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POLITICA
Los equilibrios de Podemos para salir indemne del
drama griego
El sirtaki de
Iglesias
Pablo Iglesias se juega buena parte de su capital político en el desenlace de la
crisis griega, en un envite del que difícilmente logrará salir indemne, después de
haber apoyado a Syriza abiertamente. Y es que, aunque Alexis Tsipras consiga
aflojar las políticas de austeridad diseñadas por la Troika, probablemente va a
tener que aceptar recortes y reformas que no parecía dispuesto a negociar hace
unos meses. Además, la situación económica en Grecia seguirá siendo muy
complicada durante los próximos meses, y el PP va a poder seguir vinculando a
Podemos con políticas que conducen a corralitos y dramas sociales. Y mientras, la
rebelión por el sistema de primarias para elegir a los candidatos de Podemos para
las generales amenaza con socavar el poder de Iglesias y el calendario para los
comicios.
E
Por Manuel Capilla
n un escenario en el que todos
los partidos están bailando un
sirtaki al son de los vaivenes de
la crisis griega, intentando recolocarse en función de los acontecimientos que varían día a día, quien más se juega en el envite es Podemos. Y es que desde que Pablo Iglesias se fotografiara con
Alexis Tsipras en el mitin final de campaña de Syriza, el pasado mes de enero, Podemos ha unido su destino al de Syriza y al
éxito o al fracaso de las políticas antiausteridad que el primer ministro griego ha tratado de sacar adelante en Europa. La inquietud empezó a cundir en la cúpula del
partido morado cuando las negociaciones
de Atenas con sus socios europeos empezaron a torcerse y las encuestas daban un
resultado muy ajustado en el referéndum
del pasado día 5. De hecho, esta vez no fue
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El PP está tratando de
asociar la imagen del
‘corralito’ griego al
partido morado
Pablo Iglesias no acompañó a Alexis Tsipras en los días previos al
Iglesias quien acudió a Atenas para mostrar
su apoyo a Tsipras, como sucedió antes de
las elecciones griegas, sino el eurodiputado Miguel Urbán, miembro además de la
corriente crítica de la formación.
Ante la incertidumbre provocada por el referéndum, los dirigentes de Podemos empezaron a insistir en que España no es Grecia
y que la situación es muy diferente en los
dos países. Así se expresaba Pablo Iglesias
en la Ser, explicando que “tenemos una gran
amistad con Syriza, pero afortunadamente,
España no es Grecia”, ya que “somos una
economía con mucho más peso en la eurozona y con un administración más fuerte”.
Así que “no tiene sentido trazar paralelismos”. En la misma línea se movía, Íñigo Errejón, hace dos semanas ante los medios, mostrando su apoyo a Tsipras pero asegurando
que la situación entre ambos países es "radicalmente diferente" y que, por tanto, Podemos no sería víctima de las consecuencias
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referéndum, como sí hizo antes de las generales griegas.
de la crisis griega. “Ante los intentos de algunos de airear el miedo, nos parece que los
ciudadanos van a concurrir a las próximas
elecciones generales pensando en las necesidades de España y en las condiciones de
España”, explicaba Errejón.
Y eso es precisamente lo que está tratando de evitar el PP. Mariano Rajoy señalaba
la semana pasada que “algo ha pasado en
Grecia” para que en pocos meses haya empeorado su situación económica y ha advertido de que el hecho de que el PSOE quiera cambiar las reformas con el apoyo de Podemos es "malo para España y muy malo para los españoles”. Aunque para azuzar el
miedo no es imprescindible ceñirse a la realidad, como demostró el flamante nuevo
vicesecretario de Comunicación del PP Pablo Casado, que aparte de que referirse a que
Podemos ha unido su destino a un gobierno
“que ha llevado a los griegos a ir al cajero
automático y no poder sacar sus ahorros” o
EUROPA PRESS
Ante la incertidumbre
provocada por el
referéndum, Podemos
ha insistido en que
“España no es Grecia”
Iglesias ha instado al
PSOE a “mover ficha” y
apoyar al Ejecutivo de
Atenas
“que ha ido a una situación en la que los
pensionistas puede que no cobren sus pensiones”, se lanzó a afirmar que los griegos
han metido sus ahorros en el colchón “desatando una ola de atracos y violencia inusitada”. Una ola de atracos y violencia de la
que nada se sabe en Grecia.
