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 TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL
1 TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL NO TERMINAL: CUIDADOS
PREDIÁLISIS
Mientras que la enfermedad renal va avanzando, el nefrólogo
comienza a realizar unos cuidados específicos, que deben realizarse de
forma ideal en las fases tempranas de la enfermedad y que son
determinantes tanto para contener la evolución de la enfermedad en la
medida de lo posible, como influirán claramente en la calidad de vida del
paciente e incluso su supervivencia durante los tratamientos de diálisis o
trasplante.
A.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Las medidas de prevención de la enfermedad son muy importantes
e incluyen entre otras:
•
Control de la tensión arterial, que debe mantenerse en los
límites considerados como normales
•
•
•
Control estricto de la glucosa en el paciente diabético
No ingerir alcohol, tabaco ni otras drogas
Llevar una alimentación sana,
sin exceso de grasas y verduras,
iniciando
una
dieta
baja
en
proteínas y con la exclusión de
algunos
(frutas
grupos
y
de
lácteos)
alimentos
cuando
el
especialista lo indique
•
Realizar
ejercicio
moderado
diariamente, o al menos tres veces
en semana
•
Evitar el sobrepeso
•
Evitar la automedicación: el riñón es uno de los órganos
encargados de la eliminación de los fármacos de nuestro organismo
y en el caso de esta enfermedad, los medicamentos pueden
acumularse en sangre y resultar peligrosos para nuestra vida.
También muchos medicamentos son capaces de hacer enfermar el
riñón o en caso de enfermedad, hacer que empeore con más
rapidez
•
No
ingerir
alcohol,
tabaco
ni
otras
drogas
•
Evitar infecciones de orina extremando
la higiene genito-vaginal
•
Evitar situaciones de estrés
B.
CUIDADOS PREDIÁLISIS
El médico determinará, individuamente, los cuidados necesarios en
este momento, en función de cada paciente. Sin embargo, y en
general, habrá limitaciones de la ingesta de sal para control de la
tensión arterial, la limitación de la ingesta de proteínas, e inicio de
medicación para tratamiento de los problemas específicos del
paciente renal.
•
Control de la anemia: se administra hierro y eritopoyetina, que
es la hormona que fabrica el riñón y es necesaria para la producción
de glóbulos rojos. Cuando el riñón está enfermo, no es capaz de
producirla y aparece entonces la anemia, con manifestaciones como
fatiga, cansancio y debilidad.
•
Control
del
metabolismo
del
hueso:
los
componentes
estructurales de los dientes y los huesos son el calcio y el fósforo.
Una cantidad demasiado baja de calcio y demasiado elevada de
fósforo, como ocurre en la enfermedad renal avanzada, desintegra
sus huesos, esto hace que sean más débiles y susceptibles de
fracturarse, además, el fósforo elevado favorece los depósitos de
calcio en el cuerpo, dependiendo de donde se acumulen los
depósitos pueden provocar diferentes síntomas como ojos rojos,
dolor en las articulaciones o picores. Es necesario en muchos
pacientes seguir una dieta baja en fósforo y tomar los quelantes
(medicamentos que absorben el exceso del fósforo de su cuerpo y
posibilitan su excreción en las heces), recetados, con todas las
comidas
•
Control de los líquidos: la cantidad de líquido que debe tomarse
es diferente según la cantidad de orina que se elimina diariamente.
Hay enfermedades del riñón en las que se orina mucho y en ellas es
bueno beber mucha agua. En otras, la cantidad de orina es pequeña
y hay que disminuir la cantidad de agua y líquidos que se toman
para que no se acumulen. A pesar de ello, muchas veces puede
producirse retención de líquidos (edemas), y el especialista puede
mandar medicinas que aumenten la eliminación de líquidos,
llamados diuréticos.
En este período, es conveniente que el paciente vaya tomando
conciencia de la necesidad de la diálisis en un futuro, así como las diversas
técnicas de diálisis, para que llegado el momento pueda elegir, junto con las
recomendaciones de su médico, la que mejor se ajuste a sus características
personales.
Originariamente,
los
médicos
indicaban
diálisis
cuando
las
alteraciones clínicas eran muy severas, pero actualmente se opta por un
ciclo precoz por ello, aunque el paciente no note empeoramiento de los
síntomas, no debe extrañar que el facultativo indique la necesidad de iniciar
la diálisis.
II.- TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL TERMINAL
La insuficiencia renal completa o irreversible es también llamada
enfermedad renal de fase terminal, o ESRD. Cuando los riñones dejan de
funcionar por completo, los desechos y líquidos se acumulan en el cuerpo.
Esta condición se llama uremia. Las manos y pies pueden hincharse y
podemos sentirnos cansado y debilitados porque el cuerpo necesita sangre
limpia para funcionar correctamente.
Si no se trata la uremia, esta puede derivar en ataques o coma y
finalmente la muerte. Si los riñones dejan de funcionar por completo, será
necesario someterse a diálisis o recibir un transplante.
A. QUÉ ES LA DIÁLISIS
La diálisis es una técnica basada en un
principio
físico-químico
denominado
difusión. Éste consiste en un incremento de
sustancias, a través de una membrana o
“filtro”,
desde
la
sangre
del
paciente,
cargada de sustancias tóxicas, con un
líquido “de diálisis”, en el que quedarán las
sustancias tóxicas sobrantes, y que puede
aportar
además,
algunas
otras,
que
presentan déficit en la sangre del enfermo.
