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Estudios Latinoamericanos 6, p. II (1980), pp. 25-33
La imagen de México en Alemania durante la intervención
extranjera y el imperio de Maximiliano (1861 - 1867).
Hans Bach
Los dramáticos sucesos en México, iniciados por las luchas
revolucionarias de la Reforma, la intervención conjunta de España,
Francia e Inglaterra contra México en 1861/62, el frustrado imperio
del archiduque austríaco, instalado y apoyado por las bayonetas
francesas, así como la lucha de los republicanos bajo la dirección de
Benito Juárez por la independencia, la soberanía y el progreso social
del país, encontraron una profunda resonancia en la opinión pública
de los diversos Estados alemanes. Esta repercusión era muy compleja
y, según las diferentes posiciones tomadas, naturalmente muy
contradictoria. No existió una imagen común a todas las clases de la
sociedad alemana. Las causas de este fenómeno eran múltiples. Eran
de carácter político, económico y social. La imagen de México en
Alemania tenía también profundas raices históricas.
Hay que tener en cuenta que el interés sobre México en Alemania se
remonta a tiempos muy tempranos. Ya en el siglo 16, las noticias
sobre la Conquista de México por Hernán Cortés, las relaciones
sobre el Dorado en el Nuevo Mundo, los relatos acerca de un país
fabulosamente rico en plata y oro, con una población indígena tan
diferente a la de Europa, con costumbres tan distintas a las del Viejo
Mundo, provocaron no sólo la curiosidad y la fantasía de la gente
más o menos letrada, es decir de una pequeña minoría del pueblo,
sino también el interés científico.
La imagen del país del águila azteca en Alemania estuvo durante todo
el siglo 19 indisolublemente ligada a la gran obra científica de
Alejandro von Humboldt. Su gran obra sobre el Reino de la Nueva
España (Versuch über den politischen Zustand des Königreichs NeuSpanien1), influenció de manera decisiva todas las investigaciones
posteriores sobre este país no sólo en Alemania y en Francia, sino
también en otros Estados. En la huella de von Humboldt, varios
investigadores alemanes publicaron trabajos sobre México. En los
años sesenta del siglo pasado, ya existió una copiosa literatura sobre
México. Hay que mencionar, entre otras obras, los interesantes libros
de Mühlenpfordt, Müller, Sartorius, Burkart, Becher, Koppe,
Buschmann, Fröbel, Pieschel, von Braunschweig2, sobre la historia,
el desarrollo político, la cultura, la estadística y naturaleza de
México; libros sobre la lingüística, filología y etnografía de ese país.
Varias obras de investigadores y viajeros británicos, norteamericanos
y franceses, así como trabajos de autores españoles, fueron
traducidos al alemán e influenciaron de manera importante la imagen
de México. Eran publicaciones de Robertson, Poinsett, Bullock,
Hardy, Lyon, Ward, Clavigero y de otros autores3.
Sin embargo, la imagen de México en Alemania no se limitaba sólo a la
esfera científico-cultural.
El ambito de los intereses alemanes en América Latina comprendía en
el siglo 19 tres sectores principales:
l. El comercio;
2. La emigración y la colonización;
3. La exploración científica.
En lo que se refiere al comercio, tenemos que constatar que los
promotores de la expansión mercantil alemana en América Latina
1
Alexander von Humboldt, Versuch über den politischen Zustand des Königreichs Neu-Spanien, Bd. 1
-5, Tübingen 1809-1814; véase también: Ensayos sobre Humboldt, México 1962.
2
Eduard Mühlenpfordt, Versuch einer getreuen Shilderung der Republik Mejico, besonders in
Beziehung auf Geographie, Ethnographie und Statistik. Bd. 1-2, Hannover 1844; Nachdruck: Graz 1969
mil Einleitung von Ferdinand Anders; Johann Georg Müller, Über die Summlung Mexikanischer
Altertümer im Museum zu Basel, Basel 1848; Carl Sartorius, Mexiko und die Mexikaner (1852); Mexico
als Ziel für deutsche Auswanderung, Darmstadt 1850; Landschaftsbilder und Skizzen aus dem
Volksleben, Darmstadt 1855 und 1858; J. Burkart, Aufenthalt und Reisen in Mejico, Stuttgart 1836; C.
