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Límite
ISSN: 0718-1361
[email protected]
Universidad de Tarapacá
Chile
Ordóñez-Burgos, Jorge
VIAJEROS E HISTORIADORES GRIEGOS: INVESTIGADORES DE LA ESENCIA DEL HOMBRE Y
LA CULTURA
Límite, vol. 4, núm. 19, 2009, pp. 5-25
Universidad de Tarapacá
Arica, Chile
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83611433001
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Límite. Revista de Filosofía y Psicología
Volumen 4, Nº 19, 2009, pp. 5-25
ISSN 0718-1361 Versión impresa
ISSN 0718-5065 Versión en línea
VIAJEROS E HISTORIADORES GRIEGOS:
INVESTIGADORES DE LA ESENCIA
DEL HOMBRE Y LA CULTURA*
TRAVELLERS AND GREEK HISTORIANS: RESEARCHERS OF
THE ESSENCE OF MAN AND CULTURE
Jorge Ordóñez-Burgos**
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Juárez-México
Recibido 9 de septiembre 2008/Received september 9, 2008
Aceptado 5 de diciembre 2008/ Accepted december 5, 2008
“El sentido humano de lo histórico equivale
a un sentimiento de tal modo culto, que
al apreciar los méritos y merecimientos
contemporáneos, ponga también sobre el
tapete lo pasado” (Johann Wolfgang von
Goethe).
RESUMEN
La meditación acerca del hombre es un tópico profundo y esencial
para la filosofía. Se considera uno de los aspectos humanizantes
del filosofar que permite distinguir el pensamiento crítico de la
religión o la ciencia materialista. En la Hélade la reflexión en
torno al hombre fue muy trabajada, nos empeñamos en ubicar
* El presente trabajo originalmente se expuso como ponencia con el título
Heródoto, Estrabón y Plutarco: viajeros e historiadores griegos, dentro del Seminario
Permanente de la Academia de Turismo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez,
el 29 de septiembre de 2006, se han hecho cambios drásticos para su publicación.
** Av. Universidad y Heroico Colegio Militar (Zoma Chamizal) s/n. C.P. 32300
A.P. 1595-D. Ciudad Juárez, Chihuahua. México. E-mail: [email protected]
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esta línea de investigación solamente dentro del discurso socrático, empero ¿qué hay de la tragedia, la comedia, las religiones
mistéricas, la poesía, la medicina y la historia? En este breve
trabajo se estudiarán las contribuciones de algunos historiadores
antiguos. Además de buscar la esencia del hombre, la historia
antigua propuso todo un esquema nuevo de conocimiento,
mismo que puede considerarse filosófico.
Palabras Clave: Historiografía, Filosofía de la Filosofía,
Antropología Antigua, Modelos de Conocimiento.
ABSTRACT
Meditation about man is a deep and essential topic of philosophy.
It is considered one of philosopher's humanizing facts which
differences critical thought of religion or science.
In Greece the reflection on man was so worked that we forced
to place this research line only in socratic speech. But what
about tragedy, comedy, mysterical religions, poetry, medicine
and history? This short article studies contributions of some
antique historiographers. Besides seeking a essence of man,
ancient history, proposes a whole new knowledge scheme which
can be considered philosophical.
Key Words: Historiography, Philosophy of Philosophy, Ancient
Anthropology, Knowledge Models.
CONSIDERACIONES EN EL SENTIDO DEL VIAJERO:
ARTE, ESTÉTICA, NATURALEZA
L
os griegos eran un pueblo muy inquieto cuyo sentido
colectivo de la existencia rayaba en contradicciones profundas.
Por un lado eran los guerreros violentos y salvajes con armas
implacables y destructoras. Por otro, eran los grandes contempladores de la belleza, constructores de un discurso espiritual
orientado a diversos campos como el teatro, la filosofía, la naturaleza, la retórica y la medicina. Cabe mencionar que dicha
dicotomía tardó siglos en madurar. El estudio del Mundo era
una de esas áreas en las que las dos tendencias arriba esbozadas
convergían. La epopeya, en un sentido muy amplio –no sólo
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como poesía, sino como narración y exégesis de hechos reales–
es una muestra de ello.1 Igualmente, la historia, la geografía y la
política sintetizaban en su interior tal composición en donde el
buen sentido observador de viajeros, místicos, aedos, médicos y
filósofos se compaginaba con el ánimo conquistador y agresivo.
Con el presente escrito pretendo esquematizar muy brevemente
el quehacer de algunas mentes brillantes de la Hélade como
Heródoto, Estrabón y Plutarco, así como parte del contexto social
e intelectual que los envolvió. Estos grandes viajeros representan
el espíritu crítico que enfrenta a lo “griego” con lo extranjero,
lo exótico, lo extravagante. Hemos menospreciado el trabajo
narrativo e historiográfico de los griegos, entendiéndolo de una
manera un tanto plana. Ciertamente Heródoto recibe el título de
“Padre de la Historia”, pero, estudiando en detalle sus escritos
notaremos la superación de los meros relatos lineales, pudiendo
considerársele como el “Padre de la Antropología”.2 Sus tratados
1 La poesía griega tenía giros y alcances muy ricos. Por ejemplo, las
Argonáuticas de Apolonio de Rodas, o las mismas obras homéricas eran consideradas
en la Antigüedad y el Medioevo guías serias en el renglón de historia y geografía de
Asia y Europa. En la poesía se plasmaba el hambre de descubrimiento de los griegos.
Sus pesquisas iniciaban en el medio silvestre, como ya hemos apuntado, hasta alcanzar la investigación sobre la esencia del Ser. Heidegger (1946) refiere la condición
fundacional de la poesía en el contexto de las ideas: “Todo lenguaje poético, tanto en
este sentido amplio como en el más estricto de lo poético, es en el fondo un pensar. La
esencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser. Puesto que, pensando,
poetiza, la traducción que quisiera dejarse decir la más antigua sentencia del pensar,
tiene que parecer forzosamente violenta” (p. 303).
