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INFORME ECONÓMICO SEMANAL Nº 525
- BUENOS AIRES, 9 DE SEPTIEMBRE DE 2005 -
A pesar de las desigualdades, mejora lentamente la distribución del ingreso
El desafío del crecimiento equitativo
Claves
 El PBI per capita se está recuperando. De acuerdo a las proyecciones de
Ecolatina en 2005 se ubicará en torno de 4.700 dólares (corrientes), 18% más que el
año anterior. Entre 2006 y 2010 se expandirá, en promedio, 9% anual (acumulativo),
situándose al final de la década por encima de 7.100 dólares.
 Teniendo en cuenta el poder adquisitivo de las monedas, el PBI per capita este
año superaría los 8.600 dólares, un 6,2% por encima del 1998.
 La distribución del ingreso continúa mejorando y ya ha recuperado las pérdidas
sufridas tras la devaluación: el coeficiente de Gini alcanzó en el primer trimestre de
2005 el valor de 0,467, significativamente menor al máximo registrado en 2003
(0,482), e igual al de mayo de 2001.
 Entre los factores que explican la disminución relativa de la desigualdad se
destacan las altas tasas de crecimiento de la economía, la baja en el desempleo y
algunos instrumentos de política de ingresos. La tendencia decreciente de la
desocupación permite vislumbrar que la distribución del ingreso seguirá mejorando y
hacia fin de año se ubicará en niveles similares a los de 1998.
 Luego de alcanzar un pico de 54,3% en 2002, la pobreza y la indigencia se
reducen progresivamente. En la actualidad afectan a 37,7% de la población. Este
resultado es mayor a los valores previos a la crisis, debido a que los cambios de
régimen tienen efectos difíciles de revertir en el corto plazo.
 Las proyecciones de Ecolatina indican que las remuneraciones reales
aumentarán 5,8% i.a. en 2005 y continuarán en alza el año próximo. No obstante, la
evolución de los salarios reales es dispar de acuerdo a la condición de empleo, al
igual que la estabilidad laboral. Es por ello que la reducción del empleo “en negro”
es clave para mejorar la distribución del ingreso.
 Sin embargo, aún subsisten importantes asimetrías en la distribución del ingreso
a nivel geográfico. De ahí la importancia de promover políticas de desarrollo
regional, particularmente en las zonas más vulnerables.
 El crecimiento sostenido aparece como una condición necesaria - pero no
suficiente - para el mayor bienestar de la población, dado que no genera mejoras
automáticas para los hogares de menores ingresos. Es por ello que es preciso
complementar las políticas macroeconómicas consistentes con la profundización de
medidas sociales específicas y con énfasis en el empleo.
Corrientes 327 - Piso 18 (1043) Bs. As. Argentina.
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IES Nº 525
EL DESAFÍO DEL CRECIMIENTO EQUITATIVO
El PBI per capita se recupera a buen ritmo
El PBI per capita
continúa
recuperándose. En
2005 se ubicará en
torno de 4.700
dólares
(corrientes), 18%
más que el año
anterior.
De acuerdo a las
proyecciones de
Ecolatina, se
expandirá, en
promedio, 9%
anual
(acumulativo)
entre 2006 y 2010,
situándose al final
de la década por
encima de 7.100
dólares corrientes.
Existen diversos indicadores que permiten una aproximación a la
problemática de la falta de equidad social. El objetivo del presente
informe es analizar la evolución de la situación social en los últimos años
y, en particular, la evolución reciente de la distribución del ingreso y sus
perspectivas futuras. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que dar
cuenta de la estructura social argentina es una tarea mucho más compleja
que lo que permite un análisis breve y de coyuntura.
Uno de los índices utilizados con mayor frecuencia para medir el
desempeño económico en el largo plazo es el PBI per capita, que refleja
el flujo de ingresos generado por cada habitante en un año.
El ingreso medio por habitante en la Argentina medido en
dólares corrientes cayó 64% entre 2001 y 2002, pasando de 7.200
dólares a 2.600. Esta merma se explica tanto por la contracción de la
economía como por la variación del tipo de cambio. No obstante,
durante 2003 y 2004 creció a una tasa anual acumulativa de 24% y
en 2005 se ubicará en torno de 4.700 dólares, 18% más que el año
anterior.
De acuerdo a las proyecciones de Ecolatina el ingreso medio por
habitante en dólares corrientes se expandirá, en promedio, 9% anual
(acumulativo) entre 2006 y 2010, situándose al final de la década por
encima de 7.100 dólares.
