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1
República Bolivariana de Venezuela
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
Centro Nacional de Bioética
Maestría en Bioética
III Cohorte
“RELACIONES INTERPERSONALES Y DIALOGO”
En el concepto del Filósofo Platón
Docente:
Prof. María Isabel Parada
Estudiante de Maestría en Bioética:
María Luisa Pellino C.
Caracas, 03 de Agosto de 2013
2
INDICE
Introducción……………………………………………………………………………………3
Biografía de Platón……………………………………………………………….…………....4
Filosofía de Platón……………………………………………………………………………..8
Aventura del Pensamiento y el mundo de las Ideas…………………………………………..11
La obra de Platón……………………………………………………………………………..12
Mito de la Caverna……………………………………………………………………………16
Preocupación de Platón por la relación médico-enfermo e importancia de la amistad………22
Resumen del pensamiento Platónico………………………………………………………….25
Influencia de Platón sobre otros pensadores…………………………………………………..28
Vigencia actual de la filosofía Platónica………………………………………………………28
Opinión Personal………………………………………………………………………………30
Conclusiones…………………………………………………………………………………..32
Anexos………………………………………………………………………………………....33
Bibliografía…………………………………………………………………………………….37
3
INTRODUCCION
Las bases del pensamiento filosófico occidental, se asentaron en la antigua civilización
griega, gracias al trabajo de numerosas figuras; la más importante de ellas, Platón. Su obra
valora los conocimientos generados por sus predecesores, los llamados “Filósofos
presocráticos” (Tales de Mileto, Heráclito y Parménides), y por Sócrates mismo, su amigo y
maestro. A su vez, tocó a Platón ser el maestro de Aristóteles, otra de las grandes figuras de la
filosofía occidental. En sus “Diálogos” Platón no ofreció respuestas definitivas. Sin embargo
planteó los problemas más importantes que ocupan a la filosofía hasta el presente; al grado de
que, según el pensador austriaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951), la filosofía occidental es
sólo un conjunto de notas a pie de página de los “Diálogos” Platónicos. A diferencia de
Sócrates, Platón dejo un importante legado escrito que se conserva completo. La parte más
importante de éste son sus “Diálogos”, que hacen entrever, la importancia de las relaciones de
las personas entre sí y con su entorno. En esas obras postula teorías sobre todos los ámbitos de
la filosofía: Ética, Lógica, teoría del conocimiento, cosmología, metafísica y política; y se habla
en ellas de una sociedad ideal y de una inmortalidad del alma. En sus diálogos, Platón expresa
las ideas centrales de su pensamiento: La importancia de la virtud en conexión con la verdad y
la belleza, la doctrina de las formas, según la cual, en un lugar determinado del cosmos se
encuentran los modelos de las realidades terrenales, y la constante lucha entre el cuerpo con sus
deseos y el espíritu con sus ideales. El antiguo pensador griego, Platón, decía que el tiempo es
una constancia similar a la eternidad.
La escuela fundada por este antiguo filósofo se convirtió en el prototipo de la educación
moderna. Los contemporáneos lo llamaban el maestro divino.
De acuerdo con la Enciclopedia de Filosofía de la Universidad de Stanford, Platón es
uno de los autores más penetrantes e influyentes en la historia de la filosofía. Sus preguntas son
tan profundas que los lectores cultos de casi cualquier época han recibido su impacto y en todos
los tiempos ha habido filósofos que se consideran platónicos en algún sentido.
El presente trabajo, pretende mostrar la importancia de Platón como fundamento de los
estudios filosóficos actuales y de qué forma su obra ha influenciado las relaciones
interpersonales y al diálogo que debe existir en toda colectividad para mantener la organización
y la armonía.
4
RELACIONES INTERPERSONALES Y DIALOGO
INFLUENCIA DE PLATON
Biografía de Platón:
Platón nació en Atenas en el año 427 a.C en una familia aristocrática ateniense. Su
padre fue Aristón, quien se decía descendiente de Codro, el último de los reyes de Atenas, y su
madre, Perictione, cuya familia estaba emparentada con el conocido legislador ateniense Solón;
era hermano menor de Glaucón y de Adimanto, hermano mayor de Potone (madre de
Espeusipo, su futuro discípulo y sucesor en la dirección de la Academia) y medio-hermano de
Antifonte (Perictione, luego de la muerte de Aristón, se casó con Pirilampes y tuvo un quinto
hijo). Critias y Cármides, miembros de la dictadura oligárquica de los Treinta Tiranos que
usurpó el poder en Atenas después de la Guerra del Peloponeso, eran, respectivamente, primo y
tío de Platón por parte de su madre. En consonancia con su origen, Platón fue un acérrimo antidemócrata (como lo demuestra en sus escritos políticos: República, Político, Leyes); esto no le
impidió rechazar las violentas acciones que habían cometido sus parientes oligárquicos y
rehusar participar en su gobierno (1).
Su nombre de nacimiento fue Aristocles. El joven Aristocles era de constitución fuerte y
de hombros anchos, por ello le apodaron Platón (el de hombros anchos). Su seudónimo se
conocería a lo largo de la historia. Platón mostraba rapidez mental, era modesto y siempre
manifestó amor por el estudio. En su juventud se interesó por artes como la pintura, la poesía y
el drama. Escribió versos y tragedias, estudió las obras de filósofos de épocas pasadas, y
además escribía sobre música y también dibujaba; era un excelente gimnasta, dominaba la
equitación, luchaba en combates individuales e incluso ganó numerosas competiciones por ello.
A pesar de su versátil educación, el joven era extremadamente tímido y prefería los empleos
solitarios antes que dialogar con sus contemporáneos
(2)
. Platón obtuvo una educación
aristocrática en su juventud y se interesó por temas como: Filosofía, Política, ética, psicología,
antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmología, filosofía del
lenguaje y filosofía de la educación.
En cuanto a su formación intelectual temprana, Aristóteles (su discípulo) refiere que,
antes de conocer a Sócrates, Platón había tratado con el Heraclíteo Crátilo y sus ideas de que
todo lo sensible está en devenir y, por tanto, de que no es posible el conocimiento científico
acerca de ello; pero que luego, influido por Sócrates y su enseñanza e insistencia en indagar y
definir qué es cada cosa para poder hablar de ella con propiedad, se convenció de que había
5
realidades cognoscibles y, por tanto, permanentes, y decidió que no eran sensibles (el ámbito de
lo que siempre sucede y nunca es) sino de naturaleza inteligible. Éste es, según Aristóteles, el
origen de la teoría de las Ideas, y su información nos permite reconstruir algo del itinerario
biográfico-intelectual de Platón (2).
A los 20 años, el joven Platón ya era considerado como uno de los ciudadanos más
prometedores de Atenas. Poseía una brillante carrera política por delante. En el año 407 a.C, el
joven aristócrata conoce a Sócrates, y partir de allí, fue uno de los miembros más cercanos del
círculo socrático; se convirtió en su discípulo, de quien había heredado la búsqueda conceptual
y la exigencia ética. Permaneció al lado de Sócrates hasta que en el año 399 a.C, su maestro,
que contaba unos setenta años, fue víctima de acusaciones absurdas y finalmente fue
condenado a suicidarse mediante envenenamiento por el tribunal popular ateniense, acusado
por los ciudadanos Ánito y Meleto de "impiedad" (es decir, de no creer en los dioses o de
ofenderlos) y de "corromper a la juventud". Sócrates fue un filósofo que rondaba las calles
atenienses, vestía ropas viejas y harapientas, caminaba descalzo y siempre estaba rodeado de
pupilos y de oyentes atónitos a sus palabras. Ofrecía discursos interminables sobre la idea del
bien, a nuestros ojos podría parecer un loco que desvariaba, pero Sócrates, revolucionó la
mente del joven Platón. Influenciado por las teorías del viejo filósofo, el joven, al que le
esperaba una brillante carrera política, perdió todo su interés respecto a los ideales públicos y
políticos. Platón comprendió entonces que, una sociedad basada en tales ideales, estaba
condenada a la destrucción y para rescatarla, había que buscar una manera nueva de hacer las
cosas.
La trágica muerte de Sócrates, obligó a Platón a dejar Atenas. Pasó 12 años de su vida
viajando por Grecia y el sur de Italia. Participó de algunas batallas de la Guerra del Peloponeso
(entre Atenas y Esparta) y de la Guerra de Corinto, pero no hay información al respecto más
que simples menciones del caso.
En su viaje a Italia habría tenido contacto con eléatas y pitagóricos, dos de las
principales influencias que acusan sus obras, en especial con Filolao, Eurito y Arquitas de
Tarento, quien era, a la vez, político y filósofo en su pólis. En el 387 a.C, viajó por primera vez
a Sicilia, a la poderosa ciudad de Siracusa, gobernada por el tirano Dionisio; allí conoció a
Dión, el cuñado de Dionisio, por quien se sintió poderosamente atraído y al que transmitió las
doctrinas socráticas acerca de la virtud y del placer. En Sicilia fue capturado y vendido como
esclavo, por orden de Dionisio y rescatado y liberado por uno de sus amigos (el cirenaico
Anníceris), posterior a lo cual decidió volver a su Atenas natal.
