Download 15 - CC Aznar - Participación de las Fuerzas Armadas Marroquíes

Document related concepts

Mohamed VI de Marruecos wikipedia , lookup

Hasán II de Marruecos wikipedia , lookup

Estatus político del Sahara Occidental wikipedia , lookup

Abdallah Laroui wikipedia , lookup

Protectorado español de Marruecos wikipedia , lookup

Transcript
Participación de las Fuerzas Armadas Marroquíes en la
definición de la política exterior del Reino.
Federico Aznar Fernández-Montesinos
Capitán de Corbeta profesor del Departamento de Estrategia y Relaciones Internacionales
El papel de las Fuerzas Armadas marroquíes en la gobernación del reino es bien
diferente del desempeñado por sus homólogas de los países vecinos; de hecho, presenta
un modelo de relaciones cívico-militares más próximo a Occidente, lo que favorece el
eventual tránsito del país hacia la democracia.
Aunque las FAR contribuyen a la vertebración de la nación en mayor grado que las
Fuerzas Armadas occidentales, mediante el encuadramiento de sus elites en la
Administración General del Estado, su participación dista mucho de ser tan relevante
como la desempeñada por los Ejércitos de los demás países del Magreb, y aun del resto
de los Estados árabes en general, donde no pocos de sus dirigentes proceden de la
milicia o ejercen simultáneamente la labor política y el mando directo y efectivo de la
fuerza.
Es más, puede afirmarse que las FAS marroquíes actualmente se encuentran
subordinadas al poder, cualquiera que sea la forma política en la que se pretenda
encuadrar al reino jerifiano, y constituyen el brazo armado del país.
Y es que sí las FAS marroquíes fueron creadas, de la mano de franceses y españoles,
para soporte del régimen, los problemas por los que atravesaba el país, la coyuntura del
entorno materializada
en un modelo cívico-militar con prevalencia del segundo
componente y el papel en este marco de los Movimientos de Oficiales Libres,
determinaron un creciente intervencionismo militar que se traducirá en una sucesión de
golpes de Estado; el Rey, entonces, procederá a su reestructuración, atomizando el
poder de los jefes militares, al tiempo que asumía el mando directo y efectivo de las
principales unidades.
En esta coyuntura surgió el conflicto del Sáhara que permitió el desplazamiento de
cerca del noventa por ciento de los efectivos del Ejército y su consiguiente alejamiento
1
de las fuentes del poder, en el desempeño de un ideal nacionalista que las consumía y
justificaba. De esta manera se rentabilizaba unas fuerzas a la vez que se disminuía su
nivel de influencia. No obstante, el esfuerzo presupuestario preciso para este propósito
tuvo un elevado coste social.
Las dimensiones y el carácter predominantemente terrestre de su Ejército se justifican
tanto por el sentimiento irredentista que dominaba a la población marroquí como por la
cantidad de cuestiones litigosas relativas a fronteras pendientes ya desde el nacimiento
del reino. El rey es el responsable constitucional de la recuperación de estos territorios
irredentos
Es más, Hassán II se servirá hábilmente de estas circunstancias para, primero, imbuirse
de un nacionalismo que, curiosamente, desbancará a los nacionalistas, después, para
justificar su régimen como una forma de contener el pretorianismo de inspiración
nasseriana, y acabará por presentarse como un baluarte frente al islamismo tras la caída
del muro.
Las FAS marroquíes, como institución, no han estado implicadas en la vulneración
sistemática de los derechos humanos, sin que puedan descartarse la implicación puntual
de alguno de sus cuadros en función de su cargo en la Administración General del
Estado. Antes bien, y tras los intentos de golpe de Estado más que participar en la
represión, lo que fueron algunos de sus miembros es víctimas.
La entronización de Mohammed VI ha permitido el relevo de buena parte de las élites
marroquíes y recuperar el papel de los militares dotándoles de nuevas misiones, en la
línea de los países occidentales, así como a hacer que su presencia tenga la mayor
visibilidad pública. Correlativamente con este incremento en las misiones asignadas, se
ha producido una notable alza en los presupuestos de las FAS y que se habían
estabilizado tras los acuerdos que permitieron el establecimiento de una fuerza de
interposición de la ONU.
El rey es la pieza clave sobre la que pivota una tupida red de intereses tejida, en parte,
por su propia mano y que sirve al sostenimiento de un régimen que flota por encima de
la convergencia de un cúmulo de coyunturas, posiciones y actitudes contradictorias. La
concurrencia de legitimidades refuerza la figura del monarca alauita y explica el
2
liderazgo que le está constitucionalmente reservado en todos los aspectos esenciales de
la vida política del país. No en vano sólo después de la independencia del país cambió
su título de Sultán por el de Rey.
Estas circunstancias unidas, a la importante ubicación geopolítica reino, han
determinado que desde Occidente se haya apostado por la permanencia del monarca
como única forma de asegurar la estabilidad del país.
Tras la independencia, la vocación internacional del nuevo reino estará dirigida hacia el
Gran Magreb, la nación árabe y la unidad africana. El sueño del Gran Magreb, o para
ser más exactos del gran Marruecos, propugnado por los nacionalistas del Istiqlal, será
la razón para una sucesión de conflictos que se traducirán en un notable incremento
territorial, que aunque esté internacionalmente cuestionado (como es el caso del
Sahara), la realidad de su dominio efectivo durante treinta años ha terminado por
consolidar realmente.