PBI per capita 1993 - 2010
- en dólares corrientes 8.225 8.303
8.000
7.494 7.419
7.789 7.726
7.732
7.232
6.973
7.156
6.712
7.000
6.295
5.844
6.000
5.240
Devaluación
4.666
5.000
3.980
4.000
3.370
3.000
2.595
2.000
1.000
El PBI per capita
crecerá a mayor
ritmo que la
economía,
reflejando la
apreciación
gradual del tipo de
cambio real.
2010 p
2009 p
2008 p
2007 p
2006 p
2005 p
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
0
Fuente: Ecolatina en base a MECON, INDEC y proyecciones propias
Vale la pena destacar que esta tasa de crecimiento es muy elevada
– superando incluso los pronósticos de expansión de la economía –, ya
que la proyección en dólares corrientes refleja la apreciación
gradual del tipo de cambio real, que resulta de una tasa de inflación
mayor a la suba nominal de la cotización del dólar.
Los niveles de PBI per capita en dólares con frecuencia están
sesgados por la apreciación/depreciación relativa de las monedas locales
respecto de la divisa estadounidense, siendo en algunos casos más
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EL DESAFÍO DEL CRECIMIENTO EQUITATIVO
preponderante este aspecto que los movimientos de las variables reales –
PBI y población –. Para evitar este desvío, usualmente se mide el ingreso
medio por habitante de acuerdo a la teoría de la paridad del poder
adquisitivo (PPA) 1.
El PBI per capita
medido según el
tipo de cambio
PPA, este año
rondaría 8.600
dólares,
superando en
6,2% el nivel de
1998.
Al considerar el tipo de cambio PPA2, el PBI per capita de la
Argentina en la actualidad sería sustancialmente mayor, en tanto que
durante los noventa se ubicaba por debajo del valor en dólares corrientes,
debido a que su poder de compra era inferior. Así, este año rondararía
8.600 dólares, superando en 6,2% el nivel de 1998 (8.140 dólares).
El incremento del PBI per capita, de todos modos, no basta para
evaluar las mejoras en la estructura social. Para ello resulta más
apropiado analizar distintos indicadores vinculados a la evolución de la
distribución del ingreso.
Lentas mejoras en la distribución del ingreso
En el primer trimestre de 2005 la inequidad se redujo
nuevamente, tal como había sucedido en 2004 respecto del año anterior
y actualmente se encuentra en los mismos niveles que en 2001. Es decir
que se han recuperado las pérdidas sufridas tras la devaluación.
La distribución del
ingreso continúa
mejorando y ya ha
recuperado las
pérdidas sufridas
tras la
devaluación.
La crisis de 2002 tuvo efectos devastadores sobre el bienestar de la
población, acentuando la inequidad social. La recuperación posterior
permitió modificar la tendencia, registrándose mejoras desde 2004. Debe
notarse, entonces, que si bien las variables macroeconómicas pueden
recuperarse rápidamente, las variables sociales reaccionan más
lentamente. En este sentido, las recuperaciones logran modificar la
tendencia pero requieren de un esfuerzo mucho mayor para alcanzar los
niveles precrisis.
La evolución de la distribución del ingreso puede ilustrarse mediante
el coeficiente de Gini, que es una medida relativa de desigualdad.
Cuanto mayor es el índice, peor es la distribución3. En efecto, este
indicador alcanzó en el primer trimestre de 2005 el valor de 0,467,
significativamente menor al máximo registrado en 2003 (0,482), e
igual al de mayo de 2001.4
Entre los factores que explican la disminución de la desigualdad
se destacan las altas tasas de crecimiento de la economía, la baja en el
Esta teoría es una derivación de la “ley de precio único” y resulta en una formulación teórica que establece que en los
mercados competitivos los productos idénticos vendidos en distintos países deben tener el mismo precio, cuando este se
exprese en términos de la misma moneda. Bajo la PPA, los tipos de cambio entre distintas monedas se deben ajustar
para igualar el precio de una canasta común de bienes y servicios entre países. No obstante, presenta importantes
limitaciones metodológicas debido a que sus supuestos – competencia perfecta, ausencia de costos de transporte y
barreras al comercio – no se comprueban en la realidad.