6
A la vuelta de Sicilia, se estima que al poco tiempo, Platón compró una finca en las
afueras de Atenas, un predio de unos jardines arbolados que debían su nombre al héroe
mitológico griego Academos. Preocupado por la crisis moral y política ateniense, Platón puso
todas sus energías en tratar de establecer ante sus conciudadanos un ideal de justicia y de
respeto por la verdad. Fue entonces que en el año 385 a.C, en el terreno consagrado a
Academos, fundó su propia escuela de Filosofía, a la que llamó Academia, destinada a dar
educación filosófica a los futuros políticos y gobernantes. Allí, en la Academia de Platón, la
conversación viva era la manera más importante de filosofar. La meta de esos diálogos
filosóficos era recorrer el camino que va desde los conceptos vagos hasta las verdaderas ideas
que se encuentran detrás de los fenómenos de la naturaleza. La pretensión, en definitiva, era
que el diálogo permitiera captar la luminosa realidad que se encuentra más allá de la opacidad
del mundo que nos es dado ver. Para lograrlo, en la Academia hurgaban en las ideas habituales
de la gente, tratando de transitar a partir de ellas hacia la verdadera sabiduría. También hay que
señalar que Platón realiza en la Academia un primer intento de sistematización del
pensamiento. En efecto, la enseñanza de Sócrates era poco dogmática y sus discípulos la
desarrollaron luego en muy diversas direcciones, adhiriéndose a ciertos aspectos fragmentarios
del pensamiento del maestro y alterándolo en parte. Ante ello, Platón intenta reunir en un
sistema original todo el conjunto de pensamientos que los filósofos habían dispersado. Platón
se esfuerza por construir un sistema doctrinal que, sin embargo, resulta prematuro, pues su
modo de exposición es más estético que científico. Por momentos manifiesta vaguedad e
imprecisión, acudiendo a metáforas y símbolos. Aunque no llegó a ser un filósofo del todo
sistemático, su labor académica sentó las bases para la posibilidad de un ulterior filosofar
ordenado en diversas disciplinas (3).
La Academia de Platón se convirtió en la escuela más famosa de toda la antigüedad
clásica, y funcionó como tal ininterrumpidamente hasta el año 86 a.C., cuando fue destruida por
los romanos, y restaurada y continuada por los platónicos hasta que en 529 d.C. fue cerrada
definitivamente por el emperador Romano Justiniano I, quien veía en las escuelas paganas una
amenaza para el cristianismo y ordenó su erradicación completa. Numerosos filósofos se
formaron en esta milenaria Academia, incluyendo el mismo Aristóteles durante la dirección de
Platón, junto a quien trabajó alrededor de veinte años, hasta la muerte de su maestro. (Figura 1).
7
Fig. 1. La Academia platónica según Rafael Sanzio
Uno de los principales campos de investigación lo constituyó la dialéctica, concebida
como el arte de pensar ligado al lenguaje, como una gramática de las ideas, elaboración técnica
de los conceptos y de sus relaciones. La dialéctica es la forma suprema de la actividad
pedagógica (discusión, discurso, argumentación). Sin embargo, Platón opina que su enseñanza
antes de los treinta años podría ser muy perjudicial.
En la Academia, que no aceptaba personas sin conocimientos matemáticos previos, se
impartían enseñanzas sobre distintas ciencias (aritmética, geometría, astronomía, harmonía,
puede que también ciencias naturales) a modo de preparación para la dialéctica, el método
propio de la inquisición filosófica, la actividad principal de la institución; asimismo, también
era principal actividad, en consonancia con lo expresado en República, la formación de los
filósofos en política, de modo que fueran capaces de legislar, asesorar e incluso gobernar (se
sabe de varios platónicos que, luego de estudiar en la Academia, se dedicaron efectivamente a
estas actividades) (4).
Platón también recibió influencias de otros filósofos, como Pitágoras, cuyas nociones
de armonía numérica y geomatemáticas se manifiestan en la noción de Platón sobre las Formas;
también Anaxágoras, quien enseñó a Sócrates y que afirmaba que la inteligencia o la razón
penetra o llena todo; y Parménides, que argüía acerca de la unidad de todas las cosas y quien
influyó sobre el concepto del Paltón acerca del alma (4).
Platón tenía una gran vocación política; pero debido a una serie de acontecimientos
“injustos”, entre los que destaca la condena a muerte de su maestro Sócrates, renunció
8
momentáneamente a la política para dedicarse a la Filosofía. Le interesaba investigar, antes que
nada, cuál era la forma de gobierno más justa. Sólo después habría llegado el momento, según
él, de dedicarse de lleno a la Política. Tras varios intentos fallidos de llevar a la práctica sus
ideas políticas, murió en Atenas en el 347 a.C, a los 80-81 años sin haber podido cumplir su
sueño utópico de fundar una República perfecta, dedicándose en sus últimos años de vida a
impartir enseñanzas en la academia de su ciudad natal y dejando tras de sí una amplia herencia
de escritos.
Filosofía de Platón:
La filosofía de Platón cambió la antigua representación del mundo, sus teorías sobre los
comienzos individuales del mundo y sobre la inmortalidad del alma, se convirtieron en un
prototipo de la religión cristiana. Platón comparaba el alma humana con una cuadriga (carro o
coche) donde caballos blancos y negros tiraban de ella, los comienzos nobles y maltratos del
hombre. El ecuestre que manejaba la cuadriga es la razón, cuando el ecuestre domina los
caballos negros, el comienzo del alma, el alma puede crecer hasta asemejarse a la de los dioses.
Se ha de señalar entonces que, más que un sistema definitivo, el platonismo fue un
movimiento transitorio hacia una sistematización superior a la que él mismo había logrado. En
efecto, la filosofía platónica no persigue propiamente un fin principalmente teórico. Más bien
se ha de señalar que Platón fue un hombre con un concepto muy ambicioso de la Filosofía.
Mediante su temprana labor sistematizadora pretendía esbozar un itinerario para lograr la
purificación y la salvación de la vida de los hombres. Como en su maestro Sócrates, también en
Platón se manifiesta el afán por encontrar en la Filosofía un camino de superación personal. Tal
camino consistirá en trabajar para liberarse de todo aquello que nos limita, para poder llegar a
ser los humanos plenos que idealmente estamos llamados a ser. Siguiendo a Sócrates, Platón se
aventuró al camino interior propuesto por su maestro (“conócete a ti mismo”) y arribó a un
puerto de ideas dominantes que no resplandecen afuera —en el mundo sombrío de las meras
apariencias sensibles— sino adentro, en la luminosidad interior del alma. Luego, para ser libre,
el hombre está moralmente obligado a purificarse de los requerimientos distractores de un tipo
de vida social que lo sujeta a pautas engañosas que bien podrían compararse a las cadenas que
retienen a un prisionero en el fondo de una oscura caverna. Una vez liberado, el prisionero ha
de trabajar por ascender remontando su propia existencia hacia la claridad de una Luz estable
que brilla más allá del devenir de lo sensible. En efecto, Platón —siguiendo a Sócrates— está
persuadido de que el verdadero saber no puede referirse a lo que cambia, sino a lo permanente;
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no a lo múltiple, sino a lo uno. Ese algo invariable y uno lo había encontrado Sócrates en el
Logos del concepto que sale a luz mediante el dia-logos. Ahora bien, como lo permanente e
inmutable de los conceptos no se encuentra en el mundo de lo sensible (singularizado y
múltiple), Platón postula otro mundo; esto es, el denominado mundo de las ideas o mundo
inteligible, del cual el mundo sensible no es más que copia e imitación. Estos dos mundos —el
de lo sensible y el de las ideas— definen dos órdenes del ser, de los cuales se siguen dos modos
principales de conocimiento: la doxa (mera opinión) y la episteme (ciencia, sabiduría). El
conocimiento propiamente dicho es el de la ciencia, y para alcanzarlo el alma debe: primero
purificarse de las opiniones (de la mera imaginación y de las creencias) para, luego, ascender
hacia el conocimiento más esclarecido (el entendimiento de las ideas matemáticas, y la
inteligencia de las ideas morales y metafísicas) (4).
Los caminos para lograr esta purificación y ascensión son dos: el amor y la metafísica.
a) Por medio del amor: Atraído por la Belleza —por lo que hay de más noble— el espíritu
supera las tendencias que lo empujan hacia lo bajo, hacia lo meramente sensible. El vuelo de
este amor está en la búsqueda de la belleza y del saber. En efecto, la ascensión del
conocimiento viene puesta en marcha por el amor (eros); es decir, por su ansia de perfección.
Ese ansia proviene del hecho de que el alma se había hallado ya una vez en la serena
contemplación de las ideas, en su preexistencia; es decir, antes de ser desterrada a esta
existencia corporal. El conocimiento verdadero es, por tanto, recuerdo (anamnesis), una
reminiscencia.
b) Por medio de la metafísica: Aquí el hombre recupera la visión pura de las cosas mediante
un discurso conceptual, dialéctico. Como ya fue señalado, este discurso es un modo de razonar
de tipo estético, por medio de armonías y proporciones.
