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Artículos de revisión La privación crónica del sueño: un factor de riesgo de cáncer Chronic Sleep Deprivation: A Cancer Risk Factor Marco Venegas1, Óscar Gamboa1 1 Grupo Investigación Clínica, Instituto Nacional de Cancerología, Bogotá, Colombia. Resumen La melatonina es una hormona, que viene siendo estudiada en las últimas décadas. Se le han atribuido numerosas funciones, una de ellas como factor antineoplásico. Las personas que se encuentran privadas crónicamente del sueño y reciben estimulación luminosa en horas de la noche, tienen menor cantidad de melatonina circulante, lo cual podría ser un factor de riesgo de sufrir cáncer. Varios estudios observacionales han descrito un riesgo elevado de cáncer en diferentes poblaciones de personas crónicamente privadas de sueño. Éste artículo pretende hacer una revisión del tema y presentar a discusión un posible factor de riesgo de cáncer, del cual poco se habla. Palabras clave: melatonina, privación del sueño, cáncer. Abstract Melatonine is a hormone that has become the subject of study in recent decades. It has been credited with numerous attributes, among them as an antineoplastic factor. Individuals who suffer chronic sleep deprivation and who receive nocturnal luminous stimulus have lower levels of circulating melatonine, which could be a cancer risk factor. Various observational studies have described increased cancer risk among sleep deprived populations. This article reviews the subject and presents a discussion on a seldom mentioned cancer risk factor. Keywords: Melatonine, sleep deprivation, cancer. Correspondencia: Óscar Gamboa. Instituto Nacional de Cancerología, Grupo de Investigación Clínica. Av. 1ª No. 9-85 Bogotá, Colombia. Teléfono: (571) 3341111. Correo electrónico: [email protected] Fecha de recepción: 5 de septiembre de 2007. Fecha de aprobación: 8 de enero de 2008. Rev Colomb Cancerol 2008;12(1):43-46 43 La privación crónica del sueño: un factor de riesgo de cáncer Introducción Desde su descubrimiento, a la melatonina se le han atribuido innumerables funciones en el ámbito sistémico; sin embargo, tan sólo en la última década, investigaciones básicas y clínicas han comprobado muchas de estas funciones inicialmente postuladas. Una de éstas es el llamado efecto antineoplásico explicado por sus funciones sobre el sistema inmunitario celular y humoral, así como por su efecto antioxidante. Debido a que es una hormona que describe un ritmo circadiano y a que su secreción se puede inhibir fácilmente, por estímulos luminosos leves, se ha postulado probable que las personas que tienen menores niveles de melatonina circulante, por ejemplo aquéllas, que por razones laborales están privadas crónicamente de sueño y expuestas a mayor cantidad de luz que el resto de la población pueden tener mayor riesgo de sufrir algunas enfermedades, como cáncer. En la última década, se han realizado numerosas publicaciones de muy variados diseños metodológicos y diversos niveles de evidencia que parecen corroborar la teoría planteada. Es nuestro objetivo hacer una revisión de la literatura que permita resumir la actualidad de este tema, que toma cada día más auge e interés. La melatonina La melatonina es una hormona producida en la glándula pineal, derivada de la dopamina que se secreta con un ritmo circadiano conocido, siendo muy bajos sus niveles durante las horas diurnas y que va aumentando progresivamente a lo largo de la tarde. El pico máximo se alcanza entre las 2 y 4 de la mañana para empezar rápidamente su descenso. La luz es un estímulo importante en el control de su secreción, mediante la hiperpolarización de las neuronas ganglionares de la retina. Cuando disminuye este estímulo hay secreción de norepinefrina en estas células, en el núcleo supraóptico del hipotálamo, y éste envía la señal a la pineal con estación en el ganglio cervical superior. 