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La identidad de Jesús a través de las fuentes árabe-islámicas.
Magíster Horacio Esteban Correa. Profesor Titular de Problemática del Mundo Actual,
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Universidad Abierta Interamericana.
RESUMEN
Jesús es considerado uno de los profetas del Islam, antecesor del enviado Mahoma. Su
identidad está fundamentada en los diversos nombres de honor que recibe Jesús en esta
gran tradición lingüística y religiosa del tronco abrahámico: mesías, profeta, enviado,
bendecido e hijo de María, entre otros. Un rasgo significativo de su singular identidad,
entendida ésta en la dimensión religiosa como el logro de propósitos y alcance de tabúes, es
que su “nasab”, nombre de origen o pertenencia en esta tradición, refiere a una mujer y no
a un hombre. En la tradición islámica Jesús es hijo de María y del ángel Gabriel (Ŷibrīl).
No son pocos los rasgos distintivos de Jesús como profeta del Islam, que incluso atañen a
su santa madre. Contrastes y afirmaciones emergen en este análisis respecto de la tradición
cristiana. Tomando como fuente el Corán, los “Ḥadīt” y los “Isrā᾽liyyāt” (pequeños cuentos
de carácter didáctico introducidos por judíos conversos en los primeros tiempos del Islam),
la identidad de Jesús en esta tradición, adquiere rasgos del arquetipo del héroe susceptible
de ser interpretada a través del prisma de las categorías junguianas.
PALABRAS CLAVE
Identidad. Jesús. María. Nombres de Jesús. Fuentes árabe-islámicas.
ABSTRACT
Jesus is considered one of the Islam Proprhets, antecessor of Mahoma. His identity is based
on the several honorable Jesus᾽ names. He is given in this religious and linguistic tradition
of the abrahamic trunk‫ ׃‬Messiah, Prophet, Sent of God, Blessed and Maria ᾽s Son among
others. One meaningful feature is His peculiar identity which is understood in Its religious
dimension as the achievement of this aims and the approach to taboo. It᾽s due to his
“nasab” original name on traditional belonging which refers to a woman not to a man. In
the Islamic tradition Jesus is the The Son of Mary and the angel Gabriel (Ŷibrīl). There are
many distinguishing marks which show Jesus as a Prophet of Islam which also include His
mother. Contrasts and affirmations emerge from this analysis regarding to Christian
tradition. Taking the Coran as a relationship, the “Ḥadīt” and the “Isrā᾽liyyāt” (small
didactic tales introducing by converted jews in the earlier times of Islam) Jesus identity in
this tradition gets the archetypical features of a hero capable of being interpreted through
the prism of the Jung᾽s categories.
Las fuentes:
1) La Sagrada Escritura del Corán, elemento fundamental de la categoría confesional
islámica, significa en árabe, “la lectura” "‫ " ُ ْ آن‬e implica uno de los atributos del concepto
esencial de tradición. La palabra proviene del verbo “qara’a ” "‫ " َ أ‬que significa leer,
reunir, recoger. Existe además una opinión interpretativa minoritaria de que el vocablo
“Corán”, provendría del verbo “qarana” " ‫ " َ َ َن‬que significa poner juntos, atar, añadir,
atar juntos.
El Corán es “palabra de Dios”. La doctrina islámica ve en la palabra coránica la expresión
misma del Espíritu de Dios (kalīmatu Allāh "‫)" َ َ ﷲ‬, la palabra “es un viento que no
permanece solo la escritura la retiene” tal como reza un “Isrā᾽liyyāt” "‫ "إ ْ آ ﱠ ت‬, la
materia donde se aloja lo espiritual es la escritura. En esta creencia religiosa encuentran
fundamentación el arte de la caligrafía y la escritura, tales como los arabescos, en una
civilización cuyo arquetipo identitario es eminentemente lingüístico. El Corán es un
discurso divino del cual el Profeta Mahoma (570-632 d. C.) es solo un transmisor diligente,
un enviado, encargado de expedir y proferir la palabra de Dios. Mahoma es en el Islam, el
Mensajero, el Enviado que con su ejemplo de perfección y santidad conduce al camino de
Dios, hacia y en, una “vía recta”, que supone el equilibrio entre el inconsciente colectivo y
la voluntad consciente racional de la comunidad. La palabra árabe “rasūl” "‫ " َر ُ ل‬que
quiere decir enviado, mensajero, proviene del verbo “rasala” " َ َ ‫ " َر‬que en la forma IV
ْ " significa enviar, expedir, proferir. Mahoma promete, ofrece y dice “la
“arsala” " َ َ ‫أر‬
palabra de Dios”, haciendo uso correcto de la palabra.
