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66 SG/13/GT2
Original: Inglés
Octubre de 1997
INFORME DE LA REUNIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO DE LA OIE
SOBRE ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES SALVAJES
París, 7 - 9 de octubre de 1997
_____
El Grupo celebró su reunión del 7 al 9 de octubre de 1997 en la Oficina Central de la OIE. Inauguró la reunión el Dr. J.
Blancou, Director General de la OIE, quien dio la bienvenida a los participantes (Anexo I). Se eligió Presidente de la
reunión al Dr. M.H. Woodford y relatores a los Dres. V. Nettles y M. Artois. Se aprobó el temario que figura en el
Anexo II.
1.
Resumen epidemiológico de algunas enfermedades de los animales salvajes, 1996-1997
Enfermedades de la Lista A
Peste bovina
Desde 1994 una epizootia de peste bovina se ha señalado en rumiantes salvajes de Africa oriental. Se diagnosticó por
primera vez en el Parque Nacional Tsavo (1994), en el Parque Nacional Meru (1995), en el Parque Nacional Amboseli
(1995) y en el Parque Nacional de Nairobi (1996). Se registraron síntomas clínicos o mortalidad en las siguientes
especies: búfalo (Syncerus caffer), cudú mayor (Tragelaphus strepsiceros), cudú menor (Tragelaphus imberbis),
antílope enjaezado (Tragelaphus scriptus), elán del Cabo (Taurotragus oryx) y jirafa (Giraffa camelopardalis).
Ulteriormente se ha sabido que la peste bovina sigue presente con menos intensidad en la fauna salvaje de algunas
zonas de Kenia, pero la campaña de vacunación masiva, al reducir la difusión de la infección, ha dado resultados
positivos.
En 1997 una enfermedad epidémica que afecta al búfalo, el antílope enjaezado y el dic-dic de Kirk (Madoqua kirki),
fue señalada en el Parque Nacional de Arusha, en Tanzania. La investigación preliminar reveló que esta enfermedad
tenía una apariencia clínica muy similar a la de la peste bovina, pero el diagnóstico no ha sido confirmado en
laboratorio. Los resultados negativos de las pruebas serológicas practicadas recientemente en muestras de animales de
Serengeti (campamento de Klein) y del cráter de Ngorongoro parecen indicar que la enfermedad no se ha difundido
hacia el oeste. Se procede actualmente a una evaluación de riesgos y un seguimiento epidemiológico intensificado,
junto con la vacunación del ganado.
Fiebre aftosa
Un foco de fiebre aftosa en impalas (Aepyceros melampus) sobre el que se había informado el año pasado en el sudeste
del Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica, pareció alcanzar su punto final en el plano clínico en septiembre de 1996. La
cepa viral de tipo SAT2 involucrada en este foco que afectó a impalas también se aisló en un rebaño de búfalos
(Syncerus caffer) en la misma zona del Parque Kruger. Las cepas aisladas evidenciaron la función epidemiológica que
puede desempeñar el búfalo como reservorio del virus.
No se pudo aislar el virus de la fiebre aftosa en las muestras de amígdalas o del epitelio faríngeo tomadas al azar en
impalas de la zona del foco 6 a 12 semanas después de su inicio, aun cuando varios de estos animales tenían antiguas
lesiones en las pezuñas y 33% presentaban anticuerpos contra el virus. Parece, por lo tanto, que el impala no cumple
una función importante como reservorio durante los intervalos entre epizootias.
En Zimbabue, un foco de fiebre aftosa provocado por un virus de tipo SAT2 se presentó en bovinos de una región
próxima a la reserva Save Wildlife. La secuenciación de los nucleótidos de la cepa del virus demostró que esta
infección tenía su origen en búfalos de la reserva. Como una doble barrera impide el contacto entre el ganado y los
búfalos, se está investigando la posibilidad de que otros animales salvajes sean la fuente de la infección.
También se informó de presuntos casos de fiebre aftosa (no confirmados) en impalas del Parque Nacional del Lago
Mburo, en Uganda, y en jirafas jóvenes en Laïkipia, en Kenia.
Se ha señalado un foco de fiebre aftosa en un rebaño semi-cautivo de órices de Arabia (Oryx leucoryx) en Qatar. Es el
primer caso de fiebre aftosa señalado en esta especie. Se trataba de un virus de tipo Asia.
Enfermedad de Newcastle
Se aisló un virus de la enfermedad de Newcastle en cadáveres de cormoranes de doble cresta (Phalacrocorax auritus)
que estaban anidando en el extremo sudoriental del mar Salton en California (Estados Unidos de América). Se
encontraron más de 1.600 aves muertas y muchas sobrevivientes presentaban signos de afecciones neurológicas,
particularmente parálisis de las patas o las alas. Se determinó que el virus aislado pertenecía a una cepa mesogénica
moderadamente patógena para los pollos. También se encontraron signos de la enfermedad de Newcastle en
cormoranes de doble cresta en otros dos lugares de los Estados Unidos, a saber, el Refugio de aves migratorias de Bear
River, en Utah (junio-julio de 1997) y el río Columbia en el condado de Clatsop, en el Estado de Oregón. Se está
estudiando la patogenicidad de estos virus.
En agosto de 1996, veterinarios canadienses especializados en animales salvajes informaron sobre la presencia de la
enfermedad de Newcastle en cormoranes. Las aves procedían del extremo oriental del Lago Ontario, de una colonia
que había sido infectada en 1995. El virus de la enfermedad de Newcastle fue aislado por Agriculture and Agri-Food
Canada. Se informó de un caso probable en un cormorán de doble cresta en Nueva Brunswick (Canadá), en octubre de
1996. El ave tenía lesiones compatibles con la enfermedad y una prueba inmunohistoquímica dio resultados positivos,
pero no se aisló el virus.
Se informó de casos de la enfermedad de Newcastle en Finlandia, en palomas (Columba sp.) y en serretas grandes
(Mergus merganser).
En enero de 1997 la enfermedad de Newcastle afectó a un criadero industrial de pollos en Hereford (Reino Unido). Se
sospechó, sin que se llegara a probarlo, que el origen de la infección eran aves salvajes migratorias.
Los resultados preliminares de un extenso estudio serológico de aves salvajes y comensales en Suiza no han revelado
exposición alguna al virus de la enfermedad de Newcastle.
Peste porcina clásica
La peste porcina clásica es todavía prevalente en varios focos limitados en jabalíes (Sus scrofa), principalmente en
Francia, Alemania e Italia (incluyendo a Cerdeña). No se informó de nuevos casos en Austria tras el foco ocurrido a
principios de 1996, cerca de la frontera con Eslovaquia. En la zona de Varese, en Italia, cerca de la frontera suiza, se ha
registrado un nuevo foco (se aislaron tres virus y murieron 50 a 60 jabalíes).
2
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
La relación entre los reservorios del virus de la peste porcina clásica en cerdos domésticos y los de los cerdos salvajes
es objeto de controversia. Hasta el momento, según los informes, no se han reportado nuevos focos en jabalíes después
de la intensa epidemia que afecta actualmente a los criaderos de cerdos en los Países Bajos. Una extensa vigilancia
serológica practicada en Francia desde hace varios años no ha revelado la existencia de anticuerpos fuera de las zonas
infectadas de Moselle y Bas-Rhin. Por otra parte, algunos de los focos recientemente registrados no han disminuido
espontáneamente como se esperaba. Se teme actualmente una situación endémica localizada, y los expertos de la Unión
Europea estudian actualmente métodos apropiados para manejar esta situación.
Enfermedades de la Lista B
Carbunco bacteridiano
El carbunco bacteridiano está difundido en todo el mundo y su presencia ha sido documentada en numerosos
ungulados, carnívoros, perisodáctilos y elefantes.
