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TEMA 4
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
1. Introducción.
La Revolución Francesa marca el inicio de una nueva etapa histórica, la Historia Contemporánea, de ella surgió un
nuevo modelo de sociedad que ha llegado hasta nuestros días. Con ella comienza el ciclo de las revoluciones
burguesas en el continente europeo, continuando un proceso que comenzó con la independencia de las colonias
británicas en el continente americano (1776-1783).
2. Causas de la Revolución Francesa.2.1. Causas Sociales.
En Francia, al igual que en el resto de los países europeos, se mantenía a finales del siglo XVIII, una estructura
social estamental, basada en la desigualdad de los diferentes grupos sociales ante la ley.
Nobleza y clero eran los estamentos menos numerosos, pero concentraban la mayor parte de las riquezas y los
cargos públicos; eran los estamentos privilegiados. La situación de los estamentos privilegiados había empeorado
desde principios del siglo XVIII, debido al reforzamiento del absolutismo, los excesivos gastos en guerra, el
derroche de la Corte, etc. Ello les había llevado a intentar recuperar antiguos derechos feudales que ya estaban en
desuso. Los grandes perjudicados de esta “reacción aristocrática” será el campesinado.
Un tercer grupo (= tercer estamento, tercer estado, pueblo llano, no privilegiados) que estaba constituido por
burgueses, artesanos, campesinos y otros colectivos marginales carecía de privilegios y sumaba el 90% de la
población (unos 25.000.000 de personas). Sobre ese heterogéneo conjunto recaían los impuestos y cargas
económicas en los que se sustentaba el Estado. Los cambios económicos que estaban teniendo lugar en el seno del
capitalismo comercial (=Revolución Industrial) dotaban a la burguesía de un fuerte poder económico que no se
correspondía con su escaso protagonismo político. Este desajuste originaba gran frustración en una clase rica y
culta que reclamaba un nuevo marco social y político donde poder desarrollar sus expectativas.
La situación del campesinado se había deteriorado considerablemente a lo largo del siglo XVIII. Subsistían
pequeños campesinos empobrecidos junto a una gran masa de aparceros y campesinos sin tierras, todos eran
objetos de numerosas presiones por parte de los privilegiados, y además eran los más afectados por las crisis de
subsistencia.
Ante esta situación social, no es de extrañar que lo que comenzó como un claro enfrentamiento entre monarquía y
nobleza, en 1787, pronto pasaría a ser una dura lucha entre el Tercer Estado y los estamentos privilegiados. Pero
hay que matizar aún más, mientras que la rica burguesía llegó a la Revolución en una situación de prosperidad, y
tenía entre sus objetivos la lucha por eliminar los obstáculos que frenaban su ascenso económico y político, los
campesinos, artesanos y obreros urbanos llegaron en una situación de pobreza y dureza creciente. Es importante
contrastar estas ideas para entender el posterior desarrollo del proceso revolucionario en toda su dimensión.
2.2. Causas políticas.
Francia estaba gobernada por una monarquía absoluta encarnada en un rey de derecho divino y un Estado
fuertemente centralizado. Pero a la altura de 1789 esta organización había quedado obsoleta y el aparato
administrativo y judicial no funcionaba correctamente. Para muchos se hacía necesaria una profunda reforma a la
que, sin embargo, estaban poco dispuestos los privilegiados. La crisis del Estado se traducía en un crónico déficit
que hacía que anualmente los gastos de la Hacienda Pública superasen en un 20% a los ingresos. Las medidas que
se acometieron para solucionar el problema no hicieron sino complicar la situación pues no se centraron en una
profunda reforma fiscal, sino en el creciente recurso a empréstitos y al incremento de la presión fiscal (es decir, más
impuestos). Esta difícil situación constituirá uno de los detonantes del estallido revolucionario.
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2.3. Causas económicas.
En 1788 los precios del trigo subieron a consecuencia de una serie de malas cosechas. La crisis de subsistencias
afectó a amplios sectores de la población, creando un ambiente de tensión social y política ya que frente a la
escasez, la carestía y el hambre los notables y la Corte siguieron sumidos en un ambiente de lujo, despilfarro y
ostentación.
