Download IV. Vicegerencia y el Pueblo de Cristo

Document related concepts
Transcript
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
CONTENIDO DE ESTE DOCUMENTO
Título
Página
APÉNDICE 1: Expresiones del Imago Dei en los Oficios de Cristo
2
APÉNDICE 2: Palabras Bíblicas para el Hombre Interior
3
APÉNDICE 3: Escatología Individual
4
APÉNDICE 4: GLOSARIO DE TÉRMINOS
5
APÉNDICE 5: LECTURAS (artículos y extractos):
La Cronología en Génesis 1
Vern S. Poythress
7
Una discusión inteligente con el diseñador del Diseño inteligente
Nancy Pearcey
12
La Imagen de Dios
C. René Padilla
14
“Que reinen”: El Reinado de Dios en Génesis 1-3
Douglas Green
17
Ecce homo: La venida del reino como la restauración de la vicegerencia
humana
Dan G. McCartney
23
El Hombre en sus Tres Relaciones
Anthony Hoekema
33
El Trabajo: ¿maldición o vocación?
Rev. Todd Joling
35
¿Dicotomía o tricotomía? Un ensayo acerca de cómo la doctrina del hombre afecta
el tratamiento de la depresión
Winston Smith
40
La Psicologización de la Iglesia
William MacDonald
44
Crítica de “Filoprimatosis…”
Natalie Carley
46
Sed Santos
R.C. Sproul
50
Permaneciendo Libres en Cristo como Verdaderos HIJOS del Padre
“Sonship”
58
Respuestas a las Preguntas de Repaso de las lecciones 1 a 8
63
1
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
2
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
3
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
APÉNDICE 3: Escatología Individual
Evento/período
Creyentes
No creyentes
Incorpórea
Consciente
irreversible
Estado intermedio
Bendito
Con Cristo
“descansando” pero reinando
Atormentado con castigo continuo
Separado de Dios
Resurrección del cuerpo
Comparecen ante el trono y sus obras serán juzgadas
Salvo
Juicio Final
Condenado
Absolución pública a base de la
justicia de Cristo
Condenación pública
Recompensado (premiado), según
sus obras (a lo mejor incluye recibir
responsabilidades conmensurables
con estas).
Atormentado con grados de castigos
según sus obras
Corpórea
Consciente
irreversible
Estado Final
Con cuerpo “espiritual” pero siempre
físico,
glorificado
Puro y perfecto—no podrá pecar
En comunión íntima con Dios
Castigo eterno o perpetuo (“la
segunda muerte”)
en el lago de fuego, separado de
Dios eternamente
Reinando con Cristo eternamente
4
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
APÉNDICE 4: GLOSARIO DE TÉRMINOS
Arminianismo: La escuela de teología que se suele contrastar con la Reformada. Niega
la depravación total del hombre a favor de lo que sería efectivamente una depravación
parcial: le queda la habilidad para creer en el evangelio y salvarse. Los reformados
creemos que ningún hombre desearía a Dios a menos que el Espíritu Santo lo regenere.
Arminianismo es básicamente equivalente al Semi-Pelagianismo.
Arminiano: Adjetivo usado para alguien o una doctrina que exhibe características del
Arminianismo.
La baja creación: El resto del universo creado con la excepción de los seres humanos y
los seres celestiales (ángeles y otros espíritus).
Evolución: El desarrollo sobre el transcurso del tiempo de entidades de tal manera que
las formas originales se convierten en nuevas formas con nuevas características. Se usa
más comúnmente para referirse a la evolución de animales, con el resultado del
surgimiento de nuevas especies, siendo el hombre una de las especies más recientemente
producida. Sin embargo, se puede hablar de la evolución de animales, o bien la evolución
de galaxias y cuerpos celestiales.
Hipótesis del marco estructural: Una interpretación de Génesis 1 basada en su
estructura literaria. Los seis días de la creación consisten en dos registros: los días uno,
dos y tres relatan la creación de tres reinos o áreas y en los días cuatro, cinco y seis estos
reinos son respectivamente llenados con sus habitantes. Los días marcan la estructura del
relato en lugar de marcar tiempo, es decir que no son días literales de 24 horas. En inglés
se llama “Literary framework hipótesis.”
Marco de referencia: Los conocimientos y experiencias personales con base en los
cuales, consciente o inconscientemente, alguien forma sus opiniones y conclusiones
acerca de una nueva experiencia o asunto.
Cultura: Las costumbres, tradiciones, expectativas, artes, lenguaje, religión, leyendas,
comidas etc. que son características de un pueblo. No son prácticas moralmente neutrales,
pueden incluso estar abiertamente en contra de la Palabra de Dios.
Escatológico: se refiere a algo que apunta hacia o tiene su cumplimiento en los fines del
tiempo.
Iglesia: Los creyentes verdaderos que constituyen el cuerpo de Cristo.
Pelagianismo: La escuela de teología que en el siglo cuatro y cinco antes de Cristo fue el
oponente de la doctrina Reformada (en aquel entonces la perspectiva Reformada, aunque
no conocida por el nombre “Reformada,” fue representada por Agustín). Pelagio creía que
el pecado de Adán no contaminó a su descendencia, cada persona nace con la habilidad
de obedecer o desobedecer a Dios.
5
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Pelagiano: Adjetivo usado para alguien o una doctrina que exhibe las características del
Pelagianismo.
Próximo Oriente Antiguo: El “Oriente Próximo” se refiere a la región “más próxima a
Europa,” es decir las tierras mencionadas en la Biblia, las de Israel y sus vecinos,
incluyendo lo que actualmente se conoce como Turquía, Chipre, Siria, Líbano, Palestina,
Israel, Jordania, Arabia Saudita, Iraq, Irán, y Kuwait. “Es la cuna de la agricultura, la
civilización y la escritura.”1 “Antiguo” se refiere a las fechas entre 3000 adC hasta el 500
adC aproximadamente.2
Psiquiatra: Uso este término en su sentido más común en Estados Unidos: es un doctor
médico (“M.D.”) que especializa en las llamadas “enfermedades mentales” y que pueden
recetar medicamentos, algo que generalmente no pueden hacer los llamados psicólogos.
Reformado: Uso este término básicamente como sinónimo por Calvinista. Es decir, se
refiere a los que creen que los seres humanos son totalmente depravados y por ende, solo
creerán el evangelio aquellos quienes Dios ha elegido y regenerado.
Reino de Dios: En breve, se refiere al gobierno escatológico (es decir, teniendo su
cumplimiento pleno en la consumación) de Dios a través de Jesucristo, el hombre perfecto.
En la Biblia encontramos que el término generalmente no se refiere a la soberanía de Dios
sobre todo que existe, desde la eternidad—de lo contrario no hablaría la Biblia de la venida
del reino. El reino de Dios—un gobierno visible de Dios a través de seres humanos fieles—
fue profetizado y esperado en el AT, y en el NT Cristo dijo que se inauguró con Él. Tendrá
su cumplimiento cuando regrese en gloria y su reino sea establecido visiblemente en la
Tierra. En aquel entonces la voluntad de Dios se hará en toda la Tierra igual como ahora
se hace en el cielo.
Revelación: Un acto en el que Dios se hace conocido por el hombre. El hombre sólo
conoce a Dios en cuanto Dios se revele, el conocimiento del hombre de Dios siempre es
incompleto. Se acostumbra hablar de dos tipos de revelación, la general y la especial
(explicadas en la lección 1).
Yavé: El nombre propio de Dios, escrito para reflejar la pronunciación correcta del hebreo.
El nombre “Jehová” refleja una pronunciación incorrecta a lo mejor basada en falta de
entendimiento del hebreo. Los judíos escribieron el nombre de Dios, con los puntos,
o sea las vocales añadidas y equivocadas a propósito para dejar la palabra no
pronunciable, porque creían que era demasiado santo para pronunciarlo en voz alta.
1
2
“Oriente Próximo” artículo en http://es.wikipedia.org/wiki/Pr%C3%B3ximo_Oriente.
“Cronología del Antiguo Oriente Próximo”
6
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
APÉNDICE 5: LECTURAS (artículos y extractos)
La Cronología en Génesis 1
Vern S. Poythress, Primavera de 1992
Primero vamos a entender el contexto de este análisis de Génesis 1.
1. La Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios, y por lo tanto, es inerrante y
totalmente digna de confianza. Este punto de vista ha sido hábilmente defendido por
muchos escritores evangélicos. Por lo tanto, yo voy a presuponer este punto en vez de
defenderlo. La autoridad de la Biblia incluye aun los asuntos científicos. La Biblia tiene la
misma autoridad en cualquier cosa que enseñe acerca de la ciencia y reclama nuestra
lealtad, tal y como lo hace con respecto a sus enseñanzas sobre todos los demás asuntos.
Por ejemplo, la enseñanza bíblica de que Eva fue creada de la costilla de Adán (Gn 2:2125) contradice directamente la versión evolutiva estándar del origen de la humanidad. Por
lo tanto, la versión evolutiva es un error. Debemos sostener
que la Biblia está en lo
correcto en este y todos los demás asuntos.
El enemigo real aquí es el liberalismo y la desconfianza de la enseñanza bíblica.
El liberalismo se ha filtrado en muchos seminarios que un día fueron creyentes de la Biblia.
Además, frecuentemente los liberales y la gente con tendencia liberal no son francos con
respecto a sus puntos de vista cuando hablan con los laicos. Por lo que es entendible que
las sospechas puedan desarrollarse aun cuando sean infundadas, porque las lecciones de
la historia nos enseñan cuántas veces tales sospechas sí estaban bien fundamentadas.
2. El evolucionismo y la cosmovisión del naturalismo evolutivo son erróneos y
son antagónicos a la enseñanza bíblica.
Los representantes típicos de la corriente principal moderna científica
presuponen una cosmovisión naturalista en la cual los milagros son imposibles y Dios no
existe o es irrelevante. Este punto de vista es claramente contradicho por la Biblia.
3. Dios es capaz de crear todo el universo en un momento o en seis días de 24
horas. Para Dios nada es imposible (Lucas 1:37; esto es, "nada" que sea consistente con
su carácter).
Ahora consideremos la enseñanza de Génesis 1 y 2. Yo creo que Génesis 1 y 2
fueron escritos por Moisés para los Israelitas en los días de Moisés. En aquel tiempo, el
asunto principal era la idolatría. Génesis 1 y 2 están en contra de todas las religiones del
Próximo Oriente Antiguo al proclamar con claridad que sólo hay un Dios, y que él creó
todas las cosas. Las cosas creadas son justamente eso, cosas, y no deben ser adoradas.
Los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios. Como seres creados, son en
cierta manera parecidos a los animales, pero como seres creados a la imagen de Dios son
distintos de los animales y se les ha dado el dominio sobre los animales y las plantas (Gn
1:28-30). Los actos de creación de Dios han establecido una pauta que el hombre creado
a Su imagen debe imitar (así Israel guardaba el día de reposo).
Estos son los puntos principales. Los detalles al igual que los puntos principales
nos instruyen, y no debemos menospreciar nada de la Palabra de Dios. Por otro lado,
debemos notar que los detalles están subordinados a los puntos principales.
Ahora, preguntémonos acerca de la cronología de los eventos de la creación
narrados en Génesis 1 y 2. ¿En qué orden ocurrieron y cuánto tiempo llevó para que
ocurran? Cuando nos hacemos esta pregunta, notamos varios puntos. Primero, la
7
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
creación ocurre en una pauta de seis días, seguidos por un séptimos día de reposo. Los
lectores israelitas rápidamente debieron haber notado lo que Éxodo 20:10-11 señala
explícitamente, esto es, que hay un paralelo entre las acciones de Dios y las acciones de
los israelitas. La pauta del reposo entre los israelitas (seis días de trabajo y uno de
reposo) es análoga a la pauta del reposo en Génesis 1:2-3.
Además, Génesis 1:11-12 y 2:9 describe el crecimiento de plantas y árboles. De
nuevo, cualquier israelita podría sentir que este crecimiento es análogo al crecimiento
agrícola que él veía a su alrededor. De hecho, como dice Génesis 1:11, es la palabra de
Dios el fundamento que gobierna el crecimiento de las plantas para la posteridad.
Génesis 2:9 tiene que ver con un área especial, el jardín del Edén. Sugiere lo que el
hombre, como un imitador de Dios, puede hacer al cultivar un jardín e incrementar su
belleza y productividad. Dios es siempre el que causa que las cosas crezcan (Sal.104:14),
pero el hombre puede ser un facilitador del proceso cuando cuida un jardín (Gn 2:15). En
resumen, el crecimiento de las plantas, como es descrito en Gn 1:12 y 2:9, es análogo al
crecimiento de las plantas que un israelita podía observar a su alrededor.
Ahora preguntémonos cuánto tiempo llevó todo esto. Entre los israelitas, el
crecimiento de un árbol duraba años. Por lo que, por analogía, un lector pudiera concluir
que el crecimiento del jardín del Edén llevó años. La pauta de reposo israelita tomaba
siete días de 24 horas para completarse. Por lo que, por analogía, un lector pudiera
concluir que los siete días de creación fueron de 24 horas cada uno, y que en total fueron
168 horas (24 x 7).
Ninguna de estas dos conclusiones puede ser correcta. Entonces, ¿cuánto
tiempo tardó? En principio, muchas opciones son posibles para Dios. Dios pudo, por
supuesto, crear en un momento árboles totalmente desarrollados. Pero no es lo que
Génesis 1:12 y 2:9 describen. Dios pudo milagrosamente acelerar el crecimiento de los
árboles, para que todo el jardín del Edén estuviera listo en 24 horas. Dios pudo
milagrosamente alentar los días de creación, para que cada día tomara un tiempo largo en
completarse. Pero si decimos que Dios estaba obrando milagrosamente, parece imposible
poder capturar su obra al invocar las "leyes científicas" contemporáneas o la experiencia
de los israelitas. Las leyes científicas son simplemente resúmenes de la manera en que
Dios obra actualmente. La experiencia de los israelitas sólo cubre la manera en que Dios
obró durante ese tiempo. La manera actual en la que Dios obra fue subsiguiente a la
conclusión de la creación. La creación durante seis días puede ser análoga a los eventos
subsecuentes, como ya hemos dicho. Pero no es idéntica. La creación es única por
definición.
Todavía hay una dificultad adicional. ¿Cómo medimos el tiempo? En nuestro
ambiente tecnológico actual, medimos el tiempo al comparar un conjunto de eventos (los
eventos que serán medidos) con otro conjunto de eventos (el estándar con el cual
haremos la medición). Por lo tanto, comparamos el cocimiento de un huevo con el
movimiento de un reloj. Y para medir si los movimientos del reloj son exactos, los
comparamos con el movimiento de los cuerpos celestes o por las vibraciones de la luz
emitida por ciertas transiciones atómicas. Podemos comparar todas estas cosas con el
sentido "psicológico" del tiempo que tenemos los seres humanos cuando estamos
despiertos.
Pero estas comparaciones fallan cuando tenemos en la mira la obra milagrosa
de la creación. No hubo seres humanos sino hasta el sexto día. Por lo tanto, no había un
sentido psicológico de tiempo hasta el sexto día. No hubo cuerpos celestes que pudieran
8
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
ser usados para medir el tiempo sino hasta el cuarto día (Gn 1:14). Además, en el
contexto moderno, el crecimiento de los árboles provee un tipo de "reloj" que es a veces
usado para extrapolar una medición del pasado. Sin embargo, de acuerdo con Génesis
2:9 y 1:12, el "reloj" obtenido del crecimiento de las plantas no necesariamente concuerda
con el "reloj" obtenido de la experiencia humana normal subsiguiente al séptimo día de
creación.
Regresemos a nuestra información primaria. Génesis nos presenta una pauta
de reposo en el capítulo 1. Y Génesis 1:12 y 2:9 nos presenta eventos en los que las
plantas crecieron gradualmente en un período de tiempo. En ambos casos, los israelitas
tuvieron que razonar por analogía basada en su experiencia (del crecimiento de las plantas
y de la pauta semanal del reposo). En ambos casos los milagros especiales o acciones de
la providencia especial de Dios pudieron haber roto la supuesta analogía entre Génesis 1 y
2 y la experiencia de los israelitas. En ambos casos, la creación en Génesis 1-2 es única,
y los otros eventos son edificados sobre esta base. (Los días de reposo posteriores
existen debido a este primer reposo; el crecimiento de las plantas existe debido a la
Palabra de Dios inicial en 1:11).
Es común en los que proponen una creación de días de 24 horas, apelar a los
milagros y decir que el crecimiento mencionado en 1:12 y 2:9 puede haber ocurrido
rápidamente, virtualmente en un momento. Estoy de acuerdo con esa posibilidad. Pero
también pienso que estamos en una posición similar cuando venimos a la pregunta de la
pauta del reposo y los días. Si los eventos de 1:11-12 y 2:9 no son análogos en maneras
cruciales al crecimiento de las plantas para las cuales determinaron la pauta, de manera
similar, todo el esquema de los días en Génesis 1:1-2:3 puede no ser análogo, aunque
haya establecido las bases para la pauta de los reposos en la historia subsiguiente de
Israel.
¿Puedes entender mi razonamiento? Las reglas que usamos para entender la
pauta de reposo en Génesis 1, no deben ser arbitrariamente más flexible que las reglas
que usamos con respecto a 1:12 y 2:9. Por supuesto, los israelitas tuvieron que tratar con
ambos textos. El entendimiento de un conjunto de datos debió haber informado y dirigido
su entendimiento del otro conjunto de datos. El efecto debió haber sido dejar al lector
israelita responsable en una situación de precaución. La situación inicial fue una
disparidad aparente entre el cuadro sugerido en 1:12 y el cuadro sugerido por la pauta de
días. Tal disparidad, cuando fuera reconocida, serviría como una advertencia dentro del
texto mismo de que (1) el texto está enfocado en otros asuntos diferentes a la duración de
tiempo, (2) algunas veces la correspondencia analógica y no la de uno a uno con la
experiencia israelita, debe ser invocada para darle su lugar justo al papel fundamental de
los eventos de la creación. Y (3) por lo tanto, no es seguro dogmatizar con respecto a qué
versículos utilizan más relaciones analógicas y cuáles usan más correspondencias uno a
uno.
¿Qué podemos hacer con respecto a estas cosas? El material dado a nosotros
en Génesis 1 y 2 no provee una base firme para establecer extrapolaciones confiables
acerca de las medidas de tiempo. Génesis 1 y 2 enseñan firmemente que hay analogías
entre los siete días de la creación y la obra subsiguiente de los seres humanos. Pero
éstas son analogías, y no cosas idénticas, como se puede ver en el hecho de que el
hombre es hombre y no Dios. Génesis 1 y 2 no nos proveen un "reloj" fijo del tipo al que
esta acostumbrada la ciencia moderna.
9
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
En el contexto de la ciencia moderna, estamos interesados en la técnica.
¿Cómo podemos hacer las cosas? Por lo que nos preguntamos cómo Dios hizo las cosas.
Somos muy rápidos para imaginar que todos en todas partes deben estar igualmente
preocupados con la técnica; pero no es así. Los israelitas, estoy convencido, estuvieron
mucho más interesados en las preguntas teológicas fundamentales que Génesis 1 y 2
presentan. Es muy fácil imponer preguntas sobre Génesis 1 y 2 para las cuáles estos
pasajes no fueron diseñados para contestar.
Las preguntas sobre el orden exacto de los eventos son también del tipo de las
que tendemos a estar interesados, pero son de las que Génesis está menos interesado.
Génesis 2 comienza con la creación del hombre, para indicar cómo la creación de otras
cosas fue diseñada para servir para el bien del hombre. Génesis 1, por otro lado, nos da
un arreglo temático, en el que los espacios mayores son creados en los tres primeros días
y las cosas que "gobiernan" los espacios son creados los siguientes tres días. La
correlación no es perfecta, pero aun es sugestiva. Génesis 1 sugiere hasta cierto punto un
orden cronológico, particularmente porque los días son numerados y conducen hacia el día
de reposo. Pero hay pistas de que no todo puede ser colocado completamente en orden
cronológico exacto. Génesis 1:12 parece ser una observación que cubre no sólo el primer
crecimiento de plantas sino el crecimiento subsiguiente en los días siguientes. Los
cuerpos celestiales creados el cuarto día gobernaban sobre la luz y la oscuridad creadas
en el primer día. Teóricamente, la sucesión de luz y oscuridad pudo haber sido gobernada
"directamente” por Dios, pero los israelitas son invitados a pensar por analogía en su
experiencia presente, en la cual la luz y la oscuridad están íntimamente ligadas al
movimiento de los cuerpos celestes.
Entonces, no es de sorprender que un número de exégetas reformados han
argumentado a favor del "punto de vista del marco de referencia" [“framework view”] o del
"punto de vista del día ilustrador” [pictorial day view”or “day-age view”], según los cuales
Génesis 1 está usando la pauta sabática como la pauta fundamental para organizar la
creación, pero sin hacer declaraciones directas y detalladas acerca de las cuestiones de la
cronología. Los eventos son reales, pero la cronología ha sido dejada inespecífica.3 Uno
puede notar también que los comentarios evangélicos recientes sobre Génesis expresan
un entendimiento del hecho de que Génesis habla principalmente de las preocupaciones
los israelitas de la antigüedad y no de los asuntos de la técnica y la cronología. Ve Gordon
J. Wenham, Genesis 1-15 (Waco, TX: Word Books, 1987); Victor P. Hamilton, The Book of
Genesis 1-17 (Grand Rapids: Eerdmans, 1990); and Derek Kidner, Genesis (Downers
Grove, IL: InterVarsity, 1967).
Podemos aun estar de acuerdo en un asunto central: Si Génesis 1 implica que
los días fueron de 24 horas, estamos obligados a aceptarlo, a pesar de las tensiones
aparentes con la ciencia moderna.
Hay tres evidencias exegéticas que apoyan la conclusión de que Génesis 1
rehúsa establecer una longitud en los días.
Primero, el día séptimo no tuvo final. Al principio suponía que los israelitas
pudieron fácilmente concebir el séptimo día como un día ordinario, al continuar el
descanso de Dios de su obra de creación por siempre. Pero ahora pienso, que
3
Ve Meredith G. Kline, "Because It Had Not Rained," Westminster Theological Journal (May, 1958) 146-157; Nicolaas
H. Ridderbos, Is there a Conflict between Genesis 1 and Natural Science? (Grand Rapids: Eerdmans, 1957).
10
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
teológicamente hablando, la santidad de ese día, y aun más su significado teológico está
ligado al carácter del descanso de Dios, así que es artificial intentar separar la duración del
día de la duración del descanso.
Segundo, como argumenté en el ensayo, el acto de Dios de plantar el jardín del
Edén en Gn 2:9 es paradigmático para la actividad agrícola del hombre. El crecimiento de
los árboles del Edén nos lleva en una dirección diferente si tratamos de calcular el tiempo
de su duración.
