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Tema 12
España en los siglos XVI y XVII
Rafael Montes Gutiérrez
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PROFESOR DE GEOGRAFÍA E HISTORIA
www.rafaelmontes.net
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TEMA 12: España en los siglos XVI y XVII
EL IMPERIO DE CARLOS V (1516-1556)
Carlos heredó de sus abuelos: los Países Bajos y el Franco Condado (María de
Borgoña), Castilla y América (de Isabel), la Corona de Aragón-Cataluña que incluía
Sicilia, Cerdeña, Nápoles y las plazas del norte de África (de Fernando), Austria, Tirol y
parte del sur de Alemania con los derechos de emperador (de Maximiliano)
convirtiéndose en emperador alemán en 1519.
Su política interior estuvo marcada por la revuelta comunera y las revueltas de
las germanías. La guerra de las Comunidades (1520-21) se inició al ser asesinado el
procurador a Cortes Rodrigo de Tordesillas por haber traicionado los intereses de la
ciudad en las últimas cortes en las que se aprobó el servicio para Carlos con cuyo
dinero compró a los electores para que le nombraran Emperador Alemán. Adriano de
Utrecht respondió con energía y las tropas imperiales derrotaron a los comuneros en
Villalar (1521), sus líderes Juan Bravo, Juan Padilla y Maldonado fueron ejecutados. La
revuelta de las Germanías de Valencia (1519-22) fue producto del enfrentamiento en
la ciudad entre menestrales y nobleza, los disturbios se extendieron por el reino, la
llegada de las tropas reales acabaron con los conflictos en medio de una terrible
represión. Semejante situación ofrece el problema de las Germanías de Mallorca
(1520-23), donde germanías de menestrales y foráneos asaltaron la ciudad de Palma
tomando por la fuerza el Castillo de Bellver y matando a sus caballeros, la flota real
intentó negociar, los agermanados se negaron y la ciudad de Palma fue tomada a la
fuerza por las tropas imperiales.
Su política exterior se basaba en la doctrina Universitas Cristiana, concepto
medieval que unía al Papa y al Emperador en un intento de unir a toda la cristiandad.
Guerras contra Francia: las causas de las cinco guerras que hubo contra Francia
fueron una enemistad personal entre Carlos I y Francisco I, Borgoña era un territorio
sobre el que tenía derechos Carlos, mientras que sobre Navarra tenía derechos
Francisco, pero la verdadera manzana de la discordia era Italia, y en particular Milán
ocupada por Francia en 1499, las victorias españolas en Bicoca y Pavía (1525),
permitieron que Milán pasara a España. Conflicto contra el Imperio Turco: Solyman el
Magnífico desarrolló una política muy agresiva contra occidente, por tierra tomó
Belgrado y venció en Mohacz, poniendo sitio a Viena en 1529 cuyo cerco fue
levantado por las tropas imperiales de Carlos V. En el Mediterráneo un pirata
tunecino berberisco llamado Barbarroja se declaró vasallo del sultán turco,
aprovechando su apoyo luchó por controlar el Mediterráneo Occidental y
reconquistar las plazas del norte de África ocupadas por los Reyes Católicos. Guerras
de Religión en Alemania: En 1530 Carlos V convocó la Dieta de Augsburgo para evitar
la escisión religiosa iniciada por la expansión del luteranismo mediante un concilio,
no se llegó a un acuerdo y se publicó un decreto en el que se restablecía el Edicto de
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Worms condenando el luteranismo, la respuesta luterana fue la formación de la Liga
Esmalcalda, derrotada por Carlos en Mühlberg (1547). Sin embargo, en la Dieta de
Augsburgo (1547-48) no se pudo sacar ventajas a tal victoria por las discrepancias
entre el Papado y el Imperio, con lo cual al morir Carlos el problema alemán era aún
mayor. Cansado de luchar Carlos abdicó en 1556, y se retiró al monasterio de Yuste
donde falleció en 1558.
LA MONARQUÍA UNIVERSAL DE FELIPE II (1556-1598)
Felipe heredó todas las posesiones de su padre excepto los dominios alemanes
que pasaron a Fernando, hermano de Carlos I, añadió al patrimonio de los Austrias,
Portugal y más territorios americanos. Era hijo de Carlos V e Isabel de Portugal, se
casó con María de Portugal, María Tudor e Isabel de Valois.
