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El tinnitus no se forma
en el cerebro
Teorías que desplazan la formación del tinnitus
al cerebro evitan tanto una terapia del tinnitus
(= terapia del oído interno) moderna como
la profilaxis contra lesiones del sistema auditivo
y del tinnitus necesitada urgentamente.
Dr. Med. Lutz Wilden
Dr. med. Lutz Wilden
Sedanstraße 15
93055 Regensburg
Tel: 0941 58614634
Fax: 0941 58614636
e-mail: [email protected]
Internet: www.lasertherapieregensburg.de
Actualmente por parte de un grupo de expertos del tinnitus,
otorrinolaringólogos, universidades que tratan con este tema, neurólogos
y investigadores del cerebro hay una campaña en los medios, en la que a
millones de personas que sufren del tinnitus quieren explicarles su
padecimiento como malfunción del cerebro.
Aparentemente, sus proposiciones son extremamente engañosos y incluso se
desconforman. Por un lado postulan que la raíz del mal (del tinnitus) no se encuentra
en el oído (en el órgano auditivo) sino en el cerebro, para luego constatar que las
postuladas conexiones malas en el cerebro pueden formarse a través de lesiones del
sistema auditivo (daños del órgano auditivo).
Al mismo tiempo, los investigadores universitarios del tinnitus postulan que aunque los
pacientes del tinnitus a menudo tengan discapacidades auditivas estas completamente
carecen de significado para la aparición del tinnitus, porque el cerebro de los pacientes
del tinnitus genera este independientemente de una sobrecarga de los órganos
auditivos, existiendo orgánicamente, de manera autónoma por así decirlo, así pues
afuera de sí mismo. De ahí que, en cuanto a la terapia del tinnitus los órganos auditivos
sean de ignorar. En lugar de esto, en el marco de la terapia del tinnitus, que es
financiada por las aseguradoras médicas, se debe concentrarse, única y
exclusivamente, en sonorizar los órgananos auditivos de los afectados, ulterior y
aditivamente, con audífonos, así llamados noisers, así llamados neuroestimuladores
del tinnitus o las distintas así llamadas musicoterapias y/o manipular su cerebro mal
dirigido, por ejemplo con campos magnéticos ultrafuertes o mientras plantar emisoras
inteferentes, así llamados electrodos.
Fuentes:
1) Gehirn & Geist, Spektrum der Wissenschaft, número 1-2/2011, „Wege zur
Stille“, Tobias Kleinjung y Berthold Langguth, Tinnitus Research Center, HNOKlinik der Universität Regensburg (centro de investigaciones de tinnitus, clínica
de otorrinolaringólogos de la universidad de Regensburg), www.spektrum.de
2) Süddeutsche Zeitung 13.01.11 “Das große Rauschen”
(www.sueddeut-sche.de/wissen)
3) Apotheken Umschau del 15.01.11 „Besser hören“
(www.apotheken-umschau.de)
4) Spiegel Online del 24.01.11 „Wie Ärtze gegen den Tonterror kämpfen“
(www.spiegel.de)
5) http.//www.stern.de/gesundheit/dauerlaerm-im-ohr.forscher-schaltentinnitus-aus-1643070.html (fecha de edición: 14.01.11, 8:49h)
La así generada confusión tiene consecuencias fatales: el público y los afectados se
quedan perplejos y desamparados, los todavía no afectados, en cuanto a sus orejas, se
quedan peligrosamente despreocupados. No obstante, ya es suficiente un
conocimiento básico sobre el funcionamiento del órgano auditivo cual nos permite
aliviar o bien a lo mejor incluso curar por completo un tinnitus existiendo y emitir
efectivamente discapacidades auditivas y tinnitus.