Tercero, ahora creo que la creación de las luminarias en el cuarto día pone un
obstáculo para la creación de 24 días, pero no exactamente lo que Kline y sus seguidores
piensan. El obstáculo es que las luminarias son dadas para que los seres humanos
puedan medir el tiempo en sus propios términos. ¿Cómo entonces uno incluso puede
proponer medir la duración del primer día, cuando el estándar de medición, como Dios lo
ordenó, no aparece en la escena sino hasta el cuarto día? Me parece que hay un elemento
que intenta ir demasiado lejos en la misma propuesta de intentar medir la duración de los
primeros días. Al hacerlo uno indica que se está saliendo del orden de creación que Dios
ordenó, y está tratando de pasar por alto las limitaciones humanas.
11
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Una Discusión Inteligente con el Diseñador del Diseño Inteligente
por Nancy Pearcey , traducido de World, 29 Julio, 2000, p. 69
No sólo en la política los líderes forjan los movimientos. Phillip Johnson ha
desarrollado lo que es llamado el movimiento “Diseño Inteligente”, el cual alega que el
tiempo y la suerte (los mecanismos de cambio en el Darwinismo) no pudieron hacer el
orden complejo de la vida a nuestro alrededor. El Sr. Johnson es un profesor de leyes en
Berkeley quien, impulsado por la crisis de su fracaso matrimonial, se convirtió al
cristianismo en su adultez media. Ha escrito muchos libros incluyendo su más reciente
publicación, The Wedge of Truth (La Cuña de la Verdad).
P: Usted relató acerca de un joven que fue a Harvard y perdió su fe cristiana. ¿Por
qué esta es una historia tan común ahora?
R: Cada curso que este joven tomó en Harvard estaba basado en las suposiciones
de la filosofía naturalista – la idea de que todo está gobernado por el azar y las leyes
naturales – así que aun el caso de que Dios existiera, Él sería incapaz de hacer algo. La
existencia de Dios no fue comprobada como falsa, sino más bien fue considerada como
irrelevante para todo lo que era digno de ser estudiado.
P: El apoyo crucial del naturalismo es el Darwinismo. ¿Cuál es el asunto más
importante acerca de la evolución hoy en día?
R: El debate se centra en un asunto fundamental: ¿Son las fuerzas de la naturaleza
creadoras de información? Cualquier texto, ya sea un libro o el código del ADN, requiere
un arreglo complejo e irrepetible de letras. ¿Puede acaso ese orden ser producido por el
azar o las leyes naturales? La respuesta es no. El azar produce movimientos aleatorios, y
las leyes producen orden simple y repetitivo (como usar un programa de la computadora
que escriba automáticamente una frase una y otra vez). La única cosa que produce un
orden complejo, específico y no repetitivo es un agente inteligente.
P: ¿Qué ocurre cuando el Darwinismo es aplicado fuera del campo de la Ciencia –
por ejemplo, a la vida social y a la moralidad?
R: El campo de la Psicología Evolutiva aplica el Darwinismo al comportamiento, y
los resultados son sombríos. La conclusión lógica del Darwinismo es que todas nuestras
acciones son el resultado de los estados del cerebro producidos por alguna combinación
de azar y leyes físicas – lo cual debilita la noción de la elección moral. Así es como el
archi-darwiniano Richard Dawkins dice que somos meros “robots” programados por el
ADN para hacer más ADN.
P: ¿Qué implica el Darwinismo para las ciencias de la mente?
R: El Darwinismo congruente dice que no existe un “yo” único o central que habita
dentro del cuerpo, que toma decisiones, sostiene opiniones, ama y odia. Eso es
desechado como un dualismo anticuado. En la teoría “computacional” popular presente, la
mente es un conjunto de computadoras que resuelven los problemas específicos enviados
por los sentidos. Por ejemplo, Steven Pinker de MIT dice que la idea de un “yo” único es
simplemente una ilusión útil, seleccionada por la evolución debido a que nuestro cuerpo
necesita ir sólo en una dirección a la vez.
P: Las computadoras funcionan sin una conciencia.
Si la mente es una
computadora, ¿Por qué somos seres conscientes?
R: Algunos neurocientíficos dicen que no lo somos – esa conciencia es una ilusión.
El filósofo Paul Churchland dice que los estados mentales no existen, y sugiere que
12
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
reemplacemos el lenguaje acerca de las creencias y deseos con declaraciones acerca de
los mecanismos físicos del sistema nervioso – la activación de las neuronas, etc.
Esta conclusión es tan contraria a la experiencia ordinaria que muchos
neurocientíficos buscan un punto en el que la lógica del Darwinismo no sea aplicable.
Pero, por supuesto, tal punto sería completamente arbitrario. John Searle, mi colega
famoso de aquí de Berkeley, acepta la evolución naturalista al mismo tiempo que insiste
que ésta no puede explicar la mente humana.
P: Su libro dice que el asunto clave es la definición misma de conocimiento.
R: La definición prevaleciente de conocimiento descansa sobre la llamada distinción
entre el Hecho y el valor. Los “hechos” son objetivos, racionales y verdaderos para todos;
los “valores” son personales, subjetivos y valiosos sólo para los creyentes.
El
conocimiento verdadero sólo puede ser obtenido de los “hechos”. Es por eso que la
evolución Darwiniana se enseña en las clases de ciencia, donde enseñamos conocimiento.
Pero la postura creacionista es relegada a las clases de religiones comparadas, donde
exploramos las creencias subjetivas de la gente.
P: Tal parece que aún aquellos que tienen creencias cristianas pueden tener
doctrinas correctas, pero las tratan como si tuvieran importancia sólo dentro de la
comunidad de la fe.
R: La táctica típica es ceder a la ciencia la autoridad para determinar los “hechos”,
luego tratar de salvaguardar algo de espacio para la fe cristiana en el ámbito de los
“valores”. Pero puesto que a los “valores” no se les da el estatus de conocimiento
genuino, lo que clasifiques en esa categoría con el tiempo será desechado por
considerarse fantasías subjetivas. Los cristianos necesitan insistir en que ellos están
haciendo declaraciones de conocimiento genuino. Me gustaría decirlo de esta manera:
¿Existe alguna “ –logía” en Teología? ¿Estamos estudiando algo real?
13
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
La Imagen de Dios
C. René Padilla
Toda la narración de la creación en el capítulo 1 de Génesis está caracterizada por una
admirable sobriedad. Sin elaboración ni adorno enumera los actos de la creación por
media de los cuales, paso a paso, Dios prepara el escenario para la vida humana. Todo lo
que Dios hace es «bueno», puesto que se adapta cabalmente al propósito divino. Y todo
apunta a un clímax que da sentido a cada acto que lo precede: la creación del Hombre
('adam = humanidad)4 en el sexto día.
También los animales (a excepción de los peces y las aves) corresponden al sexto día y
eso pone en relieve la solidaridad del Hombre con el reino animal. No por eso la creación
del Hombre deja de ser un acto especial de Dios, lo cual se echa de ver en el contraste
entre la forma verbal en el versículo 24 («Produzca la tierra seres vivientes») y la que
aparece en el versículo 26 («Hagamos al Hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza»). Dios dialoga consigo mismo y proyecta crear al Hombre como la imagen de
sí mismo. Esto coloca a la humanidad en una categoría aparte entre todos los seres
creados: le da su carácter distintivamente humano. El Hombre es por definición Imago Dei.
En la historia de la interpretación bíblica se ha discutido mucho sobre el significado de la
expresión «a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». La exégesis tradicional,
especialmente en artículos católico-romanos, en el pasado pretendió construir toda una
antropología basada en la distinción entre «imagen» (tselem) y «semejanza» (demuth). De
acuerdo con ella, el Hombre fue creado, por un lado, con una conformidad innata con Dios,
la cual era un don natural y, por otro, con una capacidad de desarrollarse y llegar a ser
como Dios, la cual era un don sobrenatural. Sin embargo, el uso que se hace de los dos
términos en Génesis no apoya esta interpretación. Hoy se admite ampliamente que las
dos palabras apuntan a una misma realidad que la versión popular Dios llega al hombre
expresa en lenguaje sencillo: «Ahora hagamos al Hombre. Se parecerá a nosotros.» El
texto sugiere que entre todos los seres creados por Dios, este solo—hombre—se parece a
Dios, pero no dice explícitamente en que consiste la semejanza del hombre con Dios.
Esto es algo que se tiene que deducir del contexto literario e histórico del texto.
……………………………..
La investigación del significado que tenían las imágenes antiguamente en el Medio Oriente
ha arrojado resultados positivos para la interpretación de Génesis 1.26-28. La conclusión
es que según la «ideología real» difundida en el mundo antiguo, especialmente en Egipto,
el rey es la imagen de Dios y como tal lo representa ante sus súbditos. La imagen del rey,
por otro lado, representa a éste en la tierra conquistada. Estas ideas no están lejos del
texto bíblico: el Hombre es la imagen de Dios porque lo representa y está investido de su
autoridad.
4
El término 'adam, que aparece veintiséis veces en los tres primeros capítulos de Génesis, tiene un sentido ambiguo: se
refiere a la humanidad en sentido genérico (y este es el uso más común en el Antiguo Testamento) ose usa como nombre
propio del primer hombre. En ocho casos de los veintiséis, Reina-Valera traduce el término como nombre propio, y en
dieciocho casos le da un sentido genérico. En el presente trabajo usa Hombre (con mayúscula) para referirme al ser
humano en sentido genérico.
14
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
La figura de la imagen cobra aun más fuerza cuando se toma en cuenta que la expresión
aparece en un contexto en el cual se destaca la trascendencia de Dios. El Dios a quien se
parece el Hombre es el Dios que crea el universo y los seres vivientes por medio de su
palabra, pero luego hace una imagen de sí mismo y la coloca en el mundo como su
representante; es el Creador que implanta en el Hombre su propia creatividad y lo hace su
propio lugarteniente, le encomienda la mayordomía de su creación. Para la ideología real
oriental sólo el rey representa a Dios; para la revelación bíblica el Hombre (y
consecuentemente todos los hombres y todas las mujeres) es la imagen del Creador en el
mundo.
Así, pues, el significado esencial de la descripción del Hombre como la Imago Dei es el
carácter representativo que el Hombre tiene respecto a Dios. Esta interpretación que se
desprende del contexto histórico del pasaje bíblico es ratificada por la conexión que el
texto establece entre la intención divina respecto a la creación del ser humano en Génesis
1.26 «<Hagamos al Hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree...») y la narración misma de la creación en Génesis 1.27-28 «<Y creó Dios al
hombre a su imagen ...y ...dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread...»). Al Hombre como su imagen—su representante—le da la facultad de
reproducirse y le encomienda la mayordomía del mundo. La tarea humana fundamental es
el gobierno de la realidad creada, en representación de Dios y bajo su autoridad. Este es el
«mandato cultural», en cuyo cumplimiento el ser humano manifiesta que en efecto es
Imago Dei. El Hombre completo—el Hombre como ser somático y espiritual—se asemeja a
Dios porque a él le ha sido encomendada la mayordomía de la creación. Y allí radica la
base de la responsabilidad humana en el uso y cuidado de los recursos naturales, y en el
desarrollo científico y tecnológico.
En relación con nuestro tema cabe destacar, sin embargo, que Génesis 1.2ó-28 no deja
lugar a dudas acerca de la diferenciación sexual entre el hombre y la mujer, la identidad de
los dos miembros del binomio como Imago Dei, y su común vocación en el mundo. Las
tres verdades fundamentales para la relación hombre-mujer quedan comprimidas en pocas
palabras.
En primer lugar, el Hombre a quien Dios crea no es asexual ni andrógino sino el ser
humano varón y el ser humano hembra. La diferenciación entre la sexualidad masculina y
la sexualidad femenina no es, pues, resultado de la caída, sino un elemento constitutivo de
la creación arquetípica. Cuando Dios creó al Hombre a su imagen, «varón y hembra los
creo» (v. 27b).
En segundo lugar, tanto el hombre como la mujer son creados a imagen y semejanza de
Dios. De su semejanza con Dios derivan los dos su dignidad humana. La Imago Dei está
en la esencia misma de su ser de tal modo que ni aun el pecado puede destruirla (cf. Gn.
9.ó; Stg. 3.9). Cuando Dios creó al Hombre como varón y hembra, «a imagen de Dios los
creó» (v. 27a). El mismo pensamiento es confirmado de nuevo más adelante, en Génesis
5.1-2: «El día en que creó Dios al Hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra
los creo; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán [Hombre], el día en que fueron
creados.»
…………………………………
15
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
En todo caso, si se quisiera insistir en afirmar la presencia de sexualidad en Dios, el solo
hecho de que el Hombre haya sido creado como varón y mujer sugiere que sería más
bíblico decir que en Dios se integran la masculinidad y la feminidad en perfecta armonía;
que el incorpora y a la vez trasciende la diferenciación sexual humana creada por él.
En tercer lugar, tanto al hombre como a la mujer les son dadas la tarea de reproducirse y
la mayordomía de la creación. Desde el comienzo mismo de la creación el Hombre es
varón y hembra llamados a compartir una común vocación de representar a Dios en el
mundo. A ambos los bendijo y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread...» (v. 28). No hay la menor sugerencia aquí de que el varón tenga
mayor responsabilidad por la mayordomía de la creación y la hembra mayor
responsabilidad por la reproducción. Como imagen de Dios, ambos comparten una común
humanidad y una común vocación en el mundo. Apenas se puede exagerar la importancia
que el reconocimiento de la mujer (y no sólo el hombre) como la imagen de Dios tiene para
la relación hombre-mujer.
Padilla, C. René, “La Relación Hombre-Mujer en la Biblia,” en Fundamentos bíblicos Teológicos de
Matrimonio y la Familia, ed. Jorge Maldonado (Buenos Aires: Nueva Creación) 1995, pp. 47-51.
16
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
“Que reinen”:
El Reinado de Dios en Génesis 1-3
Associate Professor Douglas Green
OT131: Biblical Theology I, September 23, 2003
1. Introducción
Quiero definir “Reino de Dios.” La frase “Reino de Dios” ocurre más frecuentemente en los
evangelios de Marcos y Lucas. Mateo tiende a usar la frase “Reino del Cielo.” Las dos quieren decir
básicamente lo mismo.
La palabra “evangelio” (“buenas nuevas”) es las buenas nuevas acerca de la venida del esperado
“Reino de Dios.”5 ¿Qué quiere decir Jesús con la frase “Reino de Dios”? La respuesta viene a través
de recontar el cuento del Reino de Dios en el AT. No tan solamente relataré la historia
veterotestamentaria del Reino de Dios para dar un trasfondo para el entendimiento de los evangelios,
sino que además hilaré textos en un gran narrativo (en lo cual participamos) para que lo reflejemos
en cómo usar el AT en nuestras devocionales.
2. Génesis 1
2.1 El Reinado de Dios (o la realeza de Dios)
Génesis 1 empieza con las sencillas palabras “En el principio, Dios creó el cielo y la tierra.” En esta
sencilla pero majestuosa declaración, nos dice que Dios rige sobre el cielo y la tierra, lo cual se
puede representar en este diagrama:
Dios
------Cosmos ("El Cielo y la Tierra")
Quiero sugerir que este versículo no tan solamente presenta al Señor (Yavé) como Él que crea el
cosmos sino como él que ejercita dominio sobre ello. Este retrato—Yavé como Rey y Yavé como
Creador—es confirmando mientras lees el capítulo. Si estás familiarizado con otros relatos de la
creación en el Antiguo Oriente Próximo, verás otros datos que indican que esto es como los lectores
originales probablemente hubieran entendido el texto.
Entonces vemos esta conexión entre crear y ser rey. Sólo Yavé es Señor de toda la tierra. Esto es la
énfasis principal de Génesis 1: a través de Su obra de creación, vemos su divina maestría, su
dominio, su realeza sobre lo creado. Yavé es Rey sobre toda la creación: el cielo y la tierra (es decir,
el cosmos) y todo que habita en ellos.
2.2 Enfoque en la tierra
Aunque Génesis 1 empieza con un panorama amplio – "el cielo y la tierra" – pronto el enfoque cae
sobre solo la tierra (Gn 1:2). El resto del capítulo se trata de la creación de lo que se puede llamar
reino terrenal, todo el reino bajo el "firmamento"6 lo cual incluye ambas la tierra y las mares. Aun
cuando Gen 1 habla de la creación del sol, la luna y las estrellas, lo hace desde una perspectiva
orientada en la tierra. Así que podemos refinar un poco nuestro diagrama de qué está pasando en Gn
1:
5
"Reino de Dios:" Mt 12:28, 19:24, 21:31, 43. Mc 1:15, 4:11, 26, 30, 9:1, 47, 10:14, 15, 23, 24, 25, 12:34, 14:25, 15:43.
Lc 4:43, 6:20, 7:28, 8:1, 10, 9:2, 11, 27, 60, 62, 10:9, 11, 11:20, 13:18, 20, 28, 29, 14:15, 16:16, 17:20 (2x), 21, 18:16,
17, 24, 25, 29, 19:11, 21:31, 22:16, 18, 23:51. "Reino del cielo:" Mt 3:2, 4:17, 5:3, 10, 19 (2x), 20, 7:21, 8:11, 10:7,
11:11, 12, 13:11, 24, 31, 33, 44, 45, 47, 52, 16:19, 18:1, 3, 4, 23, 19:12, 14, 23, 20:1, 22:2, 23:13, 25:1.
6
Entendida como una bóveda sólida, que detiene las aguas profundas del cosmos. Para hacerlo sencillo, podemos usar la
palabra "atmósfera" como una aproximación científica.
17
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Dios
--------------------------La tierra y sus habitantes (i.e., creación)
Como Salmo 24:1 dice: " Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella,
el mundo y cuantos lo habitan."
2.3 Gn 1:26-28: El Lugar de la Humanidad en la Creación
Pero este simple diagrama es complicado por el papel de la humanidad/el hombre juega en el
narrativo de la creación. Vemos esto en vv. 26-28 que es el clímax del narrativo:
y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio
sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos,
sobre los animales salvajes, sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.» Y
Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los
creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la
tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los
reptiles que se arrastran por el suelo.»
Necesito aclarar que la palabra traducida “hombre” aquí es la palabra Hebrea adam (). Como la
palabra en español, "hombre," adam se puede usar como un sustantivo colectivo: "hombre" en el
sentido de "los hombres" o "la humanidad." Es cómo se usa en Génesis 1: para referirse al colectivo,
la especie, conocido como "hombre." (Así que yo preferiría traducir v. 26, "Hagamos la
humanidad…" etc.). Pero en Génesis 2, la misma palabra – adam – se usa para describir la creación
de un individuo: "el hombre," "el humano" o sencillamente "Adam." Así que, en el comienzo, Dios
creó “el hombre” (>adam) pero esta primera creación es definida ambos como un pueblo
(humanidad, la especie humana) y una persona (y, es justo decir, una persona masculina – el Varón,
el Humano)…mientras adam se refiere a la humanidad, también se refiere a una persona en quien
el grupo es incorporado, concentrado, o individualizado:7 Adam por ende, es el humano puro, el
humano.
2.3.1 La subordinación de la humanidad a Dios
Regresando a Génesis 1:26-28. Este pasaje define la humanidad en dos maneras diferentes, pero
complementarias. Por un lado, la humanidad original es parte de la creación; no es Dios. Gn 1:26-27
lo deja claro (leído para enfatizar la humanidad como criatura): "Dios dijo, “Hagamos al hombre a
nuestra imagen… Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y
mujer los creó."
Dios
--------------------------Creación, incluso la humanidad
Quizás otra manera de relacionar los dos sería en términos más biológicos. Adam es el primer "humano" pero en él
(i.e., en sus lomos) toda la humanidad se encuentra (claro que Eva "se encuentra" en su costado): la multitud
(humanidad) se contiene en el uno (el humano)…
7
18
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Esto es lo que el filósofo Reformado Cornelius Van Til llamó la "distinción entre Creador-criatura."
Esta distinción – "Hay un Dios, ¡y tú no lo eres!" – es básica a toda teología ortodoxa, Judía y
Cristiana.
2.3.2 El Reinado como Reyes de la Humanidad sobre la Creación
No tan solamente es que Gen 1:26-27 identifica la humanidad como una criatura, separada
de Dios, sino que también lo pone aparte del resto de la creación (Ahora leo para enfatizar
semblanza a Dios): (26) y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que
tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales
domésticos, sobre los animales salvajes, sobre todos los reptiles que se arrastran por el
suelo.» (27) Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y
mujer los creó, (28) y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense;
llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los
reptiles que se arrastran por el suelo.»
Los primeros humanos aunque sean criaturas, son criaturas con semblanza a Dios. Sea lo que sea ser
creado a la imagen de Dios, mínimo quiere decir que hay una cualidad “divina” de la primera
humanidad. Más específicamente, esta cualidad de ser como Dios se puede ver en el reinado de la
humanidad sobre la creación. Igual como Dios reinó sobre todo el cosmos, Dios tenía el propósito de
que la humanidad reinara sobre todo el cosmos, la humanidad iba a ser una imagen como un reflejo
en un espejo por medio de reinar sobre “el reino terrenal:”
2.3.3 Vicegerencia Humano
Ahora voy a empezar a definir el reino de Dios. No tan solamente fue destinada la primera
humanidad a ser como Dios en reinar sobre la creación, parece que la intención de Dios fue reinar
sobre la creación a través del reinado de la primera humanidad. El dominio de Dios sobre la
creación – por lo menos hasta cierto grado – ¡iba a ser por medio de una criatura! El término que
usamos para describirlo es vicegerente (o, viceregente) – Alguien que ejercita los poderes delegados
a él por alguien de más alto estatus. Es decir que la primera humanidad tenía “sus pies en dos
reinos”—el celestial y el terrenal.
Podemos expresarlo en nuestro diagrama:
Forma básica:
Dios
-------------------Humanidad/Adam
--------------------Creación
Modificado para expresar la naturaleza de las dos relaciones (La primera Humanidad/Adán entre los
dos mundos):
(A Dios 
8
Dios
--------------------) Humanidad/Adán (a la creación  el hombre es un "dios"8)
--------------------Creación
Una criatura “comó dios” (portador de su imagen) reinando.
19
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Modificado para expresar la vicegerencia humana (Dios reina sobre el reino terrenal a través de la
humanidad:
Dios

Humanidad/Adán

Creación
Esto es clave para entender la idea del reino de Dios. La humanidad original fue creada para reinar
sobre la creación de parte de Dios, pero para hacerlo bajo Dios.
2.4. Génesis 2: El Reinado Continuado: El Primer Humano como Rey
El estatus real de la Primera humanidad es afianzado por las referencias en capítulo 2 los cuales
retratan a Adán como un rey. En capítulo 2, el enfoque del “Adán colectivo” (la humanidad) se
reduce a su individuo representante: el Humano, Adán. Tres elementos del relato sugieren el estatus
real de Adán, aunque reconozco que para lectores modernos las imágenes de realeza pueden ser no
aparentes.
2.4.1. Nombrando los animales
En Gen 2:19-20 Adán "nombra" los animales. Es reconocido en “antiguo Oriente que “nombrar” era
principalmente un ejercicio de soberanía, de quien manda "9 Así que, en Génesis 2, la manera por la
cual Adán demuestra su dominio– su estatus como rey – sobre lo demás del reino creado, es a través
de este hecho sencillo de nombrar los animales.
