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Philosophy Now
a magazine of ideas
Philosophy Now – Issue 84 – http://philosophynow.org/issues/84/Picture_Book_Philosophy
Representar la filosofía de un libro
Thomas Wartenberg explica su método para introducir la filosofía a los niños.
Toad llega a la casa de la rana con un paquete de galletas deliciosas recién horneadas. Los
dos anfibios empiezan a comérselas y para su asombro no pueden parar. La rana dice que
necesitan fuerza de voluntad, es decir, la habilidad de tratar no hacer lo que realmente
quieren. Entonces Toad trata de poner las galletas a salvo pero esto no tiene éxito, como él lo
hace ver. Es entonces que la rana ya desesperada les da a los pájaros todas las galletas. En
respuesta a la queja de Toad de que ya no hay más galletas, la rana contesta que ambos tienen
mucha fuerza de voluntad. Toad enojado le dice a la rana que le da su fuerza de voluntad,
mientras se va a hornear un pastel.
Este escenario fue tomado de la historia encantadora, ‘Cookies’, o galletas, en el libro Frog
and Toad Together, o La rana y Toad juntos (Harper Collins, 1971). Esta es un excelente
ejemplo de tipo de historia que uso para iniciar discusiones filosóficas con niños pequeños.
Se preguntará como una historia tan sencilla puede estimular a los niños a una discusión
filosófica. Bueno, considere primero la definición de la rana del concepto fuerza de voluntad:
intentar con mucha voluntad no hacer algo que realmente quieres hacer. Inmediatamente un
número de preguntas se planean por si solas. Por ejemplo, ¿es suficiente poner en práctica la
fuerza de voluntad no haciendo algo?, ¿se tienen que dejar hacer las cosas que realmente
quieres realizar? ¿Y qué vemos al final de la historia?, ¿la rana en realidad tiene fuerza de
voluntad?, ¿la tentación tiene que estar vigilándote para que lleves a cabo tu fuerza de
voluntad?, ¿o puedes aplicarla deshaciéndote de las cosas que tú sabes que no te puedes
resistir para que después no fracases en tu intento? Todas estas preguntas provocativas sobre
la naturaleza de la fuerza de voluntad, son un concepto que los filósofos han debatido desde
los tiempos de Aristóteles.
Una historia como ‘Cookies’ es engañosamente sencilla. La genialidad de Lobel fue tomar un
concepto que la mayoría de nosotros pensamos que entendemos y que lo usamos diariamente
sin cuestionarlo, en donde el autor nos una narrativa que ilustra un amplio espectro de
cuestiones filosóficas sobre el mismo. Para mi sorpresa he descubierto que aproximadamente
desde la década pasada existen muchos libros cuyas narrativas nos ponen frente a
perplejidades filosóficas inherentes en muchas de nuestras creencias y teorías rutinarias.
Pero, ¿cómo sería una discusión filosófica entre niños pequeños? Deje a un lado pensar que
haré énfasis en presentarle una breve clase a niños de siete años sobre la teoría aristotélica de
la debilidad que tenemos ante la fuerza de voluntad y su relevancia con la historia ‘Cookies’.
Sencillamente quiero que quede claro que esta no sería una buena manera de empezar. Pero
como la historia ‘Cookies’ presenta un claro enigma filosófico para sus lectores y audiencia,
no toma mucho para que se dé una discusión filosófica sobre la fuerza de voluntad entre un
grupo de niños pequeños. Lo que importa es hacer una pregunta bien posicionada como:
“¿Piensan que la rana y Toad tienen la fuerza de voluntad al final de la historia como dice la
rana?” De acuerdo a mi experiencia, los niños inmediatamente gritan “¡Sí!” o “¡Claro que
no!” El reto es tomar su entusiasmo e interés en el tema filosófico y canalizarlo a una buena
discusión. Para lograr esto, les decimos a los niños que para llevar a cabo sesiones de
filosofía se requiere que se apeguen a unas reglas sencillas, como no hablar cuando no es su
turno o ridiculizar lo que alguien ha dicho. Las reglas básicas se engloban en una serie de
frases sencillas como: Piensen lo que ustedes creen; expliquen por qué creen en eso; escuchen
lo que otros tienen que decir al respecto; decidan si están de acuerdo o no sobre lo que otros
dicen y porqué. Tan sencillo como eso.
