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“Carta entre hermanos”
CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA
ENCUENTRO Nº 2
¿Quién es Jesús?
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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TEMARIO
1-Conocer a Jesús……….……………………………………..pág. 3
2-Jesús está con el más necesitado………………………….. pág. 6
3- Resumen…………………………………………………... pág.14
4- Preguntas para responder…………………………………..Pág. 17
Nihil Obstad
Pbro. Claudio Castricone
Coordinador del Área Adultos
de la Junta Nacional Argentina
de Catequesis.
25 de abril del año 2010.
Imprimatur
Monseñor Héctor S. Cardelli
Presidente de la Comisión Episcopal
Argentina de Pastoral Penitenciaria.
2 de junio del año 2010.
Contenido: Ana María Terradas.
Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez.
Queda hecho el depósito
que establece la Ley 11.723.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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Querido hermano:
En el Encuentro pasado vimos que todos tenemos riquezas interiores en lo
profundo de nuestro corazón… y que las debemos saber descubrir. Pero como
nos cuesta meternos adentro nuestro para ver lo valiosos que somos, Jesús ha
venido al mundo para enseñarnos el Camino que lleva a nuestro corazón.
Dijimos también que el gran deseo que tiene Jesús es ser nuestro Amigo. Por
eso nos pregunta:
“Y para ustedes, ¿quién que soy yo?”
Mateo 16, 15.
1- CONOCER A JESÚS
¿Qué podemos hacer para conocer a Jesús? En primer lugar debemos saber
quién es Jesús. Para eso debemos leer y meditar sobre Su Vida y Sus
Enseñanzas, que están escritas en el Nuevo Testamento. Porque si no lo
conocemos, ¿cómo vamos a creer en Él?
Cuando nos hemos enterado, leyendo Sus Palabras, de que Jesús es nuestro
mejor Amigo y lo hemos dejado entrar en nuestra vida, entonces nos viene la
necesidad de encontrarnos con Él en lo profundo de nuestro corazón. Este
encuentro íntimo con Jesús se llama oración.
Todos podemos hablar con Jesús en nuestro interior; porque todos tenemos
adentro Su mismo Espíritu. Jesús siempre está con nosotros. ¡Siempre! Lo que
debemos preguntarnos es si nosotros queremos estar siempre con Él. Si de
veras queremos conocerlo cada vez más y más.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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La oración es un momento especial para encontrarnos con Jesús. Es cuando le
contamos todo lo que nos pasa y los deseos que hay en nuestro corazón, con la
seguridad de que nos escucha. Y después nos callamos para que Jesús nos hable.
“Te presento, Señor, mí súplica y me quedo a la espera de tu
respuesta.”
Salmo 5,4.
Lo que Jesús nos responda, lo va a
escuchar nuestro corazón. Por eso,
después de contarle las cosas que
tenemos en el alma, debemos prestarle
atención haciendo un rato de silencio.
Y el Señor nos hablará al corazón y
dejará un mensaje para nuestra vida. Esto
pasa siempre. Aunque no nos demos
cuenta de cómo pasa. Jesús, nuestro
Maestro del alma, siempre tiene algo que
decirnos
Esta conversación con el Señor no puede faltar en nuestra vida. Jesús la
necesita y nosotros también la necesitamos. A veces hablamos y hablamos tanto
que no damos lugar para que el Señor nos conteste. Es lo que ocurre entre dos
personas cuando uno charla hasta por los codos y el otro no puede ni abrir la
boca.
Jesús siempre quiere encontrarse con cada uno de nosotros para que lo
vayamos conociendo cada vez más y le ofrezcamos nuestra amistad, así como Él
nos conoce y nos ofrece Su Amistad.
Le dejo, querido hermano, una historia que me emociona cuando la recuerdo.
Me la contó Matías, un muchacho que estuvo en un Instituto para jóvenes y que
en todo momento sentía a Jesús a su lado. Él contaba que a veces lo veía…
Tenía en el Instituto un turno con el médico. Cuando llegué a su consultorio
me paré en la puerta y me hice a un costado para que Jesús entrara primero,
como debe ser.
Extrañado, el médico me preguntó:
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué no entras?