Y es que el PP le ha pillado a contrapié la
amplia victoria del ‘no’ en el referéndum. El
‘sí’ habría supuesto un duro golpe para Podemos y habría venido a abonar la teoría defendida por Rajoy de que no es posible aplicar otras políticas diferentes a las que ha desarrollado el PP, que no es posible salir del
marco de la austeridad impuesto desde Bruselas y Berlín. Sin embargo, el amplio respaldo al ‘no’ ha provocado que el Ejecutivo
haya rebajado el tono y que después de que
Rajoy afirmara hace unos días que si ganaba el ‘no’ a Grecia no le quedaba más remedio que abandonar el euro, su ministro
de Economía, Luis de Guindos, manifestó su
apoyo a la permanencia de Grecia en el euro y se mostró partidario de negociar el tercer rescate que ha solicitado el Ejecutivo de
Syriza.
De que lo que es bueno para Tsipras es
bueno para Iglesias da cuenta el hecho de
que, el pasado lunes, tras conocerse el resultado del referéndum y la abultada victoria del ‘no’, el secretario general de Podemos compareció ante los medios arropado
por buena parte de la plana mayor del partido, junto a Errejón, Carolina Bescansa, Sergio Pascual, Gemma Ubasart o el nuevo secretario de Economía, Nacho Álvarez. Y en
torno a la pregunta de si estaba preocupado
por las consecuencias del referéndum y de
la situación en Grecia, Iglesias respondió que
"no tenemos que estar preocupados por la
democracia, está muy claro que la austeridad no ha funcionado. La palabra más importante para entender lo que va a pasar es
esperanza, para nada preocupación". Además, el secretario general de Podemos lanzó un recado al PSOE y a la familia socialista europea, a los que instó a “mover ficha”
y a los que Podemos tiende “la mano”. “Hoy
es un buen día para que el PSOE reflexione”, explicaba Iglesias, señalando que hay
sectores en el socialismo francés, italiano y
belga que apuestan por virar hacia una política europea que acabe con la austeridad
(ver apoyo: ‘El PSOE, entre dos fuegos’).
Lo peor para Podemos es que Tsipras tenga
que tragar con ciertas reformas y recortes que,
en un principio no contemplaba, cruzando líneas rojas que puedan poner en entredicho su
proyecto político. Y eso dando por descontado con Grexit, una posibilidad que estaba ennº 1118. 13–19 de julio de 2015
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cima de la mesa a finales de la semana pasada, supondría un mazazo para Podemos y reforzaría el argumentario del PP que asocia a
Podemos y Syriza con una hecatombe económica y social. Al cierre de esta edición todavía no se había producido la cumbre extraordinaria de la UE en la que estaba previsto
poner punto final, para bien o para mal, a la
crisis griega. Pero en la solicitud del tercer rescate que Atenas presentó ante el MEDE, Tsipras parece acceder a una reforma de las pensiones que hasta ahora había sido el principal
escollo de las negociaciones. Es más, parece
incluso dispuesto a renunciar, o por lo menos
a posponer, su principal caballo de batalla:
una reestructuración de la deuda.
Unas primarias enredadas. Habrá que ver
cómo consigue Podemos sortear los efectos
colaterales de la situación griega, y más en
un escenario en el que crece la oposición
interna al sistema de primarias y en el que,
además, empieza a articularse un movimiento de unidad popular -con el nombre
de Ahora en Común e impulsado por dirigentes de IU, como Alberto Garzón, y de
Equo, junto a críticos de Podemos y cargos
de las plataformas ciudadanas municipalistas- que le puede disputar espacio electoral
en las generales.
“La hoja de ruta está trazada, con el aval
Mientras trata de
sortear la crisis griega,
Iglesias ve cómo crece
la oposición a su
sistema de primarias
Además, la confluencia
impulsada por Garzón y
rechazada por Iglesias
está encontrando eco
fundamental del Consejo Ciudadano Estatal,
que contó con un enorme apoyo”. Así zanjaba Pablo Iglesias la semana pasada la posibilidad de rectificar el diseño de las primarias planteado por la cúpula del partido.
Eso sí, ante la posibilidad de que los críticos
consigan recoger el suficiente número de firmar para convocar un referéndum entre los
inscritos en Podemos sobre el asunto, Iglesias señaló que “cumpliremos a rajatabla la
legalidad estatutaria de Podemos, en lo que
respecta a las firmas y a la legalidad de una
consulta por supuesto que también”.
En relación a las primarias, fue el pasado
Pablo Casado se ha convertido en el ariete del PP contra Podemos.
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EUROPA PRESS
lunes cuando 500 cargos del partido morado –encabezados por la portavoz de la formación en Andalucía, Teresa Rodríguez, el
alcalde de Cádiz, José María González, o los
eurodiputados Miguel Urbán y Lola Sánchez,
entre otros– lanzaban un manifiesto titulado
‘Por una consulta popular sobre las primarias de Podemos’, con el objetivo de recoger las suficientes firmas para forzar el referéndum que recogen los estatutos del partido. Al cierre de esta edición, el pasado jueves, más de 7.000 personas habían suscrito
el texto. Una cifra importante pero todavía
lejos de los más de 35.000 que necesitan,
ya que los estatutos fijan una barrera mínima del 10 por ciento de los inscritos.