44 Rev Colomb Cancerol 2008;12(1):43-46 La melatonina actúa en las células blanco mediante los receptores de membrana y del núcleo. Estos receptores pueden ser de alta o de baja afinidad y se encuentran distribuidos en prácticamente todas las células del organismo, específicamente en los CD4 (linfocitos T helper) pero no en los CD8 (linfocitos B) (1). La melatonina estimula la producción de interleukina 4 en los linfocitos T helper de la médula ósea y el factor estimulante formador de colonias de granulocitos-macrófagos en el estroma, además de proteger a las células de la médula ósea, de la apoptosis inducida por sustancias citotóxicas. La pineleactomía aumenta el crecimiento tumoral y la administración de melatonina reversa este efecto o inhibe la génesis tumoral causada por carcinógenos. Se han reportado bajas concentraciones séricas de melatonina sérica y de sus metabolitos, en orina de mujeres con cáncer de mama y con receptores positivos para estrógenos, así como en hombres con cáncer de próstata (2,3). El mecanismo por el cual la melatonina puede inhibir el crecimiento tumoral se desconoce. Una posibilidad es la de que la hormona tiene una acción antimitótica. Concentraciones fisiológicas y farmacológicas inhiben la proliferación de cultivos de líneas de células epiteliales de cáncer mamario (particularmente MCF-7) y de líneas de células de melanoma maligno (M-6) de forma dosis dependiente. Este efecto puede ser el resultado, de una regulación inhibitoria de genes de expresión o de una inhibición de la liberación y actividad de factores de crecimiento. La melatonina puede modular también la actividad de varios receptores en las células tumorales. Por ejemplo, disminuye significativamente la actividad de unión de los estrógenos y la expresión de los receptores estrogénicos de forma dosis específica y tiempo dependiente, en las células de cáncer mamario MCF-7. Otra posibilidad es la de que la melatonina tiene efecto inmunomodulador. Marco Venegas, Óscar Gamboa En estudios de modelos animales, la melatonina incrementa la respuesta inmune, al aumentar la producción de citoquinas derivadas de las células T ayudadoras (interleuquina 2 e interleuquina 4). En ratones, la melatonina protege las células de la médula ósea de la apoptosis, al incrementar la producción del factor estimulante de colonias en los granulocitos y macrófagos. Por último, como un potente agente eliminador de radicales libres, la melatonina puede dar protección contra el crecimiento tumoral al proteger moléculas, especialmente el ADN, del daño oxidativo (4). Sin embargo, el efecto antioxidante de la melatonina ocurre únicamente a muy altas concentraciones. Los efectos de la melatonina han sido estudiados en algunos pacientes con cáncer; la mayor parte de ellos en estadios avanzados. En estos estudios descriptivos la melatonina se da generalmente en dosis altas (20 a 40 mg al día, en forma oral) en combinación con radioterapia o quimioterapia. En un estudio de 30 pacientes con glioblastomas, los 16 pacientes tratados con melatonina y radioterapia sobrevivieron más tiempo que los 14 pacientes tratados únicamente con radioterapia (5). En otro estudio de los mismos investigadores, la adición de melatonina al tamoxifen en el tratamiento de 14 mujeres con cáncer mamario metastásico pareció retrasar la progresión de la enfermedad. Así mismo, un estudio de 40 pacientes con melanoma maligno avanzado tratados con dosis altas de melatonina (mayor de 700 mg al día), 6 tenían disminución transitoria del tamaño tumoral (6). Se ha afirmado que la adición de melatonina a la quimioterapia o a la radioterapia atenúa el daño de las células sanguíneas, por lo que al tratamiento lo hace más tolerable (7). Privación crónica del sueño como factor de riesgo de cáncer Con base en el sustento teórico anteriormente expuesto y en observaciones de modelos animales (8), se postuló que la privación del sueño podría ser un factor de riesgo de desarrollar cáncer, especialmente en las personas, que por motivos profesionales se ven expuestas a prolongados estímulos luminosos, en horas de la noche. Davis y colaboradores (9), en el año 2001 reportaron los resultados de un estudio de casos (813 mujeres con cáncer de mama) y controles (793 mujeres sanas), con un OR para trabajadoras con luces brillantes de 1,6 (IC 95% de 1,0-2,5). Hansen (10). en el mismo año. publicó un estudio de 7.035 casos de cáncer de mama y sus respectivos controles, en el cual se encontró un OR de 1,5 (IC 95% de 1,2-1,7), con tendencia al incremento del OR con el aumento de la duración del empleo nocturno. Schernhammer y colaboradores reportaron los resultados de una cohorte de 115.022 mujeres, en las que se observó un riesgo relativo de 1,79 (IC 95% de 1,06-3,01) para sufrir cáncer de mama, en las mujeres sometidas a privación crónica de sueño (11). Este mismo grupo de investigadores publicó en 2003 los resultados de una cohorte de 78.586 mujeres, en la que se encontró un riesgo relativo de 1,35 (IC 95% de 1,03-1,77) de sufrir cáncer de colon, para las mujeres sometidas a privación crónica de sueño, en comparación con