El papel del parlamento en la elaboración tanto de la política exterior como de la de
Defensa es por su propia naturaleza limitado, dada la escasa capacidad de control que
resulta posible sobre una política que capitaliza el rey, cuya figura dispone de un
carácter sagrado e inviolable y no puede ser cuestionada.
Las élites dirigentes tanto de las Fuerzas Armadas como del conjunto del país son
francófonas y prooccidentales, lo que explica porque los movimientos islámicos no
hayan podido penetrar en sus estructuras;
esta orientación hace que su actuación
contribuya a modular y dar estabilidad en el tiempo a las relaciones diplomáticas con
los países de Occidente.
No obstante, la política exterior marroquí está en continua evolución, y se encuentra
caracterizada por unos modos en arabesco fruto de los continuos juegos malabares de
los que participan España, Francia y Estados Unidos; actores estos que, a su vez, tratan
de promover la estabilidad de los régimen al tiempo que mantienen un equilibrio
razonable con el resto de los países del Magreb; ello es un factor añadido que dota a las
relaciones bilaterales de un carácter aun más fluctuante y errático a consecuencia de la
falta de entendimiento entre Argelia y Marruecos.
3
Francia, tanto por la herencia de su pasado colonial como por no existir litigios
pendientes de signo territorial, aventaja al resto de los aliados occidentales en el juego
diplomático, lo que se traduce en unas relaciones con sus inevitables altibajos, pero que
cuentan con más fluidez por el interés marroquí por disponer de su apoyo político.
Hassán II trató de conciliar una aproximación de Marruecos hacia Occidente y una
política panislámica: el reino jerifiano tuvo un relevante papel en conflicto
judeopalestino primero, llegándose a desplazar las FAR a la zona de operaciones, y
después por su apuesta por el proceso de diálogo. No obstante, en las crisis de Oriente
Medio (Irak, Irán….) su apuesta por Occidente ha sido muy contestada por amplios
sectores de la sociedad marroquí.
La rivalidad con los países vecinos – Argelia y Marruecos mantienen cerradas las
fronteras- hacen que no existan entre ellos relaciones comerciales significativas ni
siquiera el nivel de infraestructuras de intercomunicación necesario; en este marco, la
UMA es una Organización que por su carácter excesivamente ambicioso aun no ha
llegado a despegar.
No obstante, actualmente existen un buen número de foros de diálogo que buscan
soluciones regionales complementarias mediante el desarrollo del diálogo multilateral,
en cuya marco puede inscribirse la actuación de las FAS; así está el proceso de
Barcelona, el Diálogo Mediterráneo de la OTAN, el grupo de Contacto Mediterráneo
de la OSCE, el Foro para el Diálogo y la Cooperación en el Mediterráneo con intereses
económicos, sociales y de seguridad regional o el Diálogo 5+5.
Además de servir a las relaciones interestados, esta arquitectura de las relaciones
internacionales permite la creación de distintos foros y mesas permanentes de encuentro
cuyo carácter neutro y plural favorece el desarrollo de las labores de intermediación, al
tiempo que promueve la existencia de redes de comunicación informales que ayudan al
entendimiento y a la interpenetración cultural.
La materialización de estos procesos de diálogo puede inscribirse en formas de variada
tipología. Así, existen aspectos que contribuyen a dar estabilidad temporal a las
relaciones como son la venta de material militar, la cooperación en enseñanza militar, la
participación en misiones humanitarias o de paz….
4
La compraventa de armamentos es expresión del nivel de confianza interestados además
de un factor que ayuda a la consolidación de las relaciones, ya que genera unos vínculos
de dependencia logística y tecnológica que aseguran su permanencia; no obstante, los
Estados tienden a diversificar sus fuentes de recursos para evitar una excesiva
subordinación a los intereses del vendedor. Los principales suministradores de
tecnología militar a Marruecos son EE.UU, Francia y España, pero también otros países
europeos o incluso de la antigua Europa oriental.
Los programas de formación e intercambio de alumnos también favorecen a largo plazo
las relaciones entre Estados. Marruecos participa activamente en los programas de
formación de Francia, España y EE.UU, y a su vez proporciona este servicio a muchos
de los Estados africanos de su entorno.
A diferencia de lo expuesto hasta ahora, las medidas para la distensión auspiciadas
desde organizaciones como la OSCE no han tenido tanto éxito ya que no se asientan
sobre la equidad en el trato hacia los países de las riberas Norte y Sur, pero también
como resultado de la desconfianza aun existente hacia las antiguas metrópolis.
Marruecos se ha mostrado muy activo a la hora de participar en misiones
internacionales tanto lideradas por la ONU como por la OTAN. Llegados a este punto
merece reseñarse, pese a sus altos niveles de colaboración con la OTAN, no muestra un
gran interés por institucionalizar sus relaciones mediante la aceptación de las ofertas de
cooperación militar de la OTAN, unas relaciones que negocia caso por caso con vistas a
obtener el mayor rendimiento posible.
Merece reseñarse, que tras un período de crisis, unas relaciones interejércitos
consolidadas han ayudado siempre a la normalización de las relaciones diplomáticas
entre los países, una vez que desapareció la causa de su perturbación.
En resumen, resaltar el relevante papel político desempeñado por el reino jerifiano en el
ámbito internacional y la contribución de las Fuerzas Armadas marroquíes a su
modulación.
Publicado en la Tribuna del CESEDEN mayo-junio, 2007.
5