En 1996 se señalaron los siguientes focos en animales salvajes:
a)
En el Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica, se confirmaron cuatro casos positivos de carbunco en la zona
endémica del extremo septentrional del Parque: se trataba de un elefante (Loxodonta africana), dos impalas
(Aepyceros melampus) y un cudú mayor (Tragelaphus strepsiceros).
b)
En Namibia, sobre todo en el Parque Nacional Etosha, se confirmó la presencia del carbunco bacteridiano en
20 gnúes azules (Connochaetes taurinus), tres guepardos (Acinonyx jubatus), seis elefantes, dos órices del
Cabo (Oryx gazella), dos cudúes mayores, un rinoceronte negro (Diceros bicornis), un antílope negro
(Hippotragus niger), una gacela saltarina (Antidorcas marsupialis) y 25 cebras de Burchell (Equus burchelli).
c)
En Uganda se diagnosticó el carbunco bacteridiano en cobos (Kobus cob) en el Parque Nacional Queen
Elizabeth.
d)
En los Estados Unidos de América, el carbunco bacteridiano ha afectado al venado de cola blanca (Odocoileus
virginianus) y al ganado en Texas.
Enfermedad de Aujeszky
Estudios realizados en tres universidades han revelado que los virus de la seudorrabia hallados en jabalíes (Sus scrofa)
en los Estados Unidos de América se encuentran con más frecuencia en el aparato genital que en la mucosa nasal o en
las amígdalas. Al infectarse, los jabalíes machos excretan grandes cantidades de virus por el prepucio; las hembras
tienden a emitir cantidades inferiores. Las infecciones experimentales de jabalíes con virus de la enfermedad de
Aujeszky aislados en jabalíes han demostrado que el virus puede transmitirse, en una medida limitada, por aerosol o
canibalismo, pero las observaciones de terreno realizadas hasta la fecha indican que la vía natural de la transmisión es
venérea. Se informó de casos de jabalíes portadores de anticuerpos contra la enfermedad de Aujeszky en 10 Estados de
los Estados Unidos de América, distribuidos en 98 condados, y la tasa global de prevalencia fue de 27,7% (4.293 de
15.494 jabalíes examinados).
Se ha mencionado la exposición de jabalíes al virus de la enfermedad de Aujeszky en publicaciones (e informes
inéditos) en Francia, Alemania e Italia. Los resultados han sido obtenidos de investigaciones dispersas y no son
representativos del conjunto de la población. Sin embargo, la tasa de seropositividad en esa población oscila entre 5% y
60%. Los resultados de estudios realizados recientemente en Alemania demuestran que los virus aislados en jabalíes no
tienen relación epidemiológica (ni en el tiempo ni en el espacio) con los focos que se producen en los criaderos de
porcinos. Además, los análisis biomoleculares han revelado que existen importantes diferencias entre las cepas
involucradas.
Equinococosis
El Echinococcus multilocularis es un parásito corriente en el zorro común (Vulpes vulpes) de Europa Central. Son
comunes las tasas de prevalencia de 30% o superiores. Esta enfermedad (que se manifiesta por la presencia de quistes
alveolares en el huésped intermediario) puede ser transmitida a los seres humanos cuando despellejan o manipulan
zorros infectados o ingieren vegetales o frutas contaminados por heces del zorro. Los roedores son huéspedes
intermediarios de este pequeño cestodo.
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
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Se ha afirmado que la vacunación de los zorros contra la rabia podría acarrear un aumento de la población de zorros y
por ende un aumento del peligro de equinococosis para los seres humanos. Sin embargo, hasta el momento no hay
pruebas que respalden estas afirmaciones.
En Italia el Echinococcus granulosus es enzoótico en los lobos (Canis lupus). Se ha calculado una tasa de infección de
aproximadamente 15%; la frecuencia de la infección aumenta con la edad. En estos casos los huéspedes intermediarios
son probablemente las ovejas u otros ungulados.
Brucella spp. en mamíferos marinos
Desde 1990, científicos de Europa y los Estados Unidos de América han venido aislando Brucella spp. en varias
especies de mamíferos marinos. Se encontraron pruebas serológicas de la exposición a Brucella spp. en mamíferos
marinos varados en las costas de Inglaterra y Gales, en ballenas capturadas en Noruega y en operaciones rutinarias de
captura y marcación en los Estados Unidos de América.
Se encontraron signos de exposición en marsopas comunes (Phocoena phocoena), en diversos delfínidos y ballenas y
en focas. Los cultivos de los organismos aislados en individuos portadores de anticuerpos permitieron determinar que
se trataba de especies de Brucella. Se está efectuando la tipificación. Es probable que los organismos de Brucella
aislados en mamíferos marinos constituyan una nueva especie.
Se ha aislado la bacteria en helmintos presentes en los pulmones de varias focas en los laboratorios de los servicios
veterinarios nacionales de los Estados Unidos de América, lo que sugiere que esos helmintos pulmonares pueden estar
involucrados en la transmisión de Brucella entre focas.
Brucelosis en el bisonte y el wapití
Se anticipa que hacia fines de 1998 quedará erradicada la brucelosis bovina de los bovinos domésticos y de los bisontes
de criadero en los Estados Unidos de América. Actualmente hay 26 rebaños domésticos afectados en cinco Estados. El
único foco conocido de brucelosis que subsiste en ese país en animales salvajes se presenta en el bisonte salvaje (Bison
bison) y el wapití (Cervus elaphus canadensis), en la zona del Gran Parque de Yellowstone (GYA) en los Estados de
Montana, Wyoming e Idaho. Ha causado preocupación la posible presencia de brucelosis en bisontes del Parque
Nacional de Yellowstone, pero hasta 1988 el número de bisontes que había salido de Yellowstone era limitado. En el
invierno pasado el rebaño alcanzó grandes proporciones y el escaso forraje disponible en el Parque de Yellowstone
quedó cubierto de hielo y nieve, por lo que grandes cantidades de bisontes salieron del mismo en busca de alimento.
Para reducir el peligro de brucelosis, durante el invierno de 1996-1997 se sacrificó con fusil o envió a mataderos a
1.079 bisontes migrantes. Otros 1.300 o más murieron de hambre dentro del Parque. Las pruebas aplicadas a bisontes
errantes sacrificados este invierno demostraron que 49 por ciento tenían anticuerpos contra Brucella abortus.
Anteriormente se consideraba que el bisonte doméstico era la fuente más probable de la enfermedad en los rebaños de
bovinos infectados en Wyoming y Dakota del Norte. Además, se ha determinado que los wapitíes o los bisontes
salvajes del GYA son la fuente más probable de infección de otros cinco rebaños de bovinos. Más recientemente se ha
estimado que los wapitíes infectados eran la causa más probable de la cruz fistulosa observada en caballos del
Wyoming. Los bisontes y los wapitíes del GYA son las únicas poblaciones de animales salvajes de los Estados Unidos
de América de las que se sabe que están infectadas con B. abortus. En el Canadá hay bisontes del bosque infectados en
el Parque Nacional de Alberta y en los Territorios del Noroeste.
Tuberculosis aviar
Se ha informado de la presencia de tuberculosis aviar en Finlandia en faisanes (Phasianus colchicus), en ánsares
caretos chicos (Anser erythropus), un búho real (Bubo bubo) y un cárabo uralense (Strix uralensis); en Noruega, en un
azor (Accipiter gentilis) y un cárabo común (Strix aluco); y en Suecia en un azor, un cárabo uralense, un cárabo común,
dos ciervos comunes (Cervus elaphus), un gamo (Dama dama) y una serreta mediana (Mergus serrator).
Cólera aviar
Se ha diagnosticado el cólera aviar en los Estados Unidos de América en diversas aves acuáticas (patos, ocas,
somorgujos, fochas, cisnes) durante el año pasado (abril de 1996-junio de 1997). Se confirmó o sospechó la presencia
de la infección en 18 zonas de siete Estados (California, Iowa, Missouri, Nebraska, Nuevo México, Oregón y Texas).
En Dinamarca, 2.000 eiders (Somateria mollissima) sucumbieron a esta enfermedad.
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Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
Enfermedad hemorrágica viral de los conejos
El Ministerio de Agricultura de Nueva Zelanda confirmó que se ha detectado la enfermedad hemorrágica viral en
conejos hallados muertos en una propiedad de la zona de Cromwell, en la Isla del Sur, y que se ha difundido
ampliamente. Se cree que la enfermedad ha sido introducida por vías ilegales.
Tularemia
La tularemia afecta regularmente a roedores y liebres en Europa, Asia septentrional y América del Norte. En 1996, se
reportó la tularemia en liebres europeas (Lepus europaeus) y liebres variables (Lepus timidus) en Austria (n=24),
Francia (n=57), Finlandia (n=24), Suecia (n=5) y Rusia (región de Astracán). Se informó de una epidemia en seres
humanos en Estonia. En Italia se importaron varias liebres de zonas de Rumania libres de tularemia, pero se comprobó
que 18 % tenían anticuerpos contra el agente de esa enfermedad.
