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Transcript
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el algodón " perenne" llamado
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a gran Erondosi­
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comunmente "nativo,
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Observaciones Entomológicas
Sobre el cultivo de Algodón en el Ies y cumple su ciclo ~
mente , En la práctica
dón. pues entre sus s
tivo de otras plantas:
Esto sucede en el pri
Departamento del Atlántico Vicente Velasco Llanos,
Entomólogo de la Estación Central Algodonera,
(Especial para la Revista ''Facultad Nacional de Agronomía'') ,
Comisionado por el Ministerio ,de la Economí a Nacional
para llevar a efecto los estudios relativos a las plagas del algo~
dón en la Costa Atlántica, me permito dar a conocer algunas
observaciones sobre tan importante problema, Para la ejecu~
ción de los trabaj,os de investigación respectivos, la Granja Al~
godonera del Atlántico ha puesto a mi disposición el personal
necesario y los elementos y equiops de su Laboratorio de En­
tomología,
Método general del cultivo,
Considero indispensable y oportuno dar una ligera expli­
cación acerca del método de cultivo generalmente seguido por
los plantadores de algodón de esta Zona, La necesidad de es­
lección el arbusto es tuar un corte con el el tallO hasta el suel te hacia la mitad d hasta que llega la é ra los próximos cul si a ras del suelo ( En este segun petencia de otroS millo y pastos,) CU Terminada I ffa que ha sido ción agrícola de sembrada de alg El propieta cultivo de tal al año tras año, e margen de utili Sin ningu
diciones, van
ta anotación se hará más visible al tratar el tema del estado
sanitario de las plantaciones,
Sabido es que a todo lo largo de la Costa Atlántica , con
-
593­
( 1)
Las esradís
un 73"/0 'd
'nes Entomológicas
'YO de Algodón en el
I1tO del Atlántico
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.tcente Velasco Llanos.
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ltad Nacional de Agronomía") .
jo ·de la Economia Nacional
ativos a las plagas del algo­
V1ito dar a conocer algunas
problema. Para la ejecu­
"\espectivos, la Granja AI­
'i disposición el personal
, su Laboratorio de En­
ligeras excepciones. se cultiva el algodón " perenne" llamado
comunmente "nativo'. Este algodón es de una gran frondosi­
dad. alcanzando alturas hasta de tres metros en terrenos férti­
les y cumple su ciclo vegetativo en nueve"'meses aproximada­
mente. En la práctica del cultivo nunca es exclusivo el algo­
dón. pues entre sus surcos la tierra es aprovechada para el cul­
tivo de otras plantas: maíz. millo. guandul. ajonjolí, yuca. etc .
Esto sucede en el primer año de cultivo. Para ' facilitar la reco­
lección el arbusto es " mancado", práctica que consiste en efec­
tuar un corte con el machete hasta la mitad del tronco y doblar
el tallo hasta el suelo . Terminada la recolección. ordinariamen··
te hacia la mitad de febrero, permanece la planta abandonada
hasta que llega la época de la nueva preparación del suelo pa­
ra los próximos cultivos; entonces el algodonero es cortado ca­
si a ras del suelo (soca).
En este segundo año de cultivo el algodón soporta la com­
petencia de otros cultivos (patilla. melón , maíz. yuca, guandul.
millo y pastos,) cu~as siembras se hacen gradualmente.
Terminada la recolección de esta segunda cosecha. la tie­
rra que ha sido obtenida por el campesino para una explota ­
ción agrícola de dos años. queda por cuenta
del
propietario
sembrada de álgodón y pastos (1) .
El propietario generalmente no vuelve a preocuparse del
cultivo de tal algodón y sólo se limita a efectuar la recolección
año tras año, en el caso de que la producción le deje algún
\
Ir una ligera expli­
mente seguido por
. necesidad de es­
~ema
margen de utilidad. que la justifique.
Sin ninguna atención, las plantas de algodón en esas con­
diciones. van extinguiéndose paulatinamente hasta que al cabo
del estado
( J)
Atlántica,
COH
Las estadísticas de la Cooperativa Algodonera del Atlántico arrojan
un 73% Ide cultiuadores !arrendatarios.
