últimos meses o años, el paciente siga siendo capaz de andar –
de hecho, es característico que pasee arriba y abajo de la casa,
día y noche, sin parar.
El final es común para ésta y otras demencias. Con el paso de
los años, el paciente pierde la movilidad, queda encamado,
tiene dificultades para comer, no entiende absolutamente nada
y muere a consecuencia de una complicación, como neumonía,
etc.
CAUSAS DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER.
No se conocen. Se han identificado, en cambio, factores de
riesgo.
-Edad.
-Predisposición genética. Se han identificado en los últimos
años determinados rasgos genéticos (los denominados
genotipos) que confieren a la persona portadora una
predisposición, a veces muy alta, de padecer la enfermedad,
sobre todo si vive el tiempo suficiente. Así, aunque alguna
persona tuviese un genotipo de alto riesgo, si muere,
precozmente, por ejemplo, a los 60 años, no llegará a tener la
enfermedad. Si bien es cierto que tener un familiar de primer
grado con la enfermedad puede suponer un mayor riesgo de
tenerla en un futuro, en comparación con la población normal,
no se puede considerar que la enfermedad de Alzheimer sea
una enfermedad hereditaria de la forma en que se entiende
clásicamente. Son muy raros los casos de familias afectadas de
una mutación genética, transmisible: en estas condiciones, sí
es hereditaria la enfermedad. En los demás casos, hay que
insistir en que se hereda un rasgo genético de predisposición,
sólo eso. El gen implicado mejor conocido es el gen de la
apolipoproteina E (apoE). Los portadores, poco frecuentes, de
un determinado genotipo de apoE, tienen un riesgo superior al
90% de padecer la enfermedad. Otro factor conocido de
riesgo, en relación con factores genéticos, es tener en la
familia pacientes con síndrome de Down o mongolismo.
Otros factores de riesgo , de menor relevancia, son:
-Sexo femenino. La proporción aproximada de afectación es
3/1.
-Antecedentes de traumatismo craneal.
-Se ha debatido mucho sobre si el tener un nivel de educación
bajo favorece la aparición de la enfermedad. Tampoco la
posible relación estaría clara -¿estilo de vida?-.
-Factores de riesgo vascular. Los mismos factores que pueden
facilitar la aparición de ictus o enfermedad isquémica
coronaria (hipertensión arterial, diabetes, cifras altas de
colesterol y tabaquismo) parecen aumentar también el riesgo
de padecer enfermedad de Alzheimer.
Factores que, según algunos trabajos, podría proteger frente a
la aparición de la enfermedad:
-El haber consumido medicamentos anti-inflamatorios de
forma prolongada. Esto se ha dicho a partir de estudios
epidemiológicos llevados a cabo tras comprobar que, pacientes
con determinadas enfermedades reumáticas, y que había sido
tratados durante mucho tiempo con anti-inflamatorios, tenían
menor incidencia de enfermedad de Alzheimer de lo que
correspondería por grupo de edad. Este hallazgo ha hecho que
se pongan en marcha estudios para comprobar si los antiinflamatorios pueden ejercer un efecto preventivo o incluso
terapéutico sobre la enfermedad.
-También después de haber observado que las mujeres que
habían recibido tratamiento hormonal sustitutivo después de la
menopausia parecían ser menos propensas a padecer la
enfermedad, o a presentarla más tardiamente, se está
investigando el posible efecto protector y/o terapéutico de la
administración post-menopáusica de estrógenos.
¿Cómo se establece el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer, o, qué
hacer cuando se cree que un familiar puede tener la enfermedad?
En primer lugar, hay que tranquilizar a quienes han pensado
alguna vez, ya cumplidos los cuarenta o cincuenta años, al
comprobar que tienen olvidos, que pueden estar desarrollando
la enfermedad de Alzheimer, diciéndoles que es improbable
que así sea. Hemos dicho antes lo poco consciente que es un
paciente de sus fallos y de sus consecuencias. Cuando nosotros
entramos en una habitación a buscar algo y salimos sin saber
qué demonios era, cuando perdemos las gafas o las llaves tres
veces en una mañana, cuando encontramos por la calle a
alguien que nos saluda afablemente y le seguimos la corriente
sin tener la menor idea de quien es, etc. nos preocupamos.