Enteritis viral de los patos
En los Estados Unidos de América se aisló el virus de esta enfermedad en patos de dos lugares de Virginia, en abril y
mayo de 1997. Se sospechó la presencia de la peste de los patos en una zona de California en mayo de 1996, y se
confirmó en Pennsylvania, Virginia y Wisconsin en mayo de 1996.
Enfermedades que no figuran
en las listas
Enfermedad hemorrágica epizoótica en los rumiantes salvajes
En 1996 se registraron focos de la enfermedad hemorrágica epizoótica en cérvidos de varias regiones de los Estados
Unidos de América. Ese año se aislaron los serotipos 1 y 2 del virus de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHDV1 y EHDV-2) en el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus). Se aisló uno solo de esos serotipos (EHDV-1) en
muestras de un ciervo de Tennessee. Se aisló el EHDV-2 en ciervos de Alabama, Arkansas, Indiana, Kentucky,
Maryland, Missouri, Virginia, y Virginia Occidental. La encuesta por cuestionario sobre la enfermedad hemorrágica
epizoótica, efectuada en 1996, reveló la existencia de algunos casos de una forma crónica de la enfermedad en
Alabama, Arkansas, Georgia, Mississippi, Carolina del Norte y Carolina del Sur. Se registraron focos en Illinois,
Indiana, Kentucky, Maryland, Missouri, Montana, Pensilvania y Dakota del Sur.
Sarna sarcóptica
La sarna provocada por Sarcoptes scabei es un importante factor de mortalidad en muchas poblaciones de animales
salvajes del mundo. Un buen ejemplo de esto reside en los casos de sarna sarcóptica en zorros comunes (Vulpes vulpes)
en Europa, donde cada año se informa de numerosas muertes en Austria, Finlandia, Francia, Italia, Escandinavia y el
Reino Unido. Se cree que esta enfermedad es la que ha provocado la extinción de los zorros comunes en la isla
dinamarquesa de Bornholm, en el sur del mar Báltico.
La sarna sarcóptica sigue siendo una enfermedad grave en la gamuza alpina (Rupicapra rupicapra) y la cabra montés
(Capra sp.) en las zonas montañosas de Europa meridional. Es poco probable que una epizootia masiva lleve a la
exterminación de estas especies, pero un evento de este tipo podría limitar seriamente sus poblaciones. En zonas
aisladas, como algunas sierras de España, las ovejas o cabras domésticas con sarna podrían transmitir el parásito a sus
congéneres salvajes. En tales situaciones, la sarna sarcóptica podría provocar la extinción de una población aislada
única. Varias poblaciones de cabras monteses son las últimas representantes de una subespecie rara.
La sarna aparece ocasionalmente en Europa en varias otras especies de mamíferos, a saber, en carnívoros como martas
y garduñas (Martes sp.), lobos (Canis lupus) y una especie introducida: el perro mapache (Nyctereutes procyonoides).
En el norte de Escandinavia y en Finlandia, la endemia de la sarna del zorro constituye una especial amenaza para el
lince (Felix lynx). Como los zorros son una presa de los linces, éstos contraen a menudo infecciones fatales por
contacto con zorros infectados.
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
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En el Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica, también se observaron casos de sarna sarcóptica en chacales de lomo
negro (Canis mesomelas) y chacales rayados (Canis adustus), impalas (Aepyceros melampus), leones y un leopardo
(Panthera pardus). Se diagnosticó sarna notoédrica en tres guepardos.
En el Bwindi Impenetrable Forest Parque Nacional de Uganda, se diagnosticó sarna sarcóptica en un gorila de montaña
(Gorilla gorilla berengei). También se sospechó la presencia de la enfermedad en chimpancés (Pan troglodytes) del
Parque Nacional de Gombe Stream, en Tanzania. En estos casos es clara la importancia de identificar taxonómicamente
el tipo de ácaro. Además del peligro de transmisión de enfermedades infecciosas del ser humano a los grandes simios
en las zonas muy turísticas, la transmisión de endoparásitos y ectoparásitos es muy posible si no se elaboran y aplican
directrices apropiadas para los visitantes.
Infección similar a la triquinelosis en cocodrilos de criadero
Se encontró un parásito similar a Trichinella en cocodrilos de criadero (Crocodylus niloticus) en Zimbabue. Se
diagnosticó la infección en 11 de los 19 criaderos estudiados. No se obtuvo información sobre signos clínicos -de
haberlos- en los cocodrilos, aunque el parásito infecta a ratas, babuinos y otros cocodrilos. Se inactiva por
congelamiento a -18°C durante siete días. Es indispensable obtener una descripción taxonómica específica del parásito,
y tomar seriamente en consideración su potencial zoonótico.
Botulismo
El botulismo de tipo C fue diagnosticado en aves acuáticas en cuatro Estados de los Estados Unidos de América
(California, Nevada, Dakota del Sur y Minnesota) de abril de 1996 a junio de 1997. Se calcula que la mortalidad fue de
25 a 870 aves, según el lugar. Por su parte, las autoridades canadienses informaron de una mortalidad estimada en unas
230.000 aves en la llanura canadiense (Alberta, Saskatchewan y Manitoba).
A fines del verano y comienzos del otoño de 1996 se produjeron numerosos casos mortales de botulismo aviar. El foco
causó la muerte de más de 14.000 aves piscívoras, entre ellas 1.400 pelícanos pardos de California (Pelecanus
occidentalis) (especie en peligro) y de 10 a 12% de la población de pelícanos blancos de la costa occidental de
Norteamérica (Pelecanus erythrorhynchos). Al mismo tiempo una mortalidad masiva afectó a peces comunes, como la
tilapia (Tilapia sp.), y se sospechó que la toxina del botulismo se encontraba en los peces en descomposición. En agosto
de 1997 se produjo otro foco de botulismo en aves piscívoras (gaviotas, pelícanos blancos y pardos, garzas y garcetas).
También en este caso se observaron tilapias enfermas y muertas.
En Francia, durante el verano de 1996 (junio a agosto) se registraron casos de botulismo de tipo C en diez
oportunidades en diversas especies de aves acuáticas. El número de aves afectadas oscilaba entre unos pocos individuos
y varios centenares. Se planteó la duda de si el aumento del número de casos de botulismo de tipo C se podía explicar
por un mejoramiento del sistema de notificación o por un aumento real de la incidencia de la enfermedad. Se efectuó
recientemente un estudio retrospectivo mediante cuestionarios enviados a los veterinarios y a los laboratorios de
diagnóstico. Los resultados sugieren que la segunda hipótesis es la más probable. A juzgar por el número de focos
registrados en 1997, el botulismo aviar parece estar declinando en Francia. Cabe señalar que hubo casos de botulismo
de tipo E en las costas del mar del Norte en agosto y en noviembre de 1996, en los que murieron más de 16.000 aves.
Se sospechó, sin que pudiera probarse, que la causa de esta mortandad eran peces muertos tirados en basureros.
Salmonelosis en aves
Se informó de varios focos de salmonelosis en aves salvajes en los Estados Unidos de América. En mayo de 1996 se
estimó que murieron en el sur de California unos 100 martinetes corominegros (Nycticorax nycticorax hoactli), y a
fines del invierno de 1996-1997 murieron en Utah aproximadamente 300 aves cantoras (pinzones, picogordos, jilgueros
pineros). En otro foco, 30 agaristas o tordos negros (Molothrus ater) presentaron salmonelosis en el Estado de Georgia
a comienzos de la primavera de 1997. Pequeñas cantidades de cardenales murieron a causa de la infección en Iowa.
"Aves de jardín" murieron de salmonelosis en varios condados de Inglaterra. La mayoría de los incidentes se
registraron entre diciembre de 1996 y mayo de 1997. La mortalidad de los verderones (Carduelis chloris) se asoció
principalmente con Salmonella typhimurium de fagotipo 40, y se señalaron "grandes cantidades" de aves muertas o
agonizantes en distintos lugares de Escocia.