Dialéctica (dialektiké) significa literalmente el arte de conversar y en Platón es el arte
de iluminar progresivamente mediante discurso y contradicción la esencia de las cosas. La
dialéctica es así un proceso de esclarecimiento de la esencia de las cosas por el entendimiento,
en un movimiento de vaivén entre la sensibilidad y la razón: el conocimiento comienza con
ocasión de la experiencia sensible en el mundo, pero no se refiere a esto mismo, sino que es una
elevación del alma espiritual (nous) a la esfera de lo suprasensible y así es un desasimiento o
purificación (kathársis) de lo sensible, para llegar a la visión (theoría) puramente intelectual de
la unidad esencial que rige nuestras particulares existencias. Para Platón, el filósofo persigue la
sabiduría juntamente con otros hombres, pero no puede esclarecer su tema en una forma
10
sistemática asegurada de antemano, sino que sólo puede tratar de dilucidarlo dando vueltas en
torno a él en la forma interrogante del diálogo abierto (4).
Con la democratización que él siente de la polis griega, el discurso político tuvo cada
vez más importancia; quien podía argumentar eficazmente a favor de sus opiniones e intereses,
era capaz de obtener apoyo y consenso. La oratoria se convirtió en una herramienta apropiada
para acceder al poder y cientos de ciudadanos estaban dispuestos a pagar para que se le
enseñase tal habilidad. Surgieron así los Sofistas, maestros itinerantes que, entre otras cosas,
enseñaban a hablar en público. Platón los consideraba representantes de la falta de compromiso
con la verdad y el relativismo, pues enseñaban a argumentar tanto a favor como en contra de
cualquier posición. Para Platón en cambio, sólo la verdad merecía ser defendida, por eso
prefirió llamarse filósofo, es decir, amante de la sabiduría, en vez de Sofista, que nombraba a
quienes simplemente vendían sabiduría. Nada había en filosofía anterior a Platón que
permitiera prever su concepción. Los filósofos anteriores, sólo habían tratado de explicar la
naturaleza física, pero ahora a partir del pensamiento Platónico, la ética, la política y la estética
encontraron también su lugar en la reflexión filosófica al lado de la tradicional pregunta por la
realidad física y los problemas del cambio y la permanencia que habían ocupado ya a Eráclito y
Perménides, entre otros (5).
Al formular su teoría de la ideas, Platón se preguntaba que son la Justicia, la Bondad, la
Belleza y las demás propiedades de este tipo. Con este preguntar abre nada menos que el
pensamiento metafísico occidental. Platón expone que para que pueda plantearse que algo
tiene una propiedad, tiene que haber esa propiedad. Pero ello no está en ninguna parte, ni es
percibida por los sentidos. Para Platón se trata de hay una idea de Justicia que no se agota en un
acto particular justo o injusto; si no hubiera una idea de justicia, no podría llamarse justo a un
acto. Del mismo modo podemos encontrar bellas diferentes cosas, pero coincidimos en la idea
de belleza que afirmamos de una y negamos a otras (5).
Platón expone que el filósofo es quien puede progresar desde las cosas bellas hasta la
idea de belleza. El filósofo puede ascender de un cuerpo bello a todos los cuerpos bellos, y de
estos a las bellas normas de conducta y de ahí a los bellos conocimientos y terminar en el
conocimiento de la belleza absoluta, de la belleza en sí. Si la idea de belleza fuera sólo
subjetiva, si fuese distinta en cada hombre, nadie sabría a qué se refiere otro al decir que algo es
bello, la vida en común seria entonces imposible. Esa vida en común exige, según Platón, que
podamos compartir algunas ideas que están en la base de toda comunicación, en particular la
idea de justicia. Pueden variar nuestras valoraciones respecto de que cosas son justas y cuáles
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no, pero no cambia aquello por lo que persisto en llamar justas a algunas conductas; es porque
hay una idea eterna, objetiva y universal de justicia, que es posible alcanzar con censos éticos o
políticos (5).
Platón estaba convencido de que la mejor preparación para la vida pública era el espíritu
lúcido y desinteresado de la filosofía (5).
En suma: echar luz sobre los pliegues más hondos de la vida para poder remontarla
hacia las cumbres de sus posibilidades de realización, es la labor más noble del filósofo.
El antiguo pensador griego, quien dejó una extensa cadena de pupilos y actualizó la
filosofía antigua, dijo una vez: “El hombre es una especie de juguete inventado por Dios, dejad
de jugar por tanto los juegos que más le divierten, a pesar de que eso contradiga a lo que cree
bueno en nuestros tiempos”.
La Aventura del pensamiento y el mundo de las Ideas de Platón:
Las Ideas según Platón son objetivas, eternas y universales. Los triángulos
concretos, por ejemplo, pueden ser imperfectos y terminan por borrarse o desaparecer, pero la
idea de triángulo en cambio, es perfecta e inmutable. Es por la idea de triángulo que podemos
reconocer que ciertas figuras geométricas, a pesar de lo diferente que puedan ser entre sí en
tamaño, color, etc., son precisamente triángulos. Lo mismo ocurre con otras ideas no
geométricas como la de justicia, belleza, etc (6).
Una de las cuestiones centrales de la filosofía a partir ya del propio Platón ha sido
buscar qué tienen en común las cosas detrás de su aparente diversidad. Nosotros vemos que hay
una infinita diversidad de cosas distintas, y algunas de ellas las agrupamos en una especie de
clases o colectivos. Hablamos de árboles, de hombres, de peces, de estrellas y quiere decir que
esa diversidad de cosas tiene algo en común; ese algo en común que tienen las cosas de un
mismo género, de un mismo rango es lo que más o menos Platón llama idea. Las ideas son algo
así como los arquetipos a partir de los cuales se diseña toda la diversidad de un grupo de cosas,
todos los hombres, todos los peces, todos los árboles, todas las plantas, lo que se quiera, es
decir, cualquier cosa que uno quiera tomar. Eso es lo que hay que buscar, eso es aparente, no se
ve. Nosotros vemos la diversidad de las cosas diferentes, nunca vemos la idea, el concepto. Por
eso Platón supuso que esas ideas, esas categorías arquetípicas a partir de las cuales se organiza
la realidad, pertenecen a otro orden, o un orden que da sentido al nuestro, pero que está más
allá de él; eso es lo que sale a buscar ese huido de entre los hombres que va a buscar las ideas
para mirarlas frente a frente; los demás en el fondo de la caverna están sometidos a ver puras
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sombras o sombras de sombras incluso, hasta que rompen la cadena, es decir, hasta que se
ponen a pensar; porque la forma de liberarse por parte del ser humano es entregarse al
pensamiento y salen afuera a mirar las ideas frente a frente. Esa experiencia de liberación, es lo
que en su apología Sócrates, apunto de ser condenado a muerte, él dice: “una vida sin examen
no merece la pena de ser vivida”, es decir, una vida sin que en un momento rompamos con la
rutina, con las sombras y salgamos a buscar las ideas en sí mismas, no merece la pena de ser
vivida. Este es el criterio filosófico a partir del cual nace toda la trayectoria del pensamiento
occidental.
La Obra de Platón (7,8):
Su obra valora los conocimientos generados por sus predecesores, los llamados
“Filósofos presocráticos” (Tales de Mileto, Heráclito y Parménides), y por Sócrates mismo, su
amigo y maestro. En sus escritos Platón no ofreció respuestas definitivas. Sin embargo planteó
los problemas más importantes que ocupan a la filosofía hasta el presente. La parte más
significativa de su trabajo literario, es que hace entrever la importancia de las relaciones de las
personas entre sí y con su entorno. En esas obras postula teorías sobre todos los ámbitos de la
filosofía: Ética, Lógica, teoría del conocimiento, cosmología, metafísica y política. En sus
escritos, Platón expresa las ideas centrales de su pensamiento: La importancia de la virtud en
conexión con la verdad y la belleza, la doctrina de las formas según la cual en un lugar
determinado del cosmos (topos uranos) se encuentran los modelos de las realidades terrenales,
y la constante lucha entre el cuerpo con sus deseos y el espíritu con sus ideales.
Todas las obras de Platón, con excepción de las Cartas y de la Apología, están escritas
(como la mayor parte de los escritos filosóficos de la época) no como poemas pedagógicos o
tratados, sino en forma de diálogos; e incluso la Apología contiene esporádicos pasajes
dialogados. En ellos sitúa Platón a una figura principal, la mayor parte de las veces Sócrates,
que desarrolla debates filosóficos con distintos interlocutores, que mediante métodos como el
comentario indirecto, los excursos o el relato mitológico, así como la conversación entre ellos,
se relevan, completan o entretejen; también se emplean monólogos de cierta extensión.
Sócrates no escribió nada, pues creía que la escritura no era el lugar apropiado para la
transmisión de la verdad y del conocimiento. Sabemos que su método de investigación y de
enseñanza era la mayéutica y que el diálogo era una de sus partes fundamentales. Platón será
fiel en gran medida a su maestro y también considerará que la verdad se muestra en el
intercambio de ideas entre diversos interlocutores. Incluso definirá el pensamiento como "el
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diálogo que el alma mantiene consigo misma". En su juventud Platón escribió
tragedias, pero, según cuenta la tradición, cuando conoció a Sócrates decidió quemar todos sus
escritos y dedicarse a la filosofía. Estos dos hechos (la importancia que le dio al diálogo y su
destreza literaria) se reúnen en el modo de escribir de este filósofo: sus obras están dotadas de
una alta calidad estética, en su mayoría diálogos cortos: se reúnen varios amigos y entablan una
conversación relativa a un tema de importancia filosófica (el conocimiento, el bien, la virtud, el
amor, la belleza, el ser, etc); en casi todos los diálogos participa Sócrates como interlocutor
principal y es quien habitualmente expresa las ideas del propio Platón.