La distinción entre Mahoma y el Corán como palabra de Dios, es de suma importancia y
explica el porqué en ninguna de las ediciones del Corán en lengua árabe, el profeta
Mahoma aparece como autor.
Otros nombres que recibe el Corán son “al-kitāb” (el libro), “at-tanẕīl” (el descenso, la
revelación), “ad-ḏikr” (el recuerdo o mención de Dios).
El Corán está divido en secciones llamadas “sūrah”, palabra que en el mundo no islámico
se la traduce incorrectamente como capítulo. Éstas se separan por una frase de loa a Dios
revelada en Medina o La Meca. A su vez, las “sūrah” se dividen en “āyāt”, vocablo que
connota signo o milagro, de donde deriva el término castellano “aleya” y que se lo asocia al
significado de versículo. Todo esto demuestra el carácter simbólico del Corán y la
incomprensión cultural por parte del mundo no islámico.1
La revelación o “descenso” de Dios comienza cuando el Profeta asume su misión durante
un retiro en la cueva de “Ḥirā᾽”, en 610 d. C. El ángel Gabriel (Ŷibrīl) le mostró una tabla
luminosa; ante ella el Profeta respondió al ángel que no sabía leerla. La respuesta del ángel
fue envolverlo en un fuego etéreo y lo que debía leer se grabó en su corazón.2
El Corán menciona a 27 profetas y mensajeros divinos, entre ellos a Dulqarnayn, quien no
es otro que Alejandro Magno, el bicornio, a quien Jung asocia un funcionamiento análogo
en el proceso anímico a Teodorico de Berna.
2) Los “Ḥadīt”: Maíllo Salgado señala que un “Ḥadīt” “tiene el sentido general de
narración, noticia, como vocablo técnico, hace referencia a una corta narración o anécdota
del profeta Muḥammad, bien sea de uno de sus hechos presenciado por uno de sus
contemporáneos, bien sea de uno de sus dichos recogidos de su propia boca. Un Ḥadīt es
pues un relato que transmite datos de la “Sunna” (costumbre normativa del Profeta o de la
1
Algo similar ocurre con las interpretaciones del Tao te king de Lao Tzé.
Existen en la tradición islámica genios elementales de fuego etéreo llamados “cifrīt” " ِ ْ !ِ " análogos a las
salamandras de la tradición indoeuropea. El Corán establece que existen hombres, ángeles y genios creados
por Dios (Sūrah 72 que se titula “Los Genios”). Estos genios colaboran con los poetas para inspirarse en sus
obras y están por lo tanto ligados al arte de la escritura y la caligrafía. La alusión al fuego del ángel parece
estar ligada a estos genios elementales, ya que los ángeles representan la evolución ulterior de los seres
elementales en la tradición esotérica de muchas religiones. El vocablo pertenece a un campo semántico que
significa diablo, demonio, comodín, etc. Ver CORTÉS, Julio (1996), Diccionario de Árabe culto moderno,
Madrid, Gredos, p (p) 750 s (s).
2
comunidad primitiva)”.3 Esta tradición está reunida en enormes volúmenes durante los
primeros siglos de nacimiento de la religión islámica. Ante una duda sobre algún uso o
costumbre, es frecuente escuchar el dicho “tal cosa es ´sunnat ´ y en la regulación que
efectúa sobre usos y costumbres no aceptados, ejerce una sanción socio-religiosa.
Otra expresión frecuente es “sunnatu-n-nabī”, es costumbre del Profeta, connotando la
santidad de dicha acción.
3) Los “Isrā᾽liyyāt”: son citados por los comentaristas del Corán, los místicos y los
compiladores de cuentos e historias. De esas citas se derivan tres clases de acepciones
acerca de estos escritos, sin poder establecer un orden cronológico certero.
a) Narraciones ejemplares didácticas sobre cuestiones religiosas, existenciales y
espirituales, datan de un tiempo indefinido en el período de los antiguos israelitas.
b) Narraciones consideradas como históricas que sirven de complemento a la información
suministrada en los libros revelados, en referencia a la vida de los profetas.
c) Fábulas folklóricas prestadas de fuentes judías.
