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Hernández L. y Peña I.: La marchitez de la piña producida por cochinillas Artículo
Científico La marchitez de la piña producida por cochinillas, ¿Un problema complejo o un complejo de problemas? Lester Hernández Rodríguez e Inés Peña Bárzaga. Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical. Ave. 7 ma No. 3005 e/ 30 y 32, Miramar, Playa, La Habana, Cuba Email: [email protected]; [email protected] RESUMEN La enfermedad de la marchitez de la piña producida por cochinillas es una de las principales limitantes en la producción mundial de piña [Ananas comosus (L.) Merr.]. La etiología es un complejo de factores en el que se involucran un grupo de virus ubicados dentro de la familia Closteroviridae,género Ampelovirus, nombrados Pineapple Mealybug Wilt­associated Virus (PMWaVs) y trasmitidos por cochinillas. Además, las hormigas tienen una función importante en la diseminación de la enfermedad dentro de las plantaciones. En el año 1998, se informó por primera vez en plantas de piña de Cuba, la presencia de partículas virales flexuosas con formas de varillas similares a la estructurainformada en la literaturapara los viriones de virus de la familiaClosteroviridae.En el 2007 se publicó la secuencia de varios fragmentos del aislado cubano del virus, los cuales comparten identidades nucleotídicaspor encima del 98% con secuencias del PMWaV­2 de Hawai. Este trabajo es una revisión actualizada de la información publicada sobre esta temática tanto en Cuba como internacionalmente. Palabras clave: Ampelovirus, PMWaV, cochinillas y piña ABSTRACT Mealybug wilt of pineapple (MWP) is a major constraint on the global production of pineapple [Ananas comosus (L.) Merr.]. The etiology is a complex in which are involved a group of viruses named Pineapple Mealybug Wilt­associated Virus (PMWaVs), belonging to the family Closteroviridae, genus Ampelovirus andmealybugs­transmitted.Besides,the ants play an importantrole in the spread of the disease inside the crops. The presence of these viruses in pineapple plants was firstly reported in Cuba in 1998 by finding rodshaped flexuous virus particles similars to those described for virions already classified in the family Closteroviridae.In 2007, the sequences of several fragments of the Cuban isolate were published, and they shared sequence identities over the 98% with those of the PMWaV­2 of Hawaii. This work is aimed to review the published information about this subject either in Cuba as worldwide. key words: Ampelovirus, PMWaV, mealybugs and pineapple. LA ENFERMEDAD, SÍNTOMAS Y REPORTES MUN­ DIALES La piña es una planta monocotiledónea, perenne, xerofítica y ubicada dentro de la familia Bromeliaceae. Es afectada por varios patógenos entre los que se des­ tacan los nemátodosparásitosde plantas, hongos, bac­ terias, insectos de tipo coccoideos y el complejo de ampelovirus que causan el marchitamiento de la piña por cochinillas o MWP (Rohrbach y Apt, 1986). El marchitamientode la piña por cochinillas,nombre de­ rivado del término en inglés Mealybug Wilt of Pineapple (MWP), es una enfermedad reportada en gran parte de los países productores de este frutal en el mundo: Hawai, Sri Lanka, Tailandia, Brasil, Australia, Cuba, países de 22 CitriFrut
Centroaméricay las islas del Caribe y recientementeen Taiwán (Carter 1942 y 1945 citado por Sether y Hu, 2002a; Borroto et al., 1998, 2007; Singhe y Sastry, 1974; Rohrbach et al., 1988; Hu et al., 1993, 1997; Hughes y Samita, 1998; Wakman et al., 1995 y Shen, 2009). Su impacto en las áreas productoras ha llegado a ser de pérdidas desde un 25 hasta el 100% de las cosechas (Sether y Hu, 2002b). En las plantaciones de piña en Cuba las pérdidas han alcanzado cifras hasta el 40% (Anónimo,1989). Los síntomas más comunes de la enfermedad com­ prenden el enrojecimiento y bronceado de las hojas (Figura 1), pérdida de turgencia y muerte regresiva de la hoja, reducción