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Humanities
Miguel Moreno Muñoz
Historia de la Filosofía - Introducción
(Volumen II)
Agustín de Hipona,Tomás de Aquino, Ockham,
Racionalismo, Empirismo, Kant
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Copyright © 2010 GRIN Verlag, Open Publishing GmbH
ISBN: 978-3-640-70002-8
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Miguel Moreno Muñoz
Historia de la Filosofía - Introducción (Volumen II)
Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Ockham, Racionalismo, Empirismo,
Kant
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MIGUEL MORENO MUÑOZ
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
Introducción
Volumen II:
Agustín de Hipona
Tomás de Aquino
Ockham
Racionalismo
Empirismo
Kant
Universidad de Granada
2010
Miguel Moreno Muñoz
2
Sumario
VII. Agustín de Hipona ................................................... 5
VIII. Tomás de Aquino .................................................. 23
IX. Ockham ................................................................... 43
X. Racionalismo: Descartes, Spinoza, Leibniz ............... 57
XI. Empirismo: Locke, Hume ........................................ 95
XII. Kant...................................................................... 123
Bibliografía ................................................................. 169
NOTAS SOBRE ESTA OBRA
Este segundo volumen continúa el recorrido por la Historia de la Filosofía
iniciado en el primero, y que concluía con la Filosofía Helenística. Ambos volúmenes
pueden adquirirse por separado y comparten las observaciones preliminares.
La gran diferencia entre una Introducción a la Historia de la Filosofía redactada
antes del año 2000 y otra escrita después no son únicamente los numerosos
estudios críticos aparecidos desde entonces, sino la posibilidad de elaborarla en
formato electrónico, incluyendo enlaces a las fuentes, a autores que ponen el
contenido de su trabajo libremente a disposición de todos y a diccionarios y
enciclopedias especializadas que actualizan frecuentemente sus entradas.
Eso explica la inclusión en esta obra de numerosos enlaces a lugares donde
pueden ampliarse contenidos de una sección determinada, rastrearse los múltiples
significados de un concepto o comprobar la complejidad de algunos aspectos que,
de manera resumida y simplificada, se incluyen aquí.
Por lo general, considero muy fiables los artículos y entradas en la Enciclopedia
Stanford de Filosofía; a cierta distancia (notable en muchos casos), los que pueden
encontrarse en The Internet Encyclopedia of Philosophy; y, con carácter muy
heterogéneo, desde excelentes (en calidad de las fuentes, exhaustividad y rigor)
hasta inaceptables (por carecer de documentación fiable, estar en fase de borrador
preliminar o falta de pulido en la redacción) las que pueden encontrarse en
Wikipedia. He enlazado a esta última sólo cuando considero que la entrada reúne
unos requisitos mínimos de fiabilidad, aun siendo entradas necesitadas de revisión.
El texto incluye expresiones resaltadas para facilitar una lectura rápida de los
conceptos e ideas importantes. Obedece al hecho de que muchos estudiantes de
Historia de la Filosofía no hacen esquemas o resúmenes de lo que leen, y se limitan
a subrayar. La negrita destaca bien sobre fondo amarillo o verde y ayuda a
identificar aspectos básicos en una primera lectura.
Los proyectos de enciclopedias de acceso libre y en permanente revisión
encierran una filosofía de trabajo y divulgación del conocimiento que considero
sumamente valiosa, en línea con objetivos básicos de la filosofía en todas sus
épocas. En los formatos convencionales, cualquier obra con ISBN o depósito legal se
convierte en una foto fija de algo sujeto a continua evolución. Para seguirle la pista
a posibles modificaciones y nuevos recursos complementarios relacionados con los
contenidos de este volumen, se remite a las personas interesadas al siguiente
enlace: http://www.ugr.es/~mm3/hf/
En Orce (Granada), a 30 de agosto de 2010
Miguel Moreno
VII
Agustín de Hipona
1. Biografía y obras
Agustín nació el año 354 d.C. en Tagaste, ciudad de la entonces provincia
romana de Numidia (ahora Souk Ahras, Argelia). Pese a algunas dificultades, su
situación familiar le permitió estudiar. Primero en Tagaste, después en Madaura y
Cartago, dedicándose principalmente a la retórica y a la filosofía, pero también a las
lenguas latina y griega (con la que tuvo notables dificultades). Su juventud no fue
precisamente del agrado de su madre, Mónica, quien le educó en el cristianismo.
Pero los juicios severos que destacan el carácter disoluto y depravado de su
estilo de vida en estos años obedecen a una percepción probablemente muy
distorsionada tras ser bautizado y ordenado sacerdote, la que reflejó en sus
Confesiones. Los elementos biográficos bien conocidos de sus años en Cartago no
sustentan la hipótesis del crápula de vida libertina y licenciosa convertido
milagrosamente por la fuerza del mensaje cristiano.
Su interés por la filosofía se despertó tras leer el diálogo Hortensio, de Cicerón.
Sus primeros tanteos intelectuales le aproximaron al maniqueísmo, corriente de la
que se distancia hacia el año 383. A partir del año 373 enseña retórica en Tagaste,
Cartago, Roma y Milán.
La aproximación al cristianismo se produce después de escuchar los sermones
de Ambrosio, obispo de Milán. Por la misma época se familiariza con la filosofía
neoplatónica (gracias a las traducciones que Mario Victorino hizo de Plotino al
latín). Su conversión al cristianismo se produce en el año 386. Al año siguiente es
Miguel Moreno Muñoz
6
bautizado en Milán, ordenado sacerdote en el 391 y nombrado obispo auxiliar de
Hipona cinco años después. Participa en el concilio de Cartago (años 418 - 422) y
desarrolla una extensa obra de contenido filosófico y religioso. Muere en el año
430, sitiada la ciudad de Hipona por Genserico.
Agustín de Hipona desarrolla su obra en una época de profunda inestabilidad
