Download Carta a los amigos y bienhechores nº 78

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Transcript
Indice
Editorial: Sin tregua en la batalla................................................. 1
Carta a los amigos y bienhechores nº 78.................................... 3
Mons. Bernard Fellay
No os avergoncéis de vuestra sotana........................................ 10
Mons. Bernard Tissier de Mallerais
Glosas al P. Iraburu........................................................................ 15
Peregrinación a Tierra Santa....................................................... 27
Pedro Rizo
La primavera del postconcilio.................................................... 37
L. Pintas
Ilustración de portada: Foto del grupo que realizó la peregrinación a Tierra Santa,
del 15 al 25 de marzo, en el lugar del bautismo del Señor, en el río Jordán.
Le recordamos que la Hermandad de San Pío X en España agradece todo
tipo de ayuda y colaboración para llevar a cabo su obra en favor de la Tradición. Los sacerdotes de la Hermandad no podrán ejercer su ministerio sin
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El fin del mundo
y los misterios de la vida futura
Charles Arminjon
Pocas verdades hay tan
olvidadas como las que hablan del fin del mundo y de
la vida futura. Hoy más que
nunca necesitamos esas
verdades para no caer en
el falso optimismo de un
progreso indefinido ni en
lúgubres supersticiones.
Charles Arminjon en este libro hace un recorrido apasionante por las verdades de fe que revelan
cómo terminará este mundo: del transitorio y terrible reinado del Anticristo, de la Segunda venida y de las postrimerías cristianas: muerte, Juicio,
Purgatorio, Infierno y Cielo.
Con estilo expresivo y en momentos impresionante, nos conduce por todos esos escenarios sin
perder de vista que pertenecen a un misterio más
profundo todavía: el del amor de Dios por sus hijos.
Santa Teresita del Niño Jesús afirmó: «La lectura
de este libro fue una de las mayores gracias de mi
vida»
Pueden hacer su pedido a nuestra dirección.
Precio: 15 €
Capillas de la Hermandad San Pío X en España
Madrid
Capilla Santiago Apóstol
C/ Catalina Suárez, 16 bis
Metro: Pacífico, salida Dr. Esquerdo.
Bus: 8, 10, 24, 37, 54, 56, 57, 136, 140 y 141
Domingos: 10 h.: misa rezada
12 h.: misa cantada.
(una sola misa a las 11 h.
en julio y agosto)
Laborables: 19 h.
Oviedo
Capilla de Cristo Rey
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Viernes anterior al 3er domingo,
misa a las 19’00 h.
Sábado siguiente, misa a las 11 h.
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Palma de Mallorca
Capilla de Santa Catalina Tomás
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4º domingo de cada mes,
Barcelona
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Santander
Laborables: misa a las 19 h.
3er domingo de cada mes,
Más información: 93 339 88 94
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Valencia
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Granada
Sábado precedente, misa a las 19 h.
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Vitoria
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1er domingo de cada mes,
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3er domingo de cada mes,
Sábado precedente, misa a las 19 h. misa a las 19 h.
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También se celebran
Murcia
er
Sábado anterior al 1 domingo de mes, misas en: Salamanca,
misa a las 11 h.
Tenerife, Las Palmas de Gran
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Canaria, Pamplona y Daimiel.
(20 h. de junio a septiembre)
Para cualquier tipo de información sobre nuestro apostolado y
lugares donde se celebra la Santa Misa, pueden llamar al 91 812 28 81
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Editorial
1
Sin tregua en la batalla
E
l acontecimiento de Fátima supuso para la Iglesia, y para la historia, una referencia
de la que desde aquel año de 1917 no hemos podido prescindir. La Primera Guerra
Mundial, ya en su etapa final, el estallido del bolchevismo, el advenimiento del nacional-socialismo, la cruzada de liberación española, la Segunda Guerra Mundial, la victoria
del comunismo a partir de 1945 acaparando pueblos y pueblos enteros, y para terminar la
gestación lenta y oculta de la revolución conciliar que estallaría entre 1962 y 1965. Acontecimientos todos estos que a la luz de las palabras de Nuestra Señora en Fátima adquieren su
significado real y trascendente dentro de la historia de la Iglesia y del devenir de la humanidad. Fátima es el esclarecimiento de todos los hechos reseñados y por ende la comprensión
verdadera de su alcance y consecuencias últimas. La paz rota entre los pueblos y naciones,
el ateísmo militante y cruel desencadenado por el comunismo, intrínsecamente perverso, las
locuras de las teorías políticas intentando poner al hombre como nuevo dios al que hay que
servir y adorar, los enemigos internos para socavar y destruir a la Iglesia santa, Esposa del
Señor, tantos y tantos acontecimientos cuyo análisis e importancia real se puede sopesar
en la más justa medida si atendemos a lo pronunciado por el Cielo, a través de la Señora, y
comunicado a los tres tiernos y puros niños que todos conocemos como los tres pastorcitos.
Rusia extenderá sus errores, dijo nuestra Madre, y de ahí la necesaria consagración de
Rusia pedida por la Virgen, la devoción del santo Rosario como arma indiscutible para obtener gracias y favores en pro de un mundo, el nuestro, enloquecido por su soberbia y apostasía, la devoción al Inmaculado Corazón de María como sendero para llegar al Reinado de
Jesucristo, Rey y centro de todos los corazones y de la historia, y por último la reafirmación
de las grandes verdades del dogma católico son los hitos que aportan la luz, toda la luz, para
la contemplación y comprensión del agitado y dramático siglo XX y lo que reste aún iniciado
ya el siglo XXI.
En Fátima está el punto de partida y la seguridad firme del feliz término de nuestra
andadura como hijos de la Iglesia y ciudadanos de nuestras naciones. Frente al pecado y la
soberbia de los pueblos, enzarzados unos con otros en luchas crueles, sólo cabe la humildad de
la oración confiada sabiendo que el único Maestro, a través de la Virgen sencilla y purísima,
nos podrá otorgar la paz verdadera y estable, la paz de Cristo en el reino de Cristo. De ahí el
valor inmenso e inefable del santo Rosario. Frente a la crueldad del totalitarismo comunista,
frente a los sistemas de militancia atea y destructora del bien evangélico nuestra Señora nos
hizo saber que la consagración de Rusia, tal y como Ella lo indicó, exactamente tal y como
Ella lo indicó, no de otra forma y manera, consagración a su Inmaculado Corazón, será la
fuente de bendiciones y gracias celestiales para un mundo que camina entre tinieblas y sombras de muerte. Y frente a la disolución doctrinal y dogmática acaecida en la revolución conciliar y postconciliar, así como litúrgica, ministerial, moral y docente, la Señora ante los tres
pastorcitos nos recordó verdades tan esenciales como la fe en el único Dios Uno y Trino, la
presencial real y sacramental de nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía, el cielo y el infierno,
e igualmente el purgatorio, como destino de nuestras almas tras la muerte y juicio particular,
2
Editorial: Sin tregua en la batalla
la verdadera obediencia y sumisión al Vicario de Cristo, etc. En Fátima reside uno de los últimos llamamientos a la humanidad entera para llenarla de luz y que de esta forma camine por
el sendero de la verdad, de la justicia y de la paz que es el del sometimiento a Nuestro Señor
Jesucristo. Fátima esperanza del mundo. Salud y salvación de las almas. Salud y salvación
de nuestra pobre humanidad.
Y ahora nos podemos preguntar, ¿por qué razones ha lanzado Monseñor Fellay una nueva
cruzada del Rosario? ¿Qué le ha movido para que en términos tan apremiantes, tan dramáticos, nos convoque a todos a implorar
a nuestra Señora hasta formar una
corona de doce millones de rosarios?
Podríamos decir simplemente que la
razón es porque Fátima ha sido y es
siempre la esperanza de nuestro mundo, la esperanza de los naciones y de
las gentes que pueblan el universo. Es
necesario que el Sumo Pontífice consagre Rusia al Inmaculado Corazón,
y así multitud de errores dejarán de
esparcirse entre las gentes, y se acabará con el error de los ya esparcidos,
y Rusia se convertirá, volviendo al
«Si atendieran a mis peticiones, Rusia se convertirá y
redil de única Iglesia de Cristo que es
habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo,
la Iglesia Católica. La Jerarquía de la promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia».
(Aparición de la Virgen en Fátima el 13 de julio)
Iglesia católica se apartará del camino
«Dios promete poner fin a la persecución en Rusia si el
equivocado del liberalismo, cloaca de Santo Padre se digna hacer, y ordena hacer igualmente
a los obispos del mundo católico, un acto solemne y
todas las herejías, y volverá a la senda
público de reparación y de consagración a los Sacratísi�
de la Tradición, para creer lo que siemmos Corazones de Jesús y de María, y si Su Santidad
pre, en todas partes y por todos ha sido promete, mediando el fin de esta persecución, aprobar
y recomendar la práctica de la devoción reparadora»
creído. Gracias a la mediación del In(Carta de Sor Lucía a su director espiritual, el P. Gonçalves)
maculado Corazón de María el mundo
se convertirá y multitud de almas volverán a someterse al yugo suave de nuestro Señor. Si
en la anterior cruzada no ha habido respuesta por parte de la Santa Sede no debemos flaquear
en el intento. Intensifiquemos nuestra oración y afiancemos más y más nuestra esperanza. La
misma Señora nos dijo que “al final mi Inmaculado Corazón triunfará”. Y triunfará porque
Ella es la omnipotencia suplicante, porque si es verdad que la alaban y alabarán, y la han
alabado todas las generaciones, más que nunca, con el triunfo de su Inmaculado Corazón,
será alabada al final de los tiempos y por todos los pueblos cuando este triunfo se haga presente. Secundemos con piedad y fervor, con amor sobrenatural y humildad, con esperanza y
firme propósito esta iniciativa del Superior General de la Hermandad fundada por Monseñor
Lefebvre. Oremos noche y día, sin tregua en la batalla, hasta que nuestra Señora, ahora en
sus montañas de La Salette, enjugue dulcemente sus lágrimas al contemplar el triunfo de su
Inmaculado Corazón sobre las almas, sobre la Iglesia, sobre el mundo. m
3
Carta a los amigos
y bienhechores nº 78
Mons. Bernard Fellay
Q
ueridos amigos y bienhechores:
El nuevo año nos ha reservado muchas sorpresas, más
bien desagradables, para no decir dramáticas. Hablamos, por supuesto, de los
acontecimientos que afectan a la Iglesia,
no de la serie de desastres de Japón, o
las revueltas en los países árabes y en
África, ¡que sin embargo deberían servir
de advertencia a todos! ¿Pero quién los
interpreta así?
En efecto, las catástrofes que perjudican y aniquilan las almas son mucho
más perniciosas que cualquier catástrofe natural, con sus muertos, sus tragedias y sus sufrimientos muy dolorosos.
El rostro del mundo cambiaría si los
hombres se preocupasen por sus almas
al igual que de sus cuerpos. Sin embargo lo que a justo título lleva a reaccionar
y buscar la curación a nivel del cuerpo
humano, a causa del dolor inmediato
experimentado, prácticamente no existe a nivel de nuestro espíritu. El pecado, que tanto mal causa a toda la humanidad y a cada ser humano, es muy
poco sentido y por eso no se buscan los
remedios adecuados. Nos referimos a
una catástrofe espiritual. En efecto, ¿qué
otro nombre se puede dar a un acontecimiento que descarría a una multitud de
almas y que pone en peligro la salvación
de millones, quizás miles de millones de
almas? Ahora bien, en Roma, a comienzos de este año, se anunciaron al menos
dos hechos susceptibles de acarrear la
no conversión, y por ende la condenación eterna de las almas: la beatificación
del Papa Juan Pablo II y la renovación
de la jornada de oraciones de Asís, con
motivo del 25º aniversario del primer
encuentro de todas las religiones organizados en Asís por Juan Pablo II.
Para aquellos a quienes se les dificulte entender el significado de estos dos
acontecimientos, reproduciremos simplemente lo que escribió el Padre Franz
Schmidberger, primer sucesor de Monseñor Marcel Lefebvre al frente de la
Hermandad San Pío X, hace veinticinco
años en esta misma Carta a los amigos y
bienhechores. Daba una lista no exhaustiva de los actos realizados por el Papa
Juan Pablo II, que será beatificado:
“El 25 de enero de 1986, el Papa, en un
sermón dado en la Basílica de San Pablo Extramuros, invitó a todas las religiones a Asís
para rezar juntos por la paz. Basta echar un
vistazo sobre los acontecimientos de los últimos tres años para ver hasta qué punto nos
acercamos ahora al establecimiento de una
gran religión universal encabezada por el
Papa y con la libertad, la igualdad y la fraternidad de la Revolución Francesa y de las
logias masónicas como único dogma.
1. El nuevo Código de Derecho Canónico, promulgado por el Papa el 25 de enero
de 1983, suprimió el estado clerical. En lo
sucesivo la Iglesia es el «pueblo de Dios», en
un sentido protestante e igualitario, sin su-
4
Carta a los amigos y bienhechores nº 78
bordinados y sin autoridades. La jerarquía
no es más que un «servicio»; según palabras
de Juan Pablo II en su Constitución, la Iglesia se define como una «comunión» y por
su «preocupación por el ecumenismo». El
Canon 844 permite expresamente la intercomunión; el Canon
204 entremezcla el
sacerdocio ministerial con el sacerdocio espiritual de los
fieles, etc.
2. El domingo
11 de diciembre de
1983, el Papa predica en una iglesia protestante de
Roma, y ello después de haberse invitado más o menos a sí
mismo.
3. El Obispo de Sherbrooke, en Québec
(Canadá), ha acogido reiteradas veces a los
protestantes en su catedral para realizar falsas ordenaciones. Él mismo participó en una
de estas ceremonias y recibió la “comunión”
de manos de una pastora recientemente ordenada.