de la masa radicular, cambios en los Revista CitriFrut, Vol. 26, No. 1, 2009 ciclos de fructificación, reducción de la talla del fruto y de su calidad debido a la consistencia fibrosa y el sa­ bor ácido, que afectan su valor comercial (Sether y Hu, 2002a y citas de Carter, 1945 en dicha publicación). Además, se ha observado que en plantas de piña (cv. Cayena lisa) con síntomas severos de MWP se desa­ rrollan importantes cambios metabólicos inducidos por la enfermedad, entre los cuales se incluyen la apari­ ción de altos niveles de ácido abcísico, proteínas solu­ bles, prolina y fenoles libres, acompañados de un au­ mento en la actividad peroxidasa e invertasa, los que en conjunto pudieran explicar algunos de los síntomas determinados para la MWP (Nieves et al., 1996). ETIOLOGÍA Y EPIDEMIOLOGÍA DE LA MWP Fig. 1. Plantas de piña con síntomas de marchitez típicos de MWP Fotos: Lic. Lester Hernández Rodríguez Se han descrito tres fases para el desarrollo de la en­ fermedad. En la primera fase, se desarrolla una colora­ ción de bronceada a púrpura en las 3 ras y 4 tas hojas de la corona, comenzando por el corazón. Los márgenes de las hojas se curvan hacia la cara inferior, pero la zona del ápice permanece erecta. Posteriormente, en un segundo estadio, el color de las hojas se torna rojo brillante o amarillo, al mismo tiempo que las hojas pier­ den la turgencia y el ápice se vuelve carmelita. Cuando la planta alcanza la tercera fase, las hojas más jóve­ nes son erectas pero carentes de turgencia, mientras el ápice de la mayoría de las otras hojas es curvado y de color pardo oscuro. Después de la aparición de es­ tos síntomas ocurre una reducción significativa del sis­ tema radicular. Si la enfermedad se manifiesta cuando las plantas tie­ nen diferenciada la inflorescencia, estas se secan. Cuando se manifiesta más tarde, las hojas de los frutos permanecen prominentes y la pulpa es fibrosa y ácida. Es importante la asincronía que se produce en los tiem­ pos de fructificación y maduración entre las plantas enfermas y sanas, lo que atenta, al igual que la baja calidad de los frutos, contra la rentabilidad de la pro­ ducción de una plantación de piña. Algunas plantas revierten los síntomas en un estadio avanzado del desarrollo de la enfermedad, de tal forma que las nuevas hojas van brotando del color verde nor­ mal de las plantas sanas aparentando una completa re­ cuperación (Sether y Hu, 2002a). Este hecho, lejos de beneficiar, puede determinar que los productores tomando la planta como sana, pero que aún está infectada, co­ lecten las coronas y los hijos como material de propa­ gación, lo que propicia que posteriormente se disemine la enfermedaden la nueva plantaciónque se va a formar con estos propágulos. En las primeras descripciones de MWP, los síntomas fueron asociados al daño producido por las cochini­ llas y no a causas de origen viral, por lo que primera­ mente se le denominó marchitez de la piña producida por cochinillas y este término actualmente sigue iden­ tificando la enfermedad. Posteriormente se determinó que la etiología de la enfermedad es un complejo de factores en el que están involucrados primeramente varias especies de virus del género Ampelovirus, fa­ milia Closteroviridae. Estos virus se nombran de forma genérica Virus asociados a la Marchitez de la Piña por Cochinillas, derivado del término en inglés Pineapple Mealybug Wilt­associated Virus, por lo que el acrónimo es PMWaV (Sether y Hu, 2002a y b). Los estudios realizados hasta el momento, sugieren que estos vi­ rus, en asociación con los cóccidos, son los respon­ sables de la manifestación de síntomas de MWP (Sether et al., 2005a). Es importante señalar que no basta con que esté pre­ sente el virus en la planta para que se desarrollen los síntomas de MWP, es imprescindible que se hayan es­ tablecido además, individuos de una colonia de chin­ ches harinosas principalmente las cochinillas grises