2.4.2. El Rey-Jardinero
Gen 2:15: " Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo
cuidara. “En otras palabras, Adán es identificado como un jardinero, alguien que labra la tierra y
cuida el jardín. (No pienses de un pequeño jardín de verduras detrás de tu casa cuando escuchas la
palabra "jardín." Significa más bien algo como un "huerto botánico" o "parque" – con una rica
diversidad de plantas exóticas y árboles. De hecho, la palabra Hebrea, usualmente transliterada como
"Edén," según la luz arrojado por varios hallazgos arqueológicos del último siglo, se debe traducir
“El Huerto de Abundancia o Fecundidad.")
Aunque nos parezca sorprendente, a los lectores antiguos, el retrato de Adán como jardinero les
mandó una señal más que él estaba siendo identificado como un rey.
2.4.2.1. Mesopotamia (Asiria)
Por ejemplo, en Mesopotamia, el título, "Jardinero" a menudo fue usado como un epíteto real.10
Además, a los reyes Asirios de la primera mitad del primer milenio AC les encantaba jactarse de la
abundancia agrícola que ellos traían a su tierra …Los reyes Asirios demostraban su dominio no tan
solamente a través de subyugar a las naciones vecinas, y construir palacios lujosos, sino también por
Gerhard von Rad, Genesis. A Commentary (OTL; revised edn; Philadelphia: Westminster, 1972) 83. El hecho de Adán
nombró a Eva también podría señalar su autoridad sobre ella (ver David J. A. Clines, "What Does Eve Do To Help?
And Other Irredeemably Andocentric Orientations in Genesis 1-3" What Does Eve Do to Help? And Other Readerly
Questions to the Old Testament [ed. D. J. A. Clines; JSOTSup 94; Sheffield, 1990] 12-13), pero no es necesario hacer
este punto tangencial en este contexto.
10
Ve T. Stordalen, Echoes of Eden: Genesis 2-3 and the Symbolism of the Eden Garden in Biblical Hebrew
Literature (CBET 25; Leuven: Peeters, 2000) 98.
9
20
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
la abundancia agrícola que traían a sus territorios. El jardín de placer, lleno con árboles exóticos y
arroyos fluyendo, era la muestra del papel del rey como alguien que “daba vida,” como un
“jardinero”—la prueba visible que su dominio sabio aseguraría la fertilidad y productividad de la
tierra entera.
…
2.4.2.3. Eclesiastés 2:4-6
Aparte de Génesis 2, hay atisbos en el AT que los Israelitas hicieron la misma conexión entre el
reinado del rey y las actividades hortícolas. Un ejemplo basta: Eclesiastés 2:4-6. El autor claramente
se identifica como el rey – él es "hijo de David, rey en Jerusalén" (1:1). En Ecl. Cap. 2 él
inspecciona sus “grandes obras” que lo señalaron como un gran rey: "Y me construí casas [i.e.,
palacios], me planté viñedos, cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de
árboles frutales. También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían…" (Ecl
2:4-6) Predicador está comprobando que él era el gran rey por medio de presentarse como un gran
jardinero.
Igual como los reyes asirios… los reyes israelitas se veían a sí mismos como hacedores de paraíso.
La creación de un espacio bien regado, fértil, y fructífero—como el Huerto de Edén—era una de las
marcas del reinado verdadero.11
2.4.2.4. Resumen
Así que nos dice que Dios puso a Adán en el huerto para labrarlo y cuidarlo, imágenes reales son
evocadas: Adán es el Rey-Jardinero, el prototipo de todos los reyes que le seguirían.
2.4.3. Génesis 2:7: “Entronización” de Adán
Quiero llamar tu atención al hecho de que Gn 2:7 no dice que el Señor formó a Adán “de la tierra”,"
sino “del polvo de la tierra." La diferencia es pequeña—solo una palabra – en el Hebreo – pero muy
significante. …en el Antiguo Testamento la imagen de ser sacado del polvo es “lenguaje de
entronización” (1 Reyes 16:1-3 es el mejor ejemplo, también ve 1 Sam 2:6-8). Así que un israelita
leyendo este texto probablemente entendería la formación literal del hombre como a la vez el
levantamiento metafórico de un rey. En otras palabras, ¡la creación de Adán es también su
entronización como rey!12
2.5. La Imagen de Dios = Hijo de Dios
In Génesis 1 la Primera Humanidad es creada a la Imagen de Dios. Ya he sugerido que esto incluye
no tan solamente la idea de ser rey, sino también la semejanza a “divinidad”. Examinando Génesis
5:1-3 podríamos enriquecer nuestro entendimiento de lo que quiere decir ser creado a la imagen de
Dios:
Ésta es la lista de los descendientes de Adán. Cuando Dios creó al ser humano, lo
hizo a semejanza de Dios mismo. Los creó *hombre y mujer, y los bendijo. El día
que fueron creados los llamó «seres humanos». Cuando Adán llegó a la edad de
ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set.
¿Ves la conexión aquí? Decir que Set es el hijo de Adán es decir también que está a la imagen y
semejanza de Adán. Esto sugiere una interpretación interesante del hecho de que la Primera
Humanidad /Adán es creada a la imagen y semejanza de Dios. Otra manera de decirlo es que la
La referencia a "los huertos del rey" en 2R 25:4, también testifica a las tradiciones antiguas Israelitas que conectaron el
rey monárquico y la horticultura.
12
Gen 3:19 – "del polvo eres y al polvo regresarás"– refiere a que Adán fue quitado como rey.
11
21
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Primera Humanidad /Adán puede ser entendido como el hijo humano de Dios. (Admito que Gen 1-3
no usa explícitamente la palabra “hijo” para hablar de la Primera Humanidad /Adán, pero creo que el
concepto está en el trasfondo.)
3. Génesis 2: El Rey como Siervo
3.1 La Expectativa de Obediencia
Admito que el requisito de sumisión a Dios (estar "bajo Dios") es más implícito que explícito in
Génesis 1, pero en capítulo 2, el elemento de la sumisión y la obediencia a Dios se hace explícito.
(En otras palabras, Génesis 1 enfoca en el reinado de la humanidad, o sea, su vicegerencia, mientras
Cap. 2 se concentra más en su obediencia.)
Descubrimos en Génesis 2 que reinado es contingente de la obediencia. Para poder retener el papel
de portador de la imagen /vicegerente de Dios y (con el destino final de extender el reinado de Adán
sobre el Huerto de Edén hasta incluir toda la tierra), los primeros humanos fueron presentados con
una sencilla prueba de obediencia: no comer del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal: " y le dio
este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del
bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»" (Gen 2:16-17,
NIV). La palabra clave aquí es "mandó." Me sugiere que el asunto central no es el carácter del árbol
sino el carácter de la comunicación entre Dios y el humano. Se presenta a Adán una sencilla prueba
de obediencia.13
A lo largo de la historia de la redención, este requisito de la obediencia—o sumisión, o
reconocimiento de ser criatura– será un elemento crucial de lo que quiere decir pertenecer al reinado
de Dios. La forma de obediencia cambia mientras se desarrolla la historia de la redención, el
requisito básico de sumisión a la voluntad del “Gran Rey del Cielo”no cambiará. (La obediencia para
Israel quería decir "guardar la ley"). Bajo el Nuevo Pacto, la obediencia toma una forma algo
diferente, la cual se puede resumir con la frase que Pablo usa en Romanos 1:5 y 16:26: "la
obediencia de la fe."
¿Podemos resumir el castigo de Adán en términos del reinado? Creo que sí. En Génesis 3:23 y 24,
nos dice que Yavé les mandó fuera a Adán y Eva del Huerto de Edén. En otras palabras, son
exiliados del huerto-reino de Edén. Cualquier Israelita reconocería esto como lenguaje de exilio y
que el destino de Adán y Eva prefiguró el destino de los Israelitas cuando fueron exiliados a
Babilonia como consecuencia de su falla en guardar la Ley.
Este análisis provoca la pregunta: ¿Es Ro 1:21 la análisis de Pablo de la naturaleza del pecado de Adán? Si la es, es
interesante que esta análisis dual: no glorificar a Dios como Dios y no darle gracias– parece ir más profundo que la mera
desobediencia a un mandato.
13
22
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
ECCE HOMO: LA VENIDA DEL REINO COMO LA RESTAURACION DE LA
VICEGERENCIA HUMANA
DAN G. MCCARTNEY
Extracto traducido del Westminster Theological Journal Vol. 56 (1994) 1-21.
JESÚS proclamó que el reino de Dios o reino del cielo estaba presente. En la literatura rabínica decir
“el reino del cielo" era equivalente a decir "Dios reina". Muchos estudios sobre el reino de Dios han
mostrado que el reino que Jesús proclamó no es una soberanía geográfica o un adelanto ético
causado por la sumisión de los hombres a Dios; es el gobierno o el reino dinámico de Dios, el
ejercicio terrenal de su soberanía.
¿De qué manera estaba el reino de Dios sólo apenas "presente"? Esos mismos estudios también
muestran que en el AT Dios ya es rey, no sólo de Israel (Jueces 8:23; 1S 8:6) sino también de la
tierra entera (Sal 22:28: "porque de Jehová es el reino y Él regirá las naciones"; cf. Amos 9:7; Dn 4:
17). Su poder soberano es manifiesto tanto en los tiempos del AT como en los posteriores: "Jehová
estableció en los cielos su trono y su reino domina sobre todos" (Sal 103:19; cf. también los que así
llaman Salmos de "entronización": 47, 93, 96, 97, 99).
Hay también por el otro lado, una expectativa en el AT de una manifestación futura de la soberanía
de Dios, Abdías 21: ¡Y el reino será de Jehová!" Dn 2:44: Dios "levantará un reino que no será
jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo." ¿Así cómo puede decir el AT que la
soberanía de Dios ya es absoluta, y todavía espera un reino futuro de Dios?
¿Cómo puede proclamar Jesús que el reino de Dios está cercano o ha llegado, implicando que
previamente no estaba cercano o presente?
La respuesta normalmente dada es que cuando el reino de Dios llega, Dios ejerce su dominio
soberano para cumplir sus promesas, dominando poderes malos opresivos e injustos en el mundo y
estableciendo justicia y paz en tierra. La cruz y la resurrección y el envío del Espíritu han cumplido
las promesas del AT. No obstante, hay todavía poderes malos en el mundo, hay todavía opresión e
injusticia, y hay poca paz en la tierra. Por lo tanto la pregunta—“¿En qué sentido empieza el reino
con Jesús"?—se torna aún más exigente. ¿En qué manera se ejerce el dominio soberano de Dios
ahora que no se ejerció antes de la venida de Jesús?
Debemos buscar una solución por medio de considerar la soberanía de Jesús. En la resurrección y
ascensión Jesús recibe soberanía, un hecho que presupone que en algún sentido él no la tenía
previamente. Cristo se sienta a la mano derecha del Padre ahora (Hechos 2:32-36). Ahora él ha
recibido el nombre que es sobre todo nombre (Fil 2:9 11). Pero ¿en que sentido no era Cristo
soberano anteriormente? ¿No era el Hijo eterno, la segunda persona de la Trinidad, soberano desde
el principio?
La respuesta a estas últimas preguntas es que Jesús recibió el reino como un humano. Antes de su
encarnación, el Hijo eterno no era un hombre, y así no gobernó como un hombre. Filipenses 2, por
ejemplo, habla del Cristo pre-encarnado como igual con Dios. Sin embargo, Cristo recibió el
"nombre sobre todo nombre" y el homenaje de cada rodilla y lengua sólo después de, y como premio
para, su encarnación, sufrimiento, y muerte. Semejantemente, Colosenses 1:15, 20 habla de Cristo
como el primogénito de toda la creación porque todas las cosas fueron creadas en él, etc., pero él es
la cabeza de la iglesia porque él es el "primogénito de entre los muertos...porque al Padre
agradó...por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las
23
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz." Hebreos 2:9 declara que
Jesús "fue hecho un poco menor que los ángeles" para que todo pudiera ser sujeto a él, él que fue
coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte. Y Romanos 1:3- 4 habla de
Jesús siendo declarado Hijo de Dios con poder que, como J. Murray señaló, no es una declaración de
su estado de ser Hijo eterno sino su instalación como hombre a la posición de soberanía.
Esta exaltación de Jesús como hombre sugiere una explicación para nuestra primera pregunta, acerca
de la manera en que el "reino de Dios" ha venido aquí ahora donde no estaba antes. La venida del
reino, la llegada del reinado soberano de Dios, no es una reinstalación del ejercicio soberano de Su
poder para lograr sus propósitos (qué siempre era verdad). La llegada del reino de Dios es la
reinstalación del orden divino originalmente intencionado para la tierra, con el hombre
propiamente situado como el vicegerente de Dios.
Para defender esta tesis, primero mostraré la conexión del concepto del gobierno divino (el reino de
Dios) y la vicegerencia del hombre en el AT, y luego veré cómo la persona y la obra de Jesús en el
NT cumplieron esa vicegerencia. Ésta no es en absoluto un estudio exhaustivo de todos los pasajes
pertinentes, pero yo confío que será suficiente para convencer al lector que esta reinstalación de la
vicegerencia humana en la persona de Jesús es de hecho la llegada del reino de Dios.
I. El Antiguo Testamento
Dios creó al hombre a su imagen (Gn l: 27, 28). Como vemos en Gn 5: 3, ser la imagen está
relacionado con ser hijo. El hombre como imagen significa el hombre como hijo, y el hijo de Dios es
un rey. Por consiguiente, incluido como una función de ser la imagen estaba el dominio del hombre
(Gn l:28). El gobierno de Dios de la tierra era, en el orden original de la creación, logrado por medio
de la vicegerencia del hombre. Cuando el hombre cayó, él estropeó su vicegerencia; el hombre fue
expulsado del jardín, y la tierra ya no fue dócil en someterse a él.
La restauración de la vicegerencia del hombre empezó con los pactos de Dios con los patriarcas. La
idea del pacto como un tratado con el vasallo implica que Dios es el rey "emperador" y que aquellos
con quienes él hace el pacto son reyes subordinados. Un aspecto importante del pacto con Abraham
es la promesa del dominio sobre de la tierra. Abraham y su descendencia serán restaurados a una
soberanía bajo Dios como Señor sobre todo.
En la teocracia Davídica, una vicegerencia humana tipológica e imperfecta fue reinstalada como
cumplimiento parcial de la promesa a Abraham. El rey de Israel fue ungido en Sión como el hijo de
Dios (Sal 2:7; 89:27f.). A pesar de la imperfección del rey de Israel, recordó al pueblo de Dios del
estado escatológico apropiado de las cosas, y apuntó hacia un futuro cuando el Hijo mayor de David
gobernaría sobre un reino perfecto como el vicegerente de Dios (Sal 80:17: "Sea tu mano sobre el
varón de tu diestra, sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste" cf. 2S 7: 14). Por consiguiente, el
trono de David también se puede llamar el trono real de YHWH (1Cr 28:5; 29:23; 2Cr 9:8). Cuando
el hijo de David rija en Sión, el reino de Dios estará propiamente en la tierra.
Muchos salmos llevan esta noción de vicegerencia humana. Tres de éstos desarrollan este tema
particularmente, y son aplicados a Jesús en el NT.
Salmo 2, como ya se ha mencionado, hace referencia al "ungido del Señor" como vicegerente
representante del Señor soberano. YHWH instala a su vicegerente en Sión, lo declara ser "el Hijo," y
le da los extremos de la tierra como su dominio. Aunque esto tiene cumplimiento tipológico en
David y Salomón, ni siquiera ellos tenían la soberanía extensa y total pintada aquí, y así el NT
entiende el salmo propiamente como refiriendo últimamente a Jesús el Hombre Ungido (Heb 1:5).
24
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Salmo 8 empieza con una exultación en Dios como creador y soberano, y expresa asombro de que
Dios siquiera haga caso al hombre. No tan sólo hace caso Dios al hombre, sino que Él le "corona" y
le da dominio sobre esta creación. Este salmo se cita y se desarrolla en 1Co 15:27 y Heb 2:69:
aunque nosotros no vemos a la humanidad en dominio total todavía, sí vemos al Hombre
representativo ya coronado.
Salmo 45 es identificado en su título como una canción de la boda, aparentemente para el rey. Aquí,
también, las expresiones hiperbólicas apuntan más allá de quienquiera que fuera el rey original,
enfatizando que este rey se pone en el lugar de Dios, puesto allí por Dios para dominio sobre el
mundo. Hebreos también cita este salmo cuando habla de Jesús como el que cumple el papel del
vicegerente de Dios (Heb 1:8, 9).
La vinculación de la majestad de Dios con la vicegerencia Davídica continúa en los libros de los
profetas. El profeta que proclamó YHWH como rey (Is 6:5) también relacionó el reino de YHWH
con el del Hijo de David en 9:6-7:
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros,
y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se
extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin.
Esta restauración de la vicegerencia humana es efectuada por el ungimiento del Espíritu, según Is
11:2: "El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de
consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor." Los versículos 6-8 reflejan la
restauración de la armonía en el orden creado, particularmente ilustrada por medio de la soberanía
restaurada del hombre sobre el reino animal: "un niño pequeño los guiará… Jugará el niño de pecho
junto a la cueva de la cobra, y el recién destetado meterá la mano en el nido de la víbora." El niño
no se refiere a Jesús, pero sí ilustra el estado de las cosas bajo este dominio restaurado. Dentro del
cuadro general de la paz universal, los humanos, incluso los niños, tendrán dominio sobre la
creación.
El fortalecimiento por el Espíritu es el porqué de que el vicegerente de Dios es "el ungido," el Cristo.
Dios mismo no es el rey ungido; Dios es el que unge. Ungir a alguien es designarlo y encargarlo para
actuar en el lugar de Dios. J. Gris observa: "El ungimiento era conocido en Egipto como un rito por
medio del cual se delegaba la autoridad del Faraón a los oficiales y a los reyes vasallos en Siria en el
siglo XV adC., y se ha argumentado que simbolizaba el fortalecimiento con habilidad especial de la
persona ungida. " Más adelante en Isaías 42, la canción del siervo empieza con ese siervo
reestableciendo justicia (gobierno, de mispat) en la tierra (42:4), lo cual él hace por el Espíritu de
Dios que ha sido puesto en él (42:1).
El siervo ungido de los cantos del siervo (Isaías 42-53) ocupa el lugar del rey ungido antes del exilio.
Muchos intérpretes creen que el siervo aquí es Israel corporativo. El uso de verbos y pronombres
singulares no es incompatible con una interpretación corporativa, ni son los detalles aparentemente
biográficos de la última canción decididamente antitéticos a tal interpretación. No obstante, el hecho
que Israel no es el sufridor justo, es el destinatario del beneficio del sufrimiento redentor
sacrificatorio, indica que algo más que Israel corporativo está en vista como el siervo del Señor.
Nota los contrastes particularmente entre "él" y "nosotros" en Cap. 53: "Ciertamente él cargó con
nuestras enfermedades. ... pero nosotros lo consideramos herido,.. Él fue traspasado por nuestras
rebeliones… Todos andábamos perdidos, como ovejas;..[él] fue arrancado de la tierra de los
vivientes, y golpeado por la transgresión de mi ["su" según IQIsa] pueblo" (vv. 4-8). En cualquier
25
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
caso, si el texto correcto es "mi" o "su," la referencia debe ser a Israel como el pueblo de Dios.
Además, ¿que sería la sepultura con los ricos (v. 9), si Israel colectivo estuviera en vista? Tampoco
puede uno apelar, como J. Gris hace, a la idea que son las naciones que están hablando sobre el
Israel justo en Isaías 53, porque en Caps. 51 y 52 Israel es el destinatario de redención, no el
redentor. Y otra vez, nota v. 8: no sería "su" pueblo, o "mi" pueblo, si las naciones todavía estuvieran
hablando. Esto es la razón que muchos teólogos del AT que no pueden aceptar que este pasaje es una
profecía real de Cristo sugieren a varios otros individuos como el siervo de Isaías 53.
El siervo se ha identificado con Zorobabel o Joaquín (y varios otros individuos]
El punto es que el siervo de Isaías 42-53 no puede referirse exclusivamente a Israel corporativo, sino
que debe apuntar más a un individuo últimamente. Es por consiguiente instructivo que en los cantos
del siervo el retorno de YHWH como rey en Sión (Isa 52:7) está relacionado con la humillación y
exaltación de su "siervo" (Isa 52: 13). La restauración del reino de Dios es la restauración del reino
de su vicegerente, así como la ausencia del rey ungido significaba la ausencia del reino de Dios (cf.
Jer 8: 19f.: "¿Acaso no está YHWH en Sión? ¿No está allí su Rey?").
Otros pasajes en los libros de los profetas confirman esto. Mi 4:7 también proclama que en el futuro
YHWH será de nuevo rey en el Monte de Sión. Miqueas también, un poco más adelante en 5:1-5,
expresó una expectativa mesiánica. Depende la esperanza de la restauración de la majestad de Dios
en la restauración del vicegerente de Dios como rey. Como Jesús recordó a sus discípulos, Jerusalén
es "la ciudad del gran rey" (Mt 5:34f).
Semejantemente, Jer 23:5-6 profetiza: "Vienen días afirma el Señor, en que de la simiente de David
haré surgir un vástago justo; él reinará con sabiduría en el país, y practicará el derecho y la justicia.
En esos días Judá será salvada, Israel morará seguro. Y éste es el nombre que se le dará: El Señor es
nuestra salvación." De nuevo, la venida del rey Davídico prometido está ligado al cumplimiento de
las promesas del reino de Dios en justicia. Para que este reino sea completo, el rey Davídico tiene
que ser investido (instalado).
El libro de Daniel es crucial para la expectativa del NT. En Daniel 2 el sueño de Nabucodonosor se
interpreta para mostrar que los reinos subsiguientes del mundo serían aplastados por "la piedra no
cortada por mano alguna," qué es el reino de Dios que crecerá hasta que llene toda la tierra para
siempre (Dn 2:34-35, 44-45). Y en Daniel 7: 13, 14 "uno como un hijo de hombre," es el
representante de la humanidad que compadece ante el Anciano de Días y recibe dominio sobre toda
la tierra para siempre.
¿Por qué esta figura en Daniel 7 se llama "uno como un hijo de hombre"? Porque se contrasta con las
bestias mencionadas antes en el capítulo. Ya hay una indicación indirecta de deidad, porque él viene
en las nubes, como YHWH en Sal. 68:4, y el "como" indica que esta figura tiene atributos humanos,
en la manera que "como un hijo de Dios" en Daniel 3:25 implica atributos divinos.
Como es en el caso de Isaías 53, este pasaje se ha interpretado también como una referencia al
pueblo corporativo de Dios. De hecho, vv. 18 y 27 hablan de los santos del Altísimo recibiendo el
reino y poseyéndolo para siempre. Sin embargo, hay algunas diferencias entre la visión de Dn 7:13 y
la investidura con dominio a los santos más adelante en el capítulo. Daniel 7: 13 es una visión de
investidura por medio de apariencia ante el "Anciano de Días," pero 7:18, 27 presentan la promesa
que los santos recibirán este reino que es el resultado de la destrucción o juicio de los reinos
terrenales. Aun si "uno como el hijo de hombre" en 7: 13 es paralelo a "los santos del Altísimo" en
26
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
vv. 18 y 27, todavía es el hijo de hombre que propiamente tiene el derecho a ser calificado como el
santo del Señor que representa su pueblo.
