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Historia de la Filosofía Medieval. Créditos Teóricos. Ramón E. Mandado Apuntes: Carlos Badosa Moriyama Introducción a la Filosofía Medieval El hombre tiene carácter de mostrador existenciario, un componente existencial de su historia. Conciencia de la historia (en Heidegger: conciencia del hombre de su Da-sein, de su ser-ahí. La historia de la filosofía nos ha mostrado cómo hemos llegado a pensar como pensamos. Después de los ilustrados se ha ido extendiendo el prejuicio fuerte al supuesto retroceso de la filosofía medieval, que por suerte ha sido fragmentado en los debates de la posmodernidad. El ritmo frenético de acontecimientos de la edad contemporánea ha eliminado las posibilidades de poder estar predispuestos a comprender la filosofía medieval, ya dificultada por la diferencia intelectual. Características que nos ayudan a suscitar nuestro interés por la historia de la filosofía: 1. No dejar la historia de la filosofía en mera historiografía. Diferencia entre: Historität ----- Historiografía Geschiclicheit ----- Historiología (búsqueda del logos, del sentido de la historia) Es necesario un ejercicio hermenéutico, de interpretación, que se tomen puntos de vista acerca de los elementos que creamos aprovechables para seguir haciendo filosofía. Nada en la historia está muerto, todo sigue vigente ahora en mayor o menos medida. “Somos enanos en hombros de gigantes” (Bernardo de Chartres) La dialéctica hegeliana acababa en una justificación de cualquier hecho histórico, dejando atrás todos los hechos en pos de un supuesto progresismo. ADORNO, Theodor. Dialéctica Negativa, Taurus Por otro lado otros que han querido mantener la dialéctica pero que han discrepado en los razonamientos de Hegel, han eliminado el paso a la “síntesis”. De este modo se mantiene una concepción dialéctica de la realidad sin eliminar todos los hechos acontecidos en el pasado. Se tiene mayor respecto hacia la historia, pues se considera que todo está presente en la vivencia. 2. La interpretación hermenéutica está sujeta a los prejuicios. El problema no es la presencia de prejuicios, sino no dar cuenta de ellos. No es válida cualquier interpretación, sólo aquella que estén de acuerdo con un método previamente corroborado (dentro de todas las posibilidades existentes). 3. Constante esfuerzo por no monumentalizar la historia de la filosofía ¿Cuáles son los identificadores de la historia de la filosofía medieval? ¿Qué elementos heurísticos, didácticos caracterizarán el estudio de la historia de la filosofía medieval? 1. No es posible entender esta época sin tener en cuenta el debate teológico del cristianismo. Violencia y salvación están siempre fuera de lo ordinario de la vida. Teología, es ese esfuerzo por encontrar un sentido a la vida humana. 2. Discurso sobre el hombre dentro del discurso sobre Dios. El término medieval es acuñado definitivamente por los ilustrados franceses como una manera de desechar todos los restos del feudalismo de cara a la revolución. Los primeros signos de modernidad aparecen ya en el s. XIII, luego no es posible ni legítimo considerar el medioevo como un periodo intermedio, ni mucho menos homogéneo. El renacimiento guarda también la idea de una salvación del hombre, sólo que pasan de ser medio divinos a medios humanos. Salvación significa elevación del hombre a su máximo exponente. 3. Si la Edad Media no es “media”, entonces es una época neofundacional, una época en la que también hay esfuerzos por parte del hombre en investigar la realidad. El ser humano precisa de justificar su presencia en el mundo, al principio a través de la explicación de los mitos. No hay un rechazo hacia la antigüedad, sino que por causas históricas se han perdido gran parte de su conocimiento. 4. No unicidad de la Edad Media. La Edad Media tiene multitud de escuelas filosóficas, a veces contradictorias entre sí. 5. Constantes referencias a los datos y a las fuentes y justificación de los juicios. 1 NUCLEO TEMATICO 1. Filosofía y cristianismo (ss II-IV) Los componentes neoplatónicos y gnósticos de la paideia cristianal. “Paideia” es la educación, el proceso de formación del individuo. En Grecia era un sistema que incluía lectura de textos (tanto de conocimientos teológicos como gramáticos). Se trataba tanto de un plan de estudios como una relación particular que se establece entre maestro y alumno. Todos esos elementos de educación se van a procurar mantener en la paideia cristiana. Se añadirán la lectura de los textos sagrados. ¿Por qué es necesaria una paideia? En primer lugar porque es necesario un cuerpo de conocimientos unificado y que no surgieran dogma múltiples. Se necesita un tratamiento unitario de los textos sagrados. Necesita distinguirse de las religiones paganas, pero también del judaísmo. Hay dos elementos importantes de carácter filosófico: los componentes neoplatónicos y los componentes gnósticos. Gnosticismo. Gnosis es conocimiento. Se refiere a todo el conocimiento procedente del estudio. La gnosis acaba muy vinculada al concepto iniciático de los alumnos de una escuela, concretamente a los de una secta o castas sacerdotales. Pertenecer a una comunidad es símbolo de autoridad. El cristianismo hereda del gnosticismo la idea de que es necesaria una clara diferenciación del resto de comunidades y que implique una autoridad y una posición social. Durante los primeros años del cristianismo proliferó el gnosticismo, pero fue duramente atacado posteriormente en época patrística debido a su tendencia elitista. El gnosticismo original era un conjunto de creencias con similitudes con el neoplatonismo y creencias y ritos de las religiones paganas orientales. Prevalecerá de aquí el conocimiento concreto de dogmas cristianos, la educación, la paideia. Los elementos más conflictivos fue la creación de una liturgia propia, de una canon bíblico, la creación de un cuerpo de dogmas, de una jerarquía eclesiástica…. Hermes Trimegisto (“tres verdades”) Zoroastro. Se considera al zoroastrismo como precursor de un cristianismo por los paralelos respecto de él. En un momento dado se le consideró el anticristo. Trató de ser erradicado, aunque persistió a lo largo de las épocas. Es posible que heredara el concepto de trinidad del zoroastrismo (construido a partir del kerygma, los evangelios iniciales). Los gnósticos creían recibir el conocimiento a través de la iluminación (los gnósticos convertidos al cristianismo). El gnosticismo influyó sobre el cristianismo, pues ya los conversos creían que Jesús era una manifestación más que humana de Dios, al igual que los apóstoles no eran exactamente hombres normales. Se conservan importantes textos gnósticos en Nag-hammadi, en las excavaciones descubiertas en el siglo XX. Clemente de Alejandría fue quien aprovechó el gnosticismo para la formación de dogmas cristianos, aunque luego fue contra ellos. Es difícil decir si el gnosticismo fue absorbido por el cristianismo o si el cristianismo fue absorbido por el gnosticismo, aunque es más posible que se diera el primer caso. La patrística luchó en general contra el gnosticismo. Destaca ADVERSUS HAERESES, de Ireneo de Lyon, hasta el punto