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Historia cristianismo
Fe y razón
en Boecio
Ben:~icto
P.b
en su discurso
~o4t'ona, que los Santos Padres
. ·'f
XVI,
cónsul con sólo 30 años
(510). Se casó con Rus-
tiniana, una hija de su
padre adoptivo, y tuvo
la alegría de ver a dos
de sus hijos elevados
asimismo a la categoría
de cónsules.
En el año 520 Teodorico le elevó a la
categoría de magíster
officiorum, es decir, jefe
del gobierno y de los
más apologistas, firmaron la clara toma servicios de la corte.
de posición de la fe cristiana por el Dios Poco tiempo después
de los filósofos contra los falsos dioses de declinó su estrella.
la religión pagana. Era la opción por la Los hechos se sucedieverdad del ser contra el mito de la cos- ron a gran velocidad
tumbre. Algunas décadas después de san y perdió el favor real.
]ustino, Tertuliano definió esa misma op- Su desgracia se desción de los cristianos con una sentencia encadenó a raíz de su
lapidaria que sigue siendo siempre váli- legación en Bizancio,
da: Dominus noster Christus verita- adonde fue enviado
tem se, non consuetudinem, cogno- con otros dos senadominavit, Cristo afirmó que era la verdad, res para encontrar una vía de concino la costumbre" (De virgin. vel., I, 1)". liación con el emperador de Bizancio
Justino I. A su regreso se había urdido
Senador, cónsul y mártir. Un ejem- un complot contra él y contra el seplo claro de ese mismo proceso es nador Albino, y ambos fueron condeel caso de Boecio (470-524), uno de nados a muerte acusados de traición.
los grandes escritores cristianos de Después de un tiempo de destierro, en
la antigüedad. Senador romano en- · el 524 fue ajusticiado en Pavía. Fue deviado a la muerte por el emperador clarado mártir y beatificado en 1883.
arriano Teodorico, Anicius Manlius
Sereverinus Boethius era miembro · Saber antiguo y fe cristiana. Precide la familia de los Anicii, convertida samente en los años de su destierro
al cristianismo después del giro ope- escribió su obra Consolación de la Firado por el emperador Constantino. losofía, un diálogo figurado entre el
El padre de Boecio fue cónsul en el mismo Boecio y la filosofía, donde
487. A su muerte, Boecio fue adopta- muestra cómo desde la razón natural
do por la familia de Quinto Aurelio se puede alcanzar la paz en el alma y
Memio Simaco, cónsul en 485, pre- es posible acercarse a la fe cristiana.
fecto de Roma y jefe del senado.
Las obras de Boecio son fundaSu padre adoptivo se ocupó de que mentalmente filosóficas, en ellas
obtuviera una formación esmerada, y le muestra un gran conocimiento de
envió a Roma y a Atenas para estudiar. Platón, Aristóteles y Porfirio, así
Pocos años después, Boecio fue elevado como de las obras de la literatura
a la categoría de cuestor y, después, de griega y latina. Tuvieron especial eco
establecieron un diálogo no con las
religiones de su tiempo, sino con la filosofía griega. Es decir, tomaron contacto y expresiones de esa filosofía
para profundizar en la fe y, a la vez,
fecundaron a esa misma filosofía.
De hecho, hablando en una audiencia general sobre san Justino,
uno de los primeros Padres apologistas, el Papa emérito se expresaba de
este modo: "San]ustino, y con él los de-
en el Medievo sus aportaciones al í
vium y al Quadrivium con sus traba
de aritmética, música y geometi
los comentarios a las categorías
Aristóteles, así como a los PrímE
Analíticos de Aristóteles y a los A
líticos posteriores, la traducción dE
Isagogé de Porfirio y los comentar
a los Tópicos de Cicerón. También
conservan otros opúsculos teolc
cos, en los que se advierte una g
influencia de las obras de San Ag
tín.
Respecto al libro de la Consola<
de la Filosofía, destaca el equilibric
la Filosofía griega y romana con l
cristiana y con la literatura clás
De hecho fue leído en las escue
desde entonces, como una sínt
del saber antiguo y la fe cristiana,
la categoría de sus fuentes, la bell
literaria y la hondura espiritual.
