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Transcript
Universidad Católica Argentina
“Santa María de los Buenos Aires”
Facultad de Ciencias Sociales y Económicas
CARRERA: CONTADOR PÚBLICO
MATERIA: TEOLOGÍA I
PLAN DE APOYO
A LAS CONTRIBUCIONES DIDACTICAS
TEOLOGÍA I
ELEMENTOS DOCTRINARIOS:
EL CULTO A MARÍA
ELEMENTOS DIDÁCTICOS:
ITINERARIO GENERAL DE ESTUDIO
PARA EL PROGRAMA
Para presentar ante:
Lic. Ludovico Videla
Cont. Julio Marchione
Presenta:
Lic. Silvia María Rodríguez Quiroga
Buenos Aires, noviembre de 2003
2
ÍNDICE
UNIDAD 8: LA MADRE DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
SEGUNDA PARTE: MARÍA EN EL CULTO
Página
Introducción
3
Programa de la Unidad 8:
La Madre de Cristo y de la Iglesia
4
Elementos doctrinarios:
Segunda parte:
El culto a María
1. El culto litúrgico y devocional a
María.
2. María, modelo e intercesora. El
¨ícono escatológico¨ de la Iglesia
peregrina.
3. La maternidad espiritual de María.
5
6
6
13
17
Elementos didácticos:
Itinerario general de estudio
para el Programa de Teología I.
23
Cuestionarios para guiar el estudio
Segunda parte:
El culto a María.
24
Bibliografía.
Metodología y criterios de evaluación
de los trabajos prácticos.
26
28
Pautas didácticas para orientar el
estudio y la presentación de trabajos:
Los trabajos escritos.
29
La redacción de informes o ¨paper¨.
34
Los apuntes personales.
37
30
Instrumentos para la evaluación de los
trabajos prácticos de Teología I.
42
Modelos de obleas para evaluar los
trabajos escritos de Teología I.
43
Modelo de evaluación conjunta de
Teología I.
Encuesta del estado de avance del curso
de Teología I.
46
47
3
Universidad Católica Argentina
“Santa María de los Buenos Aires”
Facultad de Ciencias Sociales y Económicas
CARRERA: Contador Público
CURSO LECTIVO: 2004
CÁTEDRA: Teología I
PROFESORA:
Lic. Silvia Rodríguez Quiroga
NOTAS DE APOYO PARA EL ESTUDIO DE LA UNIDAD 8 :
LA MADRE DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
SEGUNDA PARTE: EL CULTO A MARÍA
INTRODUCCIÓN
Este escrito es una serie de apuntes doctrinarios o ¨notas de apoyo¨,
seguidos de:
cuestionarios para guiar el estudio,
indicaciones bibliográficas
y pautas didácticas.
Con estos recursos se espera que los alumnos puedan:
•
Completar el contenido de las clases teóricas
•
Iluminar la elaboración conceptual y valorativa
•
Orientar del estudio personal y grupal
4
PROGRAMA DE LA UNIDAD Nº 8:
1
UNIDAD 8
LA MADRE DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
PRIMERA PARTE:
MARÍA
1. El fundamento bíblico y tradicional de la fe en María.
2. Las etapas de la vida y de la misión de la Madre de Cristo y de la Iglesia.
3. Las principales verdades mariológicas. Los dogmas marianos.
4. Cualidades marianas de singularidad, eminencia, analogía con su Hijo, conveniencia para
el plan de redención, dependencia y participación de las condiciones y misión de Jesús.
SEGUNDA PARTE:
EL CULTO A MARÍA
5. El culto litúrgico y devocional a María.
6. María. modelo e intercesora. El ¨ícono escatológico¨de la Iglesia peregrina.
7. La maternidad espiritual de María.
ELEMENTOS DIDÁCTICOS
1. Cuestionarios para guiar el estudio
2. Bibliografía
3. Metodología y criterios de evaluación de los trabajos prácticos
4. Pautas didácticas para orientar el estudio y la presentación de trabajos
1
En el presente recurso se presenta la SEGUNDA PARTE: MARÍA EN EL CULTO.
5
TEOLOGÍA I
ELEMENTOS DOCTRINARIOS:
EL CULTO A MARÍA
6
SEGUNDA PARTE:
EL CULTO A MARIA
1. EL CULTO LITÚRGICO Y DEVOCIONAL A MARÍA.
“Me llamarán bienaventurada todas las generaciones” . Magnificat
Valor teológico y pastoral del culto mariano
La piedad por María es un elemento intrínseco del culto de la Iglesia. El centro del
culto es Jesucristo y su seguimiento. El desarrollo de la devoción a la Virgen se da inserta en el
cauce del único culto “cristiano”, y pertenece a la genuina piedad de la Iglesia.
Porque
corresponde un culto singular debido al puesto singular de María en el plan de Dios. A un
desarrollo auténtico del culto cristiano en todas sus facetas, se sigue un correcto incremento de
la veneración por la Madre del Señor.
Por el culto a María, subordinado al culto a Jesucristo, encontramos una gran fuerza
renovadora de nuestra vida. A esto se debe la gran eficacia pastoral del culto mariano en los
pueblos y las comunidades que forman la Iglesia.
Es María, auxilio y consuelo, en quien nos refugiamos como en nuestra-Madre.
Liberadora, ella nos ayuda a dejar la esclavitud del pecado.
Sus virtudes son nuestro modelo, como hijos que seguimos vitalmente a la
Madre y la maestra del seguimiento de Jesús.
Honrando a la “llena de Gracia”, honramos el estado de gracia con que Dios nos
hace sus hijos. Crecer en la gracia es el fin último de toda acción pastoral, para
conformar el hombre a Jesucristo. Así por la devoción mariana cada persona puede
conquistar una gran plenitud, respondiendo a su vocación filial.
A los hombres contemporáneos nos ayuda contemplar en María las vicisitudes
de toda vida y el triunfo escatológico que nos aguarda. Ella revela el misterio de la
historia personal y de la humanidad en su proceso y su final.
También el valor pastoral de la devoción mariana consiste en responder al
“Haced lo que El os diga”: la Virgen conduce a los hombres a ese justo y necesario oir y
seguir a Jesucristo.
Desde Éfeso: culto creciente por la “Theotokos”
2
2
Cf. Nicolas, M. J. Theodokos . El mistrerio de María. Barcelona, 1967. Pg. 66.
7
El incremento del culto y la piedad por María fue en aumento en la Iglesia de los
primeros tiempos. Un sentimiento de veneración y de amor se revela entre los más antiguos
autores y en las actitudes de la religiosidad del pueblo fiel. Al principio, su culto estuvo unido al
de Jesucristo y después del siglo IV cobra vigor por sí mismo, si bien vinculado a su función
junto al Redentor. Se le dedican numerosos himnos, alabanzas, etc. Se la propone como
modelo y como ayuda.
Por causa del reconocimiento solemne de su Maternidad Divina
propugnado por San Cirilo de Alejandría, desde el Cocilio de Éfeso (431), empieza un gran
auge mariano, aún cuando, al parecer, sólo se habla de María para definir a Cristo como
hombre y Dios.
El título de Theotokos era un testimonio implícito de la divinidad de Cristo, pero lo era
también de una devoción y de un culto a su Madre. Dicho culto se divulgó ampliamente a partir
del mencionado Concilio, como lo demuestran la historia de las fiestas litúrgicas de María y la
abundante literatura de las alabanzas marianas. También, la proliferación de templos bajo su
nombre.
Los racionalistas, y también los protestantes, dicen con frecuencia que el instinto
pagano de fabricarse diosas acabó en aquel momento por manifestarse, y que la Theotokos
reemplazó a la Diana de Éfeso.
Dos hechos evidentes refutan esta interpretación. Primero, en el preciso momento en
que María deviene objeto explícito de culto, su calidad de pura criatura resalta en gran manera
por oposición a Cristo, su Hijo, definido como Dios hecho hombre. Y después, el culto de los
fieles a María, se reduce siempre a impetrar su ayuda y su intercesión, ya que todo poder
directo de intervención y de salvación está reservado exclusivamente a su Hijo. No puede
encerrarse ningún equívoco en la fe de los fieles que invocan a María.
Sin embargo, es aquel momento cuando empieza la gran evolución de la doctrina mariana.
No se trataba tanto de una verdad nueva como de una “atención” nueva a todo lo que la
Escritura permitía descubrir en María.
Hasta entonces, la atención explícita y directa del
teólogo, no se fijaba en ella. Se la divisaba a la luz de Cristo. Desde la definición y el culto a
María como Theotokos, este nombre deviene objeto directo de contemplación, de lirismo y de
estudio. No obstante, durante mucho tiempo e incluso en la edad media, la literatura mariana
permaneció como al margen de la ciencia teológica: ésta hablaba sobre todo de Cristo, y María
casi no aparecía más que como Theotokos.
Poética, parenética y espiritual, aquella literatura estuvo tradicionalmente afectada, a causa
de la naturaleza de dichos géneros literarios, de una notable carencia de rigor. Pero expresaba
el instinto y las exigencias de la piedad.
El testimonio de la experiencia vivida, dela “práctica” del impulso piadoso de los fieles en la
expansión del culto mariano, será adelante casi dominante para inspirar el progreso de la
doctrina misma. Nada podía haber sido más peligroso sin la asistencia del Espíritu Santo y la
8
función siempre activa de las enseñanzas de la Iglesia. Mas ésta, si bien ha procurado siempre
purificar el culto mariano, nunca ha pensado en disminuirlo.
Naturaleza y fundamento de este culto
3
Nada mejor que tomar en cuenta los dos textos del concilio Vaticano II sobre la naturaleza
del culto a María y sobre el espíritu de la Iglesia al predicar sobre ella y fomentar la piedad. En
éstos se observa lo propio del la vinculación con María, a diferencia de la que sostenemos con
Dios, Jesucristo y los santos. El culto debido a Dios es de adoración o ¨latíia¨ y el de los santos es
de veneración o ¨dulía¨. En el caso de María, se trata de una veneración superior a la que tenemos
por los santos, dada la plenitud de la gracia en ella y su función singular como Madre de Cristo y
de la Iglesia. Por lo mismo, le rendimos un culto de veneración superior denominado de
¨hiperdulía¨.
La veneración por María no ha de separarnos de la adoración, obediencia y confianza
debidas a Dios y Jesús, ni desvincularnos de las formas de oración y los sacramentos que la
Iglesia presenta como camino ordinario de santificación. Si la piedad mariana se aísla, empobrece
nuestro camino de fe. Por lo tanto, el concilio, al querer renovar la vida de la Iglesia, se refiere al
culto a María con respeto y aprecio, clarificando los principios que lo hacen fecundo y conducente
según el plan de salvación y sus medios todos.
4
Transcribimos los dos párrafos que el Vaticano II ofrece sobre el culto mariano:
Naturaleza y fundaento de este culto
¨María, ensalzada por gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos
los ángeles y de todos los hombre, por ser Madre santísima de Dios, que tomó parte en
los misterios de Cristo, es justamente honrada por la Iglesia con un culto especial. Y,
ciertamente, desde los tiempos más antiguos, la Santísima Virgen es venerada con el
título de “Madre de Dios”, a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus
peligros y necesidades. Por este motivo, principalmente a partir del Concilio de Éfeso,
ha crecido maravillosamente el culto del Pueblo de Dios hacia María en veneración y
en amor, en la invocación e imitación, de acuerdo con sus proféticas palabras: Todas
las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas el
Poderoso¨ (Lc 1,48-49).