y/ o rosadas, Dysmicoccus brevipes Cockerell y D.neobrevipes Beardsley respectivamente, y que es­ tas estén alimentándose de la planta (Sether y Hu, 2002b). La explicación a este hecho aún no está clara, las hipótesis indican que pudieran liberarse en el mo­ mento de la alimentaciónen la planta, toxinas del insec­ to que se asocien a proteínas virales, ya sea las rela­ cionadas con el movimiento del virus en la planta o las de desarrollo de los síntomas. Dicho de otro modo, al alimentarse la cochinilla en la planta, se pudieran libe­ rar estas sustancias que actuarían como cofactores de las proteínas relacionadas con la inducción de los sín­ tomas, o que modifiquenestás últimas, de tal forma que sólo se activen al interactuar una con otra. Borroto et al., 2007, en experimentos de sistemas de dos híbridos de levaduras (Colas y Brent, 1998), ensayos amplia­ mente utilizados para estudiar la interacción proteína­ proteína de los closterovirus (Gowda et al., 2000), de­ CitriFrut 23
Hernández L. y Peña I.: La marchitez de la piña producida por cochinillas mostraron que las proteínas p20 y p22 son activas sólo formando homodímeros. Esto apunta a que las proteí­ nas virales interactúan entre ellas y no se excluye que haya interacciones con otras proteínas, aunque aún no se ha investigado sobre esto. Después que las cochinillas se alimentan en las plan­ tas, los síntomas demoran 6­8 meses en desarrollarse y aparecen más rápido en plantas jóvenes. La manifes­ tación de los síntomas depende de diferentes factores tales como la variedad y edad de la planta, número de individuos en la población de cóccidos, duración de la alimentación y de variables climáticas como las tempe­ raturas, ya que cuando estas son altas se favorece el desarrollo de la enfermedad. La diseminación de los virus en la plantación ocurre por medio de las cochinillas. Al alimentarse en una planta infectada, los vectores se cargan con el virus y los pro­ pagan al pasar a otra planta sana en la vecindad de la enferma. Hasta el momento, estos insectos son los úni­ cos vectores de los PMWaVs (Sether et al., 2005a). Los sistemas utilizados actualmente para el estableci­ miento de las nuevas plantaciones de piña pudieran in­ cluirse dentro de los factores que intervienen en la epidemiología de la enfermedad. La falta de hospede­ ros alternativos del virus, hace que la fuente de inóculo primario la constituya el material de propagación infec­ tado y al establecer nuevas plantaciones con material infectado, se condiciona la aparición y posterior dise­ minación de la enfermedad. PINEAPPLE MEALYBUG WILT ASSOCIATED VIRUS (PMWaV) Y LA FAMILIA CLOSTEROVIRIDAE La familia Closteroviridae agrupa a virus vegetales con genoma ARN positivo, de cadena simple, y cuya talla oscila entre 13 y 20 kb. Las partículas virales son lar­ gas y flexuosas, con forma de varilla y son transmiti­ das por áfidos, insectos del tipo cochinillas y moscas blancas (Agranovsky, 1996; Karasev, 2000). Los miem­ bros transmisibles por áfidos y moscas blancas perte­ necen a los géneros Closterovirus y Crinivirus, respec­ tivamente. Por su parte, los virus transmitidos por co­ chinillasson clasificadosdentro del género Ampelovirus (Karasev, 2000). Rhombach et al ., 1988 señalan que la especie Dysmicoccus brevipes Cockerell se ha observado en más Los datos serológicos y moleculares disponibles reve­ de 50 especies de plantas, entre las que se encuentran varias arvenses y la caña de azúcar. En Cuba, D.brevipes se ha encontradoinfestandocultivosde piña acompaña­ do además de otras especiesde la misma familia, entre las que se encuentran: D.bispinosus, D.grassii, Ferrisia virgata , Planococcus minor , Pseudococcus sp. y Nipaecoccus nipae. Además, D.brevipes se encontró con elevada frecuencia en otros frutales, tales como: aguaca­ te (Persea americana), anón (Annona squamosa), mamoncillo (Melicocca bijuga), coco (Cocos nucifera), guanábana ( Annona muricata), guayaba (Psidium guajava), mango (Mangifera indica), naranjo (Citrus sinensis) y plátanos (Musa spp.). Esto indica la amplia distribución del vector en Cuba, razón por la cual se debe tener en cuenta al planificar nuevas plantaciones de piña cuáles de estos cultivos van a ser colindancias al igual que al establecercultivos intercaladosde piña con algu­ nos de ellos (Martínez et al., 2006). lan la presencia de al menos cinco virus asociados a la enfermedad de la marchitez de la piña por cochinillas, PMWaV­1,­2,­3,­4 y ­5, en plantaciones de piña de Hawai, Australia y Taiwán (Sether et al., 2001; 2005a y b; Shen, 2009; Gambley et al., 2008b, 2009). Los PMWaV­4 y ­5, aún no se ha determinado si están o no implicados como agentes causales de la MWP ni han sido bien caracterizados hasta el momento (Gambley et al., 2008b, 2009; Sether et al., 2005a). Otro factor que contribuye a la dispersión de los virus en las plantaciones son las hormigas. Aunque su fun­ ción como mediadoras de la diseminación de los virus es indirecta, no dejan de ser determinantes en la dise­ minación de la enfermedad en el área. De hecho, en muchas zonas productoras de piña en el mundo las estrategias de manejo de la enfermedad se basan en el control de estas. 24 CitriFrut Se ha propuestoque el PMWaV­1 pudiera reclasificarse dentro de un nuevo género en la familia de los closterovirus debido a que su organización no es la típica descrita para los ampelovirus. Posee un genoma de 13100 nt de extensión, lo que lo hace el virus con el menor genoma de la familia Closteroviridae hasta el momento. Su genoma contiene siete marcos de lectura abiertos (Open Reading Frame (ORF)), que entre otras codifican para la proteína de la cápside (CP) de 28 kDa. De forma inusual para un ampelovirus, no cuenta con un ORF duplicado de la CP (CPd), que por lo ge­ neral en la familia se localiza inmediatamente después del ORF de la CP. La mayor homología de secuencia con otros virus encontrada fue con el Plum Bark Necrosis Stem Pitting­associated Virus (PBNSPaV) (Martelli et al., 2002; Melzer et al., 2008).
Revista CitriFrut, Vol. 26, No. 1, 2009 El genoma completodel PMWaV­2ha sido secuenciado y presenta homologíasde secuencia y estructura que lo incluyen dentro del género Ampelovirus. Se determinó que posee un genoma de 14861 nt el cual se encuentra depositado en el GenBank (accession no.AF283103) y su organización es la típica de un ampelovirus monopartita. La proteína de la cápside tiene un peso molecular de 34 kDa, y una CP duplicada de 56 kDa. Presenta la mayor identidad nucleotídica con el GrapevineLeafroll­associatedvirus­3,otro closterovirus trasmitido por cochinillas (Melzer et al., 2001). Gambley et al ., 2008a). Los badnavirus son pararetrovirus con viriones baciliformes y genomas de ADN de doble cadena que infectan tejidos vegetales y que también son trasmitidos por cochinillas (Hull et al., 1996). Aunque no se han realizado investigacio­ nes que definan si este virus también está involucrado en la etiología de la MWP, en experimentos prelimina­ res en los cuales plantas libres de PMWaV­2 e infec­ tadas con el badnavirus se expusieron a la alimenta­ ción de cochinillas, no desarrollaron síntomas de la enfermedad (Sether y Hu, 2002a). Está demostrado que el PMWaV­2 juega un rol impor­ INFLUENCIA DE LAS HORMIGAS EN LA TRANSMI­ tante en la enfermedad MWP. En trabajos realizados con plantas de piña que sólo estaban infectadas con PMWaV­1, su rendimiento se redujo considerablemen­ te pero no desarrollaron síntomas de MWP, mientras que en las plantas con infecciones mixtas con los tipos 1 y 2, o sólo con el tipo 2, si se desarrollaron los sínto­ mas típicos de la enfermedad. Aunque la incidencia en Hawai de PMWaV­2 es mucho menor que PMWaV­1, se plantea que los dos ampelovirusanteriormentemen­ cionados contribuyen significativamente a las pérdidas en el rendimiento del cultivo asociadas a MWP (Sether y Hu, 2002a y