2 José Luis Romero (1952) comenta: “Si Heródoto se preocupa por indagar
los usos, las costumbres y las instituciones de los diversos pueblos tratando de fijarlas
por medio de datos concretos de la realidad, es porque procura fijar el perfil de cada
uno de ellos y hallar la clave de su comportamiento histórico” (p. 64). Dentro de esa
búsqueda de sentido de la vida colectiva del hombre Heródoto emprende estudios
profundos, sus argumentaciones posiblemente resulten un tanto toscas y cándidas
para nuestra consciencia occidental inquisidora y analítica, empero, el hijo pródigo de
Halicarnaso deja muy clara su inquietud por conocer al hombre. Heródoto sirvió de
guía a trabajos de individuos como Bartolomé de las Casas, Humboldt o Bernal Díaz
del Castillo. A continuación quiero citar algunos pasajes de la obra de Heródoto en
donde se puede encontrar esa impasividad espiritual, pieza articuladora de su discurso.
El primero, expone una teoría egipcia del origen del lenguaje, misma que quizá recogió
en su viaje por esa nación: “…Psamético, [rey egipcio fundador de la Dinastía XXVI,
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comprenden, explican, examinan y analizan religiones, costumbres, migraciones, gobiernos, arquitectura, literatura; establecen
vínculos entre los estilos de vida y pensamiento con la geografía.
Intentan traducir lo “extraño” a patrones griegos, en parte por
soberbia etnocéntrica, en parte como método pedagógico para él
y su auditorio, poco relacionados con “rarezas” foráneas.
Heródoto, Estrabón y Plutarco cultivan la ¦BLMHKAF: es
decir, elaboran testimonios o relatos de aquello que tenían a la
mano. La raíz de dicho vocablo griego es el término ¦BLMPKy
significa testigo. Existe otra palabra relevante para nuestro estudio, y en este término deseo poner especial acentuación dada su
Uahibra], como no podía hallar, pese a sus indagaciones, ninguna solución al problema
de quiénes eran los hombres más antiguos, puso en práctica la siguiente idea. Entregó
a un pastor dos niños recién nacidos, hijos de las primeras personas que tenían a mano,
para que los llevara a sus apriscos y los criara con arreglo al siguiente régimen de vida:
le ordenó que nadie pronunciara palabra alguna ante ellos, que permanecieran aislados
en una cabaña solitaria, y que, a una hora determinada les llevara unas cabras; y luego,
después de saciarlos de leche, que cumpliese sus restantes ocupaciones. Psamético
puso en práctica este plan y dio esas órdenes porque quería escuchar cuál era la primera
palabra que, al romper a hablar, pronunciaban los niños, una vez superada la etapa de
los sonidos inteligibles. Y, en efecto, a sí sucedieron las cosas. Dos años llevaba ya el
pastor en este menester, cuando, un día, al abrir la puerta y entrar en la cabaña, los dos
niños, lanzándose a sus pies, pronunciaron la palabra becos al tiempo que extendían
sus brazos. Como es lógico, la primera vez que la escuchó, el pastor no le dio importancia, pero como en sus frecuentes visitas para cuidar de ellos, esta palabra se repetía
insistentemente, acabó por informar a su señor y, por orden suya, condujo a los niños a
su presencia. Entonces, cuando Psemático los hubo escuchado personalmente, se puso
a indagar qué pueblo daba a algún objeto el nombre de becos y, en sus indagaciones,
descubrió que los frigios llamaban así al pan. Por lo tanto, sacando deducciones de
este hecho, los egipcios convinieron en que los frigios eran más antiguos que ellos”.
II, 2, 2-5. Otro habla de las raíces del alfabeto griego: “…esos fenicios que llegaron
con Cadmo –entre quienes se encontraban los Gefireos– introdujeron en Grecia muy
diversos conocimientos, entre ellos hay que destacar el alfabeto, ya que, en mi opinión,
los griegos hasta entonces no disponían de él. En un principio se trató del alfabeto que
siguen utilizando todos los fenicios; Pero, posteriormente, con el paso del tiempo, a la
vez que introducían modificaciones en el sonido de las letras, lo hicieron también con
su grafía. Por aquellas fechas, en la mayoría de las regiones, sus vecinos eran griegos
de raza jonia, que fueron quienes adoptaron las letras del alfabeto que los fenicios les
habían enseñado, y las emplearon introduciendo en ellas algunos ligeros cambios; y
al hacer uso de ellas, convinieron en darles –como, por otra parte, era la justicia, ya
que habían sido los fenicios quienes las habían introducido en Grecia– el nombre de
“caracteres fenicios”” (Heródoto (1976), V, 58, 2. México: UNAM).
