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OBESIDAD Y OBESIDAD INFANTIL
EN LATINOAMÉRICA
Informe de la Federación Mundial del Corazón
Febrero 2007
Obesidad y obesidad infantil en Latinoamérica
1.
Contexto
La obesidad ha sido vista tradicionalmente como un tema de los países desarrollados. En
estos la cintura de la población aumenta a causa del consumo de productos no saludables y
de la vida sedentaria, típica de las economías dependientes del sector terciario de servicios.
Al tiempo, las enfermedades cardiovasculares, de las que la obesidad y el sobrepeso son los
principales factores de riesgo, se perciben igualmente como una carga sanitaria de los
países ricos e industrializados, mientras que los países de bajas (y medias) rentas deben
hacer frente a problemas de salud relacionados con las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, el cuadro real parece ser muy diferente. Durante las pasadas décadas, la
frecuencia de la obesidad (y de las enfermedades relacionadas con la misma) se ha
incrementado rápidamente en los países en desarrollo así como, especialmente, en aquellos
que experimentan crecimiento económico y transformaciones sociales. Este es el caso de
los países latinoamericanos, entre ellos Colombia, que están experimentando una transición
nutricional y epidemiológica conducente a un cambio radical en las cuestiones de sanidad
pública que estos países tienen que afrontar actualmente. Efectivamente, los cambios
espectaculares en los estilos de vida y en los tipos de comida disponibles, a los que se
añade la brusca disminución de la actividad física provocada por la rápida urbanización,
acarrean que mientras la desnutrición ha disminuido, la frecuencia de la obesidad y el
sobrepeso ha aumentado.
Además, los países latinoamericanos muestran un cuadro complejo, dado que esta
tendencia registra importantes variaciones entre los países de la región. Aún más
problemático es el hecho de que la situación dentro de los países no está bien delimitada.
En efecto, cuando algunos países latinoamericanos se encontraban en los primeros estadios
del desarrollo, la frecuencia de la obesidad aumentó entre los grupos de rentas más altas al
lograr esta población una nueva prosperidad y alterarse sus patrones de consumo. Pero al
tiempo que estos países se convertían en más desarrollados, los niveles de obesidad
comenzaron a aumentar también entre los grupos de renta baja. Esta es la misma tendencia
observada en los países occidentales industrializados, en donde la gente pobre tiene mayor
riesgo de convertirse en obesa. Por lo tanto, en muchos países latinoamericanos,
encontramos actualmente una coincidencia entre los fenómenos del “gordo rico” y del
“gordo pobre”, lo que hace difícil tener una imagen clara de la situación y unas políticas
sanitarias claras.
2.
La obesidad en los países latinoamericanos y en Colombia: Los hechos
Un hecho chocante que resulta de los diversos estudios en la materia es que, de todos los
factores de riesgo asociados con las enfermedades cardiovasculares, la obesidad es el que
ha registrado el más rápido incremento en los países latinoamericanos, y es ahora la
principal enfermedad nutricional en la región1. Actualmente, la enfermedad cardiovascular
se ha convertido en la primera causa de muerte en todos los países de la región.
Estudiando más de cerca la investigación actualmente disponible, podemos apreciar que la
obesidad, aunque ha aumentado en la totalidad de la población de los países
latinoamericanos, parecer ser un problema particularmente agudo de salud para las
mujeres y los niños. En Chile, una encuesta ha mostrado que la obesidad aumentó, en sólo
4 años, del 6 % al 11% en los hombres y del 14% al 24% en las mujeres2. Un estudio
enfocado en todos los países latinoamericanos encontró un nivel de obesidad de más del
6% en los niños de cinco de los países examinados3. En la ciudad de México, el 30% de los
residentes son obesos: un tercio de la población femenina y un quinto de la masculina4.