La línea divisoria entre estas tres categorías es tenue. Este tipo de literatura aparece en los
primeros tiempos del Islam. Muchos pertenecen a la época de la Hégira (“Hiŷra”) ruptura,
emigración de Mahoma de La Meca a Medina en 622 d. C. (primer día del año lunar en que
comienza la emigración, según algunos investigadores circa 16 de junio). Sería ese el
momento de inicio de la era musulmana.
Se especula también que esta literatura fuera introducida por judíos conversos al Islam en
su época primera y de expansión, o de árabes en contacto con judíos antes de su conversión.
Por orden de Muc āwīyah, primer califa de los “banū umayya” con capital en Damasco, se
compilaron en un libro “Kitāb-al-Mubtada᾽”, bajo el nombre de “Isrā᾽liyyāt”. Ibn Hišām
(218/833 d.C.) hace extractos de este libro.
El nombre de Jesús: “cῙsā ibn Maryam”
ُ ْ *+َ !ِ
&َ َ ْ 'َ ()
(Jesús, hijo de María), según el
especialista Gustavo Bize, proviene de “Yasu’” (arameo)4, que en lengua árabe pasa a
pronunciarse “Yashu´”, al parecer proviene de un nombre compuesto cuyo significado más
3
MAÍLLO SALGADO, Felipe (1996), Vocabulario de Historia Árabe e Islámica”, Madrid, Akal, p (p) 96 s
(s).
4
La lengua árabe y la lengua aramea pertenecen al mismo subgrupo lingüístico del Semítico Occidental, y
dentro del Semítico Occidental Central. En este último grupo, el árabe y el semítico noroccidental forman dos
grupos divisorios, y dentro de éste último subgrupo se encuentra el arameo. Ver YILDIZ, Efrem (2000),
“Miscelánea de estudios árabes y hebraicos”, Vol. 49, Granada, Universidad de Granada.
o menos sería “Dios es puro”. Nombre muy difundido por las tribus de Israel, Yashu Ibn
Nun, por ejemplo, quien sucedió a Moisés en el liderazgo de los antiguos israelitas, y que
es protagonista de un episodio de la tradición islámica sufí del “verdeante” “al-jidr”
5
" ,-.‫ا‬
ِ ". Su raíz proviene de la palabra “jadira” " َ ,0
ِ َ " que quiere decir “ser verde”. Esta
tradición refleja el aspecto del maestro oculto e interno, que siempre acompaña,
eternamente, que siempre vuelve a verdear, a rejuvenecer.6 Según el mismo especialista
citado los cristianos árabes tomaron el nombre hebreo de su raíz después de cambiarle la
letra “šin” "‫"ش‬, que suena en castellano como la “sh” inglesa; “show” por ejemplo, por la
letra “sin” "‫"س‬, lo cual era un procedimiento acordado entre las lenguas hebrea, siríaca y
árabe. Luego pasó a las lenguas indoeuropeas por el griego hasta convertirse en Jesús.
El nombre de Jesús usado en el Islam “cῙsā”
" *+َ !ِ ", difiere del usado por los árabes
cristianos “Isau”. No hay acuerdo en la etimología, según algunos místicos provendría del
pseudo verbo “quizás” indicando la acción de “fāraklīt”, de ayudante o agente, del Espíritu
Santo.
Los nombres de honor de Jesús: El Corán se refiere a Jesús en 15 “sūrah” y en 93 “ayāt”.
En estas citas coránicas se fundamenta la cristología musulmana, donde encontramos varias
tradiciones de la infancia de Jesús tomadas de los Evangelios Apócrifos y de la literatura
mística cristiana. Debemos entender las características geoculturales de la región donde se
gestaron las religiones de tronco abrahámico, en cuyos espacios no existe la frontera rígida
del Estado-Nación, sino que más bien los espacios configuran un “mar de culturas”,
percepción acentuada incluso por el helenismo alejandrino. La interculturalidad y la
interreligiosidad van de la mano en toda la historia de lo que Occidente definió, por
motivos estratégicos, “Medio Oriente”.