— ¡Primero debe entrar Jesús!
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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— ¿Estás loco? ¡Aquí no hay ningún Jesús!
Entonces le dije despacito al Señor:
— Amigo, éste no te conoce, ¡y no sabe lo que se pierde!
Para mi querido hermano Matías va dedicada esta oración:
A MI LADO ESTÁS
Si el dolor lastima mi corazón,
si el sufrimiento agrieta mi fe,
si la tristeza arruga mi alma,
si la angustia carcome mi soledad…
Siempre a mi lado, Jesús, estás.
Si las miradas no regalan inocencia,
si los pulmones no respiran libertad,
si las sonrisas no siembran amistad,
si las manos no se abren para dar…
Siempre a mi lado, Jesús, estás.
El justo golpeado y condenado,
el que en una cruz murió,
el que del mal hizo el bien,
el que nunca se cansa de amar…
Eres tú, Jesús, que siempre,
siempre, a mi lado estás.
Mateo Bautista
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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2- JESÚS ESTÁ CON EL MÁS NECESITADO
¿Tiene privilegiados Jesús? ¡Sí que los tiene! Sus privilegiados son los que
más sufren:
El que no tiene qué comer.
El que no tiene ropa para ponerse.
El que ha cometido una falta grave.
El que está en la calle porque no
tiene un techo donde cobijarse.
El que está en la cárcel.
El que está solo de todo cariño
humano.
El que es despreciado por los demás.
El que está enfermo.
Estos son sus privilegiados. ¿Por qué? Porque son los que más lo necesitan.
Jesús está con todos nosotros. Pero está especialmente unido a los que más
sufren. Tan unido está, que podemos decir que cada uno de ellos es un vivo
Retrato de Jesús.
En la carita triste de un niño abandonado, en el gesto dolorido de un enfermo,
en la mirada dura del pecador, en la soledad de un encarcelado… y en todo
dolor, se hace presente Jesús. Mirarlos a ellos es mirar el mismo Rostro del
Señor. Y esto es así, no porque los más necesitados sean mejores personas que
las demás, es así porque sufren más.
Si nosotros queremos ver a Jesús, lo vamos a encontrar en los que más
sufren. Si no sabemos ver a Jesús en el rostro de los más necesitados, es porque
no conocemos a Jesús.
Escuchemos esto tan fuerte, pero verdadero, que nos dice el apóstol Santiago:
“¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga tengo fe, si no
tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo la fe? Si un hermano o una
hermana están desnudos y no tienen lo necesario para vivir, y
alguno de ustedes les dice: Vayan en paz, caliéntese y coman
hasta hartarse, pero no les dan lo necesario para el cuerpo,
¿de qué le sirve? Así es la fe, si no tiene obras, está realmente
muerta.”
Santiago 2, 14-17.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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Ambrosio es el zapatero del pueblo. Un hombre muy querido porque siempre
está bien dispuesto para ayudar a todo el que necesite un favor. Tiene una
costumbre: mientras sus manos arreglan los zapatos y zapatillas de sus vecinos,
su corazón está orando. Hace las dos cosas al mismo tiempo y las hace bien.
Una mañana, lo visita un mensajero de Jesús y le dice:
— Hoy vendrá Jesús a visitarte.
Ambrosio se prepara para recibir al Señor como corresponde. Limpia el
negocio, pone unas flores sobre la mesa y hasta pide prestada una silla para
que se siente Jesús. Porque su pobreza no le permite tener más que su banco de
zapatero.
A media mañana llega al negocio Don Gerardo, el anciano enfermo que vive
solo y sin recursos. Viene a buscar el paquete con comida que siempre le tiene
preparado el zapatero. Gustoso se lo da. Pero casi no le presta atención porque
está ansioso esperando la gran visita del día.
Entran y salen los vecinos trayendo los calzados rotos y buscando los
arreglados. Ambrosio los atiende distraído porque está pensando en cuándo
llegará Jesús.
Al mediodía se acerca Juancito para que le ponga la media suela gratis a sus
zapatos porque su madre, que es viuda, no tiene dinero para pagarle. Allí nomás
se los arregla el zapatero porque sabe que los necesita para ir a la escuela.