de que hasta el descubrimiento de los textos de Nag-Hammadi, el texto de Ireneo constituyó la principal referencia gnóstica. Neoplatonismo. Plotino es contemporáneo del cristianismo, amigo de Filón de Alejandría, cuyo maestro común era Amonio de Saccas. El choque fue menor debido a su pureza filosófica, a su cercanía al misticismo, etc… Curiosamente fueron cristianos los que se “convirtieron” al neoplatonismo (pues era una escuela filosófica, no una religión) para dar sólido fundamente teórico al cristianismo y asimilar la paideia griega. El neoplatonismo acaba siendo un componente esencial para la formación del dogma cristiano, al igual que fue fácil de asimilar el platonismo. Clemente de Alejandría trata de argumentar que es necesario injertar la filosofía en el cristianismo, y arguye que hay muchas maneras de hacerlo (los asemeja a los diferentes tipos de injertos en un árbol). Hay mucho de gnosticismo y neoplatonismo en la mística cristiana, también en el monacato. Hay elementos de plotino presentes en el cristianismo: Subordinar el verbo al padre. Doctrina del alma según la cual están encerradas en el cuerpo, de la que la muerte es la liberación del espíritu. Interpretación de la avenida de cristo como la consumación del pleno, la completa unión mística con Dios en el fin de los tiempos. La visión de los primeros Padres de la Iglesia del universo es neoplatónica. Orígenes acude mucho a su doctrina del carácter superior del espíritu sobre la materia, pues el espíritu está más cerca de lo Uno. 2 La patrística será la época en que se asimilará la filosofía grecorromana en el cristianismo: el estoicismo, el platonismo, algo del epicureísmo, y nada en absoluto del escepticismo. LA PATRISTICA. La patrística se dividirá en dos opiniones: los Padres apologetas, que defenderán una generalización de la filosofía en el cristianismo, y los polemistas, quienes tratarán de enfrentarse a la filosofía arguyéndola como inferior. No siempre es fácil hacer la división haciendo referencia a autores concretos. Estas dos posiciones estarán presentes el resto del medioevo. En función de la lengua (clasificación más precisa que aquella en función de su posición doctrinal) podemos distinguir: La patrística griega. La patrística alejandrina, es Escuela alejandrina. La patrística latina. Patrística griega (s. II d.C.) Es la más antigua. Estos primeros escritos están en griego, puesto que el griego es idioma común entre las clases altas de la sociedad romana y los navegantes (no un griego ático, sino popularizado), un idioma general. También es debido a que es el idioma originario de la filosofía, y de estos primero Padres de la Iglesia (San Ignacio, San Ireneo), discípulos de discípulos de Pablo de Tarso. El arte de la retórica y la oratoria es extendida desde el habla griega. Alejandría es además el foco cultural del momento, el emporio de la ciencia. La característica principal de estos Padres griegos es que tienen un conocimiento y un contacto directo con las nuevas comunidades cristianas. Los textos apologéticos se muestran muy abiertos a verter la comunidad cristiana hacia fuera. Son más los apologetas que los polemistas. Destacan: Justino 8105-165 d.C.), Taciano y Atenágoras de Atenas. Justino responde al tipo de apologeta. Su obra busca la defensa del cristianismo ante los gentiles. Trata de demostrar su no-peligrosidad para el orden social, además de otros calados de mayor índole intelectual: la doctrina del amor universal es propicio para el ideal político del imperio romano, la adopción cristiana de ritos paganos, refuerza la legitimidad del estado. Justino parte de que la sociedad romana está fundada en los grandes filósofos clásicos, y, si a nivel social no hay conflicto entonces a nivel teórico no tendría porqué ser contradictorio. El cristianismo ofrece al imperio unos ideales que pueden reforzar la Pax Romana. Taciano de Siria está en contacto con lo más extraño de la civilización greco-latina, vive en la frontera oriental, el contacto con caravanas procedente de China. No está tan imbuido por la racionalidad por esta influencia oriental, y por esto busca más lo místico y lo irracional como lo más elevado. Más influenciada además por el petrinismo que por San Pablo. Su discurso va contra los griegos y la filosofía, aunque también contra los gentiles en general. Para Taciano las abstracciones son banales porque no expresan una relación casuística de la moral, no hay concreción: explican generalidades de carácter intelectual que provocan la desmembración de la unidad romana; la filosofía griega no va a ser sino una escuela de vicios que no nos instruyen sino en sofismas, divertimentos y ociosidades intelectuales. La conclusión es que el cristianismo es una religión mucho más valiosa que la griega, pues es mucho más antigua además (tomando como referencia la Biblia y el judaísmo). La vocación del cristianismo es subversiva, va contra la autoridad imperial y la idolatría. Es una actitud, por lo tanto, muy diferente a la de Justino. Atenágoras de Atenas es discípulo de Justino, y su obra es parecida a la del maestro, también a favor de la inclusión de la filosofía en el cristianismo. Atenágoras recibió mucho de las escuelas filosóficas atenienses, todavía vigentes en su tiempo. Añadirá a los argumentos de Justino especificando en qué elementos el cristianismo es filosófico. Se consideró a los cristianos como ateos, pues no acudían al templo ni era un dios con imagen; pero argumentó que de hecho el cristianismo es sumamente teísta, su dios es el más grande y es el mismo que el de los filósofos como opción teológica intelectualmente superior. Acude a tres filósofos áticos para justificar el monoteísmo: Filolao, Platón y Aristóteles, además del argumento topológico (Dios no puede estar en muchos sitios, luego es infinito, pero entonces tiene que ser uno) y el argumento “teleológico” (solamente es posible la salvación a través del Bien, pero para ello sólo puede haber un solo Bien que rija el mundo). Atenágoras trata el tema de la compaginación del monoteísmo con la estructura trinitaria de la divinidad, tema estrictamente teológico. Es el primero que lanza el problema de la trinidad y la solución que posteriormente tomará el catolicismo: “una sola naturaleza y tres manifestaciones diferentes”. 