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BOLETÍN MENSUAL
Boletín número 80. Diciembre 07
1.- Artículo del mes:
CALAMBRES MUSCULARES DURANTE EL BUCEO
2.- REGALOS RECOMENDADOS , ¡Entrega inmediata!
3.- Consejos prácticos:
–
–
CONSEJOS BÁSICOS PARA EL MANTENIMIENTO DE SU CHALECO
CONSEJOS BÁSICOS PARA EL MANTENIMIENTO DE SU MÁSCARA
4.- Novedades a-alvarez.com
5.- Especies:
–
–
Ficha nº 159: FLETÁN
Ficha nº 160: FLETÁN NEGRO
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1.- ARTÍCULO DEL MES:
CALAMBRES MUSCULARES DURANTE EL BUCEO
P
or desgracia sucede muchas veces; nos encontramos buceando tan
tranquilamente y de repente “plas”… una sacudida recorre nuestro
gemelo de forma repentina y dolorosa. Se trata de un calambre que,
aunque no resulta preocupante, sí es, cuanto menos, molesto y
doloroso.
Pero, ¿por qué se producen estos calambres?, ¿qué podemos hacer para
evitarlos?, ¿cómo debemos actuar cuando aparecen?... por supuesto
todas estas preguntas tienen contestación y conviene que las
conozcamos, ya que pueden sernos de gran ayuda en determinadas
situaciones.
Por eso le recomendamos que lea todo lo que a continuación le explicamos.
QUÉ ES UN CALAMBRE
Como hemos dicho, los calambres son algo muy típico en cualquier inmersión. Pero ¿qué es realmente un calambre?
El calambre no es más que una contracción violenta, involuntaria y pasajera de un músculo o de un grupo de músculos,
que se produce al sobrepasar los límites de su elasticidad y que conlleva un gran endurecimiento de su masa .
A pesar de que no tiene consecuencias graves (al cabo de un tiempo los músculos vuelven a la normalidad sin secuelas),
lo cierto es que pueden resultar muy dolorosos y, lo que es más preocupante, pueden ocasionar una impotencia
funcional pasajera (es decir, los músculos dejan de respondernos con normalidad).
CAUSAS QUE PROVOCAN UN CALAMBRE
Conviene que tengamos muy claras las causas que pueden motivar la aparición de un calambre, para controlarlas y
evitarlas en la medida de lo posible.
Pues bien, la causa más importante y común del
calambre es la falta de un entrenamiento previo
adecuado antes de realizar inmersiones, lo que conlleva
que los músculos no se hayan desarrollado lo suficiente
para ser capaces de soportar un trabajo prolongado.
El trabajo más importante al que sometemos a nuestros
músculos es el del aleteo, actividad que sin duda puede
desembocar en el calambre: nuestras piernas no están
acostumbradas a ese tipo de movimiento o simplemente
estamos utilizando unas aletas más duras o largas de lo
que estamos habituados (contar con el equipamiento
adecuado según el físico y a capacidad de cada
buceador resulta mucho más importante de lo que en
principio pueda parecernos). Por eso siempre se
recomienda que el ritmo del aleteo sea lento y regular,
lo que nos ayudará a no sobrecargar los músculos y
optimizar la reserva de aire disponible.
Para intentar que nuestras piernas se habituen de manera gradual a ese tipo de movimiento y evitar el calambre en la
medida de lo posible, siempre es recomendable realizar algún tipo de calentamiento del músculo antes de la inmersión,
de manera que no comencemos el ejercicio con los músculos en “frío” (lo que sin duda aumenta y de forma muy
notable la probabilidad de que aparezca el calambre).
Existen otras causas que pueden afectar en la aparición de calambres:
– La temperatura del agua: cuando está excesivamente fría los calambres serán más habituales. La pérdida de calor
provoca espasmos musculares. Los escalofríos pueden terminar muchas veces en calambres.
– La ingestión de alimentos de difícil asimilación. Los refrescos de cola son altamente perjudiciales, ya que le
organismo se ve obligado a utilizar calcio y otros minerales para procesar y eliminar este tipo de sustancias.
– Igualmente sucede con el tabaco.
– La deshidratación: ya hemos comentado en más de una ocasión que, a pesar de realizarse en un medio acuático, el
buceo es uno de los deportes que más problemas de deshidratación puede plantear a quienes lo practican. Beba
antes y después de cada inmersión.
– Bajo nivel de potasio.
– Deficiencias de vitamina B1 (sustancia que contribuye a la transmisión de impulsos nerviosos a los músculos).
– Gripe o resfriado común, este estado provoca un descenso en la cantidad de agua del cuerpo.
– Problemas circulatorios (varices).
– Trastornos menstruales, que puedan generar una disminución de sales y agua en el organismo.