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trascendencia en la obra de Heródoto y Plutarco; ambos desarrollan una dIHIHBeA, podemos traducirla como epopeya, empero, si
atendemos a su sentido primario que deriva de la palabra ëpópMAJtestigo ocular, vidente o iniciado en los misterios sagrados,
entenderemos lo que ambos sabios captan del aspecto religioso
de las civilizaciones con tanta eficacia. Alcanzando quizá visos
de filósofos y antropólogos de la religión en varios pasajes de
su obra.3 Pretendo que los términos griegos citados sirvan para
capturar la condición global de la esencia de aquellos relatos
arcaicos, porque los testimonios son producto de una vivencia,
categoría de la experiencia humana cuya nota distintiva es la
indivisibilidad. La vivencia es un núcleo sólido, por motivos
expositivos puede dividirse en componentes, pero un buen emisor
logrará que el sentido de conjunto no se pierda. Meta que logran
a la perfección los personajes que nos ocupan.4
3
A manera de muestrario somero citaré algunos pasajes del libro II de Historia
de Heródoto: En 46, 3-4, expone su idea de la exégesis “correcta” de la iconografía
egipcia. En los capítulos 49-53 habla del origen egipcio de los dioses griegos, así como
claves para interpretar la personalidad divina de los inmortales (58-59), hablan de los
festivales religiosos en Egipto. En el capítulo 65 lleva a cabo algunas reflexiones sobre
la adoración de animales en Egipto. Plutarco, por su parte, en De Isis y Osiris, (32-39)
dedica bastante espacio y esfuerzo para proponer una interpretación muy completa
sobre el mito osiríaco. En el capítulo 58 hace un comentario de interés que ilustra esta
condición de historiador-filósofo de la religión: “Por eso precisa servirse de mitos,
no como razones absolutamente probatorias, sino para formar de cada uno de ellos
los rasgos de parecido que se concilian con nuestro pensamiento. Por eso, cuando
hablamos de materia, no debemos arrastrar por opiniones de algunos filósofos como
cuerpo privado de alma, sin calidad, sin actividad y sin energía propia” (58).
4 Albert Camus (1942) reflexiona sobre este particular: “He aquí también unos
árboles cuya rugosidad conozco, un agua que saboreo. Estos perfumes de hierba y
estrellas, la noche, ciertas tardes en las que el corazón se dilata ¿cómo iba a negar yo
este mundo cuya potencia y cuyas fuerzas experimento? Y, sin embargo, toda ciencia
de esta tierra no me dará nada que me garantice que este mundo es mío. Me lo describís y me enseñáis a clasificarlo. Enumeráis sus leyes y, en mi sed de saber, admito
que son ciertas. Desmontáis su mecanismo y mi esperanza aumenta. Por último, me
enseñáis que este universo prestigioso y abigarrado se reduce al átomo y que el átomo
mismo se reduce al electrón. Todo eso está bien y espero que continuéis. Pero me
habláis de un invisible sistema planetario donde los electrones gravitan en torno a un
núcleo. Me explicáis ese mundo con una imagen. Reconozco entonces que has ido a
parar a la poesía: nunca conoceré ¿me da tiempo a indagarme? Ya habéis cambiado
de teoría. Así, esta ciencia que debía enseñármelo todo termina en la hipótesis, esta
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Ahora bien, es importante comprender los antecedentes que
marcaron las inquietudes de estos hombres; una pregunta necesaria
viene a la mente ¿de donde procedía la información que sirvió
como directriz para sus investigaciones geográfico-históricas?
No olvidemos que los griegos son un pueblo de viajeros y gran
parte de su acervo cultural se deposita en los relatos de marinos
y conquistadores; por ello su deuda con la cultura minoica y
fenicia es enorme. Los habitantes prehelenos contribuyeron
significativamente para la conformación de tradiciones griegas,
téngase por ejemplo los elementos minoicos de los siglos XX-XVI
a.C. La arqueóloga Isabel Rodríguez (1999) comenta algo muy
interesante sobre el origen del Posidón griego:
De entre los dioses, cuyos nombres nos han sido suministrados por
las citadas tabletas [Cnosos y Pilo], Posidón es el único vocablo
que presenta la más fundada pretensión de origen indoeuropeo y
cuya forma varía en función de los dialectos. Etimológicamente
se puede analizar como un compuesto de Potis (Señor) y da
(Tierra), tesis que afirma su origen como “Señor de la Tierra”,
y que ha sido defendida por varios autores. En las tablillas de
Pilo, Posidón aparece como un dios importante y por ello parece
lógico suponer que ocupara un papel religioso más relevante
que el del propio Zeus, ya que a él se destinaban largas listas
de ofrendas, al tiempo que era el único dios principal citado
como receptor de contribuciones anuales de grano.
Según dichas tablillas, un grupo de trece terratenientes aparecen
grabados con las contribuciones de trigo para Posidón, y otras
tres figuras oscuras, siendo mucho más amplias las cantidades
asignadas a Posidón. Asimismo, el dios es el destinatario de
ofrendas entre las cuales se citan bueyes, ovejas, cabras, cerdos,
trigo, vino, miel, ungüento, lana y paños.
La Odisea hace referencia a un festival celebrado en Pilo en
honor del soberano Posidón cuando Homero pone en boca de
Pisístrato las siguientes palabras: Suplica, ¡oh mi huésped!, a
lucidez se sume en la metáfora, esta incertidumbre se resuelve en la obra de arte. ¿Qué
necesidad tenía yo de tantos esfuerzos? Las suaves líneas de estas colinas y la mano
de la tarde sobre este corazón agitado me enseña mucho más… Comprendo que aun
cuando puedo, a través de la ciencia, captar los fenómenos y enumerarlos, no por ello
puedo aprender el mundo” (pp. 32-33).
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Posidón , ya que este festín al que llegáis, en su honor se celebra
(Homero, Odisea, III, p. 43).
En virtud de las fuentes epigráficas, Posidón queda perfilado
como el más importante de los dioses de los aqueos, como un
antiguo dios supremo que llega a Grecia con estos pobladores,
desde el norte de Europa (Rodríguez, 1999, pp. 35-36).
Ilustración 1: Tablilla de Cnosos, elaborada en arcilla y escrita en Lineal A. Encontrada
en el Palacio y datada entre el 1900 y el 1650 a.C. (Tomada de: www.petra.gr/hellas/
minoan/ventris.htm)
El dios del mar, así como la fe y aprecio profesados por
sus fieles, son testimonios claros de la condición viajera de los
griegos, al igual que el legado minoico milenario, dichas tradiciones nos conectan con ese amor por los relatos de travesías de
marinos invencibles, pero también de mares mágicos repletos de
criaturas monstruosas. Lo heroico y lo grotesco son ingredientes
de la narrativa, la historiografía y la filosofía misma de los pueblos
de navales. Qué decir de las leyendas vikingas o de las baladas
inglesas que nos trasladan a ambientes maravillosos.