2.4. Ideológicas.
La ideología que está detrás de todo el proceso revolucionario que se desencadena en Francia a finales del siglo
XVIII es el pensamiento ilustrado, que se había venido consolidando a lo largo de toda la centuria. Los
revolucionarios hicieron suyas las ideas de valoración de la razón o la inteligencia como el instrumento más útil
para explicar y comprender el mundo, la supremacía de las leyes naturales, la necesidad del progreso económico y
social y la crítica del pensamiento religioso tradicional, condenando expresamente la superioridad de cualquier
religión y la intolerancia religiosa.
Con la Revolución Francesa el pensamiento ilustrado pasa de la teoría a la práctica, ya no se trataba de cuestionar y
criticar las estructuras del Antiguo Régimen, sino de actuar para transformarlas.
Los antecedentes de la Ilustración como movimiento intelectual y cultural hay que buscarlos en el siglo anterior,
con la difusión del Racionalismo de Descartes (1596-1650), con la introducción del método científico de Newton
(1643-1727) o con las críticas al absolutismo y la defensa de la división de poderes de Locke (1632-1704), al que se
ha llegado a considerar como el padre de la Revolución inglesa de 1688.
Los revolucionarios franceses fundamentaron sus acciones, más directamente, en las teorías políticas de
Montesquieu (1689-1755), Voltaire (1694-1778) y Rousseau (1712-1778), cuyas ideas venían siendo ampliamente
difundidas entre círculos aristocráticos y de clase media:
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Montesquieu (Las Cartas Persas, 1721; El Espíritu de las Leyes, 1748), de origen aristocrático, fue más bien
un reformista, no un revolucionario, que retomó la idea de Locke de la división de poderes; para él la necesaria
reforma de la monarquía absoluta debía centrarse en el reforzamiento de las instituciones del Antiguo
Régimen (los Estados Generales y los Parlamentos).
Voltaire (Cándido o el optimismo, 1759; Tratado sobre la tolerancia, 1767) defendió la libertad de conciencia,
la tolerancia, el incremento de la ciencia y la humanización de las instituciones. Pretendió remover las
conciencias de los poderes del Antiguo Régimen, pero en ningún momento atacarlo ni acabar con él.
Rousseau (Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdades entre los hombres 1754; El
Contrato Socia, 1762; El Emilio) fue el más radical, llegando más lejos en sus propuestas e intenciones;
defendió la necesidad de un contrato social entre gobernantes y gobernados como garante de los derechos de
los individuos y formuló el principio de soberanía nacional, expresada a través del voto; con estas ideas sí que
pretendía derrumbar el Antiguo Régimen y crear un nuevo sistema basado en la igualdad y la libertad.
3. Etapas de la Revolución Francesa.
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3.1. Antecedentes: la revuelta de los privilegiados (1781-1788).
En la segunda mitad del siglo XVIII, la situación de Francia era bastante dramática, como ya se ha explicado
anteriormente. Había sido derrotada en la Guerra de los Siete Años (1756-1763) por Gran Bretaña, quedando como
segunda potencia colonial, después de Gran Bretaña, y había apoyado a los independentistas de las colonias
norteamericanas. Todo ello había supuesto un enorme gasto para el Estado.
En 1787 el gobierno se había declarado en bancarrota, el entonces ministro de Hacienda, Calonne, había calculado
un déficit de unos 112 millones de francos, esto suponía un cuarto del total de la renta del Estado. A ello hay que
unir la situación interna: el 85% de la población estaba constituida por el campesinado, que pasaba hambre en las
épocas de malas cosechas y tenían que pagar las rentas e impuestos a los señores, lo cual desembocó en frecuentes
crisis de subsistencias; la industria todavía estaba poco desarrollada. Los sucesivos ministros de Hacienda (Turgot,
Calonne, Brienne y Necker) llegaron una y otra vez a la misma conclusión: era necesario crear un sistema de
impuestos directos, en el que se pagara según la riqueza de cada uno. Eso iba en contra de la nobleza y el clero, que
estaban exentos de pagar impuestos.