Va cayendo la noche y Jesús no llega. Se siente triste y desilusionado.
Cuando al fin se decide a cerrar el negocio se le acerca Antonio, un muchacho
que ha salido de un Instituto de menores. Le pide que le de un trabajito para
poder comprar el boleto de ómnibus y volver a su casa. Le dice que se lo dará y
que vuelva al día siguiente.
Pone el candado en la puerta de la zapatería y, con paso pesado y lento por
la tristeza, se dirige a su casa. Después de cenar sale a caminar un rato por la
vereda. Se sienta en una verja. Ve que una persona se acomoda a su lado. Es
Jesús. Ambrosio lo mira asombrado y le pregunta:
— ¿Por qué me dejaste esperando?
— No te dejé esperando. Te fui a visitar tres veces y me recibiste con mucho
cariño. Me diste de comer cuando te visitó Don Gerardo, me arreglaste los
zapatos que te llevó Juancito y me ayudaste cuando le diste trabajo a Antonio
para poder viajar a su casa.
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Esta historia me lleva a pensar en estas Palabras de Jesús:
“En verdad les digo: todo lo que hicieron para ayudar a mis
hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron.”
Mateo 25, 40.
Fíjese que Jesús llama “pequeños” a los más necesitados…. ¡Es que son tan
necesitados de cariño y ayuda como los niños!
Jesús está en la cárcel porque allí hay mucho dolor y soledad. No sé si lo va a
creer, querido hermano, pero escribirle a usted es escribirle también a Jesús.
Porque Jesús y usted son uno solo. Lo dice el Señor:
“Porque cuando estuve en la cárcel me visitaron.”
Mateo 25, 36.
En su libro “Martín Fierro”, José Hernández habla de la dura vida de un
encarcelado. He copiado aquí partes de su poesía.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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LA PENITENCIARÍA
No es en grillos ni en cadenas en lo que usted pensará,
sino en una soledad y un silencio tan profundo
que parece que en el mundo es el único que está.
Hijas, esposas, hermanas, cuantas quieren a un varón,
díganles que esa prisión es un infierno temido,
donde no se oye más ruido que el latir del corazón.
No hay pensamiento triste que al preso no lo atormente;
bajo un dolor permanente agacha al fin la cabeza,
porque siempre es la tristeza hermana de un mal pensamiento.
Ningún consuelo penetra detrás de aquellas murallas;
el varón de más agallas, aunque más duro que un perno,
metido en aquel infierno sufre, gime, llora, calla.
Jamás mi lengua podrá expresar cuanto he sufrido;
en ese encierro metido, llaves, paredes, cerrojos,
se graban tanto en los ojos que uno los ve hasta dormido.
Del furor el corazón se le quiere reventar,
pero no hay sino que aguantar aunque sosiego no alcance;
¡dichoso en tan duro trance es el que sabe rezar!
Dirige a Dios su plegaria el que sabe una oración;
en esta tribulación gime olvidado del mundo
y el dolor es más profundo cuando no halla compasión.
A visitar otros presos sus familias solían ir;
nadie me visitó a mí mientras estuve encerrado,
¡quien se iba a costear allí a ver a un desamparado!
Yo no alcanzo a comprender por qué motivo será
que el preso privado está de los dones más preciosos
que el justo Dios bondadoso otorgó a la humanidad.
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Y con esto me despido, todos han de perdonar;
ninguno debe olvidar la historia de un desgraciado;
quien ha vivido encerrado poco tiene que contar.
Cuando una persona visita y da amor a un encarcelado, es a Jesús a quien visita
y da amor. Cuando una persona rechaza y olvida a un encarcelado, es a Jesús a
quien rechaza y olvida. ¡Aunque lo ande predicando por todas partes!
“Acuérdense de los que están presos, como si ustedes
estuvieran encarcelados con ellos.”
Hebreos 13,3.
Jesús hace un severo reproche a los que predican en Su Nombre y no cumplen
el amor al más necesitado.
“No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los
Cielos, sino el que haga la Voluntad de mi Padre del Cielo.”
Mateo 7, 21.