Este culto, tal como existió siempre en la Iglesia, a pesar de ser enteramente
singular, se distingue esencialmente del culto de adoración tributado al Verbo
encarnado, lo mismo que al Padre y al Espíritu Santo, y lo favorece eficazmente, ya
que las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios que la Iglesia ha venido
aprobando dentro de los límites de la doctrina sana y ortodoxa, de acuerdo con las
condiciones de tiempos y lugares y teniendo en cuenta el temperamento y manera de
ser de los fieles, hacen que, al ser honrada la Madre, el Hijo, por razón del cual son
todas las cosas (Cfr. Col 1,15-16) y en el que plugo al Padre eterno que habitase toda
3
Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática ¨Lumen gentium¨ nº 66-67.
Unos años más adelante, en 1974, el Papa Pablo VI retomará y ampliará ña exposición sobre
los criterios para un sano y fructífero culto a María, en su Exhortación Apostólica ¨Marialis
cultus¨.
4
9
la plenitud (Col 1,19), sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean
mejor cumplidos sus mandamientos¨.
Espíritu de la predicación y del culto
¨El santo Concilio enseña de propósito esta doctrina católica. Y amonesta a la
vez a todos los hijos de la Iglesia que fomenten con generosidad el culto a la Santísima
Virgen. Particularmente el litúrgico, que estimen en mucho las prácticas y los ejercicios
de piedad hacia ella recomendados por el Magisterio en el curso de los siglos, y que
observen escrupulosamente cuento en los tiempos pasados fue decretado acerca del
culto a las imágenes de Cristo, de la Santísima Virgen y de los santos. Y exhorta
encarecidamente a los teólogos y a los predicadores de la palabra divina a que se
abstengan con cuidado tanto de toda falsa exageración cuanto de una excesiva
mezquindad de alma al tratar de la singular dignidad de la Madre de Dios. Cultivando
el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y Doctores y de las liturgias de
la Iglesia bajo la dirección del Magisterio, expliquen rectamente los oficios y los
privilegios de la Santísima Virgen, que siempre tienen por fin a Cristo, origen de toda
verdad, santidad y piedad.
En las expresiones o en las palabras eviten
cuidadosamente todo aquellos que pueda inducir a error a los hermanos separados o a
cualquiera otras personas acerca de la verdadera doctrina de la Iglesia. Recuerden,
finalmente, los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en un sentimiento estéril
y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos
induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial
hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes.¨
La referencia de la Iglesia a María en el culto. El culto litúrgico
En el culto a María es necesario diferenciar y jerarquizar las dos grandes formas
con que tradicionalmente se ha presentado en la fe de la Iglesia: el culto litúrgico y las
devociones o piedad.
Las expresiones del culto litúrgico mariano – culto público ejercido por la Iglesia en
honor a la Virgen– ocupan un lugar de preeminencia en la vinculación mariana eclesial. Las
más altas y las más límpidas expresiones de la piedad hacia la Bienaventurada Virgen, han
florecido en el ámbito de la liturgia o han sido incorporadas a ella.
Es así como en la reforma del calendario litúrgico cuatro solemnidades realzan dogmas
marianos:
•
Inmaculada Concepción (8 de diciembre)
•
Maternidad divina (1º de enero)
•
Anunciación del Señor (25 de marzo)
•
Asunción a los cielos (15 de agosto).
Otras celebraciones litúrgicas conmemoran acontecimientos y aspectos de su vida al
servicio del Señor y de la Iglesia:
•
Natividad de María (8 de septiembre)
•
Visitación (31 de mayo)
•
Presentación del Señor (2 de febrero)
10
•
Virgen dolorosa (15 de septiembre)
•
María Reina (22 de agosto)
•
Medianera de todas las gracias (7 de noviembre).
La liturgia incluye también otro tipo de memorias o fiestas vinculadas al culto local u
originadas en familias religiosas y que hoy son verdaderas fiestas eclesiales regionales. Entre
otras, figuran:
•
Virgen de Luján, en la Argentina, Paraguay y Uruguay (8 de mayo)
•
Virgen del Carmen (16 de julio); Virgen de Lourdes (11 de febrero)
•
Virgen del Rosario (7 de octubre)
•
Reina de la Paz (24 de enero)
•
Virgen de la Merced (24 de septiembre)
Las plegarias eucarísticas del nuevo Misal Romano contienen una significativa
memoria de la Santísima Virgen, colocada en el centro del Santo Sacrificio celebrado
cotidianamente: “En comunión con toda la Iglesia, veneramos en primer lugar, la memoria de
la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor.” (Plegaria
Eucarística I).
O bien: “Que El nos convierta en ofrenda eterna para que, junto con sus
elegidos, podamos alcanzar tu herencia: en primer lugar con la Santísima Virgen María, Madre
de Dios.” (Plegaria eucarística II). El Misal ofrece ahora cuatro bellos Prefacios marianos.
María está además íntimamente relacionada con cada sacramento y ejerce su acción
para que estos signos sensibles y eficaces de la gracia desarrollen todo su poder en nosotros.
Muchas oraciones del Misal, lecturas del Leccionario de la Misa y preces e himnos del
libro de la Liturgia de las Horas, así como otros libros litúrgicos restaurados, contienen
testimonios elocuentes de devoción a María, implorando su intercesión, poniéndola de ejemplo,
proclamando sus grandezas, exhortando a imitar sus virtudes.
Hemos mencionado algunas de las expresiones del culto publico de la Iglesia. Este
culto constituye un deber primario del pueblo de Dios y del recto desarrollo del cuto litúrgico
mariano es de esperar un aporte significativo para la renovación eclesial, ya que la liturgia es la
cumbre y la fuente de la vida de la Iglesia.
La presencia del culto a María en la liturgia se ofrece también en el ¨Oficio Divino¨ o
¨Liturgia de las Horas¨, respondiendo a las fiestas marianas del calendario litúrgico, a la
celebración de la mañana de los días sábados (¨Sancta Maria in Sabbato¨), y en numerosas
menciones de otras fiesta y ferias, en las Preces, en el cotidiano rezo del ¨Magnificat¨, en las
vísperas, en otras oraciones de antigua data en la devoción de la Iglesia y en muchas de las
lecturas que han sido extraídas de los escritos de los Padres, Doctores y Documentos del
Magisterio.
Es de mencionar que en los cánticos de las misas siempre se elevan algunos a María,
como parte de la alabanza y la súplica de la celebración eucarística. Algunos de estos cantos
tienen una antigua tradición en la música litúrgica y amplia raigambre en la fe popular. El arte
11
musical de autores famosos siempre ha dedicado temas a María, especialmente relacionados
con los momentos del evangelio en que María ha sido un modelo de fe, como por ejemplo el
¨Stabat Mater¨, el ¨Magnificat¨, el ¨Avemaría¨, o tantos cantos navideños, entre otros.
5
Las advocaciones y santuarios como instancia de la presencia maternal y mediadora de
la Virgen
Los santuarios marianos son señal de la presencia de María en medio de su pueblo, y
a su vez por acudir a ellos interiorizan los fieles a María en su corazón. Están en el santuario
como en su casa y el santuario representa para la Virgen la casa que le pueblo tiene para ella
en su acogida, en su corazón. En capillitas o santuarios cada fiel busca a la Madre y se siente
“en casa”, como corresponde a la psicología materno-filial de la naturaleza humana.
La peregrinación creyente a los santuarios marianos constituye un gesto importante de
vinculación con ella y entre los fieles. Nuestro pueblo peregrina espontáneamente hacia María,
llevado muchas veces por una necesidad no siempre esclarecida en sus motivos y en sus
expresiones, pero animado también por una fe sencilla y fuerte en le poder maternal de la
Virgen. Los santuarios convocan a los hijos de María y deben constituirse en lugares claves de
renovación religiosa y moral.
Juan Pablo II en su peregrinación al santuario de Zapopán expresa lo siguiente:
“Nuestra visita al santuario de Zapopán, la mía hoy, la vuestra tantas veces,
significa por el hecho mismo la voluntad y el esfuerzo de acercarse a Dios y de dejarse
inundar por El, mediante la intercesión, el auxilio y el modelo de María. En estos
lugares de gracia, tan característicos de la geografía religiosa mexicana y
latinoamericana, el Pueblo de Dios, convocado en la Iglesia con sus Pastores...... se
reúne en torno al altar y bajo la mirada materna de María, para dar testimonio de que lo
que cuenta en este mundo y en la vida humana es la apertura al don de Dios, que se
comunica en Jesús, nuestro Salvador, y nos viene por María”.
El Papa agrega que los santuarios marianos, “donde acuden anualmente millones de
peregrinos con un profundo sentido de religiosidad, pueden y deben ser lugares privilegiados
para el encuentro de una fe cada vez más purificada, que los conduzca a Cristo.”
Esto exige de los responsables de la pastoral “poner por obra un sistema de
evangelización apropiado” mediante una liturgia apropiada, una sólida catequesis y la
depuración prudente de formas inadecuadas de religiosidad. Requiere además purificarlos de
todo tipo de manipulación y de actividades comerciales.”
Las advocaciones marianas
5
Para estos temas se recomienda consultar A. L. STRADA, MARÍA Y NOSOTROS.
12
La vinculación mariana está referida frecuentemente a distintas advocaciones de la
Virgen. Estos múltiples títulos reconocen diversas causas:
•
hechos de su vida: Virgen de la Visitación, Virgen de los Dolores...
•
aspectos de su persona y su misión: Madre de Dios, Virgen Inmaculada, Medianera de las
Gracias, Reina de los Apóstoles...
•
lugares especiales de su intervención: Lourdes, Fátima, Guadalupe, Luján, Schöenstatt,
Pompeya...
•
modos de manifestación a favor de los hombres: María Auxiliadora, del Perpetuo Socorro,
Reina de la Paz....
Estos diferentes matices presentados por las advocaciones son resultado de una
legítima concretización de la presencia y acción de María en la vida personal y comunitaria, y
tienen el valor de constituir signos a través de los cuales se expresa la riqueza de la persona y
misión de María.
Ellos constituyen a la vez la respuesta de amor del creyente, fijando en el espacio y en
el tiempo el recuerdo de la acción de María en su historia, expresando su gratitud o acuñando
en un título una dimensión preferida de la persona a quien lo unen vínculos de amor.
Aceptando la legitimidad y necesidad de la expresión en símbolos, lugares, imágenes y
títulos, será siempre importante la inspiración en la figura auténtica y única de María, la
revelada en el evangelio y enseñada por la Iglesia.
No obstante, para tener una piedad bien formada es necesario tener en claro que la
Santísima Virgen permanece siempre la misma, si bien su plenitud de gracias permite también
una multitud de expresiones y nombres que nos ayudan a descubrir y perpetuar su presencia y
su acción para la gloria de Dios y nuestro bien.
El Rosario, El Angelus y otras prácticas marianas
El rezo del Santo Rosario es recomendado por la Iglesia como una de las formas más
expresivas del amor a María. Es considerado como “un compendio de todo el Evangelio”, ya
que con los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos recuerda en arménica sucesión los
principales acontecimientos salvíficos. La frecuente repetición del Avemaría hace memoria del
momento central de la vida de la Virgen, el Padrenuestro es la oración más propia del cristiano
y culmina con el Gloria como alabanza a la Trinidad.
El rosario nos hace recorrer así todas las realidades de la fe con sus distintas facetas, y
que en verdad forman una sola y gran realidad ilustrada gráficamente por esta forma d oración.
Por eso cada misterio evoca a Cristo en uno de los momentos de su acción redentora y en su
conjunto nos ofrece todo el misterio del Señor. Constituye, por lo mismo, una de las oraciones
más eficaces y excelentes de la familia cristiana.
Frente al peligro de la rutina y la repetición mecánica, el Papa Pablo VI acentúa la
necesidad de una contemplación serena y profunda: “El rezo del Rosario exige un ritmo
13
tranquilo y un reflexivo remanso que favorezcan en quien ora la meditación de los misterios de
la vida del Señor, vistos a través del corazón de aquella que estuvo más cerca del Señor”.