b). SIÓN DE LA ENFERMEDAD Se ha planteado anteriormente que las hormigas de­ sarrollan un papel mediador indirecto en la disemina­ ción de los PMWaVs en las plantaciones. El hecho de que las poblacionesde hormigas estén involucradas de forma indirecta en la dispersión de la enfermedad MWP está dado por varias razones. Primeramente, porque en los campos ellas están normalmente aso­ ciadas con las cochinillas en una relación de simbio­ sis. Esta relación de simbiosis se establece porque las hormigas consumen las deposiciones azucaradas producidas por las cochinillas y por consiguiente in­ terfieren el desarrollo de los hongos entomopatógenos al eliminar la fuente de alimentación de los mismos, propiciando que las poblaciones de cochinillas se incrementen considerablemente al no tener depreda­ dor natural (Rohrbach, 1988). El tercer ampelovirus,PMWaV­3,está presenteen plan­ taciones de Hawai, Australia y Taiwán. También puede ser adquiridoy transmitidopor las cochinillasD.brevipes y D.neobrevipes, tanto en presencia como en ausen­ cia de PMWaV­1 o PMWaV­2. No es reconocido por los anticuerpos monoclonales disponibles para estos dos virus y presenta alta homología de secuencia con PMWaV­1. También, las plantas infectadas con PMWaV­ 3 y expuestas a alimentación continua de las cochini­ llas no desarrollansíntomasa menos que esté presente el PMWaV­2. Cuando ocurre una coinfección por PMWaV­2 y PMWaV­3, las plantas muestran una seve­ ra necrosis del ápice de las hojas que avanza en forma de una «V» invertida, curvamiento de los márgenes de las hojas y moteado rojizo de estas (Sether et al., 2005a). Se debe aclarar que además de los ampelovirus, han sido caracterizadas un grupo de secuencias de dos especies de virus del género Badnavirus , familia Caulimoviridae, obtenidas a partir de extractos de plan­ tas de piña sintomáticas y asintomáticas de Australia (Gambley et al., 2008a). Además, se encontraron par­ tículas baciliformes, asociadas a este grupo de virus, en los extractos analizados por microscopía electróni­ ca de transmisión tanto en muestras de Australia como de Hawai (Wakman et al., 1995; Sether y Hu, 2002a y Otro aspecto a destacar es que una vez que la planta hospedante se convierte en fuente insuficiente de ali­ mento para la cochinilla, esta es transportada por la hormiga hasta encontrar una nueva planta sana para la alimentación. Se plantea que la hormiga puede trans­ portar hasta 125 metros por mes una cochinilla dentro de una plantación, mientras que sin la ayuda de la hor­ miga, el movimiento es significativamente más lento (Rouffiange, 1993). La función amplificadora de las hormigas en la diseminación de la enfermedad MWP explica el hecho de que unas pocas cochinillas puedan dispersar la enfermedad en una plantación de forma rápida y que se encuentran solo pocas cochinillas en una planta con síntomas de wilt, localizándose en las plantas sanas alrededor de la enferma. Por otro lado, las hormigas pueden transportar a las co­ chinillas desde reservorios alternativos colindantes ha­ cia nuevas plantaciones de piña en busca de nuevas fuentes de alimentación. Los cultivos colindantes, aun­ que se plantea que los virus asociados a la enfermedad CitriFrut 25
Hernández L. y Peña I.: La marchitez de la piña producida por cochinillas de la marchitez de la piña solo se replican en especies de la familia Bromeliaceae, constituyen reservorios alter­ nativospara el complejocochinilla/hormigaen los perío­ dos entre el establecimientode una plantacióny otra. Se ha informado una amplia gama de plantas herbáceas que pueden ser hospederas de ambos insectos (Rouffiange, 1993; Sether y Hu, 2002b). Por estos motivos, al estabilizar y ayudar a la prolifera­ ción de las poblaciones de cochinillas en las plantacio­ nes de piña, las hormigas juegan un papel importante amplificando la diseminación de los PMWaVs y la in­ ducción de MWP, de tal modo, que dejan de tener un papel indirecto