Claro, en la práctica toma mucha habilidad para ser facilitador en discusiones filosóficas
entre niños pequeños. La habilidad que yo más subestimé cuando empecé a ser facilitador de
discusiones filosóficas en las escuelas primarias fue la de escuchar. Los adultos por lo regular
realmente no escuchan a los niños pequeños. Estamos tan ocupados con nuestros horarios y
planes para tomarnos el tiempo para escuchar lo que nos niños pequeños nos dicen o
preguntan. Sin embargo, cuando diriges una discusión filosófica con niños, tienes que poner
atención en lo que dicen para poderles ayudar a que se mantengan enfocados. Una vez que
logre usted esto, se logran muy buenos resultados.
Muy seguido me impresiona lo que los niños son capaces de lograr en una discusión
filosófica. Frecuentemente me impacta cómo hacen afirmaciones que me recuerdan de ideas
que he aprendido después de años de leer y pensar acerca de la filosofía. Por ejemplo,
tomando en consideración el libro The Important Book o El libro importante (1990) de
Margaret Wise Brown, por cada cantidad de cosas, como el pasto, una manzana, la lluvia, una
cuchara y usted, el libro dice algo que es importante sobre ello. También enlista una serie de
cosas que ese objeto representa. Lo importante sobre la lluvia, por ejemplo, es que moja. Sus
otras propiedades son que cae del cielo y que suena como lluvia, haciendo las cosas brillosas
y no sabe a nada. Cuando un grupo de niños de ocho años estaban discutiendo sobre el libro,
no estaban para nada de acuerdo con esa lista. Propusieron su propia lista que incluía lo
siguiente: hace charcos y lagunas; salpica; puede evaporarse y hace lodo. Pero los niños
decidieron dar a conocer que la cosa más importante acerca de la lluvia es que permite que
las cosas crezcan.
El o la estudiante facilitador de la discusión preguntó a los niños que explicara por qué
pensaban que su lista era mejor a la del libro. Jamilla dijo: “Bueno, la lista del libro tiene
cosas en su mayoría sobre a qué se parece, como los sentidos, pero no lo que hace. Nuestra
lista tiene que ver más con su propósito”. Alice agregó: “Nuestra lista es como tipo un
diccionario. La lista del libro no es del tipo buena porque ‘mojado’ es lo que la lluvia es, pero
‘hace charcos’ y ‘permite que las cosas crezcan’ tiene un tipo más de descripción y te dice
más sobre lo que la lluvia hace”. Aquí los niños de tercer grado han distinguido dos maneras
de apreciar un fenómeno como la lluvia. La caracterización que hace el libro de la lluvia es
más en los términos de lo que es o lo que se le puede llamar sus propiedades estructurales
mientras que la propia descripción de los niños destaca lo que la lluvia provoca, es decir, su
función. Tanto los pragmatistas y Martin Heidegger, aunque tienen perspectivas muy
diferentes, criticaban la tradición filosófica occidental de privilegiar a la estructura sobre la
función, precisamente la crítica que los niños hacen sobre la caracterización de la lluvia en el
libro The Important Book. Así que estos niños de ocho años pudieron desarrollar un contraste
entre dos maneras distintas de pensar sobre la naturaleza de los objetos que incluso muchos
estudiantes universitarios encuentran difícil de entender.
Una cosa excepcional sobre la manera de discutir la filosofía usando literatura infantil, es que
evitamos historias que las personas generalmente piensan que son más filosóficas,
principalmente fábulas y otros relatos con una moral clara. Es verdad que muchas fábulas se
enfocan en ideas que tienen un gran mérito filosófico, por ejemplo la fábula “La hormiga y el
grillo” de Esopo. Una hormiga está ocupada un día de otoño preparándose para el invierno
cuando se encuentra un grillo, quien se ríe de ella por trabajar en vez de disfrutar un lindo día.
La hormiga le advierte al grillo que se lamentará cuando llegue el invierno ya que no tendrá
suficiente para comer. Un día de invierno, cuando el grillo no tiene comida, toca a la puerta
de la casa de la hormiga y le pide alimento. La hormiga le dice que debió haberse preparado
en otoño para el invierno y ahora no le quedará de otra que pasar hambre. Es claro que el
mensaje en esta fábula es que no siempre debes hacer lo que te da placer inmediato ya que
tienes que pensar en el futuro. Igualmente esta es una lección que los niños tienen que
aprender. Sin embargo, nuestras discusiones con los niños no son explícitamente sobre
decirles a los niños lo que deben pensar. Queremos que ellos nos digan lo que piensan y
porqué. Así que aunque sea imposible usar una fábula para tener una discusión filosófica con
niños, “¿cómo decidir cuándo debes pasarla bien y disfrutar y cuándo prepararse para el
futuro?”, por lo que yo mejor prefiero usar libros que de manera espontánea provoquen
perplejidad en ellos.