Juan Pablo II ha incorporado últimamente los ¨misterios de la luz¨, completando de esta
forma el espectro de la contemplación propia de esta oración tan profundamente arraigada en
el pueblo creyente.
El rezo del Ángelus es también recomendado vivamente por la Iglesia, por su hondo y
sencillo carácter bíblico.
Nos lleva a contemplar el misterio de la Encarnación del Verbo,
operando por el Sí de María y la acción del Espíritu, y en la oración final implora la eficacia del
misterio pascual en nosotros. Es una plegaria muy apropiada para hacer un alto en la actividad
diaria y santificarla con la oración.
Existen otras numerosas formas de expresión de la piedad mariana:
•
las letanías, serie de invocaciones a la Virgen con diversos títulos entresacados de la
Sagrada Escritura y de los Santos Padres.
•
la devoción de los tres Avemarías diarios.
•
el escapulario del Carmen y de la Merced.
•
la práctica de los primeros sábados.
•
el mes de María y el mes del Rosario, ocasiones especiales para acrecentar la devoción
mariana.
•
la veneración de los símbolos religiosos marianos: Imágenes, medallas...
•
el rezo frecuente de las oraciones marianas: el ¨Avemaría¨, la ¨Salve¨, el “Acordaos”,
“Bendita sea tu pureza”....
•
las fiestas patronales
2.
MARÍA. MODELO E INTERCESORA. EL ¨ÍCONO
ESCATOLÓGICO¨DE LA IGLESIA PEREGRINA.
Para ser completa e integral la devoción a María no debe consistir sólo en dirigirle
nuestra oración, sino que debe llegar a la imitación movida por la veneración y el amor, al
contemplarla como la discípula más fiel del Señor. Sólo así ella conduce plenamente a Cristo y
será una devoción auténtica y vital.
Es de fundamental importancia la mirada a personas que sirvan de modelo y
simbolicen ejemplarmente los valores evangélicos. “La pedagogía de la Encarnación nos
enseña que los hombres necesitan modelos preclaros que los guíen. América Latina también
necesita tales modelos”.
Los valores poseen más fuerza cuando están encarnados; su trasmisión se realiza más
por el contacto vital que por la enseñanza teórica. Todos los valores evangélicos están
sintetizados en la persona de María. Ella es el modelo colocado por Dios en el umbral de la
nueva etapa, la cristiana.
14
Para los judíos el Arca era objeto de un culto de veneración, porque en ella ¨moró ¨,
“habitó” Yahveh. María recibe, en la Nueva Alianza, un culto de veneración porque en ella
¨moró¨ Dios, el Verbo, para hacerse hombre. La Maternidad Divina es el fundamento de la
veneración a María.
El Arca es el lugar donde Dios escuchaba las oraciones (Cfr. I Re 8) y fue así que se
colocó el Arca en el Templo. Y María es contemplada asimismo como un “lugar privilegiado
donde Dios escucha las oraciones. Pero es un Arca viva, que puede unir su voz a las nuestras.
Ella es intercesora, lo cual es nuevo fundamento para una piedad mariana de intercesión, de
súplica.
Sin embargo, la imitación es la otra faceta del culto a María, como el Arca que estaba
hecha de materiales preciosos por dentro y fuera, María era bella y pura en su interior y exterior
por su plenitud de gracia. Era Inmaculada porque Dios quiso preparar en ella la Morada digna
para su Hijo. Por sus virtudes todas, debe ser imitada por todos. Sin la imitación, con la sola
súplica, el culto a María queda incompleto y desorientado.
Su figura goza de gran belleza y de numerosas notas que la fueron enriqueciendo de
títulos honoríficos con el reconocimiento de virtudes excelsas en relación a los hombres. No
sólo por haber traído al mundo al Salvador, sino por su ejemplaridad en la comunión con Dios y
los hombres, es que colabora con nuestra salvación. Ella es toda de Dios, a El consagrada,
imagen ideal del cristiano. Entre todas las creaturas, ella constituye, luego de su Hijo, el modelo
más logrado.
“La Iglesia es consciente de que ‘lo que importa es evangelizar no de una
manera decorativa, como un barniz superficial’ (EN 20). Esa Iglesia, que conmueva
lucidez y decisión quiere evangelizar en lo hondo, en la raíz, en la cultura del pueblo, se
vuelve a María para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América
Latina. Esta es la hora de María, tiempo de un nuevo Pentecostés que ella preside con
su oración, cuando, bajo el influjo del Espíritu Santo, inicia la Iglesia un nuevo tramo en
su peregrinar. Que María sea en este camino ‘estrella de la Evangelización siempre
6
renovada” .
Con esta última frase se expresa algo más que un deseo piadoso, puesto que reasume
una expresión de Pablo VI al final de su magistral documento sobre la evangelización y evoca
una imagen llena de significación.
Siempre en la escuela de Pablo VI -empeñoso reformador de las cuestiones
concernientes al culto mariano de la Iglesia con posterioridad al Vaticano II- es de un valor
inapreciable una parte de la Exhortación ¨Marialis cultus¨ , en la que describe a María como
modelo del ejercicio del culto. La transcribimos a continuación:
6
Pablo VI. Exhortación Apostólica ¨Evangelii nuntiandi ¨, n. 81.
15
¨La Virgen modelo de la Iglesia en el ejercicio del culto
Queremos ahora, siguiendo algunas indicaciones de la doctrina conciliar sobre
María y la Iglesia profundizar un aspecto particular de las relaciones entre María y la
Liturgia, es decir: María como ejemplo de la actitud espiritual con que la Iglesia celebra
y vive los sagrados misterios. La ejemplaridad de la Santísima Virgen en este campo
dimana del hecho que Ella s reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el
orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo, esto es, de aquella
disposición interior con al que la Iglesia, Esposa amadísima, estrechamente asociada a
su Señor, lo invoca y por su medio rinde culto al Padre Eterno.
María es la “Virgen oyente”, que acoge con fe la palabra de Dios: fe, que para
ella fue premisa y camino hacia la Maternidad Divina, porque, como intuyó San
Agustín: “la bienaventurada Virgen María concibió creyendo al (Jesús) que dio a luz
creyendo en efecto, cuando recibió del Ángel la respuesta a su duda (Cfr. Lc 1,34-37).
Ella, llena de fe, y concibiendo a Cristo en su mente antes que en su seno¨, dijo: ”He
aquí la esclava del Señor” (Lc 1,45); fe con la que ella, protagonista y testigo singular
de la Encarnación, volvía sobre los acontecimientos de la infancia de Cristo,
confrontándolos entre si en lo hondo de su corazón (Cfr Lc 2,19-51). Esto mismo hace
la Iglesia, la cual, sobre todo en la sagrada liturgia, escucha con fe, acoge, proclama,
venera la palabra de Dios, la distribuye a los fieles como pan de vida y escudriña a su
luz los signos de los tiempos, interpreta y vive los acontecimientos de la historia.
María es, asimismo, la “Virgen orante”. Así aparece ella en la visita a la madre
del Precursor, donde abre su espíritu en expresiones de glorificación a Dios, de
humildad, de fe, de esperanza: tal es el “Magnificat” (Cfr. Lc 1,46-55), la oración por
excelencia de María, el canto de los tiempos mesiánicos, en el que confluyen la
exultación del antiguo y del nuevo Israel, porque -como parece sugerir San Ireneo- en
el cántico de María fluyó el regocijo de Abraham que presentía al Mesías (cfr. Jn 8,56)
y resonó anticipada. proféticamente, la voz de la Iglesia: Saltando de gozo, María
proclama proféticamente el nombre de la Iglesia: “Mi alma engrandece al Señor”. En
efecto, el cántico de la Virgen, al difundirse, se ha convertido en oración de toda la
Iglesia en todos los tiempos.
“Virgen orante”, aparece María en Caná, donde, manifestando al Hijo con
delicada súplica una necesidad temporal, obtiene además un efecto de la gracia que
Jesús, realizando el primero de su “signos”, confirme a sus discípulos en la fe en El
(Cfr. Jn 2,1-2).
También el último trazo biográfico de María nos la describe en oración,
juntamente con las mujeres y con María, Madre de Jesús, y con sus hermanos” (Act.
1,14): presencia orante de María en la Iglesia naciente y en la Iglesia de todo tiempo,
porque Ella, asunta al cielo, no ha abandonado su misión de intercesión y salvación.
“Virgen orante” es también la Iglesia, que cada día presenta al Padre las necesidades
de sus hijos, “alaba incesantemente al Señor e intercede por la salvación del mundo”
María es también la “Virgen Madre”, es decir, aquella que “por su fe y
obediencia engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, sin contacto con el hombre,
sino cubierta por la sombra del Espíritu Santo”: prodigiosa maternidad, constituida por
Dios como “tipo” y “ejemplo” de la fecundidad de la Virgen-Iglesia, la cual “se convierte
ella misma en Madre, porque con la predicación y el bautismo engendra a una vida
nueva e inmortal a los hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios”.
Justamente los antiguos Padres enseñaron que la Iglesia prolonga en el
sacramento del bautismo la maternidad virginal de María. Entre sus testimonios nos
complacemos en recordar el de nuestro eximio predecesor San León Magno, quien en
una homilía natalicia afirma: ”El origen que (Cristo) tomó en el seno de la Virgen, lo ha
puesto en la fuente bautismal: ha dado al agua lo que dio a la Madre: en efecto, la
virtud del Altísimo y la sombra del Espíritu Santo (Cfr. Lc 1,35), que hizo que María
diese a luz al Salvador, hace también que el agua regenere al creyente.” Queriendo
beber en las fuentes litúrgicas, podríamos citar la liturgia hispánica; “Ella (María) llevó la
Vida en su seno, ésta (la Iglesia) en el bautismo. En los miembros de aquella se
plasmó Cristo, en las aguas bautismales el regenerado se reviste de Cristo.”
16
Finalmente, María es la “Virgen oferente”. En el episodio de la Presentación de
Jesús en el Templo (Cfr. Lc 2,22-35), la Iglesia, guiada por el Espíritu, ha vislumbrado,
más allá del cumplimiento de las leyes relativas a la oblación del primogénito (Cfr. Ex.
13,11-16) y de la purificación de la madre (Cfr. Lev 12,6-8), un misterio de salvación
relativo a la historia salvífica: esto es, ha notado la continuidad de la oferta fundamental
que el Verbo, encarnado hizo al Padre al entrar en el mundo (Cfr. Heb 10,5-7); ha visto
proclamada la universalidad de la salvación, porque Simeón saludando en el Niño la luz
que ilumina las gentes y la gloria de Israel (Cfr. Lc 2,32), reconocía en Él al Mesías, al
Salvador de todos; ha comprendido la referencia profética a la pasión de Cristo: que las
palabras de Simeón, las cuales unían en un solo vaticinio al Hijo, “signo de
contradicción” (Lc 2,34), Y a la Madre, a quien la espada habría de traspasar el alma
(Cfr. Lc 2,35), que se cumplieron sobre el calvario. Ministerio de salvación, pues, que el
episodio de la Presentación en el Templo orienta en sus varios aspectos hacia el
acontecimiento salvífico de la cruz. Pero la misma Iglesia, sobre todo a partir de los
siglos de la Edad Media, ha percibido en el corazón de la Virgen que lleva al Niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor (Cfr. Lc 2,22), una voluntad de oblación que
trascendía el significado ordinario del rito. De dicha intuición encontramos un testimonio
en el afectuoso apóstrofe de San Bernardo; “Ofrece tu Hijo, Virgen sagrada, y presenta
al Señor el fruto bendito de tu vientre. Ofrece por la reconciliación de todos nosotros la
víctima santa, agradable a Dios.”
Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la redención alcanza su
culminación en el calvario, donde Cristo “a si mismo se ofreció inmaculado a Dios” (Heb
9,14) y donde María estuvo junto a la cruz (cfr. Jn 19,15) “sufriendo profundamente con
su Unigénico y asociándose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose
amorosamente a la inmolación de la Victima por ella engendrada” y ofreciéndola ella
misma al Padre Eterno. Para perpetuar en los siglos el sacrificio de la cruz, el Salvador
instituyó el sacrificio eucarístico, memorial de su muerte y resurrección, y lo confió a la
Iglesia su Esposa, la cual sobre todo el domingo, convoca a los fieles para celebrar la
Pascua del Señor hasta que él venga: lo que cumple la Iglesia en comunión con los
Santos del cielo y, en primer lugar, con la bienaventurada Virgen, de la que imita la
caridad ardiente y la fe inquebrantable.
Ejemplo para toda la Iglesia en el ejercicio del culto divino, María es también,
evidentemente, maestra de vida espiritual para cada uno de los cristianos. Bien pronto
los fieles comenzaron a fijarse en María para, como ella, hacer de la propia vida un
culto a Dios, y de su culto un compromiso de vida.
Ya en el siglo IV, San Ambrosio, hablando a los fieles, hacía votos para que en cada
uno de ellos estuviese el alma de María para glorificar a Dios: “Que el alma de María
esté en cada uno para alabar al Señor; que su espíritu esté en cada uno para que se
alegre en Dios”.
Pero María es, sobre todo, modelo de aquel culto que consiste en hacer de la
propia vida una ofrenda a Dios: doctrina antigua, perenne, que cada uno puede volver a
escuchar poniendo atención en la enseñanza de la Iglesia, pero también con el oído
atento a la voz de la Virgen cuando ella, anticipando en si misma la estupenda petición
de la oriación del Señor: ”Hágase tu voluntad¨ (Mt 6.10), respondió al mensajero de
Dios: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra” (Lc 1,38). Y el “si”
de María es para todos loa cristianos una lección y un ejemplo para convertir la
obediencia a la voluntad del Padre en camino y en medio de santificación propia.
Por otra parte, es importante observar como traduce la Iglesia las múltiples
relaciones que la unen a María en distintas y eficaces actitudes culturales: en
veneración profunda, cuando reflexiona sobre la singular dignidad de la Virgen,
convertida por obra del Espíritu Santo, en Madre del Verbo Encarnado; en amor
ardiente, cuando considera la Maternidad espiritual de María para con todos los
miembros del Cuerpo Místico; en confiada invocación, cuando experimenta la
intercesión de su Abogada y Auxiliadora; en servicio de amor, cuando descubre en la
humilde sierva del Señor a la Reina de misericordia y a la Madre de la gracia; en
operosa imitación, cuando contempla la santidad y las virtudes de la “llena de gracia”
(Lc 1,28); en conmovido estupor, cuando contempla en ella “como en una imagen
purísima, todo lo que ella desea y espera ser”; en atento estudio plenamente partícipe
17
de los frutos del Misterio Pascual, el cumplimiento profético de su miso futuro, hasta el
día en que, purificada de toda arruga y toda mancha (Cfr Ap 5,27), se convertirá en una
esposa ataviada para el Esposo Jesucristo (Cfr. Ap 21,2). ¨
María es ¨icono escatológico¨
Baste con citar los textos iluminadores del Concilio Vaicano II acerca del valor de María
como signo de cuanto esperamos los cristianos de la obra de la gracia divina en nosotros.
En el nº 68, se nos dice:
(...) la Madre de Jesús, de la misma manera que, glorificada ya en los cielos en cuerpo
y alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la
vida futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como
7
signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor¨.
¨En la celebración del círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera
con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo
indisoluble a la obra salvífica de su Hijo; en ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más
espléndido de la redención y la contempla gozosamente como una purísima imagen de
8
los que ella misma, toda entera, ansía y espera ser¨.
3.
LA MATERNIDAD ESPIRITUAL DE MARIA.
9
En la Encíclica ¨Redemptoris Mater¨ (RM) el Papa desarrolla numerosos aspectos de la
Mariología acuñada por la Iglesia, pero presenta varios aspectos en base a su propia mirada,
entre los cuales figura una asombrosa composición sobre los rasgos de María como
instrumento privilegiado de la mediación salvífica de Jesús y vinculado a la acción de la Iglesia.
Éste ha sido el estudio presentado para la Tesis de Licenciatura, concentrado es forma
especial en la tercera parte del documento.
Hemos elegido -en semejante caudal de temas y valores- un conjunto de asuntos que
le son especialmente queridos. Éstos se sitúan entre una neta continuidad con las
proposiciones de ¨Lumen gentium¨ VIII y una fecunda originalidad doctrinario-espiritual de Juan
Pablo II.
Cabe explicitar lo concerniente a la mediación propia de María, en base a su referencia
a la de Cristo y de la Iglesia.
La mediación materna de María consiste en un influjo salvífico que se apoya en los
méritos de Cristo, de cuya mediación depende y toma su eficacia, mostrando su poder y no
oscureciéndola ni disminuyéndola. Es mediación "en" Cristo, que no impide -sino fomenta- la
unión con el Mediador. Se origina en el beneplácito de Dios, en la superabundancia de la
7
8
9
Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática ¨Lumen gentium¨ nº 68.
Cfr. Concilio Vaticano ii, Constitución ¨Sacrosanctum Concilium¨nº 103.
Este apartado es la adaptación de algunos temas de ¨LA MEDIACIÓN MATERNA DE MARÍA A LA LUZ
DE LA IIIº PARTE DE LA ENCÍCLICA ¨REDEMPTORIS MATER¨, Disertación Escrita para la Licenciatura
en Teología Dogmática por Silvia Rodríguez Quiroga. Facultad de Teología de la Universidad Católica
Argentina Buenos Aires, Villa Devoto, 1992,.
18
caridad redentora del Hijo y en la fuerza del Espíritu, principio y sostén de la maternidad divina
y espiritual (Cf.RM 38).
Tal mediación posee un carácter específicamente materno -sobre Cristo y la Iglesia- a
diferencia de las restantes mediaciones creaturales (Cf.RM 38;39), ya que María participa como
ninguna otra criatura del misterio de Cristo. En diversos pasajes el Documento alude a que su
mediación es extraordinaria, única, particular, característica, especial, por relacionarse con la
elección para la maternidad divina y para ser Madre en el orden de la gracia (Cf.RM
38;39;42;47;48).
No obstante esta "diferencia específica", hay factores que la asemejan a la mediación
de las demás creaturas: ser participada de la mediación fontal de Cristo de modo diverso y
subordinado, ser una intercesión en el seno de la Comunión de los Santos, tener por fruto un
bien de salvación y basarse en la vinculación que la caridad teologal posibilita.
En la Anunciación, María acepta la maternidad con corazón esponsal de "esclava" que
quiere entregarse a los designios salvíficos de Dios. Aquí se origina su mediación específica: la
maternidad divina es la dimensión primera y fundamental de su mediación. El hecho sucedido
en la Anunciación indica la apertura a colaborar con el proyecto de Dios en la venida de su Hijo
(Cf.RM 38;39;40;41;42;43). Desde el principio, el Padre encamina la caridad de la Madre y
compañera de su Hijo hacia una misión cooperadora en la restauración de la vida sobrenatural.
La predisposición mariana deriva de haber sido la "primera" en experimentar su mediación por
el privilegio de la plenitud de gracia (Cf.RM 38;40;41;42;43).
La mediación maternal de María en la Iglesia tiene su raíz en lo profundo del Misterio
Pascual, cuando es entregada al discípulo por su Hijo (Cf.RM 44-45). Luego de la Resurrección
y Ascensión vuelca sin reservas su entrega en la Iglesia (Cf.RM 39;41;42;43;45;47), tal como la
vemos en el Cenáculo cuando espera al Espíritu Santo, maternalmente presente, orante por y
con sus nuevos hijos. Con ello contribuye con el Redentor y manifiesta su eficacia.
Subordinada a la mediación cristológica, posee alcance universal. El modo de realizar esta
función es la intercesión, con los rasgos que ya se insinúan en Caná, velando por los que
peregrinan hacia la Patria, y cooperando con su generación y educación (Cf.RM 40;45).
Con esta actividad, desde su Asunción María contribuye a la unión de la Iglesia
peregrina con la completa realidad escatológica de la Comunión de los Santos. En este
estadio, su cooperación con el Hijo la une singularmente a él (Cf.RM 39;40;41;42;43): como
Madre intercederá como Mediadora de clemencia en la segunda venida de Cristo, como Reina
universal continúa su servicialidad por su mediación materna, y busca la plenitud definitiva del
Reino (Cf.RM 41). En el estado actual, escatológico, provoca la manifestación mesiánica en la
historia, y custodia-orienta-posibilita-representa la dimensión femenino-maternal-esponsal de la
Iglesia. En y por ella, intercediendo, María hace nacer y crecer a los fieles en la vida
sobrenatural, y les brinda su ejemplo (Cf.RM 44;47). Por ambos hechos -la intercesión y
ejemplaridad- es Madre, ya que vivifica, e impulsa a la plenitud de vida cristiana.
19
María posee singulares atributos maternales para la intención y realización de un
nuevo nacimiento de Cristo en los miembros de su Cuerpo Místico. Por esto su mediación
materna está ligada indisociablemente a la dimensión materna de la Iglesia como tal. La Iglesia
es madre gracias al carácter materno de la intercesión y de la ejemplaridad marianas, si bien lo
concreta por su función de enseñanza y de sacramentalidad.
María precede, personifica, actualiza y contribuye a la realidad de la Iglesia como
sacramento de Cristo porque es esposa-asociada y Nueva Eva, Madre Mediadora que con su
maternidad espiritual coopera a la instrumentalidad eclesial para la unión de los hombres con
Dios y entre sí. Ayuda así a la Iglesia a encontrar su identidad en dependencia del Mediador,
identidad que consiste en comunicar el misterio de Cristo. Es muy fuerte este elemento en el
Documento: María personifica modélicamente y contribuye a realizar la misión maternal de la
Iglesia como transmisora de la vida crística. Ambas mediaciones, la eclesial y la mariana, son
maternales, y están íntimamente ligadas entre sí.
El carácter materno específico de la mediación mariana implica una función en
perspectiva vertical-descendente, o sea en relación trinitaria y cristocéntrica, y permite además
incluir una perspectiva horizontal: espiritual, antropológica, histórico-escatológica, sobre la
Iglesia. La mediación materna de María es un continuo empeño por la realización de la Iglesia
y por rescatar la historia del hombre, la sociedad, la mujer en particular, promocionándolos
hacia la vocación que Dios les otorga.
Madre de la Cabeza, lo es de la Iglesia, que ya vive en modo embrionario en su
maternidad divina. En la condición actual, María "pertenece" a la Iglesia, y no sólo "influye",
como la Madre que está amorosa y solícitamente en la familia. Le pertenece por ser redimida y
por ser Madre, colmada de ardiente caridad. El amor mariano, con tantas implicancias, origina
cuatro relaciones con la Iglesia: eficiencia, ejemplaridad, finalidad y pertenencia. Tanto ¨Lumen
gentium¨ cuanto ¨Redemptoris Mater¨ asocian mediación con maternidad: la mediación tiene
especificidad materna y la acción materna es un ejercicio de mediación. Esta actividad materna
no es sólo exclusivamente por su intercesión, sino por su ardiente caridad y por la ejemplaridad
con que acompaña toda la misión -histórica y escatológica- de Jesucristo Mediador, en el
ámbito personal y colectivo.