Y es que los críticos consideran que las
primarias están diseñadas para que la elección de los candidatos a las generales esté controlado directamente por la cúpula
del partido, reduciendo al mínimo la posibilidad de que en las candidaturas aparezcan voces alternativas. Las objeciones
de los críticos son básicamente tres. La primera es la celeridad con la que se han convocado y el escaso margen que dejan para elaborar listas alternativas. La segunda
es que las primarias se han convocado a
circunscripción única a nivel estatal, sin
votaciones a nivel provincial o autonómico. Será tras la votación cuando se decida
quién concurre por cada una de las circunscripciones, lo que puede provocar que
en las generales haya listas encabezadas
por personas que no tienen nada que ver
con esa provincia. Y la tercera crítica es el
sistema de ‘listas plancha’ utilizado por el
partido en todas las votaciones que ha celebrado en los últimos meses para constituir sus órganos internos. Mediante este sistema, los simpatizantes de Podemos pueden elegir entre apoyar una lista completa
o dar su apoyo a miembros de varias listas. Los críticos señalan que los simpatizantes suelen elegir la opción más sencilla, la de apoyar una lista completa, normalmente las más conocida y con más respaldo mediático. Es decir, la impulsada por
Pablo Iglesias y su equipo.
Una lista de la que ya se conocen los
nombres, según adelantaba Público la semana pasada. En ella estará la excandidata
de IU en la Comunidad de Madrid y expareja de Iglesias, Tania Sánchez, junto a otros
independientes como el abogado y exvocal
del Consejo General del Poder Judicial, José Manuel Gómez Benítez, y el portavoz de
la Asociación Unificada de la Guardia Civil, Juan Antonio Delgado. La lista avanzada por Público, de la que al cierre de esta
edición todavía no había confirmación oficial, incluye además a los principales dirigentes de la formación, como el número
dos Íñigo Errejón, y los también miembros
de la Ejecutiva Rafa Mayoral, Luis Alegre,
Pablo Bustinduy, Sergio Pascual, Carolina
Bescansa, Irene Montero, Angela Ballester
y Auxiliadora Honorato, así como a otros
miembros de la dirección nacional.
Pablo Iglesias había intentado sumar también a esta candidatura al candidato de IU a
la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón,
o la exdirigente juvenil socialista Beatriz Talegón, aunque en ambos casos han rechazado su ofrecimiento. En total, la lista está compuesta por 65 personas, con la idea de que
se complete a raíz de la convergencia con
otras fuerzas como ICV en Cataluña, Compromís en la Comunidad Valenciana, las Mareas en Galicia o Mès en Baleares.
Mientras, tras la negativa de Iglesias a establecer una candidatura común con IU, el
llamamiento de Alberto Garzón para replicar en las generales las candidaturas ciudadanas de las municipales parece haber encontrado eco en ciertos sectores de la izquierda. El pasado miércoles se lanzaba el
manifiesto Ahora en Común y el viernes tenía lugar un acto en el Circulo de Bellas Artes de Madrid para debatir sobre una “candidatura ciudadana y unitaria” para las generales. Un acto en el que estaba confirmada la presencia de Garzón, del candidato de
Equo Juan López de Uralde, y de otros representantes de Ahora Madrid y Zaragoza
en Común.
Al acto también estaba previsto que asistiera Talegón, que la semana pasada daba
a conocer su salida del PSOE y que estuvo
en la presentación de Decide, un partido
impulsado por críticos del PSOE como Alberto Sotillos –hijo de Eduardo Sotillos, antiguo portavoz de Felipe González, que intentó presentarse a las primarias del PSOE
el año pasado sin reunir los avales necesarios–. Un piedra más en el zapato de un
Iglesias dispuesto a concurrir con las siglas
de Podemos en las generales. l
EUROPA PRESS
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El líder del PSOE se ha situado entre la “extrema derecha” y la “extrema izquierda”.
Pedro Sánchez busca el centro
El enfrentamiento entre Bruselas y el gobierno griego ha
dejado al PSOE en una situación intermedia, con la postura
de los primeros identificada con
el PP y la de los segundos con
Podemos. Así las cosas, Pedro
Sánchez compareció ante la
prensa la semana pasada distanciándose de ambos, calificándolos como “la extrema derecha” y “la extrema izquierda”,
y subrayando que los dos están
“instrumentalizando la crisis y
el sufrimiento de los griegos para sacar beneficio político”.
Sánchez puso “en duda que los
votantes de Podemos vean el
corralito o el cierre de los bancos griegos con admiración”
porque “seguramente lo ven
con preocupación”.