Hasta este momento, he hablado de libros con imágenes, pero también existen otro tipo de
libros de niños también son muy buenos para iniciar a los pequeños en la filosofía. Tengo
más experiencia en libros con imágenes porque se pueden leer y discutir en una sola sesión de
entre 45 minutos a una hora, la duración que tienen por lo regular mis clases. Y aunque los
niños de cuarto y quinto año de primaria, de nueve o diez años, están más allá de la edad en
que estén leyendo libros con imágenes, hemos tenido mucho éxito usándolos con ellos. De
hecho, por lo general han desarrollado un sano respeto para este tipo de libros que
subestimaban como infantiles.
Algunos capítulos de novelas también encajan muy bien para las discusiones de filosofía. El
capítulo “El rescate del Hombre de Hojalata” de El mago de Oz es un excelente recurso. La
versión en película omite la historia que narra el Hombre de Hojalata, prefiriendo la canción
‘Si tuviera corazón’, pero en el libro este personaje explica cómo fue que no tiene corazón.
La Bruja Mala del Este lo hechizó para que cada vez que tratara de cortar madera, él se
cercenara una parte de su cuerpo y, cada vez que lo hacía, el hojalatero se la remplazaba con
una de hojalata, sólo que se le olvidó darle un corazón. Como resultado el Hombre de
Hojalata ya no ama a la muchacha Munchkin con la cual había pensado casarse, razón por la
cual la bruja lo hechizó.
El primer enigma que aflora de esta historia es porqué el Hombre de Hojalata se piensa como
la misma persona que era cuando tenía un cuerpo de carne y hueso, ahora que es de hojalata.
La reconstrucción paso a paso del Hombre de Hojalata se asemeja a la historia del barco de
Teseo que Aristóteles relata. Otro aspecto interesante de la historia de Oz tiene que ver con el
Espantapájaros. Este no tiene cerebro y argumenta que tenerlo es más importante que un
corazón, ya que sin un cerebro, no sabrías qué hacer con tu corazón. Pero el Hombre de
Hojalata responde diciendo que, si tuviera ambos, él prefiere el corazón ya que el mismo es
necesario para amar y este sentimiento es el único que brinda la verdadera felicidad. El
cuestionar si el pensar o tener cariño hacia otros son las características más importantes o
distintivas de los seres humanos, son temas que los filósofos han debatido a través de los
tiempos. Este libro proporciona una excelente manera de comenzar una discusión filosófica
sobre estos asuntos con niños más grandes.
Las investigaciones han demostrado el que le lean a uno es uno de los factores más ambiguos
en predecir si los niños se convertirán en el futuro en lectores (por ejemplo consultar Jim
Trelease, The Read-Aloud Handbook, capítulo 1, 1979). Es entonces que al leerles libros a los
niños, estamos fomentando un hábito de la lectura. Formar lectores de por vida es importante,
por lo tanto este es un aspecto muy benéfico de nuestro programa. Pero la razón por la cual
empecé a usar las palabras ‘leer en voz alta’ para introducir la filosofía para niños es
sencillamente que a ellos les encanta que uno les lea. Lo emocionante de esto es despertar su
interés en las preguntas que surgen del libro. ¿Existe una mejor manera en involucrar a los
niños en aprender en vez de usar algo que les encanta hacer? La filosofía se relaciona con leer
en voz alta y disfrute que ellos toman de esto.
Esto no significa negar que haya muchas otras buenas maneras de introducir a los niños
pequeños al estudio de la filosofía. Ni tampoco he intentado justificar la enseñanza de la
filosofía a los mismos, aunque espero que algunas razones hayan surgido a raíz de lo que he
dicho. En una palabra, los niños pequeños disfrutan hacer filosofía y son buenos en ello.
Contribuye al desarrollo de sus habilidades intelectuales de una manera demostrable y ese es
el meollo del asunto.
© Prof. Thomas E. Wartenberg 2011
Thomas Wartenberg, además de ser editor de cine de Philosophy Now, a su vez ha
introducido a los niños a la filosofía por más de una década. Su página electrónica
teachingchildrenphilosophy.org, contiene muchos libros infantiles que pueden utilizarse en
discusiones filosóficas. Es autor del libro Big Ideas for Little Kids:
Teaching Philosophy Through Children’s Literature (Rowman and Littlefield, 2009).
(Comentario del mecanógrafo: Su libro más reciente es A Sneetch Is a Sneetch and Other
Philosophical Discoveries: Finding Wisdom in Children's Literature (Wiley, 2013) e
igualmente su página electrónica http://www.teachingchildrenphilosophy.org recibe miles de
visitas cada mes. ¡Consúltela y vea porqué!)