Los estudiosos filólogos y eruditos europeos, desde el siglo XX han clasificado
cronológicamente la obra de Platón, y aunque no hay acuerdo total al respecto, esta puede
dividirse en cuatro grandes momentos:
1) Diálogos de juventud o diálogos socráticos; de los 28 a los 38 años (399-389 a.C).
(Diálogos tempranos): Se caracterizan por sus preocupaciones éticas. Presentan las ideas de
Sócrates y una reivindicación de su figura. Son de esta época los viajes a Megara, Cirene,
Egipto e Italia. Entre estos diálogos destacan: Apología de Sócrates (el conocido retrato
socrático del joven Platón), Ion (La poesía como don divino), Critón (Sócrates en la cárcel
sobre problemas cívicos), Protágoras (¿Es enseñable la virtud?), Laques (El valor), Trasímaco,
Lisis (La amistad), Cármides (La templanza)y Eutifrón (La Piedad).
2) Época de transición; de los 38 a los 41 años (389-385 a.C). (Diálogos tempranos): Esta
fase se caracteriza también por cuestiones políticas, además, aparecen los primeros esbozos de
la Teoría de las Ideas y de la inmortalidad del alma; trata sobre la filosofía y análisis del
lenguaje y temas órficos de influencia pitagórica. Tiene lugar en ésta época el primer viaje a
Siracusa (Sicilia) a la corte de Dionisio primero y la amistad con Dión. El objeto del viaje
fracasa, siendo vendido por Dionisio como esclavo en Egina y rescatado por un conciudadano.
Entre ellos destacan: Gorgias (Sobre retórica y política), Menón (¿Es enseñable la virtud?),
Eutidemo (Sobre la erística sofista), Hipias Menor, Crátilo (Sobre la significación de las
palabras), Hipias Mayor y Menor (Sobre la belleza el primero, y sobre la verdad del segundo),
Menexeno (parodia sobre las oraciones fúnebres.
3) Época de madurez o diálogos dogmáticos; de los 41 a los 56 años (385-370 a.C): Platón
introduce explícitamente la Teoría de las Ideas en esta fase, y desarrolla con más detalle la de la
reminiscencia, sus implicaciones en antropología, ética y política. Organización del Estado y
teoría del amor. Aparecen también los grandes mitos platónicos. En estas obras encontramos ya
14
el pensamiento de Platón en toda su dimensión. La influencia de Sócrates es mínima, y el
pensamiento que expresa en los diálogos responde estrictamente al pensamiento de Platón. Su
actividad se centra fundamentalmente en la Academia en Atenas. Entre ellos destacan: El
Banquete (también conocido como Simposio, trata sobre el amor), Fedón (Sobre la
inmortalidad del alma, el último día de Sócrates en prisión), República (Sobre política y otros
asuntos: metafísicos, gnoseológicos, etc.) y Fedro (Sobre el amor, la belleza y el destino del
alma).
4) Diálogo de vejez o diálogos críticos; de los 56 a los 80 años (370-347 a.C): En esta fase
revisa sus ideas anteriores e introduce temas sobre la naturaleza y la medicina. Son los últimos
escritos de Platón. Aparecen algunas críticas a su propia teoría, preocupaciones por cuestiones
lógicas y cosmológicas y en el campo de la filosofía política un mayor interés por la historia y
las condiciones reales de la vida política. El aspecto ontológico de la teoría de las ideas pierde
importancia frente a su aspecto lógico. Sócrates deja de ser el personaje principal. Esta etapa se
ha dividido en dos fases:
a) (369-362 a.C, de los 56 a los 63 años): Revisión crítica de la teoría de la Ideas y de
algunas de sus consecuencias, aunque ello no signifique que sean abandonadas. Segundo (369
a.C) y tercer (361 a.C) viaje a Italia a la corte de Dionisio II, quien al poco tiempo rechazó su
educación. Entre estos diálogos destacan: Teeteto (Sobre el conocimiento), Parménides (Crítica
de la teoría de las ideas), Sofista (Lenguaje, retórica y conocimientos), Político (Sobre política
y filosofía).
b) (361-347 a.C, de los 64 a los 78 años): Creciente pesimismo de Platón, si nos atenemos al
contenido de sus obras últimas, que ya en la fase crítica parecían inclinarse hacia el predominio
de los elementos místico-religiosos y pitagorizantes de su pensamiento. Ejemplos de estos
diálogos son: Filebo (El placer y el bien), Timeo (Cosmología), Critias (Descripción de la
antigua Atenas, mito Atlántida), Leyes (La ciudad ideal, revisión pesimista de la República),
Epínomis y Carta VII (en esta carta Platón nos presenta su conocida y breve autobiografía).
A continuación se muestran ejemplos de las preocupaciones que mostraba Platón a
través de sus diálogos:
Crátilo: muestra la relación entre el lenguaje y la realidad, evaluándose tanto una teoría
naturalista del lenguaje como una convencionalista.
Menón: es una investigación sobre la virtud como conocimiento y su posibilidad de ser
enseñada, fundamentada ontológicamente mediante una prueba y exposición de la teoría de la
reminiscencia.
15
Fedón: demostración de la naturaleza divina e imperecedera del alma y el primer desarrollo
completo de la teoría de las Ideas.
Banquete: la principal exposición de la particular doctrina platónica acerca del amor.
República: diálogo extenso y elaborado en el que se desarrolla, entre otras cosas, una filosofía
política acerca del estado ideal, una psicología o teoría del alma, una psicología social, una
teoría de la educación, una epistemología, y todo ello fundamentado, en última instancia, en
una ontología sistemática.
Fedro: en el que se desarrolla una compleja e influyente teoría psicológica y se abordan temas
como el deseo, el amor, la locura, la memoria, la relación entre retórica y filosofía y la pobreza
del lenguaje escrito en contraposición al genuini lenguaje oral.
Teeteto: una inquisición sobre conocimiento en orden a hallar su naturaleza y su definición.
Parménides: una crítica de Platón a su propia teoría de la Ideas tal como hasta entonces la había
presentado y que prepararía el camino a su reformulación en diálogos posteriores.
Sofista: obra en que se desarrolla una reestructuración del mundo eidético y se realiza una
presentación de la revolucionaria teoría acerca del no-ser como diferencia y de la primera
fundamentación acabada, a partir de ella, de la posibilidad del juicio y la opinión falsos, así
como de su diferencia con los correspondientes verdaderos.
Político: diálogo que incluye una exposición del método diálectico platónico maduro, así como
de la teoría de la justa medida, del auténtico político y el auténtico Estado, respecto del cual los
demás modelos de organización política son presentados como imitaciones.
Timeo: un influyente ensayo de cosmogonía, cosmología, física y escatología, influido por la
tradición pitagórica.
Filebo: investigación acerca de la buena vida, de la relación del bien con la sensatez y el placer
en cuanto compuestos de aquél y posibilitadores del vivir bien y provechosamente.
Leyes: una teoría extensa y madura acerca de la adecuada constitución del Estado, que
contrapone un mayor realismo al idealismo puro de la filosofía política presentada en
República.
Los personajes de los diálogos son generalmente personajes históricos, como Sócrates,
Paraménides de Elea, Georgias o Fedón de Elis, aunque a veces también aparecen algunos de
los que no se tiene ningún registro histórico aparte del testimonio platónico. Cabe destacar,
además, que si bien en muchos diálogos aparecen discípulos de Sócrates, Platón no aparece
nunca como personaje. Solamente es nombrado en Apología de Sócrates y en Fedón, pero
nunca aparece discutiendo con su maestro ni con ningún otro.
16
En resumen, lo temas tratados por Platón en sus múltiples obras recogen una gama
variada de argumentos. Su teoría más conocida es la de las Ideas o Formas. Para Platón, la
única forma de acceder a la realidad inteligible era mediante la razón y el entendimiento; el
papel de los sentidos queda relegado y se considera engañoso.
También podemos ver en sus escrituras, conceptos sobre las formas de gobierno,
incluyendo la aristocracia como la ideal; así como la timocracia, la oligarquía, la democracia y
la tiranía. Un tema central de su obra es el conflicto entre la naturaleza y las creencias de la
época concernientes al rol de la herencia y del medio ambiente en el desarrollo de la
personalidad y la inteligencia del hombre mucho antes que el debate sobre la naturaleza y la
crianza del Hombre comenzara en la época de Thomas Hobbes y John Locke (9).
Otro tema que trató Platón copiosamente fue la división entre el saber y la opinión, que
anticipaba los debates más modernos entre empirismo y racionalismo, y que posteriormente
trataron los postmodernistas y sus oponentes al argüir sobre la distinción entre objetivo y
subjetivo (9).