Ante la oposición de estos estamentos privilegiados a pagar impuestos, se decide la convocatoria de los Estados
Generales, una institución que hundía sus raíces en la Edad Media, y en la que estaban representados los tres
estamentos; se reunían por voluntad del rey y solo tenían un carácter consultivo. Se habían reunido por última vez
en 1614, durante el reinado de Enrique IV, por lo que su reglamento (forma de elección de representes, vías de
expresión, etc.) nada tenía que ver con la situación de finales del XVIII. De entrada la discusión de los estamentos
se hacía por separado y el voto era por estamento, con la consiguiente identificación de intereses de la nobleza y el
clero. Para hacer llegar al rey las quejas y peticiones se redactaban los cahiers de dolances (cuadernos de quejas).
Los cuadernos de quejas de los estamentos privilegiados hacían hincapié en el mantenimiento de sus privilegios y
pedían que se pusiera fin a los abusos de la monarquía absoluta. Por su parte, los del Tercer Estado eran más
diversos en sus quejas y peticiones. Los redactados por la burguesía pedían libertad de expresión, de reunión, de
comercio, la supresión del régimen señorial y la igualdad de los tres estamentos, solicitando que se doblara el
número de los representantes del Tercer Estado y que el voto fuera por individuo y no por estamento. Los
procedentes del campesinado se centraban en los problemas generados por el mantenimiento del señorío, el diezmo,
la presión de la fiscalidad real y la creciente influencia de la ciudad sobre el campo.
La lucha entre los diferentes estamentos se hacía patente, y se manifiesta en la publicación del conocido texto del
abate Sieyés ¿Qué es el Tercer Estado?
3.2. Primera fase: de la Asamblea Constituyente a la Monarquía constitucional (1789-1792).
Los Estados Generales se inauguran el 5 de mayo de 1789 en Versalles. Finalmente el número de representantes del
los estamentos privilegiados (nobleza+clero) y del Tercer Estado estaba equilibrado. Pero los miembros de los
estamentos privilegiados se niegan a reunirse de forma conjunta para debatir, y a votar los acuerdos de forma
individual, no por estamentos. Por este motivo los miembros del Tercer Estado, a instancias de Sieyès, se
autoproclaman Asamblea Nacional y se constituyen en la única y legítima depositaria de la soberanía. Se encierran
en la Sala del Jeu de Paume (Sala del Juego de la Pelota) y juran no disolverse hasta haber dotado al país de una
constitución, por lo que pasa a llamarse Asamblea Constituyente.
El rey, desconcertado, ve como gran parte del estamento eclesiástico y una menor del nobiliario, se muestran de
acuerdo con la decisión de los miembros del Tercer Estado. Finalmente, el monarca decide sancionar la situación,
más por temor que por convicción, y ordena a todos reunirse de forma conjunta en la Asamblea Nacional
Constituyente. Pocos días después, el pueblo de París, ante el temor a una alianza entre el monarca y los nobles
para frenar la situación por las armas, profundamente afectados por la situación económica e instigados por la
propaganda y los líderes populares (Desmulins, Marat, Danton) asaltan la cárcel de la Bastilla, era el 14 de julio
de 1789 y había comenzado la revuelta popular. Se constituye una Guardia Nacional, al servicio del Tercer
Estado.
En el campo, la revuelta popular adquiere tintes más violentos, lo que algunos historiadores han llamado la Grand
Peur (el Gran Miedo), ya que los campesinos, ante el temor a una reacción nobiliaria, sumidos en la pobreza y
desconcertados por los acontecimientos de la capital, se arman con sus útiles de labranza y asaltan castillos y
propiedades señoriales.
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De agosto de 1789 a septiembre de 1791, la Asamblea Constituyente, adopta una serie de medidas tendentes a
desmantelar el régimen señorial: supresión de prestaciones personales, y de privilegios señoriales, etc. También
elabora la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (la soberanía nacional, la libertad e igualdad
de los hombres, principios que se formalizaron en la primera constitución francesa, cuyo precedente inmediato fue
la estadounidense de 1787) y lleva a cabo la nacionalización de los bienes del clero y la constitución civil del clero.
La Asamblea Constituyente estuvo integrada por diferentes tendencias políticas que se agruparon en clubes y
sociedades. Su obra más importante fue la Constitución de 1791, que establece la soberanía nacional, la separación
de poderes y el sufragio censitario, recogiendo así los ideales liberales proclamados por pensadores del siglo XVII,
como Locke y por los ilustrados franceses (Voltaire, Montesquieu, Diderot…).