III. Desarrollos en el Nuevo Testamento
El NT demanda que Jesús cumpla la expectativa del AT de la restauración de la vicegerencia
humana. Quizá la indicación más clara que la restauración de la vicegerencia de la humanidad es un
tema importante en el plan escatológico de Dios se encuentra en Hebreos 2, lo cual refiere al
entendimiento del octavo salmo de la posición designada del hombre como soberano sobre la
creación, y entonces nota que "¡todo lo sometiste a su dominio! Si Dios puso bajo él todas las cosas,
entonces no hay nada que no le esté sujeto. Ahora bien, es cierto que todavía no vemos que todo le
esté sujeto [al hombre]. Sin embargo, vemos a Jesús, que fue hecho un poco inferior a los ángeles,
coronado de gloria y honra..." (vv. 8-9).
Es claro que Hebreos está viendo esta sujeción como escatológica en v. 5: "Dios no puso bajo el
dominio de los ángeles el mundo venidero." También está claro que esta restauración escatológica
del gobierno humano tiene un cumplimiento inicial en Jesucristo quien, en el hecho de lograr este
dominio, representa toda la humanidad redimida. A Jesús, el hombre representante, le ha dado
dominio, y así la vicegerencia del hombre se restaura representativamente. Un énfasis principal de
estos primeros capítulos de Hebreos es el de mostrar que Jesús es totalmente un ser humano y por
eso es propiamente calificado para representar al hombre (cf. esp. 2: 10-18).
Este reinado escatológico de Jesús como el hombre representativo se encuentra no tan solamente en
el libro de Hebreos. Aunque los evangelios no hablan explícitamente acerca de algo como una
“restauración del gobierno humano” a través de Jesucristo, una examinación de las enseñanzas y
predicaciones de Jesús muestra que este gobierno humano restaurado a través del hombre
representativo yace detrás de la venida del “reino de Dios”que Cristo anuncia. De hecho, como se
puede ver en lo siguiente, el tema es aun más evidente aquí que en o el AT o la literatura
intertestamentaria.
Jesús es ungido por el Espíritu Santo después de su bautismo. El descenso del Espíritu sobre él fue
acompañado por la declaración de Dios de que Jesús era Su Hijo amado, en palabras que recuerdan
del Salmo 2 e Isaías 42, que era una nominación al gobierno del vicegerente. Así, la venida de Jesús
el Rey es la venida del reino de Dios.
1. Las acciones y enseñanzas de Jesús
Todo lo escrito en los Evangelios de los hechos y enseñanzas de Jesús elucida su mensaje de la
llegada cercana y esperada del reino soberano de Dios. Ahora esto se menciona a menudo en varias
obras acerca de la venida del reino; aquí queremos notar específicamente cómo estos elementos
también apuntan a ese reino como la instalación de nuevo de la soberanía humana, en la persona de
Jesucristo.
(1) la proclamación. Una característica especial de las palabras de Jesús sobre el reino de Dios
era que él lo anunció. La proclamación del reino de Dios es atípica de todo el material
contemporáneo. Su anuncio de la llegada del reino de Dios es a la vez su anuncio de que lo instaló
Él, siendo el vicegerente ungido de Dios. En Lucas, su predicación en la sinagoga de Nazaret
específicamente le identifica con el ungimiento de Isaías 61 (Lc 4:16-21), claramente un pasaje que
precisa los detalles de las funciones soberanas que el ungido realizaría.
(2) el exorcismo. A lo largo del ministerio en Galilea en los Evangelios sinópticos, Jesús expulsa
demonios por medio el Espíritu de Dios, y ésta es una señal que "el reino de Dios ha llegado a
27
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
ustedes" (Mt 12:28; Lc 11:20). Éste es uno de las declaraciones más claras de Jesús que el reino ya
ha llegado (ephthasen en lugar de angiken, el verbo más usual). Cuando Jesús como hombre,
capacitado por el Espíritu, ejercita autoridad sobre los demonios, la vicegerencia apropiada del
hombre bajo Dios se restaura. Jesús hizo lo que Adán debe de haber hecho; él expulsó la serpiente
del jardín.
(3) Sanando. También curación es asociado con el reino de Dios (Lc 9:1-6; Mt 9:35; 10:1, 9 11;
Mr 6:6-12), porque la enfermedad, como la posesión por demonios, era una ruptura del orden
apropiado en la creación en lo cual el hombre está encima de la creación. "Sanando implicó así la
victoria del Rey Divino en el conflicto cósmico y la Creación como un aspecto de la imposición de
Su gobierno." El orden apropiado con el hombre encima de la creación estaba siendo restaurando.
(4) Poder sobre la naturaleza. Especialmente notable aquí es Mt 8:27, "¿Qué clase de hombre es
éste, que hasta los vientos y las olas le obedecen?" Aunque los discípulos pueden ver claramente que
Jesús es un ser humano, también está claro que Jesús está ejerciendo autoridad divina sobre los
elementos, así como se dice que el Señor hace en varios salmos (18:15; 65:7; 89:9; 107:29). Aquí se
demuestra que Jesús, un hombre, ejerce vicegerencia sobre la naturaleza.
(5) La imagen del pastor. J. Jeremías nota que cuando Jesús se llamó Pastor, él probablemente
estaba usando una imagen real. Como Gray señala, Salmo 100 probablemente es un salmo de la
entronización, Israel es el rebaño que Dios pastorea, y el pastor es bien conocido en textos reales del
Cercano Oriente Antiguo (COA) como una figura que representa al rey. Así que en Israel el rey
como pastor (Mi 5:4) es apropiadamente el vicegerente del Rey Divino, el Pastor de Israel. Así que
en la visión de la restauración después del Exilio David, el siervo de Dios que es príncipe de la línea
de David, es declarado ser un pastor de Su rebaño (Ez 34:23). Este pasaje es además citado
explícitamente por Jesús en Su declaración que le enviaron a la oveja perdida de la casa de Israel (Mt
15:24ff) con referencia particular a Ez 34:15.
(6) las declaraciones del límite de tiempo. La restauración de la vicegerencia al hombre Jesucristo
es así la "venida del reino de Dios." Esto puede explicar las llamadas declaraciones de "límite del
tiempo" tales como Marcos 9:1 (Lc 9:27): "algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin
antes haber visto el reino de Dios llegar con poder." Los discípulos presenciaron la ascensión, y así
vieron dominio completo restaurado al Hombre; alcanzaron ver la venida del reino de Dios con
poder. Semejantemente, Mt 10:23: "no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que
venga el Hijo de Hombre." Si estos textos particulares se entiendan de esta manera o no, la
exaltación del Hijo de Hombre a Su reino a la diestra del Padre es ciertamente una venida del reino
en poder. La restauración del Hombre a la vicegerencia es la venida del reino en poder. Incluso la
declaración al Consejo que "ustedes verán al Hijo de Hombre sentado a la derecha del
Todopoderoso, y viniendo en las nubes de cielo" es una referencia a la restauración venidera de
Jesús a la vicegerencia, si esto se entiende como su cumplimiento parcial en el año 70 o su
cumplimiento total al fin de la historia. Por lo menos algunos miembros del Consejo vieron esta
vicegerencia a la vez positivamente en el crecimiento de la iglesia y negativamente en la disolución
de su propio poder en el juicio de la destrucción de Jerusalén, y todos tendrán que someterse a ella
en el Juicio Final (Fil 2:10-11).
(7) Las declaraciones de Juan. Juan ama la ironía, y frecuentemente reporta las palabras de
personas quienes dan testimonio a la verdad sin saberlo. El ejemplo más famoso es la profecía no
intencional de Caifás acerca de que muera un solo hombre por el pueblo [11:50]. Esta ironía
también se nota en la presentación de Jesús por Pilato en 19:5 donde dice, "¡Este es el hombre!" [en
Latín, es “Ecce homo.”] La ironía es aun más clara más adelante en v. 14 cuando otra vez él
28
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
presenta a Jesús y dice sarcásticamente, "¡Aquí tenéis a vuestro Rey!" Juan reporta estas palabras
porque él reconoce la verdad que se está comunicado inconscientemente. Jesús es "el Hombre" quien
es, desconocido por Pilato, el Rey verdadero. Cuando los Judíos rechazaron a Jesús, declarando que
no tienen ningún rey sino César (19:12), se cortaron a sí mismos del reino de Dios, porque han
rechazado la vicegerencia de Jesús, la vicegerencia cual es ese reino. Juan además nota que Pilato
rehúsa cambiar el letrero que dice "Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos."
2. El uso del "Hijo del hombre" por Jesús
Parece que huios tou anthropou es una traducción literal del término Arameo bar nasha, lo cual se
traduce más sencillamente ho anthropous, “el hombre.” Nota el paralelismo en Sal 8:4 y 144:3 donde
“hombre” y “hijo de hombre” son equivalentes. Pero ya notamos que Hebreos 2 refiere al “hijo de
hombre” de Sal 8 y lo aplica al “Hombre” representativo cuya vicegerencia de su pueblo es
restaurada. “El Hombre” quiere decir más que meramente “un ser humano.”
Uno de los casos del uso de esta frase por Jesús se encuentra en Mt 9:6 [= Mr 2:10], "El Hijo del
hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados." Esto definitivamente localiza a Jesús en la
posición del vicegerente humano de Dios en la tierra (nota Mt. 9:8, donde la gente glorificó a Dios
"que había dado tal potestad a los hombres"). Por otro lado, del Mesías esperado no se dice que
perdona pecados, porque, como los Fariseos correctamente percibieron, sólo Dios puede perdonar
pecados. Así, el ejercicio de esta autoridad también trae consigo una demanda a las prerrogativas de
deidad.
….
Todas estas líneas de testimonio de Jesús como el punto de enfoque y la encarnación del reino de
Dios son vinculadas con la restauración de la vicegerencia humana en su persona. Pero si es la
vicegerencia humana que se restaura, ¿por qué se llama el reino o dominio de Dios? Se llama el
reino de Dios porque el correcto orden creado de su reino soberano en la tierra es con el hombre
como vicegerente. El reino de Dios se da a Jesús (Lc 22:29-30) y así se vuelve su reino, el reino del
Hijo del hombre (Mt 13:41).
La enemistad antigua es entre el reino de Satanás y el reino de Dios (Mt 12:26). Satanás expresa esta
enemistad antigua por su enemistad contra el hombre (Gn 3: 15). Por medio de destronar al hombre
en tierra, Satanás intentó destronar el reino de Dios en la tierra. El hecho de que Cristo el Hombre ha
derrotado el reino de Satanás quiere decir que el reino apropiado de Dios es restaurado.
3. Otros Autores Neotestamentarios
(2) Pablo. Pablo también reconoce que ahora Cristo gobierna el reino. Con la sujeción de los poderes
cósmicos y los principados (Col 2:15; Ef 4:8 10; el cf. Ef 1:20-22), la vicegerencia apropiada del
hombre Jesucristo se restaura. El entendimiento de Pablo de Cristo como el hombre ungido que
gobierna como el vicegerente de Dios se hace particularmente claro en 1Co 15:24-28.
El reino o el reinado se da a Jesús, hasta el fin cuando él haya logrado su vicegerencia
completamente y la presenta al Padre lo cual ocurrirá en la ocasión de su apariencia final (cf. 1Ti 4:
1). Nota que Pablo también cita Salmo 8 que refiere a la exaltación por Dios del hombre, poniendo
todas las cosas bajo sus pies. Pablo entiende que Cristo es el hombre representante, por medio de
quien el Salmo 8 ya es cumplido.
Así el reino de Dios y el reino de Cristo son la misma entidad (Ef 5:5, 21), no sólo porque Cristo es
Dios, porque siendo Dios, Cristo siempre ha reinado con el Padre. Es porque Cristo es ahora un
hombre, y como hombre reina como vicegerente humano.
29
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
IV. Vicegerencia y el Pueblo de Cristo
El NT no habla de la restauración de la vicegerencia de Jesús solamente. Si la inauguración del reino
por medio de Cristo es la restauración de vicegerencia humana, entonces la participación de los
creyentes en el reino también es una restauración de su vicegerencia. Esto ya se implicó en el AT.
Salmo 8, por ejemplo, habla de la humanidad en general como el destinatario de dominio (v. 6). En
Daniel 7, después de la visión del representante "uno como un hijo de hombre" que recibe dominio,
"los santos del más Alto" también obtienen este dominio eterno (vv. 18, 27).
Pero el tema se refleja particularmente en el NT. Esta extensión de la vicegerencia a los discípulos
de Cristo tiene cierto poder explicativo cuando miramos las predicaciones de Jesús. Es el buen placer
del Padre dar el reino a los discípulos de Jesús (Lc 12:32), tal como Él se lo ha dado a su Hijo. Así
que las bienaventuranzas escatológicas—“bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es
el reino de los cielos," y " bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra por heredad"—
hablan de la restauración de la vicegerencia humana. Realmente, según J. Dupont, las primeras
cuatro bienaventuranzas están en pares paralelos:
carácter: (1) pobre. ..reino de los cielos; (3) manso...recibe la tierra
necesidad: (2) lloran. ..consolación; (4) hambre. ..saciados
Si Dupont es correcto, entonces "el manso recibirá la tierra por heredad" es paralelo a "a los pobres
en espíritu el reino pertenece." Así, tener una porción en el reino también es heredar la tierra. Como
vemos en Pablo, la herencia implica dominio. Los mansos y pobres en espíritu tienen una porción en
el gobierno restaurado sobre la tierra, y por lo menos un resultado de la venida del reino es que el
manso adquiera su herencia como vicegerente.
Cuando Jesús compara el reino de Dios a una semilla de mostaza, o levadura que fermenta toda la
masa, parece sugerir que el reino de Dios crece. Por supuesto, la soberanía de Dios no crece. La
restauración del hombre como vicegerente apropiado bajo Dios, sin embargo, sí crece. Empieza con
Jesús como el Hombre siendo entronizado, y continúa mientras la humanidad en Él se restaura a la
vicegerencia. En este sentido el reino de Dios puede "aumentar."
Esta concepción del reino de Dios como la vicegerencia humana explica cómo el reino de Dios se le
quita de los sacerdotes principales y los Fariseos y se da a otra nación (Mt. 21:43). No es que ellos
jamás son sujetos al control soberano de Dios, sino que a ellos se han desheredado de su
vicegerencia. Por el otro lado, a los discípulos de Jesús se les da la soberanía. Él les dice, "Les daré
las llaves del reino," y Él confiere en ellos los poderes de atar y desatar. La parábola de los talentos
presupone responsabilidad por autoridad delegada.
Esto es por qué el menor en el reino es mayor que Juan, el más gran profeta (Mt 11: 11), y así está
por implicación aún mayor que cualquiera persona (previamente) nacida de mujer. El menor en el
reino tiene su vicegerencia restaurada a él.
La manera en la que esta vicegerencia se ejerce no es lo que el mundo esperaría. Primero, uno debe
recibirlo como un niño (Mt 18:3); no se obtiene por medio de aferrarse a ello o afanándose—son los
mansos quiénes heredarán la tierra (Mt 5:5). Jesús da el ejemplo en la manera que él gobierna,
sirviendo a las personas que él gobierna. Así Marcos 10:42-44: "los que se consideran jefes de las
naciones oprimen a los súbditos… Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera
hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor…Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que
le sirvan, sino para servir."
30
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Además, de inmediato después de que Jesús da a sus discípulos poder para "atar y desatar" (Mt 18:
1920), él explica que esta vicegerencia es en imitación de la manera en que gobierna el Padre: como
Dios perdona, así sus vicegerentes deben perdonar (Mt 18:23-25).
Pablo, quizás aún más que los escritores de los Evangelios, enfatiza la restauración de los creyentes.
Según Pablo, la humanidad perdió su vicegerencia en Adán, pero la gana de nuevo en Cristo. En
Romanos 5: 17, el pecado de Adán resultó que el "reino" de la muerte reemplazó al hombre, pero por
medio de un hombre Jesucristo, aquéllos que han recibido la gracia abundante reinarán en vida. En
igual manera en 1Co 15:45: “El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente," el postrer
Adán, “espíritu que da vida." Pablo sigue en v. 49 que "así como hemos llevado la imagen de aquel
hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial."
Por consiguiente Pablo no habla de creyentes como carne perecedera y sangre (v. 50) sino como
aquellos que se han revestido con lo incorruptible (v. 53), como aquéllos que, a diferencia de los
injustos, están heredando el reino de Dios (v. 50; el cf. 1Co 6:9f; Gál 5:21) y tienen "una herencia en
el reino de Cristo y de Dios" (Ef 5:21). Porque nosotros heredamos este reino, nuestra vicegerencia
se restaura; nosotros ya estamos sentados con Cristo en lugares celestiales (Ef 2:6), que implica
entronización y dominio.
Esto ha pasado porque nosotros somos "coherederos con Cristo" (Ro 8:17). Heredar quiere decir
tomar una posición de dueños o de soberanía. Antes de heredar, los herederos no son mejor que los
esclavos, aunque ellos son señores del terreno entero. Pero según Gálatas 4, los Cristianos han
venido a su mayoría, y así han heredado su herencia. En este caso, quiere decir que no son jamás
bajo el aprendizaje de la ley. Así como el Hijo del hombre era Señor del Sabát como verdadero
vicegerente, en la misma manera aquellos en Cristo también están en un cierto sentido "encima de"
la ley. La ley se restaura a su lugar debido para el Hijo del hombre y su pueblo.
Por supuesto, para nosotros la restauración a la vicegerencia no está todavía totalmente aquí (cf.
Hebreos 2). Pero es nuestra esperanza. "Si sufrimos también reinaremos con él" (2Ti 2:12). Nota Ro
8: 15-23: "No habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra v en temor, sino que habéis
recibido el Espíritu de adopción [es decir, reinado, porque]...y si hijos. también herederos, herederos
de Dios y coherederos con Cristo." Como herederos de Dios y coherederos con Cristo, esperamos un
tiempo cuando la herencia será totalmente nuestra. Esto es la razón que Pablo considera "las
aflicciones del tiempo presente" como "no comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse."
Como el dominio apropiado del hombre sobre la creación fue arruinado por la Caída en Génesis 3, se
restaurará en nuestra adopción plena como hijos. Otros libros del NT también llevan a cabo este
tema. Implícito en Heb 2:5-9 es el pensamiento que; aunque ahora vemos a Jesús solamente con todo
en sujeción a él, hay un tiempo esperado cuando la humanidad en general tendrá tal dominio.
Semejantemente, 12:28 dice que los creyentes deben tener esperanza porque ellos están o estarán
recibiendo "un reino inconmovible." Indudablemente esto recuerda Daniel 2, el reino que no se
puede quitar, y otra vez marca a los creyentes como co-soberanos con Jesús quien ya "se sentó a la
diestra del trono de Dios" (Heb 12:2).
Apocalipsis, tratando de la historia redentora hasta la consumación, testifica de la restauración de
humanidad a la vicegerencia plena. Los creyentes son un reino y sacerdotes (Ap 1:6; 5:10), y el libro
concluye con la observación que los creyentes reinarán con Cristo en toda la tierra (22:5; el cf. 5:10
y 20:4-5).
31
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
V. Conclusión
Hemos visto que la "venida" del reino de Dios que se espera en el AT involucra una reinstalación de
la humanidad a la posición apropiada de vicegerente, quien ejerce el dominio de Dios en la tierra.
Este reino del vicegerente es inminente, de hecho ya está aquí, en la predicación y acciones de Jesús
y el testimonio de los Evangelistas. Ya está aquí, en medida aún mayor, sin embargo no todavía en
su llenura, en las palabras de Pablo y los otros apóstoles, cuando ellos proclaman la exaltación de
Cristo y su recepción del dominio como el rey ungido, el Hijo de Dios. También está creciendo en
cuanto la vicegerencia del Hombre se da a los elegidos de Cristo, los santos del Altísimo (Dn 7: 18,
27), quiénes también son ungidos por el Santísimo (1Jn 2:20) quienes entonces ya reinan con Cristo
en los lugares celestiales (Ef 2:6). Al fin de todo, en "aquel día" se realizará en su plenitud la
vicegerencia de todos que están en Cristo, y el reino de Dios será todo en todo.
El Seminario Teológico de Westminster, Filadelfia
32
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
El Hombre en sus Tres Relaciones
Anthony Hoekema
Resumen del escrito en Created in God’s Image, Grand Rapids: Eerdmans, 1986, pp. 7582.
Igual como Cristo, la imagen perfecto de Dios, funcionaba en tres relaciones—hacia Dios,
hacia el prójimo, y hacia la naturaleza—así también tiene que funcionar el hombre.
Ser un ser humano es estar dirigido hacia Dios. Esta relación domina y rige todas las otras.
Toda la vida se tiene que vivir coram deo, es decir, ante el rostro de Dios. “El hombre está
ligado a Dios como un pez al agua. Cuando un pez busca estar libre del agua, pierde tanto
su libertad como su vida. Cuando buscamos estar librados de Dios, llegamos a ser
esclavos al pecado.
Esta relación vertical del hombre hacia Dios es básica a una antropología cristiana, y toda
antropología que niegue esta relación se tiene que considerar no tan solamente nocristiano sino anti-cristiano.
Además, esto quiere decir que somos responsables a Dios en todo que hagamos. La
intención de Dios es que el hombre haga los que sea que haga en obediencia a Dios y
para la gloria de Dios, y que utilice todos sus poderes, dones, y capacidades al servicio de
Dios.
Ser un ser humano es estar dirigido hacia su prójimo. Al decir en Génesis 1:27 que “varón
y hembra los creó” no se está señalando la diferenciación sexual, porque esta también se
encuentra en los animales. Está diciendo que la persona humana no es un ser aislado
completo en sí, sino que es un ser que necesita de la compañía de otros, un ser que no
está completo aparte de otros. La palabra en el Hebreo traducida “idónea” (Gn 2:18) quiere
decir “correspondiendo a.” Se implica que la mujer le complementa, le suplementa, y le
completa al hombre, que es fuerte en cuanto él sea débil, y suple sus deficiencias. El varón
es incompleto sin la mujer. Igual, la mujer es incompleta sin el varón. La relación
hombre’mujer entonces implica la necesidad de compañerismo entre seres humanos. Los
varones y las mujeres no pueden llegar a ser la humanidad verdadera en aislamiento;
necesitan el convivio y la estimulación de otros. Somos seres sociales. El hombre no
puede ser verdaderamente humano aparte de otros hombres.
Solo en contacto con otros llegamos a saber cuáles son nuestras fortalezas y debilidades.
Solo en convivencia con otros crecemos y maduramos. Solo en asociación con otros
desarrollamos plenamente nuestras potencias. Nos enriquecemos. Cada persona no debe
ver a sus dones y talentos como medio de engrandecerse a sí misma sino como medios
para enriquecer las vidas de otros.