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Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
Durante un período de dos semanas en julio de 1997, más de 2.000 gaviotas (Larus argentatus, canus y ridibundus) y
patos (Anas sp.) murieron en Alsacia (Francia). Se aisló S. typhimurium en algunas de esas aves.
La infección por Salmonella se señaló a menudo en erizos (Erinaceus erinaceus) en Finlandia, Suecia y el Reino
Unido.
Síndrome de la liebre común
El síndrome de la liebre común es una infección por calicivirus, específica del género Lepus en Europa. La enfermedad
está presente en todas las regiones de Europa, pero no se encuentra fuera del continente. Se encuentra tanto en la liebre
común (Lepus europaeus) como en las liebres variables (Lepus timidus). Se ha señalado que la enfermedad está
declinando en Austria y es enzoóticamente estable en Italia. Se sospechan casos en liebres de Islay (Escocia). Se
registró una importante epizootia de septiembre a diciembre de 1996 en la región occidental y centroocidental de
Francia. Allí, en algunos "departamentos" (unidades administrativas), se observaron varios centenares de liebres
muertas. No obstante, los recuentos ulteriores no permitieron demostrar que la mortalidad inducida por la infección
haya tenido efectos duraderos sobre las poblaciones de liebres.
El síndrome de la liebre común está relacionado con la enfermedad hemorrágica del conejo, pero no afecta a los
conejos (Oryctolagus cuniculis).
Tricomonosis
En varios informes se declaró que la tricomonosis podría haber sido la causa de mortalidad de palomas torcazas y
silvestres (Columba sp.) y tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) en el Reino Unido (Cornwall, Buckinghamshire) y
Francia (posiblemente más de 10.000 muertes en enero-febrero de 1996 en una zona que representa la cuarta parte de la
superficie del país).
Enfermedad parasitaria de peces y aves
Una mortalidad masiva de peces y aves acuáticas en el mar Salton de California se ha atribuido a un parásito
dinoflagelado Amyloodinium ocellatum. Las agallas de los peces estaban infestadas por un número a veces elevado de
parásitos. Estos causan una grave mortalidad en instalaciones de piscicultura y en acuarios marinos, públicos o
privados.
El parásito sospechoso se encuentra en todo el mundo e infecta a más de 100 especies de peces marinos solamente en
América del Norte. En los peces salvajes, el número de parásitos por pez suele ser muy bajo, y generalmente los peces
no mueren de la infestación. Cuando están presentes en niveles tan altos como los que se han detectado en tilapias del
mar Salton, los parásitos dificultan la función respiratoria y pueden sofocar al pez. Debido a que el ciclo biológico de
Amyloodinium puede finalizar en menos de una semana a temperaturas elevadas y en condiciones de alta salinidad
como las que existen en el mar Salton, se prevé que las infestaciones masivas y letales podrían ocurrir reiteradamente.
Conjuntivitis de pinzones mexicanos
Desde 1994 ha proseguido la rápida propagación de la conjuntivitis de pinzones mexicanos (Carpodacus mexicanus), y
se observaron aves afectadas en la casi totalidad de la parte oriental del hábitat de esta especie en los Estados Unidos de
América y Canadá. Actualmente, 33 Estados y 3 provincias canadienses han señalado aves afectadas, y la presencia de
la enfermedad se ha confirmado en numerosas oportunidades mediante el aislamiento de Mycoplasma gallisepticum.
Los estudios realizados demostraron que la conjuntivitis causada por micoplasmas es una enfermedad altamente
transmisible y debilitante en los pinzones comunes. Debido a que éstos se encuentran a menudo cerca de los criaderos
de aves de corral, se efectuaron varios experimentos para determinar si la cepa de M. gallisepticum del pinzón
mexicanos es transmisible entre éste y los pollos. Los resultados indican que los pollos pueden ser infectados por esa
cepa a través del contacto directo con pinzones comunes naturalmente infectados, pero que la transmisión requiere un
prolongado período (10 semanas). No se detectó la infección por M. gallisepticum en pollos indirectamente expuestos a
pinzones afectados ya sea a través de un enrejado metálico, o de un lado a otro de un local. Al parecer, la restricción del
contacto directo entre pollos y pinzones comunes debería ser suficiente para impedir la transmisión de M. gallisepticum
entre estas especies.
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
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Mortalidad misteriosa de águilas
Entre mediados de noviembre de 1996 y marzo de 1997, se encontró un total de 26 águilas de cabeza blanca
(Haliaeëtus leucocephalus) muertas o agonizantes en el sudoeste de Arkansas (Estados Unidos de América) en el Lago
DeGray, el Lago Ouachita y el Lago Hamilton. Esta situación es prácticamente idéntica a la que se observó durante el
invierno 1994-1995 cuando se encontraron 28 águilas de cabeza blanca enfermas o muertas en el Lago DeGray. A
comienzos de noviembre de 1996 también se habían observado fochas americanas (Fulica americana) con síntomas
clínicos similares a los de las águilas en el Lago DeGray. En las aves afectadas se advertía una pérdida de coordinación
y de la aptitud para volar, seguida por temblores, espasmos y la muerte. En la autopsia se encontraron lesiones análogas
en el encéfalo y la sustancia blanca de la médula espinal de las águilas y las fochas, pero no se logró determinar la
causa de esas lesiones. Numerosas pruebas de diagnóstico no permitieron evidenciar ningún agente infeccioso, y las
sospechas se centran en la posible presencia de agentes tóxicos naturales (como plantas o algas venenosas) o artificiales
(toxinas y contaminantes ambientales).
Adenovirus en el ciervo de cola negra en California
Se individualizó un adenovirus como causa de la mortalidad del ciervo de cola negra (Odocoileus hemionus
columbianus) y el venado mula (Odocoileus hemionus hemionus) en el norte y el centro de California (Estados Unidos
de América) en 1993 y en menor medida en 1994. El adenovirus que se aisló reacciona con un conjugado preparado a
partir de un adenovirus bovino de tipo 5. Durante la epidemia se observaron dos manifestaciones patológicas: (1) una
vasculitis sistémica con edema pulmonar y enteropatía hemorrágica; y (2) una vasculitis localizada acompañada de
ulceración y formación de abscesos en el tracto digestivo superior. La infección experimental de cérvidos reprodujo la
enfermedad. Tanto los ciervos de cola negra como los venados de cola blanca (Odocoileus virginianus) resultaron
susceptibles a la enfermedad. La transmisión se produce por contacto directo y la ruta de inoculación no afecta el
resultado. El virus ataca las células endoteliales. Se están efectuando estudios moleculares a fin de determinar la
relación de estos adenovirus con los del ganado.
Síndrome inexplicado de alopecia y emaciación en ciervos de cola negra.
En el Estado de Washington (Estados Unidos de América) se está investigando un síndrome inhabitual en ciervos de
cola negra. Los animales afectados están débiles, flacos y tienen alopecia bilateral simétrica. La diarrea es un síntoma
frecuente. Los daños principales son emaciación, alopecia en placas, leucodermia, inflamación de las amígdalas y
linfoadenopatía generalizada. Se observan acumulaciones de linfocitos en el tracto intestinal, el hígado, el corazón, el
cerebro y los riñones. La mayor parte de las pruebas virológicas y serológicas han dado resultados negativos, pero una
amplificación en cadena por polimerasa fue positiva para un pestivirus en un ciervo. Están en curso nuevos estudios de
diagnóstico.
Virus de Ebola/Reston
En enero de 1997, 645 macacos de Filipinas (Cynomolgus sp.) fueron destruídos en el Ferlite Scientific Research
Breeding Centre, en Filipinas, tras haberse comprobado que en el criadero de monos el virus de Ebola/Restony estaba
presente y se estaba propagando entre estos animales.
Virus de Ebola - La búsqueda del reservorio salvaje
En junio de 1996 en el bosque de Tai, en Côte d'Ivoire, se encontró un colobo rojo (Colobus sp.) muerto y se anunció
que las pruebas demostraban que era portador del virus de Ebola. Los investigadores han estado buscando en el bosque
de Tai el reservorio del virus de Ebola que mató a numerosos chimpancés en 1995. Los resultados de una infección
experimental muestran que diversas especies de murciélagos fructívoros e insectívoros han podido replicar el virus y
sobrevivir con títulos elevados de esos virus sin contraer la enfermedad. Se encontró el virus de Ebola en los pulmones,
lo que supone que la infección se puede propagar por vía respiratoria u oral en los murciélagos que viven en espacios
cerrados; el virus aislado en las heces sugiere que la transmisión a otros animales es posible.