Los objetivos de la diálisis son:
•
Alcanzar una reducción de sustancias tóxicas (urea)
•
Lograr la adquisición de sustancias necesarias (calcio, por
ejemplo) para nuestro organismo
•
Eliminar el líquido acumulado en exceso por falta de orina
B. TIPOS DE DIÁLISIS
Existen dos tipos principales de diálisis, la hemodiálisis y la diálisis
peritoneal, aunque dentro de ellas existen diferentes modalidades para
adaptar la técnica a las necesidades del paciente.
•
LA HEMODIÁLISIS
Qué es:
Es en la actualidad la forma más común de tratamiento de la
insuficiencia renal crónica terminal y se utiliza como tratamiento
definitivo, y/o previo a otras formas de tratamiento como el trasplante
renal.
Se calcula que más de 500.000 personas en todo el mundo están
incluidas en programas de hemodiálisis periódica. En Andalucía 3.800
pacientes reciben este tratamiento en la actualidad
La hemodiálisis consiste en el intercambio de sustancias entre la
sangre y el líquido de hemodiálisis a través de una membrana
semipermeable.
Durante la hemodiálisis, las sustancias tóxicas disueltas en la sangre
como consecuencia del fallo de la función de los riñones son eliminadas,
y además la sangre incorpora desde el líquido de diálisis otras sustancias
beneficiosas y que se encuentran deficitarias en el paciente por el mismo
motivo. Los dos líquidos que intervienen son: nuestra sangre y el líquido
de diálisis.
La membrana a través de la cual se hace el intercambio, es una
membrana artificial, que recibe el nombre de dializador; así, se extrae
la sangre “sucia” del organismo del paciente, y se pone en contacto con
el líquido de diálisis a través del dializador. Dicho líquido, está preparado
para recoger las sustancias tóxicas
(urea, creatinina, fósforo, potasio…) y
aportar a las sangre otras beneficiosas
que nuestro cuerpo necesita (calcio) y
que, por padecer una enfermedad
renal, el organismo no es capaz de
captarlas de los alimentos.
El paciente con enfermedad renal
variando
según
enfermedad,
va
la
causa
de
su
disminuyendo
la
capacidad de eliminación de líquidos y
en muchos casos, con el paso del tiempo, esta capacidad de eliminación
de orina desaparece totalmente. Durante la hemodiálisis, el exceso de
líquido acumulado, y que con frecuencia se nota por aparición de
hinchazón en los párpados y piernas, se elimina también; gracias a la
diferencia de presiones existentes entre la sangre y el líquido de diálisis
(el llamado proceso de ultrafiltración) el líquido de diálisis arrastra el
exceso de líquido que acumula nuestro cuerpo.
La máquina que hace posible que este proceso se lleve a acabo, con
todos los mecanismos de seguridad necesarios, es el llamado “riñón
artificial”. En qué consiste la sesión de diálisis:
Es el tiempo que invierte el riñón artificial en depurar la sangre y
extraer el líquido sobrante en nuestro organismo. Cada paciente, en
función de su peso, talla, ingesta, líquidos acumulados…, requiere un
tiempo determinado. En general, una vez que el médico indica la
necesidad de comenzar el tratamiento con hemodiálisis, las sesiones
suelen programarse tres veces por semana, con un tiempo que oscila
habitualmente entre 3 y 4 horas cada sesión.
El tratamiento puede ser realizado en el propio domicilio con ayuda
de un familiar, o en centros sanitarios hospitalarios o extrahospitalarios,
en función de las necesidades clínicas o de carácter meramente
geográfico.
En cada sesión de hemodiálisis, el personal de enfermería conecta al
paciente al riñón artificial, cuida su normal desarrollo durante el tiempo
que dura el tratamiento, y desconecta al paciente tras el tiempo
prescrito por el médico.
Para realizar el proceso de depuración, debe existir una vía de salida
de la sangre cargada de tóxicos y otra distinta, generalmente por
encima, que permita la entrada de la sangre depurada. La vía de entrada
y salida de la sangra es denominada “fístula” arteriovenosa.
El proceso de diálisis es continuo. La sangre viaja varias veces desde
nuestro cuerpo a la máquina a través de unas líneas realizadas con
material sintético transparente, para tal fin, y del dializador, la sangre
sale impulsada por una bomba, de vuelta a nuestro organismo; durante
todo el proceso, no se siente este movimiento, y la cantidad de sangre
que se aloja fuera del organismo dentro de las líneas y el dializador, a
pesar de su longitud, no supera los 150 cc, es decir, la cantidad de
sangre que está fuera del cuerpo, no supera la cantidad que cabe en 2
tazas de café.
El momento de los pinchazos de la fístula, es el único, durante todo el
proceso de hemodiálisis, que es siempre un poco doloroso, si no hay
otras complicaciones durante la sesión, el resto no debe resultar molesto
pudiéndose dedicar a charlar, ver la televisión o leer con toda
comodidad.
Si existe alguna anomalía, la máquina lo detecta de forma inmediata,
y se ponen en marcha unas alarmas sonoro-luminosas, que no deben de
asustarnos, ya que las enfermeras que están a cargo del paciente,
acuden rápidamente a solucionarlo. Si durante la sesión de diálisis se
siente cualquier tipo de malestar, y dado que esto no debe ser habitual,
debemos comunicarlo de inmediato al personal sanitario.