Ser un ser humano es regir sobre la naturaleza. Algunos teólogos han pensado en el
dominio del hombre como meramente un efecto colateral de haber sido creado a imagen
de Dios, no como un aspecto esencial de la imagen. Sin embargo, la mayoría de los
intérpretes creen que el dominio sobre la tierra es un aspecto esencial de la imagen de
Dios. Dios se revela como rigiendo sobre toda l creación, así el hombre es presentado
como el vicegerente de Dios, que rige sobre la naturaleza como representante de Dios.
Tener dominio sobre la creación entonces es esencial a la existencia del hombre.
33
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
El verbo para “sojuzgar” nos dice que el hombre debe explorar los recursos del mundo,
cultivar su tierra, minar sus tesoros. No debemos pensar solo en la tierra, las plantas, y los
animales; el hombre es llamado por Dios a desarrollar todas las potencialidades
encontradas en la naturaleza y la raza como una totalidad. Debe buscar desarrollarse no
tan solamente en la agricultura, la horticultura, y la ganadería, sino también en la ciencia,
la tecnología y la arte. Esto se llama el mandato cultural, el mandato a desarrollar una
cultura que glorifica a Dios.
La otra palabra usada en Génesis 1:28 para describir la relación del hombre con la
naturaleza se traduce “tener dominio.” Nota lo que Dios dice a Noe, el representante de la
humanidad después del diluvio: “Todos los animales de la tierra sentirán temor y respeto
ante ustedes: las aves, las bestias salvajes, los animales que se arrastran por el suelo, y
los peces del mar. Todos estarán bajo su dominio.”
Sin embargo, la relación del hombre con la naturaleza no es una de sencillamente regir
sobre ella, sino que a Adán Dios le dio el trabajo específico de “cuidarla.” Dice Génesis
2:15, “Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y
lo cuidara.” La palabra aquí traducida “cultivara” es la palabra hebrea abad que quiere
decir “trabajar.” No hay una invitación a explotar los recursos naturales irresponsablemente
sino un mandato a trabajar y preservar a la tierra, además de regir sobre ella. Así que el
hombre debe regir sobre la naturaleza en tal manera que seamos su siervo. Debemos
preocuparnos para conservar a los recursos naturales y darles el mejor uso posible.
Debemos preocuparnos por la prevención de la erosión de la tierra, la destrucción
temeraria de los bosques, el uso irresponsable de la energía, la contaminación de los ríos
y lagos, y la contaminación del aire que respiramos. Debemos procurar ser mayordomos
de la tierra y todo que ella contiene, y promover lo que sea para preservar su utilidad y
belleza para la gloria de Dios.
Podemos llamar la primera de estas relaciones la relación vertical. La vertical y las
horizontales son inter-relacionadas. La relación vertical es la primera y más importante, sin
embargo, esta relación no existe sin las otras dos. Nuestra relación al prójimo es una
forma en que nuestra relación con Dios se realiza., mostramos nuestro amor por Dios por
medio de amor al prójimo. Nuestro amor para con Dios y el prójimo debe mostrarse en
nuestro dominio sobre y cuidado de la creación de Dios. Cuando amamos al prójimo y
trabajamos responsablemente en la creación, estamos a la vez sirviendo a Dios. Cuando
decimos que los seres humanos han sido nombrados por Dios para gobernar y cuidar la
creación, atribuimos al hombre una relación no encontrada en ninguna otra criatura, ni
siquiera en los ángeles.
Como es en el caso de Cristo, el funcionamiento propio de la imagen de Dios debe ser
canalizado a través de estas tres relaciones, con Dios, con el hombre, y con la naturaleza.
34
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
El Trabajo: ¿maldición o vocación?
Rev. Todd Joling
Reforma Siglo 21, Vol. 5, No. 1, Marzo, 2003, Guadalupe, Costa Rica: CLIR, pp. 46-55.
La necesidad de una visión renovada
Una canción se titula: Trabajando para el fin de semana. Un rotulo de restaurante dice: Friday's (en
ingles -"Thank God it's Friday", o sea, “¡Gracias a Dios es viernes”! Un patrón lamenta: ¡Cómo
cuesta conseguir buena ayuda hay! ¿Que tienen en común todas estas cosas? De manera propia, carla
una de estas frases nos dice algo de la forma que nuestro mundo ve el trabajo.
Para muchos, el trabajo es un mal necesario, el único medio para obtener los recursos necesarios
para comprar la satisfacción y seguridad. Pero esta manera de vivir es triste, si tan solo consideramos
la cantidad de bolas que una persona labora en su vida. Más triste es evaluar la calidad de placeres y
protección que el dinero puede comprar. Más triste aún son estas actitudes, cuando reconocemos que
la bendita vocación del trabajo que Dios nos dio es despreciada. Lo bueno del trabajo es ocultado por
los que no tienen ojos para verlo.
Debe ser motivo de gozo saber que Dios nos ha redimido de la forma en que el mundo ve el trabajo.
Mucho más que solo trabajar para el fin de semana, tenemos la vocación sublime de trabajar para el
Señor. Mucho más superior a la gratitud espuria expresada por un día de la semana (viernes),
podemos ofrecer alabanzas por cada día (¡aún lunes!)
Sin embargo, a menudo nosotros los cristianos olvidamos estas realidades, ¿no es cierto? ¿Quién de
nosotros podemos negarlo? Cuando caemos en la rutina de nuestro trabajo diario, a menudo nos
volvemos cortos de vista. Muy pronto las quejas sobre nuestros labios nos traicionan, y evidencian
una perspectiva no muy diferente a la de nuestros compañeros de trabajo no-creyentes. Cuando esto
sucede, deshonramos a Dios y al Salvador, nos robamos a nosotros mismo de gozo, y perdemos una
oportunidad de ganara nuestro prójimo para Cristo.
De cuando en cuando necesitamos renovar nuestra visión del trabajo. No hablo del tipo de visión que
el gerente va a promover, mientras reúne a sus empleados para discutir ganancias y opciones de
inversión en la reunión mensual. Estoy hablando de una aquella perspectiva restaurada que solo
obtenemos cuando hacemos una pausa suficientemente larga como para ver nuestro trabajo a la luz
de la Palabra de Dios. Seguramente el gerente tiene una visión para el trabajo, pero es una visión
muy limitada. La Palabra de Dios, sin embargo, nos da un punto de referencia desde fuera de este
mundo. Leer la Palabra es como tener acceso a una camera de satélite, o pararse en la luna para
mirar la tierra. Desde este punto de vista podemos absorber el panorama más amplia, o podemos
enfocamos de cerca en nuestra oficina, la cabina del camión, la cocina, la guardería, o nuestra
comunidad—contemplando todo nuestro trabajo desde la perspectiva del cielo. Cuando abrimos la
Biblia para reenfocar nuestra visión, encontramos que tiene mucho más que decir sobre el trabajo de
lo que habíamos recordado. Hay tantos textos que podríamos durar semanas, años, ¡una vida entera!
aprendiendo. ¿Que haremos? Más que todo, debemos ver todo el testimonio bíblico junto, y toda la
historia que contempla. Debemos considerar el trabajo de acuerdo a la creación, la Caída, la
redención y la consumación.
En el comienzo
Cuando vemos la creación antes de la Caída, una de las cosas más importantes en cuanto al trabajo
que observamos es también una de las más obvias: existía el trabajo. En los primeros capítulos de
Génesis, antes del pecado, antes de los cardos y espinos, antes de las frustraciones y dolor y las
35
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
quejas, antes del desanimo—existía el trabajo. En el comienzo, en un mundo que Dios declaro
"bueno", en un mundo en que el hombre y la mujer encontraban plena satisfacción y gozo en todo
momento, existía el trabajo.
A pesar de ser obvio, esta realidad debe ser repetida y absorbida. En una cultura que desprecia el
trabajo a menudo como un mal, necesitamos recordar que la maldición que vino después no fue el
trabajo en sí. EI trabajo es bueno, es asignado por Dios. Es una vocación gloriosa del Creador.
"Tomo pues, Jehová dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo
guardase" (Gen. 2:15). Aun el matrimonio, instituido por Dios, estaba relacionado con la vocación
del trabajo. La mujer es creada como ayuda idónea para el hombre (Gn 2:18). El hombre y la mujer
era compañeros no solo para amarse, sino para trabajar juntos: "Y los bendijo Dios, y les dijo,
'fructificad y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla...'" (Gen. 1:28). Tenían el mandato de
cultivar la creación al ejercer dominio en medio de ella. Dios les había dotado de mentes y músculos,
y añadió el fruto de recompensa para sus labores.
La verdad simple que el trabajo formaba parte de la creación original y buena es una verdad
importante, pero no la más grande. Otro hecho obvio, pero a menudo ignorado, es descubierto
cuando hacemos la siguiente pregunta: "¿Cuál es la primera persona que encontramos trabajando en
la Biblia?" La respuesta no es Adán. "Y acabo Dios en el día séptimo la obra que hizo..." (Gen. 2:2).
Aprendemos que no solo es el trabajo ordenado por Dios, sin es divino. Estrechamente relacionado
con la intención de Dios de crear al hombre a su imagen (Gen. 1:26a) es el propósito de Dios que el
hombre señoree sobre la creación (Gen. 1:26b). En otras palabras, Dios no solo hace al hombre
semejante a El, sino que le delega también, una tarea semejante a la de Él.
Cuando se nos viene la tentación de despreciar el trabajo, debemos recordar que el trabajo no es solo
un deber, sino un privilegio y una bendición. Cualquiera que ha soportado una camilla en el hospital
durante una semana o más podrá confirmar esto. Pero mejor testimonio que las llagas de cama o las
ansias de levantarnos a caminar, tenemos la Palabra de Dios en la cual Dios nos revela que El es un
Dios que ama el trabajo y toma placer en el trabajo. Y para su criatura digna, Dios le da la gloriosa
responsabilidad de trabajar en la creación.
En esta tarea deleitosa de cultivar la creación, el hombre seguramente encontraba gran placer.
Podemos estar seguros que en el tiempo antes de que entrara el pecado en el mundo, Adán y Eva
nunca pensaron que su trabajo fuera vació, sin propósito ni aburrido. Al contrario, fueron creados
como Dios, y estaban felices en su tarea semejante a Dios. Tenían trabajo que Dios había llenado de
propósito y sentido. En estas labores, realizados para su Señor, ellos veían la gloria del trabajo.
¿Cómo puede ser posible que una institución de tan sublime valor hay yazca en las profundidades
del desprecio? ¿Por que tan pocos piensan del trabajo como alga placentero, de dignidad, que
satisface, que es glorioso?
La caída que daño el trabajo
La hermosa historia de la creación es interrumpida abruptamente par la caída del hombre en el
pecado. Esta rebeldía tendría consecuencias enormes para el hombre y la creación. El Señor
respondió a la desobediencia en parte con maldiciones. Dios pronunció juicios sobre las distintas y
principales esferas de trabajo del hombre y la mujer. La esfera en que la mujer iba a experimentar
gran llenura—tener hijos—ahora sería acompañada par gran dolor (Gen. 3: 16). La esfera que iba a
dar satisfacción al hombre, es decir, proveer sostenimiento para el y su familia, sería interrumpida
por suelos contrarios (Gen. 3: 17 -19).
36
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Pero la misericordia de Dios es también evidente aquí. Sus castigos no dejarían a la mujer sin hijos,
ni al suelo sin cosecha. No, la vida gena preservada. Pero el trabajo ahora sería difícil y tedioso,
plagado con dolor, sufrimiento, frustraciones. Aún la relación matrimonial, tan importante para el
trabajo, seria afectada (Gen. 3:16). Tomando todo esto en cuenta, podemos ver que "un día duro de
trabajo" tiene una larga historia.
El pecado afectó no sólo la esfera del trabajo, sino afectó a los trabajadores mismos. Nuestras
dificultades como trabajadores se extienden más allá que suelos difíciles; corazones endurecidos
fueron otro producto de la rebeldía del hombre. Cuando chocan estas dos casas -el hombre obstinado
y suelos duros—se da una combinación peligrosa. Los gases venenosos que se levantan toman dos
formas diferentes: derrota u orgullo.
Cuando el hombre rebelde se encuentra con el suelo maldito, una de sus respuestas a esta lucha
tediosa es rendirse. EI hombre pronto se da cuenta que la tierra no va a entregar su fruto sin una
lucha. Sacude el árbol de la creación con todas sus fuerzas, pero la cosecha es pequeña. Se pegunta
si vale la pena. Cansado de tanto esfuerzo, agravado por la resistencia que encuentra, termina
rindiéndose en derrota. Se acuesta debajo del árbol y se rinde. "Pasé junto al campo del hombre
perezoso, y junto a la villa del hombre falto de entendimiento; y he aquí que por toda ella habían
crecido loS espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida"
(Prov. 24:30-31).
La presencia de tal rendimiento boy es patente. Casi todo patrón puede contar de empleados
aburridos, apáticos y perezosos. Desafortunadamente, los cristianos no son inmunes a esta
enfermedad. En su libro Principles of Conduct (Principios de conducta), John Murray observa este
punto en su capitulo sobre el trabajo, "El principio que muy a menudo nos impulsa no es buscar más
trabajo, sino el mínimo necesario para evitar censura publica y para preservar nuestra dignidad."
Murray no para aquí. Lanza la acusación, "Tan lejos se ha desviado nuestros pensamientos de los
principios bíblicos del trabajo, y tanto nos posee el deseo por una vida fácil con diversiones, que la
pereza y flojera han invadido las vocaciones más sagradas." (Y para aquellas personas que desean
los detalles, Murray los satisface. Habla de pastores flojos que tienen los gustos demasiado
refinados, y les llama 'parásitos' para la iglesia).
Una actitud derrotista es una forma de responder al trabajo, pero no la (mica. No todos se echan para
atrás. Algunos se lanzan hacia adelante en sus propias fuerzas. Esta segunda reacción, que también
ignora al Creador, es una reacción de orgullo. Con esta actitud el hombre pecador ataca la creación
resistente con confianza en sí mismo. Alza su bandera de guerra y grita, "¡Yo venceré!" Aunque los
patrones le dan la bienvenida a tanta ambición, y aunque las revistas de negocios saludan tal empuje,
a Dios no le place.
En la providencia perfecta de Dios, los malos a menudo prosperan. Parece como si su fuerza y
empuje ganaran: "Por tanto, la soberbia los corona... Los ojos se les saltan de gordura, logran con
creces los antojos del corazón. Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con
altanería. Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra" (Salmo 73:6-9). Por medio de la
experiencia del Salmista, los creyentes aprendemos que este éxito aparente es definitivamente de
corto plazo, porque la destrucción es su destino final (Salmo 73: 18). Es extraño, entonces, que a
veces envidiamos a los ricos y tratamos de seguir las huellas de su éxito. Nosotros también a menudo
luchamos en nuestros trabajos poniendo nuestra esperanza en nuestro propio esfuerzo humano. Y
aunque esta actitud no tiene la misma estigma que la pereza, esto no la hace menos ofensiva ante
Dios.
37
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Sin embargo existe una esperanza. El alivio para el desorden bipolar de pereza o arrogancia se
encuentra en la cruz de Jesucristo.
Restaurados a nuestra gloriosa vocación
Dios envió su Hijo a este mundo desordenado para trabajar. Jesucristo vino a cumplir una tarea que
el Padre le había asignado. Evitando las trampas de la pereza y del orgullo, soportando dolor y
tremenda resistencia más allá de nuestra comprensión, trabajó con sus ojos fijados en su Padre
celestial. Al final podía decir, "Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que
hiciese" (Juan 17:4). Para nuestro Salvador, 'sangre, sudor y lágrimas' no era un mero decir; fue su
modo de vivir. Por medio de su lucha, el Siervo Sufriente nos redimió y nos restauró.
Este segundo punto—restauración—es uno que merece más atención de la que usualmente le damos.
La redención no viene a nosotros con otro juego de planos para nuestra vida. La salvación de Dios
no quita el trabajo; nos restaura a nosotros al trabajo.
Recreados a la imagen de Dios, ahora estamos preparados para trabajar para Dios de nuevo en
formas importantes. Como dice Efesios 2: 10: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." Salvos por
la muerte de Cristo y su resurrección, ya no estamos esclavizados a la pereza que asume que todo
trabajo es vanidad, ni estamos encarcelados Por nuestro orgullo, jactándonos de poder vencer con
nuestras propias fuerzas. Al contrario, trabajamos con gratitud humilde y confianza firme en Dios
quien nos llama a "crecer en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no
es en vano" (1 Cor. 15:58).
"En el Señor" -estas son las palabras que deben gobernar nuestras labores. El Nuevo Testamento
repetidamente insiste en que toda nuestra motivación y la dirección de todos nuestros esfuerzos
deben ser hacia Dios. El pasaje que lo dice más claro es el siguiente:
"Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren
agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa
de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Colosenses 3:22-24)
No hay nada que libera más, anima más o que sea más glorioso que saber que trabajamos para el
Señor. ¿Te sientes paralizado por el temor a los hombres? ¿Te sientes tentado a rendirte porque tu
trabajo te parece sin sentido, sin fruto, insoportable o no apreciado? ¡Mira hacia el cielo! Tú laboras
coram Deo, es decir, delante del rostro de Dios. Debemos darle gracias a Dios por el
redescubrimiento de estas realidades en la Reforma Protestante del siglo 16. La verdadera “ética
protestante del trabajo” se apoyaba en un firme conocimiento de nuestra vocación o llamado. Los
reformadores enfatizaban que cada creyente tenia una vocación asignada por el Señor. Este énfasis
fue transformador, porque lo que más nos puede hacer sentir dignidad para nuestros trabajos
fatigosos es el saber que Dios mismo nos ha asignado nuestro trabajo, el que sea.
En La Institución de la Religión Cristiana, Juan Calvino escribe, "El llamado de Dios es el comienzo
y fundamento para toda buena obra." Calvillo luego explica lo que esto significa en medio de las
aflicciones:
"Cada uno dentro de su modo de vivir, soportara las incomodidades, las angustias, los pesares, si
comprende que nadie lleva más carga que la que Dios pone sobre sus espaldas. De ahí brotara un
maravilloso consuelo: que no hay obra alguna tan humilde y tan baja, que no resplandezca ante Dios,
y sea muy preciosa en su presencia, con tal que con ella sirvamos a nuestra vocación" (III:X:6).
38
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
El fin de nuestro trabajo
Recibimos mayor ánimo para nuestro trabajo cuando lo contemplamos a la luz de nuestra futura
gloria. Debemos aprender que el valor que Dios le pone a nuestro trabajo nunca desvanece.
Recuerdo haber oído de una encuesta que les preguntaba a personas ancianas lo que hubieran
deseado haber hecho diferente en sus vidas. Entre las tres cosas más comunes estaba esta confesión:
"Quisiera haber hecho más cosas que duraran después de mi muerte." La mayoría de las personas
sienten el carácter pasajero de sus logros en esta vida.
Las buenas noticias para los cristianos ya lo escuchamos en 1Corintios 15:58, que nuestro trabajo en
el Señor no es en vano. Vale la pella repetir esta verdad, especialmente cuando recordamos que su
fundamento es la victoria de Jesucristo sobre la muerte. Este contexto de resurrección -"su trabajo en
el Señor no es en vano"—significa que nuestras labores hechas en Cristo no pueden ser vaciadas por
la muerte. De hecho, Apocalipsis 14:13 pronuncia una bendición sobre los que se mantuvieron
firmes en el Señor bajo prueba: "Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor. Si, dice el
Espíritu, descansaran de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen." Parece que nuestra oración,
"La obra de nuestras manos confirma sobre nosotros" (Salmo 90: 17) es contestada más ampliamente
de lo que hubiéramos podido sonar. El Señor recuerda las obras de su pueblo para siempre.
Una mirada hacia nosotros
Una visión renovada trae gran consuelo y motivación también debe conducimos a una auto-examen.
Mientras trabajamos delante de nuestro Dios, ante la cruz, y la gloria venidera, debemos hacemos
algunas preguntas sinceras. ¿ Vivo una vida digna del evangelio en la forma en que trabajo?
¿Estoy consciente de la presencia de Dios aún cuando mi jefe esta ausente, o cuando no
recibo calificación?
¿Puedo decir sinceramente que trabajo de todo corazón como para el Señor?
¿Mi actitud de trabajo provoca en los no-creyentes a que me pidan la razón de la esperanza
que hay en mí?
¿O se asemeja mi actitud de trabajo a la de ellos, son tan iguales mis quejas, que no detectan
ninguna diferencia?
¿Sólo trabajo para poder recrearme como lo hace el mundo? ¿O disfruto la recreación de
manera apropiada para ayudarme a trabajar?
¿Hay algo diferente de la forma en que vivo después de pensionarme? ¿O asumo las actitudes
del mundo y me hago inútil para Cristo y su iglesia al retirarme de todo?
¿Cómo puede la enseñanza bíblica sobre mi vocación dar propósito y placer a esta etapa de
mi vida?
Cuando vivimos, por la gracia de Dios, a la luz de su Palabra, gozamos de las bendiciones de traer
honra a nuestro Dios, de tener satisfacción en nuestras labores, y de poder tomar toda oportunidad de
ganar a nuestro prójimo para Cristo.
Traducido del Outlook, Volumen 52, No.8, Septiembre, 2002.
39
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
¿Dicotomía o tricotomía? Un ensayo acerca de cómo la doctrina del hombre afecta
el tratamiento de la depresión
Winston Smith, Journal of Biblical Counseling, Vol. 18 No. 3, Spring 2000, pp. 21-29
La depresión parece invadir todo aspecto de la vida. Afecta la cognición, las
emociones, la fe espiritual, y la fisiología. Dada tal diversidad de síntomas, ¿se entiende la
depresión mejor como un problema espiritual, psicológico o médico?--¿o alguna
combinación de los tres? Esta no es una pregunta meramente académica sino que tu
respuesta moldeará profundamente tu acercamiento a la depresión.
La mayoría de los consejeros cristianos han adoptado un acercamiento tripartito, o
tricotómico, a la depresión, intentando entenderla desde la perspectiva de cuerpo, alma y
espíritu. Se razona que si la depresión surge de y afecta estos tres componentes de la
vida, se debe entender y tratar desde estas tres perspectivas. La lógica es atractiva, y
también parece encajar con la experiencia de los consejeros con personas deprimidas. Los
pastores a menudo se encuentran enfrentando problemas que ellos sienten son más
“psicológicos” que “espirituales” (o por lo menos, sienten que su capacitación en el
seminario no les preparó para lidiar con este tipo de problemas). Los doctores se
encuentran tratando a pacientes con dolores que sospechan son resultados del estrés y
otros factores emocionales. Los psicólogos se encuentran lidiando con problemas que
persisten obstinadamente y que se sienten como si fueran también biológicos (abuso de
sustancias, desorden bipolar, etc.) y espirituales (abuso de sustancias es “idolatría”, se
sustituye por Dios).
Pero la tricotomía falla en producir un entendimiento completo de la depresión o cómo
tratarla. Por ejemplo, hay ciertos síntomas que un doctor trataría con medicamentos para
inducir el sueño u otras drogas psico-activas. Un psicólogo podría usar estrategias del tipo
cognitivo conductual para dirigirse a temores irracionales, pensamientos y enojo, o podría
ofrecer perspicacia acerca del impacto de eventos pasados. Un pastor podría hablarle de
cómo la fe en Dios produce esperanza y da sentido a la vida. Así que ¿quién debe tratar
la depresión? ¿Tiene alguna perspectiva autoridad sobre las demás, o son iguales?