Este estudio no ha probado de manera concluyente que los murciélagos sean huéspedes definitivos de los filovirus, por
lo que se necesitan investigaciones complementarias.
8
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
Fiebre amarilla en monos aulladores en Trinidad y Panamá
Tras un foco de fiebre amarilla que afectó a monos aulladores (Alouata seniculus) en Trinidad en 1995-1996, y que no
se difundió a la población humana en gran parte vacunada, se ha sugerido vacunar a los monos. En Trinidad se está
desarrollando el turismo ecológico y se considera que los monos podrían ser la fuente de infección de los turistas no
vacunados.
Los monos aulladores se utilizan como centinelas de la fiebre amarilla en las zonas de Panamá próximas a la frontera
con Colombia. De este modo las autoridades sanitarias panameñas, alertadas con antelación de cada ola epizoótica, que
se produce cada 6 ó 7 años, pueden reaccionar vacunando masivamente a la población humana. Como resultado, no ha
habido casos de fiebre amarilla en seres humanos en Panamá desde 1973. Este sistema de vigilancia demuestra que, a lo
largo de los años, las epizootias de fiebre amarilla en los primates están relacionadas con la densidad demográfica de la
cohorte de monos aulladores susceptibles nacidos después de un nuevo brote de la enfermedad.
Fiebre de Lassa en Sierra Leona
En Kenema, al este de Sierra Leona, se han producido numerosos casos de fiebre de Lassa en seres humanos. La
transmisión del virus de Lassa a las comunidades humanas se debe principalmente al contacto con ratas del género
Mastomys. Los roedores infectados excretan continuamente virus en su orina y la infección se transmite a los seres
humanos por ingestión de alimentos contaminados por orina de ratas o por inhalación de aerosoles que contienen virus.
Dermatofitosis en ungulados en libertad en el Parque Nacional de Tsavo oriental
En agosto de 1996 se observó una epizootia de dermatofitosis en gacelas de Grant (Gazella granti) que pastaban en
libertad en el Parque Nacional de Tsavo oriental. En el término de dos meses la enfermedad se había difundido a otras
zonas e infectado a otras especies del Parque, como impalas y jirafas. Todos los grupos de edad de ambos sexos fueron
infectados por igual. El cien por ciento de las muestras de piel sometidas al examen microscópico tenían esporas de
hongos ectótrices, y 90% de las muestras puestas en cultivo revelaron la presencia de Microsporum gypseum. También
se aisló Trichophyton schonienii en algunas gacelas de Grant cerca de un campamento de animales salvajes.
Al parecer los suelos y los camellos contaminados del Parque son el origen de la infección, cuya propagación se
produce por contacto; la sequía prolongada (estrés nutricional) favoreció la enfermedad.
Virus de la inmunodeficiencia felina
Subpoblaciones de grandes felinos africanos presentan una amplia gama de prevalencia de lentivirus y algunas no
presentan signos de infección. Las pruebas diagnósticas utilizadas para detectar lentivirus en felinos no domésticos son
poseen especificades y sensibilidades diferentes, lo que sugiere que la elección de la prueba es importante y que los
datos han de ser comparados e interpretados con cautela. Se alienta a utilizar procedimientos de detección más
uniformes.
Parvovirus canino
Este año se notificó un solo caso de infección por parvovirus en un licaón (Lycaon pictus) de Namibia, aunque no se
informó acerca de la localización de este animal, ni si estaba en cautiverio, en semi-libertad o era salvaje.
Encefalomiocarditis en elefantes
Se informó de algunos casos mortales esporádicos e inexplicables en elefantes del Parque Nacional Kruger (Sudáfrica).
Lamentablemente, la mayoría de los cadáveres encontrados estaban en descomposición, pero se eliminaron el carbunco
bacteridiano y la caza furtiva como causas posibles de la muerte, por lo que la encefalomiocarditis era el diagnóstico
más probable. Durante el foco de 1993-1995 en el Parque Nacional Kruger la mortalidad relacionada con esta
enfermedad fue escasa entre elefantes jóvenes y hembras, pero muchos de los animales del rebaño del que se tomaron
muestras tenían importantes niveles de anticuerpos. Ninguna de las muestras de suero recolectadas en elefantes de
Botsuana en 1992 y 1993, así como en elefantes de la provincia del norte de Sudáfrica (total n=21), recientemente
analizadas, presentaba anticuerpos contra el virus de la encefalomiocarditis.
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
9
Síndrome de la trompa flácida
Este año se observaron varios nuevos casos de este síndrome en elefantes adultos del Parque Nacional Kruger, en
Sudáfrica. En dos animales que se encontraban en las primeras etapas de la enfermedad se instalaron collares con
radiotransmisores para observar la progresión de la parálisis ascendente de la trompa. No se ha dilucidado todavía la
etiología de la enfermedad.
Escherichia coli O157 H7 en cérvidos
En un reciente informe de los Estados Unidos de América se indicó que la carne seca de un ciervo de cola negra
(Odocoileus hemionus) había sido la fuente de la infección por E. coli O157:H7 en un foco de once casos humanos. Los
especímenes de E. coli O157:H7 aislados se obtuvieron en la carne del ciervo y en bolas de heces recolectadas en la
zona donde se había matado el animal. Para evaluar la infección por E. coli O157:H7 se inoculó experimentalmente la
bacteria en ciervos mula jóvenes. Los resultados indicaron que los animales podían portar y esparcir las bacterias sin
presentar diarrea u otros signos de la enfermedad. Se demostró así que los cérvidos pueden portar y transmitir E. coli
O157:H7 de modo semejante a otros rumiantes, como bovinos y ovinos; no obstante, más de 400 muestras fecales de
ciervos en libertad arrojaron resultados negativos en las pruebas.
Ehrlichia chaffeensis en cérvidos
En 30 Estados de los Estados Unidos de América se han diagnosticado casos de erliquiosis monocítica humana (HME),
causada por Ehrlichia chaffeensis. Desde 1986 se han confirmado más de 400 casos en seres humanos, entre ellos
algunos fatales. Las investigaciones han confirmado que E. chaffeensis, el agente causal de la HME, se mantiene en la
naturaleza principalmente por la garrapata de una estrella (Amblyomma americanum) y venado de cola blanca
(Odocoileus virginianus). En condiciones experimentales, el venado de cola blanca puede portar E. chaffeensis por un
período de hasta 123 días. También se encontró en los cérvidos otra forma de erliquiosis humana, causada por el agente
de la erliquiosis granulocítica humana (HGE) (una Ehrlichia aún sin nombre). Sin embargo, hay cada vez más pruebas
de que el agente de la HGE es transmitido por la garrapata patinegra, Ixodes scapularis, que es también el vector de la
enfermedad de Lyme.
Los estudios sobre erliquiosis han confirmado que muchas poblaciones de cérvidos en el sudeste de los Estados Unidos
de América están infectadas por un tercer organismo, nuevo, similara Ehrlichia, que tiene una estrecha relación con el
grupo al que pertenece el agente causal de la HGE. Este organismo se encuentra también en la garrapata de una
estrella. Además, los estudios han demostrado que E. chaffeensis, el organismo parecido a Ehrlichia que afecta a los
cérvidos y la HGE pueden presentarse en una misma población de ciervos.
Virus parapox
Suscita cierta preocupación la posibilidad de que la ardilla gris exótica (Sciurus carolinensis), una especie introducida
en las Islas Británicas, pueda transmitir un virus parapox a la ardilla roja nativa (Sciurus vulgaris), aunque hasta el
momento no hay pruebas de que esto haya ocurrido. Empero, en East Anglia se han observado recientemente siete
casos confirmados de infección por virus parapox en ardillas rojas después de un traslado de estos animales durante un
ejercicio de conservación experimental.
2.