Vale la pena comentar específicamente sobre una de las obras más emblemáticas e
importantes conocidas de Platón. En el diálogo La República, se encuentra la inmensa
formulación que es el MITO DE LA CAVERNA al comienzo del libro 7mo (Anexo 1), en la
que expone de manera amplia su Teoría sobre las Ideas. Platón dice expresamente que el mito
quiere ser una metáfora “de nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de
educación”, es decir, sirve para ilustrar cuestiones relativas a la teoría del conocimiento. Pero
tiene también claras implicaciones en otros dominios de la filosofía como la ontología, la
antropología e incluso la política y la ética; algunos intérpretes han visto también implicaciones
religiosas. En la (figura 2), puede verse una representación gráfica del mito.
La descripción del mito tal y como lo narra Platón en “República” se articula en varias
partes (5,10):
1. Descripción de la situación de los prisioneros en la caverna.
2. Descripción del proceso de liberación de uno de ellos y de su acceso al mundo superior o
verdadero.
3. Breve interpretación del mito.
17
DESCRIPCION DE LA SITUACIÓN DE LOS PRISIONEROS EN LA CAVERNA:
Platón dirá que nosotros todos estamos en una caverna, que es la caverna de la vida
ordinaria, la caverna de la opinión, la caverna en la que tenemos nada más que imágenes,
Platón lo pinta así. Dice: imaginemos una caverna en la que están estos hombres atados de pies
y manos, sin poder volver la cabeza hacia atrás durante toda su vida. Estos personajes verán en
el fondo y hay las imágenes de unos personajes que pasan por atrás de la caverna, que pasan
entre la caverna y el fuego, y proyectan unas sombras; en realidad, Platón aquí está pensando
en una especie de protocinematógrafo (las imágenes se proyectan al fondo de la caverna) y los
personajes estos que están en la caverna creen que la realidad de las cosas son esas imágenes
(sombras) que están viendo al fondo de la caverna. Pues bien, Platón dirá, eso nos ocurre a los
seres humanos en general, estamos en la caverna, estamos en la caverna de lo sensible, estamos
en la caverna de estas imágenes que se nos pasan unas tras otras, y es necesario salir de la
caverna.
Fig. 2: Representación gráfica del “Mito de la Caverna” de Platón
18
DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE LIBERACIÓN DE UNO DE ELLOS Y DE SU
ACCESO AL MUNDO SUPERIOR O VERDADERO:
Subida hacia el mundo exterior: Acceso hacia el mundo verdadero.
1. En el mundo Subterráneo: Supongamos, dice Platón, que a uno de los prisioneros, “de
acuerdo con su naturaleza” le liberásemos y obligásemos a levantarse, volver hacia la luz y
mirar hacia el otro lado de la caverna. El prisionero sería incapaz de percibir las cosas cuyas
sombras había visto antes. Se encontraría confuso y creería que las sombras que antes percibía
son más verdaderas o reales que las cosas que ahora ve. Si se le forzara a mirar hacia la luz
misma le dolerían los ojos y trataría de volver su mirada hacia los objetos antes percibidos.
2. En el mundo exterior: Si a la fuerza se le arrastrara hacia el exterior sentiría dolor y,
acostumbrado a la oscuridad, no podría percibir nada. En el mundo exterior le sería más fácil
mirar primero las sombras, después los reflejos de los hombres y de los objetos en el agua,
luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en
el cielo y la luz de los astros y la luna. Finalmente percibiría el sol, pero no en imágenes sino en
sí y por sí. Después de esto concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones
y los años, que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas
que ellos habían visto.
Al recordar su antigua morada, la sabiduría allí existente y a sus compañeros de
cautiverio, se sentiría feliz y los compadecería. En el mundo subterráneo los prisioneros se dan
honores y elogios unos a otros, y recompensas a aquel que percibe con más agudeza las
sombras, al que mejor recuerda el orden en la sucesión de la sombras y al que es capaz de
adivinar las que van a pasar. Esa vida le parecería insoportable.
Regreso al mundo subterráneo, exigencia moral de ayuda a sus compañeros.
1. Confusión vital por la oscuridad de la caverna: Si descendiera y ocupara de nuevo su
asiento tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, sería incapaz de discriminar las sombras, los
demás lo harían mejor que él, se reirían de él y dirían que por haber subido hasta lo alto se le
han estropeado los ojos y que no vale la pena marchar hacia arriba.
2. Burla y persecución: Si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz se burlarían de él,
lo perseguirían y lo matarían.
El camino del filósofo es el camino del que sale de la caverna, y por alguna extraña
razón logra liberarse de las cadenas y salir de la caverna, y al salir encontrará la verdadera
fuente de la luz que es el Sol, fuente de luz que según Platón es imagen de la idea del bien, que
19
según él está en el origen tanto del ser como del conocer, tanto del bien como de la verdad. La
idea del bien, así la llama, es representada por Platón por el Sol, es el Sol del mundo inteligible.
Entonces salir de la caverna es salir de la experiencia corriente, la experiencia filosófica es un
experiencia que no tiene nada de corriente, es una experiencia más bien milagrosa, es una
experiencia rara, el pensar es siempre raro, y siempre por supuesto habrá quienes nos digan que
estamos camino a la locura cuando pensamos, y sin duda le van a decir a aquel que sale de la
caverna, cuando regrese y les diga que lo que están viendo son sólo imágenes, que se ha vuelto
loco y hacía daño salir de la caverna, porque evidentemente el pensamiento común se refugia
en la multitud, o sea, el que todos crean algo nos hace pensar que estamos por buen camino. Sin
embargo, no es necesariamente así. Entonces el camino de la educación para Platón es el
camino por el que salimos de la experiencia ordinaria para acercarnos a una experiencia
verdadera del ser, que Platón bautizará con esta extraña frase, la idea del bien, que en todo se
parece al Sol, es decir, que el Sol es para el mundo visible el origen del crecimiento y del ser,
la idea del bien es el origen de la verdad y la realidad de las cosas. En la figura 3, podemos
observar de manera gráfica la asociación entre el mundo real y el mundo sensible.
Fig.3: Interpretación del “Mito de la Caverna” (11)
20
INTERPRETACIÓN DEL MITO DE LA CAVERNA (5,10):
a) Comparación de las Realidades: Debemos comparar la región visible con la morada-prisión
y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol.
b) Comparación de los Procesos: El ascenso y contemplación de las cosas de arriba es
semejante al camino del alma hacia el ámbito inteligible.
c) Valor de la Idea el Bien: Objeto último y más difícil del mundo cognoscible: la Idea del
Bien.
Idea del Bien: causa de todas las cosas rectas y bellas; en el mundo visible ha engendrado la
luz y al sol, y en el ámbito inteligible es la productora de la verdad y de la inteligencia; es la
realidad que es necesario ver para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo
público.
El (cuadro 1), ilustra las variadas e importantes consecuencias del mito de la caverna en
la filosofía platónica (10).
21
Cuadro 1. SÍMBOLOS DEL MITO DE LA CAVERNA Y SU INTERPRETACIÓN
DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA
SÍMBOLOS DEL MITO
INTERPRETACIÓN EN LA VIDA REAL
prisioneros
el hombre en la medida en que vive inserto en el mundo sensible y sus valores
conocimiento de sí mismos como
siendo meras sombras
identificación de la realidad humana con el cuerpo
liberación del prisionero
liberación del hombre y descubrimiento del mundo verdadero
(Mundo de las Ideas)
el cautivo pierde las cadenas,
reconoce los objetos en la caverna,
sube al mundo exterior y reconoce
los objetos del mundo exterior
el filósofo libera moral e intelectualmente su alma de las limitaciones y ataduras del cuerpo y del mundo sensible y
asciende al mundo de las Ideas; práctica de la dialéctica o filosofía
conocimiento de sí mismo en el
mundo exterior
tras el ejercicio de la filosofía, identificación de la realidad humana con el alma
DIMENSIÓN ONTOLÓGICA Y EPISTEMOLÓGICA
SÍMBOLOS DELMITO
TIPO DE REALIDAD
INTERPRETACIÓN ENLA VIDA REAL
TIPO DE REALIDAD
TIPO DE SABER
MUNDO SUBTERRÁNEO
MUNDO QUE SE DA A LOS SENTIDOS (o
mundo sensible)
OPINIÓN
las sombras en el fondo de la caverna
las sombras y los reflejos de los objetos
conjetura
los objetos de la caverna
los objetos naturales y artificiales
la luz del fuego
el sol
MUNDO EXTERIOR
MUNDO INTELIGIBLE O MUNDO DE LAS
IDEAS
CIENCIA
las sombras y reflejos en el agua de
las cosas exteriores
las ideas matemáticas
Pensamiento discursivo
las cosas exteriores mismas y, por la
noche, la luna y los objetos celestes
las Ideas superiores
creencia
el sol mismo
conocimiento como subida al mundo
exterior
inteligencia
la Idea de Bien
conocimiento o ciencia estricta o filosofía como “ascensión al ser” (al mundo de las Ideas)
DIMENSIÓN MORAL Y POLÍTICA DEL MITO
SÍMBOLOS DEL MITO
INTERPRETACIÓN EN LA VIDA REAL
necesidad en el proceso de liberación
- el destino del hombre no es el mundo físico sino el mundo absoluto y divino de las Ideas, por lo que es necesaria la
del prisionero (por eso Platón emplea
dialéctica o filosofía para el cumplimiento
con
frecuencia expresiones del tipo “si le
forzáramos”, “si a la fuerza se le
arrastrara”)
- de dicho destino;
- legitimidad del autoritarismo ilustrado platónico
el prisionero liberado baja de nuevo
al mundo de la caverna
el filósofo no puede limitarse a la mera contemplación de las ideas; tiene la obligación moral de volver su mirada hacia
el mundo y ayudar a la liberación de las demás personas
el prisionero liberado que es
perseguido y asesinado por sus
compañeros
el proceso y muerte de Sócrates y de todos aquellos que insisten en mostrar la verdad a los hombres
comprensión del papel que tiene el
comprensión del papel que tiene la Idea del Bien como el principio que crea, da inteligibilidad a la realidad e ilumina la
sol en la vida, realidad y gobierno de
vida moral y política
las cosas
22
Preocupación de Platón por la relación entre el médico y el enfermo, y la importancia que
tiene la amistad (12):
Otra forma en la que Platón manifestó su preocupación por las relaciones
interpersonales, fue su profunda preocupación por la amistad y el valor que le daba a esta forma
de relación entre los hombres; y por la manera diversa en la que se llevaba la relación médicopaciente en la Atenas de su época.
