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CNBC
¿Como puedes orar?
MISIÓN INTERNACIONAL
historias del campo misionero
Ore por los millones de refugiados en Atenas
que necesitan asilo, comida y protección.
Ore para que otros equipos misioneros
tengan oportunidades para demostrarles el
amor de Dios.
Ore por los trabajadores en Oasis mientras
atienden a los refugiados. Ore por la
provisión de más materiales y trabajadores
para que ayuden a este ministerio.
El Evangelio resuena a través de sus oraciones.
El Evangelio resuena a través de sus oraciones.
Cuando oras tienes una oportunidad de unirte al
trabajo de misioneros alrededor del mundo.
Mientras lees sus historias descubrirás como el
evangelio resuena alrededor del mundo. También
encontrarás peticiones de oración especificas.
Vinimos a cuidar al
pobre, a animar
a los refugiados y
a traer gozo.
Sus oraciones y ofrendas para las misiones
internacionales ayudarán a que el evangelio
continúe a resonar en todas las naciones al enviar
y al sostener a misioneros y a su trabajo.
Convención Nacional Bautista de Canadá
www.cnbc.ca
El evangelio resuena através de sus oraciones
SP-2016
SIRVIENDO A LOS REFUGIADOS EN ATENAS
Por Paul Johnson
En Marzo, un equipo de la iglesia ROOTS
comenzó a planificar un viaje misionero a
Atenas. Shelly Liu y yo seriamos los lideres.
En Junio, decidimos que el viajo tendría una
misión doble: asistiríamos a los refugiados con
nuestros asociados en Oasis, un centro para
refugiados, y con Canadian Global Response
(CGR). Esto nos permitiría demonstrar
compasión y generosidad a los refugiados
de Siria, Afganistán, Irán e Iraq que habrían
huido a Atenas. Aprendimos una nueva frase,
almacén de humanos, y lo vimos con nuestros
propios ojos.
SIRVIENDO A LOS REFUGIADOS EN ATENAS
Este dicho de la Madre Teresa nos motivo, “Cosas pequeñas hechas con gran
amor cambiaran el mundo.” Empacamos bolsas higiénicas y las repartimos
en el parque Victoria y Omonia Square, donde los refugiados pasan el
tiempo. Pusimos pañales en bolsas, y también bolsas de te. Empacamos
comida en bolsas para los pobres en Grecia, otro ministerio del centro.
Limpiamos y lavamos y movimos cajas. Hicimos todo esto con un espíritu
dispuesto.
El martes y miércoles repartimos comida a mas de 200 personas cada día, y
experimentamos el gozo de servir a los pobres: mujeres en hiyabs, hombres
flacos por la preocupación, niños aturdidos. Tomamos té con familias y
escuchamos sus historias. Que increíble! Una madre tiene dos adolescentes;
su esposo está desaparecido, lo más probable es que está muerto. Es
peligroso e inseguro para ella y sus
hijas en estos campos sin leyes.
Nuestro equipo se conecto primero con los trabajadores en Oasis, un edificio
de dos pisos (mas un sótano) diseñado para asistir a cientos de refugiados. El
director nos orientó al tsunami de personas que huyeron a Atenas durante los
meses anterior. Durante ese tiempo alrededor de 4,000 a 7,000 refugiados
pasaron por Atenas cada día en ruta hacia el norte de Europa, huyendo de
la guerra, la muerte y la destrucción. Muchos se quedaron atascados en la
frontera en el norte de Grecia y los forzaron a regresar. Los números bajaron,
pero aun así, una de cada cinco personas en Atenas eran refugiados.
Imagínense esto en su comunidad, el choque y estrés que esto podría traer.
Eso es Atenas.
Conocimos a una familia de
Afganistán con una hija, quizás de
11 años, que nunca a ido a una
escuela. Estas son personas sin
documentos, sin pasaportes; no
pueden obtener ayuda medica, no
pueden trabajar. No hay escuelas
para los niños. Están estancados;
no pueden regresar a su casa. Viven
vidas de desesperación en silencio.
El Lunes en la tarde
nuestro equipo fue
con los trabajadores
de Oasis a el viejo
aeropuerto en Atenas,
lleno de miles de
refugiados. Familias
están en el limbo;
no pueden ir al
norte de Europa, no
pueden regresar a sus
países destrozados
por la guerra. Ellos
dependen de la comida donada por la UE y los ONGs. Visitamos a familias
viviendo fuera de edificios en tiendas provisionales. Es inseguro adentro,
especialmente para madres solteras, jóvenes y niños. Nuestros corazones se
quebrantaron por ellos.
Nuestro contacto con CGR organizo una visita a una “casa squat”, un edificio
vacío de siete pisos lleno de personas de Siria. Quizás unas 200 familias
estaban en ese edificio en condiciones primitivas. Un padre nos dijo que
podían ser evacuados mañana.
Organizamos un evento para niños en el sexto piso. Fue un evento caótico
pero hicimos lo mejor que pudimos. Compramos comida en una tienda
cercana y la repartimos personalmente. Mi equipo se sentó en el piso de un
espacio que estaba amurallado con sabanas colgadas. No habían muebles,
solo alfombras en el piso.
Escuchamos historias de un conductor de taxi de Siria. El nos dijo que
sus opciones eran huir o morir del bombardeo. Pasamos tiempo solo
escuchándolo. Tomamos te juntos.
Shelly comento, “aunque no hablamos el mismo lenguaje, todos hablamos
el lenguaje común del amor, y nuestro equipo lo hablo bien: amando a las
familias, amando a los niños, todo a través del amor de Dios.”