2 Se utilizó como base el tipo de cambio que surge del Índice Big Mac confeccionado por The Economist.
3 El valor del coeficiente de Gini oscila entre 0 y 1, correspondiendo 0 a la distribución más equitativa y 1 a la más
inequitativa. Otra forma de medir la desigualdad es la curva de Lorenz, que muestra las participaciones acumuladas del
total de ingresos versus las participaciones acumuladas de los individuos que reciben esos ingresos, comenzando por
los más pobres. Cuanto mayor sea la distancia a la línea Pivot, mayor la desigualdad en la distribución.
4 En rigor, los coeficientes de Gini del 1ºT 2005 y Mayo de 2001 no son perfectamente comparables ya que fueron
calculados sobre la base de la EPH puntual y la EPH continua, respectivamente.
1
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Entre los factores
que explican la
disminución de la
desigualdad se
destacan las altas
tasas de
crecimiento de la
economía, la baja
en el desempleo y
la política de
ingresos.
EL DESAFÍO DEL CRECIMIENTO EQUITATIVO
desempleo y ciertos instrumentos de política de ingresos aplicada por
el Gobierno Nacional. Debe notarse, sin embargo, que no existe una
asociación unívoca entre crecimiento de la economía y disminución
en la inequidad. Durante algunos años de fuerte crecimiento durante la
década del 90 la distribución del ingreso empeoró significativamente. Por
ejemplo, entre 1996 y 1998 el PBI creció a una tasa anual acumulada de
5,9% mientras que el coeficiente de Gini subió de 0,452 a 0,461.
Por otro lado, el coeficiente de Gini está correlacionado con el
desempleo. Como puede verse en el gráfico, cuanto mayor es la tasa de
desocupación, peor es la distribución. Efectivamente, desde mayo de
2003 la tasa de desempleo bajó reflejándose en una disminución en la
desigualdad. Dado que probablemente el desempleo continúe en
disminución, es de esperar que la distribución se ubique en niveles
similares a los de mayo de 1998 hacia fines de 2005.
Distribución del ingreso y Tasa de Desempleo en la Argentina
1974-2005
0,49
Coeficiente de Gini
0,47
25%
Devaluación
Hiperinflación
Crisis Pre devaluación
Devaluaciones durante el
final del Gobierno Militar
20%
0,45
15%
0,43
Post "Tequila"
0,41
10%
0,39
5%
Coeficiente de Gini
Tasa de Desempleo (eje der.)
0,37
Cambio de serie EPH
0,35
0%
1°T-2005
1°T-2004
May-03
May-02
May-01
May-00
May-99
May-98
May-97
May-96
May-95
May-94
May-93
May-92
May-91
May-90
May-89
May-88
May-87
Oct-86
Oct-85
Oct-84
Oct-82
Oct-81
Oct-80
Oct-74
Fuente: Ecolatina en base a datos de la EPH
La tendencia
decreciente de la
desocupación
permite
vislumbrar que la
distribución del
ingreso seguirá
mejorando y hacia
fin de año se
ubicará en niveles
similares a los de
1998.
Otra medida de la concentración del ingreso consiste en comparar la
participación del ingreso del decil más rico con la de los cuatro deciles
más pobres. Para darse una idea, quienes pertenecen al último decil son
quienes tienen ingresos mayores a 1.500 pesos mensuales mientras que el
primer decil percibe ingresos menores a 150 pesos. En el primer
trimestre de 2005, 40% de la población recibía sólo 12,3% del
ingreso total mientras que el decil más rico percibía 35,9%.
Esta situación es mejor a la de un año atrás, cuando las proporciones
eran de 12,1% y 37,5% respectivamente, pero todavía no se han
alcanzado los niveles precrisis, cuando se ubicaban en 13,1% y 36,4%,
respectivamente (mayo de 2001). Es decir, los resultados en términos de
igualdad relativa no son tan alentadores, ya que todavía se observa una
elevada concentración del ingreso en decil más alto.
Si bien la desigualdad y la pobreza son dos importantes
problemáticas sociales, existe una diferencia sustancial entre ambos
conceptos. Mientras el primero se refiere a una comparación entre
quienes perciben mayores y menores ingresos (diferencia relativa), el
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EL DESAFÍO DEL CRECIMIENTO EQUITATIVO
segundo es una condición absoluta, en el sentido que no tiene relación
alguna con quienes son más ricos.
Luego de alcanzar
un pico de 54,3%
en 2002, la
pobreza y la
indigencia se
reducen
progresivamente.
En la actualidad
afectan a 37,7%
de la población.