El culto refleja la percepción de la eficacia de la Madre y es a su vez vía de acceso a la
misma. Convergen en él la mediación mariana con la propia de la Iglesia, porque el culto a
María se da en el seno de las restantes formas del culto cristiano y en relación a todos los misterios de la fe. Por lo tanto los fieles, al apoyarse en la protección y ejemplo maternal a través
de su fe devocional y litúrgica, se unen con mayor intimidad al Mediador. La honra eclesial a
María expresa y afianza el estrecho vínculo que une a la Iglesia con la protección-amparo y
modelo-figura de su Madre. Su presencia mediadora es el fruto de singulares gracias y dones
que la unen con los fieles (Cf.RM 42;44;47), quienes la consideran como su Abogada,
Auxiliadora, Socorro y Mediadora (Cf.RM 40).
20
María se hace presente en la lucha contra el pecado: su maternidad espiritual es un
medio eficaz para que la Iglesia crezca históricamente en santidad, al encontrar en Cristo la vía
hacia la casa del Padre (Cf.RM 47).
La relación con María siempre comienza en Cristo y a El orienta, como "Camino,
Verdad y Vida" para la humanidad (Cf.RM 46). La acción materna es causa de unidad entre los
hijos de la Iglesia: por su intercesión y por el culto reúne a los que en el pueblo mesiánico están
llamados a ser una única familia de Dios. María Mediadora de gracias es herencia universal, y
consuelo-aliento de todos los hermanos (Cf.RM 50). Por la maternidad divina que se prolonga
en la espiritual, María está en el centro del llamado a la gracia y de la reparación del pecado
(Cf.RM 51). "Hoy" María socorre a toda persona, pueblo y comunidad para que pueda responder al desafío de buscar el bien y cumplir la vocación que el designio divino otorga al
hombre (Cf.RM 52).
Por su comunión con el Hijo, la oración que le dirige es eminentemente escuchada por
él. Su Madre le está totalmente unida por su maternidad divina, por su plenitud de gracia y caridad en la gloria, por su santidad ejemplar, por su reinado universal comprometido en el
advenimiento del Reino definitivo, por el mandato-misión de cuidar a los hijos y por la
subordinación a la fuerza salvadora del Señor. De estos factores unitivos derivan las
posibilidades de eficacia de María para mediar el acceso de los discípulos a la comunión con
Cristo. Este es el beneplácito de la Trinidad sobrede María con respecto a la mediación
cristológica. Esta es la mayor posibilidad de una creatura, ontológica y moralmente abierta y
predispuesta, a una colaboración con la obra salvífica.
La mediación de la Iglesia, por la comunión de los santos, se condensa de modo
singular en María. Su presencia activa, intercesora y ejemplar, de modo precedente,
concomitante y eminente, se encuentra en el marco de las demás mediaciones participadas de
la eficiencia fontal y principal del Redentor. La oración de su corazón solícito y el ejemplo de su
santidad son un don de la providencia.
Sus atributos maternos hacen expresiva al hombre la misericordia divina redentora y
levantan a la humanidad hasta la mira de la providencia. El beneplácito trinitario es origen de
esta economía de la redención en que juega un papel protagónico la Madre. Ella es una
realidad creatural conciente y libre, asumida por Dios, capaz de colaborar con la gratificación
propia -plenitud de gracia- y de sus hermanos, participando de la mediación de Jesucristo.
La comunión amorosa de María con Cristo hace que su palabra de impetración y su
eficacia para obtener el fruto de gracia sean más poderosas que las de los demás intercesores.
Esta unidad María-Jesús permite comprender el vínculo María-Iglesia en el orden de la gracia y
de la ejemplaridad.
Un precioso aspecto de la mediación de María que debemos considerar en el texto es
la "caridad materna" hacia el Hijo y la Iglesia (Cf.RM 38). Durante su vida terrena, todas sus
disposiciones y actitudes manifiestan el amor que mueve a la Virgen, ya por dar totalmente su
persona a Dios en la virginidad, ya por servirlo fielmente en la esponsalidad: "María reúne en sí
21
misma el amor propio de la virginidad y el amor característico de la maternidad, unidos y como
fundidos juntamente" (RM 39). Su "caridad ardiente" se aplica a la restauración de la vida
sobrenatural que constituye la misión de Cristo.
El entramado de caridad y oración de la Comunión de los Santos tiene en la Madre una
expresión privilegiada y una potencia sin par. Por su fidelidad, el sufrimiento ofrecido en la
Cruz, su obediencia en la fe, la Iglesia lee en María las virtudes femeninas más nobles: la
oblación total del amor, los más altos sentimientos, la fuerza para resistir al mayor dolor (Cf.RM
46), y es claro que estos rasgos cualifican la "caridad materna". Su singular unión con el Hijo, la
hace también Mediadora en un sentido amplio: por constituirse en tipo de la Iglesia en el orden
de la caridad y de la perfecta unión con Cristo (Cf.RM 42;43).
La Madre del Señor ni ejerce una mediación de tipo instrumental como la humanidad
del Verbo encarnado, ni como los sacramentos, cuya eficacia depende de la causalidad de
Cristo. María es un instrumento personal unido al Señor por la comunión amorosa y la súplica.
Esto la hace eficaz para transmitir la vida crística, que no reside en ella fontalmente sino por ser
la redimida en modo pleno, y que no procede de ella autoritativamente sino por trámite materno
de oración al Autor de la gracia.
La "caridad materna" encuadra en el amor la referencia comunional al Salvador, y la
referencia solícita a los hijos en toda vicisitud, con la consiguiente entrega confiada de éstos a
su protección, también por amor.
El dinamismo de la nueva maternidad de María, insinuada en la vida pública de Jesús,
en Caná (Jn 2,5), está ligado a la solicitud caritativa de su corazón y a la gestión que, por su fe,
hace ante Jesús. Atenta a la necesidad humana, percibe la carencia y la comunica al Hijo.
Luego, es portavoz de la voluntad de éste, y logra suscitar la fe de los hombres ante el
testimonio del poder mesiánico y de su propia fe. En la Cruz (Cf. Jn 19,26-27) Jesús establece
su nueva maternidad. Se percibe en ambos episodios que su mediación comienza en Cristo y a
El orienta, favoreciendo en los fieles la vida que surge de la redención.
Mediante la "caridad materna" de María Dios infunde en la economía de la redención
su proximidad. El amor del Padre al darnos al Redentor adviene por esta Mujer, con un signo
de providencia amorosa más comprensible y asumible antropológicamente. María está con
ardiente caridad en la vida cotidiana de la Iglesia, ayudándola para que viva como el pueblo
que su Maestro y Señor adquirió con el amor empeñoso de la redención. El Padre formó este
misterio en el corazón, seno y abrazo de María y, como en un continuo "fiat", sigue formándolo
en la Iglesia por la fecundidad de su materno amor.
En relación con la eficiencia mistagógica de María, por esta vía materna el hombre
puede unirse a Cristo y la Trinidad, como hijo de las bendiciones espirituales divinas; recibiendo
la adopción filial (Cf.Ef 1,3.5;Gál 4, 4-50). Ella, al ir a los hombres con su solicitud, también
logra introducirlos en el radio salvífico. Esta potencia mariana proviene de la unión íntima con el
Hijo en la caridad escatológica. Tan magna comunión hace que su mediación intercesora sea,
al modo materno, una colaboración con la donación de la gracia de la Cabeza.
22
"Salve, Madre soberana del Redentor, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar;
socorre al pueblo que sucumbe y lucha por levantarse, tú que para asombro de la naturaleza
has dado el ser humano a tu Creador" (RM 51). La antífona muestra a María presente en el
misterio de Cristo y de la Iglesia. La mediación mariana es una convergencia de los dones de la
misericordia divina: María es una presencia eficaz del amor que Dios expresa en Cristo para
sus hijos. Como transfondo de su maternidad, existe una instancia que la trasciende: Dios
busca que estemos en comunión con El por su medio. Ella manifiesta en sus cuidados el
cuidado de la providencia por el hombre peregrino en la historia.
Toda persona puede ser alcanzada por su materna protección si se abre a esta
posibilidad. Ella es una Madre que con su presencia atraviesa la historia de la necesidad
humana de salvación, porque es la Madre del Salvador y está íntimamente comprometida con
toda su obra. La fe cultual de la Iglesia es el acceso conciente al bien de esa presencia activa
y eficaz, ejemplar e icónica. Está pneumáticamente, sin límite espacial ni temporal como
herencia de cada uno de los hijos en el Hijo, es regalo personal del corazón del Crucificado, es
gestión de ardiente caridad ante el Resucitado para que el clamor de los hombres sea
impetración exitosa.
La mediación materna de María expresa la ubicación cristológica y eclesial de esta
función en pro de la salud del hombre para gloria de la Trinidad. María compromete la tierra con
el cielo en su constante "Haced lo que El os diga" (Jn 2,5), y al cielo con la tierra en la
Encarnación, la Pascua, Pentecostés y la vida en la gloria, por su obediencia de fe que se
vuelve meritoria para la solicitud intercesora de los bienes salvíficos, y aún de los temporales.
María inclina el corazón de Dios a la carencia del hombre: es instrumento maternal del amor
trinitario. E inclina la conciencia histórica del hombre a la opción por la novedad de Cristo.
La expresión sintética de cuanto reflexionamos en este estudio.
"Su maternidad permanece en la Iglesia como mediación materna; intercediendo por
todos sus hijos, la Madre coopera en la acción salvífica del Hijo, Redentor del mundo"
(RM 40):
Para terminar, cerramos este apartado con una antigua y elocuente oración de San
Ildefonso:
“Te pido, oh Virgen Santa,
obtener a Jesús por mediación del mismo Espíritu
por el que tú has engendrado a Jesús.
Reciba mi alma a Jesús por obra del Espíritu,
por el que tu carne ha concebido al mismo Jesús (...)
Que yo ame a Jesús en el mismo Espíritu,
en el cual tú lo adoras como Señor
y lo contemplas como Hijo”.
23
TEOLOGÍA I
ELEMENTOS DIDÁCTICOS:
ITINERARIO GENERAL DE ESTUDIO
PARA EL PROGRAMA
24
CUESTIONARIO PARA GUIAR EL ESTUDIO
SEGUNDA PARTE:
EL CULTO A MARÍA
Responder las siguientes preguntas realizando la investigación y síntesis bibliográfica con:
•
los documentos del MAGISTERIO que corresponden.
•
el CATECISMO
•
la BIBLIOGRAFIA indicada para esta unidad del Programa
•
las EXPLICACIONES TEORICAS DE CLASE
1. Resumir los elementos doctrinarios que pueden ser relacionados con el culto a María
según los textos del Catecismo:
PRINCIPALES DATOS SOBRE MARÍA EN EL CATECISMO
478
484-486
146
725-726
2853
494,144,148,273
164,165
963
410-411
495,509
618,(2100)
966-974
490-493
973
964-973
979-970,975
488-489
496,507,510-511
965
971-972
508
721-724
2. Interpretar las siguiente afirmación acerca del culto mariano en la Iglesia: María es
considerada, según la misión dada por Jesús en la Cruz, como la ¨Madre de los discípulos¨
y recibida por ellos en la fe (Cf. Jn 19, 25-27 y Lc 1, 50).
3. ¿Cuándo y por qué se produjo la expansión del culto a la Madre de Cristo en la
antigüedad?
4. ¿Qué valor y límites tiene la expresión: ¨A Cristo por María¨?
5. Analizar los textos del concilio Vaticano II que tratan sobre el culto mariano de la Iglesia:
Constitución dogmática ¨Lumen gentium¨ cap. VIII: Naturaleza y fundamento del mismo: LG
Nº 66 y El espíritu de la predicación y de la piedad marianas: LG Nº 67. También:
25
Constitución ¨Sacrosanctum Concilium¨: Nº 2 , Cap. 1 Nº 5 a 19, Cap. V Nº 102 a 105 (en
especial el Nº 103) y Nº 122 a 125.
