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íntima
Por Anna T. Farran
Con el asesoramiento de: Dra. Teresa
Casanovas, hepatóloga del programa
asistencial de hepatitis del Hospital
Universitario de Bellvitge
Foto: Purestock
Hepatitis C,
la enfermedad
silenciosa
Sorprende saber que una enfermedad pueda no dar señales durante 20 años o más hasta
que está muy avanzada. Se calcula que entre 130 y 170 millones de personas en el mundo de 400.000 a 760.000 en España- están infectadas por el virus de la Hepatitis C (VHC) y de
no ser tratadas pueden derivar en cirrosis y llegar al fallecimiento. Se trata de una auténtica
epidemia de enfermos hepáticos. También sorprende que entre un 50 y un 70% de las personas que la padecen lo desconocen y no están diagnosticadas, cuando la primera sospecha
aparece en una alteración de las transaminasas de un sencillo análisis de sangre.
n realidad, hasta hace poco no se conocía el virus de la Hepatitis C
(VHC). “El hacer transfusiones llevó
al descubrimiento de la C porque
históricamente sabíamos que había
una hepatitis que era No A-No B, que
era sérica, se transmitía por agujas y
por sangre y derivados de la sangre.
Se investigó mucho cuando tuvo lugar la segunda guerra mundial con los soldados americanos, y poco a poco se fue conociendo. También se hizo una investigación en madres con RH negativo a las que, cuando nacía la criatura positiva, había que realizarles una transfusión de factor RH y vieron que algunas señoras se ponían amarillas. Les hicieron seguimiento y comprobaron que raramente se convertían en cirróticas, porque
las mujeres tenemos mejor pronóstico” explica la doctora Teresa Casanovas, hepatóloga del programa asistencial de hepatitis del Hospital Universitario de
Bellvitge. Cuando la medicina y la cirugía dieron un paso importante y se comenzaron a hacer intervenciones
y transfusiones, se produjo, sin saberlo, un gran número de contagios, de ahí que ahora, años después, aparezcan muchos casos de esta enfermedad. A partir del año
89, las transfusiones son seguras, pero no existe vacuna
como ocurre con las hepatitis A y B para prevenir la
transmisión del VHC.
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Asintomática y peligrosa
Habría que ser conscientes de su existencia y, sobre
todo, de su gravedad si no se controla y no se trata. Sin
embargo, una enfermedad que no da síntomas es muy fácil
que pase desapercibida por el portador del virus si los sanitarios no la detectan. Prueba de ello es que las gráficas de
mortalidad de las personas seropositivas (HIV - SIDA) se
han estabilizado en los últimos años mientras los fallecimientos por el VHC se están disparando. Pero, ¿cómo
saber si se es portador del VHC? En primer lugar debe
hacerse un análisis rutinario de sangre y comprobar si hay
alguna mínima alteración de las transaminasas. Si es así se
debe realizar una analítica de sangre especial. “De las personas infectadas con el VHC, hay un 15% que eliminan
espontáneamente el virus; les quedan anticuerpos, pero no
tienen el virus. No pasa nada, no contagian y no se lo pueden transmitir a sus hijos. A las jóvenes, si se comprueba
que tienen el virus, aunque sea leve, se les recomienda
hacer el tratamiento; es mejor que se curen antes de tener
las criaturas, porque hay un riesgo del 5% de transmisión
madre a hijo” asegura la doctora.
Manuela Rendón desconocía ser portadora: “Hay cada
vez más afectados; mucha gente que lo tiene y no lo sabe.
Yo tenía problemas hormonales y por ello me hacían
muchos análisis. Mi médico me decía que tenía el hígado
un poco inflamado, pero era el año 86, aún no se conocía la
Hepatitis C. Y me enteré de que tenía VHC porque, >>
Contagio y prevención
A diferencia de la Hepatitis A, la C no se contagia por
saliva, ni por agua o comida, ni por materia fecal. Su transmisión precisa contacto sangre con sangre, por eso, para
prevenirla, hay que pensar siempre en los utensilios o intervenciones donde puedan haber restos de sangre, o por contacto sexual de riesgo, en el que haya contacto con sangre. Y
también se transmite madre-hijo.
La doctora Casanovas aconseja: “Es importante dar a
conocer que con el trato normal no se contagia. Yo recomiendo que los utensilios de lavabo sean personalizados,
sobre todo cepillos de dientes, maquinillas de afeitar, utensilios de manicura…, se ha de ir con cuidado porque tú
sabes que no eres portador pero a lo mejor el otro lo desconoce. Atención con los tatuajes, puede haber contagio, porque aunque los centros utilicen agujas nuevas para cada
uso, la tinta se va untando y ésta queda infectada. También
aconsejo que se tomen precauciones en las relaciones
sexuales, que deberían ser siempre con preservativo. Si se
busca embarazo, hay clínicas especializadas que pueden aislar las células que no estén infectadas para hacer una fertilización in Vitro”, recomienda la especialista.