3 Escuela de Alejandría. Alejandría fue el foco cultural del helenismo. Sus tres representantes más importantes están en relación discipular. Es sin duda el grupo más importante de la patrística, no por sus componentes individuales, sino como el conjunto más influyente. Junto con San Agustín son quienes combaten más el escepticismo. El influjo platónico triunfa sobre el escepticismo debido a la mayor adaptación intelectual cristiana a los presupuestos teóricos del platonismo, algo que no era posible con la inestabilidad teórica del escéptico. Las lecturas realizadas de esta escuela patrística, junto con las de S. Agustín, y los análisis de los problemas filosóficos tradicionales serán los que marquen las pautas de reflexión del medioevo. Sus tres representantes son Clemente de Alejandría, Orígenes y Gregorio Taumaturgo. Clemente es discípulo de Filón de Alejandría, es un filósofo convertido al cristianismo. Su interés principal es la formación de una paideia cristiana o catequesis. Influencias gnósticas: el cristianismo es la enseñanza del pueblo elegido, pues no se tiene fe, sino que se recibe por Gracia de Dios. Su primera obra es el “Pedagogo” (el que conduce, o también el que engaña), identificado con el Educador y con Cristo. Cristo es más un maestro que un salvador político, cercano a un Sócrates; rabí en el sentido de maestro, pero no de escrituras, sino de filosofía. En la segunda obra, “Strómata·, la salvación se realiza a través de las virtudes éticas y dianoéticas (del entendimiento). Este proceso es más que una aceptación de dogmas. Hagamos algunas referencias a obras concretas. Pedagogo. Se forma la idea del clérigo como filósofo, idea que prevalece en la cristiandad hasta nuestros días. La clerecía pasa por la filosofía y llega a la teología. El único maestro es Cristo, porque es el único capaz de salvar, el único capaz de salvar, el único capaz de transmitir la verdad. Cristo es explicado como un filósofo. Sólo quien se rige bajo una disciplina puede ser maestro, pues somos pecadores por naturaleza. El pedagogo no es quien enseña, sino el que ama. No se puede conocer nada que no se ame. No en vano “conocer” en lenguaje bíblico equivale tanto a lo intelectual como al amor. Notamos en Clemente todavía algunos valores cristianos que luego se irán perdiendo como la apertura al mundo pagano. El “yo soy la palabra” que aparece en la Biblia es posible que tuviera influencia del helenismo, en el sentido de λογος, palabra racional. No hay divinización de la palabra, sino una humanización de la misma. Puede considerarse a Clemente como el creador del ideal pedagógico, en su mejor sentido. Stromata. Hace un repaso de cómo las religiones contribuyen a la cultura como cultivo del espíritu, cómo la religión se adecua a este ideal. La filosofía en la medida que prepara para la verdad cristiana, prepara para el cristianismo. La verdad no es posible si no se tiene Fe en la verdad, pues la verdad ha de ser una (tanto para cristianos como para platónicos). La verdad existe como punto de acuerdo al que tenemos que llegar, aunque nos cueste mucho llegar a ella. San Agustín tomará mucho de Clemente de Alejandría. Orígenes de Alejandría es desde algunos aspectos el autor más importante de la escuela, por ser el más apasionado y también el más combatido posteriormente, aunque también defendido por la escuela latina. Desde el punto de vista filosófico es formado por Amonio Sacas, maestro también de Plotino. Vive sus ideas y creencias con radicalidad, con un carácter apasionado. Influencia gnóstica en su cosmovisión del mundo, de las escrituras y de la filosofía. Es un autor polémico pero que deja un amplio discipulado. Dos obras principales: Contra-celsus y De principiis. La primera se conserva completa, aunque la segunda es la más citada e importante (desde el punto de vista de una síntesis entre filosofía y cristianismo). Contra-Celso. Escrita en contra de los gnósticos (Celso es un gnóstico). Su tesis es la afirmación de la inmutabilidad de Dios (por lo que también va contra el maniqueísmo), instancia en la explicación neoplatónica del verbo (la 2ª persona de Dios) [es polémica la comprensión del verbo en las escrituras] e imagen de la bondad divina (pues es salvadora). De Principiis (o “sobre los principios). Dirigida tanto a cristianos en proceso de formación como a los perseguidores del cristianismo. Defensa racional de los elementos fundamentales del cristianismo. 1. Figura de Dios Uno espiritual. 2. Figura de la creación. 3. Figura de Cristo salvado. 4. Resurrección final. 5. Progreso de los tiempos a una 2ª Avenida. Van tanto a los fundamentos de la fe como de la filosofía. El elemento al que más reflexión dedica es a la figura de Cristo y su papel de superación de la decadencia, en la salvación de hombre por medio de la fe hacia la unión amorosa con Dios uno (aplicando concepciones neoplatónicas). Por último, cabe hacer una breve referencia a los Padres capadocios (formados en Cesárea de Capadocia). Todos estos Padres hacen una revisión de la obra de Orígenes, algunos para 4 separarse de él y otro para desarrollar sus ideas. San Basilio es el gran estructurador de la Iglesia. San Agustín de Hipona [faltan apuntes de un día de clase] Concepción del hombre como objeto central de la filosofía, o mejor dicho el hombre como objeto que necesita ser salvado a través de Dios. Dios es tema central de su obra en tanto que es medio de salvación para el hombre. No es tan solo aspiración mística, sino también aspiración social. Es una preocupación existencial, por la situación de choque cultural. Agustín es filósofo, por lo tanto la salvación no es gratuita, sino que se salvará en tanto que pueda hallarse algo de carácter divino en el hombre. Hay que salvar al hombre de la amenaza del mal que él mismo porta, como dolor, enfermedad, luchas… El hombre por mucho mal que haga tiene algo bueno en él (influencia del socratismo). El hombre no quiere el mal, el hombre se equivoca. El principio de salvación que reside en el hombre es su propia voluntad. La razón es el complemento que salva a la voluntad; el logos, el razonamiento, la palabra justificadora. No en vano la palabra se identifica con Cristo. Hay por lo tanto tres patas que sostienen estos postulados: Dios como principio, Cristo como palabra (logos) y la Razón. La Fe y la Gracia son elementos importantes en San Agustín. El que descubre la verdad no puede dejar de quererla, la ama. Conocimiento es amor; es pitis, eros, filia; compenetración espiritual, inmersión en el bien, en el Uno. La Gracia es la vida de Dios, una identificación intuitiva del hombre con Dios, por acción amorosa, donativo. Cristo es el culmine de la Gracia, también es herramienta de Dios (logos). La Fe es también dada, regalada. No puede ser obtenida por esfuerzo racional, porque la fe no es racional. Creer exige un plus de irracionalidad. La fe no es evidente, es iluminación de Dios, revelación. No afecta sólo a la racionalidad, sino a un compromiso con la vida, es un modo de vida. El hombre se salva en tanto que imago Dei (imagen de Dios). Es hijo de dios porque su alma es originaria de Dios. Existe el alma porque existe la verdad, y el alma está en contacto con la verdad. El alma se expresa en autoconciencia y en que ama (no instintivamente, sino voluntariamente). Dos puntos importantes en San Agustín: Demostración tramposa de la existencia de Dios. Utiliza un argumento parecido al cartesiano. Pero esta argumentación, ¿es una divinización del ejercicio intelectual o una demostración intelectual de Dios? Hace tanto hincapié en la racionalidad que acaba en un antropocentrismo, como el griego. Salvación es consumación. Estudiando a San Agustín hacemos también una genealogía del antropocentrismo occidental. Negación del hilemorfismo, así como una exaltación del idealismo platónico. Aplicación política e histórica: El sistema filosófico de San Agustín se articula desde el concepto de ordo amoris. “El orden conduce a Dios”, dirá San Agustín. La mesura, la proporción, el equilibrio, la