Encefalopatía espongiforme en animales salvajes
2.1 Encefalopatía espongiforme en ciervos mula y wapitíes
Un estudio realizado en el otoño de 1996 sobre el encéfalo de ciervos mula (Odocoileus hemionus) matados
en cotos de caza en Colorado (Estados Unidos de América) reveló la presencia de caquexia crónica en estos
animales y en wapitíes (Cervus elaphus canadensis). Cerca de 6% de los ciervos mula machos, pero menos
del 1% de los wapitíes, fueron afectados en seis cotos de caza en el condado de Larimer, en Colorado.
Según los datos obtenidos mediante estudios realizados en 1992-1994 se había estimado inicialmente que
aproximadamente 1% de los ciervos mula y una proporción muy inferior de wapitíes sufrían de caquexia
crónica. Las autoridades responsables de los animales salvajes aconsejan a la población, como medida de
precaución, no ingerir la carne de animales que muestren signos de cualquier enfermedad, incluyendo la
caquexia crónica. Recomiendan también que los cazadores respeten las prácticas sanitarias habituales al
eviscerar animales en el terreno, tales como tratar de no perforar los órganos internos, lavarse las manos y/o
usar guantes. Los funcionarios estatales y federales no han observado un aumento de la incidencia de la
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en ningún lugar de América del Norte, ni casos de la nueva variante de esa
enfermedad.
10
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
2.2 Recomendación relativa a la encefalopatía espongiforme
El Grupo de Trabajo formuló las siguientes recomendaciones sobre la encefalopatía espongiforme:
1. No debe haber desplazamientos de cérvidos potencialmente expuestos de una zona donde se haya
detectado la existencia de cérvidos infectados por la caquexia crónica.
2. Debe prestarse más atención a la caquexia crónica y a las encefalopatías espongiformes, y vigilarlas
mejor efectuando pruebas de diagnóstico en todos los animales que presenten signos clínicos similares a
los de esas enfermedades.
3. Todos los países deben revisar los ingredientes de los alimentos para ungulados en cautiverio respecto del
uso de proteínas animales o de subproductos de origen animal.
3.
Tuberculosis en animales salvajes
La tuberculosis bovina sigue aumentando considerablemente y es una de las enfermedades bacterianas más
importantes de los animales salvajes en libertad en muchas regiones del mundo. En la mayor parte de los casos, la
enfermedad parece haberse originado a partir de una población de bovinos domésticos infectada, pero actualmente
se mantiene de manera autónoma en algunas poblaciones de animales salvajes en libertad. Esta situación preocupa
gravemente a los encargados de la conservación y a las autoridades veterinarias encargadas de la reglamentación.
El año pasado se informó que la tuberculosis bovina era endémica en las especies y los lugares siguientes:
•
Búfalos del Cabo y facóqueros (Phacochoerus aethiopicus) en el Parque Nacional Queen Elizabeth de
Uganda.
•
Búfalos del Cabo en la zona austral del Parque Nacional Kruger y en los cotos de caza Hluhluwe/Umfolosi
de Sudáfrica. También se han observado en el Parque Nacional Kruger infecciones secundarias en cudúes
mayores, leones, papiones negros (chacma) (Papio ursinus) y guepardos.
•
Lichi rojo (Kobus leche) en la llanura de Kafue en Zambia.
•
Bisontes híbridos (bisontes del bosque/bisontes de la Uanura en las proximidades del Parque Nacional Wood
Buffalo, en el Canadá.
•
Chinchillas de Adelaida (Trichosurus vulpecula), y en menor grado en tuñones cimarrones y en gatos
domésticos cimarrones en Nueva Zelanda.
•
Jabalíes (Sus scrofa) en partes de Italia y de Europa oriental.
•
Tejones (Meles meles) en el Reino Unido e Irlanda.
•
Búfalos acuáticos (Bubalus arnee) y bovinos cimarrones en los Territorios Septentrionales de Australia.
•
Cérvidos de criadero en la República Popular de China, Estados Unidos de América, Nueva Zelanda, Reino
Unido y Suecia.
La tuberculosis bovina es todavía común en los tejones en Inglaterra e Irlanda. No se sabe si la infección por
Mycobacterium bovis afecta también a los tejones en Europa continental, por lo que es preciso intensificar la
vigilancia. Se sigue notificando la presencia de tuberculosis bovina en cérvidos (Cervus elaphus, Dama dama) de
criadero en Europa, así como en cérvidos de criadero y salvajes en Nueva Zelanda. Aunque se han hallado jabalíes
infectados por M. bovis en Europa, aún se desconoce la prevalencia de la enfermadad en esta población.
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
11
En el año de notificación en curso se han observado los siguientes incidentes y tendencias:
•
En el Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica, se observó que a medida que la prevalencia de la tuberculosis
aumentaba en los rebaños de búfalos, la enfermedad se diagnosticaba cada vez más frecuentemente en
terneros y novillos; esta situación no fue documentada en rebaños con prevalencia baja. Se encuentra un
creciente número de búfalos en fase terminal de la enfermedad o muertos de tuberculosis.
Se ha señalado el aumento del número de cudúes mayores (Tragelaphus strepsiceros) con abscesos
tuberculares en los ganglios linfáticos de la región cefálica. Parece que las amígdalas y los ganglios cefálicos
del cudú son los lugares del complejo primario, con una difusión secundaria hacia los pulmones y otros
órganos. Con frecuencia se observó que los abscesos de los ganglios linfáticos de las parótidas presentaban
fístulas al exterior, y que el exudado purulento podía contaminar el entorno; tal podría ser el mecanismo de la
transmisión horizontal entre cudúes. Resulta pues que hay un auténtico peligro de que el cudú, como especie,
pueda convertirse en reservorio a largo plazo de los bacilos tuberculosos.
También en el Parque Nacional Kruger se confirmaron en total cinco casos de tuberculosis bovina en leones.
Las lesiones observadas eran predominantemente pulmonares, y es importante recalcar que las lesiones
pulmonares en esta especie no tienen el aspecto piogranulomatoso normal, con caseificación y calcificación.
Se encontró un exudado mucoide refulgente en la sección de las pequeñas lesiones cavernosas, así como
numerosos organismos acidorresistentes en las muestras de exudados. El aspecto macroscópico de las
lesiones es atípico y sería fácil formular un diagnóstico erróneo sin una investigación de laboratorio.
No se encontraron más casos de tuberculosis bovina en los babuinos de un grupo anteriormente infectado en
el Parque Nacional Kruger. Es probable que la destrucción de animales, así como la índole fulminante de
esta enfermedad en los babuinos, haya contribuido a la desaparición de la tuberculosis en este huésped
ocasional.
En Sudáfrica, se autorizó el traslado de búfalos originarios de una zona conocida por estar infectada después
de que dos pruebas cutáneas comparadas, efectuadas con tres meses de intervalo, dieran resultados negativos.
Se exigió una nueva cuarentena y la aplicación de las pruebas en el punto de llegada. Dos búfalos arrojaron
resultados positivos durante esta cuarentena obligatoria, y se confirmaron lesiones incipientes de tuberculosis
en uno de estos animales. Esto ilustra nuevamente los peligros vinculados al traslado de animales
procedentes de zonas que se sabe están infectadas, así como la utilidad de la cuarentena obligatoria y de la
realización reiterada de pruebas.
•
En los Estados Unidos de América se han producido los siguientes hechos:
En noviembre de 1994 se descubrió tuberculosis bovina en un venado de cola blanca en el Estado de
Michigan. La vigilancia realizada en 1995 y 1996 demostró claramente que la bacteria, Mycobacterium
bovis, se automantiene en la población de cérvidos en una zona que abarca cuatro condados en la región de la
península inferior nororiental. Un informe emitido por las autoridades de Michigan en enero de 1997 era
desalentador. En 1996, aproximadamente 1,4% de más de 4.000 cérvidos examinados estaban infectados con
tuberculosis bovina en los cuatro condados. Además, se descubrieron cuatro venados infectados fuera de lo
que se consideraba la zona "núcleo", uno de ellos en un quinto condado. Los estudios telemétricos indican
que los cérvidos se desplazan de una estación de alimentación artificial a otra a distancias superiores a 14
km. En cambio, son más alentadores los resultados de una extensa vigilancia de los bovinos, caprinos,
porcinos, llamas y cérvidos en cautiverio en la zona, que fueron negativos. En 1996 se efectuaron pruebas
en más de 800 venados de cola blanca en un estudio más amplio efectuado en todo el Estado, sin resultados
positivos entre más de 70 alces comunes en libertad y unos 45 carnívoros salvajes examinados.