Otras medidas complementarias fueron la nueva organización territorial en departamentos y comunas, la Ley Le
Chapelier, que establecía la libertad de trabajo (es decir, la abolición de los gremios) pero la prohibición de las
asociaciones obreras (carácter burgués de la medida) y la creación del asignado.
De septiembre de 1791 a septiembre de 1792 la Asamblea Legislativa se centra en elaborar leyes que apliquen la
nueva constitución.
Los antiguos clubes y sociedades se van transformando ahora en estructuras más organizadas, más parecidas a los
partidos políticos, surgiendo en este momento también los conceptos de derecha e izquierda, que inicialmente hacía
referencia al lugar que ocupaba cada grupo en la Asamblea. Las principales tendencias representadas fueron:
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Republicanos populares o sans-culottes: representan la extrema izquierda, fueron minoritarios en esta
Asamblea.
Jacobinos: forman la izquierda, eran demócratas-republicanos; sus principales líderes fueron: Robespierre,
Desmoulins, Brissot.
Girondinos: representan también la izquierda, pero eran más moderados que los jacobinos. Representan los
intereses de la mediana y gran burguesía. Eran defensores del liberalismo económico y la monarquía
constitucional o una república burguesa.
Centro: grupos políticos sin ideología propia ni líderes destacables.
Fuldenses: ocupan la derecha de la Asamblea. Eran monárquicos constitucionales.
A partir de aquí, el proceso revolucionario tiene que hacer frente a una serie de grandes cuestiones que marcaran su
desarrollo, primero hacia la radicalización y luego a la estabilización:
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La difícil situación económica heredada (déficit del Estado, estancamiento agrícola e industrial, etc.).
Las demandas cada vez más radicales y urgentes de las masas populares, los sans-culottes, que una vez
iniciado el proceso querían ver satisfecha por completo sus demandas.
La oposición al proceso revolucionario tanto en el interior (los miembros de los estamentos privilegiados
que se negaban aceptar la situación, agrupadas en torno a las fuerzas contrarrevolucionarias y los realistas)
como en el exterior (resto de potencias, incluida la Inglaterra parlamentaria, que temieron siempre el
“contagio revolucionario en sus propios países).
En abril de 1792 Austria declara la guerra a la Francia revolucionaria planteando nuevos desafíos al joven Estado:
formación de un Ejército leal a los principios revolucionarios, necesidad de fondos económicos para financiar la
guerra, etc.
3.3. La caída de la monarquía y el período de la Convención Republicana (1792-1795).
Ante la sospecha de que la familia real y las fuerzas contrarias a la revolución en el exterior, estaban conspirando
para frenar todos los cambios, el pueblo de París (cobra importancia en el proceso las masas populares, los sansculottes) se rebela y protagoniza una nueva insurrección en agosto de 1792. Se forma la Comuna de París,
controlada por elementos radicales. Todo ello lleva a la Asamblea Legislativa a votar la supresión de la monarquía
y convocar una Convención (=forma de gobierno republicana) elegida por sufragio universal. En la nueva cámara
van a estar representadas de manera más clara las diferentes tendencias políticas, siendo los más importantes:
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Los girondinos, partidarios de extender la guerra al exterior como vía para asegurar el triunfo de la
revolución.
Los montañeses (jacobinos y cordeliers), defienden los intereses de la burguesía revolucionaria y las masas
populares.
La llanura, ocupan la parte baja de la Cámara y son defensores de los intereses de la burguesía moderada y
contrarios a los radicalismos y excesos revolucionarios.
Hasta junio de 1793 la Convención estuvo dominada por los girondinos, que consiguieron cambiar el signo de la
guerra en el exterior, convirtiéndola en una guerra de exportación de la Revolución, anexionándose territorios como
Saboya, Niza, Bélgica y Renania. En el interior, el hecho más destacado de este período fue el juicio y ejecución
del rey, Luis XVI y de su familia, que enfrentó a girondinos y jacobinos y que provocó un endurecimiento de la
actitud del resto de potencias extranjeras: Inglaterra, Holanda, España, Prusia, Cerdeña y Nápoles, además de
Austria, formaron una coalición para enfrentarse a la Francia revolucionaria.