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Los historiadores griegos también fijaron su atención en el
acervo proveniente de la Anatolia, franja del extremo oriental de
Grecia muy lejana a la parte continental. Tampoco son de despreciarse las narraciones de los macedonios y tracios, habitantes
de una región considerada semisalvaje por los atenienses y por
otros griegos vecinos de esta comarca. Ya desde aquel entonces
los Balcanes eran considerados “zona de exclusión”. Quizá entre
los siglos VI y IV a.C. se produjo una asimilación activa, por parte
de los griegos, de ciertas tradiciones religiosas tracio-macedonias.
Gracias a sus decires populares, recopilados por historiadores y
viajeros helenos, tenemos noticias de los habitantes arcaicos del
centro y sur de los Balcanes. Para la mejor ilustración de este
particular hemos de citar el libro IV de Heródoto, que dedica muy
buena parte de su contenido al tratamiento de los pobladores de
este territorio europeo, constituido a partir de diversos informes
orales recopilados por el hijo de Halicarnaso:
…El Tearo, [actualmente Simerdere] es el río más idóneo, entre
sus otras virtudes curativas, para curar especialmente la sarna a
hombres y caballos. Sus fuentes que manan de una misma roca,
son treinta y ocho; y unas son frías y otras calientes. El trayecto
hasta esas fuentes está a la misma distancia de la ciudad de Hereo,
próxima a Perinto, que de Apolonia, en el Ponto Euxino: a dos
días de camino de ambas (Heródoto, 1976, Cap. 90, p. 2).
Otro pasaje muy interesante es el siguiente:
…..la vasija de Escilia viene a tener fácilmente la capacidad de
seiscientas ánforas [11.664 lt] y el bronce de la misma tiene seis
dedos de espesor [11 cm]. Pues bien, los lugareños aseguraban
que dicha vasija se hizo con puntas de flecha, pues el rey de los
escitas, cuyo nombre era Arrianitas, con ánimo de averiguar el
número de sus súbditos, ordenó a todos los escitas que cada cual
trajese una punta de flecha; y a quien no la trajese, lo amenazó
con la muerte (Heródoto, 1976, pp. 89-91).5
5
Libro IV, capítulo 81, párrafos 4-6, en pp. 89-91, Heródoto se dedica a hablar
acerca de un personaje tracio, semidivino y mítico, llamado Salmoxis. Tucídides, por
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Homero fue una gran fuente de información geográfica,
convirtiendo en un manjar delicioso la mención de sitios lejanos
e inalcanzables para el común de los oyentes de sus rapsodias;
Homero estableció un modelo expositivo al que varios de sus
compatriotas tomaron en cuenta para llevar a cabo su propia
producción. Valioso desde la perspectiva estética, o como fuente
de un acervo de conocimiento de diversa condición y naturaleza;
el trabajo homérico se esparció en muchas direcciones, una de
ellas fue la dramaturgia. A manera de muestrario sucinto quisiera
mencionar a Esquilo y su famoso Prometeo encadenado en donde
se cita una buena cantidad de sitios, cuyo conocimiento derivó
seguramente del bagaje cultural de la época: la Cólquide, costa
oriental del Mar Negro (415),6 el río Termodonte, de Capadocia,
(726). Mención fantástica y desatinada del istmo cimérico, ubicado en Crimea (729), el lago Meótide, actualmente conocido
como estrecho de Kertsch, antes denominado Bósforo (731).
Esquilo hace referencias al río Nilo “Río Etíope” (810), y “…la
tierra triangular llamada Nilotis” (815) y Tesprótide (831). Por
su parte Eurípides en Helena, la única tragedia griega con final
feliz, hace algunas alusiones geográficas. V. gr. el “Observatorio
de Perseo” (769), sitio localizado al oeste del Delta del Nilo. Por
no ser el propósito esencial de este trabajo la mención sistemática
de los puntos geográficos dentro de la dramaturgia antigua, creo
suficiente con las dos referencias hechas.7
su parte, también habla sobre los habitantes de los Balcanes, Cf. Tucídides, 2000, II,
97, p. 6.
6 Los números colocados en paréntesis corresponden a versos de Prometeo
Encadenado.
7 Entre los muchos viajeros, cuyas aportaciones geográficas fueron empleadas en diversas disciplinas durante la época clásica, hemos de mencionar al famoso
Escílax de Carianda (s. VI a.C.). Su prestigio y calidad de autoridad se deben en
gran medida a la mitificación que se hizo de su vida y obra en la antigüedad. Escílax
llevó a cabo una expedición al Océano Índico por orden de Darío I, igualmente, se
conserva un relato de su supuesta travesía por las costas mediterráneas, mismo que es
muy posible sea espurio –hecho común dentro de la literatura griega–. Sabemos de
Escílax gracias a Heródoto (IV, 44) y a Estrabón (XIV, 2, 20; XIII, 1, 4; XII, 4, 8). La
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Otro ejemplo muy interesante de la trascendencia de los
viajeros griegos lo encontramos en la labor desarrollada por los
médicos hipocráticos recogida en el famoso tratado Epidemias
cuyo sentido etimológico es viaje: dIe por encima de =AFHJ
población o ciudad. Siendo el texto en cuestión una especie de
diario de travesía de uno o varios médicos. Epidemias representa
el acta fundacional de la historia clínica de Occidente. A pesar de
no ser un libro geográfico, es un registro interesante de viaje y un
pretexto significativo para el estudio de los viajeros griegos.