C. Becher, Mexico in den ereignisvollen Jahren 1832 und 1833, Hamburg 1834; Karl Wilhelm Koppe,
Mexikanische Zustände aus den Jahren 1830-32, Stuttgart - Augsburg 1837; Julius Fröbel, Aus
Amerika: Erfahrungen, Reisen und Studien, Bd. 1-2, Leipzig 1857-1858; Carl Pieschel, Die Vulkane der
Republik Mexiko, Berlin 1856; Johann Daniel von Braunschweig, Über die alt-amerikanischen
Denkmäler, Berlin 1840, y otros libros.
3
Véase la interesante introducción de Ferdinand Anders en la obra de Eduard Mühlenpfordt, edición de
Graz 1969, pp. XII-XXII.
eran sobre todo (pero no únicamente) las grandes casas de comercio
y los armadores de las importantes ciudades hanseáticas de
Hamburgo y Bremen, así como de la Rhenania. Sus intereses
comerciales influenciaron fuertemente la posición de la burguesía
alemana respecto de México.
La emigración alemana hacia México era mucho menos importante que
la que se dirigía por ejemplo a Brasil u otros países. Sin embargo,
hay que tener presente las actividades y aspiraciones colonizadores
en Texas, en los años 40 del siglo pasado, analizadas por M.
Kossok4. En su conjunto, México aparece en este tiempo como un
país poco adecuado para una inmigración y colonización alemana,
una colonización rural campesina del tipo de Brasil de Sur o de Chile
(Valdivia, asomo). La inestabilidad de la situación política en
México, las guerras intestinas sin fin, no hacían a México muy
atractivo para los inmigrantes.
Las investigaciones en el campo científico recibieron un nuevo impulso
en los años 60. Y ello debido no sólo al desarrollo de los
acontecimientos en México, sino también a la situación en la propia
Alemania.
Sería oportuno subrayar la estrecha conexión dialéctica entre el
desarrollo político de ambos países en los años 60 del siglo pasado.
Ambos eran confrontados con lá política agresiva de Napoleón III.
Ambos vivían momentos cruciales de su historia.
La guerra de Francia y Sardeña contra Austria en 1859 y sus profundas
repercusiones en Alemania; la política del segundo imperio de
Francia respecto de Alemania, basada en el divide et impera, en el
deseo de anexión de los territorios situados en la orilla izquierda del
Rhin y en la oposición encarnizada a la unificación de los Estados
alemanes, objetivamente necesaria y progresista en aquella época,
tenían como consecuencia lógica el gran interés de las diversas clases
y fracciones de la sociedad alemana respecto de México, como un
país igualmente confrontado con la política intervencionista y
expansionista del «sobrino pequeño del gran tío» (Victor Hugo).
Debido al dominio imperial de un vástago habsbúrgico en México, a
4
Manfred Kossok, Prussia,.Bremen and the Texas Question, en: «Texana», tomo III, no. 3, Houston
(Texas) 1965.
la lucha creciente y al fin guerra entre Austria y Prusia en 1866 por la
supremacía en Alemania, los enfrentamientos políticos en torno a la
cuestión mexicana alcanzaron una nueva dimensión. La
confrontación pro o contra Napoleón III y Maximiliano, no se
limitaba al conflicto entre las fuerzas democráticas de una parte y las
reaccionarias de otra, sino hallaba su extensión en las diferencias
estratégicas y tácticas en el seno de las propias clases dominantes, de
las capas dirigentes y de los gobiernos de los diversos Estados
alemanes.
Como consecuencia de todas estas contradicciones, la guerra de los
republicanos mexicanos contra la intervención francesa y los
partidarios de Maximiliano dio origen a un nuevo momento de los
intereses alemanes respecto de México. Fue el momento militar.
Para Prusia, así como para Austria, los acontecimientos bélicos en el
país latinoamericano revistieron importancia muy práctica.
Aproximadamente 7000 oficiales y soldados austríacos (alemanes,
húngaros, polacos, checos y otros), lucharon al lado de Maximiliano
en las filas de la Legión Austríaca. Altos oficiales prusianos tomaron
parte, desde su inicio, en la expedición francesa. Los futuros
enemigos se observaron cuidadosamente en las sierras de México.
Sobre todo los militares prusianos analizaron con atención y
escrupulosidad las batallas en el teatro de guerra mexicano. ¡Y sabían
por que!