para ser prácticamente determinantes en el desarrollo de una epidemia local. Debido a esto, una de las principales medidas en las estrategias de manejo del MWP más usadas por la industria de la piña es el control de las hormigas (Sether y Hu, 2002b). SISTEMA DE PROPAGACIÓN DE LA PIÑA Y SU EFECTO EN LA DISEMINACIÓN DE MWP Las plantacionesde piña se establecenusualmentecon las coronas producidas por las plantas sobre los frutos, hijos axilares producidos en los pecíolos debajo del fru­ to, chupones denominados hijos criollos producidos en el tallo o plántulas obtenidas a partir del cultivo de teji­ dos de meristemos (Krauss, 1948 citado por Sether y Hu, 2002a). Seguidamente a la cosecha de la planta­ ción inicial, un segundo cultivo o soco (nombre utiliza­ do en Cuba) crece de uno o más chupones producidos en la base de las plantas senescentes (hijos criollos). Las coronas y los diferentes tipos de hijos obtenidos de las plantas aparentemente sanas, pero infectadas con PMWaV, son también asintomáticos (Sether et al., 2001). Al utilizar este material de propagación infectado para establecer nuevas plantaciones, se siembra la fuente primaria de infección para la posterior diseminación en el área, si las condicionesson favorables.De esta forma la enfermedadpuede causarreduccióndel 5­15% en las plantacionesobtenidasa partir de los hijos de la primera plantación (Sether et al., 2001; Sether y Hu, 2002b y Sipes, Sether y Hu, 2002). Las plantas enfermas con MWP siempre producen fru­ tas y coronas más pequeñas, las fructificaciones ocu­ rren fuera del ciclo de la mayoría de la producción en el campo, o no producen frutos. La primera producción del soco o chupón es también reducida, y los subsi­ guientes frutos producidos por el soco, también son pequeños y fuera de ciclo (Sether y Hu, 2001). Por tal motivo, las plantas con MWP contribuyen al próximo ciclo de plantación con menos coronas que las plantas 26 CitriFrut
aparentemente sanas, lo que en cierta medida, curio­ samente, favorece que la diseminación del virus se re­ duzca (Sether y Hu, 2002b). Cuando no se producen reinfecciones, el virus tiende progresivamente a perder virulencia, incluso, en algu­ nas plantas hay reversión completa de los síntomas, por lo que estas plantas que se convierten en asintomáticas constituyen tanto una fuente de infec­ ción en el campo como una fuente de la cual se esco­ gerán propágulos para nuevas plantacionesque ya van infectados. Por esta razón es importante que se realice la eliminaciónde plantas con síntomas de las plantacio­ nes, puesto que más tarde, pudieran enmascararse los síntomas y no detectarse las plantas enfermas. En Cuba, igualmente se siembran plantaciones nuevas de piña a partir de los hijos obtenidos de plantaciones adultas. La propagación por medio de vitroplantas sólo es usada actualmente para la introducción de nuevas variedades, entre otras razones, debido al alto costo de las plántulas, largo tiempo de endurecimiento de los te­ jidos, alta segregación o fasciación. La carencia de un programa para la producción de material de propagación de piña certificado genética y sanitaria­ mente en Cuba, incrementa los riesgos de la sostenibilidad de este frutal, especialmente si se toman en cuenta las experiencias de países productores como Hawai donde Rohrbach yApt, 1986 y Rohrbach et al., 1988, informaron dificultades para prolongar la vida económica de las planta­ ciones debido al incremento de la incidencia de MWP, da­ ños por nemátodos y otras patógenos como Phytophthora sp., y enfermedades bacterianas. MWP EN CUBA El primer informe de partículas virales con morfología similar a la de los closterovirusse realizó a finales de la década de los 90, al analizar plantas con síntomas de MWP pertenecientesa la estación experimental Tomas Roig de Ciego de Avila (Borroto et al., 1998). Los extrac­ tos de virus se purificaron según los procedimientos des­ critos por Gunashige y German, 