¿Debemos simplemente juntar las tres perspectivas para hacer un ministerio holístico? ¿O
es que las tres perspectivas compiten? Cuando se aplican a la depresión, la creencia que
el hombre consiste en cuerpo, alma, y espíritu genera más preguntas de las que contesta.
La dicotomía—o, más precisamente, la perspectiva de una dualidad en unidad—
expresa la perspectiva bíblica del hombre mejor que la tricotomía. Esta perspectiva
describe al hombre como teniendo tanto un aspecto “interior” y uno “exterior”, pero estos
aspectos funcionan en unidad esencial. Además, “el hombre interior” se entiende como
una unidad esencial. La cognición, la emoción, y la voluntad son entendidas como
aspectos de la actividad espiritual del “corazón” en lugar de funciones psicológicas
distintas. La perspectiva dualidad-en-unidad reconoce la complejidad de la vida interior y
además provee una perspectiva más unida del hombre. Es más precisa y más fiel a la
experiencia humana. Provee un entendimiento más rico y comprensivo de lo espiritual; no
separa los “asuntos espirituales” de los “psicológicos” y los “médicos”. Así que trae
coherencia a la manera en que pensamos de la depresión y cómo la tratamos. Examinaré
la tricotomía y la dicotomía, y daré un ejemplo de un recurso popular de consejería para
contrastar las dos perspectivas.
40
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Los problemas con la tricotomía
La tricotomía es la creencia de que los seres humanos constan de tres componentes:
cuerpo, alma, y espíritu. Aunque no parezca así, las operaciones de estos tres
componentes son distintas. Cada componente se considera responsable por funciones
mayormente distintas (aunque traslapadas) dentro de los seres humanos: el cuerpo de lo
físico, el alma de lo psicológico, y el espíritu de lo espiritual (definido como la dimensión
vertical, la relación con Dios).
Dos textos bíblicos son citados frecuentemente para apoyar la perspectiva tripartita.
El primero es Hebreos 4:12: “Ciertamente la palabra de Dios es viva y poderosa, y más
cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del
espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del
corazón” (NVI). Usando este texto, se argumenta que si se pueden dividir el alma y el
espíritu, entonces deben ser cosas distintas [la Biblia Reina-Valera, Versión 1995 dice: “la
palabra…penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos”. En una
manera similar, 1 Tesalonicenses 5:23 dice “Que Dios mismo, el Dios de paz, los
santifique por completo, y conserve todo su ser—espíritu, alma y cuerpo—irreprochable
para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Otra vez las Escrituras parecen estar
distinguiendo entre tres componentes, cuerpo, alma, y espíritu.
Pero hay muchos problemas con una interpretación tricotómica de estos pasajes.
Primero, el lenguaje no funciona en una manera tan mecánica, con solo un significado por
cada palabra. En el uso común, las palabras con significados parecidos a menudo se usan
juntas para comunicar una idea con más fuerza. Jesús hace esto en Marcos 12:30 “Ama al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con toda tu
fuerza”. Jesús no está proponiendo una perspectiva cuatripartita de la persona como
corazón, mente, alma, y fuerza, sino que está mandando que amemos a Dios con todo
nuestro ser. El mismo principio aplica a Hebreos 4:12. Una interpretación directa es que la
Palabra de Dios es capaz de penetrar y dividir alma y espíritu, no dividir entre alma y
espíritu. En otras palabras, la división del alma y del espíritu son ejemplos paralelos de la
misma actividad penetrante de la Palabra de Dios—en la misma manera que una espada
cortante llega hasta muy dentro los huesos (“hasta la médula de los huesos”). Los
“pensamientos y las intenciones del corazón” al fin de la frase comunica exactamente lo
que se encuentra dentro del alma y espíritu (tercer sinónimo) cuando abres una persona.
En igual manera, 1 Tesalonicenses 5:23 une términos sinónimos para comunicar la
totalidad y comprensión de la obra santificadora de Dios. Dios nos santificará…espíritu,
cuerpo, alma, corazón, conciencia, riñones, mente, ¡y lo demás! Dios santificará todo lo
que eres, no tres partes separadas.
Segundo, la naturaleza sinónima de espíritu y alma es dada por sentado en la manera
en que la Escritura repetidamente utiliza los términos intercambiablemente. La muerte se
describe tanto como “entregar el alma” en algunos pasajes (Gn 35:18; 1R 17:21; Hch
15:26), y “entregar el espíritu” en otros (Sal 31:5; Lc 23:46; Hch 7:59). Los muertos son
descritos como “Los espíritus encarcelados” (1P 3:19) y como “las almas de los que
habían sufrido el martirio” (Ap 6:9). La frase bíblica para designar al hombre es “cuerpo y
espíritu” (Mt 6:25; 10:28) algunas veces y “cuerpo y alma” otras veces (Ec 12:7; 1Co 5:3,
5).14
14
Louis Berkhof, Teología Sistemática (Grand Rapids: Libros Desafío) 1969, p. 228-229.
41
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Aquí en lugar de traducir, refiero el lector al libro de Berkhof, de donde Winston Smith tomó
esta sección.
La popularidad actual de la tricotomía no es producto de un movimiento teológico, en sí,
sino de un movimiento en la consejería. Los consejeros cristianos tales como Clyde
Narramore, Tim La Haye, y otros han usado la distinción entre alma/espíritu para
establecer la relevancia de la psicología en la consejería Cristiana. Es difícil encontrar la
distinción alma/espíritu definida claramente en sus libros, pero en la práctica la distinción
parece ser que los pensamientos y sentimientos caen dentro del área del alma, y por ende,
la práctica de la psicología. Admiten que los pensamientos y sentimientos afectan el
aspecto espiritual, pero los problemas de pensamientos y sentimientos son entendidos
principalmente a través de las categorías psicológicas. Para ellos, las Escrituras sirven
mayormente para validar las teorías psicológicas y actuar como una guía para el alma, en
lugar de ser su explicación y curación. Un ejemplo de este pensamiento es La felicidad es
una decisión (Happiness is a Choice) por Minirth y Meier, examinado abajo.
La distinción entre lo psicológico y lo espiritual es más problemática de lo que puede
parecer a primera vista. ¿Dónde terminan los problemas espirituales y dónde empiezan
los problemas espirituales? Digamos que una persona deprimida admite haber estado
amargada contra su cónyuge por años. ¿Son los problemas de enojo guardado
principalmente psicológicos o espirituales? Un psicólogo podría contestar que la psicología
tiene la perspicacia acerca de cómo se desarrollan estas pautas y que ofrece las
intervenciones prácticas para enseñar a la persona deprimida nuevas maneras de pensar
acerca del enojo y de lidiar con él. Sin embargo, la Escritura hace una declaración
igualmente exclusiva que la amargura es pecaminosa y refleja actitudes acerca de Dios,
uno mismo, y el prójimo que pueden ser corregidas al fin sólo por Cristo. Mientras muchos
consejeros intentan desenredar este problema, una pauta desconcertante se ve: la
categoría espiritual pierde significado más y más, y llega a estar funcionalmente
subordinada al cuerpo y alma. Cualquier cosa que tiene que ver con el cuerpo se ubica
bajo el dominio de la medicina. Los síntomas con causas fisiológicas parecen estar
aparte. No se considera que las personas deprimidas responden a los eventos fisiológicos
con su corazón-alma-mente-espíritu. El reino “espiritual” se encoge. En contraste, Dios ve
incluso nuestros cuerpos como el lugar de problemas e intervenciones “espirituales” (Stg
5:13-20). Luego, porque el alma es definida funcionalmente como todo lo que es cognitivo
o emocional, lo espiritual es efectivamente marginalizado al punto en que ya no se toma en
cuenta. Lo que queda en el área “espiritual” son los mandamientos de las Escrituras, sus
ilustraciones, y unas pocas estrategias. Debido a este énfasis en la psicología y la
medicina, los detalles “espirituales” a menudo parecen ser menos relevantes. Y en un
sentido así es. Divorciados de una perspectiva verdaderamente bíblica del corazón como
la sede de la motivación y la conducta humanas, el evangelio y los mandamientos de Dios
son superficiales e ineficaces, solamente poco relevante a los “problemas espirituales”, e
irrelevantes a los “problemas fisiológicos”.
La dicotomía y la naturaleza comprensiva de lo espiritual
Aunque la Biblia no hace una distinción precisa entre cuerpo, alma y espíritu, es cierto que
describe al hombre como alguien complejo. Al nivel más general, la Biblia hace una
distinción entre el hombre “interior” y el hombre “exterior”. El hombre “interior” se refiere al
novel de pensamientos, deseos, voluntad, emociones, y cualquier otra actividad
“psicológica” que podríamos atribuir al hombre, y también se refiere a su “espíritu”. La
42
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
naturaleza multifacética del hombre interior comúnmente se resume en el término
“corazón” (1S 25:36; 2S 6:16; R 3:12; Sal 4:7; 33:11). El “hombre exterior” se refiere a las
acciones y palabras que se pueden observar. El hombre exterior consiste en el ser físico
que padece descomposición (2Co 4:16), y lleva a cabo los deseos de su hombre interior a
través de sus “miembros” (Ro 6:13), “boca” (Lc 6:45), “pies” (Pr 1:16), o “manos” (Pr
12:14).
Si bien la Biblia reconoce la distinción entre el hombre interior y el hombre exterior, ella
enfatiza la unidad de la persona. Dios se relaciona con el hombre como una totalidad, no
sólo “espiritualmente”. Interesantemente, los meros textos que se citan en defensa de la
tricotomía (Heb 4:12 y 1Ts 5:23) enfatizan la obra comprensiva de Dios en el hombre
entero. Primera de Tesalonicenses enfatiza la obra santificadora y completa de Dios en la
persona entera. Hebreos 4:12 enfatiza que la Palabra de Dios penetra el hombre entero.
El uso frecuente del término “corazón” en la Biblia para expresar las diversas actividades
del hombre interior sugiere la renuencia de la Escritura misma a hacer distinciones
innecesarias. La teología de la Escritura enfatiza la unidad esencial del hombre. Es esta
unidad del hombre que hace la hipocresía detestable a Dios.
…………………….
Un ejemplo: Happiness is a Choice (La felicidad es una decisión) por Minirth y Meier
Las implicaciones de la tricotomía se entienden mejor por medio de estudiar un ejemplo.
Happiness is a Choice (La felicidad es una decisión, “FED”) es uno de los libros más
populares acerca de la depresión dentro de la cultura cristiana….También es un libro
organizado sobre un compromiso a la tricotomía. Creo que su popularidad tiene mucho
que ver con este compromiso. …Su enfoque es atractivo para muchos cristianos que creen
que todos aspectos de un problema complicado son considerados [los autores son ambos
pastores y psiquiatras]….Minirth y Meier conocen el cuerpo, conocen el alma, y conocen el
espíritu.
…
De las tres perspectivas representadas en FED, la “psicológica” (“el alma”) domina.
Perspicacia acerca de los procesos del pensamiento y las emociones sirve como el punto
de integración para observaciones hechas dentro de las otras dos perspectivas (espíritu y
cuerpo)… [Por ejemplo:]
Guardar rencor: FED declara que “el hecho irresponsable de guardar rencor es lo que
provoca la mayoría de las depresiones” (p. 46). Mi propia experiencia con personas
deprimidas también muestra que el enojo y el rencor frecuentemente juegan un papel
mayor en la depresión. Pero los autores de FED no hacen seguimiento a esta observación
con un entendimiento de cómo el enojo pecaminoso revela un corazón que
desesperadamente necesita el arrepentimiento y la fe. En lugar, hacen una búsqueda para
perspicacia acerca de las supuestas raíces en desarrollar una pauta de no lidiar con el
enojo. De vez en cuando mencionan el pecado en hablar de guardar rencor, pero estas
frases breves se pierden en páginas y páginas de “perspicacia psicológica”. Su mensaje
implícito es que el pecado es un factor en guardar rencor, pero la clave para superar tal
conducta pecaminosa es la “perspicacia psicológica”.
43
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
La Psicologización de la Iglesia
William MacDonald
Extracto del artículo en Apuntes Pastorales, Vol. XVIII, Número 1, Oct-Dic 2000, pp. 76-77
Uno de los fenómenos de la era en que vivimos es la manera en que la iglesia ha sido
infiltrada por la psicología secular. En contradicción a 2 Timoteo 3: 16, 17, la Biblia ya no
es considerada como suficiente base para el aconsejamiento. Necesitamos psicoterapia.
Ya no se confía en el Espíritu Santo para que produzca los cambios necesarios en la vida
de los creyentes. Ni en la competencia para orientar de personas sabias comas los
ancianos y las ancianas en las iglesias. Tienen que enviar a su gente a un terapeuta
profesional. Esto a pesar del hecho de que Dios nos ha dado en la Palabra y mediante el
Espíritu todo lo necesario para la vida y la piedad (2 P 1:3).
Durante generaciones, los cristianos llevaron sus problemas al Señor en oración. Ahora
han de llevarlos a un psiquiatra o a un psicólogo. A los jóvenes ya no se les apremia a que
prediquen la
Palabra. Ahora el lema es «Practicad la orientación psicológica». La orientación
profesional ha llegado a ser una vaca sagrada hasta tal punto que alguien saldrá
inevitablemente a su defensa. ¿Qué es lo que está tan mal con ella? Daré a continuación
once puntos por los que está mal.
1. La atención de la persona es dirigida al Yo en lugar de a Cristo. Este es un fallo fatal. No
hay victoria en el Yo. El autoexamen no es una cura. Los buenos marinos no echan el
ancla dentro de1 barco. Necesitamos a Alguien mayor que nosotros mismos, y este
Alguien es Cristo. Más tarde más temprano debemos darnos cuenta de que nuestra
ocupación con Cristo es el camino a la victoria en la vida cristiana (2Co 3:18).
Ibsen, el dramatista noruego, cuenta acerca de una visita que hizo Peter Gynt a un hospital
psiquiátrico. Toda la gente parecía normal. Nadie parecía loco. Hablaban muy
razonablemente acerca de sus planes. Cuando Peter le mencionó esto a un medico, este
le dijo: “Están locos. He de admitir que hablan de manera muy racional, pero todo es
acerca de ellos mismos. Están, de
hecho, muy inteligentemente absorbidos en su Yo. Es el Yo mañana, mediodía y noche.
No podemos apartarnos del Yo aquí. Lo arrastramos con nosotros, incluso en nuestros
sueños. Ah, sí, joven, hablamos de manera racional, pero estamos bien locos.”
2. La psicología moderna se basa en sabiduría humana, no divina. Es la opinión de los
hombres en lugar de la autorizada Palabra de Dios. La variedad de opiniones humanas se
ve en el hecho de que hay más de 250 sistemas de psicoterapia y más de 10.000 técnicas
(incluyendo una para ayudar a tus animales domésticos) y cada una de ellas pretende la a
superioridad sobre las demás.
Dice Don Hillis: "Esta tendencia conlleva al menos un elemento de peligro: el razonamiento
humano toma el puesto de la Palabra de Dios para la resolución de los problemas
emocionales y espirituales. Las respuestas racionales...que no estén basadas en principios
espirituales pueden dar un alivio temporal, pero a su vez pueden resultar desilusionantes y
perjudiciales.”
3. Muchos, y probablemente la mayoría de los problemas por los que la gente busca
consejo tienen su causa en el pecado: matrimonios rotos, familias rotas, conflictos
44
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
interpersonales, ansiedad, drogas, alcohol. y algunas formas de depresión. Para estos
problemas no necesitamos el diván, sino la Cruz. Solo el Salvador nos puede decir: “Tus
pecados te son perdonados; ve en paz.”
4. La orientación moderna se dedica a la desviación de la culpa. Al pecado se le llama
enfermedad. O esta causada por el ambiente de una persona. Se les echa a los padres la
culpa por la conducta inaceptable de los hijos. Como resultado, se libera a la gente de la
responsabilidad personal. John MacArthur habla de una mujer que dijo que tuvo un
problema durante anos con fornicación compulsiva: «El consultor sugirió que su conducta
era el resultado de unas heridas recibidas de un padre pasivo y de una madre imperiosa.»
Henry Sloane Coffin valoro la situación de manera penetrante: «La actual psicología
añade...coartadas morales. Los hombres y las mujeres se hacen analizar, y encuentran
emancipación en el destierro de los feos nombres que una religión vigorosa daba a los
pecados, y en la asignación de nombres sin sugerencia de culpa. Son mal ajustados o
introvertidos, en lugar de faltos de honradez o egoístas. Un padre de edad madura se
cansa de su mujer y se enreda con una mujer que tiene la mitad de su edad. Y un
terapeuta le dice que esta sufriendo de «un espasmo de readolescencia» cuando se le
debería confrontar con el mandamiento «no adulterarás».
5. La psicoterapia obra de manera directamente contraria al Espíritu Santo al enfatizar la
importancia de una buena autoimagen, de un caso sano de autoestima. El Espíritu Santo
está tratando de llevar a los pecadores a la convicción del pecado, y llevarlos al
arrepentimiento. Esta tratando de restaurar a creyentes desviados y llevarlos a la
confesión. Cualquier autoestima que no esté basada en el perdón de los pecados y en la
posición del hombre en Cristo es falsa hasta la médula.
45
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Crítica de
“Filoprimatosis: La codicia por el primer lugar,” por Pablo Sheetz
(Apuntes Pastorales, Vol. XIV, No. 3, Abril-Junio, 1997, pp. 48-52)
Natalie Carley, Seminario San Pablo, Mérida, Yucatán, revisado Dic., 2001
El autor, nuestro hermano, está confundido dentro de sus propias perspectivas. El título del artículo
fue escogido porque el sufijo en “filoprimatosis” indica una enfermedad, “la anormalidad de querer
siempre ocupar el primer lugar,” dice. Pero el subtítulo aclara, “La codicia por el primer lugar,” y
sabemos que la codicia es pecado. Aquí hay inconsistencia: la codicia es pecado. La enfermedad no
es pecado, pero puede resultar del pecado. ¿Cuál perspectiva es la correcta?
Análisis
El problema básico de la antropología del autor es que no entiende la depravación total del
hombre. De hecho, dice precisamente el opuesto: “La víctima de esta enfermedad no es una
persona mala, sino una persona con base inadecuada en las cosas que aseguran la estabilidad
emocional” (p. 52).
El autor es proponente de la “cultura de víctimas” cual es un gran problema en los EEUU. John
MacArthur, Jr. ha descrito la creencia de la “secta de la autoestima” que “... ya no hay gente
mala—solamente tenemos personas que piensan mal de sí mismo” (Una Nueva Mirada a la
Consejería Bíblica). Y como Ed Welch señala, esta perspectiva representa la persona como un ser
pasivo, un vaso vacío que se tiene que llenar. Pero personas que se ven así jamás se sienten
“llenos.” El vaso tiene fugas. (Welch, Ed, “Who Are We? Needs, longings and the image of God
in man,” Journal of Biblical Counseling 13.1 Fall 1994, pp. 25-38).
La doctrina del hombre tiene implicaciones para la doctrina de Cristo. Si creemos que el problema
más profundo del hombre es no tener sentimientos de ser amado y competente, y creemos que
Cristo vino para solucionar nuestro problema más básico, entonces se deduce que Cristo vino para
hacernos sentirnos amados y con significado. Esta perspectiva relega a Cristo al papel del
satisfacedor de mis “necesidades percibidas,” y esto es una tergiversación del evangelio de gracia
para pecadores que no la merecen.
Hablando del término "anormalidad", todo pecado es anormal en el sentido de la palabra que
utiliza "normal" para como debemos ser, por naturaleza creada. Cristo es nuestra "norma" o
modelo, el único hombre perfecto. Pero en un mundo caído, si “normal” refiere a la naturaleza tal
y como es ahora, es decir, a la conducta más común, entonces en este sentido el pecado no es
“anormal." En este sentido, el pecado es “normal”: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos
de la gloria de Dios,” Rom. 3:23. Pero vemos que cuando alguien comete un pecado horrible,
asumen que debiera tener alguna “anormalidad,” y la buscan con diligencia con investigaciones de
su trasfondo y le administran varias “pruebas o exámenes psicológicos.” El mero hecho de que
incluso los Cristianos buscan alguna “enfermedad” para "explicar" un pecado horrible demuestra
que la Iglesia ha perdido su entendimiento de qué es el pecado. Ha empezado a pensar mejor del
hombre caído, con el resultado que la expiación del pecado por medio de la muerte de un sustituto
divino no sea necesario para tal raza buena.
Un error de exégesis es que el autor no apoyó su interpretación por medio de estudiar la palabra
por “estar enfermo” (noseo) en su contexto.
46
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Si alguno enseña otra cosa y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo
y la doctrina que se conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe y delira acerca de
cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas
sospechas, discusiones necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la
verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia. Apártate de los tales. (1Tim. 6:3-5,
Reina-Valera (1995))
[Críticas del texto notarán que la última frase no aparece en los mejores manuscritos (y, por ende,
no aparece en la Nueva Versión Internacional), sin embargo, mucho hermanos de habla español lo
leerán, y ella indica como el texto fue interpretado por lectores de la antigüedad.]
En este pasaje, Pablo está advirtiendo a Timoteo de las personas que enseñan doctrinas falsas.
Pablo no habla acerca de esos hombres como enfermos, pues en tal caso necesitarían ser sanados.
Al contrario, efectivamente los acusa por medio de incluirlos en el grupo de “hombres corruptos de
entendimiento y privados de la verdad,” quienes “toman la piedad como fuente de ganancia.”
El verbo noseo, es traducido “delira acerca de” en la Reina-Valera 1960 y 1995. Pero este sentido
es meramente metafórico—es el mismo sentido en que las palabras de Cristo son “sanas” en
versículo 3. (La Nueva Versión Internacional dice “padece del afán enfermizo de...”)
Otros datos bíblicos confirman una interpretación figurativa. El autor menciona las instrucciones
de Pedro a los pastores de la grey de Dios a “no como teniendo señorío sobre los que están a
vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1Ped. 5:3). Si teniendo señorío sobre otros
(una característica clave del “filoprimatoso”) fuera enfermedad, Pedro habría sugerido oración por
tales hermanos, pero en lugar, los amonesta, y (igual que Pablo en 1 Tim. 6) incluye una
advertencia de no actuar “por ganancia deshonesta” (v. 2).