Casi 100% de todas las personas enfermandose del tinnitus por primera vez, antes que
nada, visitan otorrinolaringólogos o médicos generales cuales luego les mandan a
otorrinolaringólogos. La minoría de ellos en una vivencia primera de un tinnitus
apareciendo de nuevo de sí visitan a neurólogos, psiquiatras, psicólogos o
investigadores del cerebro. Esto es porque cada afectado enseguida adjudica este
trastorno del sentido de audición a su órgano auditivo, porque lo siente allí. Tan como
una apendicitis antes que nada y anatómicamente correcto se siente en la barriga.
Incluso el lenguaje corporal ilustra esto: cuando aparece una apendicitis uno se coge la
barriga, se la tantea, cuando aparece un tinnitus la mano va hacía la oreja, se tira en el
lóbulo, se pulsa al cartílago en frente del canal auditivo, etc. Con este tiento en la oreja y
alrededor de la oreja disolvemos cambios volátiles de la percepción de nuestras orejas
que, no obstante, se queda sin una imaginación visual del aspecto del interior de
nuestro órgano auditivo, percibido doliente. El conocimiento general sobre el aspecto
del dentro de la oreja, normalmente, en efecto incluye el oído medio con el tímpano y la
cadena de huesecillos del oído, también conocido como “tubo de oreja” (= manga de
empalme entre oído medio y zona de la faringe). El órgano de oído interno, el órgano
realmente trabajando de nuestro órgano auditivo, no obstante, es relativamente
desconocido y, por lo tanto, fuera de nuestra imaginación y con ello fuera de nuestra
compasión.
Nuestro órgano de oído interno es capaz de regenerarse y merece ser
protegido
Para poder proteger algo necesitamos compasión por esto y para ello, en cambio,
necesitamos conocimientos básicos sobre el órgano de oído interno en cuanto a la
protección de nuestras orejas. A ese fin el círculo de trabajo www.dasgesundeohr.de (la
oreja sana) quiere presentar al público la siguiente información fundamental y
científicamente asegurada:
1.
El órgano del oído interno da cabida a dos órganos sensoriales: el órgano
auditivo que está situado en el caracol (cóclea) y el órgano del equilibrio que está
situado en el laberinto. Cada uno de estos órganos es alrededor de grande como
una pequeña perla.
Los dos órganos juntos forman nuestro sistema de navegación. Este es nuestro
órgano de alerta y escape. Es un órgano sumamente necesario para la
supervivencia. De ahí que, sea un órgano abierto y receptivo 24 horas por día que
al contrario al ojo no puede protegerse sí mismo.
3. Como todos los demás órganos del cuerpo, el órgano del oído interno también
posee sus causantes del estrés específicos. En el ojo sobre todo es la intensidad
de la luz, en el hígado, por ejemplo, el alcohol, en los pulmones el humo y en el
órgano del oído interno, sobre todo, son el volumen y las mociones. Los
causantes del estrés de órganos cargan los órganos correspondientes tanto con
su intensidad correspondiente como con la duración de su acción.
4. Partiendo de la base de los estímulos inorgánicos de la onda sonora (presión
acústica - medida en decibel (dB) y frecuencia - medida en kilohertzio (kHz)) y la
fuerza gravitacional (fuerza de rotación, tangecial y de elevación), las células de
oído y de equilibrio tienen que elaborar momentos nerviosos vivientes. Este
proceso de transformación para las células de oído y de equilibrio es un proceso
biológico y consumiendo energía. Así como la tarea de segregación para las
células de los riñones, la tarea del metabolismo para las células del hígado, la
tarea de bombear para las células del corazón, la tarea de ver para las células de
la visión y la tarea del pensamiento para las células del cerebro son procesos
biológicos que consumen energía.
5. En el caracol solamente 25 000 células de oído están trabajando para nosotros.
El ojo tiene alrededor de 1,5 millones de células de la visión.
6. Estas 25 000 células de oído, como todas las neuronas, nacen y mueren con
nosotros. Es decir, durante una vida entera tienen que obtener nuestra
percepción auditiva quedandose siempre los mismos individuos celulares.
7. Esto sólo resulta porque evolucionistamente están equipados con una capacidad
de regeneración muy fuerte. Aprovechan de cada momento de silencio para
regenerarse. Así que la protección activa de las orejas contra el volumen diario
no es solamente protección sino terapia a la vez.