4. El 18 de febrero de 1984 se firmó un
nuevo Concordato entre la Santa Sede e
Italia. En lo sucesivo, por aplicación de la
Declaración conciliar sobre la libertad religiosa, Italia ya no es un Estado católico sino
un Estado laico, es decir, ateo. Según el mismo documento, Roma ya no es una ciudad
sagrada.
5. El 10 de mayo de 1984 el Papa visita
un templo budista en Tailandia, se descalza
y se sienta a la par del bonzo budista, sentado él mismo ante el altar en el que se encuentra una gran estatua de Buda.
6. En su carta pastoral del 16 de septiembre de 1984, los obispos suizos llegan
a la importante conclusión de que «el deseo
de recibir juntos el mismo pan en la misma
mesa, es decir, el deseo de que la misa y la
cena ya no sean celebradas separadamente,
tiene su origen en Dios (…) Sin embargo,
debe considerarse con cautela el momento
en que concretaremos este deseo», añaden
los obispos. Además, apoyaron el proyecto
11 de diciembre de 1983: el Papa predica en
una iglesia protestante de Roma
de ley que apuntaba a cambiar las normas
matrimoniales y que destruye, ni más ni
menos, el matrimonio y la familia. Y bien,
gracias a este apoyo el 22 de septiembre de
1985 se aprobaron en Suiza las nuevas normas matrimoniales. Una vez más los obispos parecen ser no sólo los sepultureros del
orden sobrenatural, sino también del orden
natural establecido por Dios.
7. El episcopado francés continúa difundiendo el catecismo herético «Pierres
vivantes» en la instrucción religiosa, con
gran detrimento de los niños. «Mas quien
escandalizare a uno de estos pequeños que
creen en mí, mejor le sería que le colgasen
del cuello una de esas piedras de molino que
mueve un asno, y así fuese sumergido en lo
profundo del mar» (San Mateo, 18, 6).
8. Una declaración conjunta del Cardenal Höffner y M. Lohse, Presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania,
firmada el 1º de enero de 1985, concede a los
esposos de matrimonios mixtos la libertad de
casarse, hacer bautizar a sus hijos y educarlos en una u otra Iglesia. Ahora bien, el Có-
Carta a los amigos y bienhechores nº 78
digo de Derecho Canónico de 1917, Canon
2319, reprime cada uno de estos tres delitos
con una excomunión especial.
9. En su libro «Informe sobre la fe»
(1985), el Cardenal Ratzinger afirma que las
demás religiones, estrictamente hablando,
son medios «extraordinarios» de salvación.
¡No, Eminencia, sólo Jesucristo, únicamente
Él es el Camino, la Verdad y la Vida; nadie
va al Padre sino por Él!
10. En una nota sobre la presentación del
judaísmo en la catequesis, publicada el 24
de junio de 1985, ¡el Cardenal Willebrands
afirma que esperamos el Mesías junto a los
El 25 de enero de 1986 convoca a todas las reli�
giones a reunirse para orar por la paz. ¿A qué
Dios van a rezar?
judíos! Y se remite al propio Papa, que declaró ante los judíos, el 17 de noviembre de
1980 en Maguncia, que la Antigua Alianza
no ha sido aún abolida.
11. Durante el verano de 1985, el Vaticano envía una delegación oficial a la colocación de la primera piedra de una nueva
mezquita gigante en Roma.
12. En agosto de 1985 proclama ante jóvenes musulmanes en Casablanca (Marruecos), que nosotros, los cristianos, adoramos
el mismo Dios que ellos —¡como si en el Islam existiese la Santísima Trinidad y la En-
5
carnación de Dios!—. Pocos días después se
encamina junto a sacerdotes animistas y su
séquito a la periferia de Lahomay, a un culto
en el «bosque sagrado» en el que se evoca
«la fuerza del agua» y las almas divinizadas de los antepasados. Y por lo menos en
dos ocasiones, en Kara y en Togoville —¡en
Kara antes de la Santa Misa!—, vierte agua
y arroja harina de maíz en el fondo seco de
una cáscara de calabaza, gesto con el cual se
profesa una falsa creencia religiosa.
13. Una comisión católico-evangélica,
constituida para concluir la visita del Papa
a Alemania en 1980, declara en su informe
final publicado
el 24 de enero
de 1986 que ya
no existen divergencias entre las
dos confesiones
en lo que se refiere a la justificación, la eucaristía, el sacerdocio
y el papado. A
un observador
avisado no se le
escapa que aquí
se proclama abiertamente la religión ecuménica unificada.
14. Y ahora, el 25 de enero de 1986, convoca a todas las religiones a reunirse en Asís
en otoño para orar por la paz (…). «¿A qué
Dios van a rezar los que niegan expresamente la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo?
Se configura allí una verdadera invocación
del diablo», comenta Monseñor Lefebvre.
15. En fin, durante un viaje en la India,
el Papa no habla sino de diálogo, de comprensión recíproca de las religiones, en aras
de promover conjuntamente la fraternidad
humana y el bienestar social.
¿Creen Ustedes, queridos amigos, que
esta enumeración representa para nosotros
6
Carta a los amigos y bienhechores nº 78
una buena noticia? La hemos redactado
transidos de dolor, preocupados por el bien
de la Santa Iglesia. Asimismo, estamos lejos
de querer juzgar al Papa; declinamos de buen grado esta
empresa delicada a un juicio
ulterior de la Iglesia. No nos
comprometemos con los que
declaran a la ligera que la sede
papal está vacante, sino que
nos dejamos guiar por la historia de la Iglesia. El Papa Honorio fue anatematizado por el
6º Concilio Ecuménico a causa de sus falsas enseñanzas,
pero jamás se ha pretendido
que Honorio no era Papa. Con
todo, nos resulta imposible cerrar los ojos ante los hechos.
Las directivas secretas de
los Carbonarios y su correspondencia, alrededor de 1820,
¡también son hechos! Allí leemos: «El trabajo que vamos a
emprender (...) puede durar
varios años, quizás un siglo
(…) Lo que debemos buscar y esperar, como
los judíos esperan el Mesías, es un Papa según nuestras necesidades (...) Con ello, para
destrozar la roca sobre la que Dios construyó
su Iglesia (…) tenemos el dedo meñique del
sucesor de Pedro comprometido en la conjura
(…) Para asegurarnos un Papa de las debidas proporciones, se trata primero de modelar
para ese Papa una generación digna del reino
que soñamos (…) Ganaos una reputación de
buen católico (…) Esta reputación hará llegar
con facilidad nuestras doctrinas al seno del
joven clero (…) Dentro de algunos años este
clero joven, por lógica consecuencia, desempeñará todas las funciones (…) Será el llamado
a elegir al Pontífice (…) y este Pontífice, como
la mayor parte de sus contemporáneos, estará
necesariamente más o menos imbuido de los
principios (…) humanitarios que comenzaremos a poner en circulación».
«Debemos (…) llegar por medios peque-
«En cuanto a la beatificación de Juan Pablo II,
su efecto inmediato será consagrar el conjunto
de su pontificado, todas sus empresas,
incluso las más escandalosas».
ños, bien graduados, al triunfo de la idea revolucionaria gracias a un Papa (…) Este proyecto siempre me ha parecido sobrehumano».
Por otra parte, leemos en el pequeño
exorcismo de León XIII, en su versión original: «Los más insidiosos enemigos han
llenado de amargura a la Iglesia, esposa del
Cordero inmaculado, le han dado a beber
ajenjo, han puesto sus manos impías sobre
todo lo que Ella tiene de más preciado. Han
erigido el trono de abominación de su impiedad donde fue establecida la Sede de San
Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz
para las naciones, de modo que, golpeado el
Pastor, puedan dispersar la grey».
Carta a los amigos y bienhechores nº 78
¿Qué se puede hacer frente a esta situación desesperada humanamente hablando?
Rezar, trabajar y sufrir con la Iglesia”.
¿Acaso veinte años más tarde estas
palabras han perdido su vigor? Con
el advenimiento de Benedicto XVI se
pudo esperar un cambio de la situación,
ya que él mismo admitía que la Santa
Iglesia se encontraba en una situación
dramática. Y de hecho, en medio de una
gran hostilidad ha plantado varios hitos
que pueden servir ciertamente para una
restauración. Tenemos muy presentes
en nuestra memoria agradecida los actos de buena voluntad que ha realizado a favor de nuestra Hermandad. Sin
embargo, la reiteración de Asís, incluso
edulcorada, aún cuando modificada,
según parece ser su intención, evocará inevitablemente el primer Asís, que
fue escandaloso bajo tantos aspectos;
uno de los más notables fue aquel triste
y lamentable espectáculo, en el que se
pudo ver al Vicario de Cristo a la par
de una multitud abigarrada de paganos, invocando a sus falsos dioses y a
sus ídolos —la colocación de la estatua
de Buda sobre el sagrario de la iglesia
de San Pedro de Asís sigue siendo la
más increíble y abominable ilustración.
Ahora bien, proyectándose festejar el
aniversario de tal reunión se renuncia,
por lo mismo, a criticar a su iniciador.
A un pastor evangelista, que protestaba
contra este nuevo Asís, Benedicto XVI le
escribió que haría todo lo posible para
evitar el sincretismo. Sin embargo, ¿se
dirá a los participantes provenientes de
otras religiones que no existe sino sólo
una verdadera que salva? ¿Se les dirá
que no existe bajo el cielo ningún otro
nombre por el cual podamos ser salvos,
sino el nombre de Jesús, como enseñó
7
San Pedro, el primer Papa? (cfr. Hechos
4, 12). Estos son dogmas de fe.
Si se silencian ante ellos verdades tan
esenciales, ¡se les engaña! Si se les oculta
lo único necesario, unum necessarium,
haciéndoles creer que todo está bien, ya
que el Espíritu Santo también se sirve de
las otras religiones como medios de salvación, incluso si se habla de medios extraordinarios según el magisterio nuevo
del Concilio Vaticano II, se les induce a
error y se les priva de los medios de salvación.
En cuanto a la beatificación de Juan
Pablo II, su efecto inmediato será consagrar el conjunto de su pontificado, todas
sus empresas, incluso las más escandalosas, como las que están expuestas más
arriba y las otras, como besar el Corán
y las múltiples ceremonias de arrepentimiento, que llevan a pensar que la Iglesia es culpable de los cismas, por los que
se perdieron multitud de almas cristianas que se separaron de nuestra Madre,
la Santa Iglesia, y adhirieron al error y a
la herejía. En la práctica todo ello conduce al indiferentismo en la vida de todos
los días y los ocasionales esfuerzos de
Roma para revertir un poco un atolladero tan nocivo para la Iglesia sólo reportan magros resultados: es que la Iglesia
misma está exangüe.
Se nos dirá que exageramos, que
dramatizamos o que apelamos a una
retórica de circunstancia; con todo, esta
dramática comprobación sale de boca
misma de los Papas Pablo VI, Juan Pablo
II y Benedicto XVI. Aparece, empero,
como una estrella fugaz en el firmamento; se olvida rápidamente y deja totalmente indiferente a la multitud, que no
se preocupa por mirar hacia arriba, en
dirección al Cielo.
¿Qué hacer? ¿Qué podemos hacer
8
Carta a los amigos y bienhechores nº 78
por nuestra parte, queridos amigos?
“Oración y penitencia” fue la consigna
que nos dejó nuestra buena Madre del
Cielo, la Santísima Virgen María, tanto en Lourdes como en Fátima. Estas
directivas celestes siguen vigentes, e
incluso con mayor razón que cuando
fueron pronunciadas. Muchos de ustedes se preguntan cuál fue
el efecto de nuestra Cruzada
de Rosarios terminada el año
pasado. Hemos transmitido
el resultado, acompañado de
una petición, al Sumo Pontífice, que no nos ha respondido,
aunque más no fuese sino con
acuse de recibo. Sin embargo,
esto no debe desalentarnos.
Nuestra oración se dirigió
al Cielo, a Nuestra Señora, a
nuestra Madre tan buena y
misericordiosa, y al Dios de
las misericordias. No tenemos,
pues, derecho a dudar de ser
escuchados según las disposiciones infalibles de la Divina
Providencia. Sepamos tener
confianza en Dios. Con todo,
la situación de la Iglesia y del
mundo nos sugieren que les
pidamos instantemente no detener este
movimiento de oración por el bien de
la Iglesia y del mundo, y por el triunfo
del Corazón Inmaculado de María. La
intensidad de la crisis, la proliferación
de todo tipo de calamidades que afectan o amenazan a la humanidad, exigen
de nuestra parte una actitud correlativa:
“Conviene orar perseverantemente y no desfallecer”, oportet semper orare et numquam
deficere (San Lucas, 18, 1).
Por tanto, nos parece más que oportuno y urgente, a vista del aumento de la
intensidad de los males que abruman la
Santa Iglesia, lanzar una nueva Cruzada
de Rosarios, una cruzada de oración y
penitencia. Les invitamos a unir todos
sus esfuerzos, todas sus energías, para
conformar a partir de Pascua de este
año hasta Pentecostés de 2012 un nuevo
ramillete espiritual, un nuevo eslabón
de estas rosas tan agradables a Nuestra
«Con el advenimiento de Benedicto XVI se
pudo esperar un cambio de la situación, ya
que él mismo admitía que la Santa Iglesia se
encontraba en una situación dramática. [...]
Ahora bien, proyectándose festejar el aniversa�
rio de tal reunión se renuncia, por lo mismo, a
criticar a su iniciador».
