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8
6 DE OCTUBRE DEL 2013
más Periódico
santiago niño-becerra, el profeta del cataclismo
«No nos dicen
la verdad»
El economista que alertó del ‘crash’ dice que hay motivos para desconfiar
de los cantos de sirena del Gobierno. Según él, hasta el 2023 no vamos a
levantar cabeza y, cuando lo hagamos, habrá que ser muy flexible para
adaptarse a un panorama en el que solo lo necesario será lo importante.
texto: núria navarro fotos: ÁLVARO MONGE
Santiago Niño-Becerra,
en su despacho del IQS,
el pasado lunes.
U
n año antes de
que Zapatero
insistiera desde el púlpito en
que las cuentas
iban de fábula,
el economista
Santiago Niño-Becerra escribió en
un artículo «España no va bien (creo
que soy el primero en decirlo)». Corría el confiado 2005. El precio de la
vivienda seguía subiendo, la tasa de
crecimiento interanual estaba por
encima del 10%, el paro se mantenía en el 8% –el más bajo desde hacía tres décadas– y las cuentas públicas reflejaban un superávit del 1%.
Fue ahí cuando Zapatero empezó a
cavar su tumba electoral y el economista, a cimentar su fama de profeta del cataclismo.
Y el papel ha funcionado. Escribió El crash del 2010 y agotó 19 ediciones –45.000 ejemplares solo en España–. Y repitió idéntico éxito con
el segundo, Más allá del crash. «Es una
bendición del cielo», le define su editor, Enrique Murillo, de Los Libros
del Lince, que le acaba de publicar
Diario de un crash, una colección completa de sus (escalofriantes) vaticinios difundidos en la revista digital
La Carta de la Bolsa.
Tomen una tila y lean algunos
aciertos del catedrático: «No me gustaría estar en la piel de la persona que
se encuentre al frente del Ministerio
de Economía en el 2010» (2006), «Lo
que viene debería compararse con lo
que sucedió durante la Gran Depresión» (2007), «Nos hallamos ante una
crisis sistémica» (2008), «No se va a
crear empleo y la demanda española,
baja y dependiente, aún lo va a ser más»
(2009), «El modelo de protección social es insostenible» (2010), «No es una
infección, se trata de una gangrena y
hay que amputar» (2011), «No es cierto
que la caída de los salarios medios sea
temporal: es una tendencia que no tiene marcha atrás» (2012). ¿Pasmados?
–Cada vez que expresa una opinión
dan ganas de comprar Prozac.
–Si fuera así, correría a pedir una comisión a Pfizer.
«La evolución
de esta crisis es
como la del
cáncer. Negación,
«¿por qué me ha
tocado a mí?»,
búsqueda de
milagros y
quimioterapia.
Ahí estamos»
–Su visión apocalíptica hunde.
–Imagine que a un traumatólogo
de guardia le llega una persona con
una pierna insalvable. Si a la familia
le dice de entrada que hay que amputar, se monta un cristo. Así que
opta por decir «esta pierna está muy
mal, a ver qué pasa». Y cuando aparece la gangrena, entonces dice: «Se
tiene que cortar».
–Y ahí está usted para disparar a bocajarro la verdad.
–De los famosos brotes verdes de la
señora Salgado a la traca final de las
flores de invernadero del señor De
Guindos, no nos dicen la verdad.
–Entre a cortar la pierna.
–La evolución de esta crisis es como
la del cáncer. De manual. Primera
fase, la negación. Segunda, el «¿por
qué me ha tocado a mí?». Tercera,
la búsqueda de soluciones milagrosas. Y cuarta, que es la actual, la de
la quimioterapia, que durará hasta
el 2015. El problema es que no todos
están en la cuarta fase. Unos tienen
claro que nunca volveremos al 2006 y
otros no quieren saber la verdad.
–No es para menos.
–¿Se ha dado cuenta del cambio
de mensaje del Gobierno? En abril
presentó unas previsiones a la Comisión Europea para pedir los dos
años de gracia que, aun no aproximándose a las del FMI, eran muy
duras. Fue el momento en el que ha
hablado con mayor claridad. Después, cuando ya se lograron los dos
años de gracia y bajó la prima de
riesgo, empezaron a decir que nos
recuperábamos.
–¿Seguro que no tienen indicadores
para un relativo optimismo?
–El FMI ha dicho que el próximo año
el PIB crecerá el 0%.