Las incursiones griegas armadas a lugares “exóticos” desarrolladas en tiempo de Heródoto representaron el seguimiento del
acervo de viajeros e historiadores arcaicos, a la vez que aportaban
nuevas rutas y descripciones de parajes lejanos. Es de mencionarse la campaña de Menfis como botón de muestra. Tucídides
nos habla de ella (104, 2, pp. 109-110). La empresa se produjo
fundamentalmente como un ataque orientado a debilitar la fuerza
de los persas en los territorios mediterráneos. Lo que comienza
siendo una revuelta local en Egipto se transforma en un conflicto
regional. Hill (1997) comenta que la rebelión egipcia en el delta
del Nilo fue causada por inconformidades con el fisco persa.8
Cabe mencionar que no fue la única de los pueblos dominados
por los persas, a partir del asesinato de Jerjes en el 465 a.C. En
dicha sublevación se invitó a los atenienses para combatir al Rey
de reyes. Es de subrayarse que a los helenos los motivaron dos
razones para unirse a la batalla: por un lado el deseo de debilitar
a los iranios y, por el otro, no del todo demostrable, la posibilidad
de comprar trigo egipcio. La expedición griega duró seis años.
460-454 a.C.
En plena época helenística, ya posterior a Hesíodo, hubo
referencias a viajes, lugares, costumbres y animales foráneos,
fantásticos y exóticos concretada por los llamados paradoxóSUDA lo menciona y le adjudica, entre otros escritos, Periplo fuera de las Columnas
y Descripción de la Tierra.
8 Hill, E. (1997). El mundo griego y el Oriente. En El siglo V (510-403). I.
(pp. 139-141). Madrid: Akal.
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grafos griegos –relatores característicos de aquellos días–. La
paradoxografía fue vivo ejemplo de la difusión que se le dio a
lo escrito por algunos expedicionarios acompañantes del ejército
de Alejandro de Macedonia. Este tipo de literatura difícilmente
pudo haberse creado en otro momento histórico, dado que la
época helenística se caracterizó por el hambre de los auditorios
por narraciones fabulosas, morbosas, grotescas y adicionadas con
cualquier elemento que pudiera captar la atención de un público
dotado de gusto burdo. Así, para los autores la meta era mostrar los
discursos más atractivos para los oyentes, sin importar la medida
en que la verdad o el sentido común eran violentados. Como
botones de muestra citaré algunos fragmentos interesantes.
Pasajes contenidos en Paradoxógrafo Vaticano.
“Entre los egipcios no puede prestar testimonio un analfabeto” (54).9 “Algunos de los escitas después de haber cortado
la carne del que ha muerto y haberla salado la dejan secar al sol;
y después de esto, ensartándola en un hilo, se la colocan en su
cuello, y tomando un cuchillo, se la ofrecen de cortarla, a aquel
de sus camaradas con el que se encuentren. Y hacen esto hasta
que se les agota” (61).10 “El río Selemno fluye a través de Arcadia
y sus aguas son un remedio para el amor” (37).11
Flemón de Trales, otro paradoxógrafo antiguo, se destaca
por sus narraciones con temas centrales como anomalías sexuales, descubrimiento de enormes huesos enterrados, fecundidad
prodigiosa y la descripción un tanto escatológica de monstruosidades. Quizá este estilo lo adoptó de tradiciones orientales,
etruscas o romanas. He aquí una muestra de su obra. “En la India
existe una laguna que puede acoger todo excepto oro y plata”
(34). “Ferécides de Siros tras haber bebido agua de una fuente
en la isla de Siros se volvió muy profético y anunció terremotos
y otros acontecimientos” (30).
9 Los números hacen referencia a los versículos de un papiro (Paradoxógrafo
Vaticano).
10 Paradoxógrafo Vaticano, 61.
11 Paradoxógrafo Vaticano, 37.
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En Germania en el ejército de los romanos, el que se hallaba
bajo el mando de Tito Curtilio Mancia, sucedió esto mismo [el
nacimiento de un cinedo]; pues un esclavo de un soldado lo
parió, cuando era arconte en Atenas Conón y cónsules en Roma
Quinto Valusio Saturnino y Publio Cornelio Escipión (I, 27).
Un tercer paradoxógrafo es Antígono de Caristo, autor de
una obra muy extensa. Se piensa que era escultor perteneciente
a la escuela de Pérgamo.12
Los caníbales que dijimos que existían hacia el Norte, diez
días de viaje más allá del río Borístenes [actualmente Dniéper,
ubicado en Ucrania, cercano a Odessa], beben de los esqueletos
de las cabezas humanas, y utilizan los cueros cabelludos como
servilletas delante de su pecho… (Cayo Plinio Segundo, 1999,
VII, p. 12).
“…..en Albania nacen algunos con los ojos glaucos y...
desde la infancia son canos, y…pueden ver mejor de noche que
de día” (12).
Isígono de Nicea es otro de los paradoxógrafos griegos de
los que conservamos textos. Es una de las fuentes más importantes del siglo I d.C. y se caracteriza por estar influido por el
pensamiento aristotélico. Para darnos una leve idea de su trabajo
cito las siguientes líneas: “Los dardanios [troyanos], un pueblo
ilivio, se lavan solamente tres veces en su vida: cuando nacen,
en su boda y cuando mueren”.13
Un último paradoxógrafo es Nicolao de Damasco, quien
vivió a finales del siglo I a.C. Colaborador de Herodes El Grande,
viajó a Roma, en donde redactó una biografía de Augusto. Por
encargo de Herodes escribió Historia Universal en 154 libros.
Conservamos solamente fragmentos de ella. Nicolao dominaba
12 No obstante, hay polémica en la identificación histórica de Antígono, dado
que a finales del siglo II a.C. existió un escritor de epigramas con el mismo nombre.