Su política interior se vio agitada por la Revuelta aragonesa y por la
sublevación morisca de las Alpujarras. La Revuelta de Aragón (1590) fue causada por
Antonio Pérez, secretario de Felipe II acusado del asesinato de Escobedo, huido de la
cárcel se refugió en Aragón donde intentó movilizar a la nobleza contra el rey, la
entrada de los tercios eliminaron toda tentativa de lucha armada, Antonio Pérez huyó
y pasó el resto de su vida escribiendo críticas contra Felipe II que nutrieron su
leyenda negra. La Revuelta de las Alpujarras (1568-70) fue protagonizada por los
moriscos, musulmanes obligados a convertirse al cristianismo que seguían
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practicando su religión, estalló en la Navidad de 1568 y estaba acaudillada por
Fernando de Valor, que tomó el nombre de Aben Humeya. Juan de Austria se encargó
de pacificar la región, terminando esta labor en 1570.
El fracaso de la Universitas Cristiana le obligó a cambiar de doctrina como
elemento justificador de su política exterior, y se convirtió en el defensor del
catolicismo. Las líneas de actuación fueron: detención del avance turco en Lepanto
(1571), una victoria naval de Juan de Austria que dirigía la armada de la Liga Santa
(Papado, Venecia y España), con ella se puso fin a la amenaza turca en el
Mediterráneo Occidental; lucha constante desde 1566 contra los independentistas de
los Países Bajos donde se mezclaban conflictos políticos y religiosos, Felipe II envió al
duque de Alba que derrotó a Luis de Nassau y Guillermo de Orange, líder de los
sublevados, en 1572 los calvinistas fueron reforzados en el extranjero, Juan de
Austria y Alejandro Farnesio intentaron recuperar los territorios del norte sin éxito,
en 1592 Felipe II cedió la soberanía de los Países Bajos al archiduque Alberto y a su
hija Isabel Clara Eugenia; conflicto con Inglaterra desde 1584 por antagonismos
políticos y económicos (Isabel de Inglaterra apoyaba descaradamente a los piratas
Drake y Hawkins), este enfrentamiento incluye el desastre de la Armada Invencible
(1588); Tras la firma de la Paz de Cateau-Cambresis (1559) con la que finalizaba la
sexta guerra contra Francia, tras la victoria de las tropas españolas en San Quintín
(1557), tuvo lugar una intervención permanente en las guerras de religión francesas,
que terminaron con la declaración de guerra de Enrique IV tras subir al trono en
1594, conflicto que termina en 1598 en el tratado de Vervins; la anexión de Portugal
se realizó tras la muerte en 1578 del rey Sebastián en la suicida campaña de
Alcazarquivir, en las Cortes de Thomar de 1581 Felipe II es nombrado rey de Portugal.
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LA PAX HISPÁNICA DE FELIPE III (1598-1621)
Felipe III, El Piadoso, era hijo de Felipe II y Ana de Austria. Fue un monarca de
carácter indolente, nada más acceder al trono tomó una decisión sin precedentes,
delegar el poder en un ministro principal llamado valido. El hombre elegido fue
Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, marqués de Denia, al que se le otorgó el título
de Duque de Lerma, en 1618 fue sustituido por el Duque de Uceda.
Cuatro acontecimientos jalonaron la política interior del gobierno del Duque
de Lerma: el traslado de la capital del estado a Valladolid, con el fin de estar más
cerca de Lerma; la creación en 1603 de una Junta de Desempeño, al objeto de
estudiar soluciones para el gran endeudamiento de la Hacienda; la nueva suspensión
de pagos de 1608; y la expulsión de los moriscos del 9 de abril de 1609.
Su política exterior fue denominada Pax Hispánica que se consiguió al poner
fin a las hostilidades con Inglaterra y las Provincias Unidas. El ascenso al trono en
Inglaterra del escocés Jacobo I Estuardo posibilitó la firma de la paz de Londres en
1604. En cuanto al problema de los Países Bajos no fue tan fácil de solucionar, los
enormes gastos bélicos obligaron a un cese de las hostilidades, se firmó la Tregua de
Amberes (1609) que duró un período de doce años.