-594 ­
de varios años sólo quedan unas cuantas diseminadas en el te­
rreno que se convirtió en potrero. La práctica del cu !tivo arri­
ba mencionado no sufre variaciones ostensibles de un año a
otro, y por consiguiente son muchos los terrenos en el Atlán·
tico que están en tales condiciones.
Estado sanitario de las plantaciones.
Por lo tanto. si se considera que hay actualmente en toda
esta zona una gran cantidad de plantas abandonadas, criaderos
magníficos y perennes de toda suerte de insectos, fácil es com­
prender la situación sanitaria de los cultivos propiamente di­
chos . El cultivador tiene que soportar desde que siembra has­
ta que recolecta, la acción funesta de las plagas más diversas:
desde el insecto que ataca las pequeñas plantas hasta el que
mancha la fibra madura. Se suceden interminablemente y al­
gunas veces con caracteres tan devastadores, que en pocos
días arruinan muchas plantacione:; .
La longitud del ciclo vegetativo de la variedad que actual­
mente se cultiva, así como la práctica de "mancar " y "socar"
son factores muy importantes para la estabilidad y propaga­
ción de las diversas plagas , Desde el punto de vista entomo­
lógi.co, sería de desearse el cambio de la actual variedad por
una más precoz, tipo herbáceo; es este punto muy delicado que
debe de resolver cuanto antes la Sección de Genética de la
Gran¡,a Algodonera . En el caso de que ello se pueda efectuar.
se dar:a un paso en firme en la lucha. contra las plagas. Se fi­
jaría entonces una época de siembra y una época de veda obli­
gatoria, como se estila en las mejores zonas algonoderas del
mundo.
La aplicación de insecticidas tropieza aquí con graves difi­
-
595­
d plantas entre los
El sistema de cultivar otra c Iase e
culta des .
• ---oleo de máquinas essurcos de algodón hace ím"
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convlr 10 en potrero. La práctica del cultivo arri­
a mencIOnado no sufre variaciones ostensibles de un año a
otro, y por consiguiente Son muchos 1
os terrenos en el Atlán­
tico que están en tales condiciones.
él
Estadr­
La altura y frondosidad de las plantas, además de dificul­
tar enormemente una espolvoreación normal y eficaz, la hace
''!s plantaciones.
culta des . El sistema de cultivar otra clase de plantas entre los
surcos de algodón hace imposible el empleo de máquinas es­
polvoreadoras pesadas; la represión, pues, se tiene que llevar
cabo únicamente con espolvoreadoras manuales.
antieconómica . Es esto tan cierto que sería imposible exigirle
~onsidera que hay actualmente en toda
lad de plantas abandonadas , criaderos
~oda suerte de insectos. fácil es com­
.ria de los cultivos propiamente di­
e soportar desde que siembra has­
esta de la s plagas más diversas :
• pequeñas plantas hasta el que
ceden interminablemente y al­
devastadores , que en pocos
s.
vo de la variedad que actual­
ica de " mancar" y "socar"
al cultivador, por el momento, la práctica de las espolvoreacio­
nes indicadas con sus propios recursos , pues es muy alto
el
costo de la espolvoreación por unidad de superficie y muy bajo
el margen de utilidad de la producción actual .
Hasta el presente ha correspondido a los gobiernos de­
partamental y nacional la represión de las plagas del a lgodón
en la Costa Atlántica. Ella se ha llevado a cabo ID¿IS que todo
como un programa demostrativo y es fácil comprender que en
esas condiciones dicha represión no podrá hacerse con la in­
tensidad requerida y consultando todos los factores que inter­
vienen en una campaña de erradicación de plagas.
Considero de necesidad imprescindible la destrucción de
\ la estabilidad y propaga ­
los algodonales abandonados . Quien conozca la situación ac­
'el punto de vista entomo ­
tual de campesinos y propietarios, descarta la posibilidad de
obligarlos a tomar a su cargo tal medida . Por lo tanto, consi­
~ la actual variedad por
punto muy delicado que
\ n de Genética de la
dero que el Gobierno debe organizar una campaña en tal sen­
tido. con personal, maquinaria y atribuciones especiales.
. ~llo se pueda efectuar,
Sin la ejecución de un programa completo de carácter sa ­
tra las plagas. Se fi ­
\ ,época de veda obli­
s a/gonoderas
nitario, creo que son pocas las posibilidades de aumentar b
producción en esta Zona, '
del
Plagas del Algodón.