8. Entre todas las células sensoriales sólo las células de oído tienen que obtener
sus procesos biológicos (su tarea de escuchar) bajo de cargas mecánicas. Estas
son enormes y en cargas altas dentro de las células del oído y las demás
estructuras biológicas dentro del caracol (por ejemplo la membrana coclear)
resultan en estados de sobrecarga claramente vivibles y medibles.
9. Como todos los demás órganos corporales el órgano del oído interno también
tiene sus síntomas de urgencia y sobrecarga específicos.
10. Estos son: pérdida de audición, hiper y dysacusia (hipersensibilidad del oído
respectivamente distorsión auditiva), presión dentro de la oreja, vértigo y
Morbus Menière (vértigo acompañado por mareo y/o vómito).
2.
11. Como en todos los demás síntomas de urgencia y sobrecarga específicos por los
órganos, estos, también en el órgano de oído interno, se producen, dentro de un
cierto espectro de variaciones, correspondiente al grado de gravedad de la
sobrecarga del órgano individual, o sea desde solamente un síntoma de
sobrecarga hasta todos los síntomas de sobrecarga simultáneamente.
La calidad biolóciga de nuestros órganos de oído interno es medible y
figurable facilmente
El estado biológico de un órgano auditivo se mida y hace visible con la ayuda de la así
llamada audiometría (prueba de audición). El resultado de una audiometría, la curva de
oído, documenta tanto el grado de gravedad de la sobrecarga de nuestras células de
oído como la parte con la sobrecarga de las células de oído más grande dentro del
caracol (véase también www.dasgesundeohr.de, la oreja sana). La curva de oído
muestra el estado biológico de todas las células de oído. Mide la calidad de las células
de oído para los sonidos más bajos (0,125 kHz), para las frecuencias del habla (0,5 - 3
kHz) hasta las células de oído para los sonidos más altos que podemos percibir (12 - 16
kHz).
Todas las 25 000 células de oído por oreja están situadas en una membrana vibrante, la
membrana coclear.
Las cargas mecánicas de las células de oído se hacen visibles en la curva
de oído
Cada proceso de oído, también de los ruidos que nos rodean que llamamos volumen
diario civilizador, causa un comportamiento oscilante de la membrana coclear y las
células de oído situadas en ella. En esto todas las 25 000 células de oído se arrojan un
lado a otro y esto más intenso cuanto más altos son los ruidos que nos rodean y más
tiempo dura cuanto más tiempo nuestras orejas son expuestas al volumen diario. Las
cargas biolócigas que resultan de esto se representan en la curva de oído. A causa del
comportamiento oscilante de la membrana coclear las células de oído son las que en
las frecuencias altas biológicamente se sobrecargan más rapida y intensamente. Esto
se manifesta claramente en las curvas de oído de los pacientes del tinnitus.
En casi todas las curvas de oído de pacientes de tinnitus se puede ver una caída de la
capacidad auditiva en el sector de sonidos altos. La capacidad auditiva de una célula de
oído equivale a su calidad biológica. Células biológicamente buenas, ya que tratados con
cuidado, escuchan bien mientras células de oído poco protegidas sucesivamente
pierden su capacidad de escuchar bien, cada vez más pierden su calidad biológica.
Los afectados viven esto como un aumento de su sufrimiento individual, es decir, como
aumento de los síntomas de urgencia y sobrecarga especificos del oído interno. Estos
también incluyen el tinnitus.
La mayoria predominante de los pacientes de tinnitus sufren de un tinnitus de alta
frecuencia, escuchan uno o más sonidos o ruidos de alta frecuencia, es decir, la parte
más sobrecargada dentro del carcacol, haciendose bien visible en la curva de oído,
equivale al carácter del sonido (a la frecuencia) del tinnitus.
Al mismo tiempo los hechos anatómicos dentro del caracol están en un estado en el
que la membrana coclear y las células de oído situadas en ella, en el sector de sonidos
altos, están sujetos a los dechados oscilantes más intensos.