La situación es igualmente preocupante en Colombia. Aunque la mayoría de los informes
indican justamente la carencia de estudios globales recientes sobre el tema, todos
establecen que los estudios puntuales confirman el incremento espectacular del sobrepeso y
la obesidad en la región. La Asociación Colombiana de Obesidad y Metabolismo estima
que el 40% de la población sufre de sobrepeso. Una visión más cercana parece confirmar
este cuadro preocupante: el informe Estudio de Factores de Riesgo Coronario en
Colombia, presentado por la Sociedad Colombiana de Cardiología, encontró que el 8% de
la población del país tiene un Índice de Masa Corporal (IMC5) superior al 30, lo que
significa que son clínicamente obesos. El 29% tiene un IMC entre 25 y 30, lo que indica
que padecen sobrepeso. Además, este estudio demostraba que la obesidad era tan frecuente
en las clases altas de la sociedad como en las bajas: el 7% de las personas del grupo de
rentas bajas era obesa, mientras que en el grupo de rentas altas el porcentaje era del 9%. La
Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia en 2005, presentada por el
Instituto Colombiano de Bienestar Familial, muestra un cuadro similar. Entre los 0 y 4
años, el 3,1% de los niños sufren de sobrepeso; la cifra aumenta al 4.3% en los niños entre
5 y 9 años. Para aquellos entre 10 y 17 años, el porcentaje se eleva al 10.3%. Estos
porcentajes se disparaban durante la edad adulta: entre 18 y 64 años el 39.9% de los
hombres colombianos padecen sobrepeso u obesidad, mientras que el 49.6% de las mujeres
colombianas encuentran los mismos problemas. En total, entre la edad de 18 y 64 años, el
46.1% de los colombianos se hallan afectados por el sobrepeso o la obesidad (el 32.3% por
el sobrepeso y el 13.8% por la obesidad). Esto es especialmente preocupante dado que el
sobrepeso y la obesidad han estado claramente vinculados al incremento del riesgo de
enfermedad cardiovascular: el Informe sobre la Salud en el Mundo de la OMS estima que
el 21% de las enfermedades del corazón es atribuible a un IMC excesivo.
Sin embargo, el problema no se detiene aquí. Asociado con otros factores de riesgo
existentes en Colombia, como la hipertensión (19% de la población) y el tabaco (el 22% de
la población fuma, y el 29.8% de jóvenes, principalmente entre 13 y 15 años, son
1
Uauy et al., 2001, citado en Tendencias de la obesidad y factores determinantes en Latinoamérica, J.Kain,
F.Vio, C.Albala, 2003
2
Ibid.
3
Transición en la nutrición: un examen del perfil latinoamericano, RM Barria, H. Amigo, 2006
4
Obesidad y obesidad central en la gente mayor en Latinoamérica y el Caribe, F. Drumond Andrade, 2006
5
Ver glosario al final
fumadores6. Es importante subrayar aquí que el 20% de las muertes por causas
cardiovasculares son atribuibles al tabaco7), la obesidad puede llevar a un incremento de la
frecuencia de las enfermedades cardiovasculares. Efectivamente, de acuerdo con la OMS,
en Colombia, el 28% de todas las muertes tienen su causa en enfermedades
cardiovasculares, una tasa similar a la de Europa o EEUU.
3.
Causas de la epidemia de obesidad en los países latinoamericanos y en
Colombia
El principal factor que explica el incremento de la frecuencia de la obesidad en los países
latinoamericanos parece ser la transición en materia de nutrición que experimenta esta
región. En efecto, esta etapa se caracteriza por cambios espectaculares en los estilos de vida
que contribuyen en su totalidad a los problemas de peso.
a) Dietas
El cambio más obvio que ha ocurrido en Latinoamérica en estas últimas décadas es el
relativo a los cambios de dieta en la población. La rápida urbanización (el 75% de
población latinoamericana vive actualmente en las ciudades) se ha traducido en la
sustitución de las dietas rurales tradicionales por las comidas baratas, rápidas y de alta
densidad energética, fácilmente disponibles, proporcionadas tanto por la industria de la
alimentación como por la economía informal. Una de las explicaciones para este repentino
cambio de dieta se vincula con la simple economía: Un estudio publicado en The Lancet8
muestra que, en 1965, las personas de todos los niveles de renta tenían dietas similares.