Uno de los nombres que más se cita es el de al-Masīh, 11 veces y que significa Mesías. La
palabra proviene del siríaco y existe en el hebreo. Se usaba en la Arabia preislámica. Los
escritores árabes se fundamentaron en dos raíces de dos verbos. El verbo “masaḥa” "3+'
َ َ َ"
que significa ungir, frotar, enjugar, secar; o sea “El Ungido”, y el verbo “sāḥa” "‫" َ َح‬que
significa viajar, peregrinar. Es decir, “El Peregrino”. Jesús es un modelo de los peregrinos.
5
6
CORTÉS, Julio (1996), op., cit., p (p) 306-307 s (s).
Tradición que se asemeja al cuento del ciclo celta-bretón Sir Gawain y el Caballero Verde.
ُ ْ *+َ !ِ (Jesús,
El nombre más citado en el Corán, es sin duda “ cῙsā ibn Maryam” &َ َ ْ 'َ ()
hijo de María), 33 veces: 16 como “Jesús, hijo de María” y 17 como “hijo de María”.
El “nasab”7 en un hombre indica quienes son los ascendientes masculinos, que Jesús no los
tiene. Tampoco le corresponde el “kunya”8, ya que no tiene hijos. Es el nombre de un varón
designado como hijo de su madre en lugar de su padre. Esto explica uno de los rasgos
singulares de Jesús, como profeta del Islam, y como héroe, en el sentido junguiano de esta
categoría.
En primer término, dentro de lo que representa la mujer debemos destacar la importancia de
lo que Jung define como “eros islámico” y que entiende como “amor humano” con
“migajas de lo divino”. Jung interpreta cuando describe la arquitectura del Taj Mahal. Es la
obra que emerge como resultado de “una pérdida irreparable de un gran amante”, que ama
lo terrenal, por ejemplo a una mujer, pero con pasión mística.
La pérdida irreparable es una constante en expresiones culturales árabes, tales como la
poesía. Lo eterno femenino siempre aparece como algo difícil de poseer en forma estable y
continua. La mujer es inefable e inasequible, lejana y difícil de gozar una vida en su
compañía. En la poesía clásica árabe “el amor aparece limitado al tema de la añoranza por
una felicidad pasada (…) No hay figura femenina que tenga verdadera vida en toda la
poesía anteislámica, sino sólo innumerables fantasmas evocados por los poetas cono
monótona insistencia de imágenes y vocabulario, casi siempre como un bien perdido (…)”9
Y agrega Maíllo Salgado “La representación de la mujer es negativa y se agota en el
tintineo de un brazalete, en el aroma de almizcle que emana de su cabellera (…)”.10
De tales conceptos se deriva la “fitna” "(56
َ َ َ " (seducción/sedición/revuelta), sustantivo
derivado del verbo “fatana” "(ََ5َ6", (seducir, incitar a la revuelta, fascinar, poner a prueba).
Entonces, la figura de una mujer santa, como la Virgen María, es harto más importante en
esta tradición cultural-religiosa, ya que la misma representa, pureza, virginidad, castidad,
mujer sin mancha ni culpa anímica, libre de “fitna”. María es la única mujer nombrada en
el Corán. La palabra árabe para designar a la Virgen María, madre del Profeta Jesús (con Él
7
Nombre de genealogía que muestra la descendencia del individuo. Generalmente se expresa en la palabra
“ibn” .
8
Nombre de honor, en referencia a que se es padre o madre de un ser. Generalmente se expresa en el vocablo
“abū”.
9 GABRIELI, Francesco (1971), La literatura árabe, Buenos Aires, Losada, p (p) 27/28 s (s).
10
MAÍLLO SALGADO, Felipe (2008), De Historiografía árabe, Madrid, Abada, p (p) 2524 s (s).
sea la paz) es “Al-cadrā’”
"‫راء‬89.‫ا‬
َ ", deriva del mismo campo semántico que define el
amor cortés, puro, platónico, virginal: el amor “cudrī” "‫ري‬8!ُ" . María no es una Yocasta ni
una Elena de Troya, ni una Eva “hawwūā” "‫اء‬
ُ ‫" َ; ﱠ‬, la mujer en su aspecto más instintivo
de lo eterno femenino que promueve la “fitna” en el hombre, haciendo que éste desvíe su
camino, olvidando su trascendencia espiritual.
En términos de arquetipos femeninos junguianos; es una gran mujer, santa, que da un hijo
al mundo para que lo redima del pecado, de las anticoncepciones, de lo mal concebido por
falacias basadas en creencias disfuncionales, dismitos, distopías y tabúes de supervivencia.