lógica, el método… el orden conduce a Dios por la voluntad de sistematización. Hay mucha teoría platónica y cristiana en tal voluntad. La libertad es la capacidad de “hacer lo que uno quiera”, pero esa libertad no se consuma si no es dentro de un orden. El orden lleva al conocimiento, el orden nos lleva a amar. La libertad es la capacidad que se da sólo si nos da la felicidad, si lo que cumple son las aspiraciones del alma. Lo que Agustín nos describe se asemeja bastante a la ataraxia griega, la aspiración de superar las necesidades, cumplimiento y realización de la eudaimonía. Esta no necesidad está explicada en clave cristiana. Vemos cómo hay una síntesis de tradición cristiana y griega. La primera obra filosófica de carácter autobiográfico de la historia de la filosofía son las “Confesiones” de San Agustín. Se arguye lo siguiente. Respecto al conocimiento: Forma parte de un orden superior: el Amor. El conocimiento no es “el orden”, es un orden del amor. El sistema agustiniano es erótico. Quizá lo que más influirá en la modernidad es su carácter vitalista, una búsqueda de la “voluntad pura”. El conocimiento es consecuencia y no causa de esta voluntad de salvación. La verdad es un presupuesto de la teoría del conocimiento. La verdad del mundo supone el amor al mundo, el amor al otro es verdad del otro. En “De veritate” se expone lo siguiente. La verdad es lo que mi conciencia me dice que es, un yo como elemento fundamental de la verdad, una apelación fundamental al individuo. El saber es, por lo tanto, transferencia intransferible, solitaria e insustituible. El conocimiento 5 es relación entre el yo y la verdad, es iluminación, entrega, búsqueda, visión. Penetrar en el ímpetu de las cosas es complejo, marca los límites entre el lenguaje poético, místico y el filosófico y científico. Pero la filosofía siempre ha estado expuesta al riesgo, se ve más enriquecida cuanto más está abierto a otros lenguajes (como por ejemplo el poético, recordemos a Nietzsche). Primacía de la voluntad, expuesta en el imperativo “Ama y haz lo que quieras” (imperativo dionisiaco). La adscripción de San Agustín a la filosofía griega es deudora del pragmatismo ciceroniano. Depura los excesos como el irracionalismo, el escepticismo; pero también el intelectualismo. Evitando estos excesos está siendo fiel a la “adorada mediocridad”, el punto medio. Algunos achacarán a San Agustín que use este discurso para fundamentar el catolicismo. El vitalismo agustiniano también tiene que ver con una época de crisis, donde el escepticismo era un lujo que no se podía permitir. El ordo amoris se consuma con una concepción cosmológica y metafísica. La naturaleza es la manifestación de Dios en la materia. Las metáforas de San Agustín son tomadas de Plotino. Dios crea el mundo de la nada, pero la nada es algo así como una materia preexistente ordenada por el demiurgo. El mundo no existe como reflejo de un mundo superior, sino algo más parecido a una participación platónica. Es el primero que trata el problema del tiempo. El tiempo es una criatura más. El tiempo está unido al mundo sensible, es un tiempo psicológico, estrictamente vinculado al ser humano. Nos lleva del esperar al recordar. Estamos quizá ante un tiempo parecido al kantiano como condición a priori de la sensibilidad. Consumación teológico-metafísica. Si no hay un presupuesto de razón no hay este orden. Todas las cosas existen en la medida en que son verdaderas y participan de la verdad. El tiempo es el topos donde ocurre la materialidad. Si el mundo es cambio Dios es el ser. La eternidad no es un tiempo perpetuo, sino absoluta permanencia en sí. El mundo de las criaturas es dialéctico, pero Dios no está ahí. Está utilizando dos concepciones griegas para explicar dos órdenes de realidad. “La ciudad de Dios” es una crítica de la situación de la sociedad romana, o sobre todo de los lugares sobre los que él pudiera observar. Trata sobre un sistema de gobierno general del mundo, una reflexión universalizadota. No es un teórico “imperialista”, como se le ha querido tachar, pues aparentemente da fundamento al modo de gobierno de Roma. En sus 20 volúmenes se plantea tanto una teología de la historia como una reflexión política. San Agustín provee al cristianismo de una política propia, sustito del viejo orden romano que ahora está en decadencia. Toda la historia está recogida por la providencia, incluido el primado del imperio romano. Todo está finalmente predestinado al triunfo del Bien, de la verdad, de la vuelta de Cristo. Existe una teleología. Finalmente todo se subsana si los resultados son bueno. La historia es inteligible, es posible una comprensión teológica de la historia de la salvación. En la medida en que es comprensible da esperanza a los ciudadanos. ¿Cuál es el núcleo de la comprensión cristiana de la historia? El expresado en las sagradas escrituras. Tiene dos momentos: el del pecado y el de la salvación. Es San Agustín quien establece la distinción entre Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. A una visión de la historia se le da una consecuencia política: la autoridad de la Iglesia. El Obispo es el “nuevo César”, y Roma es la “nueva Jerusalén”. Se mantiene la administración eclesiástica de la Roma imperial; la primera se basa en el Amor y el segundo en el Pacto. El Ordo Amoris se fundamenta en este orden, aunque no es seguro que este ideal se llevara a cabo a la práctica; pues como ha ocurrido repetidas veces en la historia, los ideales han permanecido en muchos casos como ideales. Se está creando un marco teológico basado en ideales políticos más que en una realidad existente. La Ciudad de Dios es un proyecto, una ideal. Será tanto su fuerza como su insuficiencia. Para concretar el ideal agustiniano a veces se utilizará el derecho romano, el derecho consuetudinario, las situaciones de hecho, etc. Cuando la autoridad necesita verse fundamentada se acudirá a San Agustín, por ejemplo el feudalismo. Dios da una orden a las cosas, pero habrá críticos del apoyo al feudalismo en argumentos agustinianos. Es el primero momento en el que hay un cierto atisbo de establecer una filosofía de la historia. No podemos considerar a San Agustín un filósofo de la historia, pues la suya es una teología de la historia, pero sí que da un primer paso hacia ella. No se da la siguiente identificación: Ciudad de Dios Iglesia y Ciudad del Hombre Estado. Para San Agustín no hay distinción entre estado e iglesia, pues no es posible separar a una cosa de otra sin debilitar el poder del estado. Por eso no hay que ver en la Ciudad de Dios una representación exclusiva del poder de la Iglesia. Esta interpretación es una 6 interpretación reduccionista de época moderna, su sentido original no se recupera hasta el siglo XX. NUCLEO TEMATICO II. Los maestros medievales. Ss. VIII-IX d.C. Boecio, Pseudo-Dionisio, San Isidoro de Sevilla y Casiodoro. Boecio Martilius Severitius Boetius (470-524 d.C.) ejercita la filosofía con un leve barniz teológico. Durante un tiempo es consejero del nuevo rey bárbaro. Espectador de la caída del imperio romano, vive en carne propia el paso de la cultura greco-latina, que amenaza con desaparecer. Ejerce la filosofía como un consuelo. Por esto el propio Boecio es ajusticiado por Teodorico. Cuatro factores a tener en cuenta: 1. Debe quedar clara una pasión: la de emular la obra de Mario Vitorino, ambos conscientes de que el mundo grecolatino corre riesgo de perderse buscan la reproducción de este. 2. Quiere transmitir esta herencia es sus elementos más importantes. Pretensiones de sistematización. Aritmética, geometría, astronomía y música son tal herencia. Serán tenidas en cuenta en el futuro para la elaboración de programas de estudio. 