En los Estados Unidos de América se confirmó que, desde 1991, había 32 rebaños de cérvidos cautivos con
infectados tuberculosis bovina. Veintidós de ellos fueron sacrificados por sus propietarios; siete se levantó la
cuarentena después de que los animales que resultaron positivos a la tuberculinización fueron sacrificados;
otros tres rebaños siguen siendo objeto de un programa de tuberculinización y sacrificio. En 1995 sólo se
encontraron dos nuevos rebaños afectados, ninguno en 1996 y uno en 1997. La lucha contra la tuberculosis
bovina en cérvidos cautivos ha sido reforzada por varios acontecimientos importantes. El "Programa
Estatal/Federal de erradicación de la tuberculosis bovina" incluye ahora "Métodos y reglas uniformes para la
erradicación de la tuberculosis" aplicables a cérvidos de criadero (ciervos, wapitíes y alces), y que
12
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
comprenden normas para la designación de los rebaños (acreditados, calificados o controlados). Otra
novedad es la instauración de disposiciones federales para indemnizar parcialmente a los propietarios por el
sacrificio de cérvidos en el marco de la lucha contra la tuberculosis bovina.
•
4.
En Uganda se tomaron muestras de 42 búfalos del Parque Nacional Queen Elizabeth. Mediante la prueba del
interferón-gamma se descubrió que 21,4% de estos animales estaban infectados con tuberculosis bovina. Por
otra parte, se aisló Mycobacterium bovis en el cadáver de un búfalo que presentaba lesiones avanzadas, y en
un facóquero caquéctico.
Moquillo canino
El moquillo canino en leones y otros carnívoros parece haber desaparecido del complejo Masai Mara/Serengeti, y
no se ha informado de nuevos casos clínicos. Una vacunación experimental de los perros de los Masai dio lugar a
un aumento leve pero significativo de su población. Es preciso realizar un análisis costo-beneficio de este tipo de
programa de vacunación, comprendida la evaluación global de su perdurabilidad. Se ha propuesto intensificar los
esfuerzos de vigilancia en las zonas donde el moquillo canino constituye un problema y establecer modelos
experimentales que permitan determinar la mejor opción entre los diferentes métodos siguientes: vacunar a los
perros de los Masai, abstenerse de intervenir o elaborar estrategias de vacunación de carnívoros salvajes.
Convendría no subestimar la complejidad de la o las estrategias que se escojan, ni sus posibles consecuencias.
Se diagnosticó moquillo canino en dos licaones y dos chacales en Namibia, sin que se informara acerca de su
ubicación, ni si se trataba de animales en cautiverio, en semi-libertad o salvajes.
No se comunicó ninguna información en cuanto al origen de la mortalidad que el año pasado afectó a jaurías de
licaones (Lycaon pictus) del coto de caza de Moremi, en Botsuana.
5.
La rabia en animales salvajes
Lisavirus de la rabia o relacionados con el virus de la rabia afectan a varias especies de mamíferos salvajes o
cimarrones en todos los continentes, con excepción de la Antártica. (Las aves no son portadoras del virus en
condiciones naturales).
Tras la muerte de un soldado israelí que había sido mordido mientras acampaba, y suponiendo que se trataba de
una mordedura de una rata con rabia, se contempla nuevamente la posibilidad de que "ratas" (u otros pequeños
mamíferos) sean vectores de la enfermedad.
Se observaron en Tailandia reacciones positivas a la prueba de inmunofluorescencia (FAT) en muestras
procedentes de murciélagos. Se sabe que la rabia afecta a los murciélagos de la región. En Australia se registraron
tres casos de infección por un "lisavirus de los pterópodos". Entre enero de 1995 y agosto de 1996, en la provincia
australiana de Queensland del Norte, se encontraron dos zorros voladores negros (Pteropus alecto) y un pequeño
zorro volador rojo (Pteropus scapulatus) infectados. Está aún en curso la tipificación del virus pero la información
preliminar indica que podría tratarse de un virus estrechamente vinculado al de la rabia. En octubre de 1996 murió
en Brisbane, de una infección por un lisavirus de los pterópodos, una mujer que se había ocupado durante algún
tiempo de murciélagos frugívoros en cautiverio.
La rabia es endémica en numerosos países de Africa, en animales tanto domésticos como salvajes. En muchas
zonas, los perros domésticos y cimarrones parecen ser el principal reservorio del virus, que puede propagarse a las
especies salvajes. Además de los peligros que representa la rabia para la salud pública, preocupa la posibilidad de
que la rabia pueda amenazar a ciertas poblaciones limitadas y aisladas de carnívoros gregarios tales como los
licaones y los caberúes (Canis simiensis).
Los chacales de lomo negro (Canis mesomelas) y los zorros orejudos (Otocyon megalotis) son a menudo
infectados por el virus de la rabia.
Se han registrado progresos gracias a la vacunación oral de animales vectores de la rabia en Europa y América del
Norte. La vacunación oral de los zorros (Vulpes vulpes) iniciada hace 10 años en Europa occidental ha dado lugar
a una drástica disminución de la tasa de infección en los mamíferos terrestres. En los últimos años Bélgica,
Francia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos y Suiza han registrado muy pocos casos aislados, y algunos de estos
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
13
países no han tenido ninguno. Francia no ha declarado ningún caso de rabia en los últimos 12 meses (octubre de
1996 - octubre de 1997). En Alemania, la infección está confinada a algunos "Länder" (unidad administrativa del
país). En Europa central y occidental, los programas en curso de vacunación oral de zorros están dando resultados
alentadores.
En febrero de 1997, el Ministerio de Salud de Texas (Estados Unidos de América) terminó el tercero de los cinco
a siete años de un proyecto destinado a eliminar dos epizootias de la rabia en coyotes (Canis latrans) y zorros
grises (Urocyon cinereoargenteus). Se distribuyeron por vía aérea 2.600.000 dosis de vacuna ("Raboral V-RG")
en una zona de más de 67.500 km². Gracias a este esfuerzo se detuvo la transmisión de la epizootia en la zona y se
redujo el número de casos de rabia en las poblaciones vacunadas de coyotes y zorros grises.
6.
Enfermedades emergentes
Definición
"Las enfermedades emergentes son infecciones recientemente aparecidas en una población, o ya existentes pero
cuya incidencia, gama de huéspedes o distribución geográfica se extienden rápidamente."
El Grupo considera que las siguientes infecciones o enfermedades de los animales salvajes responden a los
criterios de dicha definición (variante de una definición propuesta por el Dr. S. Morse).
Enfermedades virales
Calicivirus: enfermedad hemorrágica viral del conejo.
Morbilivirus: peste bovina, moquillo canino e infecciones de mamíferos marinos por morbilivirus.
Lisavirus: lisavirus de los ptéropodos y virus de la rabia del murciélago europeo.
Picornovirus: encefalomiocarditis.
Paramyxovirus: enfermedad de Newcastle.
Enfermedades bacterianas: tuberculosis bovina, brucelosis de los mamíferos marinos y brucelosis de otros
mamíferos salvajes.
Enfermedades parasíticas: sarna sarcóptica y miasis por Chrysomya bezziana (Asia sudoccidental).
Agentes transmisibles no convencionales: encefalopatías espongiformes transmisibles/caquexia crónica
7.
Traslado de animales salvajes
Definición
"El traslado de animales salvajes, definido en su sentido más amplio, comprende la reintroducción y la liberación
de animales por diversos motivos tales como la repoblación, el crecimiento de las poblaciones, el desplazamiento
de animales que son fuente de problemas, la liberación de animales readaptados, la liberación de animales
destinados a la caza y para preservar especies raras."
Esta cuestión se discutió a fondo en la reunión anterior, celebrada en 1996. El Grupo se abocó a precisar lo que
entendía por traslado de animales salvajes, haciendo hincapié en las numerosas maneras en que pueden
transportarse las enfermedades, y subrayando la importancia del reconocimiento sanitario y de la cuarentena
cuando se prevé un traslado de animales salvajes, cualquiera sea el propósito.
8.