6. ¿Cuál es la naturaleza del culto a María en relación al culto a Dios, Jesucristo, los santos y
los ángeles?, ¿Qué es el culto de ¨hiper-dulía¨ o veneración de María como modelo e
intercesora universal y maternal?.
7. Sintetizar los puntos principales de la Exhortación “Marialis Cultus” de Pablo VI:
•
El culto a la Virgen en el marco de la liturgia; las fiestas marianas, la relación con los
demás actos de la liturgia: MC Nº 1 a 15.
•
María como modelo en el ejercicio del culto: MC Nº 16 a 23.
•
La renovación de la piedad mariana: los motivos (MC Nº 24 , 38-39), la naturaleza del
cambio (MC Nº 25 a 28), sus agentes (MC Nº 24) y las orientaciones (MC Nº 29 a 38).
•
Optativo: Valoración del “Ángelus” y del “Rosario”: MC Nº 40 a 55.
•
Optativo: Elementos teológicos y pastorales sobre el culto a María: MC Nº 56 a 58
8. ¿Cuáles son los criterios de un sano culto a María?.
9. ¿En qué se diferencian y con qué expresiones se manifiestan en la fe de los fieles los dos
niveles del culto mariano (el litúrgico y el de la piedad)?.
10. ¿Qué son las ¨advocaciones¨ marianas, a qué se deben, qué aportan y qué ejemplos
podemos dar sobre ellas?
11. ¿Qué podemos decir sobre la función que los santuarios y peregrinaciones aportan a la
vida de la Iglesia peregrina?
12. ¿Cuáles deben ser los frutos más nobles del culto a María en la vida de la Iglesia? ¿Por
qué decimos que ella debe conducir a Dios, Cristo Mediador y a la vida sacramental, y no
aislar de la fe en estos elementos, constituyendo un fin por sí mismo?. Consultar para las
preguntas 18 a 22: CEC nn. 963-975, LG VIII nn. .66-67 (a la vista), ¨Mensaje¨ y
¨Compendio¨, el Documento del Vaticano II ¨Sacrosanctum Concilium¨ n. 103 (a la vista), la
Encíclica ¨Marialis Cultus¨ de Pablo VI.
13. Investigar y extraer los principales elementos sobre la religiosidad popular en torno a la
Madre de Dios en la obra de A. STRADA. MARÍA Y NOSOTROS. Buenos Aires, 1980:
•
El culto mariano en la corriente de espiritualidad y en la piedad de la Iglesia.
•
La fe mariana del pueblo latinoamericano. La inculturación de la fe de lMaría.
•
La figura y la devoción marianas como “cauce” de la Nueva Evangelización
•
Las advocaciones y los santuarios como espacios de la presencia y cuidado maternal
de María.
14. ¿Cuáles son los rasgos más importantes de la maternidad eclasial de María? ¿Qué
significado tiene su función intercesora y ejemplar para los fieles, según lo enseña Juan
Pablo II en la Encíclica ¨Redemptoris Mater¨?
15. ¿Por qué Pablo VI (en ¨Marialis cultus¨) enseña que María es modelo del culto para
nosotros y cuáles son las principales afirmaciones?
26
BIBLIOGRAFÍA
PRINCIPAL
- SAGRADA ESCRITURA. (Preferiblemente las ediciones del LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS O
LA BIBLIA DE JERUSALEM).
- CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Buenos Aires, 1992.
- CONCILIO VATICANO II. CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA "LUMEN GENTIUM". Capítulo VIII.
Madrid, 1965.
DE CONSULTA
- AA.VV. NUEVO DICCIONARIO DE MARIOLOGÍA. Madrid, 1988.
- AUER, J. JESUCRISTO, HIJO DE DIOS E HIJO DE MARÍA. Tomo IV/ 1. Barcelona, 1990.
- AUER, J. JESUCRISTO, SALVADOR DEL MUNDO. MARÍA EN EL PLAN SALVÍFICO DE
DIOS. Tomo IV/ 2. Barcelona, 1990.
- CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA. LÍNEAS PASTORALES PARA LA NUEVA
EVANGELIZACIÓN. Buenos Aires, 1990.
- CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA. LÍNEAS PASTORALES PARA LA NUEVA
EVANGELIZACIÓN. Buenos Aires., 2003.
- IIIº CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA. DOCUMENTO DE PUEBLA. Bogotá,
1979.
- DENZINGER, E. EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA. Barcelona, 1963.
- DENZINGER, E.-HÚNERMANN, P. EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA, Barcelona, 1999.
- DUFOUR, X. L. VOCABULARIO DE TEOLOGÍA BÍBLICA. Barcelona, 1985.
- JUAN PABLO II. CREO EN JESUCRISTO. CATEQUESIS SOBRE EL CREDO (II), Madrid,
1996.
- JUAN PABLO II. CREO EN EL ESPÍRITU SANTO. CATEQUESIS SOBRE EL CREDO (III).
Madrid, 1996.
- MÜLLER, Gerbert Ludwig. DOGMÁTICA. TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TEOLOGÍA.
Barcelona, 1998.
- NICOLAS, M. J. THEODOKOS . EL MISTERIO DE MARÍA. Barcelona, 1967.
- NICOLAS, M.J. COMPENDIO DE TEOLOGÍA. Barcelona, 1992.
- OTT, L., MANUAL DE TEOLOGÍA DOGMÁTICA. Barcelona, 1969.
- PABLO VI. EL CREDO DEL PUEBLO DE DIOS. BAC. Madrid, 1975.
- PABLO VI. EXHORTACIÓN APOSTÓLICA ¨MARIALIS CULTUS¨, Buenos Aires, 1974.
27
- RODRÍGUEZ QUIROGA, S. M. LA MEDIACIÓN MATERNA DE MARÍA A LA LUZ DE LA IIIº
PARTE DE LA ENCÍCLICA ¨REDEMPTORIS MATER¨. Disertación Escrita para la Licenciatura
en Teología Dogmática. Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, Villa
Devoto. Buenos Aires, 1992.
- STRADA, A. L. MARÍA Y NOSOTROS. Buenos Aires, 1980.
- VON BALTHASAR, H.U, MEDITACIONES SOBRE EL CREDO APOSTÓLICO, Salamanca,
1989.
DE ORIENTACIÓN DIDÁCTICA
- RODRÍGUEZ QUIROGA, S. M. GUÍA PARA EL MÉTODO DE ESTUDIO UNIVERSITARIO.
TEORÍA Y PRÁCTICA PARA ESTUDIANTES Y DOCENTES. EDUCA. Buenos Aires, 2003.
VIDEO
- ¨AHÍ TIENES A TU MADRE. LA HISTORIA DE LA VIRGEN DE LUJÁN¨. Ed. San Pablo.
Buenos Aires, 2003.
28
METODOLOGÍA Y CRITERIOS DE EVALUACIÓN
DE LOS TRABAJOS PRÁCTICOS
1. Los alumnos tendrán la consigna de ir elaborando los documentos integradores del material
de las clases teóricas y de la bibliografía sobre tales temas, siguiendo los puntos del Programa
y los cuestionarios.
2. Estos escritos, en permanente ejecución, serán entregados en fechas libres o indicadas por el
docente.
3. Oportunamente se indicará a los alumnos que vean en sus domicilios videos que permiten
el debate y la motivación de los temas teóricos de la Teología Fundamental y Dogmática.
4. El formato de las entregas escritas se atendrá a los criterios formales de presentación de
trabajos escritos.
5. Con las antedichas entregas se conformará la nota parcial, al ser evaluadas por el/la
Profesor/a,. Asimismo quedará preparada la síntesis de estudio para el Examen Final del
Curso.
6. La condición de su aprobación es el logro de una integración de la bibliografía con lo que
reciben teóricamente en clase, además de la correcta presentación y datación de las
fuentes y de la esperable capacidad de redacción de la síntesis conceptual.
29
PAUTAS DIDÁCTICAS
PARA ORIENTAR EL ESTUDIO
Y LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS 10
10
El material didáctico está extraído, y en parte reformado, del libro: RODRÍGUEZ QUIROGA,
Silvia, ¨GUÍA PARA EL MÉTODO DE ESTUDIO UNIVERSITARIO. TEORÍA Y PRÁCTICA
PARA ESTUDIANTES Y DOCENTES¨. EDUCA. Buenos Aires, 2003.
30
LOS TRABAJOS ESCRITOS
1
LOS CRITERIOS FORMALES PARA PRESENTAR TRABAJOS ESCRITOS
Los trabajos escritos son los que las cátedras solicitan a los alumnos para contribuir al
estudio, a la investigación bibliográfica y a la ejercitación escrita.
Éstos pueden responder a diversas finalidades, extensión y formato.
En todos los casos de las entregas académicas corresponde elaborarlas con la
presentación adecuada y respetar las formalidades esperables para la redacción.
Rige un criterio de sobriedad general para los trabajos universitarios.
1. Aspectos formales de la presentación
La forma de presentar trabajos escritos en la universidad suele ser la siguiente:
1. Configuración de la página: tamaño de hoja A 4 (en general) u oficio. Puede haber
excepciones para este elemento, por otras determinaciones del docente o por los
requisitos de un trabajo de naturaleza particular.
2. Predeterminación de los márgenes generales del escrito (unos 3 cm.) y de las entradas
de los textos.
3. Justificación del margen derecho, salvo que sea necesaria una diagramación: centrada
o alineada en el margen izquierdo.
4. Selección de los tipos de fuente:¨Courier¨, Times¨ o ¨Sans Serif¨ o ¨Arial¨.
5. Definición de dos tamaños de letra para ciertos datos mayores (por ej. 14 y 16) y otro
tamaño menor para el cuerpo de la redacción (de 10 a 12).
6. Espaciado interlineal simple o intermedio para la redacción, siempre el mismo.
7. Numeración de páginas en sector opcional, sin incluir la portada.
8. Resaltación de expresiones con negrita, cursiva, mayúscula, subrayado, paréntesis,
guiones, recuadro o color.
9. Aunque la escritura se edita en negro, se puede emplear algún color sobrio para
algunos elementos, sin abusar del recurso.
10. Gráficos, tablas u otros elementos estéticos con buen diseño y posición equilibrada.
31
11. Textura de las hojas de buen gramaje. Se puede elegir una textura más gruesa de
papel y de un color suave para la portada, si bien lo mejor es el papel blanco.
12. Carpeta de presentación o folio plástico de tamaño proporcional al trabajo.
13. Edición del ejemplar para la entrega preparada con tiempo, cuidado y prolijidad.
14. Respeto de las consignas de trabajo
15. Entrega los ejercicios en la fecha indicada.
2. Datos de presentación:
Los datos de la página de presentación o portada de un trabajo escrito son los que se
explicitan a continuación:
1. Al comienzo de la página, a la izquierda o en el centro: nombre de la Institución donde
se presenta el trabajo. A continuación, también del lado izquierdo, el nombre completo
de la Facultad y Carrera. Luego se indica el ciclo, nivel o plan académico (por ej.:
Profesorado, Licenciatura). Por último, la materia a la que corresponde la entrega.
2. En el centro de la página se coloca con letra de mayor tamaño el tipo de ejercicio que
se presenta y su título. Puede estar recuadrado o no.