Durante los primeros meses de tratamiento, se irá notando una
mejoría importante en el estado general del paciente, con desaparición
del cansancio, las náuseas, el nerviosismo en las piernas…
La hemodiálisis por tanto no es un tratamiento molesto o doloroso
sino un tratamiento que requiere de 3 a 4 horas tres veces por semana,
para mantener una situación de bienestar.
Qué es la fístula arteriovenosa
Para poder sacar la sangre del organismo, limpiarla en el riñón
artificial y devolverla al paciente en un
tiempo determinado, necesitamos en
flujo
o
cantidad
mínima
de
200
mililitros de sangre por minuto. Este
flujo no se encuentra en las venas
normales superficiales, y además sus
finas
paredes
no
resistirán
y
se
romperían, por ello, debemos realizar
una intervención, en la que se une una
arteria a una vena, y permite que en ella pinchemos y saquemos la
cantidad de sangre necesitada, retornando la sangre limpia después del
paso por el filtro de diálisis. Así, la fístula arteriovenosa es la unión de una arteria con una vena,
generalmente situadas en antebrazo, que se realiza mediante una
pequeña intervención quirúrgica con anestesia local.
Idealmente, esta intervención debe realizarse en la fase de prediálisis
para que la vena se desarrolle “engorde” por el paso continuo de sangre
y sus paredes se agranden y fortalezcan al menos durante 2 ó 3 meses
antes de su utilización, y así sea fácil su canalización en el momento de
iniciar el tratamiento. Generalmente, la fístula es radio cefálica, es decir,
se une la arteria radial con la vena cefálica en el antebrazo. Cuando ésta
no es posible se realiza antecubital, es decir, en el pliegue del codo. Tanto una como
otra se suelen realizar en el brazo no dominante
(brazo derecho para los zurdos y brazo izquierdo para los diestros) como
primera localización, para que de esta manera, tanto la fístula como los
cuidados que ésta requiere, ni interfieran
ninguna de las actividades
cotidianas del paciente.
La fístula en sí misma, cuando no es pinchada, no produce molestia
alguna, solamente se nota la vena más abultada y un ruido especia
“thrill” que transmite el flujo de sangre al pasar por la vena, y al que no
hay
que
temer,
ya
que
es
un
signo
inequívoco
de
su
buen
funcionamiento.
- Cuidados de la fístula
Para prolongar la vida de la fístula se requieren unos cuidados
mínimos que vamos a señalar:
1. Controlar
diariamente
su
buen
funcionamiento
posando
suavemente la mano sobre ella y notando el flujo, o escuchando
su ruido o “thrill”. Debe hacer 3 veces al día, y en caso de que
este desaparezca, comunicarlo de inmediato a su médico.
2. No permitir que en el brazo de la fístula nos tomen la tensión,
ni nos saquen sangre.
3. No coger pesos en dicho brazo, y evitar golpes en esa zona.
4. No poner objetos que nos aprieten como relojes, pulseras o
ropa apretada.
5. Lavar a diario la zona donde se nos pincha con agua y jabón,
para evitar infecciones.
6. Evitar acostarse sobre el lado de la fístula.
7. Aceptar que durante las sesiones de diálisis nos pinchen en
sitios nuevos aunque sea más doloroso, puesto que esto alargará
la vida de la fístula.
8. Acudir al hospital lo antes posible si observamos que la fístula
se ha parado o existe un dolor intenso en este brazo. La fístula
puede recuperarse las primeras 24-48 horas.
9. Tras su inmediata realización, hacer pequeños ejercicios que
ayuden al endurecimiento y desarrollo de las paredes de la vena,
como son en caso de fístulas radio cefálicas, maniobras de
“apretar” con la mano una pelota o bola de lana dura del tamaño
del puño, o en el caso de los accesos antecubitales,, movimientos
de elevación de un peso de medio kilo (paquete de arroz, lata de
conserva…).Este ejercicio leve, de forma diaria, ayudará al
adecuado desarrollo de la fístula, y auque ésta se esté pinchando,
mejorará su funcionamiento y duración a largo plazo.
Del
cuidado
de
la
fístula
dependerá,
en
ocasiones,
su
buen
funcionamiento; su cuidado es de máxima importancia ya que si se para,
nos deberán realizar otra.
En cuanto al tiempo de hemostasia, es aquel durante el que hay que
hacer una compresión leve sobre las dos zonas de pinchazo de la fístula,
para que la sangre de la punción se corte, tras finalizar la sesión de diálisis.
Cada
paciente,
según
las
características
de
la
fístula,
factores
de
coagulación, etc., tiene un tiempo de hemostasia determinado. La buena
hemostasia, es importante para el buen funcionamiento de la fístula, por
eso, no hay que tener prisa tras la finalización de la sesión, por marcharse.
Es conveniente tener en casa gasas estériles y desinfectante, por si acaso
se sangra por las zonas de punción, en este caso, no hay que asustarse, ya
que apretar de nuevo en la zona del pinchazo unos minutos, suele ser
suficiente para que finalice el sangrado.
