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FABULAS
Esteban: ¿Quién no se ha deleitado, alguna vez en su vida, con los relatos de la fábulas? Con esos
animales u objetos que en cierto momento comienzan a hablar, a tomar conciencia, a hacer juicios
morales, a establecer relaciones, y a generar historias con elecciones.
Sin duda que en la adolescencia, y también en la niñez esto es atrapante, y uno genera un vínculo con
moral, la ética, a través de estas historias que son tan simples pero también tan profundas.
Salvador: Bueno, ahora está muy de moda el “cuentito pequeño”. Sin embargo yo noto que lo que
aparece (en general el vehículo es internet) en internet son bastante pobres y responden muchas
veces a ideas muy peregrinas, muy inconsistentes.
Esteban: Y a veces con la psicología de moda del momento.
Salvador: Si, por supuesto, a veces son muy engañosas en las cosas que dicen. Yo he leído algunas que
realmente son perniciosas, porque son muy “lindas” las historias, pero la conclusión que saca es una
que puede golpear negativamente a la persona porque trae un mensaje equívoco.
Recuerdo una historia en la que se hablaba de un señor que llevaba el agua de un lado a otro con dos
cántaros y uno de los cántaros estaba rasgado, por lo tanto, el cántaro que no estaba rasgado llevaba
mucha más agua hasta el final que el otro. Entonces él siempre se quejaba de su cántaro defectuoso.
Hasta que un día, miro por donde pasaba el cántaro defectuoso y vio que por allí nacían hermosas
flores, entonces la conclusión era que uno no debía quejarse de sus defectos porque sus defectos
daban buenos frutos. Entonces, en vez de decir que si uno tiene un defecto hay que solucionarlo que
sería lo más lógico, se dice que del cántaro sano no sale nada pero del otro salen flores, es una
confusión bastante perniciosa para el que la sigue.
De eso hay mucho en estos momentos en internet, pero no fue lo que enseñaba la fábula tradicional,
porque la fábula tuvo mucha importancia en la educación popular y sobre todo en la educación en
valores porque justamente la fábula tiene que ver con los valores. Nace del análisis del alma humana y
saca conclusiones... ¿qué es una fábula?
Una fábula es un cuento, un relato, breve y ficticio, algunos están escritos en prosa otros en versos, y
los protagonistas son animales o personas o objetos que hablan, que conversan. Por supuesto que las
fabulas han formado arquetipos. Si en las fábulas aparece un zorro se da cuenta que está hablando
sobre la astucia. Si aparece un lobo uno se da cuenta que se va a comer un personaje, lo que quiere
decir que ha formado ciertos arquetipos. El búho es la sabiduría y la paloma la inocencia, quiere decir
que la fabula ha creado toda una serie de arquetipos. Pero lo interesante es que la finalidad con la que
se escribía las fabulas o con lo que se transmitía de padres a hijos las fabulas, se las transmitían los
pueblos en el lenguaje oral que era el vehículo, se las transmitían de padres a hijos, de abuelos a
nietos, y la fabula se hacía con la finalidad de educar, por ello al final siempre tenía una moraleja o
conclusión...
A veces aparecía al final, a veces aparecía al principio, porque se decía que este principio, que se
enunciaba, es lo que le pasó al mono (por ejemplo) cuando...y de ahí salía la fabula. Y a veces no se
enuncia, simplemente está ahí. Uno solo tiene que sacar la conclusión de lo que ha visto. La fabula es
muy antigua.
Se dice que hay fabulas que se han encontrado en tablas de arcilla en la Mesopotamia hace cuatro mil
años atrás. Es más, en la misma Biblia hay fábulas. En el libro de Jueces en el Antiguo Testamento de la
Biblia, hay una fabula (en algún momento podemos detenernos en ello) y los árboles hablan.
Por lo tanto, es muy antigua la fabula, siempre fue una forma de educar sin que haya una doctrina
moral detrás. No hay una organización del pensamiento, es una conclusión que se saca de la vida real.