A SU MANERA. Áspero, receloso y algo intimidante, Niño-Becerra (Barcelona, 1951) ha logrado que sus oráculos interesen a los medios, a los
afectados por la crisis e incluso a los
guionistas de Polònia, que le han reservado una plaza fija en sus parodias («de los cuatro economistas que
salen, creo que soy el mejor caracterizado», opina). Sin embargo, los po-
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más Periódico
pes de la economía no le cuentan como a uno de los suyos, cosa que parece no quitarle el sueño. Le basta con
los 58.000 seguidores en Twitter y
con su abarrotada clase de Estructura Económica en el Institut Químic de Sarrià. «En la empresa privada
aprendí a estar solo», reconoce.
Porque el economista de la barba
amish –«vintage», dice que le dicen–
no siempre fue un analista de la hecatombe. Antes trabajó como jefe de
compras de Torras Herrería Construcciones, fue delegado de Laminación y Derivados, y estuvo en la Sociedad General de Electrometalurgia. «Había que procurar un equilibrio
entre el funcionamiento óptimo y el
precio, y eso siempre produce tensiones con la gente», recuerda. Así que
cerró esa fase. Pero la que nunca ha
abierto, certifica, es la de astrólogo,
cosa que ha circulado en la red.
–Corre un artículo titulado La realidad astrológica del sistema capitalista
con su firma.
–Tengo una buena amiga [Inma Fer-
nández] que es astróloga. Un día me
pidió ayuda para hacer dos ponencias, esa que menciona y otra sobre
el Dow Jones. Yo le expliqué películas y ella iba haciendo sus cosas. Pero si me pregunta de qué signo soy,
casi que ni lo sé.
–¿Le interesa cero la astrología?
–No sé nada de astrología.
–¿Tampoco cree en extraterrestres?
–¡Qué dice!
–¿No participó en un congreso de
ufología en Andorra?
–Me llamó un señor de Andorra y me
dijo que organizaba un congreso en
el que había una sesión de economía.
Me invitó, acepté sin saber de qué
iba y cuando me mandaron la información, evidentemente no fui.
–O sea, que sus predicciones no salen de la bola de cristal.
–Yo no analizo cifras secretas, sino
datos muy fáciles de conseguir. La
deuda privada, por ejemplo, se publica cada dos por tres. Y una vez empezó a estallar el tema, en el 20072008, fue fundamental fijarse en el
aumento de la morosidad y la refi-
nanciación de créditos. Ahora estoy
muy pendiente de la deuda pública.
–Da miedo saber qué revela...
–Año 2008, deuda pública en España, 36,5% del PIB. Año 2014, está presupuestada en el 98,9%, teniendo
en cuenta que el PIB crezca el 0,7%.
¿Qué indica la evolución de la deuda pública? El nivel de deterioro de
la economía española.
–Total, que no es clarividente.
–¡En absoluto! Estoy convencido de
que lo que yo vi lo vieron otros economistas. Un ejemplo: 1996, deuda
privada en España, 66%; 2005, deuda privada en España, 205%. Rumbo
de colisión. Eso no se podía aguantar, y menos en una economía como
la española, que dependía de la construcción, el automóvil y el turismo.
Es imposible hacer 750.000 viviendas cada año.
–¿Por qué no lo aireó nadie antes?
–Hay algo que se llama dependencias,
y yo tengo la suerte de no depender
de nadie. Trabajo para la Compañía
de Jesús [el IQS pertenece a la orden],
donde tengo libertad absoluta pa-
9
ra decir lo que me dé la gana, y solo
tengo dos carnets: el de conducir y el
DNI. Yo no me caso con nadie.
«Lo que yo vi,
lo vieron otros.
Pero hay algo
que se llama
‘dependencias’
y yo solo tengo
dos carnets:
el de conducir y
el DNI. Yo no me
caso con nadie»
A PORTUGAL VAMOS. Aclarado este
extremo, bebamos un vaso de quina con sus previsiones. «Nos estamos portugalizando. Vamos a una situación de carencias muy fuertes –avisa–. El Gobierno nos está vendiendo la
película de que con el turismo y la exportación España se salvará, y la oposición no dice que no, ¿eh? Es absolutamente falso. En los mismos presupuestos del Gobierno, las previsiones son
de que el saldo exterior cae, porque las
importaciones crecerán».
A su juicio, la situación es muy
complicada por tres motivos. Primero, este año la deuda pública llegará
al billón de euros –«nadie, ni España
ni otros países pueden pagar lo que deben». Segundo, España no crece –«de
entrada creo que no crecerá el 0,7%,
que no es nada; y si no crece, la recauPasa a la página 11
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santiago NIÑO-BECERRA, EL PROFETA DEl cataclismo
Los becerros de oro
anÁlisis
JOSEP-MARIA
Ureta
F
ue el presidente de Estados Unidos
Harry Truman el que creó la primera
oficina de asesores económicos del
Presidente, que aún existe. Pese a todo,
Truman desconfiaba de su fiabilidad: «Me
gustaría tener economistas que miren solo
hacia un lado, porque los de ahora, cuando
acaban su análisis, añaden de inmediato:
‘Pero por otro lado...’». El matiz, siempre, sigue
siendo lo que se espera de profesionales
que conocen las limitaciones de una ciencia
que es más social que inequívoca.