- Cuando la fístula no funciona o se carece de ella
A veces la fístula no puede utilizarse bien porque está recién hecha,
porque ha dejado de funcionar, o porque la urgencia
del tratamiento no ha dado tiempo .En estos casos, es
necesaria la colocación de un catéter.
Un catéter es un tubo de plástico blando, de
medio centímetro de diámetro que se introduce en una
vena de gran grosor (en la pierna la vena femoral, y
en el cuello la vena yugular o subclavia) para permitir
la extracción y retorno de la sangre necesaria para el
buen funcionamiento de la máquina de diálisis. Suple
de esa manera el tener que pinchar en una fístula.
La instalación del catéter se realiza con anestesia local, y permite su
utilización inmediata. La instalación del mismo es temporal, y si funciona
correctamente, se suele dejar hasta que se ha realizado la fístula, y está en
perfectas
condiciones
para
poderla
pinchar
(de
4
a
8
semanas
habitualmente). A veces se deben colocar catéteres de forma permanente, en aquellos
pacientes sin posibilidad de acceso vascular; la localización suele ser en el
cuello (vena yugular), por la menor tasa de complicaciones que presenta, y
comodidad para el paciente. Los catéteres permanentes también se ponen
bajo anestesia local, pero requieren de una pequeña intervención para
introducirlos parcialmente en la piel (tunelizados) y
permanezcan fijos.
que de esta forma
El cuidado de este acceso vascular por parte del paciente sólo
requiere de una higiene general adecuada pero evitando mojar y tocar los
apósitos que cubren al catéter, cuya manipulación sólo corresponde al
personal sanitario. En casos excepcionales, los catéteres pueden salirse de
la vena de forma espontánea o tras pequeña tracción, en ese caso, sólo hay
que hacer compresión en la zona donde se introduce y contactar con su
hospital para que les aconsejen la conducta a seguir.
Complicaciones de la hemodiálisis
Cuando una persona recibe un tratamiento ha de saber las posibles
complicaciones que pueden derivarse de forma inmediata durante la
sesión
de
diálisis
(complicaciones
agudas)
y
a
largo
plazo
(complicaciones crónicas), así como tener claro que de no administrarse
tratamiento alguno, conlleva de forma irreversible a la muerte en un
período variable de tiempo.
Complicaciones agudas
Son aquellas que pueden aparecer mientras se realiza la sesión de
diálisis:
1. Hipotensión arterial: la tensión arterial tiende a bajar al
extraerse líquido y sal durante la sesión de diálisis. Cuando se
siente
la
sensación
de
mareo,
sudor
o
náuseas
hay
que
comunicarlo a la enfermera. La administración de suero hará
desaparecer enseguida los síntomas. En algunos pacientes ocurre
tras la ingesta durante la sesión de diálisis, por el efecto de la
dilatación de los vasos abdominales durante el período de
digestión (sería algo parecido a un corte de digestión), se evita
retirando la ingesta durante el tratamiento.
2. Calambres musculares: se dan por la eliminación rápida de
líquidos. Pueden ocurrir durante el tratamiento, o en casa, tras la
finalización del mismo. Durante su aparición en la sesión de
hemodiálisis se comunicará a la enfermera, y ésta mediante la
administración de suero hará que pase lo más rápidamente
posible. Si ocurren en casa se pueden aliviar dando masaje sobre
la zona o, ingiriendo un poco de agua con azúcar o calco salado.
Si el calambre es en los pies, es conveniente tirad de la punta del
pié haca nosotros o apoyar la planta con fuerza contra una
superficie dura.
3. Náuseas y vómitos: suelen aparecer o acompañar a los
episodios de hipotensión.
4. Fiebre y escalofríos: pueden deberse a infecciones víricas o
bacterianas igual que en el resto de la población, sin embargo su
aparición brusca durante la sesión de diálisis suele deberse a
reacciones alérgicas al dializador, contaminación del líquido de
diálisis o fallo en el sistema de control de la temperatura del
líquido de diálisis.
5. Dolor de cabeza: a veces ocurre al finalizar la sesión debido a
la eliminación de toxinas en poco espacio de tiempo o excesiva
incorporación
de
una
sustancia
del
líquido
de
diálisis
(bicarbonato).
6. Reacciones de hipersensibilidad: se trata de reacciones
alérgicas relacionadas habitualmente con la estructura química de
la membrana del dializador o el método de esterilización.
Complicaciones crónicas
1.
Cardiovasculares: la cardiopatía isquémica o arteriosclerosis
son más frecuentes en pacientes con insuficiencia renal crónica, en
diálisis y pacientes trasplantados, en parte, por la existencia de
elevadas tasas de pacientes con hipertensión arterial. Arritmias y
afección del miocardio, problemas cerebro vasculares (isquémicos y
hemorrágicos) y mala circulación periférica, son producto de la HTA y
depósito de calcio en nuestro organismo.
2.
Digestivos: son frecuentes la enfermedad ulcerosa, sangrados
digestivos, anorexia y vómitos, muchos de ellos relacionados con los
medicamentos administrados.
3.
Lesiones óseas: las alteraciones del calcio y fósforo, pueden
conducir a largo plazo a pérdida mineral del hueso, con aparición de
dolores óseos, deformidades isquémicas y fracturas espontáneas, así
como depósitos de calcio en tejidos blandos (corazón, pulmón, ojos,
tendones…) que favorecen la cardiopatía isquémica, problemas
tendinosos, etc.