Por ello es símbolo de “Inmaculada Concepción”. Que el nombre María aparezca como
“nasab” de Jesús es un título de honor tanto para la madre como para el hijo. Bajo una
interpretación junguiana representa una sabia y efectiva unión de opuestos: una madre santa
que da un héroe al mundo, un símbolo por excelencia del “Selbst” junguiano, punto casi
utópico de equilibrio entre las fuerzas anímicas del mundo. Una madre que ha guardado su
lugar y posibilitado la misión salvífica del hijo, superando lo astral, lo meteórico, lo
ctónico.
Su concepción es inmaculada, María recibe al Espíritu de Dios, a quien la tradición
identifica con el ángel Gabriel y que se podría homologar al Espíritu Santo: “Le enviamos
Nuestro Espíritu y éste se le presentó como un mortal acabado” (s 19; a 17). El Espíritu de
Dios, “Rūhallāh” anuncia el milagroso nacimiento virginal de Jesús: “Y a la que conservó
su virginidad. Infundimos en ella Nuestro Espíritu e hicimos de ella y de su hijo, signo para
todo el mundo” (s 21; a 91). La concepción de Jesús por una Virgen Santa es el resultado
de la creatividad de Dios, decretada por Dios. Adam es la otra maravilla hechura y criatura
de Dios. El Islam rechaza el concepto de “Madre de Dios”, quizá esto pueda deberse a la
impronta lunar en la cultura árabe, pero se afirma con énfasis en la santidad y virginidad de
María.11 Otra nota distintiva concerniente a María y Jesús es que según una tradición
sostenida por uno de los comentaristas más importantes del Corán, Al-Bujarī, mencionada
en un “ḥadīt”, es que María y Jesús han sido preservados de todo contacto con Satán,
“Šaīṯān”, aquél que anula, que opone. El vocablo deriva del verbo “šaṭana” "(<=
َ َ َ ", que
11
Sobre los dogmas cristianos en el Islam la Encyclopaedia of Islam recomienda ver GEROCK, Versuch
einer Darstellung der Christologie des Koran, Hamburg-Gotha, 1839. Tesis muy aceptada de que el ángel
Gabriel aparece en forma de un mortal acabado como vehículo del Espíritu de Dios, y que sería el padre de
Jesús. Ver también HEININGER, Spüren christlicher Glauben warheiten in Koran, Freiburg, 1951.
significa la acción de dividir, oponer, cortar en tiras, suprimir. Jesús está preservado de ello,
más allá de que el resto pueda ser vulnerable a esta energía contractiva y falaz; no existe la
idea del pecado original en el Islam que se transmite a los descendientes de Adam.
Jesús es también llamado Profeta, “nabī”, es signo de la obra de Dios y esto se fundamenta
en su misión profética, que de alguna forma preanuncia la llegada de Mahoma. Los signos
de su misión se encuentran en que Jesús habla de bebé en su cuna: “Entonces ella se lo
indicó. Dijeron: ¿Cómo vamos a hablar a uno que aún está en la cuna, a un niño? (s 19; a
29). “Dijo él: Soy el siervo de Alá. El me ha dado la escritura y ha hecho de mi un profeta”
(s 19; a 30). También esto se encuentra en un ḥadīt que recoge Al-Bujarī. Sólo tres
hablaron desde la cuna: Jesús, el ermitaño de la historia del monje Yuraill, y un bebé que
amamantado por su madre, quien al ver pasar a un tirano a caballo castigando a una
esclava, la madre deslumbrada por el poder de este gran señor, pensó en que su hijo debería
ser como él, más el bebé, pidió que lo haga como la esclava y no como el poderoso señor.12
Jesús es también “Min-al-muqarrabīn”, es decir de los cercanos y muy próximos a Dios, de
la “corte” de Dios. El vocablo “muqarrabīn” "( ) ‫( " ُ'>َ ﱠ‬querubín en hebreo), refiere a una
categoría de ángeles cercanos a Dios, y en el Islam, también refiere a una categoría de
creyentes.
Es también “cAdballāh”, siervo de Dios. El vocablo “cabd”, significa esclavo en términos
teológicos, como “hechura” y “criatura” de Dios. Como propiedad de Dios, se debe a Él.