El caso de Diótrefes en 3Juan es parecido. Juan escribió, “Yo he escrito a la iglesia, pero
Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo
voy, recordaré las obras que hace profiriendo palabras malignas contra nosotros; y no contento con
estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe y los expulsa de
la iglesia”(vv. 9-10, énfasis mío). Es el déspota religioso clásico, obviamente un varón en una
posición de poder (¿un pastor?) dado que pudo excomulgar a personas y ejercitar tanta influencia
sobre otros hasta prevenir que ellos demuestren hospitalidad a cierta persona. El epíteto dado a
Diótrefes es filoproteuon, palabra griega que quiere decir “alguien que ama ser el primero” (filo=
amor, proto= primero). Una palabra nueva por esta pauta de pecado no es necesaria porque aquí la
Palabra de Dios nos da un término. Se nota que la conducta de Diótrefes es descrita claramente
como pecaminosa y reprochable, y Juan implica que tratará con Diótrefes y quizá lo disciplinará
cuando Juan visite. No sugiere que los otros ancianos pongan manos sobre Diótrefes y oren por su
curación. Tampoco ofrece unos de los remedios que el autor Sheetz sugiere para aumentar sus
sentimientos de aceptación.
Además, Jesús duramente amonestaba a la gente quizá más “filoprimatosa” en la Biblia: los
Fariseos. No los “sanó” de “filoprimatosis,” sino que los llamó a arrepentirse o les advirtió del
juicio venidero.
“Enfermedad” es usada como metáfora por mala condición espiritual (es decir, vivir en pecado sin
arrepentirse) en otros textos bíblicos. Por ejemplo, en Mat. 9:12 Jesús dice, “Los sanos no tienen
necesitad de médico sino los enfermos.”
De hecho, el léxico contradice la afirmación de Sheetz acerca del uso de la palabra noseo. Él
escribe que “significa estar enfermo” y “literalmente quiere decir: ‘estar enfermo acerca de
47
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
pendencias y... palabrería” Continúa, “Noseo es la palabra empleada generalmente en el Nuevo
Testamento para hablar de un mal físico y nunca se refiere metafóricamente a un estado espiritual.
Por lo tanto, es más probable que aquí el apóstol tenga en mente por lo menos una anormalidad
emocional, es decir, una enfermedad verdadera.” La verdad es que noseo es un verbo que solo
ocurre una vez en la Biblia, en este versículo (1Tim. 6:4). Sin embargo, Bauer-Arndt-Gingrich dice
que en la literatura griega antigua disponible el verbo noseo es usado exclusivamente
metafóricamente, y el léxico incluye 1Tim 6:4 en esta categoría. El sustantivo nosos tiene dos
significados, según BAG: enfermedad, como se usa en varios textos bíblicos; y metafóricamente
como “vicio,” un uso encontrado en varias fuentes extrabíblicas, que incluyen el uso frecuente de
Filo, un judío del primer siglo y así un contemporáneo de Pablo.
Al fin, las conclusiones de Sheetz no encajan con una sana doctrina del hombre. ¿Qué sería una
“enfermedad verdadera” (mejor llamada una “enfermedad literal”)? ¿Una enfermedad del cuerpo?
El cuerpo no puede forzarnos a pecar, porque el pecado viene del corazón (del hombre inmaterial)
(Stg. 1:13-15; Marc. 7: 14-23; Luc. 6:43-45, etc.) ¿Sería una enfermedad del hombre inmaterial, es
decir del alma/espíritu/corazón? Si es así, el remedio es el arrepentimiento. No existe una tercera
parte del individuo a cual culpar. El autor argumenta que no es asunto espiritual (con sus
equivocadas razones tratadas arriba) y no considera que esto es asunto físico, sin embargo insiste
que es una enfermedad, así que implica que existe una tercera parte de la persona que pueda estar
“enferma.” Esta perspectiva tricótoma no es sostenible bíblicamente.
Conclusión
El tratamiento se deriva de la diagnosis. El tratamiento sugerido por Sheetz es que los hermanos
comprensivos en su entorno le den ánimo verbal y palmaditas. Pero, ¿qué lograría esto? Los
deseos pecaminosos tienden ser insaciables. Esto es quizás más obvio en el caso del deseo para el
dinero. Las personas que tienen dinero son esclavizadas al deseo de tener más—ninguna cantidad
jamás es suficiente. Cuando visitas a un pueblo pobre, quedas impresionado por la generosidad de
los que tienen tan poco. El deseo para poder e influencia son esclavizantes en una manera
parecida. Mientras más uno tiene, más quiere. El “tratamiento” propuesto en este caso solo
serviría para exacerbar el problema. ¡Le animaría a dominarles aun más! No estaría tratando con la
fuente del problema: sus deseos del corazón, de donde vienen sus malos frutos de maniobras,
contiendas, etc. (Stg. 4:1-3).
La Solución a este problema de pecado
A los incrédulos no les gusta ser llamados pecadores, y es una tragedia. Lo digo porque el
reconocimiento de nuestra necesidad—para la expiación, el perdón y la santificación—es el primer
paso hacia recibir la misericordia y gracia abundantes de Dios Padre. ¡El hecho que somos
pecadores es buenas nuevas! ¡Cristo vino por tales! Hay esperanza para el Diótrefes de nuestro
siglo. Podemos levantar el espejo de la Palabra a él para que la mire y vea a sí mismo por quien es:
usurpador del lugar de preeminencia que solo Cristo puede ocupar. Puede ser llevado a ver que, a
pesar de su profesión de lo contrario, ha deseado su propia gloria y poder más que deseaba
magnificar a Cristo. Ninguna autoridad terrenal es absoluta, todas las autoridades humanas son
autoridades representativas. Romanos 13 y otros textos nos enseñan que deben ejercitar la
autoridad delegada a ellos como instrumentos de la justicia divina, y hacerlo en tal manera que
refleje la autoridad de Cristo, que apunte hacía Él, y le traigan la gloria y el honor a Aquel quien
representan. Un líder debe ser dueño de sí mismo, irreprochable, amable, apacible, no soberbio,
no envaneciéndose, no iracundo, no amigo de contiendas o peleas, y con buen testimonio de los de
afuera, “para que pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”—¡no
48
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
echarlos fuera de la iglesia! (1Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9). Jesús explicó que la ética del reino de Dios
es el opuesto a la del mundo: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas,
y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero entre vosotros no será así, sino que el que
quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre
vosotros será vuestro; como el Hijo del Hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y
para dar su vida en rescate por todos” (Mat. 20: 25b-28). Como mencioné, Pedro reitera esta
admonición a no enseñorear de los que están encomendados a ti (1Ped. 5:3). El término “pastor”
refleja la idea que el líder ideal es el Buen Pastor que da su vida por las ovejas. Pastores quienes se
preocupan por alimentarse a sí mismo en lugar del rebaño no son consentidos, en un intento a
“levantar su autoestima.” Al contrario, son acusados severamente (Ezeq. 34:1-10). Su corazón es
expuesto en sus hechos: están sirviendo a sí mismo y no a Dios. Estas son unas de las Escrituras
que pueden ser usadas para confrontar al Diótrefes en la iglesia. El Espíritu Santo puede aplicar la
Palabra a su corazón para ponerle bajo convicción de su pecado.
Tal convicción de pecado acarrea al arrepentimiento genuino y el descubierto del principio de Mat.
10:39: El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
No hay esperanza verdadera—ni vida—en ningún otro lugar.
Algunas doctrinas erróneas en este artículo:
Doctrina del pecado:
Nombra pecado “enfermedad”
Falta entender la depravación total. Cree que el hombre es básicamente bueno.
Doctrina de la naturaleza humana:
Tricotomía funcional o tácita: Negando que el problema es espiritual (y sabiendo que no es
físico), relega el problema a una supuesta tercera aspecto de la persona, lo cual puede tener
“complejos de inferioridad” que necesitan el tratamiento de un profesional “psicólogo.”
Doctrina de la imagen de Dios en el hombre
Falta mantener la responsabilidad humana, o entender que por designio, el hombre refleja a
Dios. Es decir sus acciones son morales (evaluadas moralmente) siempre. Nunca deja de ser
responsable por sus acciones. No ser responsable sería no ser una criatura moral, entonces no
sería la imagen de Dios, resultando en que no sería hombre.
Presente al hombre como pasivo, moldeado por las circunstancias. Pero siendo un agente
moral, el hombre es activo. La perspectiva pasiva se escucha en frases tales como: “... no es
una persona mala, sino una persona con base inadecuada en las cosas que aseguran la
estabilidad emocional” (p. 52) y “un ambiente de sinceridad y buenas relaciones fraternales
produce personas sanas” (p. 52).
49
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Sed Santos
(Capítulo 8, abreviado, de La santidad de Dios, por R.C. Sproul (Miami: Editorial Unilit, 1991)
Los cristianos en la iglesia primitiva eran llamados santos. Desde aquel tiempo la palabra
santo ha sufrido fuertes cambios en nuestro vocabulario. Ahora la
palabra santo conjura imágenes de una persona superjusta, una persona de piedad
extraordinaria y de poder espiritual. La Iglesia Católica Romana la ha transformado en un
titulo para aquellos que han sido canonizados dentro de una lista especial de héroes y de
heroínas espirituales.
La Biblia usa la palabra santo para el creyente común. En el Nuevo Testamento todo el
pueblo de Dios posee el titulo de santo. La palabra significa simplemente "uno que es
santo". Los cristianos del Nuevo Testamento eran los santos. Parece extraño que el
término se usara para creyentes que estaban luchando contra toda clase de pecado.
Cuando leemos las epístolas de Pablo, nos asombra el hecho de que se dirige a la gente
como santos y luego a continuación los reprende por su conducta tonta y pecaminosa.
Los santos de la Escritura eran llamados santos no porque ya fueran puros, sino porque
eran personas apartadas y llamadas a la pureza. La palabra santo tiene el mismo
significado cuando se aplica a hombres y cuando se aplica a Dios. Recordamos que
cuando la palabra santo se usa para describir a Dios, primero llama la atención a ese
sentido en el cual el es diferente o separado de nosotros, y segundo llama la atención a su
absoluta pureza. Pero no somos Dios; no somos transcendentes; ciertamente no somos
puros. ¿Cómo, entonces, puede la Biblia llamarnos "santos"?
Para responder a esa pregunta debemos mirar atrás al Antiguo Testamento. Cuando Dios
sacó a Israel de la esclavitud en Egipto y los hizo una nación especial, los aparto. Los
llama su pueblo escogido y les dio una comisión especial. Les dijo: "Sed santos, como yo
soy Santo".
Este llamado especial a Israel realmente no era nuevo. No comenzó con Moisés o aun con
el padre Abraham. El llamado a la santidad fue dado primero a Adán y a Eva. Esta fue la
tarea original de la raza humana. Fuimos creados a la imagen de Dios. Ser la imagen de
Dios significaba, entre otras cosas, que fuimos hechos para reflejar como en un espejo el
carácter de Dios. Fuimos creados para hacer brillar ante el mundo la santidad de Dios.
Este era el fin principal del hombre, la razón misma para su existencia.
Un gran problema que tuve en mi juventud fue que no entendía muy bien la diferencia
entre felicidad y placer. …He cometido muchos pecados en mi vida. Ni uno solo de mis
pecados jamás me ha hecho feliz. Ninguno ha agregado jamás ni un solo gramo de
felicidad a mi vida. Por el contrario, el pecado ha agregado abundancia de infelicidad a mi
vida.
Mis pecados no me han traído felicidad. Pero mis pecados me han traído placer. Me gusta
el placer. Aun me siento muy atraído hacia el placer. EI placer puede ser muy divertido. Y
no todos los placeres son pecados. Se encuentra mucho placer dentro de la rectitud. Pero
la diferencia aun está allí. El pecado puede ser placentero, pero nunca trae felicidad.
Ahora bien, si yo entiendo todo esto, ¿por qué me sentiría alguna vez tentado a pecar?
Parece necio que cualquiera que conoce la diferencia entre felicidad y placer continúe
cambiando felicidad por placer. Parece totalmente estúpido que una persona haga algo
50
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
que sabe que le va a robar su felicidad. No obstante lo hacemos. El misterio del pecado es
no solo que es malvado y destructivo sino que es tan absolutamente estúpido.
Nuestro problema es que hemos sido llamados a ser santos, y no somos santos. No
obstante, la pregunta se levanta otra vez, ¿si no somos santos por qué la Biblia nos llama
"santos"? La Biblia nos llama "los santos" por dos razones: primero somos santos porque
hemos sido consagrados a Dios. Hemos sido apartados. Hemos sido llamados a una vida
que es "diferente". La vida cristiana es una vida de desconformidad. La idea de
desconformidad está expresada en Romanos:
"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No
os conforméis a este siglo, sino transformaos por media de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta" (Romanos 12:1-2).
En el Antiguo Testamento, la adoración se centraba alrededor del altar con las
presentaciones de sacrificios ofrecidos a Dios. En su mayor parte, estos sacrificios de
animales y de granos diversos eran ofrendas por el pecado. Los sacrificios de animales en
sí mismos no tenían poder para expiar los pecados. Eran símbolos que apuntaban hacia
adelante, al único gran sacrificio que se haría en la cruz. Después que el Cordero perfecto
fue muerto, los sacrificios en el altar cesaron. La iglesia cristiana ya no incluye sacrificios
de animales porque no necesita de tales sacrificios. Ofrecerlos ahora sería insultar la
perfección del sacrificio de Cristo.
Porque los días de los sacrificios de animales terminaron, muchos suponen que todos los
sacrificios ofrecidos a Dios son aborrecibles para el. Eso simplemente no es verdad. Aquí
el apóstol Pablo llama a una nueva clase de sacrificio, un sacrificio vivo de nuestros
cuerpos. Debemos dar no nuestros granos o nuestros animales, sino que debemos darnos
a nosotros a Dios. Este nuevo sacrificio no es un acto de expiación; tampoco es una
ofrenda por el pecado. El sacrificio de nuestros cuerpos a Dios es una ofrenda de
agradecimiento. Sigue a la expresión de Pablo así que.
Cuando vemos la expresión así que en el texto de la Escritura, inmediatamente somos
alertados de que viene una conclusión. La expresión así que une lo que ha sido dicho
previamente con la conclusión a la que se está por arribar. En Romanos 12, "así que"
vuelve atrás a todo lo que el apóstol ha expresado en los capítulos previos, que describen
la obra salvadora de Cristo a nuestro favor. Nos lleva hacia la única conclusión apropiada
que podemos sacar de su obra. A la luz de la justificación por gracia que Cristo ha logrado
para nosotros, la única conclusión razonable a la que podemos llegar es que deberíamos
presentamos a nosotros mismos totalmente a Dios como sacrificios vivos, que caminan,
que respiran.
¿Cómo es el sacrificio vivo? Primero, Pablo lo describe en términos de desconformidad.
"No os conforméis a este siglo". Aquí está el punto donde muchos cristianos se han
extraviado. Es claro que debemos ser desconformes. Pero es difícil entender precisamente
que clase de desconformidad se demanda. La desconformidad es un asunto que se presta
a confusión y puede ser fácilmente reducido a la superficialidad.
Es una tragedia que el tema de la desconformidad haya sido tratado por los cristianos a un
nivel poco profundo. La forma simplista de ser desconforme es ver lo que está de moda en
51
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
nuestra cultura y luego hacer exactamente lo contrario. Si está en boga el cabello corto, los
desconformes usan cabello largo. Si es popular ir al cine, entonces los cristianos evitan las
películas como algo "mundano". El caso extremo se puede ver en las sectas que se niegan
a usar botones o a usar la electricidad porque tales casas también son mundanas.
Un estilo superficial de desconformidad es la clásica trampa farisaica. EI reino de Dios no
tiene nada que ver con botones, películas o baile. La preocupación de Dios no está
focalizada sobre lo que comemos o lo que bebemos. EI llamado a la desconformidad es un
llamado a un nivel más profundo de justicia, que va más allá de lo externo. Cuando la
piedad se define exclusivamente en términos de lo externo, se ha perdido todo el propósito
de la enseñanza del apóstol. De alguna manera hemos fracasado en escuchar las
palabras de Jesús de que no es lo que entra a la boca del hombre lo que contamina al
hombre, sino lo que sale de su boca. Todavía queremos hacer del reino un asunto de
comida y bebida.
¿Por qué tales distorsiones son tan excesivas en círculos cristianos? La única respuesta
que puedo dar es el pecado. Nuestras marcas de piedad pueden en realidad ser
evidencias de impiedad. Cuando agrandamos las menudencias e inflamos las cosas sin
importancia fuera de proporción, imitamos a los fariseos. Cuando hacemos del baile y del
cine la prueba de espiritualidad, somos culpables de sustituir con una moralidad barata la
genuina. Hacemos estas cosas para oscurecer los temas más profundos de la justicia.
Cualquiera puede evitar el baile o el ir al cine. Estas casas no requieren gran esfuerzo de
valor moral. Lo que es difícil es controlar la lengua, actuar con integridad, manifestar el
fruto del Espíritu.
Nunca en mi vida he oído un sermón sobre la codicia. He oído suficientes sermones sobre
los males del whisky, pero ninguno sobre los males de la codicia. Extraño. Tengan por
seguro que la Biblia declara que la ebriedad es pecado, pero nunca estuvo entre los diez
capitales. ¡La prohibición de la codicia es uno de los diez mandamientos! Un verdadero
desconforme es una persona que deja de codiciar; deja de chismorrear; deja de calumniar;
deja de odiar y de sentir amargura; comienza practicar el fruto del Espíritu.
Jesús reprendió a los fariseos por su preocupación por cosas externas:
"iAy de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo
y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe Esto
era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. iGuías ciegos, que coláis el mosquito,
y tragáis el camello!" (Mateo 23: 23-24).
Jesús reprendió a los escribas y los fariseos por descuidar asuntos de peso y
sobreenfatizar asuntos menores. Vio el tema no como una cuestión de optar por esto o lo
otro, sino de ambas cosas. Los diezmos debían ser pagados, pero no como un sustituto de
prestar gran cuidado a cuestiones de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Los fariseos
se ocuparon de los asuntos visibles, externos y superficiales de la piedad, pero
descuidaron las cosas espirituales que son más altas.
Cualquiera puede ser un desconforme por el hecho de serlo. Otra vez quiero enfatizar que
esta es una piedad barata. A lo que en última instancia somos llamados es algo más que
desconformidad; somos llamados a transformación. Notamos que las palabras conformar y
transformar ambas contienen la misma palabra, forma, como raíz. La única diferencia entre
las dos palabras se encuentra en los prefijos. Debido al prefijo con, la palabra conformar
52
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
significa estar "con las estructuras o con las formas". En nuestra cultura un conformista es
alguien que está "con ella". Si la meta del cristiano es estar "fuera de ella", entonces me
temo que hemos tenido un éxito pleno.
El prefijo trans significa "a través" o "más alIá". Cuando somos llamados a ser
transformados, significa que debemos elevarnos por encima de las formas y de las
estructuras de este mundo. No debemos seguir la guía del mundo, sino que debemos
atravesarlo y elevarnos por encima de el hacia un llamado y estilo más altos. Este es un
llamado a una excelencia trascendente, no un llamado a un desaliñado a mantenernos
fuera del mundo. El cristiano que se da a sí mismo como un sacrificio vivo y ofrenda su
adoración de esta manera, es una persona con un alto nivel de disciplina. No se satisface
con formas superficiales de justicia. EI "santo" es llamado a una búsqueda rigurosa del
Reino de Dios. Es llamado a la profundidad en su comprensión espiritual.
EI método clave que Pablo subraya como el medio para una vida transformada es a través
de la "renovación del entendimiento". Esto significa nada más y nada menos que
educación. Educación seria. Educación en profundidad. Educación disciplinada en las
cosas de Dios. Esto demanda un dominio de la Palabra de Dios. Necesitamos ser
personas cuyas vidas han cambiado porque nuestros entendimientos hayan cambiado.
La verdadera transformación viene al ganar una nueva comprensión de Dios, del hombre y
del mundo. Lo que perseguimos en última instancia es conformarnos a la imagen de
Cristo. Debemos ser como Jesús, aunque no en el sentido de que alguna vez obtengamos
la deidad. No somos hombres-dioses. Pero nuestra humanidad debe retratar y reflejar la
humanidad perfecta de Jesús. ¡Una orden elevada!
Para conformarnos a Jesús primero tenemos que comenzar por pensar como Jesús.
Necesitamos la "mente de Cristo". Necesitamos valorar las cosas que el valora y
despreciar las que el desprecia. Necesitamos tener las mismas prioridades que él tiene.
Necesitamos considerar importantes las cosas que él considera importantes.
Eso no puede ocurrir sin un dominio de su Palabra. La llave del crecimiento espiritual es la
educación cristiana en profundidad, que requiere de un serio nivel de sacrificio.
Ese es el llamado a la excelencia que hemos recibido. No debemos ser como el resto del
mundo, contentos con vivir nuestras vidas con una comprensión superficial de Dios.
Debemos crecer insatisfechos con la leche espiritual y hambrientos de carne espiritual.
Ser santo significa estar separado. También significa más que eso. EI santo debe ser uno
que está en un proceso de santificación vital. Debemos ser purificados diariamente en una
búsqueda creciente de la santidad. Si somos justificados, también debemos ser
santificados.
Mi frase latina para este libro está tomada prestada de Martín Lutero. Es una frase que
Lutero usaba para llamar la atención sobre la situación del pecador justificado. Simul justus
et peccator.
¡Qué frase fantástica! Es una de mis favoritas de todos los tiempos. Ahora todo lo que
tenemos que hacer es imaginarnos lo que significa. Miremos la palabra por palabra:
Simul—esta es la palabra latina de la que nuestra palabra castellana simultáneo deriva.
Significa: "al mismo tiempo". Justus—esta es fácil. Es la palabra latina de la que viene el
término justo, como en justicia. Et …et es el termino latino para la conjunción "y". La
53
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
palabra peccator es probablemente la más familiar para nosotros. Es la palabra latina para
pecador. Entonces las ponemos todas juntas y veamos que obtenemos: simul justus et
peccator—"al mismo tiempo justo y pecador". Eso es lo que un santo es, una persona que
es al mismo tiempo justa y pecadora.
Que un santo es sin embargo un pecador, es obvio. ¿Cómo puede entonces ser justo? El
santo es justo porque ha sido justificado. No es justo en y de sí mismo. Es hecho justo a la
vista de Dios por la justicia de Cristo. Esto es lo que significa la justificación por la fe.
Cuando ponemos nuestra confianza personal para nuestra salvación en Cristo y sólo en él,
entonces Dios transfiere a nuestra cuenta toda la justicia de Jesús. Su justicia llega a ser
nuestra cuando creemos en él. Es una transacción legal. La transferencia de la justicia es
como una transacción contable en la que no se intercambia ninguna propiedad tangible. Es
decir que Dios pone la justicia de Jesús en mi cuenta mientras yo sigo siendo pecador.
Esto suena como un fraude, como si Dios jugara juegos judiciales. Nos cuenta como justos
aun cuando en y de nosotros mismos no somos justos. ¡Pero este es el evangelio! Estas
son las buenas nuevas, que podemos llevar una cuenta de justicia perfecta delante del
trono del juicio de un Dios justa y santo. Es la justicia de Cristo la que llega a ser nuestra
por fe. No es un fraude ni mucho menos un juego. La transacción es real. La declaración
de Dios es seria. La justicia de Cristo es realmente colocada en nuestra cuenta. Dios nos
ve como justos porque hemos sido cubiertos y vestidos de la justicia de Jesús. No es
simplemente que Jesús paga nuestras deudas en nuestro lugar por su muerte. Su vida es
tan importante para nosotros como su muerte. No solo que nuestros pecados, nuestras
deudas, y nuestra falta de meritos son llevados por Cristo, sino que su obediencia, sus
cualidades y sus méritos nos son dados. Esa es la única manera en que una persona
injusta puede alguna vez pararse en la presencia de un Dios justo y santo.