La fabula surge del pueblo, no surge del moralista que desde el escritorio elabora toda una teoría y la
explica a través de la fabula, es el pueblo el que elabora ciertas cosas y las pone en fabulas, y el
fabulista más antiguo que nosotros conocemos y de quien tenemos memoria es Esopo el conocido
fabulista griego. La pregunta es si Esopo en realidad existió. Tanto Homero como Esopo son personajes
que uno no sabe si realmente han existido o no.
Cuenta que había sido vendido en Samos y que tenía un amo que se llamaba Jantos, y que había
salvado a su amo muchas veces de sus errores porque le resolvía sus problemas, porque era un esclavo
muy inteligente. Más adelante Jantos le dio la libertad. Y en otros casos se dice que Jantos no le quería
dar la libertad porque era demasiado inteligente y se termino suicidando. El que llegó a fijar la historia
de Esopo como una historia real fue Figuereido en el siglo XX, un dramaturgo brasileño, que escribió
una obra muy interesante que se llamó “Las zorras y las uvas”. Esa obra, magnífica, cuenta la historia
de Esopo. Es una recreación de la historia de Esopo con Jantos. Es realmente muy interesante, yo tuve
la oportunidad de conseguir un ejemplar y con esto tuve una historia bastante extraña, yo tenía un
ejemplar, en rústica de las zorras y las uvas, y me gustaba muchísimo hasta que alguien pasó por la
Biblioteca y desapareció.
Una mañana, estaba en Montevideo en una calle donde los domingos en una feria se venden libros
usados, seguramente Esteban recuerda el nombre...
Esteban: Si, la calle Paysandú.
Salvador: Si, la calle Paysandú, yo estaba recorriendo esa calle y de repente veo un ejemplar de Las
zorras y las uvas, la compre, y allí está en mi biblioteca porque es una historia preciosa la que cuenta.
Figuereido cuenta que Esopo le soluciona una cantidad de problemas a Jantos porque él en una
borrachera juega toda su fortuna apostando con un amigo que se iba a beber el mar. Entonces, ve que
perderá toda su fortuna y lo llama a Esopo, y le dice ¿qué hago? Entonces le dice Esopo bébete el mar,
y es interesante el tire y afloje que tiene Esopo con él, porque cuando él se cree perdido Esopo le da la
solución, llamalo y dile que estás dispuesto a beberte el mar, pero que ellos corten toda el agua de los
rios, que corten todos sus afluentes porque quieres beberte únicamente el mar. Después que ellos
hagan eso, tu hebete el mar.
Va y les dice eso, y como ellos no pueden hacer eso él tampoco puede demostrarles que se podría
beber el mar. Lo interesante de la obra es que Esopo mira la libertado como las zorras miran las uvas,
deseando comerlas, y se la pide a su amo, y Jantos no le da la libertad, y al final hay un monólogo muy
interesante donde Esopo se suicida tirándose a un precipicio, pero antes le dice a su amo que ningún
hombre no está maduro para la libertad, todos tenemos la madurez suficiente como para ser libres. La
última frase es: “¿dónde está el abismo que tienen preparado para los hombres libres?” Es decir, él
está diciendo que él estima su libertad, el otro le decía que no porque no estaba maduro, como la
historia de las zorras y las uvas, entonces él cuenta la historia de las zorras y las uvas. Esto es una
historia ficticia, no sabemos hasta donde esto es real, pero la estructura de la fabula de Esopo es muy
sencilla, se plantea un conflicto entre dos figuras que generalmente son animales, después los
personajes actúan frente al conflicto y al final se evalúa el comportamiento. Es decir ¿cómo fue el
comportamiento, qué resultado se saca de todo eso?
Por ejemplo, en Las zorras y las uvas dice “estaba una zorra con mucha hambre y al ver colgada sobre
una parra unos deliciosos racimos de uva, quiso atraparlos con la boca”. Ahí está el conflicto...¿cómo
lo resuelve? “No pudiendo alcanzarlo se alejo diciendo, no me agrada, están verdes”.
La conclusión “nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar”.