A partir de junio de 1793, la revolución da un paso más hacia la radicalización, se constituye la Convención
Montañesa (de junio de 1793 a julio de 1794), en la que la dirección la asumen los jacobinos. Éstos quisieron
hacerse eco de las demandas de los más desfavorecidos, llevando a la total abolición del régimen feudal y la
proclamación de una ley de máximo general para el control de los precios. En este período se elabora y aprueba una
nueva Constitución, la de 1793, de carácter más democrático y social (recoge el principio de soberanía popular) que
no llegó a entrar en vigor.
La radicalización llega a su punto culminante con Robespierre, que llega a instaurar una dictadura conocida como
“el Gran Terror” a partir de abril de 1794 (control de precios de artículos de primera necesidad, supresión del culto,
religión civil, calendario revolucionario, persecuciones y ejecuciones de todos los sospechosos de ser “enemigos de
la revolución”)
En julio de 1794, se produce la reacción termidoriana (julio de 1794 a septiembre de 1795), con la que de nuevo
la burguesía más moderada vuelve a tomar las riendas del proceso, volviendo al liberalismo económico y
reprimiendo el radicalismo de los sans-culottes. Se proclama una nueva Constitución, de carácter más
conservadora: establecía un poder ejecutivo colegiado, formado por un Directorio de cinco miembros, elegidos
cada cinco años; y un poder legislativo bicameral elegido por sufragio censitario. Se cosechan éxitos exteriores,
firmándose la paz con Prusia y España.
3.4. El Directorio (1795-1799).
Sin embargo, el nuevo régimen no logra llevar la tan deseada estabilidad al país. En el interior, tiene que hacer
frente a la oposición de realistas y radicales (conspiración de los Iguales, de Babeuf, mayo de 1797), además de a
los crónicos problemas económicos. En el exterior, continuaba la guerra con Inglaterra y Austria, pese a los éxitos
militares (ascenso de la figura de Napoleón) se constituirá una segunda coalición contra Francia (además de
Inglaterra y Austria participan Rusia, Turquía, Nápoles, los Estados Pontificios y Portugal). En septiembre de 1799,
se produce el golpe de Estado de 18 Brumario, protagonizado por Sieyés, Duco y Napoleón, que instauran el
Consulado, con el que tradicionalmente se da por concluido el proceso revolucionario. Las etapas posteriores, hasta
el final del Imperio napoleónico (1804-1815) pueden ser consideradas como consolidación y expansión de los
principios revolucionarios burgueses.
4. La época napoleónica (1799-1814)
En un primer momento, Napoleón compartió el poder con otros dos cónsules, pero en 1802 se autoproclama cónsul
único y vitalicio, comenzando un período en el que poco a poco va instaurando un gobierno autoritario: elaboró una
nueva Constitución que daba más poder al gobierno, limitó el derecho a voto a los más ricos (sufragio censitario
muy restringido), anuló la Declaración de Derechos del hombre y el Ciudadano, reprimió las protestas populares y
las tendencias más democráticas, integró a los realistas tomando medidas para el retorno de los emigrados,
restableció el culto católico firmando un Concordato con la Santa Sede.
En 1804 se autoproclama emperador, continuando con su labor de consolidar los principios de la Revolución, pero
depurándolos de sus aspectos más radicales, concentrando todo el poder en su persona y ejerciendo un férreo
control sobre el orden público. Las medidas más importantes adoptadas durante el Imperio fueron:
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Elaborar un conjunto de leyes -Código Civil (1804), Código de Comercio (1807) y Código Penal (1807)que reconocían la igualdad de todos ante la ley, el derecho de propiedad, la libertad individual, de
conciencia y de trabajo, y el libre acceso a los cargos públicos.
Establecer una dura centralización administrativa.
Desarrollar la enseñanza pública y la uniformización lingüística.
De cara al exterior Napoleón desarrolló una política imperialista que pretendió la idea de una Europa unida liderada
por Francia, bajo un mismo orden, caracterizado por la abolición de la sociedad estamental y la expansión de los
ideales más moderados de la Revolución francesa. Para ejecutarla se valió de un moderno ejército que utilizando
tácticas revolucionarias venció a cuantas coaliciones se le enfrentaron, esencialmente las integradas por Austria,
Rusia y Prusia bajo la dirección de Inglaterra.