El libro es un canto a la reCL
ración de la confianza, en la qw
Boecio enseña a sus discípulos (manuscrito de La consolación de la filosofia, 1385)
clásica. Encontramos
en él un fondo agustiniano y platónico
construido con calidad literaria. El estilo
recuerda a la mejor
poesía latina, al género literario de la consolatio de Séneca y a las
sátiras introducidas en
Roma por Varrón.
unen fe y razón hasta lograr el aquietamento del alma: fe y razón confían
en Dios. Como es sabido, con esta
orientación influyó en el libro de la
Consolación en la tribulación, redactado
por santo Tomás Moro en la cárcel
antes de morir mártir.
Respecto al cristianismo de Boecio,
hay que recordar que sólo desea utilizar en su exposición argumentos filosóficos; de ahí que no cite la Sagrada
Escritura ni el nombre de jesús. Pero,
evidentemente, está culminando la
filosofía clásica y llevándola a su perfección en lo que se ha denominado
filosofía cristiana. Su libro pasará a la
historia como un texto de literatura
Felicidad,
libertad,
providencia. La obra
está escrita en cinco
libros y compuesta en
prosa y verso. En el
libro I, la filosofía se
presenta a Boecio en
forma de una augusta matrona que viene
a traerle el consuelo
en la triste condición
en que se encuentra:
desterrado y encarcelado no por culpa
suya, sino por haber querido seguir la
verdad y la justicia.
En el Libro II, la filosofía hace ver a
Boecio que la felicidad no consiste en
los bienes terrenales, ni en la fortuna
o la buena fama, es decir, en lo caduco y lo ine~table, lo perecedero. La
felicidad debe saciar completamente
el ansia de infinitud del hombre, el
sumo bien. j
Es en el libro III donde Boecio presenta una síntesis de la felicidad. Solo el
sumo bien puede ser motivo y causa de
la felicidad. Es más, la felicidad consiste en Dios mismo, como bien supremo
y ser perfectísimo. Dios es, por tanto, el
La gran tarea de Severino Boecio (470-524) consistió en dar
a conocer a los latinos la cultura griega, y en aproximar
el patrimonio clásico a la fe cristiana. Así, con su obra
"Consolación de la Filosofía" no sólo alimentó la -vida
intelectual, sino también la vida espiritual de la Edad Media
origen de todos los seres y el fundamento de la verdadera felicidad humana.
Seguidamente, abordará en el Libro IV el problema de la libertad y el
origen del mal en el mundo. "Todo lo
que tu palabra me ha enseñado hasta aquí
me parece irrefutable, gracias tanto al fulgor divino que la envuelve como a tus claros razonamientos. Has hablado de cosas
que yo había olvidado a causa de la injusticia sufrida y que, como decías, no ignoraba anteriormente. Pero mi mayor tristeza se cifra precisamente en que a pesar de
existir un Ser supremo, lleno de bondad,
que todo lo gobierna, siga existiendo el
mal y pueda quedar impune en el mundo.
[. ..] Que esto suceda en el reino de un Dios
omnisciente y todopoderoso, que sólo quiere el bien, a nadie puede dejar indiferente
y sin lamentarlo" (IV.1). En la respuesta,
muestra como Dios sólo ha creado el
bien y cómo con su Providencia hace
que los hombres extraigan, del mal
que les acaece, el bien para sus almas.
Finalmente, el Libro V relaciona la
libertad y la providencia. Un problema
complejo, que Boecio aborda salvando
la libertad del hombre y la presciencia
divina. El hombre es libre para ir a Dios
y siempre es escuchado y cuidado por
Él. Así culmina su obra Boecio: "Un Dios
provisor contempla desde arriba todas las
cosas. Y la siempre presente eternidad de
su mirada coincide con la futura calidad de
nuestros actos, premiando a los buenos y
castigando a los malos. No es vana, entonces, nuestra esperanza en Dios, ni nuestras
oraciones inútiles, pues si son rectas, no
pueden ser ineficaces. Dejad, pues, los vicios; practicad las virtudes. Levantad vuestros corazones a la más alta esperanza y
dirigid al cielo vuestras humildes oraciones.
Tenéis sobre vosotros una gran necesidad,
si no queréis engañaros a vosotros mismos:
la necesidad de ser buenos, pues vivís bajo
la mirada del juez que todo lo ve" (V. 6). •
José Carlos Martín de la Hoz
Academia de Historia Eclesiástica
Palabra, Julio 2013 1 69