4.
Alteraciones hormonales: son frecuentes la impotencia,
disminución de la libido y fertilidad tanto en varones como en
mujeres (el 50% presenta además ausencia de menstruación), existe
resistencia a la acción de la insulina y respuesta anómala a las
hormonas tiroideas.
5.
Alteraciones neurológicas: insomnio, calambres, afectación
de los nervios periféricos cuyo síntoma más frecuente es el síndrome
de piernas inquietas.
6.
Malnutrición: la diálisis produce pérdidas de nutrientes por el
dializador, la alimentación inadecuada puede llevar a una situación de
desnutrición
que
conlleve
mala
curación
de
las
heridas,
susceptibilidad a infecciones, cansancio y fatiga que empeoran
nuestra calidad de vida.
Otros aspectos esenciales de la hemodiálisis
El peso seco en hemodiálisis: el agua que podemos tomar
El agua es indispensable para la vida. El 50-60% de nuestro
organismo es agua y desarrolla importantísimas funciones vitales. La
pérdida del exceso de agua se realiza, fundamentalmente a través de la
orina, aunque también a través de la respiración, el sudor y las heces.
Cuando una persona entra en diálisis, generalmente deja de orinar de
forma progresiva o la cantidad de orina es cada vez menor. Por ello,
todo el líquido que introduce en su cuerpo (a través de lo que bebe o de
los alimentos), no puede expulsarse de forma natural y se acumula,
produciendo hinchazón en diversas partes del cuerpo (tobillos, piernas,
pulmón…) haciendo aumentar el peso e incluso provocando dificultades
para respirar.
Para evitar eso, la cantidad de líquido que se puede ingerir al día está
en relación a la cantidad que se orina en el mismo período de tiempo, de
tal modo, que se debe ingerir sólo medio litro de líquido más de lo que
se orina. Pero teniendo en cuenta tanto el agua como el resto de los
líquidos en forma de comidas (caldos, frutas como la sandía que son
fundamentalmente agua…).
Para determinar la cantidad de líquidos que debemos de eliminar en
cada sesión de diálisis, se establece el PESO SECO.
El peso seco se define como el peso del paciente al finalizar la
diálisis, cuando ya se ha extraído el exceso de líquido, y con el que el
paciente se encuentra bien. Por debajo de este peso puede aparecer
hipotensión, calambres musculares y por encima puede aparecer fatiga.
Todo el líquido que se ingiera en el período interdialítico (entre dos
sesiones de diálisis), la máquina deberá eliminarlo hasta dejarnos al
finalizar la sesión en nuestro peso seco.
Por eso siempre hay que pesarse antes y después de cada sesión de
diálisis, antes, para ver el peso que se trae y ver cuenta va a ser la
ultrafiltración necesaria, y después, para comprobar cuanto peso se ha
perdido y si se ha conseguido el peso
seco. Entre dos sesiones de diálisis no se
deben coger más de dos kilos de peso,
que podrán ser dos kilos y medio el fin
de semana ya que son tres los días sin
dializar.
El peso interdiálisis (entre sesión y sesión) es uno de los campos de
batalla más importantes del enfermo renal cuando está en tratamiento
de hemodiálisis. Hay que tener en cuenta, que cuanto más peso se coja
entre sesión y sesión, más tiene que quitar la máquina y el corazón
sufrirá en mayor medida, pues tiene que bombear con más fuerza.
La importancia de respetar la dieta alimenticia
La dieta forma parte del tratamiento en igual medida que pueda serlo
la prescripción de diálisis o los medicamentos.
Los riñones son los encargados de regular sustancias que ingerimos
con los alimentos.
Cuando no pueden hacerlo, por estar enfermos, es cuando la dieta se
convierte en alfo imprescindible para la vida.
La importancia del potasio
La mayoría de los alimentos “sanos” (verduras, legumbres, frutas…)
para el resto de las personas, se convierten en peligrosos para el
enfermo renal, debido a uno de sus contenidos: el potasio.
El potasio es una sustancia muy importante para un correcto
funcionamiento del sistema nervioso y muscular. La persona sana
elimina sus exceso a través de la orina. El paciente en hemodiálisis no
puede eliminarlo, y su elevación en sangre produce alteraciones
neuromusculares y cardiológicas que pueden desembocar en una parada
cardíaca y muerte del paciente.
Sólo puede consumir al día entre 1.800 y 2.000 mg. de potasio. Por
ello, es conveniente tener a mano una tabla con el contenido del potasio
de los alimentos que se consumen con mayor frecuencia, y según esto,
veremos
cómo
son
muchos
los
alimentos
permitidos
y
algunos
completamente prohibidos (caso de los frutos secos). Otros alimentos,
sin embargo, se les puede reducir el potasio cocinándolos de una forma
determinada (caso de las legumbres y verduras). E poner a cocer el a
alimento en tres aguas diferentes sin aprovechar el agua de la cocción, o
dejar las verduras en remojo de 8 a 10 horas cambiando el agua dos o
tres veces puede hacer que el contenido de potasio de los alimentos se
pierda en un 30-40%.
Los alimentos congelados, tienen menos potasio y las frutas
enlatadas (sin tomar el líquido) son preferibles a las frescas.