Señora, para suplicarle que interceda a
favor de sus hijos ante su Divino Hijo y
del Padre omnipotente. La confusión no
deja de aumentar entre las almas, que
están a merced de lobos rapaces presentes en el redil. La tribulación es tan
grande, que incluso los elegidos se perderían si no fuese abreviada. Los pocos
datos reconfortantes de estos últimos
Carta a los amigos y bienhechores nº 78
años no son suficientes para atreverse a
decir que las cosas hayan cambiado verdaderamente en profundidad. Dan gran
esperanza para el futuro, a la manera
de una luz que se percibe cuando uno
aún se encuentra adentrado en un túnel. Así, pues, pidamos de todo corazón
la intervención de nuestra Madre del
Cielo, a fin de que esta prueba terrible
sea abreviada, que el corsé modernista
que blinda la Iglesia —al menos desde
el Vaticano II— se rasgue, que las autoridades cumplan con su papel salvífico
para con las almas, que la Iglesia recobre su esplendor y su belleza espiritual,
que las almas del mundo entero puedan
escuchar la Buena Nueva que convierte y recibir los sacramentos que salvan,
volviendo a hallar el único redil. ¡Ah,
cuánto desearíamos poder utilizar un
lenguaje menos dramático! Pero sería
una mentira y una negligencia culpable
de nuestra parte tranquilizarlos, dejándolos en la esperanza de que las cosas se
recompondrán por sí solas.
Contamos con la generosidad de
todos para conformar una vez más un
ramillete de, al menos, doce millones
de rosarios, para que la Iglesia sea librada de los males que la aquejan o que
la amenazan en el futuro próximo, se
consagre a Rusia y que llegue pronto el
triunfo de la Inmaculada.
A fin de que nuestras oraciones sean
aún más eficaces y que todos puedan
obtener un beneficio mayor, querríamos concluir recordando que cuando se
reza el Rosario, lo más importante no es
la cantidad de avemarías que se dicen,
sino la manera como se las reza. El peligro de la monotonía o de la distracción
pueden ser conjurados eficazmente rezando el Rosario según las indicaciones
dadas por María misma: al desgranar
9
las cuentas, hay que meditar las escenas
de la vida y los misterios de Nuestro Señor y de su Santa Madre. Lo más importante es este contacto con la vida del Salvador que se establece cuando se medita
amorosamente en los acontecimientos
enunciados en cada decena, los “misterios” del Rosario. Las diez ave marías se
transforman en una melodía de fondo,
que acompaña y sostiene este contacto
suave y potente con Dios, con Nuestro
Señor y Nuestra Señora. Sor Lucía de
Fátima, haciéndose eco de los Papas, ha
dicho que Dios ha querido conceder una
eficacia especial a esta plegaria, de suerte que no existe problema alguno que no
pueda ser resuelto por esta magnífica
oración. Nos permitimos insistir sobre
la oración en familia, que todos los días
da pruebas de eficacia al proteger a los
niños y a los jóvenes de las tentaciones y
peligros espantosos del mundo moderno, que protege la unidad familiar en
medio de tantas amenazas que la acechan. No debemos desanimarnos por
el aparente silencio de la Divina Providencia tras nuestra última cruzada. En
las cosas importantes Dios quiere que,
por nuestra perseverancia en la oración,
le probemos que sabemos el valor de lo
que le pedimos y que estamos dispuestos a pagar el precio correspondiente.
A las puertas de entrar en la Pasión
de Nuestro Señor, la Semana Santa y la
gloriosa Resurrección del Salvador, pedimos a Nuestra Señora que se digne
bendecir su generosidad, acogerlos bajo
su graciosa protección y prestar oídos a
sus constantes plegarias.
Menzingen,
Primer Domingo de Pasión.
+ Bernard Fellay, Superior General
de la Hermandad de San Pío X
10
No os avergoncéis
de vuestra sotana
Sermón de la toma de sotana, 2 de febrero de 2011
Mons. Bernard Tissier de Mallerais
El 2 de febrero de este año en curso la iglesia de Saint Nicolas du Chardonnet, en
París, tuvo el inestimable privilegio de dar cabida a la ceremonia de tomas de
sotana del Seminario Saint Curé d´Ars de Flavigny, el Seminario francés de la Hermandad de San Pío X. Con la asistencia de un numeroso clero y una concurrencia
importante de fieles, dieciséis jóvenes recibieron la sotana, la librea del Señor.
Q
ueridos hermanos:
Agradecemos sinceramente
a la iglesia de Saint Nicolas du
Chardonnet y a sus sacerdotes la acogida dispensada al Seminario de Flavigny
para esta ceremonia de
imposición de sotanas.
Esta fiesta de la Santísima Virgen, la Presentación del Niño Jesús en el
Templo y Purificación de
Nuestra Señora, nos parece que se acomoda perfectamente a esta toma
de sotanas.
En efecto, queridos
jóvenes, estáis aquí para
ofreceros y consagraros
al Señor, de la misma forma que la Santísima Virgen y San José llevaron
al Niño Jesús al Templo
para consagrarlo, ya que
era el Primogénito de la
familia, el primer nacido
de la Santísima Virgen
-y el único nacido de la Santísima Virgen- y por lo tanto debía ser consagrado
al Señor. Era la parte del Señor pero era
ya el Consagrado por excelencia desde
el primer instante de su Encarnación,
Iglesia de Saint Nicolas du Chardonnet
No os avergoncéis de vuestra sotana
cuando la Divinidad ungió totalmente
su santa Humanidad haciendo de Él el
sacerdote por excelencia. Acto seguido
la Santísima Virgen y San José debían
rescatarlo con dos monedas de plata y
el sacrificio de dos pichones y así poder
guardarlo. Sin duda llevaron a cabo el
rito para rescatarlo pero, por supuesto,
no se trataba de apartarlo de su consagración a Dios. Jesús permanecía como
el Consagrado, el sacerdote por excelencia.
Tal es la actitud, queridos amigos,
que vosotros tenéis hoy: consagraros a
Dios y mantener esta consagración en
adelante. Debido a esto se os va a imponer la sotana, el hábito del clérigo,
aunque sólo dentro de un año es cuando recibiréis la tonsura. Es el hábito del
clérigo, el hábito del futuro sacerdote
y esta ceremonia es sumamente emocionante para todos vosotros, queridos
jóvenes, que con impaciencia, una santa
impaciencia, esperáis desde hace algunos meses este momento en el que vais a
transformar el exterior de vuestro ser y
11
que corresponderá a la transformación
interior que ya se produjo cuando decidísteis entrar en el Seminario. También
emocionante para ustedes, queridas familias, que evidentemente van a ver a
estos muchachos bajo otro aspecto que
les impondrá un tanto pero que a la vez
es muy edificante y que les va a ayudar
en su camino hacia Dios.
Hablemos un poco de la sotana y del
testimonio unido a ella. En el profeta
Malaquías se dice, lectura que hemos
oído hace unos instantes y que prefigura la Presentación de Jesús en el Templo,
que el Señor vendrá a su Templo .Se trata de una forma nueva y especial- con el
fin de purificar a los Hijos de Leví, como
el oro y la plata en el crisol, para que
ofrezcan a Dios sacrificios como en los
días antiguos y así el sacrificio de Judá
en Jerusalén, es decir la Iglesia, agrade
al Señor. Por lo tanto se trata de una renovación del sacerdocio. Por supuesto
que en la Sagrada Escritura se trata de la
desaparición del sacerdocio antiguo y de
la aparición del sacerdocio de Nuestro
12
No os avergoncéis de vuestra sotana
Señor Jesucristo. Pero hoy en día, queridos jóvenes, se trata de la conservación
del sacerdocio de siempre. Hoy en día
el Señor viene de nuevo, espiritualmente, en esta fiesta de la Presentación para
purificar a los Hijos de Leví gracias a
este humilde ejército de la Hermandad
de San Pío X, gracias a Monseñor Lefebvre, para purificar el sacerdocio católico
y restituirle su identidad.
Esta es la profunda significación de
esta toma de sotanas y vosotros sóis
conscientes de ello. Vuestro deseo es
participar más tarde en el sacerdocio
auténtico de Nuestro Señor Jesucristo
para ofrecer un sacrificio puro y santo
y agradable a Dios, es decir: el Sacrificio
de la Cruz, renovado de forma incruenta en el altar. Es en la tarea de renovación del sacerdocio católico que queréis
trabajar. Tal es la misión que la divina
Providencia nos ha asignado sin mérito
alguno por nuestra parte.
La sotana rica en símbolos
Queridos jóvenes seminaristas,
vuestra sotana es rica en enseñanzas.
Nuestro Fundador, en los Estatutos de
la Hermandad y también en diferentes
escritos, describe los frutos maravillosos de la sotana que –desgraciadamente- los sacerdotes modernos adoptando
el clergyman o el traje civil han perdido de vista. Me acuerdo muy bien que
Monseñor Lefebvre nos decía: «Vuestra
sotana es vuestro hábito religioso porque el
sacerdote es el religioso de Dios».
Por lo tanto consideraos como religiosos, espiritualmente hablando; vuestra sotana es vuestro hábito religioso,
así pues no os la quitéis excepto si hay
persecuciones que nos obliguen a ello. Es
vuestro hábito religioso que expresa en
consecuencia que os apartáis del mundo,
que el Señor os pone aparte para que volváis al mundo y prediquéis a los fieles.
No os avergoncéis de vuestra sotana
El odio del mundo
hacia la sotana
Y por eso el mundo os va a odiar. El
mundo no quiere la sotana. La sotana
expresa la separación del mundo. Como
el sacerdote no es un hombre como los
otros se encuentra retirado del mundo,
tal como dice Jesús en el sermón después
de la Cena: «Yo os he sacado del mundo» y
seguidamente: «De nuevo os envío al mundo». Así pues hay esta separación que fue
vuestra decisión al entrar en el Seminario
y que es ya una renuncia, un sacrificio.
Renunciáis a una vida de familia, a un
matrimonio legítimo. Renunciáis a ciertas alegrías lícitas de este mundo. Es un
sacrificio. Lo sabéis bien. Este sacrificio
durará toda su vida. Contemplad a la
Santísima Virgen: es feliz escuchando las
palabras llenas de fe y de alegría del anciano Simeón que proclama: «Oh Señor,
mis ojos han visto a vuestro Salvador que he
esperado toda mi vida, ahora ya no me queda
más que morir de alegría» (…) Al mismo
tiempo es el dolor de la Santísima Virgen
al oír estas palabras de Simeón: «Una espada de dolor atravesará tu alma», y «este
13
Niño será un signo de contradicción».
Queridos amigos, vosotros también
seréis signo de contradicción por vuestra sotana. A menudo oiréis bromas,
críticas, burlas, incluso quizá algunas
veces por parte de sacerdotes. Mas no
os avergoncéis de vuestra sotana. Será
para vosotros una profesión. Es lo que
decía Monseñor Lefebvre: «La sotana es
un testimonio y una predicación, un sermón
sin palabras», porque con ella se predica
la presencia de Jesús en el mundo; en
un mundo laicizado Jesús está siempre
presente y quiere reinar. Esa es vuestra
profesión silenciosa. La sotana también
predica la penitencia por su color negro,
por su hechura amplia que disimula las
formas del cuerpo. Predica la penitencia, la renuncia, ésta es la predicación
que no le gusta al mundo, el malvado
mundo que pertenece al
demonio y que vosotros
proclamáis.
La sotana es en primer
lugar un testimonio, una
predicación. Además la
sotana aleja a los malos
espíritus y a los que les
están sometidos, decía
Monseñor Lefebvre. El
demonio no tolera la sotana. La sotana os protegerá de cantidad de ocasiones de pecados a los
que se está expuesto en el
mundo y a los que el sacerdote no puede exponerse. Guardad
vuestra sotana y la sotana os guardará.
Por otra parte la sotana atrae a las
almas buenas, incluso las almas que no
creen, los no creyentes, la sotana atrae
los corazones, atrae a las almas rectas y
generosas. A menudo, oiréis decir esto:
«¡Por fin un auténtico sacerdote!». Alguien
14
No os avergoncéis de vuestra sotana
en la calle os dirá: «¡Por fin un auténtico
sacerdote! ¡No sabía que aún existiese algo
así!». «No soy practicante, os dirán, pero si
fuera a morir es a alguien como usted a quien
yo llamaría». «¡Ah, un auténtico sacerdote!». Eso es lo que oiréis porque las almas
buenas se sienten atraídas por el hombre
de Dios tal como vosotros seréis.
Y en consecuencia, decía Monseñor
Lefebvre, en ese sentido la sotana facilita muchísimo el apostolado. (…) Me
acuerdo que un día en París, andando
por la calle, una mamá y su niño pasaron junto a mí y el niño me dijo señalándome con el dedo: «Jesús, Jesús». Este
niño tenía razón y la mamá le decía:
«¡Calla, cállate!». Y yo le dije: «No, tiene
razón. El sacerdote es Jesús».
La sotana facilita el apostolado. La
sotana nos muestra a Jesús. Mientras
que un sacerdote camuflado no muestra ya a Jesús. Tiene dificultades para
entablar una conversación con la gente.
Un sacerdote de paisano ¿cómo puede
dirigir la palabra a alguien? ¡Pero si está
camuflado! Vosotros no seréis sacerdotes camuflados, (…) Un día estaba yo en
un avión, era justo después del ataque
a las Torres Gemelas. Por supuesto que
en esos momentos no se sentía uno seguro en el avión. De suerte que el pasajero que estaba a mi lado me dijo: «Al
lado de usted me siento seguro». Y es que
había comprendido que yo era sacerdote. Otra vez en el aeropuerto de Buenos
Aires yo iba con mi sotana y alguien me
dijo: «Padre, ¿podría usted confesarme?»
(…) Nos fuimos a un rincón y nos sentamos en un banco y oí su confesión. Una
confesión magnífica… que por supuesto
no os voy a contar pero que supuso una
gracia, una gracia extraordinaria. La sotana obra maravillas.
Queridos amigos, guardad vuestra sotana. ¡Viva la sotana! Y viva vuestro futuro
sacerdocio bajo la protección de la Santísima Virgen María, la madre del sacerdote
y por eso la Madre del futuro sacerdote.