Esa es la estructura de la fabula, es por demás interesante, plantear buscar una solución y evaluar si
esa solución es verdadera o no. Esto es algo bien interesante para tener en cuenta en la vida, porque
en definitiva la fabula se presenta para presentar conflictos que son ficticios pero para que uno los
aplique a la propia vida. El conflicto que acá plantean es muy sencillo, muchas veces pasa que
queremos alcanzar cosas que son difíciles y que no tenemos la capacidad de hacerlo, y entonces le
traslado la culpa a los otros sin darme cuenta que yo soy el que tiene las limitaciones. La zorra lo que
hace es no admitir su propia limitación. Por tanto Esopo era un buen analista de la condición humana y
como buen analista sacaba sus propias conclusiones.
Esteban: Bueno lo dejamos a usted para que saque sus propias conclusiones de la fabula de Esopo La
Zorra y las Uvas, y ya venimos para seguir charlando de las moralejas, lo que querían enseñarnos los
que las enunciaban para que hoy en pleno siglo XXI las tengamos.
PAUSA...
Esteban: Seguramente todos tenemos alguna fabula que nos resulta conocida, la repetimos, la usamos
reiteradamente, conozco a algunas personas que tienen fabulas de este tipo, las favoritas en sus listas
y cuando pueden la aplican y la señalan como un principio moral o algún valor a recuperar. Sin dudas,
esta de las zorras y las uvas que mencionabas antes de la pausa es de esas que son favoritas de
muchos.
Salvador: Si, yo recuerdo a algunas personas que como decías, tenían sus fábulas favoritas y las
trasladaban a la realidad.
Había un hombre muy emprendedor en Argentina que emprendió muchas cosas y con mucho empuje
las lograba, yo tuve la oportunidad de trabajar durante un tiempo junto a él, y me acuerdo que él
siempre repetía una fábula, me la repitió tantas veces que finalmente yo mismo la aprendí. Él decía,
“subió una mona a nogal y tomando una nuez verde en la cáscara la muerde lo que le supo muy mal.
Arrojó el animal y se quedó sin comer. Así suele suceder a quien su empresa abandona porque haya
como la mona un principio a vencer”.
Él siempre la traía y decía que si uno a principio de cualquier obra, a la primera dificultad, la arroja a un
lado, no va a llegar nunca a ningún lado. Él era un cristiano muy comprometido, muy fiel, puedo decir
su nombre porque seguramente muchos de nuestros oyentes lo deben de haber conocido fundó una
escuela muy importante en Buenos Aires, Don José Bongarrá, que era un maestro en muchas cosas era
sobre todo un hombre de empuje, y él a toda persona que tenía a su alrededor le repetía y repetía la
fábula, y le decía esto a sus hijos, y decía que cuando uno emprende una tarea no tiene que quedarse
frente al primer escollo, tiene que insistir, y realmente él la puso en práctica todos los días de su vida.
Esto es importante, porque una de las cosas que tenía la educación antigua y que no tiene la
educación moderna es presentar estas fabulas, y al presentar estas fabulas presentaban valores. Y al
presentarlos nos obligaban a pensar, a meditar a establecer esos principios y buscarle una aplicación a
su propia vida.
Las fábulas nos llevan a analizar lo que no estamos dispuestos a analizar.
El hombre es naturalmente reacio a mirarse a sí mismo.
El rey David escribió un Salmo y analiza su propia vida pero termina diciendo: “examiname oh Dios y
conoce mi corazón, y ve si hay en mi camino de perversidad”. Como diciendo, “yo tengo que analizar
mi propia vida y Dios tiene que hacerlo junto conmigo porque a veces a mi se me pueden escapar
cosas, pueden haber cosas que yo no me atreva a ver”. O que eludo inconsciente o conscientemente,
pero es necesario hacer ese análisis. Hoy vivimos en un tiempo donde nadie analiza su propia ética ni
su propia moral.
Creo que es muy importante que analicemos nuestras propias reacciones, nuestras conductas,
nuestros comportamientos, porque mirando nuestra propia vida sabemos cuales son nuestros propios
valores que mandan en nosotros, cuales son los valores que dirigen nuestra existencia. O si por el
contrario estamos viviendo con anti-valores.