Este concepto de una transferencia de justicia está cargado de peligro. Se confunde con
facilidad y se abusa gravemente de él. Algunas personas suponen que si alguien cree en
Cristo, nunca tiene que preocuparse por cambiar su vida. La justificación por la fe puede
ser vista como una Iicencia para pecar. Si tenemos la justicia de Cristo, ¿por qué
deberíamos preocuparnos por cambiar nuestros caminos pecaminosos? Ya que nuestras
buenas obras no nos pueden llevar al cielo, ¿por qué tendríamos que preocuparnos por
ellas en absoluto? Tales preguntas nunca deben pasar por los labios de una persona
verdaderamente justificada.
Cuando Lutero declaró audazmente la doctrina bíblica de la justificación sólo por la fe, dijo:
"La justificación es solo por la fe, pero no por una fe que está sola". Santiago ya lo había
dicho antes de una manera diferente. Dijo que "la fe sin obras es muerta". La fe verdadera,
o la fe salvadora es lo que Lutero llama una fides viva (iuy! lo hice otra vez), una "fe viva".
Es una fe que inmediatamente produce los frutos del arrepentimiento y la justicia. Si un
hombre dice que tiene fe, pero no tiene obras, es clara evidencia de que la fe no es
genuina. La fe verdadera siempre produce una concordancia con Cristo. Si una persona
experimenta la justificación, entonces a continuación viene seguramente la santificación.
Pero si no hay santificación, esto significa que jamás hubo justificación.
En el instante en que creemos, somos inmediatamente justificados. Dios no espera
nuestras buenas obras antes de declararnos justos. Todavía somos pecadores, cuando
viene la declaración.
54
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
¿Cuánto tiempo pasa antes que el pecador comience a purificarse? La respuesta es nada.
No hay ningún lapso de tiempo entre nuestra justificación y el comienzo de nuestra
santificación. Pero hay un gran lapso de tiempo entre nuestra justificación y el
completamiento de nuestra santificación.
Lutero usa una analogía simple para explicarlo. Describía la condición de un paciente con
una enfermedad mortal. El doctor indicó que tenia la medicina que seguramente lo
curaría. En el instante en que la medicina fue administrada, el medico declaró que el
paciente estaba bien. En aquel momento, el paciente todavía estaba enfermo, pero tan
pronto como la medicina atravesó sus labios y entro en su cuerpo, el paciente empezó a
ponerse bien. Así es con nuestra justificación. Tan pronto como creemos verdaderamente,
en aquel mismo instante comenzamos a mejorarnos; el proceso de llegar a ser puros y
santos está en camino y su completamiento futuro es cierto.
Ser espiritual tiene un solo propósito real. Es un medio para un fin, no un fin en sí mismo.
La meta de todo ejercicio espiritual debe ser la meta de la justicia. Dios nos llama a ser
santos. Cristo establece la prioridad de la vida cristiana: "Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". La meta es la justicia.
¿Cómo podemos saber si nos estamos moviendo hacia adelante en nuestra búsqueda de
la justicia? ¿Cómo podemos saber si estamos haciendo un progreso real en nuestro
llamado a ser santos? La Biblia arroja luz sobre estas preguntas. El hombre justo se
conoce por sus frutos. Es una persona que llega a ser santa por el poder santificador del
Espíritu Santo que obra en él y sobre él. El Espíritu Santo sabe lo que es la santidad. Se
llama Espíritu Santo no solo porque es santo en sí mismo, sino porque está trabajando
para producir santidad en nosotros.
Los frutos de la justicia son aquellos que son ejercitados en nosotros por el Espíritu Santo.
Si queremos ser santos, si tenemos un hambre real de justicia, entonces debemos enfocar
nuestra atención en el fruto del Espíritu Santo.
El fruto del Espíritu Santo es presentado a nosotros en contraste rígido con el fruto de
nuestra naturaleza pecaminosa:
"Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5:19-21).
En este pasaje Pablo hace eco a la advertencia de Jesús acerca de la pérdida del Reino
de Dios. La gente cuyas vidas se caracterizan por los estilos mencionados arriba no
heredará el Reino de Dios. Esto no quiere decir que cualquier pecado que cometamos
significara perder el derecho al cielo. Pablo está hablando de un estilo de vida que se
caracteriza habitual y uniformemente por los vicios mencionados. Notamos que se habla
tanto de pecados externos como de internos. Se incluyen tanto los pecados del cuerpo
como los del corazón.
Los pecados registrados pueden ser escritos como pecados burdos y atroces. El Nuevo
Testamento reconoce grados de pecados. Algunos pecados son peores que otros. Este
punto importante es frecuentemente pasado por alto por los cristianos. Los protestantes
55
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
particularmente luchan con el concepto de gradaciones o grados de pecado. Esto es en
parte debido a una reacción contra la idea católico romana de dos clases de pecados.
Tendemos a pensar que el pecado es pecado y que ningún pecado es más grande que
otro. Pensamos en la enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte de que codiciar a una
mujer es ser culpable de adulterio. Nos damos cuenta de que la Biblia enseña que si
pecamos contra un punto de la ley pecamos contra toda la ley. Estas dos enseñanzas
bíblicas pueden fácilmente confundirnos acerca de los grados de pecado.
Cuando Jesús dijo que codiciar es violar la ley contra el adulterio no dijo, ni tampoco
implico, que codiciar es tan malo como al acto consumado del adulterio. Su punto era que
la medida total de la ley prohibía más que el acto real del adulterio. La ley tiene una
aplicación más amplia. Los fariseos pensaban que porque ellos nunca cometían el acto
concreto del adulterio, estaban libres de pecar en contra de la ley. Suponían que si
realmente se refrenaban de matar a la gente era suficiente para guardar la ley contra el
homicidio. No eran capaces de ver que la ira injusta y el odio también estaban incluidos en
el significado más amplio de la ley contra el homicidio.
Jesús enseñó que odiar es un pecado contra la vida de otra persona. EI odio viola a la
gente. No es tan severo como el asesinato concreto, pero de todos modos es un pecado.
EI más pequeño de los pecados involucra un pecado contra toda la ley. La ley es la
medida de la santidad para nosotros. En nuestra más leve transgresión pecamos contra
esa medida; violamos el llamado a la santidad. Repito, eso no implica que cada pecado
sea tan inicuo como cualquier otro. Jesús habló repetidamente de grados de castigo en el
infierno, así como de aquellos cuya culpa era mayor que la de otros.
La idea de gradaciones de pecado es importante para que nosotros la tengamos en mente,
de manera que entendamos la diferencia entre pecado y pecado grave. Vuelvo a decir,
todos nuestros pecados requieren de perdón. Todos nuestros pecados son actos de
traición contra Dios. Necesitamos un Salvador para nuestros "pequeños" pecados así
como para los mayores. Pero algunos son más significantes que otros y necesitamos
identificar cuales son, para que no caigamos en la trampa farisaica de especializarnos en
pecados de importancia secundaria.
Consideren la atención dada al problema del sobrepeso en la sociedad norteamericana.
…Sabemos que la obesidad es un problema de salud de primer orden. También sabemos
que la glotonería es un pecado. …Pero el énfasis de la preocupación norteamericana por
la delgadez no está tanto fijado en la salud o en la glotonería como en un punto de vista
basado en cuestiones estéticas. Queremos estar delgados para lucir mejor… lnvertimos
poco dinero para controlar el problema de la calumnia. Tal vez es porque algunas cosas
son más difíciles de controlar que el peso. Algunos han dominado el arte de controlar el
apetito. Nadie ha dominado el arte de controlar la lengua.
El fruto del Espíritu produce las virtudes que reconocemos en las personas piadosas.
Consideren el fruto que Pablo menciona:
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22-23a).
Estas son las características de una persona que está creciendo en santidad. Estas son
las virtudes que somos llamados a cultivar. Para producir el fruto del Espíritu, debemos
practicar el fruto del Espíritu. El Espíritu está trabajando dentro de nosotros para
56
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
ayudarnos a practicar el fruto del Espíritu, pero somos llamados a esforzamos con todo
nuestro ser para dar este fruto.
En esta lista del fruto del Espíritu, el apóstol nos da una receta para nuestra santificación.
A todos nos gusta aprender cosas en diez lecciones fáciles. No hay nada fácil en llegar a
ser santo. No obstante, la Biblia si nos hace fácil saber como es la santidad. El fruto del
espíritu, allí es donde nuestra mira debe estar. Pablo nos lo simplifica. Agrega las
siguientes palabras a su lista de virtudes que abarca el fruto del Espíritu:
"Contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne
con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el
Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros" (Gálatas 5:22b-26).
57
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
Permaneciendo Libres en Cristo como Verdaderos HIJOS del Padre
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se
sometan nuevamente al yugo de esclavitud. Gá 5:1
Se habla de la brecha entre lo que sabemos como cristianos, y cómo vivimos la vida diaria.
Al observarnos, no siempre parece que vivamos como si realmente creyéramos lo que
decimos que creemos. En un sentido, toda la vida cristiana es un proceso de cerrar esta
brecha, de vivir más de acuerdo con lo que creemos, o creer más consistentemente lo que
profesamos. En términos teológicos podemos decir que el desafío de la santificación es el
de vivir de acuerdo con la identidad nueva recibida por la justificación. Hace unas décadas,
Jack Miller señaló que en lugar de vivir de acuerdo con la realidad de nuestra justificación
en Cristo, tendemos a regresar a la manera anterior de vivir “bajo la ley” (salvación por
obras) como se describe en Gálatas. Vivimos como personas que han olvidado de la
gracia, que todavía tienen que justificarse a sí mismas, como si fueran “huérfanos
espirituales.” Para ayudarnos a vivir como libres y justificados, Miller enfatizó nuestra
adopción como hijos de Dios, con todos los privilegios que se atañan a este nuevo estatus.
Sus enseñanzas se conocen como el curso de discipulado intensivo “Sonship”15 que se
enseña y se distribuye por la organización que él fundó, World Harvest Mission.16
Se pregunta, “¿Qué hay tan diferente en Sonship?” y sus autores contestan directamente
“Teológicamente, nada.” Su chiste es en hacer las conexiones explícitas entre la fe y la
vida real. Socava y pone al descubierto las creencias profundas acerca de Dios y nosotros
para aplicar el evangelio a ellas. Se trabaja con los detalles concretos de tu propia vida y
tus relaciones. Resulta ser un estudio transformador para muchos creyentes.
Según un poniente del tema,17 una manera muy práctica de saber si tú estás viviendo
“por obras” o “por gracia” es respondiendo a las preguntas: ¿Te glorías en el evangelio
cada día? ¿Dónde está tu fe hoy? ¿Estás confiando activamente sólo en Cristo como
tu esperanza para la vida y como la fuente de la bendición de Dios? Si no estás
confiando en la gracia de Jesucristo, estás confiando en otra cosa. Puedo decir que
sólo confío en Cristo, pero ¿Me estoy mintiendo a mi mismo? Sonship es diseñado para
profundizar este asunto.
El curso es exigente, profundo y largo (dura un año) y por ende no puedo incluir todo aquí.
Sin embargo, ofrezco traducciones de (1) los cuatro puntos principales del curso, tomado
de su introducción, y (2) las descripciones de personas que viven como “huérfanos”
contrastadas con descripciones de creyentes que están viviendo como verdaderos hijos de
Dios.
Resumen de los cuatro puntos principales del curso de Sonship18:
Se refiere a las características de la relación de ser hijo, específicamente con respecto a su padre. La palabra en inglés
es poco común especialmente fuera de círculos cristianos, y me parece que no existe una buena traducción de este
concepto.
16
http://www.whm.org/sonship.shtml.
17
John Julián en una conferencia impartida en el Seminario teológico Presbiteriano San Pablo, el 17 agosto, 2004.
18
http://www.whm.org/pdf/Sonship%20Intro.pdf
15
58
Antropología Teológica
Natalie Carley, 2006
1. ¡Alégrate! ¡El evangelio es muchísimo mejor de lo que te puedes imaginar!
El evangelio es la buena nueva más maravillosa que pudieras escuchar. Se trata del
poder de Jesucristo para transformar nuestras vidas. A través de Él, recibimos una
nueva identidad. Nuestros fracasos ya no nos definen, así que no tenemos que
escondernos de nuestro pecado y fingir que no pecamos. Recibir y descansar en las
verdades del “evangelio de la gracia de Dios” (Hch 20:24) resulta en una vida cristiana
de gozo, paz, libertad y amor (Gá 5:6).
2. ¡Alégrate! ¡Eres peor de lo que te puedes imaginar!
Uno de los grandes obstáculos al crecimiento espiritual y relaciones sanas es el
fingimiento—pretendiendo que no luchemos con una multitud de pecados y una creencia
general que somos mejores que otras personas. Necesitamos orar, “Examíname, oh
Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí
camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Sal 139:23-24). Es Espíritu nos
muestra nuestro pecado y utiliza a otras personas para hacerlo. La meta es vivir una
vida de arrepentimiento y fe, reconociendo en cuáles maneras hemos confiado en
alguien o algo aparte de Cristo por la vida, felicidad, seguridad, amor, etc.
3. ¡Alégrate! ¡El Espíritu Santo obra en tu debilidad!
A menudo pensamos que nos falta poder para cambiar nuestras vidas y relaciones. Sin
embargo, hay poder más que lo suficiente disponible, porque el mismo poder que
levantó a Jesús de los muertos está obrando en nosotros (Ef 1:19-20). El Espíritu obra a
través del arrepentimiento y la fe. Es más, el poder del Espíritu se manifiesta en
nuestras vidas a través de nuestra debilidad (2 Cor 12:9; 13:4). Lo experimentamos
cuando dejamos de confiar en nuestra propia justicia y fuerza y dejamos de tratar
controlar la vida.
4. ¡Alégrate! ¡El Reino de Dios es más maravilloso de lo que te puedes imaginar!
El reino de Dios se trata de la renovación, restauración y reconciliación de todas las
cosas, en que participamos. Se trata de libertad de todo señor sino Jesús, perdón, el
vencimiento de Satanás, compasión por los pobres y afligidos, usando nuestros dones y
recursos para el bien de otros. Predicar el evangelio es predicar el reino que es buenas
nuevas para todas las naciones (Ro 14:17).
Incluyo las siguientes descripciones de la mentalidad de un hijo adoptado versus las de
“huérfanos espirituales,” porque creo que son muy astutas. Creo que todos podemos
admitir pensar o haber pensado en algunas de las maneras al lado de “huérfano,” que se
relaciona con Dios en base con lo que él hace (Ley), aunque no nos atreviéramos
expresarlos en palabras. El mero hecho de poner los pensamientos en palabras nos ayuda
a identificar faltas de fe y confesarlas. Al leer las descripciones al lado de hijos, nos da una
mejor idea de cómo se ve el blanco hacia lo cual crecemos, es decir, cómo se ve una
persona que descansa en la justicia y el perdón de Cristo. Provee una descripción práctica
de la fe vivida.
59
Antropología Teológica
Huérfano
No os dejaré huérfanos (Jn 14:18)
Se siente solo. Le falta vitalidad diaria en su
relación con Dios. Está lleno de
preocupación consigo mismo.
Está ansioso por cosas tales como
relaciones, dinero y salud. No está contento.
Vive con base en sus éxitos y fracasos,
enfocado en resultados, bajo un sentido de
obligación ilimitado. Tiene que “verse bien”
y “estar en lo correcto”. Trata demasiado
de complacer a otros.
Se siente condenado, culpable e indigno
ante Dios y los demás.
Natalie Carley, 2006
Hijo de Dios
habéis recibido el espíritu de adopción, por el
cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8:15)
Tiene un sentido creciente de seguridad que
Dios verdaderamente es su Padre que le ama.
Poco a poco está siendo liberado de la
ansiedad.
Está aprendiendo a vivir diariamente en unión
con Dios. Sin temor. No necesita tener una
lista de sus logros para vanagloriarse,
defenderse o protegerse.
Se siente amado, perdonado y totalmente
aceptado porque sabe que está cubierto por los
méritos de Cristo.
Confía menos en sí mismo y más en el
Espíritu Santo que mora en él—su
dependencia en el Espíritu es diaria, conciente.
Experimenta el gozo del Señor como su
fuerza para hacer Su voluntad.
Se esfuerza por hacer las cosas pero
depende de sus propios dones y habilidad
de “solucionar las cosas” (“todo depende de
mí”). Siente una carga mortal de obligación
de producir la energía para vivir la vida
cristiana. Tiene poca fe y mucho temor…
…O se desprecia, está desanimado, vencido. Diariamente confía que Dios está cumpliendo
con Su plan en su vida ahora y que este plan
está basado en amor y es bueno.
Tiene una vaga idea de que Dios está
Confianza en que Dios es bueno, Dios le ama
trabajando de un modo general, pero con
y está trabajando en su vida personalmente,
poca o ninguna confianza de que Él
guiándole cada vez más hacia el cumplimiento
específicamente le lleva de la mano para
de Sus propósitos…
dirigir cada aspecto de su vida.
Es rebelde. Resiste la autoridad. Duro de
Tiene la fortaleza necesaria para someterse a
corazón. No se deja enseñar.
otros. Corazón moldeable (contrito y
humillado). Es enseñable.
Es defensivo. No tolera las críticas. Se
Dispuesto a escuchar críticas porque está
eriza ante el cargo de que es engreído (auto- consiente de su unión con Cristo y confía en la
justicia). Tiene que tener la razón. Solo
perfección de Cristo. Puede examinar su
puede recibir elogios.
incredulidad.
No está dispuesto a fracasar.
Puede tomar riesgos y fracasar porque sabe que
su justicia está en Cristo.
Su actitud es “Yo puedo hacerlo solo”.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Carácter independiente y ambicioso.
Tiende a ser ingrato. Se queja mucho, es
Confía en el Espíritu Santo para guiar su
rencoroso y criticón. Ataca a los demás.
lengua. Edifica, es agradecido, anima a los
demás.
60
Antropología Teológica
Tiende a ser negativo. Generalmente está
insatisfecho.
Chismea (habla sobre los pecados de otros).
Juzga a aquellos que le han hecho mal, o
que no viven de acuerdo a sus expectativas.
Tiene que criticar las cosas para sentirse
bien.
Tiende a comparase con otros lo que lo
lleva al orgullo o a la depresión.
Se siente sin poder para mortificar su
naturaleza pecaminosa. No tiene victoria
sobre sus pecados predilectos y ha perdido
el sentido de ser un gran pecador.
Cubre o niega el pecado porque cree que
“estar todavía tratando con el pecado” es
inaceptable. Teme que el pecado es más
poderoso que la capacidad del evangelio para
darle libertad.
Ora muy poco. La oración es su último
recurso. Hay veces que ora en público pero
casi nunca en privado.
Las promesas bíblicas de poder y gozo se
burlan de el.
Preocupado por engrandecer su record de
logros para que la gente lo note y para
defenderse.
Busca su satisfacción en posiciones de
prestigio o posesiones. Otras cosas fuera de
Cristo lo hacen sentir que es digno y que
vale la pena.
Le falta pasión para compartir el evangelio
ya que su vida cristiana no está caracterizada
por buenas nuevas. Tiende a ser motivado
por obligación o deber, no por amor.
Natalie Carley, 2006
No es ciego a lo malo pero elige enfocarse en
lo bueno y lo admirable.
Perdón hacia otros como un estilo de vida que
hace avanzar el reino de Dios en los corazones
de otros. Puede confesar sus pecados y
debilidades. Se da cuenta de que a menudo está
en lo incorrecto. Desea crecer.
Su confianza está en la justicia de Cristo y
no de la suya.
Su confianza en Cristo crece al igual que sus
victorias contra su naturaleza pecaminosa.
Se ve a sí mismo como un gran pecador.
Muestra honestidad y libre arrepentimiento
al tratar con su pecado, lo que resulta en el
conocimiento del perdón de Dios, lo que a su
vez le lleva a ver derrotado el pecado.
La oración es su primer recurso y una parte
vital de cada día, no solo para algunos
momentos en el día sino que le gusta hablar
con su Padre.
Las promesas bíblicas de poder y gozo
empiezan a describir su vida.
La justicia de Cristo es su record y allí se
encuentra completo. Jesús se convierte más y
más en el tema de sus conversaciones. Se goza
en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones; porque sabe
que “cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
Cristo es su alimento y bebida. Dios
verdaderamente satisface su alma. Cristo es su
más alto deseo en esta vida.
Quiere que los perdidos conozcan a Jesús de la
manera en la que él conoce a Cristo. Comparte
el evangelio aunque no tenga ninguna
obligación de hacerlo.
El siguiente cuadro muestra la perspectiva del “huérfano” versus la del hijo (y personas
entre los dos extremos) en varias categorías:
61
Antropología Teológica
Perspectiva
de
Dios
Pecado
Oración
Otros
Obediencia
Ministerio
Natalie Carley, 2006
Huérfanos
Confusión
Un juez austero, un sentir vago
de desaprobación.
Abuelo,
comprensivo pero
desconectado.
Mejor que los
demás, resignado
a fracaso, baja los
estándares.
Culpable, impotente,
deprimido, obligado a hacer
penitencia, defensivo.
Difícil, espera resultados
basados en obras y desempeño.
Vaga,
desenfocada, no
contestada.
Juicioso, controlador y
Egocéntrico,
desconfiado.
preocupado con
protegerse a sí
mismo.
Justo en tu propia estimación,
Debilidad parcial
siente una obligación sin límite, y “justificada,”
falta de gozo en obedecer, tiene indulgente,
que verse bien cueste lo que
descuidado.
cueste.
Independiente, confiado en sí
mismo, jactancioso.
Evasivo, incapaz
de perseverar.
Lo bueno = bendición
Lo malo = castigo
Supervivencia es
su única
expectativa, o
está adormecido
o huyendo
Sentimientos,
deseos y placeres
Sufrimiento
Motivación
Éxito (evitar fracaso), control,
reputación, observancia de la
ley para aprobación,
“sobrevivir”, no quiere ser vista
como una persona necesitada.
Su valor como persona lo ve
determinado por lo que él hace.
Hijos o Hijas
Un Padre amoroso quien le
acepta y le aprueba.
Perdonado y justo, libre para
arrepentirse (cambiar).
Entiende que hay un conflicto
con la carne, el mundo, y el
diablo, pero que no son más
poderosos que Cristo.
El primer refugio, pide que al
Padre cumpla Sus promesas.
Libre para amar, confiado del
poder del Espíritu Santo para
transformar no tan solamente a
él sino a los demás también.
Libre para dar pasos de fe en
nuevas áreas de obediencia
mientras va creciendo en su
entendimiento de los propósitos
del reino de Dios. Gozosamente
confiado del poder del Espíritu.
Cree que el Espíritu de Dios
trabaja a través de equipos para
avanzar Su reino.
Cree que Dios ordena su vida
para transformarle a la
semejanza de Jesús.
Gracia, el amor no merecido de
Dios
62