En el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén. m
15
Glosas al P. Iraburu
A propósito de una polémica internaútica
No hay mal que por bien no venga dice el conocido proverbio que una vez más se
ha cumplido cuando desde el blog Reforma o apostasía, que tiene por autor al
sacerdote navarro Don José María Iraburu Larreta y que se aloja en un portal llamado Infocatólica, se lanzó toda una rocíada de ataques a Mons. Marcel Lefebvre,
de santa memoria, y a la institución por él fundada, la Hermandad Sacerdotal de
San Pio X. Y dichos ataques han sido para bien porque han sido respondidos desde
varios puntos con una competencia y rigor tales como para que muchos que en
España desconocían o tenían del tema aludido ideas más bien pobres accedieran a
argumentos y datos que facilitan una visión objetiva del mismo. A continuación les
ofreceremos algunas muestras de la polémica en cuestión, obra de un sacerdote
diocesano.
D
espués de leer el artículo del P.
Iraburu he recordado una antigua
argumentación falaz, llamada
argumentum ad consequentiam. Se podría
resumir así: «A afirma B, B tiene como consecuencia C (que es algo negativo), por tanto
B es falso». El padre Iraburu ha elaborado
una nueva categoría, la del fílolefebvriano,
que finalmente parece que es el conjunto
vacío pues en última instancia es completamente idéntica al lefebvriano, en el sentido que este estereotipo ha hecho fortuna
en la Iglesia en las últimas décadas. El fenómeno del llamado tradicionalismo (utilizado más bien por sus detractores) es un
movimiento muy amplio que aparece en
la Iglesia en torno a los años setenta del
pasado siglo, como reacción perpleja a
toda una serie de alteraciones en la vida
ordinaria de los fieles como consecuencia
de la aplicación de las normas postconciliares. Desde el mismo, toda una serie de
pensadores y eclesiásticos comenzarán a
teorizar sobre las causas que lo originan,
pasando revista ya no sólo a la aplicación
de las normas postconciliares y a algunos
textos enigmáticos del Vaticano II, sino
remontándose a la Nouvelle Théologie así
como a toda una serie de planteamientos
que comienzan a aparecer en la época de
Pío XII, y que se manifiestan con claridad
tras el Vaticano II, ya de forma institucional. Y en todo ese movimiento, el llamado
lefebvrismo es solamente una parte. Podemos hablar del movimiento que se desarrolla en Brasil en torno a la TFP (sin entrar
a calibrar todos los elementos pintorescos
de tal movimiento), del surgimiento de la
Ciudad Católica, las obras pormenorizadas
de Jean Ousset y Romano Amerio, pasando por la reivindicación de la conservación del rito tradicional en Inglaterra (que
desembocaría en el indulto para la Misa
tradicional en ese país, llamado de Agatha
Christie), en época de Pablo VI, o en España, de la Hermandad Sacerdotal Española,
que llegó a agrupar a más de cuatro mil
clérigos. Se podrían aducir más ejemplos.
Pero es suficiente para entender que Iraburu simplifica las cosas de una manera
abrumadora: el llamado tradicionalismo
(para él filolefebvrismo) se basa en la desobediencia de un obispo francés cegado
por la percepción subjetiva de hacer un
bien a la Iglesia, realizando un acto cismático fundado en su soberbia y desprecio
16
Glosas al P. Iraburu
«Lefebvre había dicho en varias ocasiones
que dado que en la Iglesia se permitían
experimentos de todo tipo, “déjennos
hacer la experiencia de la tradición”».
««
a la autoridad papal. Lefebvre se opuso
a Juan Pablo II, entonces todo lo que se
parezca a las reivindicaciones del arzobispo francés tienen que ser malas. Y su
conclusión no puede ser más tendenciosa:
todo ese movimiento tradicionalista que
se desarrolla en la Iglesia no es distinto y
se le pueden aplicar todas las categorías
que hemos indicado en relación a aquel
presunto acto cismático. El P. Iraburu repite el término consecuencialismo. Pues él
desarrolla de principio a fin de libro una
falacia ad consequentiam. Sus intenciones
las desconozco. Lo que sí puedo decir es
que ese tradicionalismo asumido en la
Iglesia es muy incómodo a la mayor parte
de las conferencias episcopales -con honrosas excepciones individuales- porque
pone en duda la eficacia de la pastoral y
la teología de la que han hecho su bandera, que se ha definido precisamente como
renovación frente a lo anterior, por lo que
reconocer la pujanza de ese movimiento
en la Iglesia sería asumir el fracaso de sus
posiciones. Y esto es tan claro como el sol
del verano.
He aquí la glosa a algunos de los
puntos tratados por el P. Iraburu, que
usa de un método que emula el de Santo Tomás de Aquino: él mismo establece
una objeción (que, por supuesto, es un
argumento a favor de la Hermandad de
San Pío X), que rechaza a continuación
en su respuesta. El autor de este artículo
refuta luego dichas respuestas con fundamento y buen humor.
Objeción: 1. El principio del mal
menor justifica a Mons. Lefebvre.
Respuesta del P. Iraburu: El fin
no justifica los medios. Jamás. Nunca «hagamos el mal para que venga el bien» (Rm. 3, 8).
El principio del mal menor nunca justifica la
comisión de una acción mala, como lo es una
ordenación episcopal prohibida por la Ley de
Glosas al P. Iraburu
la Iglesia y por mandato expreso del Papa».
Refutación: Este entimema* reproduce muy bien una falacia clásica, llamada
quaternio terminorum, en donde la premisa
y el término medio se utilizan en sentido
distinto en ambos miembros. Comienza
destacando, que el fin jamás justifica los
medios, y continúa mencionando el aspecto legal del problema. Y a continuación nos muestra su conclusión: «Obviamente, Mons. Lefebvre “no se vio obligado” a
elegir entre dos males. No se daba una necesidad de elegir, porque otros medios había y hay
para luchar, dentro de la obediencia al Papa y
a la Iglesia, en favor de la ortodoxia doctrinal
y de la mejor liturgia». Dicho de este modo,
no podemos más que felicitar al padre
Iraburu, porque es así, cierto. Hay otros
medios. El problema es que esos otros
medios fueron empleados, hasta que la
Santa Sede decidió arbitrariamente cortar
por lo sano. La Hermandad Sacerdotal de
San Pío X había recibido la aprobación canónica en la diócesis de Friburgo, y había
erigido el seminario de Ecône con el permiso del ordinario local. Hasta ahí ningún
problema, hasta que en 1974 son enviados
por la Santa Sede tres visitadores para
inspeccionar el seminario. Según consta,
a Lefebvre no le ponen ningún problema,
a excepción del litúrgico. No pueden continuar con la Misa tradicional (que nunca
fue abrogada ¡ya!). Lefebvre se niega y
es suprimida la Hermandad de San Pío
X por parte de la Santa Sede. Si todos los
permisos que se han dado posteriormente hubieran existido, no hubiera habido
ningún problema, pero Padre Iraburu, las
circunstancias eran muy distintas. Y decir
que existen muchas congregaciones tra* Silogismo abreviado que, por sobrentenderse una de las
premisas, solo consta de dos proposiciones, que se llaman
antecedente y consiguiente: v. gr.: El Sol alumbra, luego
es de día.
17
dicionales surgidas al margen del problema Lefebvre es excesivo. El primer indulto (Quattuor abhinc annos) es de 1984 y el
segundo (Ecclesia Dei adflicta) es de 1988
coincidiendo con las consagraciones episcopales. Lefebvre había dicho en varias
ocasiones que dado que en la Iglesia se
permitían experimentos de todo tipo, «déjennos hacer la experiencia de la tradición».
La respuesta siguió siendo no. Y no podía
ser de otra manera, habida cuenta la saña
que tenía la Conferencia Episcopal francesa y alemana para acabar con todo aquello. ¿No le quedaba más remedio? Usted
apela a que «el fin no justifica los medios»;
aquí no se habla de la relación mediosfines, sino de un problema muy clásico en
moral: la concurrencia de incertidumbre
con respecto a una determinada ley (haremos abstracción de su cualidad) y la
certeza práctica de la conciencia. Dice San
Alfonso que «En lo que atañe al acto concreto (operario), hay que distinguir siempre
dos verdades: una, la verdad especulativa de la
cosa (verdad objetiva); otra la verdad práctica
(prácticamente práctica) por la que la acción
es honesta». El problema se puede plantear así: Dada una ley objetiva que tenga
razones para imponerse a la conciencia
y tenga razones contrarias que permitan
una cierta autodeterminación de conciencia, tradicionalmente los moralistas católicos han afirmado que se puede salir de
esta duda en virtud de principios que son
extrínsecos a la verdad objetiva de la ley.
Son los llamados principios reflejos frente a
los directos que emanan de suyo de la ley
objetiva. Si partimos de un planteamiento
moral de tipo objetivista (al estilo del tuciorismo, probabilismo, probabiliorismo)
cuyo modo de solventar la duda sería
aplicando el principio «en caso de duda,
hay que seguir la opinión más segura». ¿Pero
más segura respecto a qué? Pues precisa-
18
Glosas al P. Iraburu
El 6 de junio de
1971 Monseñor
Lefebvre bendecía la
primera piedra del
futuro seminario de
Ecône. Empezaba la
“experiencia de la
Tradición”.
mente a lo que manda la ley objetiva. En
el caso que nos ocupa, la ley objetiva es la
consabida ley que obliga a tener mandato
apostólico para proceder a una consagración episcopal. Pero no se trata de una ley
absoluta, pueden darse excepciones; y las
excepciones están determinadas por la
imposibilidad física o moral de obtener
el mandato apostólico. Y es aquí donde
entra la duda. Aunque se nos repita insistentemente a día de hoy que la Misa tradicional nunca fue abrogada, sí lo fue de
facto. A eso hay que sumarle toda la nueva
pastoral y la nueva liturgia que entraba en
una degradación creciente. Por no mencionar los seminarios y la vida religiosa.
Así como los encuentros de Asís, encuentros ecuménicos devenidos en puro sincretismo (tenemos cientos de ejemplos,
con cardenales y obispos de oficiantes mayores). Y en esta situación de duda ante la
ley, San Alfonso enseña que la verdadera
seguridad (a la que antes hacíamos referencia) consiste en estar seguros de hacer
una elección moral correcta, con la que no
se cometa un pecado formal, y tal seguridad se obtiene asumiendo como norma
en tal situación la norma que se opone a
la ley dudosa (Theologia moralis, 1.1, trat 1,
n.82). Ahora bien, la norma que se opone
a la ley dudosa es que no es posible, en la
situación eclesiástica del momento, llevar
una vida católica normal sin estar sujetos
a los desviacionismos teológicos y las innovaciones litúrgicas, que en ese momento cada vez iban en un ritmo ascendente.
Dice usted, padre Iraburu que «Justificar
una desobediencia gravísima a la Ley eclesial y
al mandato del Papa por los presuntos buenos
efectos que de ella se esperan es un consecuencialismo moral inadmisible». Eso lo podemos decir desde nuestra actual situación.
Los abusos litúrgicos más graves suceden
en la década de los ochenta. Sólo será en
los años posteriores a los acontecimientos
de que nos ocupamos, ante la necesidad
de frenar los abusos y quizás por el peligro de nuevas reacciones similares, a
las que ya se habían sumado dos obispos
más, el obispo Castro Mayer en Brasil, y
el obispo Lazo, en Filipinas. Y probablemente, lo doloroso de aquellos acontecimientos -doloroso para todos- introdujese
en la vía de la reflexión a las autoridades
Glosas al P. Iraburu
romanas, como podemos vislumbrar en el
Informe sobre la fe, que el Cardenal Ratzinger reportaba a Vittorio Messori, reflexionando precisamente sobre las causas que,
pudiéndose haber evitado, desembocaron
en los acontecimientos de 1988.
Objeción: 2. La decisión de Juan Pablo II de excomulgar a los Obispos lefebvrianos fue una opción pastoral, y por
tanto no infalible. Se produjo partiendo
de un discernimiento pastoral erróneo.
Respuesta del P. Iraburu: La obediencia al Papa no se fundamenta en el convencimiento de que sus mandatos prudenciales
son infalibles, sino en la fe de que por elección
de Dios es Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro, Pastor universal de la Iglesia. Es obvio,
por ejemplo, que un sacerdote debe obediencia
a su Obispo no porque crea que sus mandatos
pastorales son de infalible prudencia pastoral,
sino porque reconoce en el Obispo al Sucesor
local de los Apóstoles, al portador de la Autoridad apostólica. A fortiori ocurre en la obediencia muy especialmente debida al Papa.
Refutación: Le responde el cardenal Charles Journet, un filo-lefebvriano
de tomo y lomo: «El poder canónico puede
cometer errores por falsos testigos, por ignorancia o por la pasión de quienes lo detentan,
cuando confiere un oficio a un sujeto considerado digno, cuando se pronuncia sobre la
validez de un matrimonio, o cuando emite una
sentencia de excomunión. Uno puede imaginar la realización de un acto canónico, con
toda buena fe, que en realidad sea contrario a
la ley natural o evangélica. En tal caso, la obediencia será imposible, y será mejor aceptar la
excomunión con fe y humildad».]
Objeción: 3. La excomunión de los
Obispos lefebvrianos fue injusta, y por
tanto inválida. Y fue revocable, como se
19
ha podido comprobar recientemente, al
levantarla Benedicto XVI.
Respuesta del P. Iraburu: La excomunión intimada por el Card. Gantin, prefecto de la Congregación de los Obispos (17VI-1988), el día anterior a las ordenaciones, y
declarada por la Congregación después de su
realización (1-V1I-1988) y por el Papa Juan
Pablo II en su carta apostólica Ecclesia Dei
(2-VII-1988), no fue injusta y no procedió de
un discernimiento equivocado, ya que fue automática, latae sententiae.