Su obra Cambios está muy cercana al estilo paradoxográfico. Otro Antígono escribió
una historia de Italia y algunas cosas sobre la antigua Macedonia. Perteneció también
al círculo de Pérgamo.
13 Estobeo, At. IV, 2, 30.
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diversas disciplinas como la música, las matemáticas y la filosofía.
He aquí una cita breve de su obra:
Entre los persas, lo que no está permitido hacer, ni siquiera lo
dicen. Y si alguno mata a su padre, lo creen un ilegítimo. Y si el
rey ordena castigar con el látigo a alguien, se siente agradecido
como si le hubiera tocado en suerte un bien, porque el rey se
acordó de él. Reciben del rey premios por el gran número de
hijos. Los niños aprenden a decir la verdad entre ellos como si
fuera un saber (47).14
Cuando se emprende la tarea de confeccionar la historia
de la época helenística, generalmente se centra la atención en las
grandes mentes: Aristóteles, Galeno, Crisipo, Epicuro, Estrabón,
Sexto Empírico, Eratóstenes, Demóstenes y Teofrasto, entre
otros. Dejando de lado gran parte del pensamiento popular y
“no oficial”, como el hermetismo del pueblo, los influjos persas
o la crestomatía paradoxográfica en sí. De estos capítulos de la
historia espiritual de la Hélade podemos extraer elementos valiosísimos para comprender a toda una civilización entera, más
que parcelas aisladas.
En el mismo período helenístico hemos de ubicar a Eratóstenes
de Cirene (285-194 a.C.), sabio alejandrino conocido como El
que sobresale en todo, a él se le debe la creación de la palabra
?BEHEH@e:. Fue preceptor de Ptolomeo Filopátor, durante la infancia
de este. A la par con este cargo, fue director de la Biblioteca de
Alejandría.15 Escribió diversos libros,16 sabemos de ellos gracias
a fragmentos conservados por comentaristas antiguos y bizantinos. El más famoso de sus tratados es Geografía compuesto
por tres libros. Destaca de este trabajo la descripción, la primera
de aquellos tiempos, del mundo no habitado. Se sabe que gran
14
Los números hacen referencia a los versículos de un papiro (Paradoxógrafo
Vaticano).
15 En aquellos días ambos títulos se otorgaban simultáneamente: Preceptor
del hijo del Rey y Jefe de la Biblioteca de Alejandría.
16 Entre ellos se encuentran: Sobre la comedia antigua, Cronografía y Sobre
la medición de la tierra.
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parte de sus investigaciones geográficas eran alimentadas por lo
visto en sus viajes. Perteneciente a este mismo círculo alejandrino, sucesor de Eratóstenes, tanto en la Biblioteca como en la
educación de los hijos del soberano, estuvo Apolonio de Rodas,
autor del famoso poema Argonáuticas, destacado por su belleza
y erudición en materia geográfica.17
En lo tocante a Estrabón (64 a.C.-24 d.C.), nacido en
Amasia de Ponto, simpatizante de la filosofía estoica, admirador
de los romanos y viajero incansable; en sus travesías recorrió de
“Armenia a Etruria”. Plasmó su conocimiento y experiencia en
diversas obras, a saber: Esbozos históricos, perdida y compuesta
por cuarenta y siete libros. Geografía, integrada por diecisiete
libros, escrito célebre y muy afamado, su intención es tomar
revista cuidadosa de las colonias romanas de la época, año 7
a.C.; se inspiró en la geografía de Eratóstenes. Es un documento
invaluable para nuestro conocimiento actual del mundo antiguo.
Aún en la Edad Media era considerado como libro de texto.
Para finalizar con este repaso superficial de sabios antiguos
mencionaré a Plutarco. Erudito nacido en Queronea, Beocia, en
el 46 d.C. Discípulo del filósofo platónico Amonio en Atenas,
este período de instrucción fue muy influyente a lo largo de su
existencia, dado que abrazó el platonismo como forma de vida y
como método de investigación. En su vasta obra, Plutarco es uno
17 Entre los pasajes que ilustran el conocimiento del poeta se encuentran los
siguientes: “Los colcos por su parte, unos en vana persecución salieron del Ponto a
través de las rocas Cianeas, y en cambio los otros se dirigieron al río, a los cuales
mandaba Apsirto. Desviándose, pasó por la Boca Hermosa; así que se les adelantó
en franquear el istmo de la región hasta el golfo más remoto del mar Jonio. Pues en
el Istro se encierra una isla, de nombre Peuce, triangular, que presenta su ancha base
hacia la costa y su ángulo más agudo, por el contrario, hacia la corriente. A sus lados
se dividen las dos desembocaduras: a una la llaman Narejo; a la otra, la inferior, la
Boca Hermosa”. IV, 304-314. “Aquellos detrás descubrieron por el río y llegaron a las
islas Brigeides de Ártemis, muy cercanas. En una de ellas, por cierto, estaba su templo
sagrado, y en la otra, evitando la tropa de Aspirto, desembocaron; ya que había dejado
sin más estas islas, en medio de muchas, por respeto a la hija de Zeus, pero las demás,
repletas de colcos, guardaban su paso por el mar. Asimismo había dejado tropa en las
costas cerca de las islas hasta el río Salagón y la tierra Néstide” IV, 329-338.