Las cargas biolócigas relacionadas con esto son idénticas a la carga de material que
influje a una plaquita de metal, fijada en un tornillo.
Con ello existe una relación unívoca, local y funcional entre la mecánica del oído interno,
que es igual en todas las orejas, y el lugar de la carga de material más alta
produciendose por fuerza y las sobrecargas figuradas en la prueba de audición, sobre
todo de las células de oído, que escuchan las frecuencias más altas y los sonidos o bien
ruidos de alta frecuencia sentidos más a menudo.
Informaciones sencillas y básicas sobre el órgano de oído interno propio
permiten una profilaxis de tinnitus económica y aplicable por todo el
mundo y una autoayuda eficaz cuando el tinnitus ya existe.
A partir de conocer este hecho, se puede comprender facilmente que una reducción del
volumen diario, como causante de estrés específico del órgano de oído interno, en
cuanto a cuya intensidad y duración de acción permite una exoneración de las
estructuras biológicas, especialmente de la membrana coclear y las células de oído
situadas en ella.
La asociación del trabajo www.dasgesundeohr.de (la oreja sana) intercede a favor de
que la gente primeramente deba ser informada sobre estas calidades biológicas
básicas de su órgano de oído interno, para así permitirles un trato autodeterminado y
biológicamente razonable de sus órganos de oído y de equilibrio. El argumentario de los
defensores de las teorías, que desplazan la aparición del tinnitus al cerebro, impiden
esta posibilidad.
En cuanto a las afirmaciones de los defensores de las teorías que
desplazan el origen del tinnitus al cerebro
La falta principal de la investigación de tinnitus universitaria es que hagan caso omiso
al órgano de oído interno como causa del tinnitus y los demás síntomas de sobrecarga
del oído interno (hiper y dysacusia, presión dentro de la oreja, pérdida de audición,
vértigo y Morbus Menière).
A ese fin, antes que nada y desde hace decenios, siempre se utiliza la misma historia
del gabinete de curiosidades médicas.
Todo el demás argumentario esta construido a partir de esta historia.
La historia del nervio auditivo cortado
En alguna parte y a cualquier hora en este mundo uno o más pacientes de tinnitus
crónico, fuera de su desesperación, habrían estado de acuerdo con una intervención
quirúrgica en la que se los cortaron el nervio auditivo, para así parar el sonido. Esto se
habría quedado sin exito, los pacientes después de la intervención, igual que antes,
habrían sentido señales acústicos obsesionantes, de modo que, así la conclusión de los
expertos de tinnitus universitarios, se demostraría que la causa del sonido no podía
estar en la oreja, sino en el cerebro (véase también fuentes 1, 2, 3 y 4). Esta historia
tiene la ventaja de por una lado ser muy popular, como escalofriante, y por otro lado,
justamente por eso, ser difícil de verificar, porque es difícil encontrar personas de
experimentación para ello.
La ilusión tiene un origén biológico evidente
Prescindido del hecho de que en la literatura mundial médica no haya ni un ejemplo en
cuanto a esta historia, hay que constatar lo siguiente: si en efecto un cordón nervioso
de tal relevancia como el Nervus acusticus (nervio auditivo) fuera cortado, este, como
todos los demás nervios a los que pase esto, no sería matado sino extremadamente
traumatizado (lesionado) y, por supuesto, transmitiría señales masivos a la área
cerebral conectado con ello. Que este entonces estaría alterado y nos informaría sobre
esta estimulación en su calidad de percepción específica (como percepciones acusticas
en este caso), es evidente. Como el periodo de regeneración de las neuronas es muy
largo, estos avisos, por regla general con una intensidad descendente, pueden persistir
durante meses y años. Así el famoso término del dolor fantasma, que aparentemente
encaja con esta historia y a menudo es abusado con ella, tampoco es fantasma, es
decir, algo como presunción o desregulación del cerebro del paciente que tenía que
sufrir una amputación sino un proceso biológico real que, por supuesto, va acompañado
de una transección del nervio.