Para los griegos antiguos, la medicina será, para siempre, el arte de curar que enseñan
los diversos escritos del Corpus Hippocraticum. Según esta concepción técnica de la medicina,
la relación entre el médico y el enfermo tuvo en la antigua Grecia un carácter uniforme. Esto
fue así según algunas fuentes históricas, pero al revisar detenidamente escritos antiguos como
son los diálogos platónicos, se descubre una realidad diferente, porque el modo de esa relación
difería mucho según el enfermo fuese libre y rico, libre y pobre o esclavo. Para los griegos
antiguos, antes que ayuda técnica, antes que actividad diagnóstica y terapéutica, la relación
entre el médico y el enfermo es, o debe ser, amistad, philia. Para ellos, la philia constituye el
fundamento de tal relación. En el diálogo el Lisis Platón dice: “El enfermo es amigo del médico
a causa de su enfermedad”.
Para entender el sentido de este afirmación platónica, hay que tener una clara idea de lo
que fue la amistad para los griegos. Los tres máximos pensadores del mundo helénico,
Sócrates, Platón y Aristóteles, vieron en la amistad un fascinante tema de reflexión. En el
diálogo el Lisis, Platón relata la importancia que tenía la amistad para Sócrates (Anexo 2). Fiel
en esto a su maestro, Platón meditará reiteradamente acerca de la philia.
¿Qué fue la amistad para Platón? Hay textos platónicos (el Banquete, el Fedro) en los
cuales, Platón, establece una clara diferencia entre la amistad (philia) y el amor en sentido
estricto (éros); pero en otros afirma sin rodeos la esencial conexión entre uno y otra. Por
ejemplo, Platón dice en las Leyes: “Llamamos por un amigo a lo que se asemeja mutuamente
en virtud, a lo que es igual a su igual; más también es posible ser amigo del rico y del pobre,
aunque éstos sean de género contrario; y cuando uno o el otro de estos sentimientos se hace
vivo, entonces le llamamos amor”.
Esta esencial conexión entre la philia y el éros nos permite entender con suficiencia la
teoría de la amistad expuesta en el Lisis, uno de los diálogos juveniles de Platón. El filósofo
enseña que, la amistad, tiene su fundamento en una secreta relación de parentesco o de familia
(to oikeion) que enlaza entre sí a los amigos; la cual, a su vez, se funda en la naturaleza
23
(physei). La amistad no se realiza íntegramente en un solo amigo, ni en el conjunto de todos
ellos, porque siempre podemos tener amigos nuevos; lo cual nos obliga a admitir que un amigo
lo es en cuanto individualmente participa de una realidad originaria y radical, el proton philon
(lo protoamistoso o protoamable, si vale decirlo así): algo perteneciente a la raíz última de la
naturaleza del hombre, y por tanto a la naturaleza universal (la arkhaía physis o “naturaleza
originaria” de que se habla en el Banquete.
De aquí que la relación del alma con el proton philon tenga un doble sentido. En su
apariencia sensible, esa relación es un arrebato ascendente del no ser al ser, y en su realidad
profunda, un retorno del alma a su “naturaleza originaria”. Así puede entenderse que el éros
engendre philia y que la philia pueda convertirse en éros. Para Platón, la meta de la amistad es
la perfección de la naturaleza humana, y por tanto, de la naturaleza universal, en las
realizaciones individuales de esa naturaleza que son los amigos.
En resumen, la amistad para Platón, al igual que para Aristóteles, consiste en querer y
procurar el bien el amigo, entendido éste como una realización individual de la naturaleza
humana.
La amistad, es un modo genérico de la relación interhumana, fue para los griegos el
fundamento de la relación entre el médico y el enfermo especificada como “amistad médica”.
En el médico hay a su vez philia, lógos y éros. Hay en él philia, porque es amigo del
enfermo y del arte de curar; hay también lógos, porque su arte actúa sobre el fundamento de
una physio-logía y porque, como dice Aristóteles, la medicina es el lógos de la salud; y hay
éros porque en el seno mismo de la philotekhnía late un vigoroso impulso hacia la perfección
de la naturaleza; con respecto a esto Platón dice, en el Banquete, que la medicina es “la ciencia
de las cosas pertinentes al amor al cuerpo”.
En el mundo griego antiguo, la amistad entre el médico y el enfermo se hacía realmente
“técnica” cuando el médico sabía realizarla correctamente en sus diagnósticos y sus
tratamientos. La forma de cómo se realizó la asistencia médica dentro de la sociedad helénica
no está bien reseñada en el Corpus Hippocraticum. Platón diseña, en varios de sus diálogos
(Cármides, Gorgias, República, Político, Timeo, Leyes) un cuadro muy completo de lo que fue
el ejercicio de la medicina en las ciudades griegas. Este se acomodó a la estructura social de la
polis clásica y se diversificó en tres modos principales, los cuales son: la asistencia médica a
los esclavos, el tratamiento de los hombres libres y ricos y el cuidado terapéutico de los
enfermos libres y pobres.
24
Platón detalla de manera precisa, en su diálogo el Leyes, cómo era el tratamiento
médico de los esclavos en la Atenas (Anexo 3). Platón nos hace ver las diferencias en la
atención y tratamiento médico de los esclavos y los hombres libres, y basa estas diferencias en
tres aspectos principales:
a) A los esclavos no los atendían por lo común médicos propiamente dichos, asclepíadas
técnicamente formaos en las escuelas médicas de Cos, Cnido, Cirene o Sicilia, sino
rudos empíricos que al lado de algún médico, casi siempre como esclavos suyos, habían
aprendido la rutina externa del arte de curar.
b) La comunicación verbal entre el terapeuta y el paciente era mínima. De acuerdo con lo
que acerca del ser del esclavo se pensó en la Grecia clásica, la medicina que con él se
practicaba era una especie de “veterinaria para hombres”.
c) Era también mínima, por tanto, la individualización del tratamiento. El enfermo
quedaba sometido sin discriminación al nivel igualitario de la norma general; y a la
manera de un tirano, el terapeuta trataba de gobernar con sus prescripciones el curso de
la naturaleza. Una tosca estimación meramente cuantitativa (niño, adulto, grande,
pequeño) debía de ser en tal caso el único criterio para la individualización del
tratamiento.
Para Platón, la asistencia médica en Atenas era algo así como un espectáculo, que llamó
poderosamente la atención del filósofo. En base a esto se planteó dos interrogantes: ¿Cómo las
artes podrán adquirir auténtica perfección, si cada hombre y cada caso son distintos entre sí?
¿Cómo las leyes, por definición generales y obligatorias, pueden ser eficaces en su aplicación
casuística?
En el caso del arte de curar, la perfección se alcanzaría, según Platón,
individualizando razonablemente el diagnóstico y el tratamiento del enfermo; esto es,
procediendo como en Atenas procedían los médicos libres (los verdaderos técnicos de la
medicina) cuando trataban a pacientes libres. Tres recursos principales permitía esta fina
individualización: la ilustración médica del enfermo, la persuasión verbal y la adecuación
biográfica.
La persuasión verbal fue práctica habitual en la antigua Grecia frente a enfermos libres
y ricos. En el diálogo Cármides, Platón se expresa la importancia de la eficacia terapéutica en
los bellos discursos de Sócrates. El “bello discurso” persuade al enfermo de que el remedio que
se le va a administrar es el mejor para él, hace máxima la eficacia sanadora de ese remedio e
individualiza exquisitamente el tratamiento.
25
Resumen del pensamiento platónico (2):
El objetivo de Platón era diseñar el modelo de Estado Ideal; el Estado perfecto, en el
que reinara la Justicia absoluta. La existencia de una Justicia absoluta implicaba, según Platón,
la existencia de “absolutos”, no sólo en el terreno de la ética y de la política, sino también en el
de la antropología, la epistemología y la ontología. Ahora bien, como en este mundo todo
parecía ser relativo, Platón se vio obligado a postular la existencia de otro mundo en el que
colocar los “absolutos”, con lo cual estableció un claro dualismo. El dualismo de la filosofía
platónica se manifiesta claramente a nivel onto-epistémico, pero también puede apreciarse a
nivel ético-político.