Refutación: Menuda confusión entre el delito y la pena nos trae Don Iraburu. Ontológicamente, el delito es anterior a la pena, por más que la sanción sea
automática. Por el modo en que se aplican, las penas pueden clasificarse en ferendae sententiae y latae sententiae (c. 1314). En
ambos casos, se supone el delito, con su
elemento subjetivo, que es la imputabilidad, como condición esencial para que se
pueda hablar de delito canónico en sentido propio. La imputabilidad ha de ser
simultáneamente moral y penal, pues en
ausencia de la primera no existe la segunda. En el caso de la ordenación episcopal
sin mandato, para que exista delito deben
darse dos condiciones: primera, la conducta ha de ser dolosa (c. 1318), no siendo suficiente la imputabilidad culposa (c.
1321, 2). Segunda, es necesaria la plena
imputabilidad del culpable. En la apreciación del elemento subjetivo, hay que tener
en cuenta no sólo el hecho externo, ni la
automaticidad de la sanción, sino todos
los factores que alteran la imputabilidad.
Cualquier circunstancia que influya en el
dolo, excluyéndolo, destruye la imputabilidad penal típica.
A través de la confusión entre el delito y la pena, Don Iraburu tira una falacia
ad consequentiam. Se declaró una pena,
20
Glosas al P. Iraburu
luego existió delito canónico, y la sanción
fue justa. Si Sócrates fue condenado, ya
sabemos que existió el delito y la pena fue
justa... Una lógica abrumadora.
¿Pero es que no ve este buen cura de
que lo controvertido es si la conducta
na abstracta, pues opera la prescripción,
por lo que el punto quedará seguramente
para el juicio más ponderado de los historiadores.
Objeción: 4. Lefebvre reconocía el
Primado romano, y justamente
por eso no dio misión canónica
alguna a sus obispos auxiliares.
«Serían mis auxiliares, sin ninguna jurisdicción, pudiendo tener
una función en la Hermandad».
Esta actitud le eximía, pues, de la
desobediencia. Lo que él pretendía
era solamente asegurar la existencia de la HSSPX, necesaria «para
la continuidad de la Iglesia» en la
ortodoxia doctrinal y en la liturgia verdadera.
Respuesta del P. Iraburu:
Nadie puede dar lo que no tiene. Mons.
Lefebvre no podía conferir misión canónica dentro de la Iglesia a sus Obispos, adjudicándoles, por ejemplo, una
diócesis católica, como es obvio. La
ley de la Iglesia ordena, bajo pena de
excomunión, no ordenar Obispos sin
autorización de la Santa Sede. Nada
dice de la missio que normalmente va
adjunta a la ordenación.
Refutación: ¡Es cosa archisabida que Lefebvre no tenía posibilidad, de derecho, de dar misión
canónica! Pero lo que sí podía hacer, de hecho, era dar una misión ilegítima, consumando de esa manera un cisma
y separándose de la iglesia, cosa que jamás intentó hacer. ¿Acaso los veterocatólicos se abstienen de dar misión canónica a sus obispos para no consumar un
cisma? Para la próxima consagración los
utraquistas le pedirán permiso a... Infocatolica... sí, sí, sí....
«������������������������������������������������������
Lo que él pretendía era solamente asegurar la existen�
cia de la HSSPX, necesaria «para la continuidad de la Iglesia» en la ortodoxia doctrinal y en la liturgia verdadera».
reunió todas las condiciones necesarias
para la existencia del delito?
En el caso de marras, Don Iraburu da
por probado lo que sólo puede presumirse: la validez y la justicia de la sanción.
Es una presunción que admite prueba
en contrario, sujeta a revisión por parte
de la autoridad. Con el paso del tiempo,
la cuestión canónica de la validez se tor-
Glosas al P. Iraburu
Again, father Iraburu, que nadie sostiene que el elemento objetivo del delito
exija que se otorgue misión canónica. La
conducta típica es conferir la consagración episcopal sin mandato. Pero la causal
de justificación que invoca la Hermandad
de San Pío X es el estado de necesidad, no
«No es en absoluto con un espíritu de ruptura
y de cisma que llevamos a cabo estas consagra�
ciones. Afirmamos nuestra unión y sumisión a
la Santa Sede y al Papa» (Declaración de Mons.
Lefebvre, 30 de junio de 1988).
la omisión de dar misión canónica.
Objeción: 5. La obediencia ciega
puede ser moralmente mala en ciertas
circunstancias extremas. En el caso de
Mons. Lefebvre, enfrentado a una situación de degradación doctrinal, disciplinar y litúrgica de la Iglesia nunca antes
conocida, había una obligación moral de
conciencia de hacer prevalecer sobre toda
Ley eclesiástica y sobre todo mandato
personal del Papa la «lex suprema: salus
populi». Como él decía: «Estamos en un
tiempo en el que el derecho divino natural
y sobrenatural pasa por encima del derecho positivo eclesiástico cuando éste se le
21
opone en lugar de ser el canal». Hay una
Roma eterna y una Roma temporal, y «es
la Roma eterna la que condena a la Roma
temporal. Preferimos escoger la eterna».
«El golpe maestro de Satanás ha sido el
de lanzar a toda la Iglesia, por obediencia, a desobedecer a la Tradición».
Respuesta del
P. Iraburu: Todos
los herejes y cismáticos
siguieron y siguen con
absoluta convicción ese
mismo principio. Pero
nosotros lo rechazamos
también con firmeza
absoluta: es inconciliable con la doctrina da
la Iglesia sobre la autoridad apostólica y la
obediencia eclesial.
El mejor modo de
servir al bien común
del pueblo de Dios, lex
suprema, salus populi, es orar y trabajar en perfecta fidelidad a
la ley eclesial y a los mandatos del Papa. La
desobediencia eclesial nunca viene del Espíritu Santo. Y siendo el Señor el único Salvador
de la Iglesia y del mundo, no dispone jamás la
colaboración positiva de quienes resisten a la
Iglesia y al Papa.
Refutación: ¡Ay, Señor! ¿Qué hacer
con este mélange explosif? ¡Señores, hay
que definirse: o hacemos Teología o escribimos noveletas de Corín Tellado!
Apoyados en la Sagrada Escritura
(Hechos 5, 29), en la Tradición, en la doctrina perenne de la Iglesia y en el santo
doctor Tomás de Aquino, afirmamos que:
la ley injusta no obliga en conciencia y
puede ser obligatorio resistirla abiertamente (S. Th., I-II, 96, 4). La obediencia no
es virtud teologal, admite vicio por exceso
22
Glosas al P. Iraburu
que es la obediencia servil (S. Th., II, 104, otros con perjuicio del bien espiritual propio.
2), que nunca viene del Espíritu Santo. Si Recordemos la doctrina de Santo Tomás sobre
hubiera un peligro para la fe, los prelados el orden de la caridad. La caridad es universal,
deberían ser reprendidos incluso pública- se dirige a todos los seres, pero dada la limitamente por sus súbditos (S. Th. II-II, 33, 4). ción del hombre, en el ejercicio concreto de la
Y con el santo doctor, Roberto Belarmino: caridad hay un orden objetivo de prioridades,
«Así como es lícito resistir al Pontífice que que debe ser respetado (S Th II-II, 26, l). Entre
agrede el cuerpo, así también es lícito resis- Dios y nosotros, es claro que debemos amar a
tir al que agrede las almas, o que perturba el Dios más que a nuestra propia vida, nuestros
orden civil, o sobre todo, a aquel que tratase familiares, amigos o bienes propios (Lc 14, 26.
de destruir a la Iglesia. Es lícito resistirle no 33). Entre nosotros y el prójimo, es indudable
haciendo lo que manda e impidiendo la ejecu- que debemos amarnos más a nosotros mismos,
ción de su voluntad» (De
pues es Dios quien propone
San Roberto Belarmino
Romano Pontífice, libro
al hombre el amor a sí misII, cap. 29).
mo como modelo del amor
Padre Iraburu: le
al prójimo; y el ejemplo es
deseo de corazón que
mayor que su imitación
nunca le manden besar
(II-II, 26, 4 sed contra).
el Corán bajo santa obeY aunque en ocasiones el
diencia y pena de excobien material del prójimo
munión mayor, como se
puede ser preferido al prodecía en otros tiempos...
pio, por el contrario, el bien
sobrenatural propio debe
Objeción: 6. Mons.
preferirse siempre al bien
Lefebvre se equivocó
sobrenatural del prójimo.
en la ordenación de los
No es pues lícito cometer
obispos, pero lo hizo por
el más leve pecado, aunque
amor a la Iglesia. Su inello, presuntamente, tratención era buena, y su
jera consigo un gran bien
conciencia buena y recespiritual para nuestro
ta. Así argumentan los filo-lefebvrianos hermano (26, 4). Así han obrado y obran siemmás abiertos, aquellos que llegan a reco- pre los santos.
nocer la equivocación de Mons. Lefebvre.
En un acto de suprema magnanimidad, él
Refutación: En primer lugar, se
vino a hacer suya la actitud de San Pa- parte del supuesto (no demostrado preblo: «Siento una gran tristeza y un dolor viamente) de que lo que hizo Monseñor
continuo en mi corazón, porque desearía Lefebvre, en ese tiempo y lugar concreto
ser yo mismo maldito (anatema), separa- el 30 de junio de 1988, fue un pecado. Es dedo de Cristo, en favor de mis hermanos», cir, que, gratuitamente, hemos pasado del
los judíos (Rom 9,1-5). «Conviene que un ámbito de la moral al de la casuística de
hombre muera por todo el pueblo, y no confesionario. No es éste sino otro más de
que muera todo el pueblo» (Jn 11,50).
los pases mágicos a que nos tiene acostumRespuesta del P. Iraburu: Nun- brado junto a sus corifeos infocatólicos:
ca es lícito procurar el bien espiritual de los de la ética general al derecho canónico, de
Glosas al P. Iraburu
éste a la teología sacramental, de allí a la
casuística para confesores, y de vuelta a la
ética, sin atender a los diferentes métodos
que cada uno de estos saberes tiene. Pero
no sólo eso, el Padre nos regala un juicio
temerario.
Don Iraburu, que se dice tomista, debe
conocer el caso de la II-II, q.66, a. 7 de la
Suma, «¿Es lícito al hombre robar en estado
de necesidad?», donde el Aquinate concluye que «esto no tiene propiamente razón de
hurto ni de rapiña». O el caso de I-II, q. 96,
a. 6, donde dice: «la necesidad misma lleva
aneja la dispensa, pues la necesidad no se sujeta a la ley». A diferencia de la ética kantiana, la católica no se maneja entre absolutos abstractos como pretenden algunos
comentadores InfoCatólicos, suponemos
que con la aprobación de su Capellán mayor puesto que no los corrige. Del mismo
modo que la ley injusta no es ley, del mismo modo que el robo en caso de necesidad no es robo, uno no está obligado a
obedecer una orden injusta o de cumplimiento imposible. Y esa desobediencia no
es propiamente desobediencia.
Repetirá tal vez don Iraburu, en un
nuevo acto de temeridad, que del mismo
modo piensan los luteranos. Otro dirá ingenuamente, ¿y quién decide qué orden
es justa o injusta? Y, los infocatólicos, repetirán al unísono: el Papa. ¿Y, preguntamos, si el que da la orden injusta es el
Papa? ¿No existen acaso referencias para
determinar la justicia o injusticia de un
mandato papal, dado que los Papas no están exentos de equivocación en materias
que no son de Fe, como puede ser la fecha
de una consagración episcopal (siendo
que la misma ya estaba permitida por el
Papa pero el 15 de agosto en vez del 30
de junio)?
«El Papa no es el mandatario supremo
-desde Gregorio Magno se llama el «siervo
23
de los siervos de Dios»-, sino que debería, yo
suelo expresarlo así, ser el garante de la obediencia, de que la Iglesia no haga lo que quiera. Ni siquiera el propio Pontífice puede decir:
«La Iglesia soy yo», o «La tradición soy yo»,
sino al contrario: él está obligado a obedecer,
encarna ese compromiso de la Iglesia. Si en
la Iglesia surgen las tentaciones de hacer las
cosas de una manera diferente, más cómoda,
él tiene que preguntar: «¿Podemos hacerlo?».
Así pues, el Papa no es el órgano capaz de proclamar una iglesia diferente, sino el dique de
contención frente a la arbitrariedad. Mencionaré un ejemplo: desde el Nuevo Testamento
sabemos que el sacramento del Matrimonio,
una vez consumado, es perpetuo, indisoluble.
Ahora hay corrientes que afirman que el Papa
podría cambiarlo. Y en enero de 2000, él, en
un gran discurso a los jueces romanos, explicó que, frente a esa tendencia de modificar la
indisolubilidad del matrimonio, sólo podía decir que el Pontífice no puede hacer todo lo que
quiere, sino que, por el contrario, debe inculcarnos siempre la obediencia [a la Tradición],
que en ese sentido tiene que continuar al gesto
del lavatorio de pies, si se me permite la expresión» (Joseph Card. Ratzinger).
Queda claro que el «dique de contención
frente a la arbitrariedad» es la tradición de
la Iglesia. ¿Será que el entonces Cardenal
Ratzinger, hoy Benedicto XVI, era un cripto-luterano? ¿O, peor, un filo-lefebvrista?
Por el contrario, las excomuniones que
siguieron a las consagraciones episcopales fueron latae sententiae, automáticas por
encuadrarse en una conducta tipificada
en el Código de Derecho Canónico. No se
penó una desobediencia a una orden directa
del Papa como dicen los infocatólicos, sino
una conducta tipificada (can. 1382). Pena
que Lefebvre conocía y aceptaba como
consecuencia obvia de su acto. Para ello
no hay más que leer la homilía que pronunció con ocasión de las ordenaciones.
24
Glosas al P. Iraburu
Y, justamente, se refugia en el estado
de necesidad (can. 1323, 4), manifestando de esa forma la falta de intención
cismática, y dejando abierta la puerta
para un recurso ante la Sede Apostólica. El caso es que el proceso no estaba
aún terminado para cuando se levantaron las excomuniones y por aplicación del principio de ley posterior
más benévola, se lo dio por terminado sin resolverse.