Desde hace décadas sabemos de la cirugía de amputación que el así llamado dolor
fantasma, tal como ha sido mencionado, durante la cicatrización natural se mejora
lentamente de manera automática y que, si no pasa esto, un dolor fantasma constante
hay que achacar a una falta de curación de los cordones nerviosos cortados y puede ser
medicado con una intervención correctiva conforme en los cordones nerviosos cortados
(corrección de muñón) y incluso debe ser medicado de esta manera y no, por ejemplo, a
través de intervenciones en el cerebro del paciente.
En cuanto a la afirmación de la investigación de tinnitus universitaria que
el cerebro de los pacientes de tinnitus compensa un insumo disminuido
desde la oreja a través de actividades aumentadas (tinnitus)
A causa de los estados de sobrecarga del órgano auditivo, frecuentamente presentes
en los pacientes de tinnitus y visibles en la curva de oído, los expertos de tinnitus
universitarios compulsivamente reinterpretan cuyo significado.
Se reconoce que la parte de las células de oído más sobrecargada visible en la curva de
oído por regla general va acompañada de la frecuencia de tinnitus, es decir, que el
sonido del tinnitus viene de la parte con la sobrecarga biolóciga más grande dentro del
caracol, por lo tanto de las células más sobrecargadas que responden de la percepción
de sonidos de alta frecuencia.
Pero luego se postula que la causa de la señalización no es la sobrecarga biológica (la
que de por sí ni se menciona) sino un insumo disminuido desde la oreja, el cual el
cerebro intenta a compensar a través de la generación de un sonido de tinnitus (véase
también fuentes 1, 2.3 y 4). Esta es una construcción completamente de la nada: un
insumo disminuido de un órgano sensorial por ninguna parte causa una señalización
compensatoria en el cerebro. Silencio no resulta en tinnitus así como oscuridad o una
disminución de la visión (= insumo disminuido de las células de visión) no resulta en
señales luminosas compensatorias en el cerebro o aire pura (= poco olor, así que poco
insumo para las células olfativas) o bien una disminución de la capazidad olfativa no
resultan en experiencias olfativas compensatorias en el cerebro, etc.
Al mismo tiempo en toda la demás investigación del cerebro no hay ningun proceso
similar, es decir, ningun proceso en el que una falta de estímulo resulte en estímulos
cerebrales compansatorios. Al contrario, desde hace milenios los humanos intentan
calmar su cerebro a través de una disminución consabida y pretendida de los estímulos
externos y internos, por ejemplo con la ayuda de técnicas de meditación. La
disminución de la capazidad auditiva de las células de oído no es un insumo disminuido
sino expresión del aumento de su sobrecarga y debilitación biológica. Esta sobrecarga
llega a una situación celular estresante, afuera de ella la célula de oído produce sus
señales de urgencia tipicos, uno de ellos es tinnitus (véase también
www.dasgesundeohr.de, la oreja sana). La célula de oído debido a su especialización
extrema a la señalización acústica avisa su emergencia biológica solamente de manera
acústica. Esto también se aplica a las células de visión. Un golpe al ojo estresa a las
células de visión, vemos “estrellitas” o sensaciones ópticas coloradas, porque la célula
de visión a causa de su especialización extrema a la señalización óptica nos puede
informar de su sobrecarga biológica solamente de manera óptica. El tinnitus es el señal
de dolor de la célula de oído.
Como todos los demás señales de dolor que emiten las células corporales
sobrecargadas los señales de urgencia de las células de oído llegan al cerebro y allí,
naturalmente, resultan en un aumento de las acitividades observables de las áreas
cerebrales correspondientes.