1) A nivel onto-epistémico:
a. Dualismo ontológico (concepción de la Realidad):

Mundo Suprasensible (o inteligible) de entidades absolutas: Ideas (inmateriales-únicasinmutables).

Mundo sensible de entidades relativas: cosas (materiales-plurales-cambiantes).
b. Dualismo epistemológico (concepción del conocimiento):

Conocimiento auténtico (Episteme o verdad) sobre las entidades absolutas: Ideas
eternas.

Conocimiento aparente (Doxa u opinión) sobre las entidades relativas: cosas
temporales.
c. Dualismo antropológico (concepción del ser humano):

Alma racional: entidad absoluta perteneciente al mundo suprasensible.

Cuerpo material: entidad relativa perteneciente al mundo sensible.
Al mundo suprasensible sólo se podría acceder con la inteligencia, por eso también lo
llama “mundo inteligible”.
En el mundo sensible se encuentran las cosas que nos muestran los sentidos. Las cosas
son materiales, plurales y cambiantes. Carecen de verdadera realidad, ya que no permanecen
para siempre (nacen y perecen), por tanto, su conocimiento tampoco es verdadero; es un
conocimiento aparente o relativo (doxa).
En el mundo inteligible (o suprasensible) se encuentran las Ideas que nos muestra la
inteligencia. Frente a las cosas materiales, plurales y cambiantes, cada Idea se caracteriza por
ser inmaterial, única e inmutable (y por tanto eterna). Constituyen las verdaderas realidades
26
(perfectas, inmutables, eternas), el auténtico ser, y por tanto, son el objeto del conocimiento
verdadero (episteme).
Las Ideas platónicas no son productos psicológicos de la mente humana, sino que
existen en sí, independientemente de que las pensemos o no. Son los arquetipos o modelos
ideales de las cosas (su esencia), y existen independientemente de ellas.
Hay que destacar que Platón no se limitó a señalar la distinción entre los dos mundos;
también afirmó la superioridad del mundo inteligible, provocando el total desprecio hacia este
mundo material sensible. Como, en sintonía con su ontología, Platón concibió al ser humano
como un ser dual, es decir, compuesto de dos sustancias:
- una perteneciente al mundo sensible (el cuerpo material) y
- otra perteneciente al mundo inteligible (el alma racional), dotó de características
positivas y divinas al alma, mientras que despreció y responsabilizó al cuerpo de los males y
deficiencias del ser humano.
El dualismo platónico ha dominado la interpretación del mundo hasta la actualidad,
sobre todo por la incorporación que el cristianismo hizo de su doctrina.
2) A nivel ético-político:
a. Dualismo ético (concepción de la moral):

Moral absoluta: la del filósofo, que se rige por principios absolutos (la Idea de Bien, de
Justicia, etc).

Moral relativa: la del vulgo, que se rige por principios relativos (las cosas que se tengan
por “buenas”, “justas”, etc).
b. Dualismo político (concepción del Estado):

Estado perfecto: que existiría como modelo ideal en el mundo suprasensible o
inteligible: el Estado Ideal.

Estados imperfectos: que existen bajo la forma de aristocracia, timocracia, oligocracia,
democracia o tiranocracia en el mundo sensible.
La Ética platónica tiene como eje central la idea de que el hombre puede ser mejorado
mediante la educación: no nacemos virtuosos, nos hacemos virtuosos. A este respecto, Platón
diseñará un modelo educativo que se sustenta en dos pilares fundamentales: la gimnasia (para
fortalecer la voluntad y purificarnos) y las matemáticas (para desarrollar la mente y alcanzar la
sabiduría). El esfuerzo físico e intelectual que supone la educación platónica será una constante
del Humanismo Occidental, cuyo lema es “mens sana in corpore sano”.
27
Platón piensa que la Ética debe desembocar necesariamente en la Política, pues es mejor
perseguir el bien de todos que el bien de uno solo. De hecho, el objetivo principal de su modelo
educativo, era formar a los futuros gobernantes del Estado Ideal; que serían aquellas personas
(hombres o mujeres) que lograsen alcanzar el auténtico conocimiento: el conocimiento de las
Ideas (en especial, de la Idea de Bien).
Platón recurre con frecuencia a mitos, símiles o alegorías para ilustrar su pensamiento.
Los más famosos de estos símiles son:
- El símil de la línea, que ilustra la correspondencia entre las clases de conocimientos y los
niveles de realidad.
- La alegoría o mito de la caverna, que ilustra el camino de ascenso, por parte del filósofo,
desde las meras opiniones (las sombras de la caverna) hasta los conocimientos verdaderos (los
seres luminosos del exterior de la caverna).
- La alegoría del Sol, que establece una analogía entre el Sol del mundo sensible y la Idea de
Bien del mundo inteligible
- La alegoría o símil del auriga, que ilustra la relación entre las clases de alma y las clases de
virtudes.
En la (figura 4) se aprecia un resumen del pensamiento platónico.
Fig.4: Pensamiento Platónico (13)
28
Influencia de Platón sobre otros pensadores (14):
El trabajo de Platón ha influenciado a múltiples autores y filósofos posteriores. La Obra
platónica siembra las semillas de la filosofía, política, psicología, ética, estética o
epistemología. Al abarcar esta materia hay que considerar también a su alumno, Aristóteles,
que postula los inicios de la lógica y la ciencia moderna.
Platón sirve de referencia a la teoría política de Cicerón. Diversos autores cristianos
encontraron gran afinidad entre el pensamiento de Platón e ideas de la nueva fe, lo que les
sirvió para articular éstas filosóficamente, como por ejemplo es el caso de San Agustín.
Sin embargo, pese a que su influencia sea enorme no por ello ha sido considerada
siempre positiva. Karl Popper criticaba a Platón por ser el precursor ideológico de los
totalitarismos. Definitivamente, odiado o amado, Platón es hasta la fecha un punto de partida
para las ciencias y la filosofía de las ciencias. Cada época ha interpretado con sus propios
valores su obra, no muy diferente a lo sucedido con Roma, Aristóteles o tantos otros autores.
Platón propone el comunismo (no confundir con el comunismo marxista) y la monarquía, y a su
vez terminó defendiendo las leyes como sistema de gobierno (más como sometimiento a las
circunstancias que por una verdadera preferencia). Igualmente, es quizás el primero en defender
la igualdad entre los sexos, a diferencia de su discípulo Aristóteles.
Para el racionalismo y el idealismo, Platón fue la referencia más importante en la
filosofía.
Vigencia actual de la filosofía Platónica:
La validez actual de la filosofía platónica se hace evidente en múltiples aspectos, ya que
Platón sentó las bases de todo el pensamiento posterior. Para resaltar su enorme influencia
pueden citarse las palabras que un filósofo contemporáneo (Whitehead) dejó escritas
(9)
: “La
historia de la filosofía sólo son notas a pie de página a los diálogos de Platón”. Quizás esta
opinión sea un poco exagerada; lo cierto es que probablemente no ha habido nunca ningún
pensador que haya marcado tanto la cultura occidental y mundial.
Esa influencia de Platón se deja sentir, sobretodo, en dos ámbitos:
1) En la Filosofía: muchos de los conceptos y temas actuales de la filosofía son herencia de
Platón.
2) En la Religión: muchas de las ideas del cristianismo han sido tomadas de la filosofía
platónica.
29
Hay aspectos éticos y políticos que Platón dejó planteados y que siguen vigentes: la
búsqueda de la perfección moral a través del esfuerzo físico e intelectual, el problema de
conseguir una sociedad justa. Por otra parte, Platón ha impregnado nuestra cultura a través del
cristianismo: la idea dualista del ser humano, la consideración negativa del cuerpo y de lo
material en general. Aunque la Teoría de las Ideas de Platón es cuestionada por muchos
filósofos, toda teoría metafísica (de la que, por cierto, Platón fue su máximo impulsor) que
pretenda fundamentar un conocimiento absoluto (universalmente válido) que sirva de base para
el establecimiento de una sociedad absolutamente justa, tiene que aceptar, necesariamente, la
existencia de realidades absolutas (sean las realidades del mundo suprasensible que postuló
Platón u otras que tengan las mismas características), de lo contrario se caerá
irremediablemente en el relativismo (epistemológico, ético, político, etc.) y, por consiguiente,
el ideal de una sociedad justa se esfumará.
30
OPINION PERSONAL
Platón fue un filósofo de gran trascendencia, con una sabiduría casi ilimitable. Disertó
sobre los temas comunes, las preocupaciones más simples de los seres humanos. Escudriñó en
los temas de la Filosofía, que son los temas que están por la calle, son los temas que surgen
cada vez que alguien pregunta algo, cada vez que alguien se pregunta que es el bien, que debo
hacer, las preguntas que atañen a la vida del hombre son preguntas filosóficas. La sabiduría de
Platón está en la afirmación de no creerse sabio sino filósofo, es decir, aquel que busca
sabiduría.
Platón aprendió de Sócrates a examinar a la gente, a saber qué saben los ciudadanos,
quiere ver si dan valor a lo que más vale, si dan valor a la educación, al alma, la calidad de
nuestros pensamientos, la calidad de nuestra relación con el mundo, de nuestra relación de
amistad.