3. Transmitir las obras de los que fueron los grandes maestros: Aristóteles y Platón. Son traducidos y comentados con voluntad convergente, como autores complementarios. Va a crear un tópico para resto de la edad media. Traduce a otro más: de Porfirio, por su valor pedagógico, la Isagoge (una introducción al Organon de Aristóteles). 4. Un modelo pedagógico de la filosofía como consolación. Obras de Boecio: Opúsculos teológicos (De Trinitate, Liber Hebdomadibus, Libro de la Persana y De las dos naturalezas) De Consolatione. Pequeños tratados de Lógica. En los opúsculos se planteará la cuestión de Dios de una manera axiomática y sistemática. La teología de Boecio será muy racionalista. Comenta los Tópicos del Organon de Aristóteles. De Cicerón también traduce los Tópicos, porque Cicerón es el gran maestro de la romanizad. Plantea por primera vez el problema de los universales: hasta qué punto los universales – por ejemplo el universal “hombre” – tienen existencia real. Esto dividirá a las dos posiciones que serán el idealismo y el realismo. “¿Qué realidad tienen los universales?” La respuesta de Boecio será que desde la multiplicidad se comprende la unidad, desde las cosas conocemos lo trascendente. No sólo existe como género supremo el Ser, sino también la Nada. Sobre De Consolatione Philosophia (La consolación de la filosofía) - Características generales: Boecio no es un cristiano ferviente, sino un admirador de la cultura romana. El tono de su obra es platónico y, por supuesto, agustiniano. Hay un cierto eclecticismo presente en la obra, dado más por su momento histórico, durante el cual se dieron cita diversos puntos de vista. - Diatriba: La diatriba es un género literario que se utiliza como crítica acérrima a una persona o a una doctrina. Una sátira o una caricatura es una diatriba. La crítica será su propia sociedad, aunque con mucho de arrepentimiento y crítica hacia sí mismo. Critica por ejemplo el hedonismo, el uso desmedido de los placeres, los abusos de poder, etc. De una manera concurrente critica la insuficiencia d estas aspiraciones materiales. Están escritas en un tono casi elegiaco, llorando lo perdido, arrepintiéndose. No hay tanto un odio como un examen de conciencia colectivo. - Consuelo religioso: No está claro si es un consuelo optimista como una actitud de resignación. Esta reflexión religiosa se centra en elementos de Fe cristiana que nos pueden dar la felicidad (por ejemplo, la contemplación). La fe es capaz de reconducir las situaciones a un estado de consuelo. 7 La idea de providencia en Boecio es muy agustiniana. En la providencia boeciana hay que contemplar la imposibilidad de la casualidad. Esto consuela al sabio porque le lleva a pensar que hasta lo malo surge con una finalidad positiva. No cree en la magia ni en el azar. Hasta aquí el consuelo teológico. - Consuelo filosófico (o consolaciones filosóficas): * El origen del creador: Escasas citas a la Sagrada Escritura, abundantes citas directas e indirectas a filósofos griegos. El Dios boeciano es formal sin deseo. La originalidad de Boecio reside en esta concepción. Es forma sin voluntad. A la concepción platónica y aristotélica se le añade el sin deseo, pero ésta apreciación no la hizo ni Platón ni Aristóteles. Esta definición delata la situación de su autor, que escribe desde la cárcel, con el fin de Roma a las puertas, donde su filosofía es una mera voluntad de vivir. Es un consuelo místico y resignado. Nos intriga esta ataraxia, recibida – entre otros – de los estoicos. Dios, aunque forma sin deseo, sí que tiene movimiento. No en el sentido de pathos ni de ethos (no elige crear, pero tampoco está obligado a crear), sino en el sentido de telos (destino matemático, formal, lógico). Por primera vez nos encontramos con un cristiano que cree que la naturaleza en su conjunto es matematizable. Dios es continuo movimiento, continuo presente. Esta concepción puede llevarnos fácilmente a pensar en el panteísmo de Boecio, pues el mundo es perfecto en la medida en que Dios lo es. - El conocimiento El conocimiento supone la perfección de lo divino. ¿Por qué el conocimiento nos da la felicidad? Porque hay varios tipos de conocimiento. No sólo hay conocimiento místico, sino también conocimiento por los sentidos. Este primer nivel de conocimiento es principio de consolación, el conocimiento de lo sensible – en el sentido de que lo material responde a una formalidad universal, el conocimiento no está en la sensación misma, sino en su idealidad. El segundo nivel se referiría al conocimiento que no precisa siquiera de los sentidos, es la imaginación (en el sentido de imago, representación). El tercer grado es el de la razón, el que nos muestra un lugar abstracto. Es conocer el puesto que juega la idea humana, del conjunto de las cosas, del orden del conjunto del mundo abstracto e infinito, el reino de las ideas y de las relaciones. El último nivel, el cuarto, es el del entendimiento. Está en relación con la intuición intelectual, una cercanía a la mística y a la contemplación. Es una experiencia difícilmente expresable. Resulta curioso que la filosofía occidental finalice con una poesía, un canto al saber y a la filosofía. Seudo-Dionisio Areopagita Se conoce poco o nada de su figura histórica. Sus escritos datan de un griego del siglo VI, aunque por algún tiempo fueron atribuidos a San Dionisio (primer obispo cristiano de Atenas). Aparecieron en el S. VIII c.D., prcedentes de Bizancio, regalados a Ludovico – padre de Carlomagono – y traducidos del griego por Hilduino (de la Iglesia de St. Denis, o San Dionisio en francés). La traducción de Hilduino, poco conocedor del griego a pesar de su fama de sabio, fue bastante pobre; y Carlos el Calvo (el sucesor de Carlomagno) encargará una nueva traducción a Juan Escoto de Erígena. Es hasta tal punto una buena traducción que incluso se puso en duda que no fuera una edición comentada y corregida por el propio Escoto. Pero hoy se muestra como definitivo que fue más bien lo primero, y que el SeudoDionisio ejerció una gran influencia sobre Escoto. El Corpus Dyonisiacum será uno de los textos más comentados hasta el declive de la dialéctica en el siglo XII. Su importancia se deberá a que se le considerará el pensador patrístico más cercano a la dialéctica. Posteriormente la dialéctica será rechazada por las Iglesias, y los dialécticos tendrán todas las de perder. Esto es debido a que Dios en última instancia no es dialéctico. Dios dirá a Moisés: “Yo soy el que soy”, es “Jahweh” (que es la traducción al griego del “yo soy como soy”). El problema de los dialécticos es que podrían afirmar el ser y la nada, así como que Dios es y no es. El primer Padre de la Iglesia – o considerado como tal – que defiende la dialéctica es San Dionisio Areopagita. Parece irónico que desde Bizancio se hiciera un “regalo” semejante. Si a San Dionisio no se le condena posteriormente junto con el resto de dialécticos será debido a su carácter místico. [Como veremos el principal dionisista será Pedro Abelardo, en el siglo XII, junto con Escoto de Erígena.] Algunas notas acerca del Seudo-Dionisio: 1. Estamos ante un modelo de filósofo-teólogo, modelo que abarcaría la edad media. 