En el Encuentro pasado, querido hermano, hemos hablado de los buenos
deseos de todos nosotros, de los deseos de Nuestro Padre Dios y de los deseos de
Jesús. Ahora queremos hablar de nuestros buenos deseos como catequistas:
“Nuestro gran deseo es que usted reciba cada carta nuestra
como la visita de un hermano que lo quiere, lo valora y lo respeta;
y que ayude a sus compañeros a encontrarse con Jesús
para formar unidos una comunidad cristiana.
Donde Jesús sea el centro.”
Un hermano, que ha pedido no dar su nombre, escribió la historia de su vida
para ser publicada en estos Encuentros. Fue una vida muy difícil y dolorosa, pero
él tenía muchas ganas de salir adelante… ¡y lo logró!
Es una historia sagrada porque es también la historia de Jesús, que siempre
anduvo unido a él por los lugares donde tuvo que vivir.
Todo empezó cuando tenía 6 años porque pensé que mi vida no tenía sentido
y me fui de mi casa porque mi mamá me pegaba mucho y sin razón. En más de
una oportunidad, como no tenía para comer empecé a robar.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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A los 7 años me llevaron a un Instituto de menores, estuve 2 días porque mi
mamá no me fue a buscar. Allí conocí el Área Correccional de menores, luego
me llevaron a mi casa y mi mamá les dijo que no me quería en mi casa y que me
llevaran al Instituto, y allí volví. Estuve 23 días y me fugué. Dormía donde mis
hermanos iban a la escuela, sí, ¡¡¡arriba del techo!!!
Estuve allí hasta los 12 años, pero robaba cada vez más y comencé a
drogarme y ocultaba mi dolor en la droga y no quería a nadie porque todos me
trataban como a un perro. No le importaba a nadie lo que me pasaba en la
vida.
A los 12 años tuve por primera vez una pistola y no me importaba lo que
hacía con la pistola, y cada vez hacía más cosas. Caí preso por robo calificado,
por portación de arma y por intento de homicidio. De la Comisaría fui al
Instituto de Menores de máxima seguridad.
Mi familia nunca me fue a ver... pero como todos tenemos a Dios, yo nunca
estuve solo. Porque Dios me mandó a una persona que yo amo con todo mi
corazón... ¡Es mi madrina! Ella me sacó de allí y conocí a alguien que hasta el
día de hoy es como mi padre y me ofreció irme a vivir con él a un pueblo
proponiéndome comenzar a estudiar, a lo cuál le respondí: “No sé leer ni
escribir” y él me contestó: “Es mejor empezar de cero”. Estuvimos en ese
pueblo 1 año y 6 meses; pero como él tenía que volver a Córdoba, yo también
tuve que hacerlo.
Pero, querido amigo, te cuento que yo no quería venir nuevamente a Córdoba
por el miedo de volver a caer en la tentación... Y así fue. Me fui a mi casa a ver
a mi familia y vi que no tenían ni siquiera para comer y eso pudo conmigo.
“Desenterré mi arma” y no me importó volver a robar, sólo quería que mi
familia supiera cuanto la quería.
No me daba cuenta de que no la quería, sino que le estaba haciendo daño
con mi ceguera, pero era lo que yo creía que estaba bien. Desde ese momento
empecé con todo de nuevo: la droga, el robo, y ocultaba todo en el alcohol,
pero... eso te dura un tiempo porque por más que hagas lo que hagas, tu
historia va a seguir estando.
Después me puse de novio con una chica, estuve un año de novio, pero una
noche estaba en mi casa tomando y, con el revolver en mi cintura salí a verla.
Estaba tomado... y drogado. Llegué a su casa, ella estaba durmiendo y la
desperté y le pedí que me acompañara a la casa de mi madrina porque me
quería ir con la persona que me había ayudado anteriormente. Pero mi novia
me dijo que le diera el arma y yo se la entregué y me propuso que nos
matáramos porque así podríamos estar juntos para toda la vida.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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Yo le respondí que si, pero todo porque creía que era una charla y le dije
que yo primero. Tiré el percutor para atrás y me lo puse en la sien, ella empezó
a llorar y me dijo que no, que ella primero. Descontrolado, por no darme
cuenta de la realidad, por la droga y el alcohol, creyendo que era un chiste yo
le di el revólver y ella me preguntó si la amaba, Yo le respondí que sí. Me dijo
que le diera un beso y entre el beso sentí un disparo, luego un grito. Cuando la
vi, ya estaba como muerta. Estuvo 15 minutos en esa situación y dejó de
respirar.