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de los escritores más prolíficos y talentosos de la época,18 recoge
experiencias adquiridas en las travesías por Egipto e Italia. Del
catálogo de su producción literaria es de mencionarse De Isis y
Osiris, obra dotada de diversas dimensiones, puede considerársele un tratado de historia y filosofía de la religión, pero también
como un estudio antropológico en donde se reflexiona sobre
creencias, costumbres e ideas de los antiguos egipcios. Como
muestra del trabajo de Plutarco quisiera citar algunos pasajes
del libro mencionado:
En lo referente a Tifón, cuyo poder debilitado y disminuido no
parece pueda luchar con la muerte agitándose convulsivamente,
los egipcios la calman y apaciguan ya con sacrificios, ya con
humillaciones en ciertas fiestas y llenándole de ultrajes, ya
insultando a los hombres de pelo rojo, ya precipitando un asno
desde las alturas a un precipicio, a la manera de los Coptitas,
porque Tifón poseía cabellera roja y los asnos son de dicho color.
Los Busiritas y los Licopolitanos no emplean jamás clarines,
porque dicen que el sonido de dichos instrumentos se parece al
rebuzno del asno. En pocas palabras, creen los egipcios que el
asno es un animal impuro poseído por un mal Genio, a causa
de su semejanza con Tifón” (Plutarco, 1930, p. 30).
“En sus himnos sagrados en honor de Osiris, invocan los egipcios a “Aquel que se oculta en brazos del Sol”; y el día treinta
del mes Epifi [junio-julio], cuando se encuentra la luna y el
sol en la misma línea recta, celebran una fiesta llamada “El
nacimiento de Horus”, porque consideran la mirada y la luz de
Horus, no sólo a la luna, sino también al sol. El veintidós del
mes llamado Faofí [septiembre-octubre], tras el equinoccio de
otoño, festejan el “Nacimiento de los bastoncillos del Sol”, para
indicar que este astro necesita apoyos y firmeza, que el calor
y la luz han llegado a faltarle y que se aleja de nosotros declinando oblicuamente. Además, durante la época del solsticio de
invierno, llevan precisamente una vaca con la que le dan siete
18 Es de señalarse la existencia de obras espurias adjudicadas a Plutarco, que
la tradición medieval se encargó de endosarle, empero, en realidad provienen de otra
pluma. Por tal motivo, los filólogos hablan de un Pseudo Plutarco, quizás sean dos
distintos, ello por los dos títulos y temas que componen este pequeño corpus: 1) Sobre
el destino, se caracteriza por el contenido aristotélico de su exposición, y 2) Sobre la
vida y poesía de Homero.
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vueltas al templo. Este circuito se llama “Busca de Osiris”,
porque la Diosa, durante la estación de invierno, desea el agua
que procede del sol”. (Plutarco, 1930, p. 52).
CONCLUSIONES
“Sin el errar no existiría ninguna relación
de destino a destino, no habría historia. Las
distancias cronológicas y las series causales
pertenecen, sin duda a la ciencia histórica,
pero no son la historia. Cuando somos históricamente, no estamos ni a una pequeña
ni a una gran distancia de lo griego. Pero
nos hallamos en el errar en relación con él”
(Martin Heidegger, Holzwege, p. 311).
Al momento del ahorcamiento del ex presidente Hussein
hay inquietudes que me rondan, todas ellas originadas por la
necesidad urgente de recurrir, como humanidad, a la filosofía de
la historia. Antes que todo, no pretendo transformar a Hussein
en un mártir, la historia nos ha enseñado que “bueno” y “malo”
a secas no son categorías historiográficas, al menos no de un
discurso serio. Lo que le sucedió a Hussein es una muestra de
la humillación de un pueblo entero y, en general, del hombre
en su totalidad. El hecho es en realidad un eslabón, de muchos
más, perteneciente a una larga cadena de acontecimientos
orientados a lacerar el espíritu del hombre. Iraq es una nación
que no puede gobernarse sola, por ello, hay que enseñarle la
“democracia” ignorando que, mucho antes que se estudiara la
política ateniense en Europa, ya existía una tropa nutrida de
intelectuales islámicos dedicados a su comprensión en Bagdad,
concretamente en el siglo X.
El ataque sistemático a Iraq concuerda con el desprecio
por el misticismo en cualquiera de sus manifestaciones. Se pretende “occidentalizar” gradualmente al Medio Oriente, es decir,
transformarlo en un mercado en donde se consuman los productos norteamericanos identificándolos como algo casi sagrado.
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El orgullo más grande de tal estrategia quizá sería convertir la
mezquita más respetada por los musulmanes en un McDonald's
gigante. Un proceso de estas características no es sólo cuestión
política, también implica la destrucción más sanguinaria de la
cultura. ¿Cuántas bibliotecas, monumentos sagrados, edificaciones antiquísimas o calles tradicionales se han destruido en
Iraq? Se han cometido diversos crímenes contra la humanidad,
no sólo genocidio, sino atentados irreparables contra algunas de
las raíces de la civilización. Irán, Siria, Palestina y Líbano están
en la mira para correr un destino idéntico.