La sintomatología de unos niveles tóxicos de potasio suele ser:
pesadez en los músculos de los brazos o piernas, sensación de
hormigueo en esa localización, alteraciones en el habla….
En ocasiones, a pesar de una dieta adecuada, persisten niveles
elevados de potasio en sangre, en estos casos, se hará necesario tomar
como tratamiento unas resinas, que aumentan la eliminación de esta
sustancia tóxica por nuestras heces. La importancia de las proteínas
Son necesarias para la renovación de células y tejidos, y por tanto,
para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
En el intestino se descomponen en aminoácidos. El número de
aminoácidos es de 22, de los cuales 10
son
“esenciales”,
necesario
tomar
es
decir,
proteínas
que
que
es
los
contengan a través de los alimentos,
porque nuestro organismo no los puede
producir.
El paciente en hemodiálisis, pierde en
cada sesión una cantidad importante de
proteínas. Para mantener el equilibrio y
compensar esta pérdida es necesario un aporte de 1,2 a 1,5 gramos por
kilo de peso y día; ya que si el aporte de proteínas es insuficiente, el
organismo recurre a las proteínas corporales para obtener la energía que
necesita, situación que puede dar lugar a desnutrición progresiva, con
pérdida de masa muscular.
No todas las proteínas son iguales, de hecho, tienen diferente valor
biológico. Las hay de dos tipos:
-Alto valor biológico: son las que se encuentran en los alimentos de
origen animal, y por tanto, las que debemos tomar en mayor medida:
carne, pescado y huevos deben formar parte de la dieta diaria del
paciente renal. -Bajo valor biológico: son aquellas que tienen una baja proporción de
aminoácidos esenciales y se encuentran en alimentos de origen vegetal,
por ello, frutas, verduras y legumbres, solo deben formar parte de la
dieta de forma moderada.
La sal
Nuestro organismo incorpora sodio (sal) de los alimentos, su exceso
se elimina por los riñones, y en menor medida por las heces y el sudor.
En el paciente renal, la eliminación está disminuida. Como consecuencia,
va a aparecer, por un lado, una gran sensación de sed y, por otra, una
retención de agua, dando lugar a hinchazones e hipertensión arterial.
Por ello, es necesaria una dieta sin sal añadida, ya que la mayoría de
los alimentos contienen sodio.
El uso de otros condimentos, puede mejorar el sabor de los
alimentos. Las sales potásicas que se venden en farmacias y algunos
supermercados, que contienen menos sodio, son especialmente dañinos
en nuestro caso, ya que son ricas en
potasio.
El calcio y el fósforo en nuestra dieta El fósforo y el calcio, son minerales que
se encuentran en la sangre, forman parte
de componentes de los tejidos, huesos y
dientes.
Ambos
deben
mantener
un
equilibrio para mantener una adecuada mineralización de nuestros
huesos.
La vitamina D, que es imprescindible para mantener el equilibrio del
hueso, requiere del riñón para su síntesis completa. El paciente con
enfermedad renal, por tanto, presentará un déficit de vitamina D, que
hace que el calcio baje en la sangre y el fósforo aumente.
El cuerpo, que necesita calcio, lo intenta obtener de donde puede, y
para ello, estimula las glándulas paratiroides (que están en el cuello),
para que lo consigan y lo hacen extrayéndolo de los huesos (dando lugar
al llamado hiperparatiroidismo secundario a la insuficiencia renal).
Se produce así la descalcificación de los huesos, para aportar calcio al
resto del organismo.
El fósforo, al acumularse en sangre por su deficiente eliminación en el
paciente renal, también estimula la destrucción del hueso, por eso se
recomienda una reducción de los alimentos que contienen fósforo, que
son principalmente, la leche y sus derivados.
•
LA DIÁLISIS PERITONEAL
Qué es:
Los riñones sanos purifican la sangre al retirar el exceso de líquido,
minerales y toxinas, también producen hormonas que mantienen los huesos
fuertes y la sangre saludable. A medida que comienzan a fallar, se
acumulan en el cuerpo toxinas dañinas, la tensión arterial se puede elevar,
y no se pueden reproducir suficientes glóbulos rojos. Cuando esto sucede,
se necesitará un tratamiento para reemplazar su deficiente función.
La diálisis peritoneal (DP) es una de las opciones de tratamiento
disponible para retirar los productos de desecho y el exceso de líquido de la
sangre cuando los riñones ya no funcionan adecuadamente.
Existen varias formas de diálisis disponibles para los pacientes. La
DP usa su propio peritoneo –
una
membrana
natural
que
cubre los órganos del abdomen
y
reviste
las
paredes
abdominales.
Esta
membrana
actúa
como
peritoneo
porosa
es
que
un
filtro.
una
El
membrana
permite
que
se
filtren de la sangre las toxinas y
el líquido.
Para
llevar
a
cabo
el
tratamiento, se debe crear un
acceso permanente de DP a la cavidad peritoneal. En general, requerirá un
procedimiento quirúrgico para insertar un tubo blando y pequeño llamado
catéter.