El VHC se puede curar
Los tratamientos se personalizan según el genotipo de
cada paciente y, dependiendo de la respuesta, la duración de
éste será más o menos extensa. El tratamiento básico consiste en inyectar una vez a la semana Interferon Pegilado Alfa y
la toma diaria de ribavirina (pastillas). El Interferon puede
ser autoinyectable, es parecido al sistema de la inoculación
de la insulina. La respuesta al citado tratamiento no es del
100%, depende del virus y de la persona. La Dra. Casanovas
precisa que “con el Pegilado combinado con ribavirina se
cura el 50% del genotipo 1 y el 80% del 2 y 3. Esto es muy
importante porque, en general, el 2 y el 3 se introdujeron a
partir de la drogadicción y muchos enfermos son jóvenes”,
comenta, y añade: “Cuando raramente se detecta una hepatitis C aguda, después del diagnóstico, esperamos y controlamos al paciente para evaluar si se cura espontáneamente.
Si a partir del sexto mes
no se ha curado, se dice
que la hepatitis es crónica, lo que ocurre en un
85% de los casos. Y ésta
puede evolucionar en
cirrosis en un 30%, aproximadamente, de los
casos después de 20 o 30
años; la progresión no es
muy rápida, a no ser que
hayan otros factores aceleradores, como que la
persona beba mucho alcohol, o tenga otra enfermedad, o los
dos virus: el B y el C. Los pacientes diagnosticados de cirrosis hepática, si se controlan y se cuidan con un especialista,
pueden controlar su enfermedad y realizar una vida normal.
No obstante, el riesgo importante de un hígado con cirrosis
es la posibilidad de llegar a tener cáncer hepático, el cual
puede ser curable si se diagnostica en etapas precoces” infor-
ma la doctora.
La falta de
información que
de forma general
hay sobre esta
enfermedad hace
que muchas personas que padecen
VHC no quieran
decirlo por el
rechazo social. Aún
hoy, hay gente que
piensa que quien
porta este virus es
un drogadicto o
bien que se contagiará sólo con acercarse, con el aliento
o con el contacto
físico... Los enfermos de VHC y los especialistas reclaman
más esfuerzos por parte de la administración y las autoridades sanitarias para informar y educar tanto a sanitarios
como a la gente en general, para que, por un lado, los
pacientes puedan reconocer su enfermedad teniendo acceso
a las pruebas médicas y al tratamiento y, por otro, evitar esta
estigmatización que sufren los ya diagnosticados. v
Publicidad
>> años más tarde, me presenté a un trabajo, me hicieron
una revisión médica y me salieron las transaminasas altas.
Ellos me enviaron a hacerme un análisis específico para
determinar si tenía Hepatitis C o no y me salió positivo”.
Voces de la enfermedad
La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados
Hepáticos (FNETH), la Asociación Catalana de Enfermos
de Hepatitis (ASSCAT) y el laboratorio MSD son las entidades que han llevado a cabo la iniciativa de recoger el relato
de doce pacientes de hepatitis C en el libro “Voces de la
enfermedad silenciosa” (imagen). Ellos alzan sus voces
para dar a conocer su experiencia y lo que ocurre con esta
enfermedad. Los testimonios, todos reales y próximos,
pueden impactar, pues es una enfermedad que afecta
tanto a hombres como a mujeres de diversas edades, y
aunque no todos se han curado, se descubre el mensaje
de esperanza y solidaridad que trasmiten. Especialmente
impresionante es la historia de los pacientes que han necesitado un trasplante de hígado para poder tener una calidad de vida aceptable, y la de la enfermera experta que en
el curso de su trabajo se pinchó accidentalmente con un
paciente infectado y con el contagio se le manifestó la
hepatitis. Durante un año de su vida requirió tratamiento
gracias al cual se ha curado. Manuela Rendón es una de
las personas que ha aportado sus vivencias: “Lo pasé mal
en el momento del tratamiento porque te deja muy cansada, pero me he curado y psicológicamente a mí no me han
quedado secuelas. Sin embargo he conocido gente en la
asociación que lo pasa muy mal porque de entrada no tienen información y después se sienten estigmatizadas. Este
es el objetivo de este libro: dar luz sobre esta enfermedad”.
Para más información:
• Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados
Hepáticos, FNETH
www.fneth.org
• Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis, ASSCAT
www.asscat-hepatitis.org
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