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Reunión de dialogo
Tema: Triunfar o perder
La expresión "el budismo es victoria o derrota" puede diferir de la imagen generalizada del
budismo, de que es una filosofía de vida de enfoque "pacifista", e incluso, puede dar la
impresión de que incita a las personas al conflicto. Sin embargo, dicha expresión no
alienta el enfrentamiento contra individuos antagónicos, sino a la lucha espiritual interior
del ser humano con respecto a las realidades de su vida.
El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, señala: "El universo, este mundo y nuestras
propias existencias son ámbitos en donde se desencadenan luchas interminables entre el
odio y la misericordia, entre los aspectos destructivos y constructivos de la vida…".
Instante a instante, el ser humano debe desafiarse en el esfuerzo constante de
crear el máximo valor y de no claudicar o ser derrotado ante los obstáculos.
Los desafíos que debemos encarar pueden ser muy variados –desde cuestiones triviales
o prácticas (desperezarse para ir a botar la basura o escribir una carta) hasta cuestiones
de
índole
mayor
(promover
la
proscripción
de
las
armas
nucleares),pero
fundamentalmente se trata de lo mismo, ya que debemos vencer la debilidad, el miedo o
el laxismo cuando debemos hacer algo por nuestra felicidad o la dicha del prójimo.
¿Cuál es, entonces, la función del budismo en esa batalla diaria?
El budismo no es una filosofía ajena a la vida cotidiana. El budismo no es simplemente
una doctrina teórica. Nichiren declaró: "El verdadero advenimiento del buda Shakyamuni
en este mundo yace en su comportamiento como ser humano". (NICHIREN: Gosho
zenshu, pág. 1174).
Nichiren enfatizó que en lugar de la obtención del reconocimiento social o las
recompensas, lo más importante para las personas es su victoria como seres
humanos, en lo que respecta no solamente a los logros tangibles, sino a los que no son
obvios a los ojos ajenos, tales como el triunfo espiritual o moral. Nichiren manifestó esta
convicción en el Japón del siglo XIII, cuando la población vivía a merced de la voluntad de
los gobernantes y las autoridades locales; y, en dicho contexto, se requería gran valentía
para establecer una guía espiritual que conduzca a las personas hacia la victoria.
Nichiren señaló: "El budismo concede una importancia primordial a la victoria y la
derrota, mientras que la autoridad secular se basa en el principio de la recompensa y el
castigo. Por esa razón, el Buda es reverenciado como el Héroe del Mundo…".
(NICHIREN: Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio, Soka Gakkai, 2008, pág. 876.)
La relevancia de la victoria depende del grado del desafío. Para un atleta musculoso no
será nada particular el hecho de que haya logrado levantar un equipaje pesado. El triunfo
adquiere significado para uno y para los demás cuando el desafío implica superar las
propias limitaciones. Si vivimos tranquilamente en el marco de "lo seguro" sin asumir retos
mayores, no podremos maximizar nuestra capacidad de crear cosas positivas que nos
permitan suprimir las causas del sufrimiento.
Debemos tener perseverancia y aunar valentía y fortaleza para luchar contra las
dificultades y los momentos de desánimo o desesperación. Esto se aplica también cuando
estamos esforzándonos arduamente para obtener una promoción en el trabajo o cuando
estamos tratando de apoyar a un amigo a superar la depresión. Nichiren advierte que
actuar pusilánimemente conduce a la derrota.
Nichiren enfrentó valientemente la opresión y la persecución a lo largo de su vida y
estableció la práctica budista para que todas las personas pudiesen vivir con proyección y
ser victoriosas. El supremo bien al que aspiran y por el que se desafían los practicantes
del budismo es promover la comprensión de que todo ser humano posee un tesoro
extraordinario: la condición de vida de la Budeidad, es decir, el potencial ilimitado
que le permite actuar con coraje, valentía y amor compasivo.
El potencial ilimitado de las personas surge cuando éstas entonan Nam-myoho-renge-kyo.
Entonces, pueden profundizar su decisión de lograr sus metas y manifestar la fortaleza
necesaria para vencer los obstáculos, sean éstos internos o externos. Cuando vemos que
la combinación de la oración ferviente, la firme determinación y la acción concreta tienen
resultados positivos en nuestras vidas, nos sentimos dispuestos a asumir un reto mayor, y
esto, a su vez, inspira a los demás a enfrentar las vicisitudes con el optimismo de que
también podrán vencer las dificultades.
El presidente Ikeda dice: "El budismo es una cuestión de vencer o de fracasar en la vida.
Cuando uno libra batalla contra un enemigo poderoso, o triunfa o sale vencido; no hay
medias tintas. Luchar contra nuestras propias funciones negativas es un aspecto
inevitable del budismo. Uno llega a manifestarse como un buda cuando consigue ganar
esta batalla. Así que tenemos que vencer, justamente porque el budismo sostiene que es
posible triunfar en la contienda contra nuestro propio mal fundamental".
(IKEDA, Daisaku: Discurso pronunciado el 24 de marzo de 1997.)
[Nota: Adaptación de un artículo publicado en la revista SGI Quarterly, julio 2006.]
Definición de Fracaso
El término fracaso proviene del verbo fracasar. Éste, a su vez, hace referencia a la
frustración (cuando se malogra una pretensión o un proyecto) y al resultado adverso en
un negocio.
Un fracaso es, por lo tanto, un suceso lastimoso, inopinado y funesto, según describe
el diccionario de la Real Academia Española (RAE). Por otra parte, el concepto permite
nombrar a la caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
En la sociedad actual, el estimulo permanente de la competitividad genera que el fracaso
sea visto como un estigma. Los “ganadores” son encumbrados e idolatrados, mientras
que los “perdedores” son mal vistos y obligados a pagar por sus fracasos.
Según los psicólogos, la familia, la escuela y los medios de comunicación deberían
enseñar a las personas a asumir sus derrotas y digerir los fracasos sin traumas. Es que
en el caso contrario, los fracasos perjudican la capacidad de reacción y afectan al
bienestar personal.
El rechazo social al fracaso promueve un mecanismo defensivo en la gente, que la lleva a
no reconocer los fallos y las limitaciones personales. El hecho de cometer errores y no
responsabilizarse por ellos constituye una incapacidad humana.
Hay que tener en cuenta que los especialistas consideran al fracaso como un paso
ineludible y valioso para poder avanzar en la vida. Los errores y el fracaso permiten el
aprendizaje.
Dado que el sentimiento de fracaso suele producirse ante objetivos inalcanzables, los
psicólogos recomiendan establecer metas coherentes para evitar la frustración y no vivir
una situación de mucho estrés frente a las dificultades.