Usualmente,
es
un
procedimiento
ambulatorio
que
incluye
anestesia local y un sedante intravenoso. Se colocará un apósito estéril que
permanecerá durante 5 o 7 días. La enfermera cambiará el apósito durante
el programa El proceso de curación tomará de dos a tres semanas
aproximadamente. Sus Opciones De Diálisis Peritoneal
Durante el procedimiento se inserta un catéter a través de la pared
abdominal al interior de la cavidad peritoneal. El área donde se extiende el
catéter desde el abdomen se llama orificio de salida. Una parte del catéter
permanece fuera del abdomen y bajo la vestimenta, proporcionando un
medio para sujetar las bolsas de líquido (dialisate).
Al recibir el tratamiento DP, el dialisate fluye dentro de la cavidad
peritoneal a través del catéter. La solución permanecerá en la cavidad por
varias horas. Durante este tiempo, los productos de desecho y el exceso de
líquido pasan de la sangre hacia la cavidad peritoneal. Una vez completado
el tiempo de permanencia (periodo en que la solución de diálisis permanece
en el abdomen), se drena la solución de la cavidad. Entonces el paciente
llena la cavidad con una nueva solución y el proceso empieza nuevamente.
Este proceso se llama intercambio. Cada vez que se realice un tratamiento
se usará un nuevo juego desechable .Hay que recordar que cualquier
procedimiento quirúrgico o invasivo conlleva la posibilidad de infección; por
lo tanto, debemos seguir las técnicas apropiadas para llevar a cabo los
tratamientos.
Los diferentes tipos de DP tienen diferentes horarios de intercambio.
Algunos tratamientos DP se hacen durante el día mientras que otros se
hacen por la noche.
El médico indicará cuántos intercambios se deben hacer cada día así
como la cantidad y tipo de líquido de diálisis a usar. Es importante seguir
las indicaciones y hacer todos los intercambios conforme a las instrucciones.
Se necesita espacio en casa para almacenar las provisiones DP (el
despacho de las bolsas de soluciones se programa normalmente una vez al
mes), estas se deben almacenar en un área limpia y seca Se pueden
realizar los tratamientos en casa, en el trabajo o cuando viajamos. Esta
independencia
hace
particularmente
importante
que
se
trabaje
estrechamente con el equipo de atención médica: nefrólogo, enfermera de
diálisis, dietista y trabajador social. El miembro más importante del equipo
de atención médica es uno mismo.
Clases de DP:
1. -Diálisis Peritoneal Ambulatoria Continua CAPD (las siglas
corresponden a su nombre en inglés: C= Continuos, A=
Ambulatory, P= Peritoneal, D= Diálisis)
2. -Diálisis Peritoneal Cíclica Continua CCPD.
El tipo de DP que se escoja depende de la programación de
intercambios que se quisiera seguir, así como de otros factores médicos
particulares para cada persona. Se puede empezar con un tipo de DP y
cambiarse
al
otro,
o
realizar
una
combinación
de
intercambios
automatizados y manuales. El médico examinará la talla corporal, estilo de
vida, pruebas de laboratorio, y capacidad para seguir los pasos de la diálisis
de cada paciente. Ambos tipos de DP son continuos, lo que significa que se
recibe tratamiento todo el tiempo, usualmente con líquido DP en el
abdomen las 24 horas del día, siete días de la semana – similar a la manera
en que funcionan los riñones sanos.
La mayoría de las personas con insuficiencia renal pueden tratarse
con DP, aunque hay excepciones. Algunas personas que han tenido
operaciones abdominales importantes o cicatrizaciones en la membrana
peritoneal pueden no ser buenos candidatos. Sin embargo, es importante
consultar con el profesional de atención médica ya que incluso algunos de
estos casos pueden tratarse con DP.
1.-Diálisis Peritoneal Ambulatoria Continua
La CAPD no requiere una máquina, se puede realizar en cualquier
lugar limpio y bien iluminado.
El único equipo que se necesita es una bolsa llena de líquido de
diálisis y el tubo plástico que viene pegado a la bolsa. Diálisis Peritoneal
También se recomienda una máscara para evitar el riesgo de
infección. Tal como la palabra ambulatoria
sugiere, se puede caminar con la solución
de diálisis en el abdomen por todas partes.
Con la CAPD, la diálisis se lleva a
cabo las 24 horas del día, siete días de la
semana. La membrana peritoneal actúa
como un filtro retirando de la sangre las
toxinas y el exceso de líquido. Las toxinas
y el exceso de líquido cruzan la membrana
hacia la solución de diálisis y se retiran del
organismo cuando la solución de diálisis se drena durante el intercambio en
la bolsa de drenaje previamente colocada. Requiere tener la solución de diálisis en el abdomen. La cantidad de
dialisate varía dependiendo de las necesidades específicas. Los intercambios
usualmente se realizan cada cuatro a seis horas durante el día. Luego de un
tiempo determinado, la solución, que ahora contiene toxinas, se drena en la
bolsa de drenaje. Entonces se repite el ciclo con una bolsa nueva de
solución.
Un intercambio de líquido de diálisis en la CAPD es sencillo. Puede
hacerlo uno mismo cuando haya sido capacitado por una enfermera
especializada. Esta capacitación usualmente toma de una a dos semanas.
La bolsa de solución se cuelga en un sujetador , usando la gravedad
para permitir que el dialisate fluya hacia la cavidad peritoneal. Primero, hay
que vaciar el abdomen de líquidos, y luego
agregar la solución nueva. Cuando se haya
llenado la cavidad peritoneal con la solución
limpia de dialisate, se puede despegar el
tubo y vaciar el dialisate usado en el inodoro.