El resultado fue la formación de un extenso imperio bajo el liderazgo de Francia, organizado y regido
personalmente, a través de familiares o militares de confianza, con la colaboración de las clases ilustradas de los
países conquistados, en los que se promulgaron constituciones y códigos similares al francés. La formación de ese
imperio fue posible gracias a una serie de ininterrumpidas victorias militares frente a rusos, austríacos y prusianos
(Ulm, Austerlitz, Jena, etc). Sin embargo, fracasó en el intento de bloquear a Inglaterra por mar.
Las dificultades que encontró en España (Guerra de la Independencia), el fracaso de la campaña de Rusia y la
enérgica acción de Inglaterra (derrota franco-española de Trafalgar, 1805) hicieron fracasar sus pretensiones
imperiales. Tras ser vencido Leipzig (1813) fue desterrado a la isla de Elba (1814).
Tras la caída de Napoleón, se restauró la monarquía de los Borbones en Francia en la persona de Luis XVIII,
interrumpida por el corto regreso del emperador al poder (Imperio de los Cien Días). Tras ser derrotado en
Waterloo (1815), fue desterrado a la isla de Santa Elena (en el Atlántico) donde murió en 1821.
5. Significado de la Revolución Francesa.
Al terminar la Revolución Francesa la forma de organizar la sociedad, la economía, la política y la cultura serán
radicalmente diferentes. Pese a los intentos de las fuerzas contrarrevolucionarias ya nada será igual, y pocos años
después los intentos de Restauración del Antiguo Régimen había fracasado y una oleada de liberalismo y
nacionalismo recorrerá Europa, erigiendo, de forma paulatina, a la burguesía en la clase dominante.
a. Fue la primera revolución política burguesa del continente europeo: Sus precedentes hay que buscarlos en
la Revolución Inglesa del siglo XVII y en la Independencia de los Estados Unidos.
b. Supuso la implantación del liberalismo: Asestó un golpe decisivo al absolutismo monárquico que fue
reemplazado por la soberanía nacional, el reparto de poderes y el reconocimiento de las libertades
individuales.
c. Dotó a Francia de una nueva estructura de la propiedad agrícola: Aunque pervivieron las grandes
propiedades agrarias (en manos de la burguesía), nació un nuevo tipo de explotación de tamaño medio en
sustitución de los antiguos latifundios pertenecientes a la nobleza y al clero.
d. Constituyó un referente político e ideológico: Las futuras revoluciones burguesas que se desarrollan a lo
largo del siglo XIX volverán sus ojos hacia ella. Sucedió así en las oleadas de 1820, 1830 y 1848 y en los
procesos de independencia colonial que dieron origen a nuevos estados, como los de la América hispana.
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ACTIVIDAD PARA EL BLOG: UN PASEO POR EL SIGLO XIX.
A partir de ahora, cada tema incluirá una actividad que realizaréis en grupo, preferentemente, y que una vez
corregida, será publicada como entrada en el blog “Un paseo por el siglo XIX”. Para comenzar, haremos una
sencilla actividad de vocabulario histórico:
1. Cada grupo debe seleccionar un concepto del tema: revolución, constitución, derechos del hombre, burguesía,
proletariado, artesano, gremios, libertad, igualdad…
2. Redactar una definición del mismo (no vale copiar del diccionario o de internet). Por ejemplo:
CONSTITUCIÓN: documento en el que se recogen los derechos y deberes de los ciudadanos. La primera
constitución moderna fue la promulgada por los colonos americanos en 1787. En Europa, fue la que se
promulgó en 1791, en la primera fase de la revolución francesa. Ambas estuvieron inspiradas en los principios
de la Ilustración (libertad, igualdad, derecho de propiedad, búsqueda de la felicidad), y sirvieron de modelo
para las posteriores constituciones que a lo largo del siglo XIX fueron viendo la luz en diferentes países de
Europa y América. Las Constituciones del siglo XIX reflejan el triunfo de un grupo social, la burguesía, por
ello la mayoría de ellas recogen el principio de sufragio censitario, se trata de un constitucionalismo liberal y
burgués.
3. Grabar esa definición con el programa audacity, cuyo enlace para instalarlo os envié por correo. Os recuerdo
que es un programa gratuito, libre y que vamos a utilizar exclusivamente con fines educativos.