'j con graves difi­
Alrededor de unas cincuenta especies de insectos he en­
-
596­
contra do y reconocido alimentándose de los diversos órganos
del algodonero. Afortunadamente no pasan de ocho las espe­
cies que se puedan considerar como plagas. pues las otras, aun
que ocasionan perjuicios y disturbios a la planta, no tienen por
momento la importancia ni las caracteristicas de aquellas. No
obstante, sucede con frecuencia que insectos que pasan inad­
vertidos para la mayoría de los cultivadores, son de grande im­
las flores y las cápsulas del algodonero . Pro~i.1r~ la c~ída ~
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" de estos órganos (shedding) y dtsmtnuye a pro
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rea ~: estado adulto , el Elatyedra es una pequeña atll20S
portancia económica, y que otros, que no han sido catalogados
como altamente perjudiciales, de un momento a otro vuelven
como tales, haciendo apariciones esporádicas fatales las más de
de hábitos nocturnos,
transversal en las a'
mente punteadas e
ta 400) en las dive
las veces para la producción general.
mente en las cáps Gusano rosado americano.
eclosionan al cabo Las larvas, al (Plaf y edra gossypir:({a 'lSaunders).
Este insecto constituye una de las plagas más comunes y
perjudiciales en la mayoría de las zonas algodoneras del mu,n­
do . Es el "pink bollworm" de los Estados Unidos . Fue traí­
do a la Costa Atlántica posiblemente de las Islas de San
An­
drés y Providencia, pues el doctor Luis M . Murillo lo encon­
tró en 1936 en un cargamento de semillas provenientes de ta­
les Islas. Posteriormetne, en 1938, fue encontrado por el jefe
de la Campaña de Algodón, Dr. Lince, y por el Genetista de
la Granja Algodonera, señor Viricq , atacando directamente las
plantaciones de algodón de la Costa. Su distribución se remi­
te hasta el momento a los Departamentos del Atlántico y Mag­
dalena. La infestación en ellos no ha revestido todavía carac­
teres alarmantes , y es el momento de llevar a efecto una cam­
paña metodizada con el fin de erradicarlo, o por lo menos de
limitarlo exclusivamente a esta Zona .
El gusano rosado americano ataca los capullos
-
597­
florales,
de sus semillas, pe atacar las flores y hasta de 12 milímet Está ampliamente c dra hay algunas Ila cer, sin evolucionar más de dos años, ambientales. Cuando la lar y se deja caer al su tros se empupa. Fr tro de la misma cá de una sola semilla de las cuales perm nudo se encuentra los residuos de la contra do y reconocido alimentándose de íos d'
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lO menos de
florales,
las flores y las cápsulas del algodonero. Procura la caída o
"derrame" de estos órganos (shedding) y disminuye la pro­
ducción (hasta en un 40% ) en las zonas altamente infestadas.
Al atacar las cápsulas se alimenta preferentemente de las se­
millas en donde se le encuentra comunmente albergado. Ade­
más , su ataque demerita la fibra que aparece ligeramente colo­
reada y disminuida su resistencia.
En estado adulto, el Platyedra es una pequeña mariposa
de hábitos nocturnos, de color gris, con una franja oscura
transversal en las alas delanteras que son angostas y ligera ­
mente punteadas en las extremidades. Pone sus huevos (has­
ta 400) en las diversas partes del algodonero, pero especial­
mente en las cápsulas. Los huevos, de color blanco-grisáseo,
eclosionan al cabo de unos 4 a 6 días .
Las larvas . al nacer, taladran la cápsula para alimentarse
de sus semillas, pero si aún no se han for:nado éstas, puede
atacar las flores y capullos floré¡)es. Alcanzan una longítud
hasta de ) 2 milímetros y duran en este estado de 20 a 30 días.
Está ampliamente comprobado que entre las larvas de Platye­
dra hay algunas llamadas de ciclo largo que pueden permane­
cer, sin evolucionar, en estado de descanso (diapausa) hasta
más de dos años, cuando no le son propicias las condiciones
ambientales.