El líquido limpio se asienta luego en la
cavidad
peritoneal
hasta
su
siguiente
intercambio. Durante este tiempo, se es libre
de empezar las actividades normales. Cada
intercambio toma aproximadamente 30 minutos para completarse.
El médico indicará la cantidad de intercambios que se necesitan,
normalmente de tres a cuatro intercambios durante el día y un intercambio
nocturno con un largo tiempo de permanencia mientras dormimos. 2.-Diálisis Peritoneal Cíclica Continua
La DPCC requiere un aparato llamado ciclador. Algunas veces se le
llama Diálisis Peritoneal Automatizada.
Los tratamientos usualmente se realizan cuatro veces
al día.
No todas las instalaciones de diálisis ofrecen DPAC.
Los procedimientos se deben seguir estrictamente
para reducir el riesgo de infección en la cavidad peritoneal o
en el orificio de salida.
El DPCC es un procedimiento sencillo. La máquina
controla automáticamente el tiempo de intercambio, drena
la solución usada, y llena la cavidad peritoneal con la nueva
solución. Las máquinas son fáciles de usar y tienen
dispositivos de seguridad incorporados. Son portátiles y tienen casi el
tamaño de una maleta pequeña. Se pueden usar donde quiera que haya
corriente eléctrica. En cualquiera de los tipos de DP, los pacientes son relativamente
independientes y pueden manejar su propio cuidado en casa. Sin embargo,
la DP no siempre está libre de problemas.
Las siguientes son algunas cosas que hay que considerar al escoger un
tratamiento.
Ventajas
•
Horario flexible y mayor independencia. A diferencia de la
hemodiálisis en casa, no se necesita a otra persona y la
capacitación es fácil. Usualmente se realiza mientras dormimos.
•
Menos líquido y restricciones de dieta que la hemodiálisis.
•
No usa agujas.
•
Se puede viajar fácilmente con el ciclador o se puede cambiar a
DPAC
•
Simula el normal funcionamiento del riñón.
•
Brinda frecuentemente mejor control de la tensión arterial.
•
Prolonga la función del riñón remanente.
Desventajas
•
Se necesita una máquina.
•
Puede necesitar un intercambio adicional durante el día.
•
Puede ser que el ruido del aparato ciclador nos despierte
durante la noche.
•
Requiere la inserción de un catéter permanente.
Algunas cosas que hay que considerar al escoger un tratamiento.
En cualquiera de los tipos de DP, los pacientes son relativamente
independientes y pueden manejar su propio cuidado en casa. Sin embargo,
la DP no siempre está libre de problemas.
Responsabilidad: Algunos pacientes se cansan de la diálisis todos los
días. Si esto constituye un problema, hable con su enfermera DP quien
puede ayudarlo a incorporar mayor flexibilidad en su rutina, incluyendo un
“feriado de DP” usando hemodiálisis.
Imagen Corporal: Para algunos pacientes de DP es difícil aceptar un
catéter DP permanente. Les preocupa que el catéter pueda afectar su
actividad sexual y la relación con su pareja. Las enfermeras de DP y los
trabajadores sociales pueden ayudar con algunos consejos sobre cómo
disfrazar el catéter DP. La DP también tiende a dilatar el abdomen dándole
una apariencia redonda. Mantenerse en forma y hacer ejercicios puede
ayudar.
Sobrecarga
de
Líquido:
Cuando
hay
demasiado
líquido
en
el
organismo puede haber un aumento súbito de peso corporal, tobillos
hinchados y/o falta de aire. Generalmente, los pacientes de diálisis
necesitan restringir la toma de líquidos para evitar una sobrecarga del
mismo. Los pacientes DP, sin embargo, tienen más flexibilidad en la
tolerancia de líquido que los pacientes de hemodiálisis.
Molestia: Para algunos pacientes de DP es incómodo tener líquido de
diálisis en el abdomen. Se sienten llenos, hinchados o experimentan dolor
de espalda.
Peritonitis:
Esta
es
una
infección
del
peritoneo
usualmente
ocasionada por bacterias que ingresan a través o alrededor del catéter. Esto
puede suceder cuando los pacientes tocan los extremos abiertos de las
conexiones entre la bolsa de líquido de diálisis y el catéter. Algunas veces,
la contaminación alrededor del catéter en el orificio de salida puede
conducir a una peritonitis. La peritonitis se reduce significativamente
siguiendo las técnicas correctas de diálisis. En promedio, los pacientes
pueden esperar tener menos de un episodio de peritonitis cada año.
Algunos pacientes nunca experimentan uno. Es fácil reconocer la peritonitis
ya que hace que su líquido de diálisis se vea turbio.
Algunos pacientes también experimentan dolor abdominal y fiebre.
La mayoría de gérmenes e infecciones se pueden tratar con antibióticos,
aunque algunos son muy difíciles de combatir. Es necesario obtener
atención médica inmediata. Para mayor información sobre peritonitis, hable
con su médico.
En Conclusión:
Al momento de evaluar las diferentes opciones de DP tenga en cuenta
que:
•
Cada paciente es único.
•
Cada uno tendrá distintos resultados y experiencias con los
tratamientos.
•
No todos los tipos de tratamiento estarán disponibles en todas
partes.
•
usted.
Algunos tipos de tratamiento pueden no ser una opción para