Desde la confirmación de la crisis en el 2008,
proliferan los profetas del «yo ya lo dije». No lo
han probado. En los riesgos inmobiliarios, por
ejemplo, sí lo hicieron , desde el 2003, Ricardo Vergés (Universidad de
Montreal) o José García Montalvo (UPF). En la crisis global, véase el discurso (2005) de quien
era por entonces economista
jefe del FMI, Raghuram G. Rajan
(hoy gobernador del Banco de la
India). Su jefe en el FMI era el proburbuja Rodrigo Rato .
A partir del 2008, la economía
abandonó las aulas y las columnas especializadas y pasó al
entretenimiento popular. Ese
año, un ‘sketch’ (ver en YouTuJosé María Gay
be) de John Bird y John Forde Liébana.
Viene de la página 9
dación fiscal será baja, y los intereses
de la deuda son de 36.000 millones de
euros. ¿A costa de qué se puede pagar?
De más recortes sociales». Y tercero,
no se va a generar ocupación: «Para
que España pueda bajar el 26% de paro, se tendrían que hacer 800.000 viviendas al año. Y eso no es previsible».
2014, momento cero
El economista predice que el momento cero de esta crisis –la número
18 en los últimos 2.000 años– será en
julio del 2014, cuando el Banco Central Europeo publique los resultados
de la auditoría del primer trimestre.
«A partir de ahí, las cosas quedarán claras y comenzarán a tomar medidas». Lo
bueno: el PIB no bajará más, el paro
crecerá poco y la tasa de pobreza no
subirá mucho. Lo malo: aunque la situación esté estabilizada, «la gente lo
notará poco», como dijo bajito el ministro De Guindos la pasada semana .
«Creo que la gente no solo lo notará
poco –añade Niño-Becerra–, sino
que le parecerá que vamos a peor, porque cada vez le costará más coger el
coche y tomar una cerveza».
El horizonte, explica, es el de un
crecimiento estable del 0, o del 1%,
y a partir de ahí, a ir tirando, con un
paro estructural elevado. «En esta dinámica, España lo tiene mal, porque
necesita crecimientos muy elevados
para absorber tanta mano de obra. Pero el Gobierno no habla de eso y la oposición no pregunta», se queja nuevamente del silencio administrativo.
tune en el programa de la BBC ‘The last laugh’
fue un hito. De esa época es el exitoso correo
del profesor retirado por el IESE Leopoldo Abadía, en el que contaba, con sorna y buena documentación, las causas de la crisis, apropiándose
de una palabra de éxito ya entonces, en EEUU:
los ninja (‘no incom, no job’, sin ingresos ni trabajo) ,equivalente a las hipotecas basura.
El siguiente paso fue una mezcla oportuna :
programas de entretenimiento en
Leopoldo
Abadía.
¿Y qué pasa con Catalunya, la tercera autonomía en la que menos invertirá el Gobierno, después de Asturias y de Murcia? ¿La solución es la
independencia? Niño-Becerra menciona el estudio de las doctoras Núria Bosch y Marta Espasa, de la UB,
que concluye que una Catalunya independiente generaría un superávit medio anual de 13.000 millones
de euros. Pero puntualiza: «Catalunya tiene un problema económico, pero para resolverlo no es necesaria la
independencia. De entrada, si cogiéramos el concierto vasco y lo tradujéramos del euskera al catalán, el problema quedaba resuelto y luego podrían
abordarse otros puntos».
Ahora bien, dice, para resolver el
problema económico, Catalunya necesita mucha más autonomía económica y financiera. «Si para obtener
esa mayor autonomía es necesario la
independencia, entonces la independencia se convierte en un instrumento, no en un objetivo», afina. «Por otra
parte, la independencia plantea problemas sobre los que no se habla. Por
ejemplo, ¿OTAN sí o no?».
–¿Y dice que la gran inversión ve con
buenos ojos el proceso?
–Pienso que le interesa. En España
hay tres regiones que dan –Madrid,
Baleares y Catalunya– y el resto que
recibe. Eso no es sostenible. La gran
inversión internacional sabe que si
Catalunya tuviera una mayor autonomía económica y financiera, estaría mejor. En Catalunya pueden aparecer clusters en el sector industrial y
agrario, en el porcino, por ejemplo.