Von Löbell, un alto oficial de la artillería prusiana dio, por ejemplo, una
conferencia acogida en la «Sociedad Militar» de Berlín, el 10 de
Abril de 1863. El tema fue: «Lo que relatan los diarios militares de la
expedición de México». Von Löbell subrayó la necesidad de las
investigaciones militares y exigió del ejército prusiano de estar,
toujours en vedette, según las palabras del rey Frederico II. «Siempre
listo para el combate, el ejército prusiano tiene que observar todo lo
que es de importancia militar en el campo de los amigos y de los
enemigos, para utilizar lo visto en su propio interés»5. Von Löbell se
mostró como un exaltado partidario de la intervención en México.
Para él, los franceses eran héroes dignos de admiración y los
guerrilleros republicanos simplemente bandidos. Esta posición estaba
5
Was die Militair-Journale über die Expedition nach Mexiko erzählen, Berlin 1863, p. 3.
en completa concordancia con la política de von Bismarck, así como
de su predecesor von Bernstorff en el Ministerio de Asuntos
Exteriores de Prusia. El gabinete de Berlín buscaba en aquellos
tiempos mantener buenas relaciones con Francia para aislar a sus
rivales habsbúrgicos en Alemania. Los informes sobre la actitud de
los oficiales prusianos en la fuerza expedicionaria francesa,
interesaron no solamente al Ministerio de Asuntos Exteriores, sino
también al Ministro de Estado y de Guerra von Roon6.
De extraordinario interés son las relaciones del Ministro Residente de
Prusia en México, von Wagner. Von Wagner enviaba a Berlín
regularmente documentos y materiales sobre la vida política y
económica de México, así como sobre la situación militar del país.
Lo que von Wagner presumiblemente no sabía, era el hecho de que
los frutos de su celo y, sobre todo, todas sus informaciones sobre las
condiciones y las posibilidades militares del gobierno republicano de
Juárez, llegaban regularmente a las manos del Ministro de Asuntos
Exteriores de Francia, Thouvenel.
Las actas del «Archivo Secreto del Estado» prusiano, hoy en el archivo
de Estado en la ciudad de Merseburg, sacan a la luz este curioso
capítulo de la diplomacia. El Ministro de Asuntos Exteriores de
Prusia, von Bernstorff, transmitía estos materiales a su colega
ministerial francés, recibiendo, a su vez, informaciones preciosas de
Thouvenel. En la carta secreta de von Bernstorff a von Bismarck,
entonces Ministro Plenipotenciario de Prusia en París, del 18 de
Junio de 1862, se puede leer:
«Tengo el honor de comunicarle af.mo a V.M. la copia adjunta de un
despacho del Sr: Ministro Residente en México del 20 de Abril de
los corrientes. No he recibido de él despachos más recientes [...]
Teniendo en consideración el especial interés que hasta ahora el Sr.
Thouvenal ha manifestado por los informes del Sr. Von Wagner, que
le han sido transmitidos, no puedo dejar de solicitarle af.mo a V.M.
que ofrezca a Thouvenel la posibilidad de conocer también la copia
del despacho adjunto, no obstante que es un poco antiguo»7. Como
6
Carta del Ministro de Asuntos Exteriores de Prusia, von Bernstorff, al Ministro del Estado y de
Guerra, von Roon, del 31 de agosto de 1862, en: Zentrales Staatsarchiv, Dienststelle Mersehurg,
Geheimes Staauarchiv Hist. Abt. II., 2.4.1., Abt. I., Nr. 7936, vol. II, hoja 295.
7
Ibidem, hoja 38.
compensación personal, Thouvenel comunicaba discretamente
secretos militares franceses. Von Bismarck envió, por ejemplo, el 15
de Junio de 1862 un cablegrama cifrado a von Bernstorff:
«Thouvenel me ha comunicado confidencialmente que el Gobierno
sumentará sus tropas en México hasta 25 000 hombres enviando dos
divisiones como refuerzo»8. Hay varios documentos de gran valor de
esta índole.
En estos documentos oficiales hay una imagen muy específica de
México. Se puede percibir el profundo desdén de las capas
gobernantes de Prusia respecto a los republicanos mexicanos, su
enemistad con el México revolucionario. Esto no era asombroso.
Eran hijos de su clase, de los «Junker» prusianos.