1989 y se analizaron por microscopía electrónica de transmisión con tinción negativa.Las partículasobservadasfueron similaresen forma y tamaño a las conocidas para los closterovirus (forma de varillas, flexuosas, largas, aproximadamente de 2000nm) (Borroto et al., 1998). El análisis del closterovirus detectado permitió identificarlo como PMWaV­2 debido al elevado porcentaje de identidad de secuencia que comparte con las secuenciasreportadas para este virus.La secuenciaparcialde este aislamiento cubano se encuentra depositada en el banco de genes Revista CitriFrut, Vol. 26, No. 1, 2009 bajo los números de acceso DQ228819 y DQ228819. Estudiosposterioresde la secuenciade fragmentosais­ lados y clonados a partir de extractos de muestras de Cuba, indicaron que comparten homologías de 99.4% para la proteína de la cápside y p20, 97.5% para la p22 con el PMWaV­2 de Hawai, resultados que corroboran los obtenidos previamente(Borroto et al., 2007). HACIA DÓNDE SE DIRIGEN LAS ESTRATEGÍAS DE MANEJO DE LA ENFERMEDAD MWP El establecimiento de plantaciones libres de virus, la eliminación de los propágulos de piña infectados en el campo, el control de las cochinillas y las hormigas en y alrededor de los campos comerciales, así como la eli­ minación de hospederos alternativos de la cochinilla colindantes a la plantación pueden reducir significativamente las pérdidas por la incidencia de MWP (Sether y Hu, 2002b). Otrosaspectosa tener en cuentaa la hora de establecer estrategiasde manejo de la enfermedadson la destruc­ ción de los restosde cosechasanteriores,la eliminación de chupones muy infectados con cóccidos, no estable­ cer nuevas plantaciones usando material de propaga­ ción proveniente de campos infectados.Además, las plan­ tacionesviejascercanasa nuevasdebenser eliminadas rápidamente después de la cosecha, aplicar insectici­ das durante todo el ciclo del cultivo, especialmente en las fasesjuvenilesque son las más susceptibles. MWP, ¿UN PROBLEMA COMPLEJO O UN COMPLE­ JO DE PROBLEMAS?… A modo de conclusión, se puede decir que el conjunto de problemas asociados al desarrollo de la marchitez de la piña incluye: ¾La infección por virus del género Ampelovirus, específicamente los PMWaV­1, PMWaV­2 y PMWaV­3, siendo el PMWaV­2 el que concretamente desencadena la aparición de los síntomas de la MWP. ¾Las cochinillas que además de ser los únicos vectores de la enfermedad, tienen un papel activo e indispensable en el desarrollo de los síntomas. ¾Las hormigas presentes en las plantaciones que en su relación simbiótica con las cochinillas, ampli­ fican la diseminación de la enfermedad dentro de la plantación. ¾Los métodos tradicionales de propagación del cultivo. ¾La falta de sistemas de saneamiento y certifica­ ción del material de propagación de piña. ¾La carencia de un programa para la producción de material de propagación de piña certificado genética y sanitariamente en Cuba. Es por ello que en lugar de varios problemas, o un com­ plejo de problemas,asociadosa la enfermedadnombra­ da marchitez de la piña causada por cochinillaso MWP, se debe pensar que esta es una enfermedad compleja, con varios puntos a controlar y que influyendirectamen­ te en el rendimientoque obtengamosde una plantación de este frutal. En el momento de diseñar una adecuada estrategia de manejo de la enfermedad MWP en cual­ quier país en que se produzcao pretendaproducirpiña, cada uno de estos puntos debe tenerse en cuenta, y considerarseobligatoriamenteen su conjunto. AGRADECIMIENTOS Los autores desean agradecer la exhaustiva revisión del manuscrito realizada por la Ing.Victoria Zamora y la Dra. Lochy Batista Le Riverend. BIBLIOGRÁFÍA Agranovsky, A. A. 1996. Principles of molecular organization, expression, and evolution of closteroviruses: over the barriers. Advances in Virus Research. 47: 119­158. Anónimo, 1989. Instructivotécnicopara el cultivode la piña. Ed. 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