La ototoxicidad es el efecto nocivo, reversible o irreversible, producido sobre el oído por diversas sustancias denominadas ototóxicos y que afectarán a la audición o al equilibrio. De esta definición se excluyen las sustancias que actúan a través de la circulación sanguínea cerebral o de los mecanismos centrales de la audición, que se consideran sustancias neurotóxicas y no ototóxicas.El oído se divide en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno, siendo este último atacado por los compuestos ototóxicos de forma muy específica. Concretamente, la cóclea contiene los receptores sensitivos para la audición y el aparato vestibular es el responsable del equilibrio.