Cuando la larva está bíen desarrollada sale de la cápsula
y se deja caer al suelo, y a una profundidad de cinco centíme­
tros se empupa. Frecuentemente pasa este estado también den­
tro de la misma cápsula; para ello se introduce en el cascarón
de una sola semilla, o bien junta dos semillas atacadas dentro
de las cuales permanece hasta que cumple este estado . A me­
nudo se encuentran también larvas y pupas refugiadas entre
los residuos de la vegetación y los restos de los capullos dise­
-
598­
•
minados en el suelo . Después de lOa 20 días sale la maripo­
sa que principia a poner sus huevos pocos días después para
Comenzar un n .... ··­
Gúsano rosado colombiano.
(Sacadodes pyrallis Dyar).
lrio evitar por todos los me­
He querido darle el nombre de "colombiano" a este gusa­
no rosado no solamente para diferenciarlo del "amerkano" si­
e nuevo y pérjudicial insec­
'atas y elementos para una
ensable prohibir el trans­
semillas de algodón, de
no porque él es ampliamente conocido en todas las zonas algo­
doneras de Colombia . Su ocurrencia indica que es nativo de
nuestro pais; sólo se que haya reportes de él en Venezuela y
en Trinidad .
sacos que hayan cante­
a semilla es un buen ve-
Por el momento constituye la plaga del algodón que más
atención debe merecer. tanto por los considerables daños que
causa como por la dificultad de Su control . Sus apariciones se
)naJes del interior
del país
Illigación en Barranqui­
¡iere evitar perjuicios
Sanidad Vegetal del
'Olaboraría en el caso
\
¡acional de Algodón
'ales como la de im­
I
semillas desinfec­
la Granja Algodo­
temente una des ­
mbién es medida
ctadoras de se­
'smo que obliga.
'e todos los re­
'Asi por lo me­
iecto propicia­
I.e distribuyen
'nbras a-cos-
van sucediendo continuamente desde que brotan los primeros
CélpulIos florales hasta que se lleva a fin la recolección. Su
propagación se hace propicia en toda época, pues tanto en in­
vierno como en verano ataca los capullos, flores y cápsulas del
algodonero . A medida que las plantas se van desarrollando,
va aumenti.ll1do también la multiplicación del insecto, logrando
su más fuerte daño cuando las cápsulas han llegado a su com­
pleto crecimiento.
El gusano rosado colombiano tiene una longitud promedia
de unos 32 milímetros, mientras que la larva del Platyedra, co­
mo y.J se dijo, tiene 12 milímetros. El adulto, una mariposa de
color acanelado. pone sus huevos (hasta 256) sobre las borras,
brácteas. flores. hojas y ángulos foliares del algodonero. Es­
tos huveos incuban en 4 a 6 días naciendo de ellos larvas ro­
sadas que se introducen en las cápsulas para
alimentarse de
las semillas .
Cuando el gusano llega a su máximo desarrollo (después
de 13 a 18 días) cae al suelo en donde se empupa a una pro­
fundidad de 5 a 10 centímetros. permaneciendo en este estado
-600­
•
de 20 a 25 dias. De tales pupas salen las mariposas que dos
días después principiarán a poner sus huevos para iniciar un
nuevo ciclo vital.
Por razones de su tamaño y de sus hábitos de vida la Sa­
cadodes pyrallis no puede propagarse por medio de la semilla,
como sucede con la Platyedra . Por lo tanto hay que descartar
el control propuesto por éste, consistente en la desinfe.cción de
las semillas. El control se remite a procedimientos mecánicos.
químicos y biológicos.
Entre los medios mecánicos da resultados eficaces la ara­
dura y rastrillada frecuente de los terrenos. Con ello se con­
sigue la destrucción de una buena cantidad de pupas que se
encuentren en tales suelos .
Con relación a los procedimientos químkos , no puedo, por
el momento, dar conclusiones dennitiv as . Proyecté en Armero
un estudio sobre la acción del arseniato de calcio sobre este
gusa no y y consegui datos estadísticos sobre tres cosechas con­
tinuas. Para la termina ción y publicación de este estudio m~
falta sólo recoger algunos datos imprescindibles , Jos que lleva­
ré a nn a la primera oportunidad .