social y política, ligada a la crisis y caída del Imperio Romano. El mismo año en que
es nombrado obispo de Hipona, el emperador Teodosio divide su imperio y lo
entrega a sus hijos Honorio (Occidente) y Arcadio (Oriente).
La aproximación de Agustín de Hipona a diversas corrientes y escuelas
filosóficas (maniqueísmo, escepticismo, materialismo, platonismo) sugiere un
empeño constante en la búsqueda de coherencia y verdad en sus planteamientos.
Pero su ubicación intelectual definitiva se produce tras conocer el neoplatonismo de
Plotino.
Como filósofo, Agustín de Hipona destacó por su intento de armonizar su visión
del cristianismo con las tesis de la filosofía platónica. El Fedón (sobre las ideas y la
inmortalidad del alma) y el Timeo (donde Platón expone su cosmología) fueron dos
influencias decisivas, junto con las Enéadas de Plotino.
Agustín de Hipona pone todas sus capacidades intelectuales al servicio de la fe
cristiana, lo que explica muchos de sus enfrentamientos con maniqueos,
académicos y movimientos cristianos disidentes (donatistas, arrianos, pelagianos,
etc.). Pero aborda muchas cuestiones con el rigor de cualquier persona interesada
en esclarecer problemas filosóficos y existenciales genuinos, en un contexto cultural
sumamente complejo, sometido a múltiples influencias y tradiciones. Su extensa
obra ejercerá una influencia poderosa en todo el pensamiento filosófico y teológico
occidental hasta la nueva síntesis entre cristianismo y filosofía que, ocho siglos más
tarde y redescubierto Aristóteles, elabora Tomás de Aquino.
Un listado detallado y diversos enlaces a sus obras puede consultarse en
Mendelson, 2009.1 Destaco sólo algunas aquí, indicando su título traducido y los
años de elaboración:
1
Muchos textos completos y una recopilación exhaustiva disponibles en:
1. http://www.augustinus.it/spagnolo/index.htm
2. http://www9.georgetown.edu/faculty/jod/augustine/textstrans.html
3. http://www9.georgetown.edu/faculty/jod/augustine/twayne.html
Agustín de Hipona
7
— El libre albedrío (388-395)
— La verdadera religión (389-391)
— Enarraciones sobre los Salmos (392-418)
— La doctrina cristiana (396-397)
— Confesiones (397-400)
— Sobre la Trinidad (400-416)
— Comentario sobre el Génesis (401-415)
— El espíritu y la letra (412)
— Tratados sobre el Evangelio de San Juan (413-418)
— La ciudad de Dios (413-426)
— La gracia de Cristo y el pecado original (418)
— Retractaciones (426-427)
— La predestinación de los santos (428-429)
— El don de la perseverancia (428-429)
2. La razón al servicio de las creencias religiosas
Agustín de Hipona se distancia bastante de la imagen del filósofo que había
predominado en Grecia hasta el período helenístico. Indaga en las cuestiones
filosóficas sin limitarse a lo que puede conocerse por métodos racionales, puesto
que los contenidos de la doctrina cristiana aparecen con naturalidad en sus
argumentos. Sus interlocutores, por lo general, tampoco le obligan a delimitar con
detalle dónde terminan los contenidos de la razón y comienzan los de la doctrina
cristiana. Por tanto, Agustín de Hipona no muestra la misma preocupación que
encontramos en Tomás de Aquino, p.ej., por distinguir qué aporta la fe y qué
contenidos son competencia de la razón.
Si para los griegos la filosofía era una actividad ante todo racional, en San
Agustín esa actividad requiere una implicación de todas las facultades humanas al
servicio de una verdad que no es aséptica ni existencialmente neutra: la verdad del
cristianismo. En este proceso, la razón puede ser útil para aproximarse a ciertos
contenidos de fe; ésta puede orientar a la razón en cuestiones sujetas a
incertidumbre; y la razón puede ayudar a esclarecer los aspectos más oscuros del
dogma cristiano.
Miguel Moreno Muñoz
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Si bien Agustín de Hipona se distancia de la tradición cartesiana que considera
la razón autónoma y el conocimiento racional ilimitado, hay que tener presente su
conciencia clara de los límites del conocimiento y de la actividad racional,
concretada en la necesidad de superar la estrecha perspectiva de los
planteamientos escépticos con la apelación a una verdad que considera superior a
la simple conclusión de un razonamiento correcto.
Por otra parte, San Agustín muestra una actitud decidida en la búsqueda de
sustento racional a los contenidos del dogma religioso cristiano que resultarían
difíciles de entender para paganos o no iniciados, sin dejar de reconocer que existen
contenidos específicos del dogma cristiano de imposible o muy difícil
racionalización. Algunos de estos aspectos, en versiones muy diversas,
caracterizarán gran parte de la filosofía moderna y contemporánea. No obstante, el
legado de Agustín de Hipona pierde peso cuando, a partir del siglo XIII, se radicaliza
el conflicto entre fe y razón que, en la modernidad, se decanta en favor de la
autonomía de la razón.
3. Una verdad única para la fe y la razón
Agustín de Hipona estaba convencido de que la verdad es única, se encuentra
en el cristianismo y al ser humano le interesa alcanzarla y esclarecerla por todos los
medios posibles. Ambas son necesarias porque comparten un mismo objetivo:
comprender de manera íntegra al ser humano real, no sólo en su dimensión
racional.
Además, en sus primeros siglos el cristianismo fue articulándose como un
legado doctrinal que incluía, además de los textos bíblicos (cuyo canon termina de
fijarse por esta época), elementos interpretativos para dar plausibilidad al mensaje
cristiano en diversos contextos socio-culturales. En los siglos II y IV, el cristianismo
se enfrentó con la filosofía a menudo más como marco conceptual alternativo que
como religión institucionalizada cuyo dogma procura defender. La filosofía
neoplatónica tuvo una influencia decisiva en Agustín de Hipona porque facilitaba
Agustín de Hipona
9
numerosas analogías done la transición de un esquema filosófico al religioso parecía
bastante coherente y natural.