2. Dionisio es un neoplatónico. 8 3. Escribe como tema principal a Dios, pero como un tema de cientifización, con elementos dialécticos. A Dios le concibe como un ser al que aspira el sabio, el cristiano. Es una meta a la que hay que ascender. Propone tres vías: i) Vía positiva (camino que se recorre a partir de lo existente en el tiempo, de los datos inmediatos del lenguaje, presentes en el aquí y en el ahora). Dios es eterno en la medida en que es lo que las cosas no son (temporales). Descubrimos que la culminación del orden es la destrucción del mismo. ii) Vía negativa (eliminar de Dios todo lo que es impropio de lo creado, decimos lo que Dios no es). Dios se descubre como un ser aporético, contradictorio. Para que el ascenso a Dios sea completo se deben superar las palabras. iii) Ascensión ascética (identifica al hombre con el Absoluto, retomando todas las criaturas al origen. Se accede a una contemplación para la que no hay texto ni palabras) Revestido de mística hay un apetito dialéctico. Porque no aplica el método dialéctico sólo a Dios, sino también a la naturaleza. El juego del lenguaje permite la dialéctica. La contemplación mística de Dios se contempla también desde fuera de las palabras. Panteísmo. No hay palabra. La contemplación de Dios es la contemplación del logos. A lo que aspira la dialéctica es a descubrir la fuerza de las palabras. La dialéctica es una experiencia mística de unión con la palabra divina. Su importancia no es tanto por lo original como por su difusión. Quizá sea porque es un texto irradiado por la propia corte carolingia, porque es un texto básico del imperio carolingio. Se sitúa por lo tanto en el principio y en el final del imperio carolingio. San Isidoro de Sevilla No es un Padre de la Iglesia, pero ha funcionado como tal. Se fomenta en todas las escuelas medievales. Sus obras están hechas con fin didáctico, para facilitar la labor del maestro. Isidoro de Sevilla es el primer godo que conocemos que hace filosofía. Es un fiel discípulo de la obra de San Agustín. Encarna un intento importante de articular el ideal agustiniano de la cristiandad. Es importante su santificación, pues ello le posiciona entre los Padres de la Iglesia. Es el que más influye sobre la aplicación de los dogmas del Concilio de Nicea. Combate el arrianismo. Isidoro de Sevilla es también considerado maestro, porque es también al tiempo que se difunden los textos del Pseudos-Dionisio. Hay un trauma cuando Sevilla es tomada por los árabes, pues representaba la cristiandad de su momento. Sus escritos se van a difundir al mismo nivel que los demás Padres de la Iglesia. Los árabes permitirán a los cristianos rendir su culto a San Isidoro, más porque obtenían una ganancia económica que por tolerancia. S. Isidoro se vuelve un icono. Procede de una familia noble de procedencia gótica, de ascendencia cristiana. Como monje se forma en las principales problemáticas teológicas de su época. En su época había una fuerte lucha contra el arrianismo. El cristianismo en la Península Ibérica se le denomina priscilianismo, por su difusor Prisciliano. El priscilianismo será una suerte de tradición dionisiaca del cristianismo. División teológica de la cristiandad, división política de los Godos. Momento histórico de crisis. Godos vs. Hispano-Romanos. Hasta ese momento era el reino más potente, junto con el Ostrogodo, del norte de África. San Isidoro intentará reforzar la autoridad de los reyes godos, un elogio más de su propia cultura de procedencia que por el sistema monárquico. Tratará de fortalecer el pueblo visigodo desde la cristiandad. Leovigildo fue su principal impulsor, en un intento de unificar los pueblos de la Península Ibérica como proyecto político. En este sentido mantiene la romanidad: mantiene el latín, mantiene el código romano. A la muerte de Leovigildo le sucede su hijo Recaredo, quien se convierte al cristianismo para fomentar la unidad de la península. La figura de San Isidoro no se puede comprender sin la figura de su hermano San Leandro, monje y teólogo. Isidoro es el promotor de los Concilios de Toledo, en donde se debaten los problemas político-religiosos del reino. Son grandes instrumentos de codificación legal. Escribe prolíficamente con un fin divulgativo. Sus escritos sirven para la divulgación de conocimientos en general. Es una obra fundamentalmente enciclopédica. Su obra es fundamental para la fundación de las primeras escuelas filosóficas europeas, entre ellas la Escuela Palatina en época carolingia. Sus obras son de tres tipos: Sentencias Diferencias 9 Etimologías * Sentencias: se nota que procede de un maestro. Son pequeños comentarios de texto de textos patrísticos, pero traídos a colación con un programa formativo: i) Cuestiones dogmáticas para enseñar el “verdadero cristianismo” frente al arrianismo. ii) Cuestiones morales del cristianismo católico. Los principales autores comentados son San Agustín, Gregorio Magno (sistematizador del poder de la Iglesia). Es “cocinador”, agrupa las sentencias en temas, tiene un interés pedagógico. No sólo para la catequesis, sino suplir carencias de conocimientos de monjes, catequéticos y predicadores en su labor pastoral. Es la cumbre de un tipo de obra que elabora tipologías que facilitan el aprendizaje a partir de la sistematicidad y la claridad. Será un modelo paradigmático para futuros sentenciarios en autores del siglo XI. Es entonces cuando se establecen las fuentes de la revelación: i) las Sagradas Escrituras, ii) la autoridad de San Pedro y iii) la tradición eclesiástica (los Padres de la Iglesia). * Diferencias: también de carácter divulgativo y sistemático. Son “ocurrencias” del autor acerca de lo que le sugieren las palabras. Pero lo hace también porque es el elemento más fidedigno del conocimiento del que dispone en el ámbito empírico. Encuentra dificultades en otro tipo de análisis de tipo sintáctico. Distingue: 1. Diferencias entre las palabras. 610 casos. Repertorio de palabras con sentidos parecidos que al aclararse producen iluminación, traen luz a la mente, sugieren… Hace de la pragmática del idioma el objeto de reflexión filosófica. 2. Diferencias entre las palabras. 