4. Buscar un fondo musical para añadirlo a la grabación (buscar música libre de derechos, con los buscadores del
blog)
5. Buscar una imagen para ilustrar el concepto (buscar imágenes libre de derechos, con los buscadores del blog)
6. Publicar entrada en el blog (por supuesto todo esto con mi ayuda).
DOCUMENTOS
Nº 1
“Los impuestos señoriales eran los más duros y los más impopulares. El régimen feudal pesaba sobre todas las
tierras y llevaba consigo la percepción de derechos (...) Los derechos propiamente señoriales abarcaban los
derechos de caza, pesca, palomas, peajes, mercados, trabajos principales al servicio del señor (...) el derecho a que
muelan en su molino (...) el señor conservaba la propiedad directa de las tierras que cultivaban los campesinos, por
las que pagaban réditos anuales (…) de las cosechas. Este régimen variaba de intensidad según las regiones (...)
Para apreciar su nivel hay que tener en cuenta no sólo los propios impuestos, sino también las vejaciones y abusos a
los que daba lugar.”
Soboul, A. La Revolución Francesa.
Nº2
Es imposible dejar al Estado en el peligro inminente al que los expone un déficit como el actual. Continuar
solicitando empréstitos sería agravar el mal y precipitar la ruina del Estado. Aumentar los impuestos sería angustiar
al pueblo al que el rey quiere aliviar… ¿Qué queda entonces para suplir todo lo que falta y obtener todo lo que sería
necesario para la restauración de las finanzas? (…) Los abusos que se trata hoy de abolir para la salvación pública
son los más considerables, los más protegidos. Tales son los abusos cuya existencia pesa sobre la clase productiva y
laboriosa; los abusos de los privilegiados; las excepciones a la ley común y tantas excepciones injustas que no
pueden eximir a una parte de los contribuyentes sin agravar la suerte de la otra; la desigualdad general en la
participación de las contribuciones…”
Discurso pronunciado por Calonne ante la Asamblea de Notables, el 22 de febrero de 1787.
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Nº 3
La asamblea declara que la tarea común de la regeneración nacional puede y debe iniciarse por los diputados
presentes, sin demora, [...]
La denominación de Asamblea Constituyente es la única válida para la Asamblea, ya sea porque los miembros que
la componen han sido enviados directamente por la nación casi en su totalidad, o bien, porque además, al ser la
representación una e indivisible, ningún diputado, independientemente del estamento, por el que haya sido elegido,
tiene derecho a ejercer sus funciones fuera de la presente Asamblea.
Declaración del Tercer Estado formando una asamblea Constituyente. 17 de junio de 1789.
Nº 4
La Asamblea Nacional, considerándose llamada a fijar la Constitución del reino, a realizar la regeneración del
orden público y a mantener los verdaderos principios de la monarquía, [declara que ] nadie puede impedirle que
continúe sus deliberaciones, en cualquier lugar en que sea forzada a instalarse, y que, además, donde quiera que
estén reunidos sus miembros, allí está la Asamblea Nacional; establece que, inmediatamente, todos los miembros
de esta Asamblea prestarán juramento solemne de no separarse y de reunirse donde quiera lo exijan las
circunstancias, hasta tanto no se elabore la Constitución del reino y se consolide sobre fundamentos sólidos; y que,
una vez prestado el citado juramento, todos los miembros, y cada uno en particular, mediante su firma, confirmarán
esta firme resolución.
Juramento del Juego de la Pelota, 20 de junio de 1789.
Nº 5
La Asamblea Nacional, queriendo basar la Constitución francesa en los principios reconocidos y declarados, abole
irrevocablemente las instituciones que lesionaban la libertad e igualdad de derechos. No hay Nobleza, ni pares, ni
distinciones hereditarias, ni de órdenes, ni régimen feudal,... No hay, para ninguna región de la Nación, ni para
ningún individuo, ningún privilegio, ni excepción al derecho común de todos los franceses. No hay Gremios ni
corporaciones profesionales, de artes ni de oficios.
TITULO I:
Disposiciones fundamentales garantizadas por la Constitución:
- Todos los ciudadanos tienen acceso a cargos y empleo sin otra distinción que sus méritos y aptitudes
- Los mismos delitos serán castigados con las mismas penas, sin distinción de personas
- La libertad de todo hombre para ir, permanecer, marcharse,...