las que no se sometieron a dicho factor RR = 1 (IC 95% 0,841,19) (12). Kubo y colaboradores (13) reportaron en 2006 los resultados de una cohorte con 111.974 participantes en la que se observó un riesgo relativo de 3 (IC 95% de 1,2-7,7) de padecer de cáncer de próstata en las personas sometidas a privación crónica de sueño secundario en turnos cambiantes. Discusión El efecto antineoplásico de la melatonina tiene plausibilidad biológica a la luz de modelos in vitro animales y descripciones del efecto de la privación del sueño sobre el sistema inmune en los humanos. Teniendo en cuenta, que se trata de una hormona que se inhibe fácilmente con estímulos luminosos leves, es factible suponer que las personas, que por razones laborales u otros motivos están expuestas por largos períodos de tiempo a estímulos luminosos en horas de la noche, en asocio con privación crónica de sueño, tienen mayor riesgo de sufrir una enfermedad neoplásica al disminuir el efecto protector de la melatonina. Rev Colomb Cancerol 2008;12(1):43-46 45 La privación crónica del sueño: un factor de riesgo de cáncer Se revisaron los principales estudios que evalúan la exposición a la luz en la noche como factor de riesgo de cáncer. Los estudios encontrados son observacionales, con distintos diseños y distintas definiciones de exposición. A pesar de las diferencias, los estudios son consistentes en mostrar una asociación con la exposición a luz en horas de la noche como factor de riego para cáncer. A favor de esta asociación se describe un gradiente dosis-respuesta, sin embargo la población con mayor exposición tiene mayor edad y este factor de confusión fue tenido en cuenta en pocos estudios. neurohormone melatonin in tumor-bearing mice. Cancer Res. 1994;54(9):2429-32. 5. Lissoni P, Meregalli S, Nosetto L, Barni S, Tancini G, Fossati V, et al. Increased survival time in brain glioblastomas by a radioneuroendocrine strategy with radiotherapy plus melatonin compared to radiotherapy alone. Oncology. 1996;53(1):43-6. 6. González R, Sánchez A, Ferguson JA, Balmer C, Daniel C, Cohn A, et al. Melatonin therapy of advanced human malignant melanoma. Melanoma Res. 1991;1(4):237-43. 7. Lissoni P, Barni S, Ardizzoia A, Tancini G, Conti A, Maestroni GM. A randomized study with the pineal hormone melatonin versus supportive care alone in patients Se debe realizar una revisión sistemática de la literatura, que permita evaluar toda la evidencia disponible, teniendo en cuenta todos los posibles sesgos y limitaciones de los estudios, para poder extraer conclusiones definitivas. Referencias with brain metastases due to solid neoplasms. Cancer. 1994;73(3):699-701. 8. Blask DE, Brainard GC, Dauchy RT, Hanifin JP, Davidson LK, Krause JA, et al. Melatonin-depleted blood from premenopausal women exposed to light at night stimulates growth of human breast cancer xenografts in nude rats. Cancer Res. 2005;65(23):11174-84. 9. Davis S, Mirick DK, Stevens RG. Night shift work, light 1. Brzezinski A. Melatonin in humans. N Engl J Med. 1997;336(3):186-95. 2. Tamarkin L, Danforth D, Lichter A, DeMoss E, Cohen M, 10. Hansen J. Increased breast cancer risk among women who work Chabner B, et al. Decreased nocturnal plasmamelatonin predominantly at night. Epidemiology. 2001;12(1):74-7. peak in patients with estrogen receptor positive breast 11. Schernhammer ES, Kroenke CH, Laden F, Hankinson cancer. Science. 1982;216(4549):1003-5. 3. Bartsch C, Bartsch H, Schmidt A, Ilg S, Bichler KH, SE. Night work and risk of breast cancer. Epidemiology. 2006;17(1):108-11. Flüchter SH. Melatonin and 6-sulfatoxymelatonin cir- 12. Schernhammer ES, Laden F, Speizer FE, Willett WC, cadian rhythms in serum and urine of primary prostate Hunter DJ, Kawachi I, et al. Night-shift work and risk of cancer patients: evidence for reduced pineal activity and colorectal cancer in the nurses’ health study. J Natl Cancer relevance of urinary determinations. Clin Chim Acta. Inst. 2003;95(11):825-8. 1992;209(3):153-67. 46 at night, and risk of breast cancer. J Natl Cancer Inst. 2001;93(20):1557-62. 13. Kubo T, Ozasa K, Mikami K, Wakai K, Fujino Y, Watanabe 4. Maestroni GJM, Covacci V, Conti A. A hematopoietic Y, et al. Prospective cohort study of the risk of prostate cancer rescue via T-cell-dependent, endogenous granulocyte-ma- among rotating-shift workers: findings from the Japan collabo- crophage colony-stimulating factor induced by the pineal rative cohort study. Am J Epidemiol. 2006;164(6):549-55. Rev Colomb Cancerol 2008;12(1):43-46