Otros nombres que recibe: “Rasūl”, “enviado”; “Mubārak” “bendencido” (s 19 a 31);
“Benemérito” “héroe de estima en este mundo y en el próximo” (s 3; a 45).
Jesús y la Trinidad: El Corán rechaza enteramente la doctrina de la Trinidad cristiana.
Entendemos que la Trinidad es la evolución de un concepto complejo y que el pasaje de la
díada a la tríada y de ésta a la Trinidad es una de las maravillas del pensamiento de todos
los tiempos. Jung lo explica detalladamente en “Ensayo de interpretación psicológica del
dogma de la Trinidad”13. Esto está constantemente significado en toda la tradición islámica:
“Un grupo de gente de la Escritura desearía extraviaros; pero a nadie sino a sí mismos se
extraviarían y no se dan cuenta” (s 3; a 69). “Y cuando dijo Alá: Jesús, hijo de María! ¿Eres
12
Ver AL-NAWAWI, Imam (1999), El jardín de los justos, Córdoba (España), Junta Islámica, Centro de
documentación y publicaciones islámicas.
13
Ver JUNG, Carl (2008), Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental, Obra
Completa, Volumen 11, Madrid, Trotta.
tú quien ha dicho a los hombres: ¡Tomadnos a mí y a mi madre como dioses además de
tomar a Alá? Dijo: ¡Gloria a Ti! ¿Cómo voy a decir algo que no tengo por verdad? Si lo
hubiera dicho, Tu lo habrías sabido (…)” (s 5; a 116). En un ḥadīt señalado por “un
muslim” ante el “pueblo extraviado de ídolos” Jesús levantó sus manos y dijo “Allāhummā,
ummātī, ummātī”, “Comunidad de Dios, mi comunidad, mi comunidad”. De todas formas
existen atisbos de teología trinitaria por el mismo contacto con el cristianismo, pero además
con las variadas tradiciones religiosas con que el Islam tuvo contacto. En principio las
tríada meteórica, astral y atmosférica del panteón pre-islámico de La Meca; la divinidad
trivalente masculina Ḥubal, con la tríada femenina Al cUẕẕa, Al Lāt y Manāt . Además los
cultos de María convertida en diosa por ciertas sectas cristianas: los mariamitas y los
coliridianos. Al respecto señala Jung: “(…) en 431 en el Sínodo de Éfeso (…) en las
mismas calles que se había hecho eco de las alabanzas a la gran Diana, María fue declarada
Madre de Dios. Como sabemos por Epifanio, existió incluso toda una secta, la de los
coliridianos, en cuyo culto la Virgen era adorada como una diosa antigua. Este culto se
extendió fundamentalmente por Arabia, Tracia y la Escitia superior, hallando sobre todo
acogida entre las mujeres (…)”.14
Un ḥadīt también señala el número tres como funcional, correcto y santo: “Un viajero es un
schaitan, dos viajeros son dos schaitanes, tres son un grupo”15. Aquí el número uno y el
dos son “satánicos”, inducen al error y al pecado, pero el tres es una superación de ese
“mal”.
Jesús y la palabra de Dios: Titus Burckhardt señala que la civilización árabe-islámica es
ante todo lingüística. Como hemos señalado anteriormente esto ha influido en la doctrina de
que la escritura coránica es la expresión misma del Espíritu de Dios, y venera su forma
escrita como cuerpo del verbo. La exégesis islámica destaca a Jesús como “palabra de
Dios”. Así, mediante el uso santo, esencial y arquetípico de la palabra Jesús lidera a los
hombres en el camino correcto y los libra del pecado, de los anticonceptos falaces que
llevan al “mal”. Como destaca Heidegger, nombrar y decir las cosas para que las cosas se
muestren por lo que son.16
14
JUNG, Carl (2008), “Ensayo de interpretación psicológica del dogma de la Trinidad”, en op., cit., p (p) 141
s (s).
15
AL-NAWAWI, Imam (1999), op. , cit., p (p) 425 s (s).
16
Ver HEIDEGGER, Martin (1989), Hölderlin y la esencia de la poesía, Barcelona, Anthropos.