El problema vendría después...
radio y televisión con presentador mordaz
(Andreu Buenafuente, Jordi Évole) y con gente cuyo éxito parecía seguir lo que pedía Truman, ser parcial. La audiencia gana.
Así se consagró Abadía y así se hizo popular
Santiago Niño-Becerra, quien en el 2009 acertó
con el título de su libro (‘El crash del 2010’, lo que
sigue sin suceder), que supo describir el resultado más oneroso de la crisis: la deuda de familias,
empresas y países, considerada no retornable.
Lo sigue manteniendo, como exige la audiencia.
Actuaciones similares dan nueva fama a Gonzalo Bernardos y a José Maria Gay de Liébana. Buenos contables al servicio de la audiencia.
Y finalmente, sumando a la mezcla el mesianismo local, la profecía del final de una verdura entrañable como el brócoli, a cargo de
Jaume Barberà, completado con
el bolsista británico Jonathan Tepper, especulador contra el
euro.
La Biblia fijó los ciclos económicos en los
siete años que engorda
o adelgaza una vaca.
También cuenta que
cuando Moisés iba en
busca de las tablas de
la ley (pongamos que
era la económica), los
incrédulos preferían
adorar a falsos dioses
hechos de oro. En esto
seguimos. H
Gonzalo
Bernardos.
No es cuestión de saber
de economía sino cómo
se sacan las conclusiones
Jaume
Barberà.
–¿Qué quiere decir?
–Si coge un compás, clava la aguja
en plaza de Catalunya y traza un círculo de 50 kilómetros, ahí tiene el
50% del PIB de Catalunya. El que queda fuera, ¿qué?
EL MODELO DEL 2023 Con todos estos fardos, iremos avanzando hacia
el 2023, dice, cuando estrenaremos
una nueva página de la historia económica en la que nada será lo que
fue. Un panorama que, haciendo un
símil, se parecerá más al siglo XVII
que al XX. Porque en el XX, el objetivo político era que la gente estuviera
bien –si estaba bien, consumía, pagaba impuestos, votaba, se reproducía
y no escuchaba propaganda del otro
lado del telón–, pero hoy es el Banco
Central Europeo el que dicta lo que
hay que hacer. «El modelo de protección social que hemos conocido ya ha
terminado. Lo dijo hace dos semanas
el jefe de Estado de Holanda, el rey Guillermo, al inicio del curso parlamentario». Y para rematar la pesadilla, la
tecnología está desplazando la mano de obra. «Cuando salió el Volkswagen Golf se necesitaban 36 horas por
unidad, hoy se hace en siete horas», señala. De hecho, Jeremy Rifkin, teórico al que respeta, asegura que el
100% del PIB lo acabarán generando
el 5% de la población mundial.
–En el futuro «solo lo necesario será
lo importante», anuncia usted.
–Sí. Hasta ahora lo importante era
tener 20 vestidos de Armani en el
armario y dos Cayenne en el garaje,
y eso era bueno para el PIB. Pero el
consumo se disparó a base de crédi-
«Para resolver
el problema
económico
de Catalunya
bastaría
con coger el
concierto vasco
y traducirlo
del euskera
al catalán»
to. El endeudamiento privado fue la
gran trampa. Eso ya no volverá.
–¿Tampoco el empleo fijo?
–Habrá un porcentaje de horas de
trabajo que no serán necesarias. Y
eso es nuevo. Pienso en el trabajo a
tiempo parcial. El problema es que
hay exceso de mano de obra.
–¿Quién tendrá más oportunidades?
–El que tenga alta cualificación. En
especial, en campos como las ingenierías, la logística, el reciclaje, la
biotecnología. El albañil que pone
ladrillos no tiene futuro porque, entre otra cosas, se están diseñando
máquinas que imprimen edificios.
–Eso exigirá otra mentalidad.
–Habrá que ser muy flexible. Las posturas maximalistas e inamovibles
no irán a ninguna parte. Y habrá que
ir hacia una sociedad participativa.
Creo que se reforzará el peso del municipio, que se prefigura como la
unidad cercana al ciudadano. No será difícil, por ejemplo, ver salir una
ordenanza que obligue a barrer tu
trozo de acera.
–Ay, que le sale el lado humano... A
menudo parece que la dimensión
moral no le preocupa.
–Claro que me preocupa. Decir la
verdad tiene una dimensión moral.
–Y como ciudadano, ¿qué tal encaja
el desmoronamiento?
–Yo estoy impresionado.
–¡Por Keynes! ¿cómo distrae usted la
desazón?
–¿Yo? Mi hobby es la fotografía. Es
la única actividad en la que puedes
congelar el instante. La única forma
de vivir el presente.
¿Serán tan oscuras sus fotos como
sus predicciones? H