Pero no fueron pocos los estudios
monográficos sobre el affaire Lefebvre
a cargo de respetables canonistas y,
en general, fueron favorables al reo,
aun no siendo lefebvristas. Como, por
ejemplo, el sacerdote estadounidense
Gerald Murray (actualmente párroco
en Manhattan), que en la Gregoriana
sostuvo en su tesis (aprobada con la
máxima calificación) que la excomunión «desde el estricto punto de vista canónico no es válida, al igual que la acusación conexa de cisma en sentido formal».
Objeción: 7. San Atanasio, por
defender la fe católica en tiempos de
enorme difusión del arrianismo en la
Iglesia, fue excomulgado por el Papa.
Y la pena de excomunión sufrida por
Mons. Lefebvre y sus Obispos hay
que entenderla en circunstancias e intenciones análogas.
Respuesta del P. Iraburu: El
caso histórico aludido no sirve como argumento. En primer lugar, porque Mons.
Lefebvre no fue excomulgado por mantener doctrinas falsas, sino por realizar una
celebración episcopal gravemente prohibida por la Ley y por el Papa. Y en segundo
lugar, porque la excomunión de San Atanasio fue claramente inválida, al no ser
firmada por el Papa libremente. Según el
testimonio del propio San Atanasio, «Li-
San Atanasio (293?-373), obispo y doctor de la Iglesia,
defendió la causa de la ortodoxia en el siglo IV enfren�
tándose al arrianismo. Nacido en Alejandría, recibió
una educación clásica antes de entrar en la famosa
escuela teológica de su ciudad natal. Fue ordenado
diácono siendo todavía muy joven y nombrado secre�
tario del obispo de Alejandría. Es entonces cuando
comienza a ocupar una posición relevante en la gran
batalla teológica que culminó en el Concilio de Nicea
en el año 325. En Nicea, Atanasio opuso una férrea
oposición contra Arrio, el sacerdote de Alejandría
que formuló la doctrina conocida como arrianismo;
hasta tal punto que su vida está vinculada al desarro�
llo de la controversia con Arrio, y sin duda fue el más
importante antagonista que tuvo esta herejía. Ata�
nasio formuló una doctrina según la cual el Hijo de
Dios es de la misma esencia, o sustancia, que el Padre;
Arrio, defendía una teoría que mantenía que el Hijo
era de una sustancia diferente a la del Padre, siendo
una criatura mucho más perfecta que cualquier otra,
utilizada por Dios para los trabajos posteriores a la
creación. Atanasio fue nombrado obispo de Alejan�
dría hacia el año 328. El movimiento arriano estaba
influido por la corte imperial, además de participar
de forma muy activa en ella. Atanasio fue condenado
al exilio en cinco ocasiones; pasó más de una tercera
parte de su episcopado fuera de su sede. Su quinto
y último exilio duró cuatro meses y concluyó en el
año 364, dedicando el resto de su vida a un trabajo
tranquilo en su cargo de Alejandría.
Glosas al P. Iraburu
berio, habiendo sido desterrado, cedió al cabo
de dos años y, temiendo la muerte con la que le
amenazaban, firmó» (Historia Arrianorum ad
Monachos 4). El Papa Liberio, antes y después
de esa excomunión, siempre apoyó a San Atanasio, superando terribles presiones y hasta
intentos de soborno por parte del Emperador
arriano.
Refutación: ¿Y esto? El caso es que
San Atanasio desobedeció una orden injusta proveniente del Papa, más allá de las circunstancias. Y, en el momento en que desobedeció, San Atanasio no sabía que el Papa
había sido presionado por el Emperador.
Todos los santos que han buscado la
reforma de la Iglesia la han procurado
siempre por el camino de la obediencia.
Y es preciso señalar que no pocos de
ellos hubieron de vivir circunstancias de
Iglesia tan espantosas -aunque quizá no
tanto- como las que hubieron de vivir en
el postconcilio muchos católicos del Occidente descristianizado, cuando en no
pocas Iglesias locales había Obispos, sacerdotes y teólogos empeñados al parecer
en destruirles la fe y en separarles por
completo de las tradiciones doctrinales y
espirituales de la Iglesia católica.
De vuelta, maliciosamente se da a entender que lo hecho por el arzobispo Lefebvre fue una falta contra la obediencia
justa, que es justamente lo que se disputa.
San Francisco de Asís prohibía a sus
frailes predicar el Evangelio sin el permiso del Obispo o del párroco, y prestaba
obediencia absoluta al Papa: «puesto de
rodillas, prometió humilde y devotamente al
Señor Papa obediencia y reverencia» (Leyenda
tres compañeros 52). San Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús se afirmaban
siempre en sus 18 Reglas para sentir con
la Iglesia (Ejercicios 352-370). Santa Teresa de Jesús declaraba: «Tengo por muy cier-
25
to que el demonio no engañará, ni lo permitirá
Dios, a alma que de ninguna cosa se fía de sí y
está fortalecida en la fe [...] y que siempre procura ir conforme a lo que tiene (mantiene) la
Iglesia» (Vida 25,12). «En cosa de la fe contra
la menor ceremonia de la Iglesia que alguien
viese yo iba […] me pondría yo a morir mil
muertes, antes que desobedecer» (33,5). Los
santos jamás concibieron siquiera la posibilidad de que una desobediencia grande
o pequeña a la Ley eclesial y a los mandatos del Papa pudiera causar algún bien
para la reforma de la Iglesia.
Sí y no. Ya otros han dado el ejemplo del
beato Juan Enrique Newman. A Newman
(que el director de InfoCatólica dice admirar) se le requirió bajo pena de excomunión
que se presentase en Roma ante Propaganda
Fidei. Orden que este neo-beato incumplió.
Si no se llegó a excomulgarlo fue para evitar el escándalo de echar fuera de la Iglesia
al converso más famoso de Inglaterra.
Pero, nos preguntamos legítimamente, ¿y si se lo excomulgaba? Puesto que la
desobediencia sigue siendo la misma, me
gustaría saber qué actitud tendrían Iraburu y sus corifeos. Parece, además, que
según Iraburu -según vimos más arriba-,
al desobedecer, Newman puso en peligro
su alma, aunque su causa era buena.
Pues ahora la Iglesia lo beatifica y, con
toda seguridad, próximamente lo canonizará. Y si para InfoCatólica las canonizaciones son materia de Fe, entonces parecería que la Iglesia no aprueba la doctrina
de Iraburu sobre la obediencia.
Obvio es decir que no es el único caso
de santo desobediente. Preguntemos sino a
San Juan de la Cruz, para quedarnos en el
ámbito hispánico.
Respuesta del P. Iraburu: Son
muchas las comunidades católicas tradicionales, que en perfecta comunión con el Papa
26
Glosas al P. Iraburu
y la Iglesia, aceptan sin reservas el sagrado
Concilio Vaticano II, profesan la doctrina tradicional y, con las debidas licencias, celebran
normalmente la Liturgia antigua, respetando
al mismo tiempo la Liturgia postconciliar. En
este sentido, puede decirse que la Hermandad
Sacerdotal de San Pío X, en el momento presente, se ha quedado prácticamente sola en su deficiente comunión con la Iglesia
católica.
Vaticano II. Por ahora obviamos analizar
las comunidades que describe someramente a continuación el sacerdote navarro.
Aunque, Dios mediante, nos detendremos
en sus historias sea cosa que no siempre
hayan sido tan obedientes, no sea cosa que
la Sede Apostólica nunca les haya exigido
ningún tipo de retractación sobre expresiones
como Roma modernista,
Iglesia conciliar o Misa
bastarda...
Refutación: Efectivamente existen estas
Respuesta del P.
comunidades católicas traIraburu: Pidamos al Sedicionales, pero el hecho
ñor la reintegración de la
es que todas ellas (con
HSSPX a la unidad de la
la excepción de alguna
Iglesia. Éste ha sido el fin
comunidad que durante
principal pretendido por
un tiempo fue bi-ritualisBenedicto XVI al levantar
ta como los benedictinos
la excomunión que pesaba
de Fontgombault o los
sobre los Obispos lefebvriafundadores del Instituto
nos. Así lo explicaba él misde Cristo Rey), nacieron
mo; «la remisión de la exJuan XXIII quiso que el Concilio
gracias a la desobediencia
comunión tiende al mismo
Vaticano II fuese pastoral.
de Lefebvre. Y, aunque
fin al que sirve la sanción:
al Padre Iraburu se le dificulte compren- invitar una vez más a los cuatro Obispos al
der el principio de causalidad, sin Lefeb- retorno» (10-III-2009).
vre y su desobediencia no existirían. Como
tampoco existiría Summorum Pontificum,
Refutación: ¿Había necesidad de
motu proprio del Santo Padre que, para- mayor hipocresía? Son artículos como el
dójicamente, la mayoría de los obispos de suyo y comentarios como los suyos y de
todo el mundo desobedecen. Algo más. sus aduladores los que no ayudan a una
Dice don Iraburu, «aceptan sin reservas el reintegración. Aunque el título exacto seria
sagrado Concilio Vaticano II». Más allá del regularización, puesto que según dichos de
estilo barroco del Padre en la elección de la propia Santa Sede, a través de sus dladjetivos para un concilio «que quiso de- casterios encargados de las negociaciones
clararse mero concilio pastoral» (Juan XXIII, y del «mundo tradicionalista», «no estamos
Discurso Inaugural), no es del todo exacto ante una herejía», «no se puede decir en térmilo que se afirma, cuando al Instituto del nos correctos, exactos, precisos, que se dé un
Buen Pastor, los Franciscanos de la Inma- cisma» (Cardenal Castrillón). ¿Y si no es
culada y otros de las comunidades más un cisma, ni una herejía, ni—obviamenrecientemente regularizadas, se les ha en- te— apostasía, de qué reintegración estacargado una crítica seria y constructiva del mos hablando? m
27
Peregrinación a Tierra Santa
Memoria de la organizada por la Hermandad de San Pío X,
del 15 al 25 de marzo de 2011
Pedro Rizo
V
uelvo herido para siempre de mi
primera visita a los Santos Lugares, y digo primera porque si Dios
me da su permiso pienso repetir el viaje. Aquel pequeño trozo del planeta deja
huella en el alma y en el cuerpo por las
agujetas de tantas bajadas y subidas, las
caminatas por el desierto, o el Vía Crucis
en la vieja Jerusalén.
Considero este peregrinaje una ilustraExterior de la Basílica
de Nazaret
ción que enriquecerá mis lecturas del año
litúrgico y de todo el Nuevo Testamento. La
Iglesia tendría que subvencionar a sus hijos
un viaje a Jerusalén para saber que Belén
está a sólo 8 km.; que a Jericó se llega en pocas horas de buen paso; que Santa Isabel no
fue la menesterosa prima de la Virgen María
que nos pintan los exegetas del pobrismo…
Para entender el portento de la resurrección de Lázaro, que de lo profundo
de aquella cueva hasta la puerta en que le
esperaba Jesús sólo pudo salir levitando.
Cueva en la que todos los peregrinos quieren entrar hasta su hondo. Quizás más por
subconsciente simbolismo de resurgir de
Interior de la
Basílica de Nazaret
nuestras cenizas que por simple curioseo
de turistas.
O imaginar la grandiosidad de la sinagoga de Cafarnaún, la ciudad que recibió
incontables pruebas de la divinidad de
Jesús. Y la casa de San Pedro, y el camino donde le cantó el gallo, y la piedra al
borde del mar – ahora a 50 metros de la
orilla – donde Jesús le cambió el nombre y
En el altar está escrito: Verbum caro hic factum est,
“El Verbo de Dios aquí se hizo carne”
la profesión. Estuvimos también en Getsemaní donde entre aquellos olivos, algunos
hoy aún vivos, el Pescador blandiendo espada cortó la oreja de un agente del Sanedrín, el afortunado Malco…
28
Peregrinación a Tierra Santa
Para entrar en la Basílica de la Natividad (Belén) hay
que “humillarse” agachando la cabeza, en recuerdo de
la gran humillación del Hijo de Dios
Interior de la Basílica de la Natividad: la estrella debajo
del altar señala el lugar donde nació Nuestro Señor
Oír, ver y tocar
Creo que lo mejor del programa fue,
además del precio -escandalosa oferta para
diez días de servicios completos, seguridad
y confort-, el acierto de hacerlo dirigidos
por un Padre de la Hermandad Sacerdotal
de San Pío X que para cada ocasión buscaba el panorama o el rincón ideal donde oír
el pasaje del Evangelio que correspondiera.
Pudimos contemplar las aguas del pequeño Mar de Galilea, o de Tiberíades, o
lago de Genesaret, que esos tres nombres
tiene, desde las mismas praderas hoy irreconocibles donde se multiplicaron cinco
panes y dos peces. Allí comimos el pan de
los ángeles; y un día más tarde en otra de
sus orillas el pez de San Pedro, el de la moneda (Mt 17, 27). Hoy, este pez que pagó
el impuesto del César, se multiplica por
miles de miles en la granja de un enorme
kibutz. Como ustedes saben, los kibutz son
esa fórmula social mezcla de filosofía hippy, marxismo y comuna autogestionaria.
Por cierto, cuántas concordancias entre lo
que hemos sabido del experimento kibutz
y las propuestas estatalistas totalitarias de
los últimos doscientos años: “No al Derecho
de Propiedad”, “Los hijos entregados al Estado”, “El trabajo no remunerado”, “La vivienda
colectiva”.
El Mar de Galilea y sus orillas lo prefería Jesús para predicar. A veces se subía a
una barca y desde ella enseñaba en parábolas, quizás a tiro de piedra del Monte
de las Bienaventuranzas. Sobre sus dulces aguas disfrutamos de una tranquila
excursión en barco. Me imaginé aquella
pesca abundante por obedecer a Jesús
y echar las redes a la derecha; vi a San
Pedro andar sobre las aguas y hundiéndose en ellas por su debilitada fe. Allí y
así, por debilidad de la fe, empezó una
inacabable lista de zozobras sobre las
turbulentas aguas de lo inmanente...