3. Más abajo, preferiblemente a la izquierda, se anotan los datos del/a profesor/a de la
materia: su título académico, nombre y apellido. Debajo se colocan los datos del
alumno/a: nombre y apellido, número de matrícula. Las frases anteriores a ambos
datos son: ¨Para presentar ante: ...¨ y
¨Presenta: ... ¨ o bien: ¨Profesor/a¨:... y
¨Alumno/a:...¨
4. En el tope inferior, al centro, se ponen el lugar (ciudad) y la fecha de entrega.
Ejemplo de portada:
32
Pontificia Universidad Católica Argentina
“Santa María de los Buenos Aires”
Facultad de Ciencias Sociales y Económicas
Carrera: Contador Público
Materia: Teología I
Trabajo de investigación bibliográfica:
11
¨EL VALOR DE LA FE EN MARÍA
PARA LA VIDA DEL CRISTIANO¨
Para presentar ante: Lic. J. P. Grimau
Presentado por: A. Soto. Matrícula Nº 2376
Buenos Aires, 28 de mayo de 2004
3. Diagramación interior del trabajo:
11
Este dato: el TIPO DE EJERCICIO y el TÍTULO, varían según lo que solicite el docente.
33
1. Al comienzo de la primera página: aclaración del tipo de trabajo y título en ¨negrita¨,
con letra mayor que el cuerpo de la redacción y ubicación centrada. Este elemento se
puede recuadrar o subrayar.
Modelo de encabezamiento de la primera página de redacción:
Datos de la materia y personales (alumno y
docente)
Fecha de entrega
Investigación bibliográfica:
¨EL VALOR DE LA FE EN MARÍA
PARA LA VIDA DEL CRISTIANO¨
Texto del trabajo
2. Los títulos y subtítulos se anotan con un mismo tamaño, estilo de fuente y tipo de
subrayado a lo largo de todo el texto.
3. Escritura de cada sección distinta en una página nueva.
4. Sangría al comienzo del párrafo (TAB).
5. Espacio libre doble luego de un apartado y espacio libre simple para el primer párrafo
luego de un título.
6. Espacio libre luego de cada párrafo o párrafo nuevo a renglón seguido. Este criterio de
espaciado debe mantenerse con coherencia durante todo el escrito.
7. Notas y citas bibliográficas con justificación completa de margen. Su colocación puede
ser a pie de página o al final del documento.
8. Firma manuscrita del alumno al finalizar la redacción sobre el nombre y apellido
tipeados, a la derecha de la página.
9. Datos bibliográficos en una hoja nueva, como sección final.
34
LA REDACCIÓN DE INFORMES O ¨PAPER¨
1.Objetivos de la elaboración de informes o ¨Paper¨
El Informe o ¨Paper¨ es una redacción breve y concisa sobre una temática, una síntesis
cuyo contenido procede del estudio y se presenta como visión de conjunto.
Un ¨Paper¨ puede ser hecho para entregar a un docente que lo ha solicitado, o como
subsidio para un auditorio de la exposición, teniendo a la vista las ideas principales.
Los informes serán instrumentos prácticos en situaciones tales como clases especiales,
exámenes orales, conferencias, seminarios, talleres, etc.
2.Estructura del informe
La estructura de un informe admite variaciones creativas, pero los elementos cuya
presencia es indispensable son:
1. Datos de presentación al comenzar la página:
1. Institución, ciclo y materia donde se presenta el trabajo
2. Profesor: luego de la frase “Para presentar ante: ... ”, se colocan el título académico, y
el nombre y apellido del docente. Por ej.: Dr. Fernando. B. Franceschi.
3. Alumno: a continuación de la frase ¨Presentado por: ... ¨, se anotan el nombre y
apellido,del estudiante y el número de matrícula. Por ej.: Lucía M. Peña. Matrícula Nº:
23.345.
4. Fecha de la presentación del trabajo escrito.
2. Tema del documento:
1. Tema del estudio o la investigación, redactado en prosa, cuadro sinóptico, esquema o
mapa conceptual (o una combinación de varios recursos). Se pueden explicitar los
objetivos, alcances y límites del trabajo.
2. Transcripción de un texto o una selección, debidamente datados. Es opcional ofrecer
este elemento, transcribiendo una fuente, iluminación o fundamento del desarrollo.
3. Secuencia de los pasos metodológicos para realizar el trabajo (elemento opcional).
35
4. Observaciones generales o particulares, producto de la elaboración (si es necesario),.
5. Fuentes y bibliografía empleados, incluyendo los apuntes personales de las clases
teóricas o los apuntes entregados por el docente.
3.Redacción del ¨Paper¨:
1. Componer el escrito con claridad, colocando ideas concretas y sustanciales.
2. Emplear un nivel de lenguaje de tipo informativo, despojado, poco adjetivado.
3. No exceder la cantidad de elementos de crítica o valoración en torno a la información.
4. Buscar el criterio de la síntesis si se incluyen algunas conclusiones.
5. Respetar las líneas de la estética y de la lógica que permitan la comprensión del tema
si el informe se edita en forma de gráfico, y no de prosa.
6. Se requiere sobriedad en el diseño.
4. Formalidades de la presentación:
1. Extensión de una o a lo sumo dos páginas.
2. Tamaño de página: A4 u oficio.
3. Líneas de prosa con separación de espacio simple.
4. Diseño de página vertical u horizontal.
5. Diversos tipos y tamaños de letra, signos, subrayados, recuadros, viñetas, etc., para
remarcar las ideas y los datos.
6. Diseño de un informe o ¨Paper¨ en forma abstracta:
36
Datos : Institución. Materia. Curso. Profesor. :Alumno.
Informe: Tema (título)
Fecha
Elemento optativo: textos seleccionados aptos para la exposición oral o
como parte de la información del informe que se entrega al profesor.
Párrafos en que se exponen los temas del informe.
Síntesis del desarrollo.
Puede ser esquemática.
Puede estar al principio.
.
37
LOS APUNTES PERSONALES
1.Conveniencia de tomar apuntes de clase:
El hecho de tomar apuntes personales:
-constituye un primer paso del estudio
-forma parte del proceso de asimilación de la materia
-colaborando al aprovechamiento del tiempo que insume la asistencia a clase
Consignar por escrito una exposición oral requiere de ciertas habilidades de orden
intelectual y práctico.
En primer lugar, la clave para tomar buenas notas es la comprensión de los temas que
se exponen, lo cual requiere entender cuál es el tema general, distinguir las ideas principales
de las secundarias, y tomar en cuenta los valores implicados, los puntos inciertos, las hipótesis,
los principios, las teorías, los argumentos, etc.
En segundo lugar, los apuntes estarán bien tomados si el alumno dispone de
habilidades prácticas para la redacción manuscrita combinadas con una actitud de atención y
concentración.
Es oportuno aclarar que este doble criterio se aplica también a las conferencias, los
seminarios y los cursos breves en los que se hace necesario tomar nota de las exposiciones.
2.Modo práctico de tomar apuntes:
Para tomar apuntes es preciso ir ubicándose en cuanto al modo de dar clase del
docente y a las características de la materia.
No se debe esperar que las temáticas queden agotadas a lo largo de un curso, pues la
tarea de un profesor universitario es ofrecer las líneas esenciales de los asuntos, de manera
que los estudiantes puedan introducirse en ellos y tengan la base para estudiarlos,
sistematizarlos y valorarlos por sí mismos con la bibliografía.
Desde el punto de vista práctico:
-conviene disponer de un solo tipo y tamaño de material por asignatura
-el material para tomar apuntes debe ser bueno y estar prendido o encarpetado
38
-se requiere tener los propios instrumentos para la escritura y disponer de folios y
carátulas para archivar o separar los apuntes y las fotocopias correspondientes al tema
-que los apuntes de las distintas materias se ordenen por secciones separadas
-se han de colocar los datos de ubicación: nombre de la materia, profesor, tema, fecha
y número de página
-cada clase nueva comienza en hoja aparte, para poder agregar elementos (fotocopias,
resúmenes, etc.)
Este conjunto de elementos de índole utilitaria contribuye a que las notaciones sean
aprovechables a la hora de estudiar.
Para tomar notas, el criterio intelectual es el de la claridad de los conceptos, pero
desde el punto de vista práctico es el de la prolijidad de la letra y la buena forma gramatical de
las frases, escribiendo de modo inteligible. Se pueden introducir abreviaciones y signos,
subrayados, colores, tamaños o letras diferentes como código de reconocimiento de las ideas.
Una buena previsión es:
-tener los apuntes al día para que no haya partes faltantes del curso
-estudiar los apuntes dejándolos preparados con un subrayado para el resumen y el
repaso
-tomar notas con un criterio coherente acerca del tipo de asuntos que se decide
consignar
El mejor modo de tener apuntes de clase es tomarlos por uno mismo y sólo
ocasionalmente completarlos con los de un compañero.
Existe a veces la costumbre de pedir a otro sus carpetas para fotocopiarlas por no
tomarse el trabajo de hacer las propias. En este caso, habrá que plantearse la responsabilidad
y el desprejuicio de aprovecharse del trabajo ajeno. No obstante, pedir los apuntes a un
compañero puede estar justificado o por la ausencia a clase o por el deseo de completar las
ideas tomadas. No parece estar de más recordar que los apuntes prestados deben devolverse
a la brevedad para no perjudicar a quien los cedió.
3.Empleo de ¨códigos propios¨:
Este sistema es producto de la creatividad del estudiante ante la necesidad de anotar
conceptos numerosos durante las exposiciones del curso. Tal sistema se aplicará luego al
tomar notas de resumen de la bibliografía.
39
Los ¨códigos propios¨ son signos gráficos personales: palabras estereotipadas,
abreviaturas, resaltación con colores, ubicación de letras, números, guiones, flechas,
subrayados especiales, líneas de distintas formas, etc.
En lo posible, el universitario irá creando su propio lenguaje o ¨código personal¨ para la
marcación de sus apuntes y de la bibliografía. Esta tarea permite escribir rápido y es útil para el
repaso, ya que es captable “a la vista”.
4.Contenido de las anotaciones:
El alumno que trata de anotar toda la exposición sólo podrá lograrlo si tiene un ágil
sistema de abreviaturas y si es capaz de prestar completa atención a lo que sigue mientras
escribe el concepto que retiene en la memoria.
La forma más madura de apuntar las ideas es escuchar la clase distinguiendo las ideas
centrales, lo cual acorta la anotación, ayuda a aprender el tema y lo deja jerarquizado para el
momento de la fijación.
El criterio de anotación responderá a la unidad de pensamiento que el profesor
manifieste y el alumno perciba. Habrá que evitar redactar frases sueltas, cuya falta de ilación
impedirá reconocer la unidad temática y de sentido al alejarse el momento en que se escuchó
la explicación.
Es de considerar la importancia de tomar nota de argumentos, principios, vocabulario
específico, bibliografía indicada, fuentes del pensamiento, elementos del pizarrón, etc.
Si se formulan preguntas y respuestas interesantes, es oportuno registrarlas,
preferiblemente al costado de la página.
Formarse la costumbre de leer paulatinamente los apuntes de la clase del día anterior
es un medio acertado para asimilar dosificadamente los temas y para seguir con interés la
exposición siguiente. Además, el estudiante se ubica con claridad ante las ideas nuevas y
puede redactar con mayor facilidad el próximo apunte, porque conoce el hilo conductor y
supone datos que ha asentado en clases previas.
5. Disposición del contenido en la página
La anotación de las ideas, como hemos ido diciendo, responde a criterios de distinción
doctrinal y a habilidades para la redacción. En éstos se apoyan las sugerencias sobre el diseño
ideal de las páginas de apuntes que se presenta a continuación.
Los sectores que se establecen en un apunte no son primariamente de orden estético sino
lógico
Por lo mismo, se hace necesaria la claridad intelectual por parte del docente al impartir la
clase y de los alumnos al diferenciar los niveles y factores de la exposición:
40
-los conceptos centrales y sus derivaciones informativas
-las definiciones, clasificaciones, esquemas y sinopsis
-las valoraciones, ejemplos y aplicaciones
-las pautas para realizar ejercicios prácticos o acudir a la bibliografía
-la datación de fuentes, nombres, léxico y fechas históricas
-otros elementos de interés
El alumno puede además añadir a la anotación de los asuntos objetivos algunas marcas o
comentarios sobre sus sudas, las relaciones temáticas, sus opiniones, etc.