El hecho biológico de que el tinnitus sea el señal de dolor de las células de
oído sobrecargadas es afirmado por resultados investigativos de
actualidad
Explicando correctamente los resultados de investigación, citados de los autores de
“Wege zur Stille” (caminos al cilencio), estos afirman que el tinnitus activa muestras de
estimulación en el cerebro identicas a las que acitivan los señales de dolor. Así como en
los demás pacientes de dolor, en los pacientes de tinnitus tampoco están activadas
sólo las áreas cerebrales relativas al órgano (un hecho que nos permite la asignación
lugareña de los señales de dolor) sino, adicionalmente, las áreas cerebrales
responsables de la regulación de la atención así como de las emociones y del estrés.
Esto, en cambio, no es nuevo. Al contrario: es un conocimiento cotidiano que señales de
dolor activan reacciones complejas en el cerebro y con ellas cambios complejos de
nuestro comportamiento. Asi que, los procedimientos dando imágenes modernos,
colocados por los autores, como la imagen de resonancia magnética (IRM), la
tomografía por emisión de positrones (TEP), la vieja electroencefalografía (EEG) o la
contemporánea magnetoencefalografía (MEG) sólo afirman lo que cada uno de
nosotros vive cuando siente dolor: el dolor nos preocupa. Y esto es el sentido de los
señales de dolor.
Los señales de dolor quieren y deben preocuparnos y llamar nuestra atención al hecho
de que algo en nuestro cuerpo ya no esté bien. Nos informan sobre intensidad y
localización de los trastornos presentes en cada caso. Tal y como se aplica al tinnitus.
Las células de oído sobrecargadas, que están situadas en el caracol del órgano de oído
interno, nos transimiten sus señales de socorro acústicos con la misma intención con la
que nos llama el dedo gordo al que gravite un peso. Por lo menos ahora debemos
empezar cuidarnos de nuestros órganos auditivos completamente sobrecargados,
debemos empezar protegerlos. El mensaje de los investigadores de tinnitus
universitarios, no obstante, es totalmente diferente: no os preocupéis por vuestros
órganos auditivos, porque “el oído interno no tiene nada que ver con los ruidos”, pues
que, “debido al hecho de que el tinnitus active las mismas actividades cerebrales
observables como señales de dolor, mientras tanto sabemos que el origen del tinnitus
hay que buscar en el cerebro” (veáse también fuentes 1 y 4).
En cuanto a la afirmación de la investigación de tinnitus universitaria que
la responsable de la aparición de tinnitus en el cerebro es la capacidad de
aprendizaje (= plasticidad) del cerebro de los pacientes de tinnitus
Según la investigación universitaria de tinnitus los cerebros de pacientes de tinnitus
múltiplemente son mal dirigidos. Primero un pretendido insumo disminuido del oído
interno, es decir, de las células de oído, llega a una hiperactividad única, es decir,
presentandose solamente en los pacientes de tinnitus, y biológicamente absurda en la
área de oído del cerebro. Además la capazidad de aprendizaje (= plasticidad) de los
cerebros de pacientes de tinnitus también es única, es decir, de nuevo debido a una
“malconmutación fatal” solamente en ellos así de dañada que sienten esta
hiperactividad como ruidos del oído sin que exista un señal acústico (veáse también
fuentes 1 y 4). Mientras que por las pretendidas hiperactividades de los cerebros de
pacientes de tinnitus razonadoramente todavía se enumera un pretendido insumo
disminuido, en la pretendida “malconmutación fatal” de la “plasticidad” en el cerebro de
pacientes de tinnitus cualquier justificación para esto es pasada por alto. Uno se
conforma con vincular una banalidad, como la de que nuestro cerebro sea capaz de
aprender, a la afirmación, declamada con un gesto universitario, de una
malconmutación. Ni las posibles causas de esta pretendida malconmutación, ni su
posible localización en el cerebro, ni su posible interconexión dentro del cerebro son
tema de discusión. Esto también es imposible, porque ni hay un insumo disminuido
causando el tinnitus, ni una hiperactividad resultando de ello, ni una malconmutación
en el cerebro de los pacientes aparentemente necesaria.