Aunque es verdad que los grupos de baja renta consumían carne más barata y menos frutas
y vegetales, todavía tenían una dieta variada y equilibrada. Sin embargo, desde los años 90,
la dieta de los pobres parece limitada a 22 productos básicos seleccionados para saciar el
apetito, pero de alto contenido en grasas y azúcares. Aquí el problema es el acceso: en
1970, una familia pobre de Latinoamérica gastaba el 45% de sus ingresos en comida. En
1992, ese porcentaje había crecido al 67%. Cuando se comparan las compras reales de
comida con las que deberían formar la cesta “ideal”, se observa que aquellas cuestan un
30% menos que la ideal y que alimentarán a la familia durante casi 10 días más. Como en
los países industrializados, el problema es que la comida no saludable es a menudo más
barata que la saludable; además, la industria alimentaria adapta sus productos a la demanda,
reforzando los hábitos de alimentación inadecuados. El resultado es el fenómeno del
“gordo pobre” (“fat poor” en inglés), una situación que es común también en los países de
renta alta.
En Latinoamérica, sin embargo, la situación es algo más compleja. En efecto, los países
latinoamericanos han registrado un aumento de “gordos ricos” (fat rich people”) junto a los
“gordos pobres”.
6
Estudio de Factores de Riesgo Coronario en Colombia
Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU
8
La urbanización de Latinoamérica está estimulando la obesidad, B. Fraser, 2005
7
De hecho, como ha informado el Instituto Colombiano de Bienestar Familial, incluso
cuando hay dinero disponible para comprar alimentos saludables, la gente está más
inclinada a actuar de esa forma debido a la falta de una adecuada educación nutricional. El
90% de la población colombiana consume arroz diariamente, sin que sea relevante su nivel
de renta. Un estudio de la Universidad de Antioquia, una región colombiana, estima que los
cinco alimentos que componen la dieta de más del 30% de los hogares de la región son el
arroz, el pan, el aceite, los frijoles rojos y las patatas. El primer vegetal que aparece en la
lista de alimentos consumidos es el tomate, en el 9º lugar, y la primera fruta es el limón, en
el lugar15.
En Bogotá, el cuadro es similar: Los datos del Plan Maestro de Abastecimiento de
Alimentos muestra que, mientras los residentes de la ciudad comen una media diaria de 325
gramos de cereales y patatas, sólo consumen 43 gramos de vegetales y 47 gramos de frutas.
En comparación, la OMS recomienda 5 porciones de frutas y vegetales cada día, que
deberían representar 400 gramos.
En Colombia, los hidratos de carbono representan el 65% del valor calórico total
consumido cada día, mientras las grasas y las grasas saturadas significan el 35% y el 10%
respectivamente del valor calórico total diario9. Como punto de comparación, la
recomendación de la OMS para la ingesta diaria de grasas es la de que debería mantenerse
en menos del 30% del consumo total de alimentos. Al tema de los “gordos ricos” se añade
el hecho de que, en muchos países latinoamericanos, la obesidad puede ser percibida como
un símbolo de salud y estatus .
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia en 2005, el
63% de los niños colombianos de entre 6 y 23 meses nunca come frutas que contengan
vitamina A, y el 60% nunca come vegetales que contengan esa vitamina. La vitamina A
juega un papel importante en la formación y el mantenimiento de una piel, pelo y mucosas
saludables. Es necesaria, además, para el adecuado crecimiento de los huesos, el desarrollo
de los dientes y la reproducción. También ayuda a regular el sistema inmunitario. Además,
el 36% del total de la población nunca consume frutas, y el 28% nunca consume vegetales.