El objetivo de Sánchez, en la
comparecencia tras una ejecutiva dedicada a analizar el
resultado del referéndum griego, fue lanzar un mensaje de
moderación, llamando a la
“responsabilidad” del Ejecutivo de Alexis Tsipras para impulsar reformas, pero al mismo tiempo reclamando a las
instituciones europeas “toda
la solidaridad” posible con los
griegos. Así, por un lado, exigía a Tsipras que “abandone su
estrategia de confrontación” y
que “respete las normas de la
Unión Europea”, y por otro que
hacía lo mismo con Rajoy para que “exija a la Comisión el
fin de la austeridad”.
El PSOE estableció sus líneas maestras sobre la negociación con Grecia el pasado
mes de enero, a través de un
documento titulado ‘Pacto europeo por la competitividad,
el empleo y la cohesión social’. En él, apostaba por la
mutualización de la deuda de
los países de la UE y por aliviar la carga de la deuda pública de Grecia, alargando
plazos y rebajando el tipo de
interés. También abogaban
por revisar el calendario y la
senda de reducción del déficit público, para no socavar el
crecimiento económico de
Grecia.
Unas posiciones que, hasta
ahora, no han tenido mucho
predicamento en Europa, ni siquiera entre la familia socialista, dividida a la hora de enfocar la cuestión griega. El pasado martes, Sánchez se reunía en Bruselas con todos los
líderes socialistas europeos para fijar una postura común. Una
cuestión espinosa, ya que hay
partidarios de ser flexibles con
Grecia, como el presidente
francés, François Hollande, y
firmes partidarios de hacerle
cumplir sus compromisos, como el líder de los socialdemócratas alemanes y vicecanciller
alemán, Sigmar Gabriel, que
tras conocerse el resultado del
referéndum afirmó que Tsipras
“ha roto los últimos puentes
entre su país y Europa”.
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POLITICA
Nacho Álvarez, secretario de Economía de Podemos
“LO QUE PROPONE
SYRIZA Y PODEMOS ES
DIFERENTE”
Nacho Álvarez acaba de ser nombrado secretario de Economía de Podemos, pero a
diferencia de la mayor parte de la Ejecutiva del partido, no está en la lista con la
que Pablo Iglesias se presenta a las primarias de las generales. Álvarez explica a
EL SIGLO que ha renunciado a formar parte de esa candidatura “por un cuestión
laboral; yo trabajo en la Universidad [la de Valladolid] y quiero seguir haciéndolo.
No me apetecía dar el salto a la política profesional”. En el proceso participativo
que ha abierto Podemos para la elaboración del programa de cara a las generales,
él será quien supervise el área económica, con una premisa clara, “terminar con la
austeridad”, aunque no exactamente por el camino que ha tomado Syriza. Según
explica, “Podemos tendría margen para hacer cosas y la estrategia de negociación
que se seguiría no tendría que ser la de Syriza, ni mucho menos. Y seguramente
eso es algo que no hemos sabido transmitir bien”.
H
Por M. C.
asta qué punto afecta a Podemos de cara a las generales el
acuerdo que Grecia consiga con
los acreedores?
—Es indudable que va a afectar, a pesar
de que la situación en España y en Grecia
es distinta y las cosas que proponen Syriza
y Podemos son diferentes, los votantes han
hecho una identificación entre ambos proyectos, en parte porque hay una identificación que tiene que ver con los lazos de solidaridad y con la propia identificación que
nosotros mismos hemos hecho. Así que es
innegable que algo nos va a afectar. Pero
creo que la mímesis, a veces, es mucho más
fuerte de lo que corresponde a la realidad
de los dos países y, por lo tanto, de las dos
propuestas. Aunque nos va a afectar, un gobierno de Podemos tendría margen para hacer cosas y la estrategia de negociación que
se seguiría no tendría que ser la de Syriza,
ni mucho menos. Y seguramente eso es algo que no hemos sabido transmitir bien.
—En la presentación sobre el proceso de
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elaboración del programa se mencionaron
algunos expertos con los que están colaborando, como Thomas Piketty o Vincenç Navarro pero me llamó la atención que no se
hiciera alusión a Juan Torres, coautor junto
a Navarro del documento presentado en noviembre. ¿Ya no cuenta Podemos con Torres
y sí con Navarro?
—No, hasta ahora la comunicación ha sido fluida tanto con Juan como Vicenç. Tampoco se mencionó a María Pazos y Bibiana
Medialdea, se me pasó en el momento. Pero con ellos y con ellas en particular se sigue contando. A principios de septiembre
pondremos sobre la mesa un comité de expertos que, de alguna forma, valide y dé opinión cualificada sobre las propuestas económicas de Podemos.
—¿Estará Piketty en ese comité?