- La libertad de todos los ciudadanos para asociarse pacíficamente
- La inviolabilidad de las propiedades...
TITULO II:
Art. 1. El Reino es uno e indivisible
Art. 7. La ley considera al matrimonio un contrato civil
TITULO III:
Capítulo I: Para ser ciudadano activo es necesario...tener cumplidos los 25 años, pagar en cualquier lugar del reino
una contribución directa por lo menos igual al valor de 3 días de trabajo; no ser criado asalariado...
Capítulo III. La Constitución delega exclusivamente en el cuerpo legislativo los poderes y funciones siguientes:
proponer y decretar leyes..., fijar los gastos públicos, establecer los impuestos, permitir e impedir la entrada de
tropas extranjeras...
Capítulo III. Los decretos del legislativo serán presentados al Rey, quién podrá rehusar su consentimiento
Capítulo I. La Asamblea Nacional que forma el cuerpo legislativo es permanente y está compuesta de una sola
Cámara, formada por representantes temporales, libremente elegidos por el pueblo
Capítulo III. No hay en Francia ninguna autoridad superior a la de la Ley. El rey reina por ella y sólo en nombre de
la Ley puede exigir obediencia
Capítulo IV. El poder judicial está delegado en jueces elegidos temporalmente por el pueblo
Fragmento de la Constitución de 1791.
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Nº 6
“La igualdad para el hombre no es tanto la de las fortunas, sino la de los derechos”
“Hemos de ser gobernados por los mejores: ellos son los más instruidos y los más interesados en mantener las
leyes... Hallaréis hombres de esta clase entre aquellos que poseen una propiedad... Un país gobernado por
propietarios está en el orden social... Habéis de garantizar la propiedad al rico... La igualdad absoluta es una
quimera; para que pudiera existir sería necesario que existiese una igualdad total de espíritu, virtud, fuerza física,
educación y fortuna de todos los hombres.”
Algunas ideas de los girondinos.
Nº 7
“Las revoluciones que se han venido sucediendo en estos 3 años han trabajado para las otras clases de ciudadanos,
casi nada para las más necesitadas, para los ciudadanos proletarios cuya única propiedad es el trabajo... Es la hora
de la revolución del pobre.”
“No basta con que la República se funde sobre la igualdad; es necesario que las leyes y las costumbres tiendan a
que desaparezca la desigualdad en el disfrute de los bienes.”
“La libertad no es sino un vano fantasma cuando una clase de hombres puede dominar por el hambre a la otra
impunemente. La igualdad no es más que un vano fantasma cuando el rico, por el monopolio, ejerce el derecho de
vida y muerte sobre sus semejantes.”
Algunas ideas de los jacobinos.
Nº 8
"Una de las ideas que más me ocuparon había sido la reunión, la concentración de los mismos pueblos geográficos
que las revoluciones y la política han disuelto y dividido; de manera que contándose en Europa más de treinta
millones de franceses, quince de españoles, quince de italianos y treinta de alemanes, hubiera querido hacer de cada
uno de estos pueblos un solo cuerpo de nación (...) ¡Yo me juzgaba digno de tamaña gloria!
(...) En tal estado de cosas podía haber más probabilidades de conseguir en todas partes la unidad de códigos, de
principios, opiniones, sentimientos, ideas e intereses. Acaso entonces, con el apoyo de las luces universalmente
extendidas, hubiera sido permitido soñar la gran familia europea (...).
Nadie podría negar que si, al entrar en España, Austria, en vez de declararme la guerra, me hubiese dejado cuatro
meses de estancia en España, todo hubiese terminado allí y en tres o cuatro años se habría visto una paz profunda,
una prosperidad brillante, y una nación compacta (...).
Como quiera que sea, esta reunión (la de Europa) se hará tarde o temprano (...) el impulso está ya dado, y no creo
que después de mi caída y la aparición de mi sistema pueda haber en Europa otro gran equilibrio que la reunión y la
confederación de los grandes pueblos."
Napoleón y la idea de una Europa unida. Palabras pronunciadas el 11 de noviembre de 1816.
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Nº 9
Una reflexión sobre el papel de la mujer en la revolución francesa: la Declaración de Derechos de la Mujer y la
Ciudadana.
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