Así, al considerar otros indicadores de la situación social en términos
absolutos, se observa una progresiva reducción de la pobreza y la
indigencia. En 2002 más de la mitad de la población no tenía ingresos
suficientes satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias
esenciales. En la actualidad el porcentaje de personas que no llegan a
cubrir la canasta de pobreza se redujo a 37,7% (27,7% corresponde a
gente que se ubica por debajo de la línea de indigencia).
cambio de
metodología
Evolución de la pobreza y la indigencia
54,3%
51,7%
49,7%
55%
50%
47,3%
45%
40%
% de personas pobres
+
% de personas indigentes
Total personas por
debajo de la línea
de pobreza
Serie3
46,2%
42,7%
35,4%
37,7%
35%
27,9%
30%
25,9%
24,3%
20%
16,1%
15%
10%
5%
0%
May-88
Oct-88
May-89
Oct-89
May-90
Oct-90
May-91
Oct-91
May-92
Oct-92
May-93
Oct-93
May-94
Oct-94
May-95
Oct-95
May-96
Oct-96
May-97
Oct-97
May-98
Oct-98
May-99
Oct-99
May-00
Oct-00
May-01
Oct-01
May-02
Oct-02
May-03
2º sem 2003
1º sem 2004
2º sem 2004
Este resultado es
mayor a los
valores previos a
la crisis, debido a
que los cambios de
régimen tienen
efectos difíciles de
revertir en el corto
plazo.
25%
Fuente: Ecolatina en base a INDEC
Debe tenerse en cuenta que los cambios de régimen tienen efectos
que son difíciles de revertir en el corto plazo. Es por esto que la pobreza
aún es muy elevada y afecta a una proporción mayor de la población que
antes de la devaluación5. Sin embargo, debe diferenciarse un shock
transitorio de las tendencias de largo plazo.
Las proyecciones
de Ecolatina
indican que las
remuneraciones
reales aumentarán
5,8% i.a. en 2005
y continuarán en
alza el año
próximo.
En este sentido, la reducción de la cantidad de personas que no
pueden satisfacer sus necesidades básicas se ve obstaculizada por el
comportamiento de los precios de los alimentos, ya que éstos
conforman una parte significativa de sus gastos.
Para analizar el poder de compra es preciso comparar la evolución de
las remuneraciones respecto de los precios. Al igual que en 2003 y 2004,
este año el nivel general de salarios nuevamente le ganará a la inflación.
De acuerdo a las proyecciones de Ecolatina en 2005 las
remuneraciones reales aumentarán 5,8% i.a. y continuarán en alza
el año próximo.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el nivel general del índice
de salarios no es representativo de las disparidades entre sectores y
condición de empleo. De hecho, quienes trabajan “en negro” se
encuentran desprotegidos de todo tipo de beneficios sociales, en tanto
De todas formas, tal como se mencionó previamente, la EPH puntual (hasta mayo de 2003) y la continua (desde el
segundo semestre de 2003) no son estrictamente comparables debido a los cambios metodológicos.
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No obstante, la
recomposición de
los salarios reales
es dispar de
acuerdo a la
condición de
empleo, al igual
que la estabilidad
laboral.
Es por ello que la
reducción del
empleo “en
negro”, así como
la capacitación de
la mano de obra
serán importantes
para mejorar la
distribución del
ingreso.
Existen
importantes
asimetrías en la
distribución del
ingreso a nivel
geográfico. De ahí
la importancia de
promover políticas
de desarrollo
regional,
particularmente en
las zonas más
vulnerables.
6
EL DESAFÍO DEL CRECIMIENTO EQUITATIVO
que sus remuneraciones son considerablemente menores a la de los
empleados en relación de dependencia y, además, se expanden a un ritmo
menor. Los salarios reales de los asalariados privados en blanco
actualmente se ubican 5% por encima del nivel de diciembre de 2001, en
tanto que los de los trabajadores no registrados aún permanecen 25% por
debajo del valor previo a la salida de la convertibilidad.
La reducción del empleo “en negro” contribuye a mejorar la
distribución del ingreso, dado que los trabajadores informales se ven
más castigados y en una posición más vulnerable frente a los procesos
recesivos. Además, la informalidad destruye capital humano en el largo
plazo. Por consiguiente, la disminución de la incidencia del trabajo no
registrado será importante en el camino hacia una mayor equidad.