Manual de Normas para las Pruebas de Diagnóstico y las Vacunas
El Grupo preparó y remitió a la Comisión de Normas varias recomendaciones relativas a ciertas enfermedades
respecto de las cuales puede ser particularmente necesario recurrir a especialistas en el diagnóstico en los animales
salvajes.
9.
Mejoramiento de la representatividad regional y de los informes sanitarios
Se formularon propuestas para mejorar la declaración de las principales enfermedades de los animales salvajes en
zonas geográficas que actualmente están mal atendidas. Los miembros del Grupo establecerán nuevos contactos.
14
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
10. Recomendación relativa a la tuberculosis bovina
El Grupo de Trabajo sobre Enfermedades de los Animales Salvajes revisó su recomendación de 1996 y
recomienda:
a)
que las autoridades nacionales tomen medidas para impedir la introducción de la tuberculosis bovina en las
poblaciones de animales salvajes que viven en libertad. El Grupo de Trabajo recomienda que todos los
ungulados no domésticos sean sometidos a un reconocimiento mediante pruebas reiteradas de
tuberculinización (2 ó 3 veces) antes del embarque, y que sean colocados tres meses en cuarentena y sean
objeto de una nueva prueba después de su llegada. Cabe destacar que, una vez que la tuberculosis bovina
está establecida en animales en libertad, el proceso es prácticamente irreversible habida cuenta de los medios
de diagnóstico, terapéuticos y logísticos actuales. La destrucción de los animales que se hallan en los focos
infectados, cuando es posible, es la única solución apropiada, pese a su costo e impopularidad. En los
animales salvajes, esta enfermedad parece estar extendiéndose, ya sea en individuos aislados, dentro de un
rebaño o entre rebaños. Cuando su prevalencia es elevada, puede ocasionar una morbilidad y una mortalidad
significativas, que pueden modificar la dinámica de las poblaciones. Los esfuerzos de protección en general,
y la utilización de los animales salvajes, según un enfoque conservador o no, pueden resultar afectados.
Además, la existencia de la tuberculosis en una población salvaje tiene consecuencias importantes para la
conservación y la gestión de la fauna salvaje cuando se prevén desplazamientos con miras a una
reintroducción o repoblación.
Por último, la existencia de un ciclo salvaje o selvático capaz de mantener la enfermedad también tiene una
incidencia muy importante en los programas de erradicación de la tuberculosis en los bovinos domésticos.
b)
que se vigile la tuberculosis en los animales salvajes, de ser posible, cada vez que se descubren cadáveres de
animales salvajes (por ejemplo, animales víctimas de accidentes de carretera o de la caza, sacrificios
destinados a regular las poblaciones, muertes accidentales). Se deberán examinar con especial atención todos
los ganglios linfáticos (incisiones múltiples), los pulmones (palpación) y todas las vísceras. Todas las
lesiones piogranulomatosas sospechosas deben ser objeto de toma de muestras y sometidas a pruebas, de
conformidad con el procedimiento expuesto en el Manual de Normas para las Pruebas de Diagnóstico y las
Vacunas de la OIE. También se han de conservar muestras de tejidos congeladas, para eventuales cultivos
futuros. En caso de confirmación de una micobacteriosis, es esencial poner en cultivo e individualizar al
agente patógeno.
c)
Las pruebas actualmente disponibles para detectar la tuberculosis bovina en los animales vivos deberían ser
consideradas pruebas de rebaño y convendría evitar, en la medida de lo posible, seleccionar animales
destinados a ser desplazados en un rebaño del que se sabe que está infectado, aun cuando los resultados de
las pruebas efectuadas en un individuo determinado sean negativos. Todo animal que presente una reacción
sospechosa o positiva a una prueba de diagnóstico apropiada para la tuberculosis bovina se debería aislar con
miras a una investigación más detallada, o someter a una autopsia para confirmar la infección.
d)
que se apoyen sin reservas las investigaciones encaminadas a elaborar pruebas sensibles y específicas para
detectar la tuberculosis bovina en los animales salvajes vivos, así como a descubrir una vacuna eficaz e
inocua. Actualmente no se dispone de ninguna prueba fiable para los paquidermos y los carnívoros vivos.
e)
que se notifiquen a los miembros del Grupo de Trabajo de la OIE sobre Enfermedades de los Animales
Salvajes (coordinadores regionales) o directamente a la Oficina Central de la OIE todos los casos de
tuberculosis bovina confirmados en animales salvajes.
_______________
.../Anexos
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
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Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
Anexo 1
INFORME DE LA REUNIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO DE LA OIE
SOBRE ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES SALVAJES
París, 7 - 9 de octubre de 1997
_____
Lista de participantes
MIEMBROS
Dr. M. Artois
CNEVA Nancy
Laboratoire d'études sur la rage et
la pathologie des animaux
sauvages
BP 9
54220 Malzéville
FRANCIA
Tel: 33 - (0)3 83.29.89.50
Fax: 33 - (0)3 83.29.89.59
E-mail: [email protected]
Dr. R.G Bengis
Chief State Veterinarian
P.O. Box 12
Skukuza 1350
SUDÁFRICA
Tel: (27-13) 735 5641
Fax: (27-13) 735 5155
Dr. V.V. Berezin
Director
Centre of Wild Animal Ecological
Pathology & Epizootiology
Leninski Prospect 33
Moscow V-17
RUSIA
Tel: (7-095) 124 7932/135 9852
Domicile: (7-095) 378 3952
Fax: (7-095) 129 1354
Domicile: (7-095) 378 3952
Dr. V.F. Nettles
Director
Southeastern Cooperative Wildlife
Disease Study
College of Veterinary Medicine
University of Georgia
Athens - GA 30602
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Tel: (1-706) 542 1741
Fax: (1-706) 542 5865
E-mail: [email protected]
Dr. T. Mörner
Senior Veterinary officer
Department of Wildlife
The National Veterinary Institute
P.O. Box 7073
S-750 07 Uppsala
SUECIA
Tel: (46-18) 67 4214
(46-70) 567 352 (mobile)
Fax: (46-18) 30 9162
E-mail: [email protected]
Dr. M.H. Woodford (President)
Veterinary Group IUCN/SSC
2440 Virginia Avenue, N.W.
Apt. D-1105
Washington D.C. 20037
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Tel: (1-202) 331 9448
Fax: (1-202) 331 9448
E-mail: [email protected]
Dr. Charlotte Quist
College of Veterinary Medicine
University of Georgia
Athens - GA 30602
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Tel: (1-706) 542 1741
Fax: (1-706) 542 5865
Dr. Ph. Chardonnet
CIRAD-EMVT
Campus international de Baillarguet
Montferrier-sur-Lez-BP 5035
34032 Montpellier Cedex 1
FRANCIA
Tel: (33-4) 67 59 37 21
Fax: (33-4) 67 59 37 95
E-mail: [email protected]
OTROS PARTICIPANTES
Dr. S. Osofsky
USAID Biodiversity Program
Specialist
c/o 121 Courthouse Road SW
Vienna
Virginia 22180
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Tel: (1-202) 712 5316
Fax: (1-202) 216 3174
E-mail: [email protected]
OIE
Dr. J. Blancou
Director General
12 rue de Prony
75017 Paris
FRANCIA
Tel: 33 - (0)1 44.15.18.88
Fax: 33 - (0)1 42.67.09.87
E-mail: [email protected]
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
Dr. R. Reichard
Jefe, Servicio Científico y Técnico
E-mail: [email protected]
Dr. K. Sugiura
Chargé de mission
Servicio Científico y Técnico
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Anexo II
INFORME DE LA REUNIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO DE LA OIE
SOBRE ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES SALVAJES
París, 7 - 9 de octubre de 1997
_____
Temario
_____
1.
Resumen epidemiológico de algunas enfermedades de los animales salvajes, 1996-1997
2.
Encefalopatía espongiforme en animales salvajes
3.
Tuberculosis en animales salvajes
4.
Moquillo canino
5.
La rabia en animales salvajes
6.
Enfermedades emergentes
7.
Traslado de animales salvajes
8.
Manual de Normas para las Pruebas de Diagnóstico y las Vacunas
9.
Mejoramiento de la representatividad regional y de los informes sanitarios
10. Recomendación relativa a la tuberculosis bovina
____________
Enfermedades de animales salvajes/octubre de 1997
19