Como yo no sabía qué hacer, salí corriendo sin rumbo, sin saber a donde iba,
y llegué a lo de mi primo y le conté lo sucedido. El me llevó a lo de mi mamá y a
las 6 de la mañana me entregué en Tribunales y les conté lo que había pasado.
Quedé detenido tres años y medio, más o menos, en distintos Institutos:
Comisaría del menor, C.E.T.R.A.M II, C. I. C, hasta que fui al C. R. O. M (hoy
San José) allí estuve un año y después comencé con los períodos de prueba y
salidas transitorias. Me dieron este privilegio por esa persona que se jugó por
mí siempre, y pasé mil cosas, hasta que un día me detuvieron nuevamente. Me
dijeron que no estaba preparado y que me portaba mal.
Te cuento que no la pasé fácil, se está solo, pero me aferré a leer, a escribir,
terminé la Primaria, comencé la Secundaria. Siempre con la perspectiva de
salir adelante y con el mayor y más profundo deseo de tener una familia y darle
lo que no me había dado nunca mi familia: amor, cariño, comprensión,
enseñanza de límites y de escucha permanente.
Cuando se está mal, la soledad es mala consejera y te engaña y te hace hacer
cosas de las que te puedes arrepentir toda tu vida. Por eso, amigo, piensa que lo
que a veces uno hace no es bueno ni para sí mismo ni para el otro, y lo que
decidas realizar tiene que ser lo mejor para tu vida y para tu familia.
Lo verdadero es arrepentirse y saber pedir perdón, yo lo hice y hoy tengo
trabajo, me casé con la mujer de mi vida, y con la que soñé todos los días de mi
vida. Alquilo una casita y estoy pagando también la que un día será propia.
Amo con todo mi corazón a mi esposa y la respeto porque gracias a ella lo
tengo todo y la calle no me enseñó nada.
Si quieres algo no viene solo sino que lo tienes que luchar y buscar y tener
mucha fe, y por más que tropieces mil veces no está solo quien pelea por lo que
quiere. Y te cuento que lo puedes hacer, porque a pesar de todo lo que pasa,
Dios nunca te deja de amar ni te abandona. Porque es nuestro Padre y como tal
está a nuestro lado en lo bueno, en lo malo, en los errores, en todo, y nos ama
de verdad.
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Por eso te digo, querido amigo, que puedes contar con “Carta entre
hermanos”, donde se te brinda amistad y cariño, no te brindan dinero, ni oro,
sólo cartas, palabras, alientos y un corazón grande para acompañarte. Se te
ofrece caminar a tu lado para que puedas acompañar a otros muchachos más
en este caminar hacia la verdadera vida, que es Jesús.
En la Biblia, Jesús nos dice que para tener una amistad debemos hacer lo que
el corazón más desea y una de estas cosas es que tengamos mucho amor por
todas las personas del mundo, sobre todo por aquellas que están solas y creen
que nadie las quiere. Allí esta Jesús, tu verdadero Amigo, que da muchos frutos
si lo sabes escuchar.
Estoy muy orgulloso de lo que soy y no me importa que me critiquen por lo
que hice, si todo esto vale la pena como experiencia para los demás. Pero de
algo estoy muy seguro, y es que no lo volvería a hacer, porque amo mi vida,
amo a la mujer que tengo a mi lado, amo a los que me comprendieron,
ayudaron, enseñaron, tendieron su mano. Pero más que todo amo a Dios sobre
todas las cosas.
Te dejo un juego, para que reflexiones y veas el sentido que tienen tu vida y tu
esperanza... Amigo, descubre esto y vas a darte cuenta de que tu vida tiene
sentido. Piensa en dónde estás parado hoy en día y qué pretendes llegar a
realizar. Desde lo más profundo de tu corazón señala con una cruz en qué lugar
de este dibujo estás.