107 casos. Diferencias no tanto por lo que sentimos de ellas como por lo que decimos de ellas. Los objetos son parecidos (por ejemplo: Dios, Señor, Espíritu Santo, etc…) o Espíritu/anima. No es tanto la diferencia verbal como las diferencias entre las cosas. Ambas obras no son sino ‘entremeses’ para la obra culminante de San Isidoro, las Etimologías. En ellas se sigue la misma metodología que en sus obras previas. Fijémonos en que el título apela ya a las palabras. Explicando el origen de las palabras reúne todo el saber de su tiempo. Es parecido a las pretensiones de Boecio, aunque mucho más optimista; no es tanto lamentarse por lo pasado como construir el futuro, el canto del cisne como el renacer del Fénix. Sigue una dinámica muy vitalista, propia del pueblo godo. Consta de 20 libros agrupados en múltiples temas de muchas disciplinas. Explica todo desde el origen de las palabras. Bajo la definición de cada palabra se encuentra inserto un saber práctico. Las etimologías no todas tienen la misma importancia. La dificultad del origen varía de unas palabras a otras. Las más fáciles están en relación con una etimología natural del latín, la semántica del origen latino facilita la explicación. Las más dificultosas son aquellas que proceden de convenciones sociales arbitrarias. Aun así la obra abarca ambas. El mérito no es tanto lexicográfico (cuya fidelidad es bastante dudosa) como su aspiración de reunir todo lo que hay en la naturaleza en el discurso, lo que significaría que todo es aprehensible a la razón. La primera expresión de la racionalidad lógica de la modernidad se encuentra en las etimologías. Consideraciones sobre el valor filosófico de San Isidoro de Sevilla: 1. Valor del lenguaje. En la medida en que las palabras equivalen a las cosas es posible comprender las cosas a partir de las palabras. 2. Las etimologías suponen una práctica que prefigura una modesta filosofía del lenguaje, hacer del lenguaje un producto lógico; es posible extraer lecciones de las palabras. 3. Esfuerzo por elegir la filología (concretamente la semántica) como método que da claridad. Ciertamente se heredará en la modernidad esta creencia de que elaborar distinciones aporta claridad en los conocimientos. Quizá en las Etimología encontramos la conclusión final de toda obra: la importancia de establecer un método sistemático, compartimentado, ordenado, la vocación del método. 4. Influye en la edad media por su carácter facilitador, propedéutico y pedagógico; para facilitar toda labor del conocimiento. Educa la mente, la sistematicidad, la universalidad del saber. “No se sabe si no se explica”. El Renacimiento Carolingio El renacimiento carolingio es más o menos coetáneo de otros renacimientos europeos, particularmente del bizantino (ss. VIII-X), y dura aproximadamente un siglo. A diferencia de este último, se trata de una renacimiento latino. Es superior desde el punto de vista 10 filosófico, pues se trata de un renacimiento más vivo, al resurgir prácticamente de la nada (en Oriente el espíritu grecolatino nunca se perdió del todo). No renacen tanto las costumbres como un espíritu filosófico genuino. Quedan ecos de la cultura antigua, pero reinventa. La filosofía, como el arte, no es un mero copiar, sino que saca a la vida de su odiosa cotidianidad, provoca momentos e instantes inútiles y perecederos, como una fiesta, las fallas o un sacrificio. La filosofía clásica llega débil en sus textos. La Escuela Palatina de Aquisgrán es la generadora de la cultura del momento, tanto en estilos artísticos como filosóficos. Es la que utiliza el latín romano como lengua oficial. Las figuras más importantes son Alcuino de York – maestro inglés llamado a dirigir la escuela –, Fredegiso de Tours, Rabano Mauro, etc… y sobre todo Juan Scoto de Erígena. Vemos que tienen gran influencia los maestros de las islas británicas, aunque realmente se llamará a maestros de todas las antiguas provincias romanas. Reflexionan sobre temas como los métodos pedagógicos más apropiados, el conocimiento técnico (agricultura, medios de transporte, navegación, guerra, etc…) que copiarán mucho de San Isidoro de Sevilla, y se establecerá el sistema trivium/cuadrivium boeciano. Es así que la jerarquía estamental tiene su origen en este imperio, al menos en su regulación más oficial. Pero los temas fundamentales son sobre todo teológicos, procedentes de la tradición agustiniana y de la teocracia. Tratarán de consolidar la dogmática de la iglesia desde el Concilio de Nicea. Al mismo tiempo se va formando una rivalidad entre Oriente y Occidente, un conflicto que culminará en el Cisma de Occidente. Los temas teológicos más tratados serán i) la discusión sobre la Trinidad y el Espíritu Santo, ii) la predestinación y iii) la eucaristía. Algunos autores que discuten sobre la cuestión de la trinidad: Gotescalco e Hincmaro, Servato Lupo, Ratramno, Rabano Mauro, Pascasio Radberto… Los maestros carolingios estarán influídos por el goticismo, y presentará en Fredegiso de Tours su máximo exponente, en una carta dirigida al emperador tratando de defender la existencia de la Nada y la Tiniebla. El goticismo se muestra claramente en el título de un tratado de Rabano Mauro: Sobre la naturaleza de las cosas y las propiedades de las palabras y el sentido místico de las cosas. Las palabras permiten conocer inmediatamente la naturaleza de las cosas. En Isidoro de Sevilla la etimología de las palabras nos daba conocimiento y nos llevaba a conocer un poco más lo divino, dado que las enseñanzas intelectuales tienen un límites. Una vez conocidas las cosas no tiene mayor posibilidad conocer las leyes que lo rigen, puesto que no podemos conocer con seguridad estas leyes, tales como el movimiento de los astros, etc… Pero Rabano Mauro hace una apuesta por el saber especulativo, y es transición de una admiración por la gramática a la necesidad de la metafísica (que no es sino una forma de metalenguaje). Alcuino de York Se le puede considerar el fundador y organizador de la Escuela Palatina, y también como un dirigente teórico del imperio carolingio. No es un gran innovador, sino un gran transmisor, pedagogo y organizador. Tiene el acierto de incluir el saber profano. Para entender el sentido de lo sagrado, sostendrá él, es necesario conocer el sentido de lo profano. Sus escritos son básicamente explicativos. Dice: Dios habla de sí mismo de modo propio, de modo relativo (en cómo se relaciona con las criaturas), de modo metafórico o traslativo (tiempo, posición, posesión, pasión). Es importante conocer lo profano para conocer a Dios metafóricamente. Conocer las cosas no es inútil, es importante, también porque son imágenes de Dios En cuanto a la forma de proceder tiene influencia de S. Isidoro. No ha de desmerecerse ni lo sagrado ni lo profano. Las cuestiones teóricas más sugerentes las explorarán en sus discípulos, como la muerte y su realidad o los conceptos privativos, el hecho de la creación (tema original de S. Agustín). El primero será tratado por Fredegiso de Tours y el segundo de J. Scoto de Erígena. A modo de síntesis destacamos en Alcuino de York: i) por ser el creador de un sistema administrativo pedagógico, ii) por integrar lo sagrado y lo profano y iii) aun no dedicándose exhaustivamente a la especulación imparte los temas que tratará su escuela. Nota acerca de los monasterios Los maestros carolingios se extienden por todo el imperio, siguiendo el ideal de San Benito de unidad cultural. Los monasterios más importantes (que en realidad no eran sino bibliotecas, laboratorios, escuelas, elementos de difusión cultural) son Cornie, Hautirlier, Ferriéres, Cluny y Citeaux (aunque la importancia de estos dos será posterior, algunos siglos más tarde), Orbais y Montecasino (en la península itálica). En España el renacimiento carolingio tuvo una importancia relativa. La zona de Cataluña pasó a ser parte del imperio bajo la denominación de Marca Hispánica. 