Todas estas pretendidas absurdidades del cerebro, imputadas a los pacientes, y esto es
el resultado de investigación verdadero, a pesar de todas las técnicas de investigación
modernas y más modernas, no se pueden justificar.
Todo lo que se puede justificar es que nuestro cerebro reacciona ante de los señales de
tinnitus de la misma manera de la que reacciona ante de los señales de dolor.
Esto es porque el tinnitus de hecho es señal de dolor acústico de las células de oído
sobrecargadas y por eso biológicamente sufrientes.
A quién sirve la ignorancia sistemática del órgano de oído interno?
Habida cuenta del sufrimiento polifacético de los afectados y la problemática,
inmediatamente respectiva a cada uno de nosotros, de las sobrecargas del oído
masivamente crecientes, la asociación del trabajo www.dasgesundeohr.de (la oreja
sana) exhorta a todas las personas corresponsables por la salud de la población hacer
posible una discusión abierta sobre la presente problemática.
A quién sirve la ignorancia sistemática del órgano de oído interno?
A lo mejor a la industria de audífonos creciente rápidamente? Pero los audífonos, en
todas las variaciones, siempre son fonoamplificadores lesivos. A dentro de un órgano
desfallecido aumentan su causante del estrés específico, el volumen, y con ello, directa
y progresivamente, empeoran su emergencia biológica. Esto igualmente se aplica a
todas las ofertas para una terapia del tinnitus que funcionan con sonidos y murmullos
de todos tipos, pero también a todos los demás consejos que pretenden ahogar (=
disfrazar) el señal de urgencia de las células de oído dolientes a través de efectos de
sonido adicionales a la oreja ya sobrecargada.
La humanidad en total y en especial la clientela crecienda de la industria de audífonos
no puede percatarse de la relación simple entre volumen y sobrecarga del oído interno.
Esto afectaría las metas económicas?
Teniendo en cuenta que la industria de audífonos cada año obtiene un volumen de
ventas en los mil milliones, es curioso que por esta parte no haya ninguna actividad en
cuanto a la profilaxis de discapacidades auditivas.
La asociación del trabajo www.dasgesundeohr.de (la oreja sana) desde 2004 informa el
público de un tratamiento suave con los propios órganos y con “Die wunderbare
Hörschnecke” (el precioso caracol de oído, www.mausini.de) editó el primer libro
ilustrado de aprendizaje para niños y adultos con el tema de oído.
Sobrecargas del oído interno así como diabetes tienen causas civilicatorias
El hecho de que el abasto sublimado de carbohidratos (azúcar) resulte en una subida de
la glucemia y con ello pueda resultar en una enfermedad grave del metabolismo, la
diabetes, hoy en día, a causa de la elucidación médica de la población, es conocido por
todo el mundo.
Pero la relación entre la duración y la intensidad de la influencia del volumen diario de
la civilización en general a nuestros órganos de oído interno todavía no es conocido por
la población.
Hasta la fecha, toda la población está dejada en oscuridad sobre está relación. Además
con los criticados modos de proceder de la investigación de tinnitus universitaria se la
confunde en cuanto a su propia percepción.
Las concecuencias de esto son que el número de nuevos afectados de sobrecargas del
oído interno constantamente crece y que las sobrecargas del oído interno ya existentes
siguen creciendo en su correspondiente intensidad individual.
Los 40% de los hombres jovenes que tienen que ir al ejercito tienen trastornos del oído
obviamente visibles. En 2006 a 50 de 1000 niños y adolescentes inferior de 18 años,
asegurados en Alemania, se ordenó un audífono. Esto equivale a un aumento de 26%
(datos de “Techniker Krankenkasse”, editos el 26.04.2011, PNP Passau, Alemania).
Para impedir una nueva enfermedad del pueblo, la profilaxis de la oreja y la elucidación
deben ser obligatorios en el sistema educativo así como la profilaxis de la caries en la
legislación social.
Esto sería deseable a todos los afectados.
Para más informaciones sobre el órgano de oído interno y una terapia moderna
véase también www.lasertherapieregensburg.de