LA CRISIS MILITAR E INTERNA DE FELIPE IV (1621-1665)
Felipe IV, El Rey Planeta, era hijo de Felipe III y su prima segunda Margarita de
Austria. Al acceder al trono eligió a don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de
Olivares, como sustituto del duque de Uceda en el validamiento. A Olivares le
interesaba más el gobierno que el Patronazgo, creó Juntas con objetivos concretos,
especialmente conseguir o administrar dinero. Una de ellas era la Junta Grande de
Reformación que tenía dos ideas centrales: el establecimiento de un sistema bancario
nacional; y la abolición de los millones. Otra era la Junta de Estado, que tenía
funciones similares al Consejo de Estado. Tras la caída de Olivares en 1643 Felipe IV
tomó las riendas del gobierno, aunque en 1661 ya se perfilaba a Don Luis Méndez de
Haro como nuevo valido ante la acumulación de cargos políticos en su persona.
La política interior de Olivares se basaba en una serie de reformas internas,
encaminadas a conseguir la perpetuación de España como gran potencia, el proyecto
se materializó en 1625 en la denominada Unión de Armas, que de forma inmediata
exigía formar un ejército de reservistas de 140.000 hombres, reclutado y sufragado
por las distintas provincias en porcentajes distintos. El conde duque tuvo que
enfrentarse a tres problemas derivados de la Unión de Armas, los movimientos
secesionistas de Cataluña y Portugal y las conspiraciones andaluzas. El movimiento
secesionista de Cataluña tuvo su origen en el estallido de la guerra con Francia en
1635, Olivares intentó forzar la participación de tropas catalanas en el conflicto, la
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estancia de tropas españolas en el Principado invernando entre 1639-40 dio lugar a
numerosos excesos por parte de los soldados en los pueblos obligados a darles
alojamiento. La revuelta popular estalló en 1640, en los incidentes murió el virrey, el
marqués de Santa Coloma, desencadenando la Guerra dels Segadors. En Cataluña se
estableció una administración francesa con virreyes nombrados desde París, Lérida
fue recuperada por Felipe IV, en esta ciudad, el propio monarca y en lengua catalana,
juró defender sus constituciones, en 1653 Juan José de Austria recuperaba Barcelona.
El movimiento secesionista de Portugal fue causado por la falta de representación de
Portugal en la política de la monarquía hispánica, el levantamiento se organizó el 1 de
diciembre de 1640 dirigido por Juan Pinto Ribeiro, mayordomo de los duques de
Braganza. Vasconcellos fue depuesto y asesinado, siendo proclamado Juan IV como
rey de Portugal. En la corte madrileña no salieron del estupor al conocer que se había
perdido un reino entero en un solo día. Las conspiraciones andaluzas se realizaron en
1641 cuando el duque de Medina Sidonia hubo de retractarse ante Felipe IV de un
intento de coronarse rey de Andalucía y de las Indias. En Nápoles (1647) y en Sicilia
(1648), hubo otras revueltas provocadas por el descontento popular ante la grave
crisis económico-social.
Su política exterior estuvo definida por la Guerra de los Treinta Años (1618-48)
en la que España intervino en 1621 con el duque de Uceda, este conflicto se inició
con éxito (annus mirabilis de 1625), pero tras nuestro último triunfo europeo en
Nordinglen (1634), los descalabros militares se sucedieron uno tras otro (Dunas 1639,
Rocroi 1643) precipitando el fin del conflicto y la firma de la Paz de Westfalia en 1648
que puso fin a la hegemonía europea de los Habsburgo y estableció el
reconocimiento de la independencia de Holanda. El conflicto hispano-francés se
mantuvo hasta la derrota definitiva de España que se vio obligada a la firma de la Paz
de los Pirineos de 1659, que supuso la pérdida del Rosellón y la Cerdaña. Ya sólo
quedaba la guerra contra Portugal, se sucedieron las derrotas para España en
Ameixial (1663) y Vila Viçosa, a la muerte de Felipe IV ya no quedaban voluntad ni
recursos para recuperar Portugal, la viuda regente Mariana de Austria en 1668
reconoció su independencia.
