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El Sufismo Parte III Por Isabel Soler Fumanal, S.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. Introducción histórica - Mahoma o Muhammad. Mahoma nació en La Meca en el año 570, en el clan de los Hasim, que formaba parte de la tribu de los Qurays, dedicada al comercio de caravanas. Huérfano, se hicieron cargo de él su abuelo y después su tío Abù Talib. Al parecer entró al servicio de una viuda rica llamada Jadiya, con la cual se casó en La Meca y tuvo tres hijos y cuatro hijas. Se mantuvo monógamo hasta la muerte de Jadiya en 619; después, las esposas y las concubinas que asoció a su vida en Medina, estuvieron más ligadas a actos políticos que sentimentales, a excepción de A’isa, hija de su amigo Abù Bakr. El periodo de La Meca (613-622). Mahoma fundó el Islam en La Meca. Aunque los cinco pilares (arkàn) de la nueva religión no estuvieron al principio bien determinados, las grandes ideas estaban enunciadas inequívocamente: unicidad de Dios, importancia del Ultimo Día, el Paraíso, el Infierno y la Función propia del Profeta. Este, en esa época, sólo era el enviado de Dios y su labor era reunir a los árabes en una comunidad (umma) que, sometida a los mandamientos divinos, trascendiera los lazos de sangre y superara la moral nómada, el cinismo de los mercaderes y el individualismo de los habitantes de la ciudad. En el año 610, Mahoma oyó la voz del arcángel Gabriel, que le transmitía las palabras de Dios. A partir de entonces, fue recibiendo varios de esos mensajes, que repetía y dictaba, y que iban formando la materia de El Corán. Se dice que Mahoma vio a Dios la noche de Mi’ray, lo cual permanece como un fenómeno sobrenatural y simbólico. En el año 614 se convirtió AlArqam, de la familia Majzum, una de las más ricas e influyentes de La Meca. AlArqam, que había sido adversario de Mahoma, puso su residencia a disposición del Profeta a fin de facilitar las asambleas de los primeros creyentes, de los que destacaban Hamza y Umar. El año 615 fue el de las persecuciones. La adhesión de numerosos clanes a Mahoma provocó una oposición denominada boicot de los hachemíes y Mahoma aconsejó a sus seguidores que se refugiaran en Abisinia puesto que su moral, su lucha contra los ídolos paganos y su influencia social alteraban el equilibrio de los clanes y del capitalismo mercantil de La Meca. En 619 murieron Jadiya y Abu Talib; la situación personal de Mahoma se hizo precaria. Intentó una predicación en Ta’if que fracasó. Después se dirigió a las tribus nómadas sin mayor éxito. En 620 tuvo los primeros contactos con los medinenses, entre los que se encontraban algunos conversos. Algunos hombres influyentes de Medina, deseosos de orden, trataron de atraerlo, puesto que su fama y su autoridad no se basaban en la fuerza de un clan, sino en la religión y en la moral. En 622, en ocasión de la peregrinación a la Kaaba, un grupo de medinenses se reunieron en secreto con Mahoma en AlAqaba y concertaron el famoso juramento de guerra (Bay’at alHarb) por el cual se comprometían a acoger en Medina a los musulmanes de La Meca y a protegerlos. Mahoma incitó a los musulmanes a emigrar poco a poco a Medina. Mahoma, así como Abu Bakr, fue el último en partir (16 de julio de 622) tras sufrir un intento de asesinato perpetrado por jóvenes quraysíes. Esta partida constituye la hégira o comienzo de la era islámica. El periodo de Medina (622-632). En tiempo de Mahoma, Medina se llamaba Yatrib y con la hégira pasó a ser Madïnat alNabï (la ciudad del Profeta) o simplemente Medina. Su población estaba compuesta por las tribus judías Qaynuqa, las tribus árabes judaizadas Qurayza y alNadïr y las tribus árabes paganas Aws y Jazray. Estas tribus libraban una lucha incesante por el dominio de la ciudad y el poder pasaba alternativamente de los judíos a los Jazray. En 621 los Aws, unidos a los judíos, derrotaron a los Jazrayíes en Bu’at. Los medinenses tenían necesidad de un pacificador y Mahoma llegó a Kubà, en el oásis de Medina, en Septiembre de 622; sus partidarios habían preparado su llegada. En Medina, Mahoma estableció su doble poder religioso y político, a la vez como profeta y como árbitro de las fracciones. Convertido en jefe de la ciudad, su casa pasó a ser el cuartel general de su actividad religiosa y secular; en ella se edificó la mezquita que se encuentra en el centro de la ciudad moderna. También en Medina, Mahoma reunió a su esposa Sauda y a sus dos hijas. Los judíos consideraron peligroso a Mahoma y se empeñaron en una compleja oposición contra él. Mahoma expulsó a los qaynuqa y redujo la oposición de los otros clanes judíos proclamando que continuaba la obra de Abraham, padre de la hanïf (la pura religión) que ellos habían abandonado. En lo sucesivo, los creyentes se volverían a la Kaaba y no a Jerusalén para rezar. Esto constituyó el gesto esencial de ruptura con la Qibla judeocristiana; no obstante, Jerusalén siguió siendo la segunda ciudad santa del Islam, honrada por la mezquita de la roca de Abraham. El poder político y militar de Mahoma se afirmó en el transcurso de las operaciones que llevó a cabo para reconquistar La Meca, la reunión de los nómadas y la unificación de los árabes. Cabe destacar la primera gran victoria de Badr en Marzo de 624, que alarmó a los habitantes de La Meca; la contraofensiva victoriosa de éstos en Uhud, en Marzo de 625 y el asedio a Medina, el 31 de Marzo de 627, que se proponía poner fin a la carrera del profeta. Pero Mahoma derrotó a los habitantes de La Meca, consagrando su reputación de estratega militar, provocando la crisis de la confederación enemiga de La Meca, que se sometió a su ley el mismo año. Mahoma adquirió entonces figura y dimensión de un fundador de estado: era el unificador de los árabes. La «constitución de Medina» era un modelo de organización federal de comunidades diferentes, que definía sus deberes y derechos sociales respectivos, sometidos a la autoridad jurídica suprema de Mahoma. En 630 el ejército musulmán entró en La Meca. Después, la victoria de Mahoma sobre los beduinos en Hunayn provocó numerosas sumisiones; el profeta envió diputaciones a los soberanos vecinos con objeto de hacerse reconocer como jefe de estado soberano. En ocasión de la peregrinación de 632, Mahoma estableció los ritos del HAYY de los musulmanes, que excluían a los no creyentes de la Kaaba y a los infieles del Paraíso. A su regreso, cayó enfermo en Medina y murió. Mahoma es autor de un notable conjunto de reformas sociales referentes a la seguridad de la vida y de la propiedad, a la codificación del matrimonio, a la familia, a las herencias, a la usura y a la higiene de vida. Liberó al hombre de la sujeción tribal, puesto que el creyente sólo da cuenta de su vida a Dios.