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13(j REPTI&ES. BATRACIANOS. Los Batracianos ó vertebrados ovíparos análogos á las Ranas , Salamandras, Anfiumes y Proteos, sufren transformaciones durante los primeros periodos de su existencia. En esta época todos tienen branquias que en algunos se van reemplazando por pulmones, mientras que en otros subsisten juntamente con ellos toda la vida : de suerte que estos animales poseen sucesiva ó simultáneamente una respiración acuática y aérea. El corazón de los Batracianos se compone de un solo ventrículo y una aurícula sencilla en apariencia, pero realmente doble, puesto que un diafragma membranoso la separa mas ó menos completamente en dos celdas, según que el animal es mas ó menos crecido. Cuando la respiración es aun branquial, la circulación se verifica lo mismo que en los peces. Así toda la sangre venosa que vuelve de las diversas partes del cuerpo al ventrículo, pasa de éste á los órganos respiratorios por un tronco arterial, indiviso é inflado en un bulbo contráctil á su salida de la cavidad ventricular, pero dividiéndose bien pronto en tantos ramales ó arterias venosas como branquias hai en cada lado. Esta sangre después de haberse revivificado no vuelve al corazón: venas branquiales envían cierta cantidad á la cabeza por dos pequeñas branquias que se dirijen á este lado, después se reúnen sucesivamente entre sí por detrás y envían la mayor porción á una arteria dorsal ó aorta descendiente, cuyas ramificaciones la distribuyen por las otras partes del cuerpo. Pero á medida que los pulmones se desarrollan varia la posición del sistema circulatorio, cambio que consiste principalmente en que las arterias y las venas branquiales se hallan poco á poco colocadas para poder comunicar directamente entre sí por medio de anastomosis que se desenvuelven de una á otra base de cada branquia, y que otras de la aorta hacen comunicar á ésta con los pulmones, de donde resulta que una porción notable de la sangre, si no la totalidad (lo que depende del grado de actividad que aun tengan las branquias), puede sin atravesar éstas ir del corazón á la arteria dorsal y de allí á las principales partes del cuerpo, al mismo tiempo que el ventrículo envia otra porción á los pulmones para arterializarse. Así ó poco menos es como continúan verificándose la circulación y la respiración en algunos Batracianos, como las Sirenas y los Proteos, que en cierto modo permanecen siempre en estado de larvas; mientras que en todos los demás estas dos funciones son gradualmente egecutadas á causa de los cambios que sufren los órganos aproximándose á obrar del mismo modo que en los otros reptiles. Entonces la sangre que ha recorrido el cuerpo vuelve al corazón por la vena cava que la vierte en la aurícula derecha, de la que pasa al ventrículo único, donde también viene á reunirse, empujada por la aurícula izquierda, la sangre que ha recibido el aire en los pulmones. Al contraerse las paredes de la cavidad ventricular, donde las dos sangres se han mezclado necesariamente, arrojan la totalidad en un tronco arterial común, desde donde una porcioncita se dirijo á los pulmones y la mayor parte á la profundidad de los diversos órganos, principalmente por el intermedio de dos gruesos vasos laterales que se encorvan y se reúnen por detrás en la línea media de la región subdorsal, constituyendo así una verdadera aorta. Hai Batracianos, como los Tritones y Salamandras, cuyos individuos jóvenes no difieren de los adultos mas que por tener branquias en lugar de pulmones y porque aun no tienen miembros, órganos que por lo demás se desarrollan pronto y rápidamente. Otros por el contrario nacen con una forma que en nada se parece á la que han de tener después, como las Ranas, Renacuajos y Sapos, que en su primera edad ofrecen la organización de pescados. En esta época, durante la cual no pueden vivir mas que en el agua, tienen al mismo tiempo que las branquias una cabeza enorme, una cola prolongada y aplastada lateralmente, confundidas una y otra con un