Los diálogos están vinculados a la idea de definir cuestiones. En cada diálogo inicia con
una pregunta. En alguno de ellos, Sócrates pregunta sobre la naturaleza de algunas virtudes. A
Platón le preocupaba que las personas no fuesen cultas, no fuesen dialogante, quería que las
personas fuesen personas críticas, “pensantes”. El gran tema del pensamiento de Platón es la
filosofía misma. Filosofar es buscar la sabiduría. La filosofía es la permanente búsqueda de
llegar a conocer. Todo aquel que se pregunta, filosofa.
Además, Platón mostró una profunda preocupación por el desigual trato a los enfermos
según fuese su clase social. Argumentaba que el médico debía ser “amigo” del enfermo
(“amistad médica”). Dio valor a la amistad catalogándola, al igual que su discípulo Aristóteles,
como el querer y procurar el bien del amigo. La amistad, es una de las formas más antiguas de
la relación interhumana.
Otro dato llamativo de este gran filósofo es que, todas sus obras son Diálogos, a
excepción de la Apología de Sócrates y de las Cartas. Escritos llevados magistralmente con el
método dialéctico (dialogando), gestándose de forma profunda el contacto vivo por la palabra
(logos de los griegos) que, sin dogmatismos, pretende llevar al hombre al encuentro con el Ser
que él es.
Después de toda esta disertación, concluyo que Platón fue uno de los propulsores del
diálogo y las relaciones del hombre consigo mismo, con su entorno y con los demás. ¿Qué más
sitio para promover las relaciones interhumanas y el diálogo que en las escuelas, las
universidades, los centros de enseñanza? Eso fue “La Academia” de Platón, uno de sus mejores
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ejemplos de preocupación por las relaciones interpersonales, ya que fundamentó sus
enseñanzas en la dialéctica. Además, en sus diálogos en los que expone claramente el mundo
de la ideas y en efecto, Platón (siguiendo a Sócrates) está persuadido de que el verdadero saber
no puede referirse a lo que cambia, sino a lo permanente; no a lo múltiple, sino a lo uno.
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CONCLUSIONES
El platonismo diferencia entre la sabiduría y la ignorancia, y señala dos ámbitos; el
ámbito de los Dioses donde está el Episteme (la sabiduría, el conocimiento verdadero), y el
ámbito de los hombres que es el ámbito de la opinión o de la Doxa.
La filosofía es el camino de la opinión al conocimiento (de la doxa a la episteme), el
ámbito del chisme al ámbito del conocimiento más sólido, que Platón considera que es un
conocimiento espiritual que significa que el hombre se mejora, se hace más cercano a los
Dioses, se diviniza a través de ese camino a la sabiduría que es la filosofía.
La influencia de Platón en todo el pensamiento, en toda la vida intelectual colectiva de
occidente, no se puede exagerar. Probablemente, dejando atrás alguna figura religiosa como la
de Cristo, es imposible encontrar a nadie que haya tenido una influencia más profunda, más
duradera, más extensa que Platón. La obra de Platón sigue siendo leída, sigue siendo
comentada, sigue teniendo una extraña frescura, una extraña espontaneidad todavía. Muchos
grandes filósofos muy importantes, muy interesantes han quedado para ser estudiados por los
especialistas, o necesitan muchas introducciones, muchos comentarios porque realmente hoy
nos encontramos ante ellos un poco desconcertados, entendemos bien cuáles son sus preguntas
porque dicen lo que dicen, pero sin más, cualquiera puede leer directamente los diálogos de
Platón y encuentra algo como la emoción, el pensamiento. Muchas veces, para empezar a
estudiar y entender la filosofía, hay que empezar por los diálogos de Platón, es la mejor
introducción a la filosofía, porque allí sigue estando activa la aventura del pensamiento. Platón
trae al lenguaje, trae a la escritura un modo de ser fundamentalmente dialéctico, un modo de ser
pensante, un modo de ser crítico que es nuevo en su época. Es un modo del pensamiento, no
quiere decir que se inicia el pensamiento con Platón, porque el pensamiento en realidad se
inicia con el primer hombre en las cavernas.
Contrariamente a lo que algunos piensan, hay que decir que Platón ha legado la idea de
que la Filosofía no es un estudio de ideas abstractas justificado sólo por el valor intrínseco de
esas ideas. Fue un erudito, por cierto; no se dedicó a disfrutar el debate de la teoría por la teoría,
muy por el contrario, su afán teórico tenía la finalidad de ayudar a la gente a sacar su vida
adelante en diversa escala. Es interesante observar que sus ideas sirven, a la vez, tanto para el
hombre particular como para la sociedad en general. Este filósofo, desarrolló ideas que sirven
para que cada quien pueda analizar su manera de pensar y su estilo de vida.
Como reflexión final,…….Muchos somos platónicos sin saberlo……
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ANEXOS
ANEXO 1(10):
Mito de la Caverna de Platón:
I.- Y a continuación -seguí- compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la
educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa
vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho
de toda la caverna y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el
cuello de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las
ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y
en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto; y a lo largo
del camino suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan
entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquéllos sus maravillas.
-Ya lo veo -dijo.
-Pues bien, contempla ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda
clase de objetos cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas
de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es
natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
-Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños pioneros!
-Iguales que nosotros -dije-, porque, en primer lugar ¿crees que los que están así han visto otra
cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la
parte de la caverna que está frente a ellos?
-¡Cómo -dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
-¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
-¿Qué otra cosa van a ver?
-Y, si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a
aquellas sombras que veían pasar ante ellos? Forzosamente.
-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que
hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la
sombra que veían pasar?
-No, ¡por Zeus! -dijo.
-Entonces no hay duda -dije yo- de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que
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las sombras de los objetos fabricados.
-Es enteramente forzoso -dijo.
-Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia
y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y
obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz y cuando, al
hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos
objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que antes no
veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y
vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole
los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de
ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más
verdadero que lo que entonces se le mostraba?
-Mucho más -dijo.
II.- Y, si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que
se escaparía volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría que
éstos son realmente más claros que los que le muestran?
-Así es -dijo.
-Y, si se lo llevaran de allí a la fuerza -dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada
subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y
llevaría a mal el ser arrastrado y, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que
no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
-No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
-Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería
más fácilmente serían, ante todo, las sombras, luego, las imágenes de hombres y de otros
objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más
fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de
las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
-¿Cómo no?
-Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro
lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que él
estaría en condiciones de mirar y contemplar.
-Necesariamente -dijo.
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-Y, después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los
años y gobierna todo lo de la región visible y es, en cierto modo, el autor de todas aquellas
cosas que ellos veían.
-Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
-¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos
compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les
compadecería a ellos? Efectivamente.
-Y, si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran
los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y
acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con
otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees
que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y
poderes entre aquéllos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría
decididamente «ser siervo en el campo de cualquier labrador sin caudal » o sufrir cualquier otro
destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
-Eso es lo que creo yo -dijo-: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
-Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no
crees que se le llenarían los ojos de tinieblas como a quien deja súbitamente la luz del sol?
-Ciertamente -dijo.
-Y, si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente
encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía
los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-,
¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos
estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían,
si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir ?
-Claro que sí-dijo.
III.- Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh, amigo Glaucón!, a lo que se
ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la viviendaprisión y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo
de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma
hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas
conocer y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí
me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien,
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pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay
en todas las cosas, que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de
ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por
fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
-También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo."
Platón, República, libro VII
ANEXO 2 (12):
Conversación de Sócrates con Lisis y Menéxeno en la palestra de Miccos, en el Dialogo de
Lisis:
“Una cosa he deseado siempre. Cada hombre tiene su pasión: unos los caballos, otros los
perros, otro el oro o los honores. En cuanto a mí, todas esas cosas me dejan frío; en cambio,
deseo apasionadamente adquirir amigos, y un buen amigo me contentaría infinitamente más
que la codorniz más linda del mundo, que el más hermoso de los gallos e incluso -Zeus es
testigo- que el mejor de los caballos o de los perros. Podéis creerme que preferiría un amigo a
todos los tesoros de Darío. Tan grande es mi avidez por la amistad” (Lisis, 211 e).
ANEXO 3(12):
Platón escribe, en su diálogo el Leyes, cómo era el tratamiento médico de los esclavos en la
Atenas de su época:
“Hay, pienso, médicos y servidores de médicos, a los que indudablemente también llamamos
médicos…Pueden (los médicos) ser, pues, ya libres, ya esclavos, y en este caso adquieren su
arte según las prescripciones de sus dueños, viéndoles y practicando empíricamente, pero no
según la naturaleza, como los médicos libres por sí mismos lo aprenden y lo enseñan a sus
discípulos…Y siendo los enfermos en las ciudades unos libres y otros esclavos, a los esclavos
los tratan por lo general los esclavos, bien corriendo de un lado para otro, bien
permaneciendo en sus consultorios; y ninguno de tales médicos da ni admite la menor
explicación sobre la enfermedad de cada uno de sus esclavos, sino que prescribe lo que la
práctica rutinaria le sugiere, como si estuviese perfectamente al tanto de todo y con la
arrogancia de un tirano, y pronto salta de allí en busca de otro esclavo enfermo, y así alivia a
su dueño del cuidado de atender a otros pacientes” (Leyes, 720 a c).
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BIBLIOGRAFRIA
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