Entre los niños de entre 9 y 13 años, el 34% no comen frutas y el 31% no come vegetales.
Las dietas no equilibradas no están reservadas únicamente a los pobres sino que afectan a la
totalidad de la población, con consecuencias esperadas sobre los niveles de sobrepeso y
obesidad.
b) Actividad física
Junto a los hábitos no saludables en la dieta, la falta de actividad física también es un factor
que contribuye al sobrepeso y a la obesidad en los países latinoamericanos. El movimiento
desde las áreas rurales a las urbanas ha significado menos oportunidades de ejercicio y la
reducción de las actividades al aire libre, especialmente para los niños. El 32% del grupo
entre los 5 y los 8 años pasa de dos a tres horas diarias viendo la TV. El 18.9% del mismo
grupo de edad pasa 4 o más horas frente a la TV cada día. Entre los 9 y los 12 años, esta
tasa se incrementa al 36% que ve 2 a 3 horas diarias de TV, mientras el 24.7% la ve 4 horas
9
Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia en 2005
o más cada día10. Los ciudadanos de Bogotá son sedentarios el 75% de su tiempo libre.
Esta tendencia, que es similar en la mayor parte de los países latinoamericanos, ciertamente
ha contribuido al aumento de la obesidad en la región, especialmente cuando va asociada a
la elección de alimentos no saludables.
c) Madres e hijos
Como mencionamos arriba, este incremento en los niveles de obesidad afecta a las mujeres
más que a los niños. En efecto, éstas tienden a sacrificar su salud por la de su familia,
sobreviviendo con alimentos no saludables y tratando de alimentar a la familia con otros
mejores. Esto lleva a una alta tasa de obesidad en las mujeres que, a su vez, tiene
inesperadas repercusiones sobre los hijos.
No es raro encontrar en los países latinoamericanos madres obesas o con sobrepeso que no
alimentan bien a sus hijos. Aunque obesas, estas madres están a menudo anémicas y
pobremente alimentadas con una dieta carente de hierro y de micronutrientes esenciales.
A consecuencia de ello, los niños nacen a menudo bajos de peso; y debido a que comen
alimentos inadecuados al crecer, pasan la infancia bajos de peso. Paradójicamente, ello
puede aumentar el riesgo de obesidad, más tarde, a lo largo de sus vidas11.
El proceso responsable de ello se piensa que es el “metabolismo ahorrador”, una hipótesis
que postula que ciertos genes evolucionan para maximizar la eficiencia metabólica y la
conducta de búsqueda de alimento. Esto significa que los individuos con un historial de
desnutrición, cuando consiguen una situación de relativa abundancia de alimentos, están
predispuestos a enfermedades causadas por la ingesta nutricional excesiva, como la
obesidad, puesto que su metabolismo se ha alterado hacia la conservación de energía.
Aunque esto es sólo una hipótesis que todavía necesita de mayor investigación, podría
explicar por qué, cuando las madres obesas dan a luz niños bajos de peso, es más probable
que se encuentren problemas de sobrepeso al alcanzar aquellos la edad adulta.
4.
Consecuencias de la obesidad para los países latinoamericanos y Colombia
La primera consecuencia inmediata para los adultos que sufren de sobrepeso y de obesidad
es el mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Efectivamente, combinada con otros
factores de riesgo existentes en los países latinoamericanos, tales como el tabaco, la
hipertensión y la diabetes, la frecuencia de la obesidad se traduce en un incremento de las
enfermedades cardiovasculares. Esto es lo que parece que está sucediendo en la región
actualmente, en donde 31 de los 35 países pertenecientes a la región latinoamericana
muestran a las enfermedades cardiovasculares como la primera causa de muerte12. En
Colombia, actualmente clasificada en tercer lugar detrás de Brasil y México en cuanto al
10
Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia en 2005
Latin America’s urbanization is boosting obesity, B. Fraser, 2005
12
Estudio de Factores de Riesgo Coronario en Colombia)
11
nivel de obesidad de la población, la enfermedad cardiovascular es la que provoca más
muertes.