En cuanto a los medios biológicos, considero de grande im­
portancia la siembra obligatoria de variedades herbáceas -en
el caso de que ello sea recomendable para la Costa- con el
fin de procurar una época de veda. Además de esto, es ne­
cesario la destrucción de los algodonales abandonados y la ro­
tación de los cultivos .
La cria y propagación de la ApanteJes thurberiae Mues. ,
endoparástito de las larvas de Sacadodes, es de excepcional im­
portancia como control biológico de tal plaga y debe merecer,
por consiguiente, la atención especial de las Instituciones de
Investigación . Este insecto, estudiado ya en el pais, se com­
-
601­
.d.a en condicio~
arásito altamente e fi caz; su VI
.
porta como un p
1 udiéndos e reproduCIr
.
bastante norma, P
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d proyecto respectivo que a a
mente ligados a él.
Gusano de la hoja. (Alabarna argi/lac ca H übner). El gusano cortador .
plaga que más perjuicio
· o . Está diseminada
b 13n
Zo ostensible desde que dustriales de Colombia. Aunque no constit control, ya que los dist ces para reprimir esta si segura, que el culti carse él este cultivo. E tación no haya sufrid destructora de esta pI Alabaroa . que es esp plantas jóvenes como El adulto del Al
su coloración es acan
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na cantidad de pupas que
porta como un parásito aÍtamente eRcaz; su vida en condicio­
nes de laboratorio es bastante normal, pudiéndose
reproducir
con altos porcentil jes de rendimiento. Sólo falta efectuar los
estudios relativos a la propagilción del parásito para fines in­
dustriales ,
Me propongo llevar a cabo el estudio en referen­
cia a la mayor brevedad posible, para lo cual estoy preparando
el proyecto respectivo que abarcará diversos tópicos estrecha ­
mente ligados a él.
Gusano de la hoja.
(Alabama llrgillacca Hübner) ,
se
El gusano cortador de la hoja del algodonero es talvez la
ntos químicos, no puedo, por
~itiva s . Proyecté en A
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este
s sobre tres cosechas con­
ación de este estudio m~
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plaga que más perjuicios ha ocasionado al cultivador colom­
biano. Está di seminada por todo el paí·s y su presencia se hi­
zo ostensible desde que se ini<:iaron las primeras siembras in­
dustriilles de Colombia,
Aunque no constituye problema propiamente
dicho
de
control, ya que los distintos insecticidas estomacales son efica­
ces para reprimir esta plaga , sí es obJdo de una inversión, ca­
')nsidero de grande im­
iades herbáceas --en
'1 la Costa__ con el
-nás de esto, es ne­
\ndonados y la ro­
o
~urberiae Mues "
excepcional im­
debe merecer,
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'aís, se com­
si segura, que el cultivador tiene que preveer antes de dedi­
Cilrse a este cultivo . En efecto, raro es el caso de que una plan­
tación no haya sufrido, durante su cido vegetativo, la acción
destructora de esta plaga , No hay que perder de vista que el
Alabama , que es especifico del algodonero, ataca tanto a las
plantas jóvenes como a las desarrolladas ,
El adulto del Alabama tiene la apariencia de una polilla:
su coloración es acanelada con ligeros reflejos bermejos.
Las
alas delanteras son triangulares y casi en el centro de ellas se
encuentr;:m sendas manchils grises rodeadas por un borde ne­
gro y aparentemente en forma de un 8,
-
602­
Sus hábitos son noc­
Dysdercus fulvoniger
turnos.
Efectúa sus postura s generalmente en la cara inferior
de las hojas; pone durante su vida alrededor de 400 a 600 hue­
vos . Estos. de coloración f' erde-azulosa, eclosionan al cabo de
lumbicus Bloete, y en
ruvíanus Guer .
Este insf'r'
3 a 5 días . De ellos nacen larvas verduzcas que se alimentan
de las hojas del algodonero durante unos 8 a 10 días . La co ­
loración de la larva varia os tensiblemente ; así es común encon­
la clasi n.ca
trar , en una misma plantación, gusanos verdes , pardos, negros,
hre un c bacteríale las" o Stl etc. No obstante , predomina el color verde en las larvas que
atacan los cultivos jóvenes, así como la coloración negra es más
común en plantaciones desarrolladas .
las cápsu'
su caida.' El insecticida empleado en la Costa Atlántica es el Arse­
Esta niato de Calcio . Se usa mezclado con cal comercial en propor­
frecuente dones que varí3n e ntre 1 x 2 y 2 x 3. La aplicación de este
el manch insecticida se efectúa por medio de espolvoreadoras manuales ,
producció
al cultiva
de dos tipos, pues como antes se dijo, el sistema de cultivo im­
posibilita la libre acción de espolvoreadoras de mayor capaci­
dilcl y de mús efe ctividad y economía.