Con todo el cariño, tu amigo que te deja un saludo de todo corazón.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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RESUMEN
Jesús es el Hijo de Dios y nuestro Dios y Señor. Es también nuestro Amigo
para siempre. Pero, ¿conocemos a Jesús?, ¿sabemos quién es de verdad? Jesús
quiere que lo conozcamos porque Él es el único que le puede dar sentido a
nuestra vida. El único que nos conoce y nos ama así como somos. El único que
puede decirnos cómo debemos actuar. El único Amigo verdadero que tenemos.
Por eso es tan importante que respondamos su pregunta: “Y para ustedes, ¿quién
que soy yo?” (Mateo 16, 15).
La manera más importante de conocer a Jesús es la lectura y meditación de su
Vida y sus Palabras, que están escritas en los Evangelios, y la oración. Cuando
oramos, nos meternos adentro de nosotros mismos y nos encontrarnos con Jesús
para hablar a solas con Él.
La lectura y meditación de la Palabra de Dios y la oración nos llevan a
conocer el verdadero Rostro de Jesús, que está en los más necesitados. Si no
sabemos ver a Jesús en el rostro de los más necesitados, es porque no
conocemos a Jesús. “¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: Tengo
fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo la fe? Si un hermano, o una
hermana están desnudos y no tienen lo necesario para vivir, y alguno de
ustedes les dice: Vayan en paz, caliéntese y coman hasta hartarse, pero no les
dan lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve? Así es la fe, si no tiene obras,
está realmente muerta” (Santiago 2, 14-17).
La persona encarcelada, por sus sufrimientos, tiene el mismo Rostro de Jesús
encarcelado. “Porque cuando estuve en la cárcel me visitaron” (Mateo 25,36).
Esto quiere decir que cada preso es Jesús. No es solamente que Jesús está junto a
un preso, sino que Jesús se ha hecho un preso con cada preso.
La experiencia de vida que escribió el muchacho es para nosotros una historia
sagrada porque es también la historia de Jesús que nunca se apartó de él. Fue un
muchacho que creció en la calle, en medio de todos los peligros, pero con una
gran fe que lo llevó saber elegir buenas personas que lo supieron ayudar a salir
adelante. Construyó la familia que nunca había tenido, con una esposa que lo
ama muchísimo y un hijito…que tiene una carita muy parecida a la de su papá.
Le está dando a su familia todo el amor que a él le faltó.
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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Querido hermano:
En el próximo Encuentro: “El Amor y el Perdón de Jesús”, conocerá el
principal “oficio” que tiene Jesús: amarnos y perdonar nuestros pecados.
No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro.
Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas.
Me despido de usted con mucho cariño.
Ana María
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MIS NOTAS
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ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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¿Quién es Jesús?
Jesús es
el hambriento que debe ser alimentado,
el desnudo que debe ser vestido,
el sin techo que debe ser recibido,
el que está solo y debe ser acompañado.
Jesús es
el preso que debe ser visitado,
el ignorante que debe ser enseñado,
el enfermo que debe ser consolado.
Teresa de Calcuta
ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
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“Carta entre hermanos”
ENCUENTRO Nº 2: ¿Quién es Jesús?
PREGUNTAS PARA RESPONDER
(Contestar y mandar las hojas con la carta)
Jesús nos pregunta a todos: “Y ustedes… ¿quién dicen que soy yo?
(Mateo 16-15).
1- ¿Qué le contestaría usted?
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2- Jesús dice: “Porque cuando estuve en la cárcel me visitaron.”
(Mateo 25, 36).
¿Qué significan estas Palabras de Jesús encarcelado para su vida?
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3 - ¿Qué mensaje le ha dejado el cuento de Ambrosio el zapatero?
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ENCUENTRO Nº 2: ¿QUIEN ES JESÚS?
18
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4-¿Qué le ha interesado más de la experiencia de vida que nos
mandó el muchacho?
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5-¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué?
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6-¿Puede darnos los nombres de compañeros que quieren escribirse
con uno de nosotros? Gracias.
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