11 Juan Scoto de Erígena (S.IX) Este autor es seguramente el de mayor importancia de la época carolingia, aunque apareció justo al final del periodo. También es el principal representante de la tradición dialéctica. Se conoce muy poco de su vida, tan sólo que era de ascendencia irlandesa posiblemente. No todas sus obras son filosóficas, aunque sus obras más importancias son precisamente estas de carácter teológico-filosófico. Es comentador y traductor del Seudo-Dionisio, del que tomará algunas tesis como la no separación entre mundo terrestre y mundo celeste. Es también conocido por ser comentador del Evangelio de San Juan. De divisione naturare o Peri physeon es su obra más destacada. Esta obra comienza teniendo conexiones con el De rerum natura de Lucrecio, aunque acaba separándose al desarrollar un carácter dialéctico personal. Es una obra de madurez, compendio de todas sus obras anteriores, de su teoría de la naturaleza como physis, la dialéctica como motor de la naturaleza, el tema de la unidad del alma, la función trinitaria, etc… Hay también una exposición acerca de Dios como principio y fin del destino del hombre. Casi siempre que hablemos de su doctrina ésta será nuestra obra de referencia. Scoto de Erígena plantea la filosofía como un ejercicio dialéctico, donde se examina la discursividad de la razón desde el análisis del lenguaje, del diálogo. El pensamiento no es sino dialéctica. Todo lo que decimos se divide bajo estas cuatro operaciones o funciones del pensamiento. 1. División. Operación de análisis. 2. Resolución. Operación de síntesis. 3. Definición. Operación que determina los momentos de div-res, en qué momento se encuentra. 4. Demostración. Es el momento en el que cada una de las cosas de las que hablamos necesita ser presentada como evidente, que justifica las determinaciones. Quizá es un filósofo adelantado a su época, pues no será leído detenidamente hasta el siglo XII, y será para ser condenado. Se reparará particularmente en las dos primeras etapas, división y resolución, por ser el fundamento de una visión dialéctica del mundo, como un movimiento oscilante entre división y resolución. Esto convierte el esquema de ser una clasificación gnoseológica a ser también ontológica. La naturaleza se manifiesta bajo cuatro especies, con un movimiento constante entre ellas. ESPECIES NATURAE 1. Naturaleza que crea y no es creada. --- DIOS 2. Naturaleza que es creada y crea. --- IDEAS (o esencias inteligibles) 3. Naturaleza que no crea y es creada. --- TEOFANIAS (o esencias inteligibles visibles terrestres o celestes)1 4. Naturaleza que no es creada y no crea. --- DIOS ↑ Síntesis ↓ Análisis En este proceso, sin darnos cuenta pasamos de la división a la resolución. Scoto de Erígena no es una mera re-presentación del neoplatonismo, sino que introduce novedades en la división de la naturaleza. La división de la naturaleza no está en los datos empíricos, sino en su esencia abstracta. Es idealista en el sentido platónico, en el sentido de que apela a ideas, aunque de alguna manera prefigura también el idealismo 1 Las ideas no son en absoluto separables de las Teofanías. De hecho, la naturaleza forma un conjunto, hasta tal punto que Scoto de Erígena tendrá serios problemas para no finalizar su doctrina en una teoría panteísta. 12 contemporáneo. Esta sistematicidad de carácter abstracto sobre teología no volverá a darse hasta Spinoza y Leibniz. La particularidad de sus reflexiones de carácter teológico le provocará la condena de su panteísmo algunos siglos más tarde. Trasciende la caracterización de la dialéctica constitutiva de la realidad, metafísica y empírica. Quizá si esta concepción de la dialéctica no se hubiera truncado se habría llegado a algo parecido al racionalismo. Deus sive natura. Dialéctica negativa: Dios se manifiesta también en lo que no es Dios. Hay términos que no es que resulten ser inadecuados, sino que son traspuestas, metafóricas. Pero la manera de hablar de Dios metafórica son siempre imágenes, porque repugnan al propio concepto de Dios. Incluso las concepciones adecuadas tampoco son una ayuda completa, pues no son sino fruto de la experiencia, de la racionalidad. Tampoco son satisfactorias. Para hablar de Dios, por lo tanto, estamos sosteniendo un discurso sobre todo negativo. El discurso positivo parece siempre insuficiente. Es una teología aporética, contradictoria. Esta dialéctica al final se convierte en erística, en un lenguaje oscuro, cercano al juego. Como decía Wittgenstein, las ciudades que son más apetecibles no son ni las más racionalistas ni las más caóticas, sino que ambas son necesarias. Una ciudad es una oposición de ambos modelos, una especie de juego. Esto podría trasponerse al discurso de Dios. «Porque una negación expresa una excelencia, no un defecto» - Juan Scoto Erígena. Dios no es sólo lo que podamos decir, sino también lo que no podamos decir. Esto es subversivo, contradictorio, paradójico, pero es también lo que la filosofía necesita para ser sincera. Dios es esencia, pero no es sólo esto. Dios es superesencial. Es dialéctico no sólo porque la realidad se produce por los contrarios, sino porque los contrarios son necesarios. Es necesaria la composición entre esencia y no esencia (o superesencia). Todos los contrarios son superados por el suyo. Hay una sorprendente teoría del conocer (del acto del conocer), una teoría de la aporesis, de contradicción entre lo que creemos conocer. Dios se conoce en la medida en que se manifiesta en sus criaturas. El conocimiento de Dios es el que produce el ser de las cosas. Lo único que Dios no conoce es el Mal, porque es lo contrario de sí mismo, y todo lo que no se ha producido. Esta última sentencia la hace para salvar sus propias contradicciones, entre sus razonamientos y sus creencias. Cuando conocemos las cosas también desconocemos a Dios. El hombre ocupa un lugar mixto en la naturaleza. El hombre es término medio, más que poder del medio es mediedad. El hombre es unión, conclusión (o consumación), oficina (donde se sigue produciendo el mundo) y gestor. El dinamitador de toda la creación es el hombre. Conclusiones finales que resumen a Juan Scoto Erígena: Es quien mejor expresa la metafísica como dialéctica, como movimiento. Es vida, motor, ser y esencia. Si la naturaleza son teofanías, los hombres son imago (o teofanías superiores). En esto hay un antropologismo implícito. El movimiento metafísico de la naturaleza se expresa máximamente en el hombre. Es un Sermo homini casi renacentista. Como conclusión de lo anterior, el hombre es teocratizado. La teología se convierte en filosofía natural. El único discurso sobre el hombre ha de ser teológico. El hombre necesita de estos tres elementos para comprender: ratio (el sentido profundo del logos), memoria (o sensus) e intellectus. Son extrapolables de alguna manera a la trinidad. [hasta aquí temario para el primer parcial] 13