—No lo sé, no lo puedo anticipar. Lo que
sí que es verdad es que estamos discutiendo con él lo que entendemos que debería
ser una propuesta alternativa a la austeridad.
Lo que nos interesa es conocer su opinión
sobre lo que significa para Europa y para España una propuesta alternativa a la austeri-
dad. Si luego él quiere sumarse o no a ese
comité será una decisión suya y será muy
bienvenido.
—A la vista de las dificultades con las
que se está topando Grecia, ¿Podemos aspira a una renegociación de la deuda pública española?
—Podemos aspira a una renegociación
específica de la deuda española que tiene
que ver con las particularidades de la economía española. Me refiero a que Grecia
necesita como el agua una renegociación
de su deuda pública, pero eso no es algo
que España necesite para empezar a hacer
cosas. En este momento se financia en los
mercados internacionales con condiciones
normales y tiene margen para llevar a cabo estas políticas. Ahora bien, eso no significa que nosotros renunciemos a la reestructuración de la deuda, pero la vinculamos a la deuda privada y, en concreto, a
la deuda hipotecaria de los hogares. Pensamos que esta deuda debe ser reestructurada para acercar el valor de las hipotecas
al valor real de los activos de mercado, porque hay muchos hogares que siguen pa-
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gando hipotecas por activos que ya no valen lo que las hipotecas dicen que valen.
Y esto debería afectar especialmente a los
hogares con menor renta. Debería permitirse además la dación en pago, que es otra
vía de reestructuración de esta deuda. Pensamos igualmente que hay una parte de la
deuda pública que sí tiene que ser renegociada, la que tiene que ver con el memorando de entendimiento y con el rescate al sistema financiero español. ¿Consideramos que no debe pagarse a Europa?
No, consideramos que debemos renegociar con Europa quién paga esa deuda. Entendemos que es un dinero que los contribuyentes han adelantado al sistema financiero español y que el sistema financiero
español debe contribuir devolviendo ese
rescate. Una vez que los bancos se han recapitalizado, la parte de la deuda pública
que ha estado vinculada a su rescate debe
ser asumida por ellos.
—¿La dación en pago debería ser retroactiva?
—No conviene adelantar cuestiones tan
puntuales sobre las que están trabajando las
“El PSOE ha sido la
fuerza política que
introdujo la austeridad
en España”
“Buena parte de la
dación en pago debería
ser retroactiva”
distintas comisiones de elaboración programática. Pero mi opinión personal es que buena parte de la dación en pago debería ser retroactiva. Seguramente haya que estudiarlo
en proporción a los ingresos de los hogares
y fijar qué tipo de retroactividad cabe en función de qué tipo de hogares. Pero mi opinión personal, no la de Podemos, es que debería haber un importante grado de retroactividad, fundamentalmente porque la burbuja inmobiliaria ha sido asumida en España por los millones hogares mileuristas que
firmaron hipotecas en los años del boom y
no ha sido asumida por el sistema financie-
ra, que tuvo una responsabilidad muy importante. Ha llegado la hora de compartir
los costes y que esos hogares queden liberados de la deuda.
—¿De dónde se puede seguir recortando
dinero en los presupuestos y qué partidas necesitan más inversión pública?
—Pensamos que la necesidad de darle la
vuelta a los Presupuestos Generales y de que
se ponga en marcha una política fiscal expansiva no pasa por recortar de algunos sitios para gastar en otros. La lógica es que a
día de hoy España tiene un gap con Europa
de siete u ocho puntos del PIB en gasto público. Firmé un artículo hace unos días en
El País en el que explicaba que la propuesta de Podemos es gastar 25.000 millones de
euros al año más en una legislatura completa, un total de 100.000 millones, como
instrumento de política expansiva. No se trata de recortar, sino de que el Estado se ponga al servicio del crecimiento, y de un crecimiento distinto, que priorice la creación
de empleo.
—¿Qué subidas de impuestos serían necesarias para ello? ¿Habría que tocar el IRPF
de las rentas medias y bajas?
—Corresponde hacer una reforma tributaria que debe tener dos objetivos: mejorar
la recaudación, recortar al menos la mitad
de este gap de ocho puntos del PIB, y modificar sustancialmente la progresividad del
sistema. El espíritu de lo que Podemos está
planteando, que ya se vio en el programa
marco para las autonómicas es que las subidas de impuestos tengan que ver con las
grandes empresas, con los grandes patrimonios. Consideramos un poco desdibujado el
debate sobre si el impuesto de Sociedades
debe ser del 30, del 25, del 35 por ciento,
porque cuando uno observa el tipo efectivo,
lo que se ve es que las grandes empresas de
este país pagan el 5 por ciento. Debemos
acercar los tipos efectivos a los nominales,
porque tenemos un sistema donde todas las
deducciones que se han habilitado, que fundamentalmente benefician a los patrimonios
y a las rentas más altas, dado el carácter regresivo que estas tienen, contribuyen a desfiscalizar el sistema y que la recaudación se
hunda en los momentos de crisis.