Hast
se pueda
Tanto la larva como las pupas de Alabama tienen muchos
ción por
enemigos naturales que disminuyen altamente la acción nociva
pué: de
de esta plaga. Los más importantes son : tres mosca s (Sarco­
los y la h
phaga sp . -
nuir la p
Phorocera sp. -
Archytas sp. ) ;
una
avispa
(Subfam. Polistinae); la Rogas sp.; la Brachymeria comítator
Wk . y la Brachymeria ovata Say.
(Apllis y o
M anchador del algodón.
(Dysdercus sp.)
Free
plantacio
En las diversas zonas algodoneras del país es muy común
tras plan
este insecto chupador que ataca las cápsulas y mancha la fibra
ño y su
más com
del algodón. Se le encuentra además, sobre mu chas malváceas
silvestres. Constituye una verdadera plaga en el Atlántico el
-
603 ­
1 Dysdercus co­
De Geer; en Armero, e
el Valle de Medellin, el dysdercus pe­
turnos. Efectúa sus postura s generalmente en la cara inferior
de tas hojas; pone durante su vida alrededor de 400 a 600 hue­
vos. Estos, de coloracio'n ver d e-azu 1osa, eclosionan al cabo de
3 a 5 días .. n ..
-'as verduzcas que se alimentan
nte unos 8 a 10 días . La co­
'emente; así es común encon­
anos verdes, pardos, negros,
'or verde en las larvas que
la coloración ' negra es más
Dysdercus fulvoniger De Geer; en Armero, el Dysdercus co­
lumbicus Bloete, y en el Valle de Medellín, el dysdercus pe­
ruvianus Guer.
Este insecto, además de manchar la fibra demeritandola en
la clasificación comercial , procura el desarrollo defectuoso de
las capsulas atacadas, la dehiscencia anormal de ellas y aún
su caída . Pero el daño más grave e importante que ejerce so­
bre un cultivo lo causa al trasmitir los organismos fungosos y
bacteria les que producen '"la pudrición interna de las cápsu­
las" o Stigmatomycosis.
sta Atlántica es el Arse­
Esta pudrición, así como la caída de las cápsulas, es muy
cal comercial en prOpor­
frecuente en los algodon;¡les del Atlántico, en donde abunda
. La aplicación de este
el manchador. Su acción se traduce en una disminución de la
olvoreadoras manuales ,
producción final. ocasionando. por lo tanto, graves perjuicios
\1 sistema de cultivo im­
al cultivador .
oras de mayor capaci­
Hasta ahora no existe ningún medio de control directo que
,
labama tienen muchos
ente la acción nociva
tres mOScas (Sarco­
sp.);
una
avispa
t-chymeria comitator
se pueda aconsejar. Algunas medidas, tales como la destruc­
ción por el fuego de los residuos que quedan en el campo des­
pués de la recolección, las araduras y rastrilladas de los sue­
los y la limpieza constante de los cultivos, contribuyen a dismi­
nuir la propagación de la plaga.
El Pulgón del algodonero.
(Aphr"s gossypii Clo".) .
Frecuentemente se encuentra este insecto atacando
s es muy común
mancha la fibra
:has malváceas
~l Atlántico el
plantaciones de algodón de la Costa, como también muchas
las
0­
trils plantas cultivadas y silvestres . Es muy pequeño de tama­
ño y su coloración es variable, siendo la verde-amarillenta la
más común. Su poder prolífico es muy alto y su desarrollo muy
- 604 ­
rápido, ya que las larvas hijas de hembras vivíparas alcanzan
Su estado adulto en sólo 8 días.
En una infestación grave se encuentran por centenares en
el envés de las hojas y en lo,s retoños . Produce el arrugamien­
a como un insecto
.
t se comporta no Y
1
ctificación,
el
1l1sec
o
.