En los niños, la obesidad no llega a ser una preocupación inmediata para la salud, excepto
en los casos de obesidad mórbida (IMC de 40 o más). Esto no significa, sin embargo, que
la obesidad no tenga impacto sobre los niños: más bien las consecuencias son
frecuentemente psicológicas, como una baja autoestima, pobre aceptación por parte de los
compañeros y baja participación en actividades sociales y deportivas, como muestra un
estudio del International Journal of Obesity13. Igualmente preocupante es el tema de que la
obesidad continúa en la edad adulta, como muchos estudios sugieren: La influencia de la
obesidad infantil en la situación del adulto aumenta cuanto mayores son los niños.
5.
¿Dónde estamos hoy?
La mayor parte de la literatura utilizada para preparar este informe subraya la ausencia de
estudios recientes y globales sobre el tema de la obesidad en los países latinoamericanos. El
principal problema parece ser que los estudios que abarcan la totalidad de un país son raros,
si bien existen investigaciones por regiones, como es el caso de Colombia.
La falta de estudios exhaustivos significa frecuentemente que sólo podemos obtener un
cuadro fragmentario sobre la situación real en esta parte del mundo.
Además, el hecho de que existan grandes variaciones dentro del mismo país, con adultos
obesos viviendo con niños malnutridos en los mismos hogares, significa que es difícil
diseñar políticas nacionales coherentes en materia de salud pública.
Por lo que se refiere a la actuación pública, la literatura muestra también grandes
disparidades en este área, con países que todavía no han reconocido la profundidad de su
problema, mientras otros están ya promoviendo estilos de vida más saludables.
Este es el caso de Colombia, en donde la ciudad de Bogotá se ha dinamizado por lo que
respecta a la actividad física, especialmente a través de la creación de una amplia red de
rutas para bicicletas14. En cualquier caso, parece que las políticas de salud pública y varios
proyectos que buscan ralentizar la epidemia de obesidad en Latinoamérica necesitarán
trabajar sobre sus destinatarios clave: las mujeres y los niños.
13
14
Sobrepeso y obesidad en niños de preescolar de los países en desarrollo, R. Martorell, L. Khan, 2000
La promoción de estilos de vida activos y de los espacios urbanos saludables: La transformación cultural
y espacial de Bogotá, R. Montezuma, PAHO
Glosario de términos
IMC: Índice de masa corporal (IMC), es la relación entre peso y altura que se asocia con la
grasa corporal y el riesgo para la salud. La ecuación es IMC = peso del cuerpo en
kilogramos/altura en metros cuadrados. La investigación ha identificado los riesgos para la
salud vinculados a una amplia gama de IMC (tanto valores altos como bajos). El peso
normal se halla dentro de una gama IMC de 18 a 25. Un IMC de más de 25 se considera
sobrepeso, mientras la obesidad se considera que comienza con un IMC de 30 y la obesidad
mórbida con 40. Un IMC de 18-20 se considera malnutrición ligera, mientras la
malnutrición grave comienza cuando el IMC desciende de esos índices.
El sobrepeso: Es un estado entre el peso normal y la obesidad. En el sobrepeso, el IMC se
halla entre 25 y 30.
La obesidad: Es un estado muy por encima del peso normal. Tradicionalmente se ha
considerado que una persona es obesa si está más del 20 por ciento por encima de su peso
ideal. Dicho peso ideal deberá tener en cuenta la altura de la persona, la edad, el sexo, y la
anchura de hombros. Se dice que existe obesidad con un IMC de 30 y más (un IMC de 30
significa aproximadamente 30 libras de sobrepeso).