Peregrinación a Tierra Santa
El desierto de Judea
El desierto es una llamada espiritual
a la que pocos humanos podemos responder. Desde que Moisés y Elías convivieron con Dios en este mismo de Judea,
muchas personas buscaron la catarsis de
su retiro. Hasta allí llegó nuestro grupo
que después del baño en el Mar Muerto
(al que yo renuncié) parecía salmueras en
movimiento. En las cuevas esenias vimos
un video-reportaje sobre la vida de la secta, francamente bastante pobre.
Desde sus naturales miradores, el desierto de Judea te deja absorto delante de
sus cerros, yermos, agrestes, de arcilla
seca y pelada. Pronto, camuflado por el
color del adobe se descubre, allá enfrente, el monasterio ortodoxo de San Jorge
sobresalido y pasmosamente sostenido
en una de sus laderas, alucinante pared
vertical. Particular monasterio en el que
unos monjes, en el siglo IV, se asentaron cercanos a una cueva que suponían
ser, y probablemente sea, la misma en
que los cuervos alimentaron a Elías (I
Reyes, 17:5-6). Por más que miré no fui
capaz de imaginar cómo se accedería a
tan asombroso lugar... Tendré que ir de
nuevo, aunque sea para pasar la noche
colgado como un murciélago. Increíbles
monjes. Tanto como los raros lugares en
que aún hoy anidan su soledad.
Fue en este camino antiguo de Jerusalén a Jericó, y que andarlo lleva toda una
tarde – otro dato para ilustrar lecturas –,
donde llegando la noche al lado de una
hoguera unos beduinos nos ofrecían rosarios y a los hombres los tocados típicos
para la cabeza.
¡El Santo Sepulcro!
Vueltos a Jerusalén emociones hasta entonces inéditas nos esperaban en el
Santo Sepulcro. Así se llama al templo que
29
Desierto de Judea: se aprecia el camino de Jericó
que conduce a Jerusalén, donde el Señor recreó la
parábola del buen samaritano
Monasterio ortodoxo de San Jorge de Coziba
en el desierto de Judea
Monte de las Tentaciones, cerca de Jericó: en el
círculo se distingue el monasterio sobre el lugar
donde el Señor se retiró durante 40 días
guarda ofertas de enorme importancia
para el peregrino creyente.
Llegamos puntuales a la procesión
de los franciscanos para unirnos a ellos
en el rezo de las antífonas y los padrenuestros. Grandioso momento que repetimos tres días más tarde. El canto
era un gregoriano simplificado, expresamente compuesto para estas procesiones por orden del Papa Pablo VI. Su
cadencia guiaba nuestras voces que al
30
Peregrinación a Tierra Santa
poco se iban mezclando con las de otras
procesiones. Tal vez las de los ortodoxos
griegos, o las de los armenios… estos últimos los más atronadores.
Así, rezando en latín – todo era en latín – bajábamos y subíamos las estaciones;
más emotivas las nuevas que las que dejábamos… Vimos altares de otros cultos,
naves ortodoxas de bellísima iconografía
bizantina, los restos del templo de Santa
Elena en lo que quedaba de sus ciclópeas
columnas. ¡Cómo sería el templo si esas
eran sus ruinas! Terminando el recorrido
se unió a nuestras voces el gran órgano
con su batería de tubos a todo viento, seguidos por las campanadas de la Basílica.
Inesperado Grande Finale digno de una
ópera wagneriana formaban nuestras
gargantas, las campanadas, el órgano y la
gratuita coreografía de los asombrados espectadores de nuestra llegada.
Aquí debo confesar mi torpeza en el
juego de manos para sostener la vela encendida, no perder la lectura de las oraciones, pasar las hojas del manual sin mancharlo de cera y conseguir no quemarme
las cejas. Cuando lo conseguí la procesión
ya se había acabado…
En el Gólgota, a pesar de la mucha
gente que espera turno hay un sagrado
y espontáneo silencio de los que esperan
para tocar la piedra que soportó la cruz;
la piedra que se partió en dos y por cuya
hendidura pasó la sangre del Redentor,
su gracia y sacramento, hasta la tumba de
Adán. Eso dicen. ¿Y por qué no? Sabemos
que la Biblia refiere una suma de periodos
aproximada a seis mil años. [Hay restos
arqueológicos que se remontan a más de
diez mil.]
Iglesia de la transfiguración,
en el Monte Tabor
Foto en el Monte del Precipicio, en Nazaret, desde donde intentaron tirar al Señor.
Detrás se aprecia la Llanura de Esdrelón
Peregrinación a Tierra Santa
Exterior de la Basílica del Santo Sepulcro
Clausura de la puerta de la Basílica del Santo Sepulcro
El Monte Calvario. Debajo del altar hay un agujero
donde se toca el lugar en que estuvo clavada la
Cruz. Se aprecia la roca al lado del altar.
31
Ritos católicos olvidados
Yo creo que están allí casi todas las comunidades cristianas y sus confesiones.
Con ellas seis iglesias católicas con sus
fieles y ritos particulares. Por cierto, no todos más antiguos –tal vez ninguno- que la
Misa de Trento desaparecida tras el último
Concilio. La nunca prohibida, desde luego,
pero sí proscrita en desprecio al derecho
de los fieles y perseguida con la misma
violencia de las hordas anticristianas. Con
el agravante de que, en este caso, aquellos
desalmados fueron relevados por gentes
de Iglesia que habían jurado defenderla.
Uno comprende que los jóvenes no lo sepan y que les extrañe esta queja, mas, para
nuestro dolor, quienes lo vimos hemos de
decir la verdad y ser sus molestos testigos.
Por cierto, no será ocioso conocer algo
de esos ritos particulares, católicos, que se
conservan por derecho de tradición; y del
número de sus fieles.
Rito de la Iglesia Armenia Católica de Cilicia. [Sede en la Vía Dolorosa.] Solamente
50 familias.
Rito de la Iglesia Caldea Católica de Babilonia. Con un total de 25 fieles.
Rito de la Iglesia Griega-Melquita Católica
de Antioquía. 50.000 fieles en Israel.
Rito de la Iglesia Maronita de Antioquía.
Más de 6.000 fieles principalmente en Galilea.
El Santo Sepulcro
32
Peregrinación a Tierra Santa
Rito de la Iglesia Siria Católica de Antioquía. Un total de 300 fieles.
Rito de la Iglesia Copta Católica de Alejandría. Desaparecida. Un pequeño resto de
sus fieles son atendidos por los franciscanos.
No hay discusión. La del Santo Sepulcro es la visita principal. Si se tiene sólo
una tarde para estar en Jerusalén, esta sería la visita imperdible.
A la entrada, casi en el umbral, se encuentra una reproducción de la piedra en
que Santa María, su madre, y las piadosas
mujeres limpiaron y ungieron el cuerpo
de Nuestro Señor. Aun sabiendo que esa
losa no es la original, todos nos arrodillamos para besarla. Porque en estos lugares
mueve más el amor al Jesús doliente que
la certificación de sus huellas.
De frente, a la izquierda, está la iglesia ortodoxa que específicamente custodia
el Santo Sepulcro. Su acceso es guardado
por un fuerte y grande pope que aparenta
muy malas pulgas… con lo que impone
orden y rapidez a los visitantes. Después
de la Exposición del Santísimo –indefinible sensación adorar allí y en su regalo
eucarístico, al Cristo resucitado – fuimos a
ese pequeño santuario y besamos la lápida
de la tumba... En Tierra Santa se besan con
los labios o con el corazón muchos recuerdos petrificados.
Jerusalén
Tierra Santa es un portento y Jerusalén
un gran crisol de la historia. He dejado
para el final hablarles de esta verdadera
‘ciudad de los prodigios’ que por todos
lados ofrece al cristiano algo que guardar
para el alma.
Para empezar, por los incontables pueblos que han enriquecido de arqueología
sus estratos y más estratos excavados. Subrayemos que sólo se cuentan los descu-
Iglesia del Primado, junto al lago
de Genesaret, donde el Señor
confirmó a San Pedro como cabeza de la Iglesia tras su triple
negación
Interior de la Iglesia del Primado:
en la roca, Mensa Christi, el Señor
preparó la comida a los discípulos.
Monte de las
Bienaventuranzas
Iglesia de la dormición de la Virgen
Peregrinación a Tierra Santa
Palacio de Caifás, y prisión de Jesús
Iglesia de Caná, donde
los tres matrimonios
del grupo “renovaron”
su compromiso.
El P. Carlos Mestre, capellán del grupo,
conduciendo un camello...
Santa Misa en la Sede del
Patriarcado greco-católico.
33
biertos o deducidos. En Jerusalén se registra el asentamiento de 21 civilizaciones,
culturas o pueblos, y sus murallas han sufrido ya 16 destrucciones, reconstrucciones y ampliaciones
«¡Jerusalén, Jerusalén! La que apedrea a
los profetas que le son enviados.» (Mt 23, 17;
Lc 13, 34) Lumbre del alma y constante
idea de Cristo que hace implícita la oración. Volcán incontenible de gratitud hacia quien «mil gracias derramando pasó por
estos sotos con presura; / y, yéndolos mirando,
/ con sola su figura / vestidos los dejó de su
hermosura»… (San Juan de la Cruz)
Jerusalén - 880 metros sobre el nivel
del mar - fue fundada en el mismo lugar
en que el Patriarca de Ur, Abrahán, se dispuso a sacrificar para Dios a su primogénito Isaac. Prueba de entrega y fidelidad
que “consolaba” a Dios de su fiasco con
Adán. Como si fuera un proyecto de la
crucifixión del Verbo, Isaac cargó sobre
sus hombros los leños de su sacrificio.
Pero no fue ejecutado porque la obediencia de su padre satisfizo a Dios y, más ciertamente, porque una simple criatura no
tiene entidad para limpiar la ofensa de la
criatura hombre. Esto sólo pudo ser con el
Verbo encarnado y sobre el mismo punto,
latitud y longitud, en que se armó la pira
para Isaac.
Es también, Jerusalén –el Cenáculo es
propiedad de los musulmanes- donde el
Hijo Unigénito del Padre, “la noche antes
de ser entregado” y tal como anunciaron los
Profetas, selló la Nueva y Eterna Alianza
a la manera del Sumo Sacerdote Melquisedec. El que ofreciera a Dios pan y vino
en Te Deum de una gran victoria. (Gen 14,
17-18).
¡Jerusalén, Jerusalén! El desiderátum
para los historiadores, para los arqueólogos, para los doctores, los exegetas y
los teólogos. Fuente inagotable de in-
Peregrinación a Tierra Santa
34
Basílica de la Agonía,
Getsemaní
Interior de la iglesia de la Agonía:
delante del altar está la roca
sobre la que oró el Señor
gresos para todas las agencias de viaje
del mundo.
El muro de las lamentaciones
Si ya es un acontecimiento visitarlo
por primera vez, este día lo fue más por
coincidir una fiesta judía, algo parecido a
un día de confirmación de niños de unos
doce años de edad. Era el lunes, 21 de
marzo. Por todas partes se veían familias
numerosas endomingadas. Llegaban de
provincias autocares de los que descendían en torrente para celebrar la fiesta en
Jerusalén. Las avenidas de circunvalación
de las murallas se adornaban con un collar
de decenas y decenas aparcados en fila.
Y puesto que era fiesta familiar había
para los niños atracciones en la mismísima calle. Cómicos aficionados haciendo
de Charlot, o payasos, con sus narizotas y
zapatones, tocando tambores y flautines o
haciendo malabares para diversión de los
grupos familiares y sus muchachitos, es-
tos con batas de raso negro y sombreros
de ala que recordaban los amish del filme
Único Testigo.
De otro lado teníamos a los diversos
judíos que iban a sus quehaceres del día,
“vestidos de judíos”, obviamente. Por las
avenidas extramuros de Jerusalén desfilaba ante nuestros ojos un catálogo de especímenes únicos. Barbas copiosas y cuidadas, invariable camisa blanca, traje negro,
en casos, una especie de levita; sombrero
también negro y de ala cordobesa… Algunos llevaban un hermoso ejemplar del
diámetro de la rueda de una Vespa… ¡Palabra de honor! No quieren ser fotografiados pero es pretensión inútil, la gente les
hace fotos a pares.
Avanzando como podíamos hacia un
metro libre de sus piedras por este escenario llegamos a la explanada arropados
entre multitud de turistas. Y al fin, junto
a sus jeremíacas piedras, como quien tiene un palco en la plaza de toros de “Las
Ventas” pudimos hacernos unas fotos sin
quipa y sin papelito que meter en sus junturas.
La explanada rebosaba de fieles ortodoxos cumpliendo sus devociones. Entremezclados en la multitud grupos de
tres, o más, judíos vestidos religiosamente
de gala, cubiertos sus hombros con unos
mantos o chales, de pie ante una mesa recitaban sus textos con rítmicas y rápidas
inclinaciones del cuerpo. Su vista me causó un profundo respeto. ¡Cuántos milenios estarían representados en ellos…!
La ciudad vieja
Las calles y barriadas del Viejo Jerusalén son punto y aparte, una orgía para los
sentidos.
Por ejemplo, para el sentido de la vista
desde el atardecer el regalo de un arcoíris de luz y multiforme humanidad. Por
Peregrinación a Tierra Santa
El Muro de las Lamentaciones
Celebración
del Carnaval judío
Una de las calles de
la vieja Jerusalén
la heterogénea oferta de objetos que rentabilice el más pequeño espacio o por los
colores vivos y fuertes. Una especie de
Gran Bazar de Estambul, o La Casbah, de
Casablanca. O por el gentío de toda raza y
procedencia que somos parte involuntaria
del espectáculo. O por las colgaduras de
alfombras, sedas, banderas, blusas, velos...