¿Cuál fue la actitud de la burguesía liberal? Muy interesante y
sintomática fue la posición de la burguesía mercantil hanseática. Los
comerciantes de Hamburgo se dirigieron durante el año 1862 varias
veces al Ministerio de Asuntos Exteriores de Prusia, pidiendo el
envío de un buque de guerra prusiano a Veracruz con el fin de
«proteger los intereses alemanes» de los «bandidos de Márquez»9 o,
por lo menos, una intervención diplomática sobre este asunto en la
corte de París. Prusia se negó por las razones ya mencionadas. Para
los negociantes, México era un país muy rico, pero bárbaro y
semicivilizado; con una población muy cortés y amable, pero en su
gran mayoría pobre e iletrada; con guerras intestinas permanentes,
pronunciamientos y una inestabilidad general. El principal interés de
esta capa social consistía en ganar dinero, en hacer negocios. Su
cuadro de México era, en consecuencia, bastante pragmático y
realista. Las noticias sistemáticas sobre las requisiciones y
confiscaciones de bienes pertenecientes a los alemanes, tuvieron
como consecuencia una orientación de amplios sectores de la
burguesía alemana en favor de la intervención y, más tarde, en favor
del imperio de Maximiliano. L'Empire c'est l'ordre - en ambos
sentidos – bonapartista y maximilianista. Interesantes materiales
sobre la posición de Prusia en la cuestión mexicana contienen las
relaciones del ministro residente prusiano en México, Anton von
8
9
Ibidem, hoja 37; véase tembién las hojas 85 y 86.
«Hamburger Nachrichten», del 1o de agosto de 1862.
Magnus, a Bismarck en los años 1866-67, analizadas por Joachim
Kühn10.
El fracaso político y militar de la intervención francesa en México y el
fusilamiento de Maximiliano en Querétaro (19 de junio de 1867)
tuvieron muy grandes repercusiones en Alemania. Para la
abrumadora mayoría de los periódicos liberales burgueses y también
para todos. los monarquistas, fue una tragedia, un hecho muy
lamentable, una traición francesa, una negación de paternidad
política por parte de Napoleón III, un crimen de Juárez y Escobedo.
Muy pocos liberales comprendían la posición de Juárez y de los
republicanos.
Una conclusión interesante fue sacada por la revista mensual «Unsere
Zeit» en Leipzig: «Los combatientes regresaron con la conciencia de
haber servido a una causa frustrada e injusta [.. .]» «La herencia de
Francia y de Maximiliano pasará a los germanos de los EE.UU.; ellos
terminarán verdaderamente la obra que fue el ideal del infeliz
archiduque»11.
Así vemos que las imágenes de México eran distintas. Dependían de la
posición de clase. Y no sólo de eso. Las posiciones de los Estados
alemanes no eran iguales. Sus intereses entraron muchas veces en
conflicto. En lo que se refiere por ejemplo al interés político, militar
y dinástico de Austria en México, se puede afirmar que éste era muy
grande, debido no solamente al origen habsbúrgico de Maximiliano y
a la presencia de aproximadamente 7000 soldados y oficiales
austríacos, sino también por razones de la lucha política en Europa
en general, y en Alemania en particular. El fusilamiento de
Maximiliano ocurrió en un momento histórico muy difícil para
Austria, en el periódo de la reestructuración del país en una
monarquía dual austro-húngara después de la guerra de 1866.
Para terminar, algunas palabras sobre la posición de Marx y Engels y
de la prensa obrera. Los obreros eran en esos tiempos una pequeña
minoría política, pero tenían un programa diametralmente opuesto a
la mayoría dominante.
10
Joachim Kühn, Das Ende des maximilianischen Kaiserreichs in Mexico, Berlin-Frankfurt (Main)
1965.
11
«Unsere Zeit», Deutsche Revue der Gegenwart, Monatsschrift zum Conversationlexikon, Neue
Fo1ge, Dritter Jahrgang, Zweite Hälfte, Leipzig 1867, pp. 185, 189.
Inmediatamente después de la publicación de los planes
intervencionistas de las tres potencias en México, Carlos Marx
escribió las palabras siguientes, en su artículo La intervención en
México, para el «New York Daily Tribune» el 8 de Noviembre de
1861: «La intervención intentada por Inglaterra, Francia y España en
México es, según mi opinión, una de las operaciones más
monstruosas en los anales de la historia internacional»12. Analizando
los motivos y las causas de la intervención, Marx criticó severamente
la política de Palmerston y de Napoleón III, al tiempo que defendía
vigorosamente la actitud de Benito Juárez contra el partido clerical,
Márquez y sus bandidos (Raubgesindel)13. A comienzos de 1862,
Marx denunció los planos de Francia e Inglaterra respecto a la
candidatura de Maximiliano, la «infamia» y los «métodos
abominables» de las potencias intervencionistas14.