La labor de síntesis entre neoplatonismo y cristianismo que emprende Agustín
de Hipona fue precedida por la labor de otros pensadores cristianos que,
sobre todo en el siglo III, encuentran numerosos elementos de
compatibilidad entre cristianismo y las corrientes filosóficas del momento. Se
conoce la influencia de Platón a través de algunos diálogos suyos (Fedón,
Timeo); pero también una muy considerable del estoicismo y —decisiva— del
neoplatonismo. Pero Agustín tuvo que conocer en profundidad las tesis de sus
adversarios, en particular del epicureísmo, el escepticismo y el aristotelismo.
La amplitud de este horizonte de intereses, afinidades y oponentes en la
confrontación intelectual le convertirán en el pensador más relevante del
cristianismo durante siglos.

A diferencia de numerosos obispos y pensadores cristianos que vieron en la
filosofía pagana una amenaza para la difusión y credibilidad del mensaje
cristiano desde el comienzo, Agustín de Hipona continúa la línea de quienes
comprendieron pronto que el cristianismo sólo podía encontrar aceptación
entre los sectores cultivados de la población si sus creencias básicas eran
justificables mediante argumentos racionales. Nada asegura esta presunta
compatibilidad entre los contenidos de la fe y las aportaciones de la razón a
propósito de temas comunes; pero en muchos aspectos era obvio que la
filosofía podía ser de gran utilidad para defender con argumentos sólidos las
creencias religiosas.
Miguel Moreno Muñoz
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4. Discrepancias y afinidades entre cristianismo y filosofía
De entrada, eran muchos los elementos de la filosofía griega difíciles de encajar
en el rígido marco conceptual del cristianismo:

La noción de un único dios personal, creador, omnipotente, y la vez
providente, tan pendiente de los asuntos humanos como para llegar a
encarnarse y adquirir condición humana, resultaba muy alejada de los
conceptos de primer motor, inteligencia ordenadora o causa final que
propusieron Anaxágoras, Aristóteles y los estoicos, p.ej.

Las sutilezas de los grandes pensadores griegos para articular vías de acceso a
los niveles de conocimiento riguroso y la consideración de la sabiduría como
algo al alcance sólo de muy pocas personas, con cualidades y virtudes
excepcionales, apuntaban en cualquier dirección menos hacia un concepto de
verdad excluyente, absoluta y de origen divino, como es la cristiana. A
primera vista parecen presuponer concepciones incompatibles de la
racionalidad, de las capacidades humanas y de la complejidad del proceso de
conocimiento.

Otro obstáculo considerable atañe al modo de entender la naturaleza
humana. Aunque las nociones antropológicas difieren notablemente entre las
corrientes filosóficas griegas que Agustín de Hipona pudo conocer, la idea de
un ser humano hecho a imagen de Dios, con un alma inmortal y con un
cuerpo que es capaz de escapar al destino inexorable de la muerte y resucitar
al final de los tiempos superaba las especulaciones más delirantes de los
primeros sabios. Al parecido puede decirse de la visión cristiana de la historia,
orientada hacia una plenitud final por completo ajena al concepto cíclico de
los griegos. O de la relevancia que adquieren las nociones de recompensa,
castigo, culpa, arrepentimiento y pecado en la conducta moral.