LA LIQUIDACIÓN DEL IMPERIO DE CARLOS II (1665-1700)
Carlos II, El Hechizado, era hijo de Felipe IV y Mariana de Austria, heredó el
trono en septiembre de 1665 con tan sólo 4 años de edad, enfermizo, raquítico y
retrasado mental fue el último monarca de la dinastía Habsburgo en España.
La política interior constituye un período jalonado por la crisis económica
(alteraciones monetarias), crisis política (derrotas militares) y crisis social (pestes y
hambrunas), a las que no pudieron hacer frente ni la regencia de Mariana de Austria
hasta 1675, ni ninguno de sus validos como el padre Nithard (hasta 1669) y
Valenzuela (hasta 1677), ni el breve gobierno de Juan José de Austria (1677-79). El
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periodo de mayor sensatez se desarrolló con los gobiernos de Medinaceli (1679-84) y
el Conde de Oropesa (1684-91), tras ellos se inició el problema de la cuestión
sucesoria y la influencia de Mariana de Neoburgo y su camarilla alemana. A la muerte
de Carlos II (1 de noviembre de 1700), el enfrentamiento civil e internacional, la
Guerra de Sucesión Española (1702-1714), dividió al país entre los partidarios de la
dinastía austriaca y la borbónica.
España tuvo que soportar a lo largo de estos años la política exterior
expansiva de Luis XIV desarrollada a costa del imperio español. En la Guerra de
Devolución (1667-68), la Triple Alianza entre Inglaterra, las Provincias Unidas y Suecia
contra el rey Sol, llevó a Luis XIV a solicitar la paz, mediante la firma del Tratado de
Aquisgrán de 1668 cedimos a Francia una serie de plazas estratégicas en los Países
Bajos. Tras la invasión francesa de Holanda en 1672 se formó la Gran Alianza de La
Haya de 1673 integrada por Inglaterra, Holanda, Austria y España contra Luis XIV de
Francia. La guerra terminó con la Paz de Nimega de 1678 donde España se vio
obligada a ceder el Franco Condado y otros territorios en los Países Bajos. En la corta
guerra de 1684 contra Francia, que finaliza en la Paz de Ratisbona, perdimos
Luxemburgo. Las nuevas anexiones de Luis XIV en los territorios próximos al Rin
llevaron a la creación de Liga de Ausburgo entre España, Austria, el Duque se Saboya,
Holanda e Inglaterra, la guerra que se extendió entre los años 1688-97, España salió
de ella relativamente intacta, pues mediante la Paz de Ryswick de 1697 Luis XIV
devolvió todos los territorios ocupados después de la Paz de Nimega.
EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA Y SOCIEDAD
Lynch en su obra Los Austrias nos describe una España a principios del siglo
XVI como un paisaje vacío y poco cultivado debido a la escasa población. Pero ésta
aumentó de forma significativa hasta 1600, pasando de 5,3 millones a 8 millones de
habitantes. Superadas las guerras interiores y a pesar de las pérdidas de población de
la primera colonización, fue un siglo expansivo demográficamente gracias a las
grandes posibilidades económicas brindadas por la conquista de América y la
expansión en Europa, sin embargo, a finales de siglo la crisis económica y social era ya
patente. Castilla era la región de mayor densidad de población y casi el 80% de la
población peninsular vivía en ella. La población total de la Corona de Aragón era
superior al millón de habitantes.
A lo largo del siglo XVII nuestra población pasó de de 8 a 7,5 millones de
habitantes, las causas de este descenso fueron: las tres épocas de epidemias de peste
(1597-1602, 1647-51, 1676-85); la emigración a América; la expulsión de los moriscos
(1609-12), 300.000 moriscos abandonaron España lo que supuso un trastorno en la
economía de Valencia y el Valle del Ebro, aunque se intentó repoblar estas regiones
los campesinos no acudieron al ser tierras de señorío; la sobremortalidad bélica
producida por las sucesivas guerras; un desajuste climático que se manifestó
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mediante sequías seguidas de tormentas torrenciales, que arruinó las cosechas y que
provocó hambrunas que dejaron débil a la población y susceptible de padecer
enfermedades.