—¿Es factible flexibilizar los objetivos
de déficit como ha venido defendiendo
Podemos?
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POLITICA
—Lo que Podemos plantea es que de los
tres déficit que tiene España, el público, el
social y el estructural, nosotros priorizamos
los dos últimos. Consideramos que el déficit
público debe atenderse, pero que debe estar
subordinado a los otros dos. Esto supone enfrentarse al pacto fiscal y tener que negociar
con Bruselas: sí, es evidente. Y esto va a entrañar conflicto. Pero hay que ser conscientes de lo que estamos planteando, porque el
pacto fiscal se ha incumplido en más de 100
ocasiones en la última década, por Alemania, actualmente por Francia, por Italia… Estamos planteando que el conflicto y la negociación con Bruselas no se va a desarrollar en un escenario igual al de Grecia.
—Hace unos días Luis María Linde instaba a los españoles a suscribir planes privados de pensiones porque éstas se reducirán
de forma “inexorable”, ¿está de acuerdo?
—Desde hace décadas, son múltiples los
estudios que vienen avisando de que el sistema es insostenible. Estudios interesados,
financiados por la patronal financiera o las
aseguradoras, y que sistemáticamente han
utilizado el argumento demográfico para sustentar esta insostenibilidad. Pero estos estudios han venido mostrando inconsistencia a
medida que pasaba el tiempo, porque en el
debate sobre las pensiones se hurta siempre
la variable fundamental, que es la productividad. A finales de los años 70, cuando se
pone en marcha un sistema público de pensiones, un número de asalariados similar al
actual sostienen a tres millones de pensionistas. Sin embargo, 30 años después, el mismo número asalariados sostienen a un número de pensionistas que es tres veces superior, 10 millones. Esto es posible porque
la productividad crece y tiene capacidad para sostener a un número cada vez mayor de
personas que no trabajan. El debate fundamental es netamente político, en torno a qué
decide hacer una sociedad con los incrementos de productividad que acumula a lo
largo del tiempo. Nuestro sistema de pensiones empieza a tener problemas fruto de
la destrucción acelerada de puestos de trabajo con la crisis, pero no tenía problemas
hasta ese momento. Con una política que
recupere el empleo y las bases de cotización
a la Seguridad Social sería posible restaurar
la edad de jubilación a los 65. Además, no
está escrito en mármol que el sistema de
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“Los bancos deben
pagar la deuda pública
vinculada a su rescate”
“Grecia necesita como
el agua una
renegociación de su
deuda pública; España,
no”
pensiones deba sostenerse exclusivamente
de la contribución de empresarios y trabajadores, también es posible sostenerlo a base de impuestos, como sucede en otros países desarrollados.
—Deduzco que Podemos renuncia a fijar
la edad de jubilación en los 60 años, como
aparecía en el programa de las europeas.
—No anticiparía resultados en el proceso
de elaboración programática. Pero lo que
hemos venido diciendo es que, en efecto,
seríamos partidarios de bajar la edad de jubilación de los 67 a los 65, pero los 60 no
es un escenario que se contemple en este
momento.
—La renta básica es una de las cuestiones
programáticas de Podemos que más ha llamado la atención, ¿qué forma va a tomar de
cara a las generales?
—Insisto en que no cabe anticipar por mi
parte el resultado de la elaboración programática, pero, en mi opinión, una renta bá-
sica universal no es lo que corresponde poner sobre la mesa, tanto por razones económicas como políticas. De lo que se trata es
de dar un paso adelante, pero eso pasa por
una renta ciudadana garantizada para los hogares sin ingresos. Según los cálculos que
hemos hecho a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, supondría alrededor del 1 por ciento del PIB.
—Según las encuestas, el próximo Congreso de los Diputados estará muy fragmentado y serán necesarios acuerdos a varias
bandas para articular mayorías de gobierno,
¿qué líneas rojas marca Podemos en materia económica para llegar a acuerdos con el
PSOE?
—El principio fundamental para nosotros
es terminar con la austeridad. El PSOE ha
sido la fuerza política que, en este ciclo de
crisis, introdujo la austeridad en este país.
Y, por lo tanto, o son capaces de plantear
un giro de 180 grados respecto a su política presupuestaria y en particular a los recortes de los servicios públicos, o será muy
complicado un pacto con ellos. Además,
España necesita una reforma tributaria que
amplíe la recaudación de forma progresiva
y que lo haga combatiendo el fraude, que
fundamentalmente se produce en las renta
más altas. Y también una tercera cuestión
que tiene que ver con el mercado de trabajo. Hay que derogar la reforma laboral y
avanzar hacia un mercado de trabajo del
que extirpemos de, una vez por todas, el
problema de la precariedad tan grande que
tiene el país.
