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Transcript
La Estrella de Belén
Por Rodman R. Clayson, F.R.C.
Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.
Las estrellas son de la Navidad, porque indudablemente forman parte de ella, del
mismo modo que los árboles de Navidad, los aguinaldos, las canciones etc. Parece que
hubiera alguna magia en los cielos durante la Navidad, que agregara nueva belleza a la
que en otras épocas le falta. Al observar el cielo nocturno, mirando las estrellas
familiares y remotas, nuestros pensamientos retroceden hasta la primera Pascua de
Navidad de hace tantísimos años.
La asociación de las estrellas con la Navidad tiene su origen en la herencia humana de
religión, mitología, historia y ciencia. También hay una relación con el sol, que es
nuestra estrella diurna.
Hoy, en muchos países, prevalece la leyenda de que el sol fue concebido el primer día
de la primavera, el 21 de marzo. En ciertas religiones se llama a este día el Día de la
Anunciación, o sea, la anunciación de la encarnación de Jesús. Nueve meses más tarde,
según la leyenda, nació el sol en la época del solsticio de invierno, durante la Navidad.
Hace muchos siglos, los cristianos celebraban la natividad en el día 6 de enero, según el
calendario que hoy empleamos. Un festival pagano del sol se celebraba en la época del
solsticio de invierno, que ocurre alrededor del 22 de diciembre. En esta época el sol
llega a estar en el punto mas lejano hacia el sur en su viaje aparente, y comienza de
nuevo a subir hacia el norte.
Para los pueblos paganos, parecía que el sol se devolviera atendiendo a sus plegarias;
esta era una ocasión que debía celebrarse. Así, los jefes de la iglesia en los primeros
tiempos movieron la fecha de la Navidad hacia la fecha aproximada del solsticio de
invierno, para que hubiera una acción de gracias y de regocijo por dos ocasiones
distintas, en esa nueva fecha.
Esta llegó a ser el 25 de diciembre, que celebramos bajo el nombre de Navidad.
Desgraciadamente, no hay dato preciso acerca del día, el mes y el año del nacimiento
del Maestro Jesús. Muchos creen que su nacimiento tuvo lugar en la primavera del año,
y esta creencia está basada en la historia bíblica que dice que los pastores estaban en
los campos vigilando sus rebaños durante la noche. Era solamente en esa parte del año,
cuando nacían los corderos, que los pastores de Judea vigilaban por la noche sus
rebaños.
Para determinar qué acontecimiento astronómico pudo dar origen a la Estrella de
Belén, los sabios han buscado datos de algún acontecimiento inusitado. Los astrónomos
han tratado de determinar qué fue lo que apareció como una estrella a los sabios de
Oriente. Debe admitirse francamente que no es posible obtener una contestación
definitiva.
Algunos creen que la estrella de los Magos fue una visión que apareció solamente a
ellos. Pero debe recordarse que muchos fenómenos que en un tiempo se consideraron
como milagros9s, han sido explicados luego por la ciencia.
Según los modernos conocimientos astronómicos, podríamos tratar de determinar si
algo apareció en el cielo en la época de la primera Navidad, que hubiera podido
interpretarse como esa famosa estrella. Al principio pudiera parecer sumamente
simple reconstruir imagen del cielo tal como estaba durante la Navidad, para
determinar así qué objeto bien visible ha podido estar presente.
Esto no sería demasiado difícil, a no ser por la ausencia de algo esencial: la falta de
acuerdo que existe hoy acerca del año exacto en que ocurrió el nacimiento del Maestro.
Este no se menciona en las Escrituras, y hay desacuerdo entre los historiadores.
El abad romano Dionisio, que introdujo el uso de "antes de Cristo" y "después de Cristo"
para fijar las fechas, situó el año de la natividad como el año 4 antes de Cristo. Esto fue
aceptado durante varios siglos aunque hoy se cree que no es correcto. En el Nuevo
Testamento vemos que el nacimiento del Señor ocurrió durante el reinado de Herodes.
El historiador Josefo estableció la fecha de la muerte de Herodes como el año 4 antes de
Cristo.
Desde aquella ocasión memorable en que los Magos de Oriente llegaron a Belén y
dijeron: "Hemos visto su estrella en el Este, y hemos venido a adorarlo," el hombre ha
estado buscando una explicación para esa Estrella de Belén. La ciencia ha suministrado
algunas respuestas hipotéticas a esas preguntas, pero admite al mismo tiempo que tal
vez no hay explicación alguna.
Josefo menciona que hubo un eclipse lunar antes de la muerte de Herodes. Los
astrónomos, después de haber hecho cálculos, dicen que hubo un eclipse de luna en esa
época y que ha podido ser visto en Jericó en el año 4 antes de Cristo, en el mes de
marzo. Según sabemos, un eclipse de luna no es algo muy inusitado, sin embargo, el
eclipse de la luna llena ha podido hacer que las estrellas de la noche aparecieran
mucho más brillantes, intensificando la luz de cualquier objeto celestial que haya
podido estar en el cielo en ese momento.
Podemos suponer que los Magos estaban bien enterados de todo lo relacionado con las
estrellas. Siendo esto así, el movimiento regular de los planetas y de las estrellas no ha
debido parecer extraordinario a ellos, mientras que por otra parte habrían tomado
nota, sin duda alguna, de cualquier cosa inusitada que apareciera en los cielos.