Jesús y la crucifixión: el Corán toma una posición contra los judíos que dicen haber herido
a Jesús, hijo de María, y por haber proferido contra la Virgen una calumnia: “hemos dado
muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el enviado de Alá siendo así que no le mataron ni le
crucificaron sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de Él, dudan. No tienen
conocimiento de Él, no siguen más que conjeturas. Pero ciertamente no le mataron”. (s 4; a
57), “Sino que Alá lo elevó a Sí. Alá es poderoso, sabio” (s 4; a 159). En las tradiciones
ismaelitas se interpreta la posibilidad de que Jesús habría sido reemplazado por un doble en
aquél momento crucial. Por otra parte la raíz trilítera “wafaī”
"?6‫ "َو‬que se usa para el
verbo morir; en sus formas IV y VI significan “cumplir (un objetivo)” “expiar una falta” y
“ser completo”, forma VI “tawaffaī”
"?6ّ َA" que significa “Ser completo” y también
“llevárselo (Dios)”, ser recogido por Dios, elevado a Él, tal como señala el Corán. La
connotación del verbo “morir” en árabe, entonces es “cumplió”; honró en vida su
existencia. En el Corán se usa dos veces esta palabra para Jesús indicando un final en la
tierra pero no necesariamente su muerte. La secta Aḥmmadiyya sostiene que Jesús luego de
su aparente muerte emigró a la India, donde predicó el Evangelio hasta los 120 años. Su
tumba estaría en Srinagar. Esta secta cree que Jesús es simultáneamente una encarnación
del Mahdī islámico y un avatar de Krishna.
Jesús como protagonista de enseñanzas espirituales: En un “Isrā᾽liyyāt”, llamado “Jesús y
la calavera”, el hijo de María, aparece como ejemplo de una enseñanza existencial similar
al monólogo que hace Hamlet frente a la calavera de Yorick, el bufón del rey de
Dinamarca. Jesús se topa en una de sus peregrinaciones con una calavera cariada que
resulta ser la de un poderoso señor, Baluam, hijo del rey de Yemen.
A continuación reproducimos el texto original en árabe extraído de una compilación hecha
por
el
español
Miguel
Asín
Palacios.
La calavera le señala que había engendrado mil hijos, desflorado mil vírgenes, fundó muchas
ciudades, pero que todo eso era la ilusión del mundo, y que ahora todo ello se había reducido
a una calavera. Como se puede apreciar es la misma escena que muestra Shakespeare en
Hamlet, siendo este cuento aproximadamente entre los años 600/900 d. C. o 700/1000 d.C.17
Conclusión: La importancia de Jesús como profeta del Islam es un signo de la fortaleza de su
identidad, trascendiendo las formas análogas de las expresiones culturales religiosas, para
llegar a los fundamentos homólogos de las mismas. Jesús, es “arkhé”, fundamento y
principio en la vida espiritual de los hombres en su devenir histórico, más allá de la cultura
religiosa que dichos hombres profesen. Sus signos y los de María, mujer santa en el Islam,
representan unidad de opuestos del drama anímico, donde se muestra la heroicidad en el
aspecto completo de lo masculino y lo femenino, dentro de la unidad de Dios.
17
Ver ASIN PALACIOS, Miguel, “Logia et Agrapha D. Jesu” en Patrología Orientalis, tomo XIII, fase 3, N°
102 bis.
Bibliografía consultada:
AL-NAWAWI, Imam (1999), El jardín de los justos, Córdoba (España), Junta Islámica,
Centro de documentación y publicaciones islámicas.
ASIN PALACIOS, Miguel, “Logia et Agrapha D. Jesu” en Patrología Orientalis, tomo XIII,
fase 3, N° 102 bis.
EL CORÁN, Edición preparada por Julio Cortés, Foundation of Islamic, Qom, Iran.
ENCYCLOPAEDIA OF ISLAM CD-ROM Edition v 1.0 (1999), Koninklijke Brill, Leiden,
The Netherlands.
GABRIELI, Francesco (1971), La literatura árabe, Buenos Aires, Losada
HEIDEGGER, Martin (1989), Hölderlin y la esencia de la poesía, Barcelona, Anthropos.
JUNG, Carl (2008), Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión
oriental, Obra Completa, Volumen 11, Madrid, Trotta.
MAÍLLO SALGADO, Felipe (1996), Vocabulario de Historia Árabe e Islámica, Madrid,
Akal.
MAÍLLO SALGADO, Felipe (2008), De Historiografía árabe, Madrid, Abada.
YILDIZ, Efrem (2000), “Miscelánea de estudios árabes y hebraicos”, Vol. 49, Granada,
Universidad de Granada.