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cortador de hojas, Silla :ue
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Pcrforándol y a Imen semejante a 1 efectuado por el He iot 15
causa en este casO es
to de las hojas (tHybosis), debilitando grandemente las plantas
obsoleta F .
Los insecticidas
y ocasionando la reducción de la producción. Sus consecuen­
para su control . De~:
cias son más graves cuando aparece como plaga en plantacio­
nes jóvenes, pues no sólo detiene el desarrollo de las
planta~
afectadas, sino que llega a provocar la caída de las hojas.
Este insecto posee un par de tubos caudales por medio de
los cuales segrega jugos azucarados
que favore·cen el creci­
miento de varios hongos (fumagina); estos cubren la superfi­
cie de la hoja de una película negra e impiden que la planta se
desarrolle normalmente.
Puede controlarse con espolvoreaciones de sulfato de ni­
cotina (d e 4Ü\?( ) mezclado ·con cal apagada , en proporción de
6 partes de aquel por 100 de ésta. El pulgón tiene muchos ene­
migos naturales en esta Zona, entre los cu~les se destaca la
(1'
ción sistemática de :
de algodón, pues ca
misma plantación .
Ha, es conveniente
de la plantación de
en la Costa Atlántí
intercalados entre 1
.. de esta
Clan
. plaga.
El MorrocOYo del
(EpitrBglI~ /lurulcntus
Cycloneda sanguinea L. que es un insecto predator, y el Ly­
siphlcbus tcstaceipes, que es un endoparásito.
es muy frecuente e
. , m il
temente e1 mal!
El,gusano de la hoja y de la cE1psuLa.
(Lapr..ygmB lrugipcrdB S . {1 A.).
Se le encuentr
gunos de los órgan
Este gusano, que prefiere algunas gramíneas para alimen­
tarse, ataca también al algodonero ocasionándole algunos per­
Juicios . . Se le encuentra frecuentemente alimentándose tanto de
los cogollos del maíz , como de sus mazorcas.
son graves, pues al arruinarlas en pocos días, obliga al cultiva­
-605 ­
frutos, los que cae
linos y Otl. 'OS" La la
ataca las plantas jó
a poca profundidad
Cuando ataca las plantas jóvenes de algodón sus daños
dar a efectuar una nueva siembra. Más tarde, al empezar
frutos,) aunque el m
la
la altura del cueHo
chita miento .
rápido, ya que las larvas hiJ'as de h b
em ras vivíparas alcanzan
Su estado adulto en sólo 8 d'las ,
E~ un<l infestación grave se encuentran por centenares en
el enves de las hojas y en los retoños P d I '
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o e as hOjas (tHybosis). debilitando grandemente las plantas
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to aparece ,como plaga en plantacio­
ietiene el desarrollo de las planta~
WOvocar la caída de las hojas .
• de tubos caudales por medio de
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que favorecen el creci­
~ina); estos cubren la superR­
ra e impiden que la planta se
'reaciones de sul fato de ni ­
pagada, en proporción de
pulgón tiene muchos ene­
'os cuales se destaca la
fructificación, el insecto se comporta no ya como un insecto
cortador de hojas , sino que ataca directamente las cápsulas,
perforándolas y alimentándose de su contenido. El daño que
causa en este caso es semejante al efectuado por el Heliothis
obsoleta F.
Los insecticidas arsenkales han dado buenos resultados
para su control. Debe de procurarse, en todo caso, la destruc ­
ción sistemática de las larvas que ataquen las plantas jóvenes
de algodón, pues con ello se evitan perjuicios poste,r iores en la
misma plantación. Como el Laphygma prefiere el maíz y el mi­
llo, es conveniente evitar las siembras de dichos cultivos cerca
de la plantación de algodón . La práctica que se lleva a cabo
en la Costa Atlñntka, en donde los mencionados cultivos son
intercalados entre los surcos de algodón, favorece la propaga­
ción de esta plaga .
El Morrocoyo del algodón. '
(Epitragus flll ntlcntus Kirsch) ,
~cto
predator, y el Ly­
'· ásito.
~ as
para alimen ­
le algunos per­
,dose tanto de
Este coleóptero, de forma ovalada y de color gris oscuro,
es muy frecuente en los cultivos de algodón. Ataca preferen­
temente el maíz, millo , citrus, etc .
