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Delegación Diocesana de Herm andades y Cofradías
ESTACIÓN DE PENITENCIA
DE LAS HH. Y CC.
EN LA S.I. CATEDRAL
Semana Santa 2013
ESTACIÓN DE PENITENCIA EN LA S.I. CATEDRAL
PRIMERA PARTE
A la llegada de la Cruz de Guía a la S.I. Catedral, el lector dirá.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hace Estación de Penitencia la… (Título de la Hermandad).
Seguidamente leerá algunos datos de la historia de la Hermandad. Ejemplo: sede, fundación,
imágenes, número de nazarenos…
Continúa.
En estos momentos realizamos nuestra Estación de Penitencia en la
S.I.
Catedral. Todos, unidos en Hermandad, damos público
testimonio de nuestra fe en Jesucristo y de nuestra pertenencia
a la Iglesia católica.
Cada año, las hermandades y cofradías de la Archidiócesis de
Sevilla se unen en la oración al Señor con una intención común. En
este año de 2013, ofrecemos las estaciones de penitencia por el
Papa emérito, Benedicto XVI, y por el Papa recién elegido,
Francisco. Pedimos para el Papa Benedicto que el Señor premie
su entrega sin descanso al servicio de la Iglesia y su luminoso y
bienhechor Magisterio, con el que nos ha confirmado a todos en
la fe apostólica. Pedimos también que el Señor le dé salud, paz y
alegría para seguir sirviendo a la Iglesia de un modo nuevo y
precioso, desde el ocultamiento y la plegaria.
Para el Papa Francisco pedimos que el Señor le conceda el corazón,
el estilo y las entrañas de Jesucristo, Buen Pastor, que no vino a ser
servido, sino a servir y a entregar su vida en rescate por todos.
Pedimos también que le conceda la luz y la fuerza de su Espíritu
para que busque con todos los actos de gobierno y pastoreo la
renovación de la Iglesia, a todos nos conduzca por el camino del
Evangelio y de la santidad y encuentre en nosotros un pueblo
bien dispuesto.
Sigue:
Reconocemos nuestros pecados y pedimos perdón a Dios nuestro Padre.
Yo confieso ante Dios Padre todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
SEGUNDA PARTE
A la llegada el Paso del Señor o de Misterio a la S.I. Catedral, el lector rezará:
- Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
O bien.
¡Victoria!, tú reinarás.
¡Oh cruz, tu nos salvarás!
El Verbo en ti clavado, muriendo, nos rescató;
de ti, madero santo, nos viene la redención.
Extiende por el mundo tu reino de salvación.
¡Oh cruz fecunda, fuente de vida y bendición!
Impere sobre el odio tu reino de caridad;
alcancen las naciones el gozo de la unidad.
Aumenta en nuestras almas tu reino de santidad;
el río de la gracia apague la iniquidad.
La gloria por los siglos a Cristo libertador,
su cruz nos lleva al cielo, la tierra de promisión.
O bien.
El pasaje de la Sagrada Escritura relacionado con el Misterio que
representa el paso.
O bien.
Señor.
Un texto de la Sagrada Escritura relacionado con la Pasión del
Seguidamente se reza el Padrenuestro.
Rezo del Padrenuestro.
Se sigue rezando la siguiente oración:
ORACIÓN
Oh Dios, pastor y guía de todos los fieles,
mira con bondad a tu siervo Benedicto,
a quien elegiste como pastor de tu Iglesia,
concédele que su nuevo servicio
de ocultación y de plegaria
sea provechoso al pueblo al que ha servido,
para que llegue a la vida eterna
junto con el rebaño que ha pastoreado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Oh Dios , que para suceder al apóstol San Pedro
elegiste a tu siervo Francisco como pastor de tu grey,
escucha la plegaria de tu pueblo
y haz que nuestro Papa,
Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos sus hermanos,
y que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él
por el vínculo de la unidad, del amor y de la paz,
para que todos encuentren en ti, Pastor de los hombres,
la verdad y la vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
TERCERA PARTE
A la llegada el Paso de la Virgen a la S.I. Catedral se reza:
Bajo tu protección nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
O bien.
“El Magníficat”.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padresen favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
O bien:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia.
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
O bien.
Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y quiere levantarse.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.