En su carta a Engels del 20 de Noviembre de 1862, Marx espresó su
deseo «que los mexicanos [...] derroten una vez más a los
crapauds»15. Los acontecimientos de México fueron vistos por Marx
y Engels en su estrecha conexión política con la situación general de
aquel tiempo. Hay que mencionar la Guerra de Secesión en los
EE.UU. (1861-65) y la lucha contra la esclavitud; la política de
Napoleón III y Palmerston; la unificación de Alemania e Italia; la
lucha de las fuerzas progresistas y democráticas contra la reacción en
el Viejo y en el Nuevo Mundo; la lucha del proletariado
revolucionario. Ya en Marzo de 1863, Marx pronosticó: «Louis
Bonaparte [..] se hunde en el fango y en un dilema muy feo con su
propio ejército. México y las genuflecciones ante el Zar en el
"Moniteur" [...] podrían romperle el cuello». Y, dos meses más tarde:
«Este Lazarillo de Tormes imperial caricaturiza ahora no solamente a
12
Karl Marx, Die Intervention in Mexiko, en: Karl Marx/Friedrich Engels, Werke, Bd. 15, Berlin 1961,
p. 366 (esta traducción así como las siguientes es del autor - H. B.), publicado en «New York Daily
Tribune» No. 6440 del 23 de noviembre de 1861. Véase tembién el artículo de Marx para «Die Presse»
del 12 de noviembre de 1861; ibidem, pp. 361-365.
13
Ibidem, p. 363.
14
Karl Marx, La maraña mexicana, en: «New York Daily Tribune», No. 6530 del 10 de marzo de 1862,
ibidem, pp. 472, 476-477
15
Karl Marx/Friedrich Engels, Briefwechser, Bd. 3, Berlin 1950, p. 135.
su tío, sino ya a sí mismo [...] Para mi no caben dudas de que se
romperá el cuello en México, si no lo cuelgan antes»16.
El concepto de Marx y Engels acerca de la cuestión mexicana, tuvo
profunda resonancia en el movimiento revolucionario del
proletariado alemán. El «Vorbote» (Precursor), órgano de la
Asociación Internacional de los Trabajadores, grupo seccional de
lengua alemana, editado en Ginebra por Johann Philipp Becker,
analizó por ejemplo en su número de Julio de 1867, en un notable
artículo redaccional, la posición de los gobiernos de Europa y de los
EE.UU. en el asunto de la ejecución de Maximiliano. Al destino de
este último, se contrapone la miseria del pueblo. Y se pregunta:
«¿Cómo? ¿Al invasor, que ha enrojecido sus caminos con sangre,
que ha tildado de crimen a la más elevada virtud del pueblo y de
"bandidos" a los pardón inmerecido? A uno, que dejó sustituir el
derecho por la crueldad, que hizo de la barbarie una condición de su
éxito [...] Erigid una cruz sobre su tumba, con la inscripción: "Una
bala le ha alcanzado, Napoleón ha cargado, Bazaine ha apuntado y
López ha disparado"»17.
Hay que subrayar que los republicanos mexicanos y Benito Juárez
fueron considerados por los obreros alemanes conocientes de clase
como patriotas en lucha en favor de una causa justa. Los
representantes de la Alemania trabajadora estrecharon la mano el
México revolucionario y progresista.
Surge la cuestión: ¿Imagen o imágenes de México en Alemania en este
tiempo agitado y conmocionado? ¿O es una imagen de las imágenes
en el sentido dialéctico? ¡La unidad dialéctica de las contradicciones!
Un extremo sería ver sólo una imagen. El otro extremo, considerar
una infinidad de imágenes despedazadas. En todo caso, fue un
cuadro multifacético y contradictorio de un México contradictorio en
una Alemania contradictoria, viviendo ambos países momentos de
transición y de reestructuración, en una situación llena de alternativas
históricas.
16
17
Ibidem, p. 159 y 183.
«Der Vorbote», No. 7, Genf, Juli 1867, pp. 102-103.