CÓMO EVITAR EL CALAMBRE
Aunque algunas cosas ya las hemos comentado, conviene que resumamos aquí algunos de lo puntos más importantes a
tener en cuenta a la hora de evitar los calambres:
– Siempre que vaya a realizar cualquier ejercicio físico, realice una sesión previa de estiramientos.
– Evite un esfuerzo físico excesivo. El esfuerzo siempre debe estar en relación al estado físico de la persona y a su
capacidad.
– Ingiera líquidos. No está de más recurrir a soluciones con electrolitos, como sodio y potasio.
– Rebaje la cantidad de grasas de su dieta.
– Incorpore a su dieta alimentos altos en potasio: plátanos, por ejemplo, y en calcio: leche, yogur...
– Evite el sobrepeso.
– No fume.
– Evite las bebidas gaseosas.
CÓMO ACTUAR
Como hemos dicho, aunque en principio el calambre no tiene por qué suponer un problema grave, en los casos en los
que el dolor es muy agudo, puede llegar a provocar una impotencia funcional pasajera. Por eso resulta muy importante
que tengamos bien claro cómo debemos actuar ante un calambre.
Lo primero a saber es que muchos calambres se pueden, hasta cierto punto, prever con antelación. Efectivamente, lo
normal es que, antes de que se produzca el calambre, notemos un dolor previo en la parte afectada. Po eso, si nota algo
extraño o que empieza a tener dolor, lo más sensato es que suspenda de inmediato cualquier movimiento e intente
relajar la zona afectada, dándose masajes con la mano.
Pero también puede ocurrir que el calambre no avise y se presente de repente. Además de pillarnos desprevenidos, este
tipo de calambres suelen ser los más dolorosos. Cuando esto le suceda, lo primero que debe hacer es tratar de mantener
la calma, respirar de manera pausada y suspender todo movimiento. Nos colocaremos encogidos como un ovillo, para
que con ambas manos podamos dar un buen masaje a la zona afectada; para ello frotaremos enérgicamente y daremos
pequeños golpes con el puño.
Y es que, la gran mayoría de los calambres que sufre el buceador se dan en las piernas y pies, principalmente en las
pantorrillas y gemelos.
Dicho todo esto, conviene resumir que, en caso de tener un calambre durante una inmersión, deberá actuar de la
siguiente forma:
– Pare inmediatamente de aletear.
– Informe de lo sucedido al compañero. Para ello deberá
mostrar la palma de la mano con los dedos hacia arriba,
abriéndola y cerrándola alternativamente.
– Realice el siguiente ejercicio: agarre la punta de la aleta
y tire hacia sí. Con esto consigue estirar el músculo de
la pierna.
– Encójase en forma de ovillo e intente dar un enérgico
masaje con ambas manos en la zona afectada.
– No intente desplazarse hasta que el dolor remita. Si lo
hace puede aumentar el estrés propio de situaciones de
riesgo.
– Conviene dejar la inmersión cuanto antes: si el
calambre volviera a producirse lo hará más fuerte y las
consecuencias serán peores sin duda. Realice la
ascensión a ritmo lento, procure no someter al músculo
a un mayor desgaste.
– Al salir de la inmersión, busque un bordillo en el que poder colocarse apoyando tan sólo los dedos del pie,
dejando caer el talón hacia atrás lentamente. No realice movimientos bruscos, hágalo poco a poco.
LA IMPORTANCIA DEL MAGNESIO
Muchas veces, en más ocasiones de las que piensa, los problemas
musculares surgen o tienen su inicio en una falta de magnesio.
El magnesio es un mineral que resulta primordial para la relajación
muscular y para el correcto funcionamiento cardíaco, aportando
además una serie de beneficios de gran importancia:
– Ayuda en el control de depresiones.
– Regula la tensión.
– Combate infecciones (de oído, garganta, nariz, pulmones…).
– Previene ataques al corazón.
– Reduce el riesgo de diabetes.
– Ayuda en el proceso digestivo.
Por norma general se estima que nuestro organismo requiere de 300 g.
diarios de magnesio para funcionar con total corrección. ¿Cómo
conseguirlos? Es muy sencillo, sólo tiene que seguir unas normas
básicas de alimentación que seguramente estará cansado de escuchar:
beber abundante agua a lo largo del día y mantener la conocida dieta
mediterránea.
También conviene conocer los alimentos más ricos en magnesio, que son:
- Cacao en polvo (un buen vaso de leche con cacao al final del día es una muy buena costumbre).
- Frutos secos.
- Mariscos.
- Cereales integrales.
- Verduras de hoja verde.
- Productos lácteos.
Por supuesto, para asegurarse de que el problema de los calambres está en la falta de magnesio, convendrá acudir al
médico a realizar las oportunas pruebas o análisis que determinen esta carencia.