—¿Es sólida la recuperación económica
que está vendiendo el Gobierno?
—No, pensamos que la recuperación económica responde al viento de cola de factores externos. Tienen que ver con la acción del BCE y el efecto que esto ha tenido
con un cierto recorte de los tipos de interés y de la recuperación del crédito. En lo
que dependen de la economía española, ha
tenido que ver con un cambio en el consumo público. El consumo público se había recortado durante toda la legislatura y
en 2014 comienza girar. Lo cual evidencia
la capacidad de una política fiscal diferente para propiciar la recuperación. Pero esto tiene más que ver con el ciclo electoral
que con la voluntad del gobierno de modificar su política. l
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POLITICA
S. RUIZ
Nick Malkoutsis, periodista y director adjunto de la
edición en inglés del ‘Kathimerini’
“EL PUEBLO GRIEGO ESTÁ
EXHAUSTO”
Desde de referéndum del no, en Grecia los hechos se suceden a la velocidad del
rayo. Nuevas propuestas alternativas a las de la Troika que requieren de la
reflexión y el análisis de una de las voces más autorizadas del periodismo griego,
Nick Malkoutzis. Este profesional, director adjunto de la edición en inglés del
rotativo Kathimerini y fundador del portal de análisis MacroPolis ha pasado por
Barcelona para recoger el Premio Ernest Udina a la Trayectoria Europeísta 2015 que
concede l’Associació de Periodistes Europeus de Catalunya (APEC). La actualidad
de la crisis lo retenía en Atenas pero la promesa hecha a su hijo Frankie, de seis
años, admirador de Messi, de visitar el Camp Nou le permitió hacer una visita
relámpago a la Ciudad Condal.
Q
Por Teresa Carreras (Barcelona)
ué valor le concede a este premio que le otorga la profesión
periodística?
—Para mí ha sido un honor.
Porque el premio me lo han dado mis compañeros de profesión catalanes y ello ha si-
do un orgullo. Asimismo porque la APEC
aprecia el trabajo de los profesionales para
hacer entender la complejidad de las políticas europeas y, finalmente, porque lleva el
nombre de un periodista de reconocido prestigio no sólo por su trabajo, sino también por
su sentimiento europeo.
—¿Se esperaba que el no ganara al sí por
una diferencia tan holgada en el referéndum
convocado por Tsipras?
—Todo el mundo, incluido el gobierno,
se sorprendió de que el no ganara por tanta
diferencia. Creo que con este resultado muchos griegos vieron en el referéndum una
oportunidad para expresar su frustración con
las políticas de los últimos cinco años. Parece también que los esfuerzos de los políticos europeos para persuadir o presionar a
los griegos a votar por el sí tuvieron el efecto contrario. Ahora, con la legitimidad del
resultado, la idea es construir un puente hacia las instituciones europeas aunque veremos como se gestiona el no. Tsipras tiene
detrás suyo un acuerdo con los grandes partidos y esto tal vez le ayude. Pero hoy en día
los griegos tienen poco que celebrar y mucho que los divide. Desde las capitales hay
una impresión errónea de que los griegos están fuertemente unidos. No olvidemos que
la pregunta del referéndum obligó a muchos
griegos a votar unos recortes que no querían
para salvaguardar su adhesión al euro y tener un futuro estable. Los rescates europeos
no han llegado a la gente de la calle.
—¿Por qué cree que Europa tuvo miedo al
referéndum?
—Preguntar a la ciudadanía puede sentar
un precedente, ser un ejemplo negativo para la Eurozona y a lo mejor otros lo quieren
seguir. También significó un contratiempo
porque muchos pensaban que habría acuerdo y la convocatoria fue una sorpresa. Pienso que la idea de referéndum es buena pero no lo fue el momento escogido. Llegó demasiado tarde y añadió dificultades a la relación entre Atenas y Bruselas. Se puso demasiada presión sobre la sociedad griega.
—La desconfianza entre la Unión Europea
y Grecia ha ido aumentando. ¿Por qué cree
que ha sido así?
—La falta de confianza viene de muy lejos. En los últimos cinco años hemos tenido
seis partidos políticos en el Gobierno y esto
hace que la gente haya perdido la fe en las
reformas. En enero hubo cambio de Gobierno. Syriza tenía muy poca experiencia
en la negociación e interpretó mal como trabaja la Europa tecnocrática. El lenguaje de
los de Tsipras, con Varufakis a la cabeza, era
muy agresivo y esto fue un choque para los
europeos. Ahora con Tsakalotos, Tsipras
quiere mejorar el ambiente en el Eurogrupo.
