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Cualquiera que Requería al Señor, Salía al Tabernáculo del Testimonio
Junio 15 de 2012
CUALQUIERA QUE REQUERÍA AL SEÑOR, SALÍA AL TABERNÁCULO DEL TESTIMONIO
Cuando el pueblo de Israel vio que Moisés se tardaba en descender del monte Sinaí, le
pidieron a Aarón que les hiciera dioses. Éxodo 32: 1-6
Hicieron un becerro de fundición de los zarcillos de oro que usaban en las orejas y dijeron que
estos eran sus dioses que los habían sacado de Egipto; edificaron un altar, ofrecieron
holocaustos, presentaron ofrendas, se sentaron a comer y beber, y se levantaron a divertirse.
Varias cosas nos enseña la escritura con este pasaje: una es que el becerro fue hecho con los
zarcillos de oro de las orejas. El Señor siempre ha querido un pueblo que escuche su voz,
darnos oídos para oír, el oro nos habla de su naturaleza. El asunto es que su pueblo no ha
querido escuchar su voz, más bien ha entregado sus oídos a escuchar fábulas y doctrinas de
demonios; se han consagrado los oídos a escuchar las concupiscencias del corazón, un
evangelio de adoración a los ídolos, al mundo y al dinero.
El becerro tipifica el pecado que el Señor quiere matar en nosotros, tipifica los afectos y deseos
de la carne; y esto es lo que está adorando mucho del pueblo de Dios que ha entregado sus
oídos a estas doctrinas de adoración a Baal, al dios de la prosperidad.
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En los cultos de hoy en los edificios supuestamente cristianos, se ofrecen holocaustos y
ofrendas a los ídolos, el pueblo va a divertirse adorando al dios mamón, al dios dinero y a la
prosperidad. Como dijo Dios a Moisés: Desciende que el pueblo se ha corrompido, se han
apartado del camino que les mandé. Éxodo 32: 7-8
Corromper significa echar a perder, alterar, pervertir, hacer impura una cosa, es decir, darle un
uso diferente para el cual fue creada. El hombre es creado para la santidad, para caminar los
caminos del Señor, para conocerle a él, para ser restaurado y llegar a ser uno con él.
Pero se pervierte el camino y el hombre mismo cuando consagra sus oídos y su corazón a
doctrinas y mandamientos de hombres que tienen la piedad como fuente de ganancia, que
hacen negocios con el Nombre del Señor.
Siguiendo la historia en el libro del Éxodo, se nos cuenta como Moisés intercede a favor del
pueblo para no ser consumido por el Señor, y como entonces el Señor se arrepiente del mal
que pensaba hacerles, y dice a Moisés que vaya y suba con el pueblo a la tierra prometida que
sabemos que es Cristo mismo.
Pero les dice que enviará delante de ellos a su ángel, que él no subirá en medio de ellos para
no consumirlos pues es un pueblo duro de cerviz. Éxodo 33: 1-3
¿Qué sucede entonces? Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo extendió fuera del campamento, y
lo llamó el tabernáculo del testimonio. Y fue, que cualquiera que requería al Señor, salía al
tabernáculo del testimonio, que estaba fuera del campamento. Éxodo 33: 7
Hermanos, el tabernáculo del testimonio, la presencia del Señor, se encuentra igual hoy fuera
del campamento, fuera de la ciudad de la religión, fuera del orden y de los sistemas de los
hombres. El campamento se ha corrompido adorando ídolos por escuchar doctrinas de
demonios de amor al mundo.
Cualquiera pues que requiera al Señor en este peregrinaje por el desierto camino de la tierra
prometida debe salir del campamento, pues allí no se encuentra la gloria del Señor, EL
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TABERNÁCULO DEL SEÑOR ESTÁ FUERA DEL CAMPAMENTO.
Escuchemos lo que nos dice al respecto el libro de los Hebreos:
Heb 13:9 No seáis sacados del camino por doctrinas diversas y extrañas, porque buena cosa
es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon a los que
anduvieron en ellas.
Heb 13:10 Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que sirven al
Tabernáculo.
Heb 13:11 Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el
pecado en el Santuario por el Sumo Sacerdote, son quemados fuera del campamento.
Heb 13:12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció
fuera de la puerta.
Heb 13:13 Salgamos pues a él fuera del campamento, llevando su vituperio.
Heb 13:14 Porque no tenemos aquí ciudad permaneciente, mas buscamos la por venir.
Se nos insta primero a no ser sacados del camino por doctrinas extrañas, y a afirmar el
corazón en la Gracia. Es decir toda doctrina extraña que nos puede sacar del camino descarta
la gracia y busca que el hombre trate de santificarse por sus propios medios, por sus propis
esfuerzos, por sus propias obras guardando ritos, doctrinas y mandamientos de hombre; que
como vemos terminan en adoración de ídolos.
Por último en este pasaje, se nos invita a salir fuera del campamento, de la ciudad de la
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religión, de Babilonia, para participar de su vituperio y padecer fuera del campamento, ya que
no tenemos aquí ciudad permaneciente, sino que buscamos la por venir, la Jerusalén celestial.
Es decir, cuando se permanece en el campamento, se están buscando las cosas de aquí, lo
temporal y lo terrenal, se usa el Nombre del Señor para conseguir las cosas del mundo.
Todos requerimos del Señor, pues todos tenemos pecado, y sólo él puede quitarlo, ya que este
es su testamento y el propósito de su venida: quitar el pecado. Salgamos pues fuera de la
religión de los hombres, de la adoración de los ídolos, para ser limpiados, santificados y
salvados por el Señor.
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