Download La polémica mente-cerebro. Dualismo y monismo
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EL DEBATE MENTE-CEREBRO EN LA ACTUALIDAD La polémica sobre la constitución del ser humano ha formado tradicionalmente parte de la antropología filosófica. Sin embargo, a partir del siglo XIX y gracias al avance de las distintas ciencias que estudian al ser humano (biología, antropología cultural, psicología etc…) se renovaron las teorías explicativas sobre la naturaleza de dicho ser vivo. Los descubrimientos de esas ciencias han servido para posibilitar una reflexión filosófica nueva sobre cuestiones debatidas desde la filosofía griega, por ejemplo, la relación mente-cuerpo. En torno a esta cuestión se han defendido en los dos últimos siglos diferentes teorías. A continuación resumimos las más conocidas y sugerentes. A) Dualismo interaccionista Es la tesis defendida por el neurofisiólogo John C. Eccles en el siglo XX. Sostiene que mente y cerebro son dos realidades distintas, ya que hay hechos que no pueden ser explicados sin apelar a una mente autoconsciente. Por ejemplo: el carácter unitario de las experiencias, la voluntariedad de la acción humana, la peculiaridad de la memoria humana etc… Según Eccles, la interacción entre lo físico y lo mental ocurre en la corteza cerebral. Desde aquí, propone la hipótesis de que, además de la estructura cerebral, hay otra realidad, denominada “sí mismo”, “psique” o “alma”, que es de naturaleza distinta al cerebro y no material, pero es la responsable del carácter único del ser humano.. En la actualidad, el dualismo (que fue la interpretación del ser humano dominante desde la filosofía griega –Platón, Aristóteles…- hasta la filosofía moderna -Descartes, Kant…-) se centra en la defensa de que cerebro y mente no son lo mismo. La mente se considera una realidad espiritual e inmaterial, que no puede reducirse a las conexiones nerviosas entre neuronas. Los estudios más recientes en medicina y neurología demuestran que determinadas alteraciones o lesiones cerebrales pueden modificar nuestra personalidad y nuestro comportamiento. Sin embargo, el problema que continúa sin resolverse de manera satisfactoria es el siguiente: ¿cómo puede el dualismo explicar o justificar esta implicación mente-cerebro? B) Monismo El monismo en general es la corriente que defiende el punto de vista contrario al dualismo. En concreto, el monismo materialista afirma que sólo hay una única realidad o sustancia que explica todo lo que es el ser humano, y que dicha realidad es de naturaleza material. Según esta corriente, la mente (lo que la tradición filosófica denominó “alma”) no existe. Dentro del monismo pueden diferenciarse dos escuelas distintas: 1ª. Monismo conductista: A principios del siglo XX se desarrolló en psicología una corriente denominada conductismo, que considera que la psicología debe limitarse única y exclusivamente a observar y describir hechos, es decir, conductas. Los conductistas, como Watson, Pavlov o Skinner, entienden por conducta “el conjunto de respuestas dadas por un organismo frente a determinados estímulos del medio”. La psicología debía actuar como una ciencia natural, siendo su objetivo describir, predecir y controlar la conducta del individuo, no teniendo en cuenta para nada la posible existencia de estados mentales. El conductismo trata de reducir todos los fenómenos psicológicos al esquema “estímulo-respuesta”. Cualquier forma de comportamiento debe ser analizada como una cadena de respuestas fisiológicas simples que pueden ser observadas y medidas. Los procesos que ocurren en la “caja negra” de la mente entre el estímulo y la respuesta no tienen ningún interés para el psicólogo, que debe obviarlos o directamente negarlos, dado que es posible explicar la totalidad de la conducta sin referirse a esos supuestos estados mentales. 2ª. Reduccionismo fisicalista o teoría de la identidad: Sostiene que las actividades mentales son meros procesos fisicoquímicos o neurofisiológicos del cerebro. Dado que son físicos, puede decirse que la mente se reduce o se identifica con lo físico. La interrelación mete-cerebro ya no es un problema, pues los “estados mentales” desaparecen y se reducen al ámbito físico, por lo tanto, no existe ningún misterio en la conducta humana. Para los defensores de esta postura, el cerebro es entendido como un ordenador muy complejo, resultado de la evolución biológica producida a través del largo proceso de hominización. Esta afirmación permitió a Alan Touring definir al ser humano como “un autómata consciente”. Autores como el español Ferrater Mora o Paul Feyerabend han defendido esta posición en las últimas décadas. Quienes la critican la denominan “reduccionismo fisicalista” porque al reducir los fenómenos mentales a procesos físicos entienden que se comente una simplificación excesiva a la hora de explicar algo tan complejo como la conducta humana. C) Más allá del dualismo y del monismo Debido a las insuficiencias que presentan el dualismo y el monismo, han ido apareciendo explicaciones sobre la relación mente-cuerpo que pretenden superar dichas deficiencias. Dos son las más destacadas: funcionalismo y emergentismo. 1ª. Funcionalismo: Esta teoría no reduce los procesos mentales a procesos neurofisiológicos (como hace la teoría de la identidad), puesto que considera que un fenómeno o proceso mental no se define por la materia de la que está hecho, sino por la función que desempeña. Así, un reloj (sea de arena, mecánico o digital) sigue siendo reloj porque desempeña la misma función (señalar el paso del tiempo), independientemente del material del que esté construido. Del mismo modo, lo que define un proceso mental como “creer”, “recordar” o “desear” no es la materia física que lo causa (neuronas, circuitos eléctricos…), sino la función que le atribuimos. 2ª. Emergentismo: Esta teoría toma las ideas que resultan más atractivas del monismo y del dualismo. Del primero acepta la idea de que el ser humano está formado por una única sustancia o realidad, que sería de naturaleza física. Sin embargo, esta única realidad produce propiedades de dos tipos: físicas y mentales. En otras palabras, los estamos mentales surgen o emergen de estados físicos, pero no se pueden identificar porque tienen propiedades diferentes. Es monista porque postula la existencia de una sola realidad, y es dualista porque defiende la existencia de dos tipos de propiedades con características distintas. 3ª. Interaccionismo emergentista: Teoría defendida en el siglo XX por el filósofo Karl Popper. Afirma la existencia de actos mentales y su esencial peculiaridad, con lo que se acerca al dualismo. Pero también afirma que la mente es un producto evolutivo emergente del cerebro, con lo que parece identificarse con posiciones monistas. Pero además sostiene que no todo lo real tiene que ser material, alejándose así del materialismo. También son reales aquellas entidades que no siendo estrictamente materiales pueden, sin embargo, interactuar con realidades materiales. Para Popper existen tres mundos o niveles de realidad que interactúan entre sí, y cuya suma conforma al ser humano: Mundo 1: compuesto por los cuerpos físicos observables, el único existente para un materialista Mundo 2: el mundo de los estados mentales, entre los que se incluyen los estados de conciencia (recuerdos, estados anímicos…), y los estados inconscientes Mundo 3: formado por el conjunto de los productos de la mente humana y al que pertenecen las historias, los mitos, las ciencias, las instituciones sociales, las obras de arte, el lenguaje…