Conviene distribuir por sectores estos variados componentes. En el cuerpo de la hoja se
escriben los conceptos fundamentales y el discurso o argumento con que el profesor los va
proponiendo. En un espacio lateral se concentran, en cambio, otros puntos, de tipo personal,
los cuales no forman parte del discurso objetivo. En el margen opuesto al empleado para las
anotaciones subjetivas, se escriben los conceptos resumidos del párrafo o de una globalidad
temática (notas al margen: de resumen y de síntesis).
El espacio inferior de la página se deja libre para tomar nota de las indicaciones prácticas
(bibliografía, fechas, evaluaciones, etc.) Quedando aún libre el espacio superior, se lo puede
reservar para consignar notas de síntesis aen el momento de repasar los apuntes.
Esta tarea de discernimiento y anotación de las clases presenciales deja lista la
información para el fichaje de estudio y para la fijación de los conceptos.
Proponemos ahora un modelo de página de apuntes que está diseñada en base a las
anteriores distinciones intelectuales. El estudiante podrá adoptarla con este formato, o bien
adecuarla a su organización personal.
6.Modelo de una página de apuntes de clase:
41
Materia / Profesor:
Tema del día:
Notas de
resumen
de las
ideas
del
párrafo
Nº pág.:
Fecha:
Apuntes de la exposición del Profesor por párrafos. Cada párrafo debe
registrar un tema particular del desarrollo temático.
Las anotaciones se harán resaltando las ideas centrales (tamaño de letra,
colores, signos propios, etc. para atraer la atención, para el repaso y la
fijación.
Párrafo
Notas
Párrafo
Notas
Sector
para
comen
tarios,
dudas,
etc,
Cada tanto, en un sector de la página anotar una síntesis sobre las ideas
globales del desarrollo.
Sector para anotaciones prácticas: indicaciones bibliográficas,
consignas de estudio, fechas de evaluaciones y de entrega de trabajos
42
INSTRUMENTOS PARA LA EVALUACIÓN
DE LOS TRABAJOS PRACTICOS
Se presentan a continuación varios modelos PARA LA EVALUACIÓN DE LOS
TRABAJOS ESCRITOS que el/la profesor/a puede recrear en la PC y multiplicar para
adosarlas a cada trabajo que corrige. El propio alumno puede preparar su hoja de evaluación
en base a este formato e incluirla en su entrega.
Al finalizar la sección, se propone un modelo de PLANILLA GENERAL DE
EVALUACIÓN, que refleja el conjunto de PRÁCTICAS DE TEOLOGÍA I, metodológicamente
encaradas por los estudiantes.
Puede ser útil para expresar el itinerario del curso que cada alumno ha cumplido,
obtener notas parciales y preparar los contenidos del examen final.
Cada elemento de evaluación es adecuable en su diseño, según el docente lo
considere mejor para el proceso de su curso.
Estas ¨OBLEAS¨ y PLANTILLAS¨, si bien aparecen como un elemento analítico, al
proponer un criterio uniforme para corregir, proporcionan agilidad y practicidad a la trabajosa
tarea evaluativa del/la profesor/.
Además, el alumno/a recibe la ¨devolución¨ de su trabajo confeccionado de tal manera,
que constituye un elemento con el que continúa su aprendizaje.
43
MODELOS DE OBLEAS PARA EVALUAR TRABAJOS ESCRITOS 12
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
1.
2.
3.
Diagramación estética y lógica:
Datos de presentación:
institucionales: tipo de ejercicio:
títulación:
personales:
lugar y fecha:
Otras observaciones:
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
12
TEMA:
TRABAJO DE TEXTO
Presentación estética y lógica:
Distinción de las ideas principales:
Empleo de códigos propios:
Acierto en el ejercicio de notas al margen:
Acierto en el ejercicio de notas de síntesis:
Otras observaciones:
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
TEMA: PAGINA DE PRESENTACIÓN DE ESCRITOS
TEMA:
FICHA DE RESUMEN
Presentación estética y lógica:
Calidad del ejercicio de resumen:
Acierto en la confección de la ficha de resumen:
Nivel de lenguaje:
Cita/s bibliográfica/s:
Otras observaciones:
Para realizar una MONOGRAFÍA se recomienda seguir el capítulo 5. 3. ¨LA ELABORACIÓN
DE MONOGRAFÍAS¨, de la ¨GUÍA PARA EL MÉTODO DE ESTUDIO UNIVERSITARIO.
TEORÍA Y PRÁCTICA PARA ESTUDIANTES Y DOCENTES¨. EDUCA. Buenos Aires, 2003.
Pg. .80-87. La extensión excede las posibilidades del presente escrito.
44
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
TEMA:
APUNTES DE CLASE
Presentación estética y lógica:
Acierto en la técnica:
Contenido de la clase (claridad y jerarquía de ideas):
Claridad de letra y correción de la ortografía:
Otras observaciones:
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
1.
2.
3.
4.
RESUMEN Y SÍNTESIS
Presentación estética y lógica:
Calidad del ejercicio de resumen:
Calidad del ejercicio de síntesis:
Nivel de lenguaje:
Cita/s bibliográfica/s:
Otras observaciones:
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
1.
2.
3.
4.
5.
TEMA:
TEMA:
CUADRO SINOPTICO/ ESQUEMA
Presentación estética y lógica:
Contenido del cuadro (claridad, relación y jerarquía de ideas):
Acierto en la técnica:
Otras observaciones:
Trabajo nº
TEMA:
MAPA CONCEPTUAL
NOTA OBTENIDA:
1. Presentación estética y lógica:
2. Contenido del mapa (claridad, relación y jerarquía de ideas):
3. Acierto en la técnica:
4. Otras observaciones:
45
Trabajo nº
NOTA OBTENIDA:
Acerca de la lectura de textos:
- observaciones:
- calificación:
Acerca del fichaje:
- observaciones:
- calificación:
Acerca de la monografia:
- observaciones:
- calificación:
Lectura comprensiva de texto:
- observaciones:
- calificación:
TEMA: TRABAJO FINAL DE INTEGRACION
46
MODELO DE PLANILLA DE EVALUACIÓN CONJUNTA DE TEOLOGÍA I
PLANILLA PARA LA EVALUACIÓN DE LOS TRABAJOS
TIPO DE EJERCICIO
CUALIDADES
13
1º
NOTA
2º
NOTA
1 Presentación de
trabajos
2
3
4
5
6
7
8
9
13
Datos de presentación:
Diagramación:
Observaciones:
Apuntes de clase
Datos de presentación:
Sectores de la página:
Contenidos de la clase:
Observaciones:
Marcado de texto
Datos de presentación:
Subrayado:
Signos propios:
Notas al margen:
Notas de síntesis:
Observaciones:
Comprensión de texto
Datos de presentación:
Subrayado:
Signos propios:
Notas al margen:
Notas de síntesis:
Extracción del tema principal:
Resumen de las ideas:
Síntesis conceptual:
Percepción de las características del
texto:
Otro/s item:
Observaciones:
Resumen y síntesis
Datos de presentación:
Logro del resumen:
Logro de la síntesis:
Observaciones:
Fichaje
Datos de presentación:
Diagramación y uso de los sectores:
La transliteración:
El resumen:
La síntesis en prosa:
La síntesis sinóptica:
La síntesis gráfica:
Las observaciones personales:
Las referencias de lectura:
Observaciones:
Informe o ¨Paper¨
Datos de presentación:
Diagramación:
Observaciones:
Otros/s ejercicio/s
Datos de presentación:
Diagramación:
Observaciones:
Concepto general
Participación en clase:
Calificaciones parciales:
Observaciones:
CALIFICACIÓN FINAL: .......................................
Los ejercicios a evaluar serán determinados por el docente. La segunda nota puede ser la
de recuperación del ejercicio.
47
ENCUESTA DEL ESTADO DE AVANCE
DEL CURSO DE TEOLOGÍA I
14
Nota a los alumnos:
Con el fin de corresponsabilizarnos del proceso de aprendizaje que cabe a esta Materia, te
pido que respondas a las siguientes preguntas con la mayor sinceridad y reflexión. No temas
expresar ni lo más positivo ni lo más negativo, en base a tu buen criterio y a tu disposición de
buscar lo mejor para vos y el grupo.
15
Tratá de ir presentando tus razones lo más explícitamente posible.
Es conveniente que escribas en una hoja tuya, respetando las referencias numéricas.
A) Cómo es tu participación en clase:
1. Si normalmente prestás atención
2. Si tomás apuntes personales
3. Si reflexionás a medida que escuchás
4. Si hacés preguntas o manifestás alguna opinión
5. Si aprovechás las clases para aprender o lo postergás para la lectura
B) Cómo es tu estudio autónomo:
6. Si buscás la bibliografía y la vas leyendo
7. Si vas haciendo subrayados y resúmenes de los apuntes, fotocopias y bibliografía
8. Si estudiás solo/a o con otro/a
9. Si relacionás los temas con los de otras materias
10. Si te apoyás en el profesor o preferís seguir los temas por tu cuenta
11. Si dependés (poco, regular, mucho) del ¨gusto¨ por las exposiciones y según eso hacés
o no tu parte con responsabilidad
12. Si te ocupás de estudiar la materia con agrado, facilidad e interés fuera de clase
C) Acerca de los compañeros/as y del profesor: (cultura, modo, trato, seriedad, etc.)
13. Límites tuyos que te gustaría que el profesor te ayudara a superar
14. Límites del profesor que te gustaría ayudarlo a superar para el bien del grupo
14
Es preferible que no firmes la página, salvo que lo desees.
Es preferible que el alumo no firme, salvo que lo desee. Puede obviar algo, agregar temas o
unir puntos.
15
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15. Rasgos de tu grupo que te hacen bien para progresar en el aprendizaje o te lo dificultan
16. Rasgos del profesor que te hacen bien para progresar en el aprendizaje o te lo
dificultan
17. Si sos un alumno/a auto-crítico/a tanto como de tu profesor
18. Si atribuís mayor protagonismo al profesor que a vos mismo (en el aprendizaje)
19. Si te formás tus propias opiniones sobre la materia y profesor, o dependés de la de los
demás
D) Con respecto a las temáticas del curso:
20. Si te interesan: poco, mucho, regular
21. Si has visto o descubierto temas o perspectivas nuevos para vos
22. Si te parecen bien desarrolladas en cuanto al nivel intelectual esperable
23. Si el lenguaje de las exposiciones y de los libros te resulta bueno, regular o inapropiado
24. Si te parece tener conocimientos previos sólidos
25. Si ves asuntos de importancia en la materia y de qué orden
26. Si preferis un desarrollo más analítico o menos analítico, y con ello un ritmo más lento
o más rápido para ver el programa
E) Sobre la metodología de las clases:
27. El tipo de clase que mejor te resulta por tu modo de ser (expositiva, trabajo grupal,
comentario de texto, dialogal, con imágenes, etc.)
28. Si mayormente te parece que la metodología empleada te ayuda
29. Si percibís orden en las exposiciones y en el programa
30. Si el lenguaje y la argumentación te resultan aptos para entender e interesarte
31. Si la bibliografía te resulta apta para entender e interesarte
32. Si asistís y estás en general con agrado, facilidad y sensación de aprender en clase
F) Preferencias y expectativas:
Por favor, añadí lo que creas conveniente en este sentido
Te agradezco tus aportes, y espero que el fruto de compartirlos resulte muy bueno para la
formación y comunión de todos (incluso para otros grupos posteriores y de otros Centros de
Estudio).
Firma del docente: .................................................................