La estructura social de los siglos XVI y XVII se basaba principalmente en la
propiedad de la tierra cuya mayor parte estaba en manos de los dos estamentos
superiores, que eran la Nobleza y el Clero. En la cúspide de la pirámide social se
situaba la nobleza: grandes magnates, alto clero, caballeros y patriciado urbano,
representaban un 2% de la población y poseían el 96% de la tierra. Su poder
económico era inexpugnable, acumulaban territorio reconquistado y realizaban
rapiñas en tierras de realengo. El éxito fácil de la nobleza creó en la población
castellana una mentalidad pro-aristocrática que marcará su perfil durante siglos. La
clase media era escasa y débil. Existía una clase mercantil (Medina del Campo,
comercio de Indias) pero el país estaba escasamente urbanizado y no había tradición
en el mundo de los negocios. La clase obrera estaba compuesta por campesinos y
artesanos, que trabajaban en condiciones miserables para sobrevivir. Carecían del
estímulo de ascenso social, al no haber una clase media fuerte e identificable.
Muchos hidalgos trabajaban la tierra o eran artesanos, lo que desmiente el mito del
hidalgo ocioso, disfrutaban de exención de impuestos y tenían privilegios de orden
penal, como no ser sometidos a tortura.
LA ECONOMÍA
En la España del siglo XVI encontramos tres centros económicos y comerciales:
Sevilla con su hinterland americano, sede de la Casa de la Contratación, organismo
controlado por el Estado que se encargaba del monopolio del comercio con América;
Aragón y su hinterland Mediterráneo; El Norte peninsular y su hinterland en Flandes
y Europa septentrional. La producción agrícola se benefició del aumento de la
demanda interior y exterior, pero al ser campesinos sin recursos no mejoró su
técnica, sólo la superficie cultivada. A nivel industrial destaca la producción textil en
Segovia, Toledo y Cuenca, sin embargo, no disponía de tecnología adecuada ni de
mano de obra especializada, los paños eran caros y de baja calidad, por lo que una
ordenanza real permitió la importación de paños extranjeros que acabó con esta
incipiente industria.
Desde mediados del siglo XVI hasta principios del XVII, la economía española
empezó a tener serios problemas como consecuencia del alza de los precios de los
productos castellanos que no podían competir con los importados procedentes de
Europa, este fenómeno es conocido como revolución de los precios. Hamilton
considera que la principal causa del aumento de los precios era el aumento de la
cantidad de plata en España procedente de América, Nadal y otros autores defienden
que la plata al llegar a España se exportaba inmediatamente a Europa, y acusan a la
incapacidad de la economía española por absorber el mercado americano. La mayor
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parte de los historiadores como P. Vilar y Lynch añaden a las causas anteriores el
déficit crónico de las arcas del Estado.
La política exterior de los Austrias produjo un desfase entre los ingresos y los
gastos, a pesar de los ingentes tesoros americanos, hubo que recurrir a la subida de
los impuestos que eran muy numerosos (tercias reales, el subsidio, el excusado, la
cruzada, derechos de aduanas, el almojarifazgo, el montazgo, la alcabala, los millones
o sisa, el servicio), y cuando estos se mostraron insuficientes se recurrió al
endeudamiento (contratación de asientos y venta de juros), sin embargo, esto
tampoco se mostró suficiente, cuando la Corona no podía pagar las deudas
contraídas declaraba la bancarrota (1557, 1575, 1596, 1608 y 1627).
Desde principios del siglo XVII la economía española se hunde en una
profunda decadencia que afectaba a toda Europa. Estos son los factores que explican
la crisis existente: la crisis demográfica; una pesada burocracia y ausencia de
inversiones productivas; y las alteraciones monetarias (reduciendo su peso pero
manteniendo su valor nominal, resellando las monedas para duplicar su valor
nominal y emitiendo grandes cantidades de moneda de vellón). Al final del reinado
de Carlos II se estableció una nueva política económica que se manifiesta mediante la
creación en 1679 de la Junta de Comercio para estimular la industria española y
evitar la invasión de productos extranjeros. Otra manifestación de la nueva política
económica es el reajuste monetario de 1680-86, este proceso deflacionista, que a
corto plazo fue muy difícil de superar, permitió que a partir de 1686 la economía
comenzara a recuperarse.
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