No son raras sino muy comunes las camisetas del Barça y del Madrid. La transmisión de sus partidos se esperan con apasionamiento.
35
El sentido del oído, por las mil lenguas:
inglés, hebreo y árabe son las principales… Después, el español, seguido de cerca por los asiáticos, japoneses, chinos, filipinos y de la antigua Indochina Francesa.
De estos, algunos todavía hablan francés
pero, según me dijeron en un corto cruce
de comentarios, las nuevas generaciones
poco a poco lo sustituyen con el inglés. A
diestra y siniestra se nos reclama para que
compremos a precio de millonarios lo que
un regateo deja en su quinta parte…
El sentido del olfato: En Jerusalén los
olores ofrecen un cóctel agradable gracias
al imperio de las resinas de Omán: ¡El incienso! Sorprende la limpieza de lugares
que hasta bien pasado el mediodía ofrecen carne y pescado, hortalizas y especias.
Abigarrado y constante desfile de toda
clase de gentes, y carros de mano pidiendo paso cargados de alimentos…
Finalmente el sentido del tacto, porque nuestras manos tocan piedras a las
que tomamos, a todas, cercanas a Jesús…
Siempre aparece Él, de principio a fin. Jesús, el Hijo del Altísimo, Verbo encarnado,
Cordero de Dios, Luz que alumbra a todo
hombre que viene a este mundo. (Jn 1, 9)
“El Perfecto, el que curará nuestras heridas y
elevará nuestras almas, que encaminará nuestros pies […] hasta Dios y la sabiduría; el que
llorará con nosotros conociendo nuestra carne
para devolvernos lo que hemos perdido […]”,
como predijo Sócrates. “El cordero que teñirá por sí mismo su vellón con el vivo color de
su sangre”, como anunció Virgilio. (Bucólicas, IV)
Más apuntes
El Museo (Jerusalén) de los Rollos del
Mar Muerto. Una arquitectura original
pero de construcción desproporcionada
para la insignificante muestra que ofrece.
Los rollos de Qumran incluyen en sus tex-
Peregrinación a Tierra Santa
36
Iglesia de la Visitación
El Cenáculo
Vista de Jerusalén
desde Getsemaní
Procesión de los latinos en la
Basílica del Santo Sepulcro
tos el Evangelio de San Marcos, refrendo
del que nadie predica. Curioso misterio
resulta que se descubrieron cinco y tres de
ellos han terminado en manos desconocidas ignorándose su materia. La Mezquita
de Omar. Su cúpula dorada deslumbra
desde cualquier terraza. El Valle de Josafat,
sus tumbas son inquietante recordatorio
escatológico. El Valle de Jezreel o Llanura
de Esdrelón, extensión formidable de 50
km de largo por 15 km de ancho, donde
está anunciad la batalla del Armagedón
para el fin de los tiempos. El Monte Tabor.
Su altura destacada frente al susodicho
valle, lo cual facilitó el aislamiento para
la transfiguración de Jesús y su encuentro con Moisés y Elías, síntesis del Antiguo Testamento - la ley y los profetas
- que Jesús perfeccionó. Cesarea de Filipo,
ciudad regalada al César por el pelota de
Herodes. El anfiteatro y la playa y, a no
gran distancia, la Fortaleza de San Juan
de Acre, huella magnífica de los cruzados. Las Fuentes del Jordán y sus templos
paganos. El Monte de la Cuarentena, con
un viaje en teleférico que nos ahorró dos
kilos de sudor colocándonos a 148 escalones de otro monasterio ortodoxo excavado en lo alto de la montaña. Panorama
espléndido que explica el “todo esto te daré
si postrándote me adoras”. (Mt 4, 9). El Monte del Precipicio, donde Jesús se escabulle
entre la multitud que quiso despeñarlo. El
Monte Carmelo y la Cueva de Elías, donde
comimos el segundo día. Con el regalo
añadido, en anchura y lejanía, de la vista de Haifa, el puerto más operativo en
la Guerra de los Seis Días y hoy moderna
ciudad asentada a la sombra del monte.
Sí, mereció la pena cansarse durante
esos diez días por Tierra Santa.
Para los católicos hay tres peregrinaciones que deberíamos cumplir en nuestra vida: Roma, Tierra Santa y Santiago de
Compostela.
Creo que yo ya puedo morirme. m
37
La primavera del postconcilio
L. Pintas
l
Ravasi da miedo. El presidente del Consejo Pontificio para la Cultura,
Gianfranco Ravasi, ha creado el Atrio de
los Gentiles, iniciativa que todo lo que
tiene de pretencioso en el nombre, lo tiene de desviado en la intención. Se trata
de fomentar el diálogo con los ateos sobre presupuestos que el mismo cardenal
Gianfranco Ravasi
expresó el 12 de febrero en su presentación, y donde lo peor son los continuos
listados de extremos, en cuyo justo medio se hallaría la nueva cosa. «El encuentro entre creyentes y no creyentes tiene lugar
cuando se dejan atrás apologéticas feroces [las
católicas, se entiende] y sacrilegios devastadores», afirmó Ravasi antes de marcar las
reglas: «Para intervenir en este encuentro
no hay que armarse con espadas dialécticas»,
sino «con coherencia y respeto… sin tensiones sincretistas ni excesos fundamentalistas
[los católicos, se entiende]» y, por supuesto, sin aproximaciones propagandísticas. ¿Quiénes más deben abstenerse de
participar? Quienes «estén convencidos de
tener todas las respuestas y de que sólo deben
imponerlas». Ravasi, utilizando como argumento una ocurrencia del escritor incrédulo Gesualdo Bufalino («sólo en los
ateos sobrevive hoy la pasión por lo divino»,
ese tipo de frase que subyuga a prelados
sin criterio que se la creen), le da un tirón
de orejas a ese «fiel [católico, se entiende]
que lo es por costumbre, aferrado a fórmulas
dogmáticas», un tipejo despreciable comparado con seres de una pieza como esos
«no creyentes que creen no creer, pero cuyo
camino transcurre bajo el cielo de Dios». ¡Ah,
quién fuera como uno de ellos! Porque
también hay –pero no se les identifica«creyentes que creen creer, pero que en realidad son incrédulos». En fin, que para terminar nos advierte de que, si este noble
empeño de búsqueda recíproca fracasase,
sería horrible: «El creyente quedaría envuelto en una leve aura de religiosidad, devoción
y ritualismo tradicional, y el no creyente inmerso en el pesado realismo de las cosas, de lo
inmediato, del interés». Qué catástrofe.
l El obispo de la Gran Logia. La
Isla Reunión es un pequeño paraíso natural y turístico, de soberanía francesa,
situado al este de Madagascar, con una
única diócesis, la de Saint-Denis-de-la-
38
La primavera del postconcilio
Réunion, cuyo obispo es toda una institución. Gilbert Aubry fue nombrado en
1976 cuando tenía 34 años, y aún le quedan cinco para la dimisión por razón de
edad. El pasado 5 de abril la Gran Logia
de Francia organizó un coloquio sobre
el laicismo y contó con la presencia de
monseñor Aubry, quien tituló su confe-
Mons. Gilbert Aubry
rencia: «Las religiones, factor de laicidad…
¿en qué condiciones?». La respuesta al interrogante nos la da él mismo: «Nuestras
religiones serán factores de laicidad cuando
sean factores de integración social, y tanto
más serán factores de integración social cuanto más fieles sean a la autenticidad espiritual
de sus mensajes respectivos». Es curioso que
un obispo hable de nuestras religiones. Se
supone que sólo debería considerar una
como propia. «Las religiones no tienen sentido si no contribuyen a aclarar «el sentido del
sentido [sic] mediante experiencias religiosas
diversas que nos ayudan a convivir», remata.
Y concluye con una insólita defensa de
la ley francesa de separación Iglesia-Estado de 1905, obra masónica brutalmente antirreligiosa, dando por buenas las
modificaciones que la suavizaron. Pero
asegura que esa ley «es la clave para convi-
vir mejor en el mismo espacio y preocupándonos todos de la cosa pública, de la República».
Y todo, porque en su artículo 1, donde
ya está todo, se afirma que la República
asegura la libertad de conciencia y de
culto. La ley que San Pío X condenó sin
fisuras… contiene pues todo lo que un
obispo de nuestros días, ante una logia
masónica, desea para la
Iglesia. Ahí queda el desafío para los hermeneutas
de la continuidad.
l
Juan Pablo II y
Cuba. Armando Valladares pasó veintidós años en
las cárceles de Fidel Castro. Es un católico orgulloso de serlo y de decirlo, y
profesa un anticomunismo sólido, más coherente
que muchos anticastrismos light. El 10 de abril, el escritor cubano publicó en su blog una reflexión sobre
la beatificación de Juan Pablo II, que en
su opinión «coloca en un dilema de conciencia sin precedentes a muchos fieles católicos
cubanos que por causa de su Fe, de la veneración por su Patria y del amor por sus familias
se oponen al comunismo. En efecto, esos fieles
católicos ven con perplejidad y con el corazón
dilacerado todo aquello que el referido Pontífice habría hecho en algunas circunstancias, y
dejado de hacer en otras, para favorecer directa o indirectamente al comunismo cubano».
La acusación es fuerte, pero no se hace
desde la distancia afectiva: «[La] hago en
cuanto fiel católico y en cuanto cubano, con
todo el respeto posible hacia la Iglesia, dispuesto a oír y a analizar eventuales explicaciones
de fuentes debidamente autorizadas, que hasta
el momento no son de mi conocimiento, sobre
La primavera del postconcilio
39
los dolorosos hechos históricos
sentativa del destierro que le
que se consignan sucintamensolicitó audiencia». Exiliate a continuación». Y cita los
dos cubanos escribieron
elogios de Juan Pablo II a
al Papa entonces y luego
los logros en materia de
(1987, 1995 y 1999) «filiales
salud, educación y cultura
y reverentes cartas… que, ladel régimen castrista al rementablemente, quedaron sin
cibir el 8 de enero de 2005
respuesta». «En cuanto fiel
al nuevo embajador cubacatólico cubano», concluye
no, palabras que «van más
Valladares, «creo que tengo
allá de las más benévolas fórno solamente el derecho, sino
mulas de cortesía diplomática,
la obligación de conciencia de
[y] vistas desde una perspectidar a conocer estas consideva histórica, alcanzan de lleno
raciones. Tengo un comproArmando Valladares
y hasta laceran la memoria de
miso… por encima de todo,
aquellos jóvenes mártires católicos cubanos con Dios y la Virgen de la Caridad del Cobre,
que murieron en los paredones de fusilamiento patrona de Cuba».
gritando ¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo!». También recuerda Valladares que l Sirviendo balones… Para que
en 1998, en el avión que lo conducía a El País los remate. La Facultad de TeoCuba, Juan Pablo II habló así del Ché logía de Cataluña, de la que son canciGuevara: «Dejemos a Él, al Señor nuestro, el ller y vicecanciller, respectivamente, los
juicio sobre sus méritos. Ciertamente, yo estoy arzobispos de Barcelona y Tarragona,
publica un ensayo del historiador Joan Bada donde,
sobre fundamentos circunstanciales y testimoniales
muy cuestionables, sostiene la especie de que Manuel Irurita, arzobispo de
Barcelona, actualmente en
proceso de beatificación, no
fue asesinado por la FAI el
3 de diciembre de 1936, sino
que sobrevivió a la guerra.
La historia es rocambolesca.
Según recoge el reportaje
del diario de Prisa del 3 de
convencido de que quería servir a los pobres» abril, titulado triunfalísticamente Iru(Vatican Information Service, 21 de enero rita, el obispo que no fue mártir, el autor
de 1998). Asimismo, cuando visitó Miami sostiene que «la aparición del obispo con
en 1987 «no recibió a una delegación repre- vida hubiera supuesto un torpedo en la línea
40
La primavera del postconcilio
Mons. Irurita
nia Martyr. Lo de menos
es la insidia: lo peor, la
sintonía entre quien le
da origen (la Facultad),
quien la difunde (El País)
y quien le otorga crédito
ante los católicos catalanes (Catalunya Cristiana).
l Este Gallardón...
Pero no lo vean todo negro. ¿Qué me dicen del
paso adelante hacia la
unidad católica de las Españas que está dando el
alcalde de Madrid? Al mede flotación tanto del franquismo como de la nos, eso dicen algunas comunidades proIglesia, a los que les hubiera resultado difícil testantes de la capital de España, quienes
explicar cómo se las apañó el prelado para afirman que «se han cerrado más templos
sobrevivir en la Barcelona revolucionaria». evangélicos durante la alcaldía de Gallardón
[¿Así que un obispo no tenía ninguna que durante el gobierno de Franco». De heesperanza de sobrevivir en la Barcelo- cho, el 9 de mayo se convocó una manina revolucionaria?
festación ante el PaSe agradece la melacio de Cibeles para
moria histórica de El
protestar contra los
País, esta vez bien
cinco precintos y
orientada.] Así que
veinte expedientes
se supone que el
abiertos a locales en
Vaticano lo esconlos últimos meses
dió hasta su muerte
por el Ayuntamiennatural. La infamia
to. Según Pedro Tar(contra Irurita, conquis, portavoz del
tra la Santa Sede…
Consejo Evangélico
y contra la catede Madrid, «no se ha
Alberto Ruiz-Gallardón
dral de Barcelona,
reglamentado la nordonde están sus restos) se recoge en un mativa para los espacios de culto no católicos,
artículo del mismo Bada en Catalunya lo que está provocando que se aplique la norCristiana del 1 de mayo, y fue enseguida mativa propia de actividades comerciales»,
convenientemente rebatida por Fran- claramente desventajosa para ellos. Ay,
cesc A. Picas, especialista en la persecu- don Alberto... ¡si leyéramos más a meción religiosa en Cataluña, en la página nudo la Dignitatis Humanae no pasarían
web de la benemérita asociación Hispa- estas cosas! m