Pues bien, esta misma preocupación es casi una garantía de
que no estamos empezando a tener una demencia. Lo probable
es que estemos demasiado estresados, tal vez deprimidos, que
hagamos demasiadas cosas a la vez o, simplemente, que nos
estemos haciendo mayores, mal que nos pese. No pasa nada.
De todo cuanto acabo de decir, sólo es importante destacar las
depresiones que hay que descubrir, admitir y tratar
enérgicamente. Cualquier persona deprimida tiene, con toda
seguridad, problemas de memoria.
Pero si un familiar o persona cercana a nosotros tiene
problemas de memoria serios, que realmente interfieren en su
vida normal y, sobre todo, si nos damos cuenta de que son
progresivos, hay que buscar ayuda médica. Hay que descartar
una enfermedad de Alzheimer pero, sobre todo, hay que
estudiar bien el problema porque, cuando comienzan los
trastornos de memoria, puede haber otras causas y muchas de
ellas son tratables. Pondremos algunos ejemplos:
-La depresión, de la que ya hemos hablado. A
veces es difícil de identificar en un anciano,
porque no se manifiesta con los síntomas típicos
como llanto, ideas de suicidio, etc. sino de
manera más sutil, como apatía, malhumor,
retraimiento, agresividad, ideas de perjuicio o
síntomas físicos vagos que, investigados, no
revelan ninguna enfermedad orgánica. Por
ejemplo, dolor de cabeza, mareo, dolor
generalizado, inestabilidad.
-Los medicamentos. Sedantes y fármacos para
combatir el insomnio o la ansiedad, como las
benzodiacepinas (con nombres comerciales de
sobra conocidos), así como otros muchos (betabloqueantes, anticolinérgicos y un largo etcétera)
producen una importante pérdida de memoria,
sobre todo en el anciano. El médico siempre debe
considerar esta posibilidad ante un paciente con
trastornos de la memoria pero es bueno que se dé
a conocer este posible efecto adverso de algunos
medicamentos.
-Tóxicos, entre los que destaca, de forma
importantísima, el alcohol. Todo consumidor de
cantidades importantes y continuadas de alcohol
tiene problemas de memoria, pero además, hay
enfermedades cerebrales que sólo se ven en
alcohólicos, sobre todo si además están
malnutridos. El alcoholismo es un problema
mucho más corriente de lo que se cree, y en
particular en los ancianos, a veces porque han
sido bebedores crónicos, a veces porque han
adquirido el hábito en fases avanzadas de la vida
a consecuencia de la soledad, la pérdida del
cónyuge, las enfermedades no curables que se
ven obligados a soportar…
-Otros tóxicos. Aunque tengamos que dirigir la
vista a sectores mucho más jóvenes de la
sociedad, en las que el diagnóstico de enfermedad
de Alzheimer no se plantea, no podemos dejar de
mencionar la preocupación que origina el amplio
consumo de sustancias como la cocaina o los
derivados del cannabis. Su uso crónico y/o
abusivo puede afectar la memoria y, aunque
desconocemos por el momento el efecto que ello
pueda tener en la capacidad intelectual de los
consumidores actuales en el futuro, el hecho
merece, cuando menos, ser tenido en
consideración.
-Enfermedades que afectan al sistema nervioso
central. Tumores cerebrales de crecimiento lento
o rápido, hidrocefalia, ictus, en particular si ha
habido más de uno o el paciente presenta
múltiples lesiones isquémicas –los llamados
infartos-cerebrales.
-Enfermedades generales, como ,por ejemplo, las
que afectan tiroides, tanto por hipo como por
hiperfuncionamiento, enfermedades hepáticas
crónicas y una larga serie.
-Infecciones crónicas como el SIDA –
diagnosticarlo en el anciano no es tan inhabitual
como podría parecer-o una sífilis no tratada.
-Déficits de vitaminas, como la B12.