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POLITICA
El objetivo de Syriza era llevar la negociación al terreno político y Bruselas, en cambio, no la dejaba salir del terreno económico. La Unión Europea (UE) sabe que tiene
que estar de acuerdo con las demandas de
todos los acreedores y a veces es difícil. No
todos utilizan el mismo lenguaje y esto creó
una atmósfera muy contaminada.
—¿Usted se siente europeísta?
—Yo soy fruto de la emigración. Nací en
Londres y volví a Atenas hace una década
para cerrar el círculo. Conozco bien Europa, pero tengo que ser honesto y admitir que
estos últimos años nuestros socios han hecho que me preguntara muchas veces qué
es Europa, qué queda de su relato inicial, hacia dónde va y qué quiere decir ser europeo.
Europa ha de entender sus problemas de conjunto y los problemas individuales de cada
uno de sus miembros y solucionarlos. Después del referéndum se necesitará tiempo
para sanar las cicatrices entre unos y otros.
A la UE le hace falta liderazgo y un impulso en el proyecto europeo. Los que más han
votado no han sido los jóvenes. Esto debería hacer reflexionar a Europa.
—¿Qué le pareció la lucha de institucio-
“En Grecia se ve a
Podemos como
alternativa en las
próximas generales”
“Europa no tiene por
qué tener miedo de los
referendos”
nes y Gobierno griego en los medios de comunicación?
—Tiene razón. Ambas partes han utilizado a los medios tanto como han podido. Ha
habido mucha propaganda por parte de todos y esto es una pena. No se ha hablado
del impacto de la aplicación de las medidas
europeas en la gente. El pueblo griego quiere un acuerdo rápido y que se resuelvan los
problemas creados en los últimos años. El
pueblo griego está exhausto.
—Antonis Samarás, de Nueva Democracia, ha sido la primera víctima. El presidente español, Mariano Rajoy, coincidió con él
diciendo que si ganaba el no Grecia debe-
Nick Malkoutzis, en el acto de entrega del Premio Ernest Udina a la Trayectoria Europeísta en
su décimo aniversario. En la foto, el segundo por la derecha, con su hijo Frankie y la presidenta de
la APEC y periodista de EL SIGLO, Teresa Carreras, flanqueados por José Martí, de la APEC, a la izquierda, y Roger Albinyana, secretario de Asuntos Exteriores y de la Unión Europea del Govern de
la Generalitat, a la derecha.
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ría salir de la UE. ¿Qué le diría ahora?
—El presidente de Nueva Democracia debería haber dejado su cargo en enero cuando su partido perdió las elecciones por un
amplio margen. Él apoyó el sí y por ello no
tuvo más remedio que dimitir. En cuanto a
Rajoy, creo que es importante que ayude a
Europa a aceptar el resultado del referéndum
y a negociar de buena fe si el Gobierno griego muestra claramente que se quiere llegar
a un acuerdo. El hecho de no mostrar disposición a hablar con Atenas y de no querer analizar nuevas propuestas sentaría un
precedente peligroso para Europa.
—¿Se ha notado en Grecia el apoyo del
PSOE a sus amigos tradicionales del Pasok?
—Una de las cosas que más ha sorprendido a los griegos es que no se haya oído la
voz de la gente en países que pasaban por
una situación similar, aunque no tan mala,
como Irlanda, Portugal o España. En relación
a los socialistas también fue una lección. Los
socialdemócratas no supieron expresar su
voz. Los griegos no sentían que el Pasok los
defendía. El único plan que apoyaban los socialistas era lo que presentaba la Troika. Ellos
nunca presentaron un plan concreto, diferenciado para salir de la crisis. A raíz de esto el Pasok quedó totalmente colapsado y
perdió la mayoría de su representación parlamentaria. A Pedro Sánchez se le ha visto
poco por Atenas. En cambio, en Atenas se
ha oído mucho la voz de Podemos. Por esto se interpreta que en las próximas elecciones generales españolas puede haber una
auténtica voluntad de cambio. Desde Grecia se ve que Podemos está tomando una
cierta distancia. Todavía recuerdo a Pablo
Iglesias hablando y colaborando con Tsipras
en la pasada campaña.
—Grecia ha celebrado un referéndum y
en Cataluña también hay un debate sobre el
derecho a decidir su futuro político. ¿Cómo
lo ve?
—Los referendos se han utilizado muchas
veces en Europa. Si las campañas son limpias y no se utiliza el voto del miedo, son
una buena manera para expresarse. La situación de Grecia y Cataluña son parecidas pero se tiene que decidir sobre cosas
diferentes. A Europa no le tendrían que asustar los referendos. Los ciudadanos se comprometen mucho más con las decisiones
tomadas.l