Se le encuentra alimentándose , en estado adulto, de al­
gunos de los órganos del algodonero (hojas, capullos, flores y
frutos.) aunque el mayor daño lo efectúa al atacar las flores y
frutos, los que roe en su parte basal. procurando la caída de
U110S y otros . La larva de este insecto también es dañina, pues
ataca las plantas jóvenes o recién germinadas; vive enterrada
1
sus daños
al cultiva­
'pezar la
a poca profundidad y su daño se remite a destruír la corteza a
la altura del cuello de la planta joven, produciendo su mar­
chitamiento .
-
606­
En el caso de que haya una fuerte infestación de estos in­
sectos en estadó adulto, las espolvorei.1ciones arsenicales pro­
ducen buen resultado para su control,
Xilomiges sunia Guen .
' latisfascia Wlk .
P ro d eOla
. doctorium Dyar.
A. nomls
Elaphría sp.
Bucculatrix thurberiella Busck.
Sta\.
Leptinotarsa undecimlinea ta
La sarna o verruga del aLgodón.
(Eriophycs gossypii).
Diabrotic a speciosa Germ.
Cuando los cultivos de algodón tienen un desa rrollo avan­
zado es muy frecuente encontrar plantas cuyos di s tintos órga­
nos están cubiertos por infinidad de verrugas o agallas de dife­
rentes formas y tamaños.
Estas hipertrofias son producidas por un ácaro microscó­
Lema diva lis Clark .
Diphaul aca aulica 01iv.
Rhabdopterus sp.
orticum Kirsch.
P
Calopterum "._nir1l m J.
- - - - _....- - - - - - - - - - - - _..­
Calopteru11'
pico que vive dentro de ellas . Las plantas atacadas se debilitan,
Schísto
detienen su desarrollo, se defolian y pueden marchitarse; co­
MicrO
mo consecuencia directa, se reduce la producción ,
Como la propagación de este ácaro es muy rápida,
con­
Emp
viene arrancar y quemar las plantas infestadas tan pronto como
Cica
aparezcan dentro o fuera de la plantación.
Insectos secundarios.
Existe en la Costa Atlántica un gran número de especies
que atacan las distintos partes del algodonero y qu'e hasta aho­
ra son de escasa importancia económica.
Como
información
Insectos
Arol
Hyp\
científica, cito las especies principales, determínadas por el Bu­
reau of Entomology and Plant Quarantine , Washington, D.
c.:
Insecto
He!
Insectos cortadores de tallos de plantas jóvenes:
Agrotis ypsilon Rott .
Feltia sp.
Insectos que atacan las hojas:
-
607 ' ­
En el caso de que haya una fuerte infestación de estos in­
sectos en estado adulto, las espolvoreaciones arsenicales pro­
ducen buen resultado para su control.
XiJomiges sunia Guen. Prod cnia latisfas cia Wlk. Anomis doctorium Oyar. La sarna o l>~--'~'><l del algodón,
(Eritv
Elaphria sp. '
Bucculatrix thurberieIla Busck . Leptinotarsa undccimlineata Sta!. de algodón tienen un desarrollo avan­
Oiabrotica speciosa Germ. contrar plantas cuyos distintos órga­
Lema diva).¡s Clark. ~nidad de verrugas o agallas de difc­
LJiphaulaca aulica Oliv. Rhabdopterus sp. roducidas por un ácaro microscó­
Las plantas atacadas se debilitan,
olian y pueden marchitarse ; co­
Calopterum porticum Kirsch . Calopterum tropicum L . Schistocerca paranensis Burm. Microce ntrum concisum Brunner. te ácaro es muy rápida , con­
'as infestadas tan pronto Como
ntación .
Comsus sp. Empoasca sp. Cicadella sp. Euriophthalmus Vi1rians Stal . Sphictyrtus intermedius Stal. gran número de especies
ldonero y que hasta aho­
Como información
. ~terminadas por el Bu­
. , Washington, O .
c.:
Insectos que atacan las flores :
Aeolus sp.
H ypsclonotus fulvus venosus F.
Insecto que a t a ca la< •s cápsulas:
Heliothis obsoleta F.
'e nes:
-
6OS­