Los anales chinos nos dicen que una nueva estrella, o sea una "nova", apareció en los
cielos en el año 4 antes de Cristo. Esta tampoco es una cosa inusitada, porque nuevas
estrellas no solamente aparecen de vez en cuando, sino que esto ha sido
frecuentemente observado por quienes estudian el cielo nocturno. Los astrónomos
tratan hoy de precisar porqué una nueva estrella o nova despide súbitamente una inmensa cantidad de energía.
El famoso astrónomo del siglo diez y siete, Johannes Kepler, sugirió que la Estrella de
Belén ha podido ser una "nova" que irrumpió con gran brillantez para apagarse
después y permanecer desde entonces como una estrella apenas perceptible.
En el año 7 antes de Cristo hubo una conjunción inusitada de los planetas Júpiter y
Saturno; en realidad Júpiter y Saturno estuvieron en conjunción tres veces en ese año:
en mayo, septiembre y diciembre. Este suceso extraordinario ocurre una vez cada 845
años. Esto ha podido aterrorizar el corazón de los astrónomos del Este que dedicaban
su vida a seguir los movimientos de los cuerpos celestiales que, en aquellos días,
parecían misteriosos e incalculables.
Los magos sabían
Se dice que en aquella época había una profecía, conocida en todo Oriente de que un
Mesías salvaría al mundo. Si los Magos hubieran creído que la conjunción de Júpiter y
Saturno en el año 7 antes de Cristo tuviera suficiente importancia, ha podido
impulsarlos a hacer el viaje desde Persia a Belén que es una distancia de cerca de 2.000
kilómetros.
La primera conjunción ocurrió en el mes de mayo; por lo tanto, al viajar han podido
haber visto la segunda conjunción en septiembre, y es posible que hubieran llegado a
Belén ya para ver la tercera conjunción que, según nuestro calendario, ocurrió el día 15
de diciembre.
No es difícil imaginar que la marcha irregular de Júpiter y Saturno exaltaba la
imaginación de los sabios, especialmente al principio del año 6 antes de Cristo, cuando
Marte se unió a Júpiter y Saturno para formar un triángulo en el cielo nocturno. Esto
también ha podido tomarse como el Signo que hizo que los sabios de Oriente
emprendieran viaje para buscar al Mesías prometido.
Se dice que en septiembre del año 6 antes de Cristo la formación triangular de Júpiter,
Saturno y Marte, pudo haber sido vista durante toda la noche. Los Magos han podido
ver esta formación al Sur de Jerusalén, señalando el camino de Belén y Judea.
Los Magos pertenecían, como se sabe, a la antigua casta de los Magos de Persia, y
habían recibido por generaciones enteras las enseñanzas de sus instructores de que
debían decir las cosas de manera ambigua; no dijeron claramente si la estrella brillaba
en el Este o en el Oeste; ellos la vieron cuando estaban en el Este, antes de su viaje a
Jerusalén.
Tal vez todo el mundo recuerda lo que dice la Biblia: "La Estrella que vieron en el Este
partió delante de ellos hasta que se detuvo sobre el sitio donde estaba el niño." Es
imposible que un planeta o una estrella se detengan. Los Magos han debido querer
decir que la estrella viajó más rápidamente que ellos y que llegó a Belén antes que
ellos, de manera que la vieron (según la antigua leyenda) reflejada en el agua de uno
pozo, cuando entraron a la ciudad.
En aquellos días se creía que una conjunción notable anunciaba el nacimiento de algún
príncipe.
¿Ha podido ser un meteoro o un cometa la Estrella de Belén? Si en aquel tiempo se
hubiera visto un meteoro, no es probable que hubiera sido reconocido como signo de
especial significación, porque los meteoros son efímeros.
La historia nos dice que la Estrella de la Navidad brilló en el cielo durante varias
noches, y que tal vez era la guía de los Magos. Un cometa ha podido tener alguna
relación con este asunto. Los cálculos astronómicos demuestran la aparición de un
cometa en el año 4 antes de Cristo y este no fue otro que el cometa de Halley, que pasó
por nuestro camino en 1910. Este cometa regresa con regularidad cada 76 años. En
1910 el cometa de Halley estuvo visible en nuestro cielo nocturno durante unas nueve
semanas por los meses de mayo y junio.
Era un objeto sumamente brillante con una cola muy grande que arqueaba su paso a
través del cielo. Un cometa de semejante brillantez y proporciones se dejó ver en el año
4 antes de Cristo, y ha podido tener algún significado como Estrella de Navidad.
Tenemos, pues, las siguientes posibilidades: la “nova”; la conjunción de los Planetas
Júpiter y Saturno; el triángulo formado por Júpiter, Saturno y Marte; y el cometa. Y hay
también, otras posibilidades menos plausibles.
Ha habido, y tal vez habrá siempre, discusiones acerca de la Estrella del Oriente. Nadie
duda que hubiera algún objeto brillante en el cielo en la fecha de la Navidad. Sin
embargo, es una coincidencia curiosa que uno de los acontecimientos astronómicos
más importantes: la conjunción de dos planetas durante tres veces en el mismo año,
ocurrió inmediatamente antes del nacimiento del hombre más importante de la
historia.
Si fue o no una estrella lo que vieron los sabios, o algún otro objeto celestial, es cosa
que no tiene mayor importancia para nosotros, aunque es obvio que la aparición de
algún objeto celestial muy brillante sorprendió a los Magos durante su viaje, y tuvo un
tremendo efecto sobre el desarrollo, la cultura y la civilización del hombre.