Por eso la idea del rey David cuando dice: “examiname Oh Dios” surge de un examen que él mismo
hace de su propia vida, de un análisis interno, de un detenerse a decir “¿he obrado bien en eso, he
actuado bien?” no vamos a progresar nunca espiritualmente si no sabemos analizarnos a nosotros
mismos. Las fabulas traían eso, un análisis de la condición humana y nos desafiaban al análisis interior.
A la búsqueda de qué es lo que hay dentro de nuestro propio corazón. Cuando Jesús dice de “la
abundancia del corazón habla de la boca”, quiere decir que de lo que hay adentro sacamos para
afuera, que del corazón salen todas nuestra acciones, que nuestro mundo interior es el que manda en
todo lo que hacemos.
A veces descuidamos el mundo interior.
Los antiguos cuando hablaban del corazón no se referían a los sentimientos como pensamos nosotros
cuando decimos “te quiero con todo el corazón”, ellos hablaban del “mundo interior”, ellos decían que
ese mundo interior tenía que estar cuidado y vigilado. El sabio Salomón en los Proverbios decía que
sobre todas las cosas que tienes que guardar, “guarda tu corazón, porque de él mana la vida”. De las
decisiones que tomamos en nuestro corazón son los resultado que tenemos luego en la realidad, y hoy
nosotros nos negamos a ese análisis, nos negamos a entrar dentro nuestro y mirarnos a nosotros
mismos.
Muchas veces me he preguntado porque el hombre moderno en contra de lo que sucedía con el
hombre de la antigüedad es tan reacio a ver sus propias culpas, porque denigra y huye de la palabra
culpa como si fuese un demonio al que hay que exorcizar del pensamiento. Porque el hombre del
pasado tenía mucha más conciencia de esto y buscaba el análisis, y yo creo que el gran problema, o la
gran diferencia, está en que el hombre del pasado tenía un camino de salida, y el hombre del presente
se siente tan auto-suficiente que ha prescindido de Dios entonces no tiene camino de salida, entonces
todo lo que el hombre analice negativamente va a ser una carga, no tiene respuesta para su culpa.
Esteban: Por eso trata de sacársela. Y cuando se toman fábulas de este tipo lo que se hace es aplicarla
a otras personas y no a mi propia condición.
Salvador: Claro, pero la fábula habla poderosamente de nosotros mismos. Es una actitud moral, es una
actitud que nosotros tenemos que tener. Cuando nosotros pensamos que somos los “señores” de
nuestra propia vida y que nos manejamos a nosotros mismos, no analizamos nada, creemos que
somos “dioses”, cuando empezamos a analizarnos y no tenemos respuestas, entonces caemos en
pozos depresivos, porque no hay salida para esto, pero cuando confiamos verdaderamente en Dios
podemos entrar dentro de nuestro propio corazón y de nuestra propia vida y encontraremos la
respuesta y la salida. Por eso no hay que tenerse miedo a analizarse. Analizarse uno delante de Dios,
personalmente, sin intermediarios, sin nada ni nadie que se meta en el medio, analizando nuestra
propia conducta, viendo dentro de la “fabula de la vida” ¿que animal soy? ¿cuáles son mis tendencias?
Y llevarlo a Dios para que Él corrija todo esto, porque así, acercándonos a Dios que es quien conoce
nuestros mecanismos interiores, es el único que puede solucionarlo y encontrar respuestas a nuestras
vidas. Nosotros tenemos el problema que hemos desplazado a Dios y que estamos viviendo una
ausencia de Dios en nuestra vida y esa ausencia tiene tremendas repercusiones morales y espirituales,
y estamos en un mundo muy angustiado, muy afligido, con manifestaciones de alegría que no son
tales, sino mas bien de histeria y en muchos casos histeria colectiva. Creemos que esos desbordes que
a veces se producen, que esos descontroles que la gente llama diversión, no son más que
manifestaciones de su angustia, no son más que manifestaciones de su desequilibrio moral y espiritual,
de su histeria llevada y concretada en la realidad. Creo que podemos gozarnos y tener paz en el
corazón si aprendemos a analizarnos y a llevar nuestras cargas, nuestras culpas y nuestros pecados a
Dios y buscar en Él el perdón y la corrección de nuestra vida.