Toda esta situación me invita a reflexionar sobre el estado
de los estudios antropológicos en nuestros días. Existen museos
enormes en las grandes capitales del mundo. Ellos albergan
colecciones invaluables en donde se plasma el legado histórico
milenario de la humanidad; este hecho aislado nos haría pensar
el alto aprecio en el que se le tiene al hombre, desgraciadamente la cruda realidad cotidiana nos dice otra cosa. Se habla
de tolerancia, de libertad y de pluralidad mientras portaviones
estadounidenses bombardean sin piedad un país africano. En las
universidades del mundo existen cientos de cátedras de ética, antropología y filosofía de la historia; empero ¿el hombre pretende
buscarse a sí mismo en verdad? Decimos que los griegos son
nuestros antecesores espirituales, por desgracia, nos enfocamos
en tomar algunos de sus peores vicios. Creo que reflexionar a
partir del trabajo de Eratóstenes, Heródoto, Estrabón y Plutarco
es una guía que nos invita a llevar la erudición de las aulas a la
existencia. La capacidad de asombro superaba, o por lo menos
controlaba, el etnocentrismo griego, permitiéndoles investigar lo
propio y lo extranjero con relativa soltura. Indagaban en hábitos
y creencias para responder ¿qué es el hombre? y con tal respuesta comprender el rumbo que llevaba la existencia colectiva de
pueblos enteros. Por tales motivos creo que los sabios que nos
ocupan deben recibir el título de “filósofos”. La antropología
planteada por ellos es más rica y fundamentada que muchas
reflexiones llevadas a cabo por otros pensadores griegos, dado
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que poseen más puntos de apoyo, así como ser la muestra para
revelarnos, con dura sinceridad, que los estudios hermenéuticos
y holísticos no son producto de la Postmodernidad. Es menester
plantear una “revisión” de nuestro catálogo de filósofos griegos;
creo que emprender una actividad de tal envergadura abriría
significativamente nuestros horizontes, llevándonos a redefinir
otras etapas del pensamiento humano. Con este breve trabajo no
busco señalar la “actualidad” de los griegos, invito a que leamos
como griegos a los habitantes de la Hélade, para entenderlos en
su dimensión antigua. Luego, más que actualizarlos, deberíamos
escuchar de sus errores y virtudes.
La Postmodernidad ha planteado una especie de frontera
apocalíptica mediante la cual se anuncia el fin de la filosofía.
Me llama la atención una actitud así en un mundo en donde no
se atienden las preguntas esenciales de la filosofía, como la tan
aludida que reflexiona sobre el hombre. Es de tomarse en cuenta
que no hemos aprendido nada de la construcción de fronteras
rígidas. Podemos edificar muros, no obstante, al espíritu no lo
detiene la piedra. Quizá la Postmodernidad tenga razón en el
sentido que hemos llegado a un punto límite: tocado fondo, y
esta sería una especie de frontera. No obstante, tenemos fuertes
lazos que nos unen a antiguos, medievales y renacentistas para
considerarnos una generación emancipada. Tampoco perdamos
de vista que el acabamiento del conocimiento y la cultura ya se
han planteado una decena de veces a lo largo de la historia; por
ello, tampoco por este derrotero pueden encontrarse aportaciones
novedosas.
Hacer filosofía de la filosofía, que es lo que se pretende
en estas líneas, también es una actividad muy antigua. Es uno
de los lubricantes que ha mantenido viva a nuestra disciplina.
Defendemos con vigor las ideas de nuestro tiempo y hemisferio,
argumentamos y ejemplificamos ensalzando las elaboraciones
conceptuales de la Postmodernidad, considerándolas superiores
a las que le precedieron en tiempo. Por desgracia, parte de ese
discurso innovador, es palabrería.
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Los grandes viajeros griegos nos enseñan una metodología de reflexión muy valiosa. La pregunta directa lanzada hacia
aquello que asombra. Todo aquel que haya perdido la capacidad
de sorprenderse, es mejor que deje de lado el filosofar. “El viaje”
en tanto que fuente de pensamientos y sensaciones es un engrane
básico de la maquinaría expuesta sucintamente páginas atrás.
Pocos tendrán la oportunidad de hacer las grandes travesías a
continentes lejanos, sin embargo, tenemos a nuestra mano sitios
no contemplados por el ajetreo cotidiano, o tal vez por esperar
toda la vida los grandes viajes. Es increíble lo mucho que se
aprende de la observación de una planta silvestre que siempre
nos ve pasar por la orilla de la carretera. No es lo mismo leer
de ella que tomarla en las manos y observar sus hojas y raíces;
comprender las condiciones en que fue “diseñada”. Hablar con
ancianos en la plaza, saber de los decires populares, preguntar
por los juegos conocidos por todos… eso es filosofar, es hacer
algo muy similar a lo que hicieron nuestros viajeros antiguos.
Una de las razones por las que se ataca férreamente la espiritualidad es porque es fundamental para componer la identidad del
hombre. Al ser golpeado el hombre en este campo pierde rumbo
su vida, al extremo de llegar a considerar al cine de Hollywood
como fuente de respuestas que le den sentido a la existencia. En
Latinoamérica no dejan de vapulearnos, se fomenta la rivalidad,
la división y el rechazo por lo propio. En esta dinámica es como
El Salvador mandó efectivos a Iraq.
Cuánto nos hace falta aprender para valorar la vida cotidiana
de las personas, así como el profundo trasfondo de aquella. Por
desgracia, cuando se desarrollan “estudios clásicos”19 en algunas
19 Dicho sea de paso, no estoy del todo de acuerdo con esta palabra, dado
que “clásico” se entiende como sinónimo de “raíz” y en su acepción más amplia,
como origen, pero también como “sustento”, “modelo” y “guía”. Sin lugar a dudas,
los griegos son parte de nuestro pasado, empero, no son nuestro único antecedente.
Además hacemos uso de los “clásicos” para generalizar a la humanidad entera ¿Será
de igual trascendencia Platón para un francés que para un chino, un polaco, un iraní
o un libio?
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ocasiones abordamos a los sabios antiguos como estatuas arquetípicas, sin tomar en cuenta su condición cotidiana y humana. Es
decir, sus circunstancias, mismas que en algunos casos no tenemos del todo claras. La filosofía griega es aprendida como una
colección estática de principios en diversos campos académicos,
principalmente: la política, la estética, la economía, la educación…
Poco nos interesa conocer ese mundo real que los envolvía, pocas
ganas tenemos de quitarle el alo etéreo a nuestros maestros. En
un sistema para interpretar la realidad, fundamentado en ideales
artificiales y estáticas es “lógico” tomar decisiones vinculadas con
el hombre pensando que se manipulan objetos. En una dinámica
de esta clase es “justificada”, entre otras acciones, la masacre
indiscriminada llevada a cabo en estos momentos en Iraq.
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