La capacitación, por su parte, resulta un elemento clave para
mejorar las posibilidades de inserción laboral de la población de menores
recursos, dado que mientras el desempleo aún es elevado, 13,5% de las
empresas enfrentan importantes dificultades para encontrar personal
especializado en distintas actividades, destacándose la industria textil, la
metalmecánica, la fabricación de productos minerales no metálicos y los
servicios de hotelería y restaurantes.6
Disparidades geográficas
Asimismo, resulta relevante
analizar la distribución geográfica
del ingreso. Si bien no existen datos
precisos de la desigualdad regional,
es posible hacer una aproximación a
través de los niveles de pobreza e
indigencia de cada zona.
Estos resultados ponen en
evidencia que existen importantes
disparidades geográficas en la
distribución del ingreso. La región
nordeste es la zona más pobre, con
niveles de pobreza del orden de
60% (y de 48% de indigencia).
Corrientes y Resistencia son los
aglomerados más afectados, ya que
casi dos tercios de la población es
pobre.
En la región noroeste la pobreza
afecta a 53% de los habitantes y en
Jujuy y Santiago del Estero se ubica
levemente por debajo de 60%. La menor proporción de personas que no
cubre sus necesidades básicas a nivel regional (25%) se registra en la
Patagonia.
Demanda Laboral Insatisfecha. INDEC. 07-09-05.
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El crecimiento
sostenido aparece
como una
condición
necesaria - pero
no suficiente para el mayor
bienestar de la
población, dado
que no genera
mejoras
automáticas para
los hogares de
menores ingresos.
Es por ello que es
preciso
complementar las
políticas
macroeconómicas
consistentes con la
profundización de
medidas sociales
específicas y con
énfasis en el
empleo.
EL DESAFÍO DEL CRECIMIENTO EQUITATIVO
Estas desigualdades geográficas ponen en evidencia la necesidad de
profundizar las políticas descentralizadas, orientadas al desarrollo
de las economías regionales de las zonas más pobres, con particular
énfasis en las medidas que permitan un mayor grado de inclusión
social.
El desafío del crecimiento con equidad
Es claro que el régimen macroeconómico tiene efectos importantes
sobre las variables sociales (distribución del ingreso, pobreza e
indigencia) y el empleo. En este sentido, el crecimiento sostenido del
producto aparece como una condición necesaria - pero no suficiente para garantizar el mayor bienestar de la población, dado que no
produce mejoras automáticas para los hogares de menores ingresos.
Las crisis tienen efectos sociales que perduran en el tiempo,
generando pobreza de carácter estructural. Factores tales como la
mala alimentación, el acceso precario a la salud, a la educación y a otros
servicios básicos permiten que se genere un círculo vicioso difícil de
romper, al reducir las posibilidades de mejorar el nivel de vida en el
futuro, por ejemplo dificultando el acceso a un empleo de mayor calidad.
Así, se produce lo que se conoce como transferencia
intergeneracional, a través de la cual los hijos de los pobres difícilmente
puedan salir de esa condición.
Es por ello que para reducir aún más rápidamente las
desigualdades sociales y combatir la pobreza estructural, es preciso
acompañar las políticas macroeconómicas consistentes con la
profundización de medidas sociales específicas y con énfasis en el
empleo.
Para ello, existen instrumentos que permiten avanzar hacia un mayor
grado de equidad e igualdad de oportunidades, tanto en el corto como en
el mediano y largo plazo.
Dentro de las medidas cuyos efectos se materializan de forma más
inmediata se destacan las políticas vinculadas con el empleo. Esto no
significa solamente la creación de puestos de trabajo, sino también la
mejora de la calidad de los mismos, a través de la disminución de la
informalidad laboral y la calificación de la mano de obra.
No obstante, estas medidas deben ser complementadas con la
profundización de las políticas de ingresos y de desarrollo social y
regional. Así, resultaría interesante el fomento de instrumentos tales
como los microcréditos orientados a la población con restricciones de
liquidez, la mayor eficiencia del sistema de salud, la promoción de las
economías regionales y la reforma de los planes sociales existentes (por
ejemplo, la transformación del actual Plan Jefas y Jefes de Hogar
Desocupados hacia una cobertura universal de Seguro de Desempleo).
De esta forma, se podría avanzar en un sendero de crecimiento inclusivo
con movilidad social.
Presidente de Ecolatina: Alberto Paz
Economistas a cargo del informe: Ricardo Delgado; Ricardo Fuente; Marco Lavagna; Rodrigo P.
Álvarez; Romina Gayá - Asistente: Rosario Campos.
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