La lista es muy larga y el neurólogo siempre debe
estar seguro de que no se está ante una
enfermedad que pueda tratarse, mejorar o incluso
solucionarse del todo.
¿A quién acudir?
El médico de familia, de cabecera, sería la primera persona a
quien pedir ayuda. Muchas veces será el propio médico de
cabecera quien dirija al paciente a un especialista. A veces, en
cambio, será la familia quien pedirá dicha consulta. El médico
que debe establecer el diagnóstico es el neurólogo.
¿Cómo se llega al diagnóstico?
Lo primero es una larga entrevista e interrogatorio del paciente
y sus familiares más cercanos, básicamente los que conviven
con él. Ahí ya es posible ver si los síntomas son sugestivos de
demencia, de este u otro tipo, pasando luego una serie de
pruebas neuropsicológicas, como el test llamado Mini-Mental,
en los que se realizan preguntas estándar con puntuaciones
previstas, por debajo de las cuales se considera que hay un
trastorno valorable. Luego se realiza un examen físico y una
exploración neurológica. Con esto, el neurólogo, muchas
veces tiene ya una elevada sospecha de enfermedad de
Alzheimer cuando la hay. No obstante, acostumbra a realizarse
una serie de pruebas complementarias, que dependerán del
criterio del especialista en cada caso individual.
-Pruebas de neuroimagen. TAC (tomografia axial
computarizada) o RM) (resonancia magnética) para descartar
otras causas y confirmar la existencia de un grado de atrofia
que pudiese resultar significativo.
-Análisis para descartar aquellas causas infecciosas,
metabólicas, endocrinológicas, etc. de las que hemos hablado.
-Ocasionalmente, un EEG (electroencefalograma) que ayuda a
descartar otras demencias. Por ejemplo encefalopatías
metabólicas en personas con enfermedades hepáticas crónicas
o enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, la forma más corriente de
proceso debido a priones, los agentes causales de la popular
enfermedad de las vacas locas.
-Pruebas más sofisticadas, como SPECT o PET, que valoran
determinados aspectos funcionales de la actividad cerebral y
que son de utilidad en casos incipientes o de diagnóstico poco
claro.
-Por último, y no por orden de importancia, ya que su valor es
incuestionable, la práctica de un estudio neuropsicológico
detallado contribuirá decisivamente, en algunos casos, al
establecimiento del diagnóstico.
Mención aparte merece el controvertido tema del estudio
genético.
No está indicado ni justificado su uso sistemático en el estudio
diagnóstico: Debe quedar a riguroso criterio del especialista el
sugerir a la familia la conveniencia o necesidad de tal estudio.
Salvo en los mencionados e infrecuentes casos de Alzheimer
familiar, el estudio genético sólo constituye, por el momento,
un dato más, por valioso que sea en ocasiones, pero no un
elemento imprescindible para establecer el diagnóstico. Más
clara aún es la postura ante los pretendidos estudios genéticos
"preventivos" en personas sanas –a menudo angustiados hijos
de un paciente con la enfermedad-, de los que podría hacerse
un uso altamente irregular. En la actualidad, y ante la falta de
tratamiento de la enfermedad, de su fase pre-sintomática y,
más aún, de los supuestos "sujetos de riesgo" tales estudios no
aportan más que ansiedad, frustración y desgaste moral y
eventualmente, económico, a quienes sean declarados, en
función de criterios bien discutibles, susceptibles de presentar
la enfermedad en algún indeterminado momento de su vida.
Terminaremos diciendo que no existe ninguna prueba
aislada que, por si sola, pueda establecer el diagnóstico de
enfermedad de Alzheimer. Ni tan sólo es posible, hoy por
hoy, asegurar en vida del paciente, salvo si se practica una
biopsia cerebral con el consiguiente estudio anatomopatológico- el diagnóstico definitivo de la enfermedad: según
criterios aceptados internacionalmente, sólo puede hablarse de
probable o posible enfermedad de Alzheimer. Hay que añadir
de inmediato, no obstante, que en manos expertas y
especializadas, la fiabilidad del diagnóstico es muy elevada,
rozando probablemente el 90% de certeza.
